E L F U T U R O EN MO N I T O R REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO DE LA VIVIENDA POR JULIO A. MILLÁN PRESIDENTE DE
Mayo 2003
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EL FUTURO EN MONITOR REFLEXIONES VIVIENDA
SO B R E
EL
FUTURO
DE
LA
Por vivienda se asume la construcción que da cobijo a los seres humanos, esencialmente a la familia, y los aleja de la intemperie. “Es el lugar donde las familias consolidan su patrimonio, establecen mejores condiciones para su inserción social, genera las bases para la emancipación individual y colectiva e inicia el desarrollo social sano de sus miembros”1 La vivienda, uno de los satisfactores universales y elementales de las personas, forma parte del patrimonio familiar, activa los circuitos financieros y coadyuva en el aumento de calidad de vida de la población. La vivienda en sí misma constituye un cluster donde se agrupan ocho actividades primarias relacionadas con la extracción y procesamiento de minerales no metálicos; 24 actividades manufactureras; tres actividades de servicios (transporte, alquiler y servicios profesionales); cinco actividades de comercio al mayoreo y 17 actividades relacionadas propiamente con la construcción. En suma, 57 actividades empresariales vinculadas entre diversas fases de la producción, comercialización y servicios. Cabe anotar que en la definición de esta red de valor no se incluyen las actividades asociadas a los servicios financieros y de corretaje de vivienda, ambas actividades importantes en el desarrollo de este sector. Mas la vivienda ha ido evolucionando en función de las necesidades secundarias creadas por el hombre. Las construcciones de tiempos pre-históricos tipo cavernas o chozas, para cubrir una necesidad primaria como es el cobijo - según la pirámide de las necesidades de Maslow - se han ido transformando para cubrir necesidades secundarias de status, seguridad y autoestima. Además, las transformaciones en la construcción de las viviendas han estado vinculadas con las condiciones climáticas, culturales y económicas de las regiones.
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“Programa Sectorial de Vivienda 2001-2006”, Gobierno de la República de México.
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CONTEXTO MUNDIAL DE LA VIVIENDA El sector de la vivienda ha sido analizado a partir de la industria de la construcción, debido a su participación relevante en el Producto Interno Bruto y su aporte para la generación de empleos. Además las actividades afines a la edificación de viviendas conforman un amplio sector que es considerado estratégico para el crecimiento de los países. En el período 1998-2001, la industria de la construcción aportó un promedio de 5% del PIB de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La mayor participación se observó en Estados Unidos (8.3%), España (7.4%), Austria (7.2%) y Portugal (6.4%). En ese lapso, México se ubicó por debajo del promedio, con 3.7%. No obstante, otros países de mayor nivel de desarrollo también estuvieron por debajo del promedio, como Suecia con 3.7% y Noruega con 3.3%. Estos indicadores sirven para constatar que si bien el mayor desarrollo de viviendas se encuentra en los países industrializados, se producen pocas pero de alto valor agregado. Entretanto en los países en vías de desarrollo el sector de construcción de viviendas familiares es más dinámico, toda vez que en estos países el desarrollo demográfico es más activo y por tanto crece el déficit habitacional. De prevalecer esta tendencia de demanda, en la que los países en desarrollo requieren más viviendas que los industrializados, para el año 2050 el mundo requerirá cerca de 2,500 millones de viviendas, de las cuales 993 millones serán necesarias para compensar el crecimiento demográfico de los países en desarrollo. La demanda será más activa en países de Africa, Medio Oriente y Asia, donde se podrá requerir entre dos y tres veces más casas de las que hoy existen. En cuanto al empleo, para el año 2000 la industria de la construcción brindó empleo al 6% de la población económicamente activa (PEA) mundial. Teniendo en cuenta que la construcción residencial representa el 50% del total de la construcción, entonces se puede afirmar que la edificación de viviendas generó empleos directos a 110 millones de trabajadores. Respecto a la propiedad de la vivienda, en los países desarrollados prolifera la vivienda propia y rentada: seis de cada diez casas son propiedad de sus moradores y dos de cada diez viviendas se rentan.
