EL FUTURO EN MONITOR REFLEXIONES
SOBRE
EL
FUTURO
DE
LAS
CREENCIAS Y LAS RELIGIONES “Si tuviera religión me pondría a analizar si tuviera ideología pondríame a rezar” Jaime López –poeta y cantautor mexicano-
La Revolución Industrial trastornó las costumbres y las creencias, y aunque no ha terminado del todo su desarrollo, en esta era de postmodernismo tecnológico, la civilización cognoscitiva se difundirá en todo el planeta, toda vez que el asunto central del nuevo sistema tecnológico es y será el conocimiento. La manera de pensar tiende a cambiar. Esos cambios en la manera de interpretar el mundo, también se expresan en las religiones, que a diferencia de los asuntos de carácter económico y político presentan una evolución mucho más pausada. Eso sí, tanto ayer como hoy y en el mañana, las religiones continuarán emitiendo mensajes de paz. Cuando ni la ciencia ni la tecnología ni la democracia tienen todas las respuestas a las interrogantes del hombre, la religión las ofrece de nuevo. El futuro estará plagado de prácticas espirituales, en las cuales el hombre buscará estar en armonía con su entorno y consigo mismo. No importará tanto la religión, ni la
institucionalidad religiosa, sino la naturaleza de la creencia. Ya no diremos “ver para creer”. Estaremos más cerca del “creer para ver”. En cuanto al Dios, ese Dios que cada uno tiene en su mente, ese Dios puede morir si las religiones no sirven al hombre, no atacan los principales problemas y preocupaciones que lo acechan, no logran canalizar el actual despertar espiritual hacia el pensamiento y la fundamentación racionales. Puede morir ese Dios, si esta mayor espiritualidad demandada no se encauza hacia el mejor entendimiento universal en el que las diferencias unan y ayuden a entender y comprender la diversidad. Más allá de sus tipos y variaciones, la religión es y seguirá siendo alimento o anestesia o adicción del alma.
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CONTEXTO MUNDIAL DE LA RELIGIÓN Hace diez mil años, cuando todos nuestros antecesores eran principalmente cazadores y recolectores, la base de las religiones era prácticamente la misma: el chamanismo, a decir de Thierry Goudin. En todos los chamanismos está presente el hombre del conocimiento. Para cazar, hay que identificarse muy bien con la presa y prever instintivamente sus movimientos. El hombre, desarrolla prácticas que le permiten ubicar la mente en un espacio particular, el de las transformaciones, donde los seres vivos se juntan y se intercambian, siendo el trance una de ellas. Por eso, para un cazador es indispensable ponerse en comunión con los espíritus de los animales y de la naturaleza. En todos los chamanismos existe un viaje de los espíritus, en el que el ser humano puede ir a otros mundos y regresar. Este viaje forma parte de la iniciación del cazador que luego se transforma en hombre del conocimiento, en guerrero, una persona capaz de reaccionar en tiempo real, que integró su cuerpo al conocimiento instintivo. El antropólogo estadounidense Joseph Campbell nos enseñó que el relato del viaje iniciático está presente en toda la historia y a través de formas distintas en cada época y civilización. El proceso iniciático es pues como un segundo nacimiento. En el cristianismo el viaje al país de los muertos y la resurrección equivaldrían a un viaje iniciático. Pero cabría preguntarse ¿Acaso el bautizo de la religión católica no sería precisamente eso, un nuevo inicio, un nacimiento, esta vez con el manto de la religión? Las actitudes chamánicas subsisten en las sociedades agrarias industriales y también en las post-industriales. Asistimos desde los años ochenta a un resurgimiento de las prácticas chamánicas en las grandes ciudades con los ermitaños, los brujos, los videntes, los astrólogos y pare usted de contar. Pero el establecimiento de la agricultura transformó las relaciones entre los hombres. Por necesidades de protección, apareció una casta político-militar, que más tarde se transformó en feudos, reinos e imperios, en sistemas de poder. También desde tiempos inmemoriales, las religiones han estado signadas por la lucha entre el bien y el mal. En tiempos de Zoroastro, un profeta del siglo VII antes de Cristo, nacido en Asia Central, la colectividad de los dioses se ubicaba en dos categorías, las de las fuerzas vitales (ahuras) de quienes provenía la energía, las pasiones, la combatividad, y por otro lado los seres de luz (daevas) de quienes provenía la claridad del entendimiento. En el conflicto entre los dioses, los daevas fueron considerados como fuerzas del mal. Más adelante, el diablo, representado por Lucifer, el “portador de luz” sería la continuación de esta historia.
