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El despegue del comercio electrónico transfronterizo

En menos de una década ha prosperado a un ritmo vertiginoso

Por ZHANG SHASHA

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EN una reciente conferencia con representantes de varias pymes paquistaníes, Luke Liu comprobó que estas no conocían bien el mercado chino. Pakistán ha exportado muchos productos mineros y de algodón a China, pero muchos proveedores –por ejemplo, los de artesanía– se sentían perdidos al tratar con clientes chinos.

“Aunque manifiestan un gran interés por aprovechar el enorme mercado chino, saben poco de él, no entienden el comercio electrónico y ni siquiera están al tanto de si China permite la entrada a determinados productos”, señala Liu al semanario Beijing Review.

Como director sénior de desarrollo de negocios en JD Worldwide, la plataforma de comercio electrónico transfronterizo del gigante chino del comercio electrónico JD.com, Liu ha asistido a muchas reuniones similares, a través de las cuales ha logrado conocer las necesidades de comerciantes de diferentes países. Él y su equipo se han propuesto optimizar las soluciones.

Según la Administración General de Aduanas, los continuos esfuerzos de expertos como Liu han propiciado el alto rendimiento de China en el comercio electrónico transfronterizo, que ha despegado en los últimos cinco años, creciendo 10 veces hasta alcanzar los 1,92 billones de yuanes (269.350 millones de dólares) en 2021, lo que supone el 4,9 % del valor total de las importaciones y exportaciones, y el 3,1 % de las importaciones.

En menos de una década de desarrollo, el comercio electrónico transfronterizo de China ha prosperado a un ritmo vertiginoso, convirtiéndose en un nuevo motor de crecimiento de las importaciones, además de los canales tradicionales.

La pandemia de COVID-19 ha impulsado aún más esta tendencia. “La pandemia ha cambiado los comportamientos de consumo de la gente, estimulando la demanda de compras en línea, y el comercio electrónico transfronterizo de China despegó con ese telón de fondo”, explicó Sheng Qiuping, viceministro de Comercio, en una conferencia de prensa en mayo.

Gracias a sus ventajas en fabricación y el tamaño de su mercado, China ha adquirido abundante experiencia en comercio electrónico y se ha dedicado a la cooperación internacional, ofreciendo soluciones a la Organización Mundial del Comercio, el G20, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, entre otros, añadió. Según el Ministerio de Comercio, el país ha firmado hasta la fecha memorandos de entendimiento con 23 países sobre cooperación en materia de comercio electrónico.

Un proyecto útil

En 2019, JD.com decidió potenciar el proyecto del Pabellón Nacional en línea, apoyado por las embajadas extranjeras en China, a fin de ayudar a las marcas foráneas a entrar en el mercado chino. En la actualidad, cuenta con más de 60 pabellones de este tipo.

Liu sugirió a las pymes paquistaníes que expusieran sus productos en el pabellón de su país en JD.com y les ofreció una tarifa más baja por utilizar la plataforma. De este modo, los consumidores chinos podrían familiarizarse con más marcas de nicho.

“Hay marcas que cuentan con ventajas geográficas y utilizan materias primas únicas de alta calidad y que son muy populares en el mercado nacional, pero no han logrado conseguir un reconocimiento más amplio. Por ello, nos hemos asociado con órganos gubernamentales locales, asociaciones comerciales, empresas de consultoría, entre otras entidades, para explorar y comprar productos de todo el mundo para los consumidores chinos”, manifiesta Liu.

Aparte de las marcas procedentes de países con los que los consumidores chinos están más familiarizados, tales como Estados Unidos, el Reino Unido, Japón y Corea del Sur, que constituyen las principales fuentes de importación de China, entre los nuevos competidores del mercado chino se encuentran países como Malasia y Dinamarca, indica Liu. “Si nos guiamos solo por las tasas de crecimiento, las importaciones de esos países han crecido más rápido que las de los mercados de origen tradicionales”.

En los últimos años, muchas marcas extranjeras que antes eran menos conocidas han cobrado protagonismo en el mercado de consumo chino. Liu atribuye su nuevo estatus a la búsqueda de elementos novedosos por parte de los compradores.

Liu recuerda que durante la Gran Promoción 618 de JD –un festival anual de compras en línea a mediados de año– la miel y el ron cubanos se vendieron muy bien, mientras marcas de otros países latinoamericanos y caribeños, como Chile, Perú y Colombia, también tienen un gran potencial.

Las transacciones transfronterizas de productos del pabellón de Cuba ocuparon el tercer lugar durante el carnaval de las compras, justo después de las de Finlandia y Singapur, según JD.com. Además, las ventas registradas en los pabellones de Francia, Hungría y Singapur aumentaron un 194, 147 y 141 % interanual, respectivamente.