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En el caso de los países industrializados, es muy común el mercado de viviendas en arrendamiento, tanto por la claridad del marco jurídico que lo soporta, como por el peso que tiene el arrendamiento en el nivel de gastos familiares y por la cultura de vivienda rentada que existe en su población.
LA VIVIENDA COMO HOGAR Se asume la familia como la célula fundamental de la sociedad y el hogar como la morada donde va desarrollándose la familia, haciendo vida cotidiana, transmitiendo valores, procesos culturales, enraizado la noción de pertenencia a la patria donde se nace o se crece. Los grandes precursores de los tiempos modernos del urbanismo, como LeCobusier, le otorgaron a sus diseños habitacionales, un gran valor al concepto de hogar, de tal manera que en las viviendas unifamiliares o multifamiliares existieran los espacios para el disfrute y la recreación familiar. Hoy, el concepto de hogar sigue presente en la construcción de las viviendas, especialmente en industrias conexas como las de equipamiento doméstico. La agitada vida citadina y los niveles de inseguridad empujan cada vez más a sus habitantes a refugiarse en sus hogares. Gracias a los adelantos tecnológicos, el hogar pasa a ser no sólo el centro de convivencia familiar sino también el principal centro de consumo cultural: radio, televisión, videojuegos, videos, internet, CDs. En las principales ciudades de América Latina el 90% del consumo cultural se produce en el hogar.
ACTUALIDAD DE LA VIVIENDA EN MÉXICO En México el valor de la producción formal del sector vivienda asciende a más de 4,500 millones de dólares al año, sin considerar que por cada casa que hacen los industriales la construcción pueblo hace otra. Aporta el sector vivienda, el 5.7% de los asegurados permanentes del IMSS y el 30.5% de los empleos temporales. Por cada desarrollo habitacional se demanda suelo urbanizado, se activa la industria del mueble y equipamiento doméstico y adicionalmente se demandan servicios básicos para la vivienda.
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El número de habitantes por viviendas ha disminuido: de 5.0 personas en 1990 se pasó a 4.5 para el año 2000. Por tanto, el menor crecimiento demográfico incide en la disminución del hacinamiento en los hogares, especialmente en las familias de bajos ingresos. En el país prevalece el concepto de “vivienda propia”. Cuatro de cinco viviendas pertenecen a sus moradores. Sólo 16.7% de las familias en el país viven en casas rentadas. Casi 60% de los ingresos fiscales derivados de la fabricación de casas se destinan a la Federación, por tanto se considera que la estructura fiscal de la vivienda premia a la Federación y castiga al Municipio. Los Municipios reciben únicamente entre un 4 o 5% de los ingresos fiscales derivados de la construcción y a cambio tienen que proporcionar de todos los servicios, como la recolección de basura, alumbrado público y proporcionar servicios de seguridad, de por vida, a los usuarios de las viviendas.
Demanda Habitacional El Censo del año 2000 registra 21.5 millones de viviendas en el país, lo que representa un incremento de tres veces con respecto a las existentes en 1965. No obstante, la cifra es aún insuficiente para satisfacer la demanda. El mercado potencial asciende a 1 millón 811 mil viviendas nuevas, sin considerar las que requieren ampliarse, rehabilitarse o mantenerse. La mayoría de la demanda se concentra en los principales centros urbanos. Para el año 2000, la concentración más grande de viviendas se ubicó en el Distrito Federal y el Estado de México, donde se asientan 4.8 millones de viviendas, un 24% del total nacional. El rezago en la calidad de la vivienda mexicana es evidente. Por sus características, muchas viviendas implican todavía condiciones de insalubridad. Una de cada diez viviendas censadas en el año 2000 carece de agua entubada y las que sí tienen este servicio, una tercera parte no tiene acceso al agua dentro de la vivienda. También el censo arrojó que una de cada cinco casas carece drenaje, una de cada siete no tiene servicios sanitarios e igual proporción tiene pisos de tierra. En síntesis, sólo 13.8 millones de las viviendas totales del país (21.5 millones) tienen pisos y techos de materiales sólidos; y sólo 16.6 millones de viviendas cuentan con los tres servicios básicos (agua, drenaje y luz).
