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Sabor latinoamericano en las mesas chinas
Los productos de la región van ganando preferencia en los últimos años
Por ZHANG SHASHA
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GUO Mingjuan se ha dedicado al negocio de las cerezas desde 2013, momento en el cual comenzaron a ganarse el aprecio de los consumidores chinos. Al principio, su negocio operaba desde China, pero en 2019 un amigo le propuso constituir juntos su propia empresa en Chile. Y así lo hicieron.
Esta nueva empresa se ha convertido en todo un éxito. El color rojo de la cereza la convierte en un “amuleto de la suerte” dentro de la cultura china y le ha proporcionado mucha felicidad a Guo en su vida personal.
Además de haber encontrado a su hombre ideal, la empresaria también ha sido muy afortunada en este negocio. En la actualidad, su empresa exporta un promedio de 60 contenedores de 20 pies (alrededor de 19 toneladas por contenedor) de cerezas cada año. Según las últimas estadísticas de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (ASO- EX), durante el período de producción 2021-2022, el 88 % de las cerezas chilenas se exportaron a China.
En los últimos años, los productos exóticos provenientes de América Latina y el Caribe (ALC), como las cerezas chilenas, los arándanos peruanos y los productos lácteos uruguayos, se han convertido en los preferidos en los carros de compra chinos.
Los lazos económicos y comerciales entre China y ALC se han ido fortaleciendo de forma sostenida durante la última década. China es el segundo socio comercial de la región, solo después de Estados Unidos. Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de las Naciones Unidas, en 2020 las exportaciones de ALC a Estados Unidos y a la Unión Europea descendieron un 14 % y 13 % interanual, respectivamente, debido a la pandemia de COVID-19. Por el contrario, sus exportaciones a China experimentaron un aumento interanual del 0,1 %.
Los datos de la Administración General de Aduanas de China muestran que el volumen comercial total entre China y los países de ALC alcanzó los 451.590 millones de dólares en 2021, un 41,1 % más que el año anterior, lo cual sentó un récord, a pesar de la pandemia. De enero a julio de este año, el comercio bilateral alcanzó los 282.800 millones de dólares, un 14,4 % más que en el mismo período del año pasado.
“Todavía hay mucho potencial por delante con relación a la cooperación económica y comercial entre China y ALC”, indicó Wang Ping, vicepresidenta de la Asociación China de Estudios de Historia de América Latina, al Diario del Pueblo.
Un mercado floreciente
Aparte de las cerezas, el vino chileno, con su sabor único como resultado de las uvas cultivadas en distintivas condiciones geográficas y climáticas, en combinación con la aplicación de técnicas tradicionales europeas de vinificación, se ha convertido en otro de los productos favoritos entre los conocedores chinos de vinos.
“Con su sabor suave y afrutado, los vinos chilenos son aptos para principiantes y satisfacen el paladar de los consumidores asiáticos”, explicó Bai Ziyi, director de ventas de VSPT Wine Group de Chile en China, al semanario Beijing Review.
China se ha convertido en el mayor destino de exportación para los vinos chilenos, después de Brasil y el Reino Unido, según Wines of Chile, una organización privada sin fines de lucro de productores de vino chilenos.
Sin embargo, más allá de las cerezas o vinos, cabe preguntarse por las verdaderas razones detrás del crecimiento del comercio de productos de ALC frente a una tendencia mundial que, en general, ha ido a la baja.
Zhang Yong, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales, atribuye el aumento del volumen comercial a las experiencias compartidas por China en relación con la prevención y el control de la pandemia con los países de ALC, lo que ha sido beneficioso para la estabilización de la cadena industrial y de suministro, así como para la recuperación económica.
“La resiliencia económica de China, su enorme mercado y la creciente demanda de productos de alta calidad han allanado el camino para el auge de los productos de ALC en el mercado chino”, señaló Zhang al diario Beijing Business Today. “Varios países de ALC que aún se encuentran en un proceso de ajuste de su estructura económica han puesto sus ojos en las enormes oportunidades de mercado y han continuado diversificando sus productos para la exportación”, sostuvo.
Luego está el factor arancelario. “Un aspecto más importante de los vinos chilenos es su alto desempeño en costos, lo cual ha contribuido en gran medida al auge de las ventas en China”, explicó Bai. Gracias al Tratado de Libre Comercio (TLC) entre ambos países, los consumidores pueden obtener excelentes productos a precios más bajos.
