66. Te querré siempre

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La Cinemateca es una propuesta cultural de Amigos de la Cinemateca con la colaboración del I.E.S. Martínez Montañes y la participación del Institut français d’Espagne (Sevilla), Goethe Institut-Madrid, Secretariado de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologías Universidad de Sevilla.

Te querré siempre (Viaggio in Italia) Italia-Francia, 1954. 80' D: Roberto Rossellini. G: Roberto Rossellini, Vitaliano Brancati, Antonio Pietrangeli. Mú: Renzo Rossellini. F: Enzo Serafin. Pr: Sveva Film / Junior Film / Italia Film / Les Films d'Ariane / Francinez I: Ingrid Bergman, George Sanders, Maria Mauban, Paul Muller, Anna Proclemer, Leslie Daniels. Un rico matrimonio estadounidense, que lleva en Roma una vida despreocupada, ve cómo su hijo se suicida. La madre, traumatizada y sintiéndose culpable por no haber atendido más a su hijo desde la infancia, decide ayudar a la gente más necesitada en los barrios más humildes de la ciudad. Sin embargo su ayuda a un delincuente le pondrá bajo sospecha a ojos de la policía. Ingrid Bergman había quedado prendada del arte fílmico que desarrollaba el director italiano Roberto Rossellini y decidió conocerle. Poco después se habían casado y establecido una fructífera colaboración artística. Este filme es su segundo trabajo conjunto, tras Stromboli, y aunque no férreamente establecido en los básicos postulados neorrealistas, sí encontramos todos los temas que la corriente italiana intentaba reflejar y denunciar. Ingrid, en la Italia de la posguerra, es una mujer de la alta burguesía que ve cambiada su vida después del suicidio de su hijo, encaminando su propia redención, ya que se cree la culpable de la muerte del pequeño, hacia la realización de buenas obras destinadas a paliar la vida de los más necesitados, logrando únicamente por su familia, que no la comprende, una solución significada por la tragedia. En este recorrido, Rossellini muestra todas las carencias de la gente más menesterosa, las malas condiciones de vida, la explotación laboral, la delincuencia, el mundo de la prostitución, exponiéndolo todo con una desabrida fotografía no exenta de impresiones de luces y sombras. Triste parábola sobre la concienciación social, la interiorización de nuevos valores, que sirven para que la gran preocupación humanista que posee el maestro italiano salga a la luz de una manera significativa. Te querré siempre -Viaje a Italia- constituye al mismo tiempo el anteproyecto de toda modernidad cinematográfica y la obra en la cual cristaliza una nueva postura sobre la narración fílmica, la manera de decir visualmente una historia y una realidad donde ésta se inscribe (o, mejor dicho, de donde ésta emana). Una visión que impregnará los postulados de todo el cine moderno europeo (en el centro, la “nouvelle vague” francesa), y que -no debemos olvidarlo- parte de esta peculiar operación con la realidad que se ha convenido en llamar “neorrealismo”. Busquemos en Rossellini el auténtico origen de la modernidad cinematográfica europea.

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están libres, y que por tanto es imposible rodar ese filme: de golpe, no hay guión sobre el cual construir un filme. Y, contra todo pronóstico, Rossellini decide hacer una película: será precisamente de esta circunstancia de donde acabará arrancando una nueva visión de la dramaturgia moderna. El autor de Roma, ciudad abierta opta por hacerse con un “guión mínimo” que le permita trabajar en libertad respecto al acto mismo de hacer cine y a la manera en que el dispositivo cinematográfico se pone en contacto con la realidad existente (por eso Rossellini acabará reinventando las formas cinematográficas). Este vehículo mínimo, esta célula narrativa fundamental sobre la cual Rossellini bastirá todo un filme es -no podía ser de otra manera- una historia de amor. A partir de una mínima historia, el discurso de Rossellini consiste en el seguimiento de los trayectos de los dos protagonistas, por separado, a través del paisaje napolitano, en un itinerario que acaba enfrentando sus miradas con el vacío, en un ejercicio de concienciación que los devuelve no al pasado. No es pues, como sucedía en el cine clásico, ninguna férrea estructura de guión la que determina la instauración de la pasión como medida que rige el universo humano. Ni tampoco una puesta en escena que catapulta, con la precisión matemática de un mecanismo pasional, los cuerpos, las miradas, los seres, hacia un encuentro definitivo y seguro al final del filme. De hecho, la narración queda traspasada por la marca de la fragilidad, de la inestabilidad temporal (en relación al clasicismo podríamos decir: el tiempo no se orienta hasta el plano secuencia que cierra la película). Te querré siempre es, ante todo, el itinerario físico y moral de una pareja de anglosajones que entran en contacto con una realidad que, contra todo pronóstico, los acaba transformando de manera radical. El recorrido dentro del filme de estos dos personajes (no en vano interpretados por dos emblemáticos actores del clasicismo norteamericano) se inicia con un recorrido dramáticamente vacío en el que no tienen importancia más que los hechos más insignificantes (una ocasional conversación banal, el choque de un mosquito en la luna del automóvil). Lo que se nos da en este inicio temporalmente vacío es, por tanto, la imagen de dos anglosajones mirando en paralelo una interminable carretera italiana: metáfora directa de todos esos filmes clásicos que se inician con vehículos en movimiento para visualizar el arranque de la propia narración. Pero, de repente, la narración rosselliniana se halla en un paisaje donde el movimiento es vacío, desprovisto de un primario interés dramático (subrayado por el cansancio que sufren los mismos protagonistas y que provoca que a los pocos instantes de iniciarse el filme ella pida a su compañero que tome el volante del vehículo).

El planteamiento a través del cual Alain Bergala ejecuta su aproximación a la obra parte de las circunstancias mismas en que ésta se produjo: el director y todo el equipo de producción se encontraron en Nápoles, con la finalidad de rodar una adaptación de la narración “Dúo” de Colette. En aquel preciso momento se descubre que los derechos de la narración no correo electrónico: lacinemateca@hotmail.es. blog: lacinematecasevilla.wordpress.com twitter: @la_cinemateca. facebook: www.facebook.com/lacinematecasevilla hojas de sala: issuu.com/cinematecasevilla

Noviembre 2012


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