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La Cinemateca es una propuesta cultural de Amigos de la Cinemateca con la colaboración del I.E.S. Martínez Montañes y la participación del Institut français d’Espagne (Sevilla), Goethe Institut-Madrid, Secretariado de Recursos Audiovisuales y Nuevas Tecnologías Universidad de Sevilla.

Accattone Italia, 1961. 116’. v.o.s.e. D: Pier Paolo Pasolini. G: Pier Paolo Pasolini, Sergio Citti. Mú: J.S. Bach.F: Tonino Delli Colli. I: Franco Citti, Silvana Corsini, Franca Pasut, Paola Guidi, Adriana Asti, Mario Cipriani, Roberto Scaringella, Adele Cambria. Pr: Alfredo Vini, Cino del Cuca

Accatone es el apodo de un joven que, en un suburbio romano, vive sin hacer nada, a costa de una prostituta, Magdalena. Cuando la muchacha acaba en la cárcel, Accattone se encuentra en un mal trance. Rechazado y vapuleado después de un intento de reconciliación con su mujer, que vive con su niño en casa de su padre y de su hermano, el joven trata de sustituir a Magdalena con una joven que acaba de conocer: Estrella. √âsta, increíblemente ingenua y confiada, no está hecha para el triste oficio y Accattone, que se ha enamorado, decide buscar un trabajo para mantenerse a sí mismo y a la chica. Ignorando que la policía lo está vigiland -Magdalena, por celos, desde la cárcel le ha denunciado por explotación- Accattone prueba el camino del robo. En Accattone, primera película de Pasolini, el autor lleva a la pantalla grande el mismo mundo de pobreza urbana de sus novelas. Es la historia de un joven vagabundo, que vive con otros muchachos de la calle entre bravatas, borracheras, robo y prostitución. La película, que recogió óptimas críticas en el Festival de Venecia, tiene una apariencia de realismo sólo en el argumento. Pasolini le imprimió un estilo plástico con fuertes alusiones a la pintura manierista. Del mismo modo utilizó música de Bach como fondo musical, con cierto efecto disgregante, y empleó el dialecto hablado por los personajes con método filológico. En los diálogos colaboró también el protagonista, Sergio Citti. En el submundo de Roma vive Accattone, un peculiar personaje que ejerce de chulo y malvive con su grupo de amigos, para los que es preferible pasar hambre a trabajar. La primera película de Pasolini bebe del neorrealismo y del primer Fellini, pero es ante todo la personalísima visión del director y guionista la que le imprime su peculiar carácter. Trágica sin dejar de lado lo cómico, áspera pero con intensos toques de lirismo, enfangada en una realidad casi obscena y a la vez impregnada de catolicismo, con una dirección descarnada pero elegante. Música de Bach y excelentes interpretaciones para una obra que mantiene en buena parte su capacidad de fascinación. O me mata el mundo o lo mato yo a él (Accattone) “Los personajes de Accattone eran todos ladrones, o chulos, o carteristas o gente que vivía al día; se trataba, en definitiva, de una película sobre la mala vida. Naturalmente, a su alrededor estaba también el mundo de la gente del arrabal, implicada tal vez por complicidad en la mala vida, pero que, en definitiva, trabajaba normalmente (por un salario miserable, como Sabino, el hermano de Accattone). Pero como autor y como ciudadano

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italiano, en la película yo no expresaba ningún juicio negativo sobre los personajes de la mala vida: todos sus defectos me parecían defectos humanos, perdonables, además de estar del todo justificados socialmente. Eran, como dije, los defectos de unos hombres que obedecen a una escala de valores absolutamente “propia” y “diferente” de la burguesa. En substancia, son personajes enormemente simpáticos; es difícil imaginar gente tan simpática (más allá de los sentimentalismos burgueses) como la del mundo de Accatone, es decir de la cultura subproletaria y proletaria de Roma hasta hace unos diez años. El genocidio ha borrado para siempre a estos personajes de la faz de la tierra. En su lugar están esos “sustitutos” suyos que, como ya tuve ocasión de señalar, son, por el contrario, los personajes más odiosos del mundo.” (Fragmento de “Mi Accattone”,publicado el 8 de octubre de 1975 en “Il Corriere della Sera”). Una película lúcida y formalmente brillante que rebosa fuerza e invención lírica. La Claqueta En 1975 Pasolini escribió sobre esta película con motivo de su presentación televisiva (“Mi Accattone en televisión después del genocidio” en Cartas Luteranas, Trotta: Valladolid, 1997). Afirma que desde su actualidad el filme sólo puede verse como un fenómeno trágico, ya que el mundo de los personajes ha sido destruido. “Entre 1961 y 1975 algo esencial cambió: se produjo el genocidio. Se destruyó culturalmente una población [...] Los jóvenes —vaciados de sus valores y de sus modelos como si de su sangre se tratara— se han convertido en copias espectrales de otro modo de ser y de concebir la existencia: el pequeño burgués”. Mientras que, como vimos, el filme se plantea como un universo de relaciones internas, el mundo cultural del arrabal romano fue destruido por la irrupción de un elemento externo: el consumismo. Al observar el filme desde 2011 me interesa destacar la idea que transmite de una estructura detrás de una muerta en apariencia casual. La muerte del mismo Pasolini tiene su historia oficial que habla de motivos privados y sexuales para el asesinato. Sin embargo, es difícil aceptar que uno de los mayores críticos de su sociedad, que denunció los poderes ideológicos y económicos que se habían convertido en lo que él llamaba el “nuevo fascismo”, haya muerto por el accionar aislado de un individuo. Sin duda, de manera muy diferente al caso de Accattone, este asesinato respondía a los intereses de una estructura mayor. En una de sus muchas predicciones de la muerte Accattone exclama “O me mata el mundo o lo mato yo a él”, y el mundo termina por matarlo. Sin embargo, si Pasolini fue contra el mundo y el mundo contra él, no podemos considerar su muerte como una derrota. Sofía Castaño, Revista Replicante

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Febrero 2013


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