Los aranceles sobre los vinos chilenos se fueron reduciendo año tras año desde la entrada en vigor del TLC firmado entre China y Chile en 2006, siendo eliminados por completo en 2015. Según la Administración General de Aduanas de China, las exportaciones de vinos chilenos a China aumentaron un 27 % solo en 2015, con lo cual el país sudamericano superó a Australia para llegar a ser la segunda mayor fuente de vinos embotellados en China, después de Francia. En 2017, el TLC fue actualizado. Desde entonces, el 97 % de los productos no pagan ningún tipo de arancel.
Además de Chile, Perú y Costa Rica también han firmado Tratados de Libre Comercio con China, mientras que el 6 de febrero se iniciaron oficialmente las negociaciones para la firma de un TLC entre China y Ecuador.
“Ecuador es famoso por su camarón blanco, plátanos y flores. Si el TLC se alcanza y se implementa en el futuro, los consumidores chinos podrán obtener esos productos a precios más bajos”, destacó Yue Yunxia, directora asociada del Departamento de Economía del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia China de Ciencias Sociales, a China Business Network. “Gracias a los precios más competitivos, Ecuador podrá aumentar sus exportaciones a China”, añadió.
“El alcance del TLC va mucho más allá de los aranceles, ya que además facilita el comercio y la inversión, e impulsa la cooperación económica en general”, concluyó Yue.
Este ha sido un año especialmente bueno para la cooperación económica y comercial entre China y ALC, la cual ha sentado una base sólida para el continuo desarrollo bilateral. Con la participación de Nicaragua y Argentina en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, 21 de los 24 países de ALC que han establecido relaciones diplomáticas con China se han convertido en participantes de la iniciativa propuesta por China con el objetivo de mejorar la conectividad y la cooperación transcontinentales.
A la mesa de los chinos
Para empresarios como Guo y Bai, los negocios en cerezas y vinos han surgido del comercio bilateral. “La temporada de recolección de las cerezas chilenas coincide con la Fiesta de la Primavera, el festival más grande de China. Los consumidores tienen menos opciones de frutas durante esta celebración, que generalmente cae en enero o febrero. Sin embargo, ya que la festividad anual masiva exige un festín de frutas, ha habido un auge en las ventas de cerezas chilenas”, indicó Guo a Beijing Review.
Junto con los productos agrícolas, las materias primas industriales, los metales y los productos mineros de los países de ALC también se han abierto camino en el mercado chino. A cambio, los habitantes de los países de ALC han podido gozar de todos los beneficios económicos que ello ha reportado.
En 2021, el volumen comercial entre China y Brasil superó los 164.000 millones de dólares, un 37 % más que el año anterior. El Banco Central de Brasil declaró en un informe en 2021 que el consumo interno de China ha estimulado significativamente las exportaciones brasileñas.
Además de la cooperación comercial, la inversión de China en los países de ALC ha ido aumentando año tras año. “La mejora beneficiará la construcción de infraestructura y el desarrollo económico en la región de ALC”, manifestó Wang Ping.
Oportunidades futuras
A pesar del enorme potencial que aún hay por delante, la cooperación económica y comercial entre China y ALC se enfrenta a varios desafíos.
Guo Mingjuan apunta a una serie de obstáculos para la expansión de su negocio de cerezas, principalmente debido a la insuficiencia en infraestructura y logística en Chile.
A diferencia de Guo, una de las principales preocupaciones de Bai es que los chinos aún no conocen la marca chilena y los productos vinícolas no gozan de la misma reputación que otros. Por ejemplo, al hablar de vino, la gente piensa primero en Francia. La cadena industrial global todavía se encuentra incompleta y este será un problema clave por resolver en el futuro.
“Las dificultades no limitarán el futuro de la cooperación bilateral”, creen Guo y Bai. Ambos piensan que sus “negocios rojos” –por el color de las cerezas y el vino tinto– están destinados a beneficiar a más personas en los dos lados del mundo.
“Ambas partes deberían tomar sus propias necesidades de desarrollo como base para intensificar los lazos comerciales, aprovechar al máximo sus ventajas y ampliar el espacio de colaboración”, recomendó Wang Ping.