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Para el actual Gobierno Federal, la disminución del déficit habitacional es uno de sus principales objetivos. La meta, bastante ambiciosa, es alcanzar para el año 2006 la construcción de 750,000 viviendas cada año. Lo que representaría la creación de más de 4 millones de empleos en la industria de la construcción y sectores relacionados. Para poder construir 750 mil viviendas al año, es necesario contar con 13,000 hectáreas anuales de tierra apta para uso habitacional. Si consideramos que el Programa Sectorial de la Vivienda es para el lapso de seis años, se requerirían 78, 000 hectáreas en total. Hasta el momento, SEDESOL y organismos estatales y municipales de la vivienda han identificado sólo 32 mil hectáreas de tierra apta, reserva territorial que sólo sería suficiente para satisfacer las necesidades de tierra de dos años y medio. De estas 32 mil hectáreas, sólo el 11% está urbanizado y 21% en proceso de urbanización. Los estados que presentan mayores problemas de reserva territorial para construcción de viviendas son Baja California, Distrito Federal, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Nayarit, San Luis Potosí, Sonora, Tamaulipas y Veracruz. La construcción de estas 750 mil viviendas anuales, demandan el suministro de servicios de agua, drenaje, electricidad y servicios de limpia durante la vida útil de las viviendas. Sólo en agua potable, alcantarillado y saneamiento, consumirán 230 millones de metros cúbicos de agua potable por año, equivalente al consumo anual de Baja California, por ejemplo. Esta realidad de las tierras aptas para la construcción de viviendas y la demanda de servicios, muestra que México necesita financiamiento de la banca de desarrollo para integrar las llamadas “bolsas de suelo”, inversiones en reservas territoriales que promueven los municipios y que en la medida que se van dotando de infraestructura, forman el mercado de suelo para la construcción de la vivienda.
Financiamiento Habitacional El mercado de la vivienda en México se ha sostenido por la versatilidad de nuevos organismos de créditos representados esencialmente por las SOFOLES que nacieron como una alternativa de financiamiento frente a los problemas que enfrentaba el sector bancario a raíz de la crisis de 1995. En el último lustro, una de cada dos viviendas se obtuvo por medio de financiamiento.
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El INFONAVIT aporta seis de cada diez créditos otorgados, el resto está atomizado entre diversos organismos, esencialmente públicos. Las tasas de interés hipotecarias han ido decreciendo. En promedio las tasas nominales son iguales a la inflación , más 10 a 20 puntos, dependiendo de la institución. Sin embargo, el hecho de ser tasas para el corto plazo no son incompatibles con una inversión de largo plazo que representa la compra de una vivienda. Es decir, el pago de intereses tiende a ser muy costoso para el futuro comprador de vivienda. Además de los onerosos esquemas de financiamiento, el futuro comprador de vivienda debe transitar un engorroso camino de trámites tanto para obtener el crédito como para obtener su documento de propiedad de la vivienda.
TAREAS PRIORITARIAS PARA MÉXICO Vincular el desarrollo de la vivienda con el ordenamiento territorial, la creación de bolsas de suelo y el papel activo de los municipios. Consolidar la representación institucional de la Cámara Nacional de desarrolladores de vivienda, para que los productores de vivienda busquen mejoras en términos de calidad, avances tecnológicos y protección al consumidor. Desarrollar esquemas de financiamiento y apoyo al 40 por ciento de los mexicanos que no cuentan con recursos suficientes para tener acceso al mercado inmobiliario. Desarrollar políticas fiscales a nivel federal, estatal y municipal, que incentiven la inversión en la construcción de viviendas. Homologar los criterios y apoyos de las diversas instituciones públicas que intervienen en el financiamiento a la vivienda, con el objeto de generalizar los beneficios. Alentar la productividad de la industria de la vivienda por medio de la investigación y el desarrollo tecnológico. Aplicar la ley para contener el desarrollo de los asentamientos ilegales y de la construcción informal. Desarrollar instrumentos financieros de largo plazo con menores tasas de interés. Facilitar la realización de proyectos y obras urbanos y de vivienda, simplificando la regulación y los requerimientos de tramitación.
