Centro de Investigación Aplicada • 21 de Noviembre de 2014 • No. 54
Programas sociales: Aún nos falta un largo camino por recorrer∗ Renato Campos Jiménez Universidad Nacional de Ingeniería renatocampos.j@gmail.com no de los principales ejes del actual gobierno es la inclusión social, entendida como la integración de todos los miembros de la sociedad a la vida comunitaria. En otras palabras, la inclusión social tiene como objetivo el dotar de una vida digna a todos. Para ello, se hace uso de los programas sociales, los cuales son iniciativas destinadas a mejorar las condiciones de vida de una población. Los programas sociales pueden ser de diversos tipos y poseen distintas características, las cuales dependerán de los objetivos que se tracen.
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En el Perú, los programas sociales están dirigidos a mejorar la condición de vida de los pobres. Para poder hacer la distinción entre pobres y no pobres, el gobierno hace uso del enfoque de la pobreza monetaria, el cual se clasifica a las personas según su nivel de ingresos y determina un umbral en donde aquellas personas que se sitúan por debajo de él son consideradas como pobres. Dicho umbral es de S/. 284 mensuales en nuestro país. En consecuencia, aquellas personas por debajo de ese umbral son la población objetivo de los programas sociales gubernamentales. Si bien, este enfoque es el más utilizado a escala mundial para medir la pobreza y es más sencillo de medir por la gran disponibilidad de información, la restringe meramente a términos monetarios, con lo cual se estaría subestimando la cantidad de pobres en un país,
puesto que no toma en cuenta otros factores que también tienen incidencia en la calidad de vida de las personas, como lo son la educación, el empleo, la vivienda, etc. Diversos nuevos enfoques han surgido en búsqueda de superar las limitaciones de la pobreza monetaria. El que tiene más aceptación de todos ellos es el enfoque de la pobreza multidimensional, el cual presenta una visión más completa de la pobreza en un país. Además, este enfoque utiliza una metodología sencilla de replicar y para la cual existe disponibilidad de información.
“Casi 3.3 millones de peruanos son excluidos por el propio Estado al uitlizar el enfoque de la pobreza monetaria” Un estudio realizado en nuestro país utilizando el enfoque de pobreza multidimensional, muestra que la tasa de pobreza al año 2012 es del 36.6%, cuando en los datos oficiales es de 25.8%. Esto significa que casi 3.3 millones de peruanos no son considerados pobres por el Estado, lo cual no los hace parte de la población objetivo de los programas sociales. En consecuencia, esta población estaría siendo excluida por el propio Estado, al no hacerla partícipe de los programas sociales. Pero la exclusión no es el único problema de los programas sociales en nuestro país. Otro
∗ El presente artículo está basado en el documento: “Las políticas y programas sociales del gobierno de Ollanta Humala desde la perspectiva de la pobreza multidimensional”. Vásquez, Enrique (2013). Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico.
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problema es la subcobertura, la cual consiste en la parte de la población objetivo que no estaría siendo beneficiada por el programa social. Los casos de los programas Cuna Más y Comedores Populares son llamativos, dado que su cobertura sólo alcanza al 2% de la población objetivo. Además, por si fuera poco, existe otro problema grave: la filtración. La filtración la entendemos como la parte de la población beneficiada por el programa social que no pertenece a la población objetivo. El programa Cuna Más es el que mayor filtración tiene, llegando a niveles de 80%, mientras que Vaso de Leche tiene un 62% de filtración. En conclusión, se pueden identificar dos falencias críticas de los programas sociales en nuestro país: por un lado, se focaliza erróneamente a los beneficiarios y por otro lado se beneficia a personas que no son parte de la población objetivo.
“Por un lado, se focaliza erróneamente, y por el otro lado, se filtran personas” Una estimación realizada sobre los posibles costos de la filtración ha arrojado la suma de casi S/. 900 millones, lo que representa aproximadamente el 0.17% del PBI. Este monto pudiera tranquilamente ser destinado en medidas para mejorar la focalización y disminuir la filtración. A este costo de la ineficacia se debe añadir la característica de que el gasto social destinado a las regiones no está bien focalizado, puesto que existen regiones con ba-
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jas tasas de pobreza que reciben relativamente alto gasto social per cápita. A pesar de todas estas deficiencias encontradas, si observamos la evolución en el tiempo de los programas sociales, notaremos que estos han ido mejorando su eficacia. Un claro ejemplo de ello es Qali Warma, programa lanzado para reemplazar a PRONAA. Qali Warma en la actualidad incurre en menores costos administrativos como porcentaje del presupuesto total que PRONAA (4.1% contra 11.8%). Además, el gasto social es progresivo, puesto que las regiones con mayor desnutrición crónica son las que reciben mayor cantidad de gasto por beneficiario. Sin embargo, esto no se cumple en el caso de los escolares.
“A pesar de todas estas falencias, los programas sociales han ido mejorando a lo largo del tiempo” Revisando el estado actual de los programas sociales, se concluye que falta aún mucho por hacer. El mayor énfasis en este gobierno en aumentar el gasto social debe ser combinado con medidas de eficiencia que permitan que la ayuda llegue a los que la necesiten al menor costo posible y con la mejor calidad. Esto implica aumentar la cobertura y disminuir la filtración. Además, lo que se busca con los programas sociales es que los beneficiarios no sean eternos, sino que salgan del programa ya que se pueden valer por ellos mismos.