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La historia nos enseña que las religiones nacen de un impulso generoso, como reacción a los excesos de poder y después son objetos de recuperación. No obstante, ésta se agota con la institucionalización. El principio de las religiones se caracteriza por un estado inicial de generosidad, sin límites, una total entrega de amor universal. Debido a la alta demanda de fieles ante estos mensajes de amor y paz, este estado de generosidad tiende a acortarse y surge la lucha por el éxito, el dinero, la notoriedad y los discípulos. Entonces se responde a las demandas de los fieles mediante conmemoraciones ritualizadas. No obstante, cuando se acercan nuevos fieles que proponen regresar a las fuentes, pero las instituciones se resisten, los innovadores salen de esa hermandad. Entonces estos rituales se fosilizan. Por ejemplo, en la Iglesia Católica está presente esta trayectoria, su institucionalización como religión al final de Imperio Romano, su ascenso al poder durante la Edad Media, su crimen bestial con la Inquisición y el ocaso lento con las colonizaciones misioneras y etnocidas. En el siglo XIX, los teóricos de la modernización como Karl Marx y Friedrich Nietzche hablaban de una declinación de las religiones ante el crecimiento de la sociedad industrial. En el siglo XX se esperaba un abandono de las culturas y tradiciones para asimilar la tecnología, una moralidad superior. Ahora en el siglo XXI necesitamos repensar la modernización. Pocas personas anticipan hoy un proletariado revolucionario, y en el Este Asiático la llave de la modernización está enfocada a la tasa de crecimiento económico. Históricamente, los períodos de gran incertidumbre han sido abono para el fundamentalismo, especialmente para el separatismo étnico. Tanto en la Edad Media, con el peso de su Inquisición a cuestas con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía, como en la actualidad, ante la incertidumbre económica, el individuo se refugia en religiones o creencias para buscar otro tipo de salvación que la realidad no le brinda. Los cambios que puedan darse en la escala de valores morales de una sociedad son presa fácil de los grupos fundamentalistas. Por eso el ataque de los grupos fundamentalistas a los homosexuales, a los inmigrantes de origen latino, africano o árabe, en el caso de los grupos neonazis. Independientemente de que se compartan o no las teorías de autores como Fukuyama o Samuel Huntington, sí parece claro que la última década del siglo XX trajo consigo una destacada disminución de las confrontaciones de tipo político y económico, articuladas en torno al eje capitalismo-comunismo, para subrayar otras que pudieron ser ocultadas por las anteriores durante casi media centuria: las sociales y culturales.
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No hay coincidencia sobre el llamado "fin de las ideologías" y de las utopías, pero parece claro que, a pesar del avance del pensamiento crítico de la modernidad, que consideraba la supresión de la religión como un factor de progreso y de emancipación de la humanidad, asistimos a un cierto renacimiento religioso que se puede comparar, aunque la coyuntura sea muy diferente, a la llamada "revancha de Dios" a finales de la década de los setenta. En ese entonces, algunas religiones recuperaron el protagonismo político y social que habían perdido en decenios anteriores, tal y como ocurrió con la subida al poder del ayatollah Jomeini en Irán. Los líderes religiosos salieron de su reclusión en los centros sagrados, para entrar en la vida pública y tomar las riendas del poder. En la actualidad, cuando el proceso de modernización económica y de cambio social está disociando a los pueblos de sus antiguas identidades regionales, la religión ha avanzado para rellenar ese hueco en buena parte del mundo, a menudo bajo la forma de movimientos que se clasifican como "fundamentalistas": así se proporciona una base de identidad y compromiso que trasciende las fronteras nacionales y puede disociar o unir distintas civilizaciones. De acuerdo al historiador estadounidense Paul Vanderwood, en el actual proceso político mundial, la religión está revelándose como el principal poder de movilización. Los conflictos en los Balcanes, Afganistán e Irak tienen una profunda raíz religiosa. La religión es la raíz de la mayoría de los conflictos, de acuerdo con el investigador. Ya no hay razones fuertes para negar la religión, si consideramos además que el historicismo marxista y el cientificismo positivista, algunas de las teorías filosóficas que aseguraban haber liquidado la religión, parecieron eclipsarse a finales de los ochenta. Parecería pues que, a diferencia de la evolución político-económica, más práctica, la evolución religiosa es más lenta, quizás porque las características culturales son menos mudables y se resuelven con menos facilidad que las políticas y económicas. A ello hay que añadir la falta de marcos de discusión y de diálogo, y de