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Reducir la intervención directa gubernamental y aumentar su función de promoción, concertación y facilitación de acciones de los agentes urbanos. Lograr que los ayuntamientos asuman mayor autoridad en materia de regularización de la tenencia de la tierra. Fomentar los mercados de crédito para viviendas usadas, con avaúlos adecuados y mejores sistemas de información para conocer los precios adecuados a este tipo de viviendas. Mejorar las estadísticas de edificación de vivienda: estadísticas propias de volumen de producción de áreas edificadas, empleo, remuneraciones al personal ocupado, demanda de bienes intermedios, así como el enlace puntual con otras actividades.
TENDENCIAS DE LA VIVIENDA EN MÉXICO
Si estimamos que la población mexicana para el año 2030 estará cercana a los 130 millones, la demanda de vivienda podría ascender de 25 a 35 millones de viviendas hacia ese año, dependiendo de la dinámica de hogares por personas solas, divorciadas o el incremento de madres solteras. La cifra de 35 millones de viviendas se alcanzaría antes del año 2015 si existe mayor posibilidad de que los hogares de reciente formación encuentren en el mercado una respuesta a sus necesidades y si la proporción de habitantes por vivienda pasa de 4.5 en el 2000 a cerca de 3.7 habitantes por hogar antes del 2015. Actualmente, en promedio, habitan 4.5 personas por hogar; en el año 2030 podrían habitar 3.7 personas por hogar; donde la diferencia entre hogares no será sólo de número, sino que se corresponderá con un nuevo patrón de manutención del hogar ya que ante las tendencias de cada vez más hogares uniparentales, se presume que uno de cada tres núcleos familiares estará a cargo de una mujer. La incorporación de la mujer al ámbito laboral determina un menor tiempo dedicado a las labores domésticas, independientemente si la mujer labora o no dentro de su casa. Esto condiciona que en el diseño de las casas del futuro se agreguen sistemáticamente las condiciones para un mayor equipamiento doméstico que pueda ser incorporado para auxiliar en las labores cotidianas. En el caso de los conjuntos habitacionales, se podrá advertir la presencia de espacios para la oferta de servicios que antes eran hechos dentro del hogar, tales como lavado y planchado de prendas de vestir, venta de alimentos, atención de infantes y ancianos y el home-care en sustitución de los cuidados médicos hospitalarios.
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Otro cambio importante en la móvil estructura poblacional será el ascenso de hogares unipersonales que se caracterizarán por aquella población que ha mudado de lugar para estudiar o trabajar o producto de divorcios. En el año 2000 se estima que hubo aproximadamente 1.3 millones de hogares para personas solas, en el 2030 este tipo de vivienda podría ser de 1.7 millones. Frente a una continua reducción de la tasa de natalidad, hará que las familias numerosas (aquellas conformadas por más de cinco miembros), pierdan participación en la estructura general de los hogares. Por su parte, las familias medianas (de 4 a 5 personas) predominarán en los próximos 30 años y la tendencia será fabricar casas para 4 ó 5 personas. No obstante, las familias pioneras con miembros de 2 a 3 personas representarán uno de cada 3 hogares. Actualmente el 70% de la población nacional reside en viviendas de 3 a 6 cuartos. De mantenerse esta tendencia, hacia el 2010 esta participación podría ascender al 76%; hacia el 2030 podría aumentar al 86%; con una proliferación en la construcción de viviendas de 5 y 6 cuartos. Una más de las condicionantes que harán que el número de viviendas necesarias sea mayor, será que los procesos de formación y ruptura de familias se incremente y que estas rupturas no sean temporales. La construcción de nuevas viviendas también se orientará hacia el diseño de estudios o alcobas, es decir espacios mínimos para parejas y personas que vivan solas. Además se tendrán que considerar casas para la gente de la tercera edad que viva sola y que prolongue su vida productiva hasta los setenta u ochenta años. Se advierte que para el lustro 2005–2010, las Leyes de Condominios establezcan con claridad las tareas de mantenimiento y la obligatoriedad de su cumplimiento, así como las medidas de apremio para aquellos condominios que no acaten dichas resoluciones. Sin duda el gran problema del desarrollo habitacional en el país, para el mediano plazo, será el de la reserva territorial para la construcción de viviendas. Se impulsarán las llamadas “bolsas de suelo”, inversiones en reservas territoriales que promueven los municipios y que en la medida que se van dotando de infraestructura, forman el mercado de suelo para la construcción de la vivienda. Para incrementar el mercado formal de suelo en las ciudades hay que acondicionar el territorio y ordenar el crecimiento acorde a los siguientes puntos: 9
a)La política de adquisición, b)Control y regulación, c) planificación urbana para otorgarle direccionalidad al crecimiento de las ciudades, d) Criterio de función social de la ciudad, el suelo y la propiedad privada., e) Considerar el suelo para la urbanización y el no apto para la urbanización, .f) Fomentar el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales., g) Vigencia jurídica de los instrumentos de planeación. h) Mecanismos oportunos de acceso al suelo i) aprovechamiento de infraestructura existente. La preservación de la identidad de las ciudades, sus tradiciones y costumbres; el arraigo e identidad de sus pobladores; son otros de los retos que impone el proceso de preparación para la competencia futura. En este sentido, la construcción de viviendas será clave para mantener esa identidad.