Nuevo modelo de importación

En la rueda de prensa, Sheng resaltó el papel de las plataformas de comercio electrónico transfronterizo al referirse a ellas como “protagonistas mundiales”. Al mismo tiempo que sirven de puente entre los productos de calidad del extranjero y el enorme mercado de China, están mejorando la ecología global del comercio electrónico.

Un ejemplo es el caso de la cubilosa, la secreción salival que diferentes especies de vencejos usan para hacer sus nidos y que se emplea como alimento en la cocina asiática, además de ser utilizada en la industria de la belleza y la salud. Este era un producto poco habitual en China debido a la escasa oferta, lo que obligaba a los consumidores a buscarlo en algunos países del sudeste asiático por un costo considerable.

Por el contrario, los consumidores de la región podían disfrutar de la comodidad del extracto de cubilosa envasado en pequeñas porciones para uso diario. El tiempo de viaje representaba uno de los principales obstáculos para la importación, ya que los proveedores tardaban hasta dos semanas en transportar sus productos hasta China desde, por ejemplo, Malasia. Además, el extracto listo para su uso solo tiene una vida útil de 15 días.

Las cosas han cambiado desde que Tmall Global, el canal dedicado al comercio electrónico transfronterizo del Grupo Alibaba, puso en marcha en 2020 un modelo denominado New World Factory, que permite a las marcas extranjeras trasladar las fases finales de procesamiento y embalaje desde sus países de origen a las zonas francas integrales (CBZ, por sus siglas en inglés) de China.

El modelo se centra en las CBZ, zonas especiales de supervisión aduanera con políticas fiscales y cambiarias preferentes que albergan a empresas dedicadas principalmente a la fabricación y logística de exportaciones. En abril de 2020, el Gobierno amplió la política piloto de aranceles selectivos sobre las ventas nacionales a estas zonas. La política permite que los fabricantes que operan en depósitos aduaneros y venden sus productos al mercado nacional los declaren como materias primas importadas o como productos acabados o parcialmente acabados, en función de la evaluación de su conveniencia y la presión fiscal sobre sus empresas.

En el marco de este nuevo modelo, PT Swift Marketing Sdn Bh, una empresa malasia que cuenta con una cadena completa de cría de nidos de pájaros, construyó su nueva fábrica en una de las zonas francas del distrito de Xiasha, en la ciudad de Hangzhou, provincia de Zhejiang. De esta forma, puede almacenar la cubilosa cruda en su fábrica china con antelación, lo que permite a los trabajadores comenzar la producción el día que reciben los pedidos, y a los consumidores, utilizar el extracto fresco que se les entrega directamente desde la zona franca al día siguiente a más tardar.

“Los consumidores chinos ejercen una fuerte demanda de productos importados de corta duración, como el extracto de cubilosa, pero la cadena de suministro transfronteriza tradicional no lograba satisfacer sus exigencias”, explica Yu Xuhai, jefe del proyecto New World Factory, a Beijing Review. “El nuevo esquema acorta el periodo de suministro y crea un modelo de importación totalmente nuevo”, añade.

Hasta la fecha, Tmall Global ha cooperado con seis CBZ, entre las que se encuentran la CBZ de Hangzhou y la CBZ de Suzhou, en la provincia de Jiangsu, y la CBZ de Haikou, en la provincia de Hainan, con artículos que van desde la cubilosa, el café, alimentos para mascotas y cosméticos hasta productos químicos cotidianos.

Según Yu, el Gobierno chino ha fomentado un entorno favorable para el desarrollo del comercio electrónico transfronterizo. Junto con aprovechar las políticas gubernamentales, Alibaba ha estado trabajando para cumplir el compromiso adquirido en la primera Exposición Internacional de Importaciones de China (CIIE, siglas en inglés) en 2018 de importar bienes por un valor de 200.000 millones de dólares en cinco años. En las tres últimas exposiciones, la multinacional tecnológica ha superado los objetivos escalonados.

Estas nuevas características son una muestra clara de la mejora en la demanda de consumo del pueblo chino y darán forma al comercio electrónico transfronterizo y a la importación en general en la próxima década, concluye Liu.

9 de noviembre de 2020. Un empleado en Escobar, en la provincia de Buenos Aires, revisa una plataforma de comercio electrónico transfronterizo en la que se promocionan productos argentinos con miras al festival chino del “Doble Once”.

Fotos de Xinhua

2 de septiembre de 2022. Un trabajador transporta productos importados en un almacén de la zona franca transfronteriza en Hangzhou, provincia de Zhejiang.

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