instancias mediadoras entre religiones. La propagación del nuevo sistema científico y tecnológico ha tenido consecuencias sociales muy importantes. El aumento del desconcierto está provocando una respuesta social, los espíritus desorientados buscan marcaciones como las iglesias, asociaciones de caridad y también de organizaciones como sectas y mafias. Es la tendencia de regresar a los tribalismo, a los integrismos, y las relaciones de tipo mafioso. Por eso la tendencia a las nuevas religiones. El mundo religioso se ha fragmentado, no sólo por divisiones internas, sino también por el surgimiento y la proliferación sorprendente de nuevas religiones, muchas de ellas surgidas a partir de las grandes religiones establecidas. De hecho, en la actualidad existen unas 10,000 religiones diferentes. 5
Revisar estadísticas acerca de las religiones, debe realizarse de manera flexible porque en muchos países las personas practican varias religiones a la vez, así que la contabilidad es doble. La gran mayoría (un 87%) de la población mundial tiene religión. Una tercera parte de la población mundial es cristiana, con un crecimiento de 1.4% por año. Una quinta parte de la población mundial es musulmana, con una tasa de crecimiento más fuerte, del 2.1%, por año.. El hinduismo está creciendo con un 1.7% por año. En el propio cristianismo, se han producido cambios notables. A comienzos del siglo XX, sólo una tercera parte de los cristianos vivía fuera de Europa y América del Norte, mientras al comienzo de este siglo XXI, dos terceras partes de los cristianos viven en países del Tercer Mundo. De esta manera, el cristianismo se ha convertido de religión de los ricos blancos en religión de los pobres no blancos. Con ello, el cristianismo no puede sino convertirse en una religión verdaderamente multicultural. Cuadro 1: Número de miembros de las mayores religiones del mundo en el año 2000, comparado con el del año 1900, y porcentajes respecto a la población mundial total 1 año 1900 Población total (millones)
año 2000
1,619
100%
6,055
100%
Cristianos
558
34.5%
1,999
33%
Musulmanes
200
12.3%
1,188
19.6%
Hindúes
203
12.5%
881
13.4%
Budistas
127
7.8%
360
5.9%
Religiones Indígenas
117
7.3%
228
3.8%
12
0.8%
14
0.2%
Nuevas Religiones
6
0.4%
102
1.7%
No creyentes
3
0.2%
778
12.7%
Judíos
Fuente: BARRETT, D.B.; KURIAN, G.T., JOHNSON, T.M., World Cristian Encyclopedia, 2nd Ed., Oxford, Oxford University Press, 2001, 2 Vols. y Annual Statistical Table on Global Mission, en: International Bulletin of Missionary Research, 1998-2002.
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BARRETT, D.B.; KURIAN, G.T., JOHNSON, T.M., World Cristian Encyclopedia, 2nd Ed., Oxford, Oxford University Press, 2001, 2 Vols. Annual Statistical Table on Global Mission, en: International Bulletin of Missionary Research, 1998-2002
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Ha habido en América Latina un crecimiento general modesto de la presencia de grandes religiones del mundo, como también de las nuevas religiones, del espiritismo, y de la no-creencia. No obstante, la religión católica sigue prevaleciendo. En la mayoría de los países, cerca del 88% de la población dice ser católica. Los menores indicadores de catolicismo se aprecian en Brasil, con 75% de católicos y 20% de protestantes, Cuba, con apenas 40% de católicos, Chile con 77% de católicos y 13% de protestantes, Venezuela, con 18% de protestantes y 75% de católicos y Uruguay con 78% de católicos. En México estamos con 90% de católicos. Por otro lado, en las estadísticas se registra una reducción muy fuerte de las religiones indígenas -incluidas las religiones afro-americanas-, mucho más fuerte que a nivel mundial, donde su presencia ha sido reducido del 7.3% en 1900 al 3.8% en 2000. En América Latina, al final del siglo XX, el cristianismo mantuvo su hegemonía con un 93,7%. Actualmente, los analistas distinguen dentro de cristianismo seis grandes bloques: cuatro tradicionales, que son el catolicismo, el protestantismo, la ortodoxia y el anglicanismo; y dos bloques recientes: los "cristianos marginales" (mormones, testigos de Jehová) y las "iglesias independientes" que representan mayormente iglesias indígenas no blancas. Todos ellos están presentes en América Latina. Dentro del cristianismo, el catolicismo perdió su casi monopolio, mayormente a favor del protestantismo y de las iglesias indígenas independientes que han crecido fuertemente en las últimas cuatro décadas. Las estadísticas demuestran también cuán dominante resulta el evangelicalismo en la presencia protestante en el Continente. Por otra parte, América Latina participa de lleno en la corriente pentecostalista/carismática que, a nivel mundial, va caracterizando el cristianismo ya con un 27.7%. Llama la atención que en América Latina los cristianos se caracterizan fuertemente por la "doble afiliación" (a más de una comunidad o iglesia a la vez) en un 15.4%, mucho más que en el resto del mundo, donde este fenómeno representa un promedio de 5.1 %.