En aspectos referidos al equipamiento y desarrollo de la vivienda, ante las mejoras de los sistemas de cobro de servicios domésticos como agua y luz, se demandará por parte de los usuarios que las casas tengan la posibilidad de adaptar sistemas de ahorro de energía y agua, así como de sistemas de reciclaje doméstico de agua y cuenten con las condiciones suficientes para un adecuado manejo de desechos domésticos. A medida que las ciudades se desarrollen, se agudizará la aplicación de medidas cuyo objetivo sea crear un balance entre la oferta y la utilización de recursos vitales, entre ellos el agua. Los condominios y viviendas particulares tendrán captores pluviales que cumplan con esta función y que tengan sistemas específicos para su canalización, independientes de los actuales sistemas de drenaje.
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Escenario Tendencial: Ciudades Mexicanas con Más de Un Millón de Habitantes, 2000-2030 Fuente: Elaborado por Consultores Internacionales S.C. con datos del Modelo Poblacional
2000 Zona Metropolitana del Distrito Federal Zona Metropolitana de Guadalajara Zona Metropolitana de Monterrey Zona Metropolitana de Puebla Zona Metropolitana de Tijuana Leó Ciudad Juárez Acapulco Zona Metropolitana de Mérida Zona Metropolitana de San Luis Potosí Zona Metropolitana de Cuernavaca Zona Metropolitana de Querétaro Zona Metropolitana de Coatzacoalcos Mexicali Cancún Zona Metropolitana de Aguascalientes Zona Metropolitana de Tampico Zona Metropolitana de Chihuahua total
2010
2020
17.7 3.5 3.3 1.6 1.2 1.1 1.1
19.7 4.1 4.0 1.8 1.7 1.3 1.3 1.1 1.0 1.0
21.3 5.0 5.2 2.0 2.1 1.3 1.5 1.5 1.2 1.1 1.2 1.2 1.2 1.1 1.1 1.0
29.5
37.1
49.0
2030 22.3 6.1 7.1 2.1 2.7 1.3 1.6 1.9 1.3 1.2 1.4 1.3 1.2 1.2 1.6 1.1 1.1 1.0 57.5
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MEGATENDENCIAS El desarrollo de las ciudades se basará esencialmente en un análisis de costo–beneficio para la población residente y para el gobierno de cada una de ellas. Su vocación estará limitada por un análisis del medio ambiente y la disposición de recursos humanos y tecnológicos. Cuatro grandes temas guiarán el desarrollo de las ciudades: Primero, la perspectiva estratégica de las nuevas tendencias, lo que requiere pensar en el potencial de las ciudades en un horizonte de los siguientes cincuenta años; El pensamiento pragmático y una dosis de humanismo guiarán las decisiones que influyan sobre la calidad de vida de la población; sin exponer el futuro de la ciudad y su reputación; La inversión en tecnología y la actualización tecnológica será un compromiso de las administraciones de las ciudades; El perfil de las ciudades será guiado por las utopías, con la contribución de un pensamiento colectivo que no excluya la creatividad y visión de los habitantes de éstos conglomerados. El desarrollo demográfico se prevé concentrado en torno a las ciudades (metropolización), donde se estima que el grueso de la población se ubicará en suburbios ubicados en un radio de 40 kilómetros alrededor de las ciudades centro que ya existen desde principios del siglo XXI. La mayor parte de la población urbana vivirá en multifamiliares, mientras que la población rural vivirá preponderantemente en casas unifamiliares. Una preocupación creciente en el desarrollo de viviendas de países desarrollados será la sustentabilidad ambiental; incluso serán altamente interactivas con el desarrollo de las telecomunicaciones y la electrónica. Los problemas ambientales incidirán en los reglamentos de vivienda, tendentes a mejorar el uso de energía y de los manejos de desechos domésticos. También se anticipan cambios en los materiales de construcción y en el diseño de las casas; lo que influirá en los costos y en las actitudes y valores de los consumidores. El desarrollo tecnológico influirá sobre la arquitectura y el diseño interior de las casas; la tecnología de la información, los patrones en el uso de energía, las medidas para la conservación de energía y la introducción de nuevos materiales, seguirán siendo de los propulsores del cambio en el diseño y modo de edificación. Las tecnologías de construcción variarán en función de la innovación de materiales, los requerimientos de calidad en la edificación de vivienda. 12
A diferencia de las casas de finales del siglo XX, las casas del primer cuarto de siglo se distinguirán por una interconexión con la red (WWW) en aspectos tales como el trabajo, la recreación, educación y administración del hogar al menos durante 17 horas al día2. El valor de la tecnología de información incorporada a autos y casas será de al menos ocho veces más en el año 2025 que lo que tenían en promedio los hogares en 1990. El concepto de “casas inteligentes” tenderá a proliferar en tanto que existirá una integración y disponibilidad universal de implementos digitales y redes de fibra óptica, equipos mecánicos y electrónicos (robots) que desempeñarán tareas domésticas. Se prevé que aumentará el número de aparatos domésticos auxiliares en distintos tipos de labores; todos estos formarán parte de un sistema integrado, donde las personas podrán comandar cada interfase directamente o de modo remoto. A partir del 2005 se estima que todos los complejos que se desarrollen en países ricos, estarán equipados con “banda ancha” y redes de telecomunicación adecuadas para el manejo de equipamiento doméstico cada vez más sofisticado. Otra aplicación de los sistemas de comunicación en coordinación con el equipamiento doméstico será la transmisión de los signos vitales de los habitantes de un inmueble hacia los centros de salud que los atienden de manera remota. La proliferación de los sistemas de “home–care” propenderán a una instalación de sistemas de monitoreo dentro del hogar para reducir los costos de hospitalización de pacientes con enfermedades crónicas. La creación de ventanas inteligentes responderá a la regulación del flujo de luz y calor; la preservación de la temperatura y humedad doméstica. Con ello se pretende disminuir el nivel de consumo de energía por medio del aprovechamiento de energía renovable. La mayor evolución tecnológica dentro del hogar corresponderá a sistemas de seguridad que se instalarán para prevenir incendios, accidentes, catástrofes naturales e incidencias delictivas. Otra tendencia relacionada con la formación de micro–climas dentro del hogar establece que aumentará el diseño de edificios y casas con invernaderos para la creación de un ambiente peculiar en estos dominios. Algunos materiales seguirán imperando y algunos otros cambiarán de acuerdo a las necesidades y transformaciones tecnológicas. La madera seguirá siendo demandada para los recubrimientos y muebles de los hogares; la diferencia estriba en que la celulosa con la que se harían éstos provendría de plantas como el bambú que será tratado industrialmente para hacerlo maderable y se aprovechará su durabilidad y resistencia al fuego.
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Coates, Joseph & Mahaffie & Hines. 2025 Scenarios of US and Global Society Reshaped by Science and Technology. Oakhill Press. 1997.
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Las tuberías tenderán a sustituir al cobre y a aplicar ductos de compuestos diversos (plástico en un inicio y luego compuestos de mega–materiales). Así mismo, las estructuras tenderán a hacerse de metales, polímeros y compuestos; especialmente para el caso de los techos y vigas. Las viviendas se integrarán de componentes modulares elaborados por materiales moldeables y de fácil transportación. Ante la creciente problemática ambiental, los materiales que requieran ser horneados (cerámicas y arcillas), tendrán un impuesto ecológico que los hará cada vez más costosos y tenderán a realizarse con sistemas ahorradores de energía y de baja emisión de contaminantes; incluso se podrán remplazar por materiales derivados del plástico. Para el caso de los países menos desarrollados y con ingresos medios, el futuro de la vivienda se anticipa como una evolución tecnológica centrada en el uso de materiales de construcción avanzados; más no en instalaciones ya que el desarrollo del mercado de tecnologías de comunicación y automatización será mucho más restringido. En estos países, lo que respecta a tecnologías de información no se prevé que existan grandes cambios, ya que el radio, cable y televisión serán las formas de comunicación más usuales. En el caso de los hogares de mejor posición económica se prevé una demanda sostenida de infraestructura para sistemas de comunicación y entretenimiento; por encima de estos sistemas se encontrarán las inversiones en sistemas de seguridad relacionadas con sistemas de sensores y detectores de personas. El equipamiento doméstico en los países en vías de desarrollo, no incorporará muchos elementos, seguirá extendiéndose el uso de computadoras para el trabajo en casa, usos escolares y para la comunicación. La línea blanca tradicional seguirá ocupando un espacio importante y cada vez más común en los hogares; en la medida que se abarate la tecnología y que proliferen las viviendas adaptadas para su instalación y operación. Los países pobres tenderán a incrementar el hacinamiento de sus ciudades y a intensificar el impacto ambiental; por ello se piensa que una de las transiciones de la vivienda en estos países será la aplicación de recubrimientos y materiales resistentes a las agresiones de la polución y el cambio climático. La próxima década se espera un ascenso en las regulaciones y estándares de calidad de la vivienda, propiciado quizá por el flujo internacional de trabajadores impulsado por el proceso de globalización. También se avizora la desconcentración de las metrópolis derivada de la habilidad de la población para llevar a sus hogares el proceso de trabajo e incorporar a sus hogares el uso del tiempo libre; haciendo menos necesario el traslado y la habitación en las ciudad–centro.
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Eventos Portadores de Futuro Globales de la Vivienda 2010–2030 AÑO 2010
PREVISIONES DE EVENTOS CON POSIBLE OCURRENCIA Formación de Mega–ciudades: Ciudad de México 30 millones de habitantes; Sao Paulo 28 millones; Tokio–Yokohama 21 millones; Calcuta 20 millones; Bombay 20 millones; Teherán 17 millones; Delhi 17 millones; Jakarta 16 millones; New York 16 millones y Dacca 15 millones. 2020 Expansión de ciudades subterráneas, especialmente en zonas desérticas; desarrollo de ciudades subacuáticas en regiones tropicales y árticas. Ciudades flotantes en los océanos. 2020 Disturbios recurrentes en ciudades con alta densidad de población por efectos de hacinamiento en países de bajo nivel de desarrollo. 2030 Las ciudades se proveerán en un 71% de combustibles fósiles; 7% de energía hidroeléctrica; 6% de energía solar y el 13% restante se obtendrá de energía nuclear. Para entonces también estará presente la energía del hidrógeno. 2030 El 80 por ciento de la población mundial habitará en ciudades; y de esta población urbana el 80 por ciento se concentrará en ciudades de países pobres o de ingresos medios. Fuente: Consultores Internacionales, S.C. con datos de . “Chronology of the future”. Encyclopedia of the Future.
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*2014: Las casas prefabricadas sobrepasan en número a las construidas tradicionalmente en el caso de vivienda nueva *2013: Acta de Reciclamiento y Reclamación en los Estados Unidos *2011: Acuerdo Internacional sobre Estándares de Construcción
2009: Sistemas de monitoreo del consumo de energía en el hogar *2008: Desconcentración de los grandes centros urbanos en los países desarrollados *2007: Administración de las casas vía un sistema computarizado
Escenarios Mundiales de la Vivienda 2000–2030, WFS
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