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Cuadro 2: Los cristianos en América Latina.2 año 1900
año 2000
Población total (millones)
65
100%
519
100%
Cristianos
62
95.2%
481
92.5%
Católicos
59
90.1%
461
88.8%
Protestantes
0.9
1.4%
46
9.3%
Anglicanos
0.7
1.1%
1
0.2%
Ortodoxos
0.7
1.1%
0.5
0.1%
0.03
0.1%
39
7.7%
0.003
0.0%
6
1.3%
0.7
1.2%
40.3
7.8%
0.01
0.0%
141
27%
0.3
0.4%
80
15.5%
Iglesias independientes Cristianos marginales Evangelicales Pentecostales/Carismáticos Afiliados doblemente
Fuente: BARRETT, D.B.; KURIAN, G.T., JOHNSON, T.M., World Cristian Encyclopedia, 2nd Ed., Oxford, Oxford University Press, 2001, 2 Vols. y Annual Statistical Table on Global Mission, en: International Bulletin of Missionary Research, 1998-2002.
Entrando en otros terrenos de las creencias, no necesariamente religiosas, el estudio de The World Values Survey, coordinado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad de Michigan y realizado en varios períodos, 1981-1982, 1990-1991 y 1999-2001, exploró los valores, las creencias de 65 sociedades del mundo. Uno de sus principales hallazgos fue la polarización entre lo tradicional y lo secular-racional. Dice el estudio que en lo tradicional son sociedades autoritarias, con énfasis en al religión y dominio del hombre en la vida política y económica, con bajo nivel de tolerancia para asuntos como el aborto y el divorcio. En las sociedades secularracional, se tienden a tener características opuestas. El estudio señala que el desarrollo económico está asociado con la apertura para los cambios culturales, a posiciones seculares-racionales. Y en esa apertura, destacan países donde prevalece la religión protestante. 2
BARRETT, D.B.; KURIAN, G.T., JOHNSON, T.M., World Cristian Encyclopedia, 2nd Ed., Oxford, Oxford University Press, 2001, 2 Vols. Annual Statistical Table on Global Mission, en: International Bulletin of Missionary Research, 1998-2002
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PROSPECTIVA DE LA RELIGIÓN El futuro de las religiones y de la espiritualidad hay que situarlo cerca de la sobrevivencia de la especie humana y sus relaciones con la naturaleza. Podríamos decir que una de las grandes tendencias es que la religión llegó para quedarse. Por más crecimiento del mundo secular, por más que la humanidad se haga más educada y avanzada, le religión continuará atrincherada. Claro, hay muchas razones para pensar que en este siglo, aumente la duda acerca del creador y la creación. Esta duda, como en otros siglos del espíritu, concierne también al poder del conocimiento. El problema ya no es una cuestión de fe, de en qué creer, sino la naturaleza de la misma creencia ¿qué es creer? Que pasa en mí cuando creo lo que creo? Habrá también muchas prácticas espirituales-desde la dianética hasta el yogapasando por las medicinas menos invasivas -para ponerse en armonía con la naturaleza y uno mismo. Habrá una reapertura al amor a la vida en todas sus formas, por eso la reanudación de las divinidades femeninas, depositarias de la vida, además habrá una manera de aproximarse a los animales gracias a la etología. El hombre tomará conciencia de que no puede vivir sin la naturaleza. La especie humana no sobrevivirá sola en una nave espacial, por más que Hollywood insista en ello con sus películas. En este sentido, las civilizaciones olvidadas, las que saben sobrevivir todavía con sus propios recursos, se vuelven un medio de aprendizaje. No obstante, ante la civilización cognoscitiva, estamos no ante el fin de los textos sagrados, pero sí de la continuación y más acelerada, de su desacralización. Desacralización que se inició desde el mismo siglo XIX, cuando la ciencia se volvió en sustituto del poder espiritual. En el futuro, nuestros hijos tendrán que conducirse entre la abundancia de los conocimientos como nuestros predecesores, los recolectores-cazadores, es decir, mirando el entorno, los distintos ecosistemas, intuyendo, siguiendo corazonadas, pero mirándose dentro de uno mismo, corazón y razón. Este hombre del conocimiento no es el que acumula más saberes librescos, ni más información, sino el que tiene una relación armónica con su medio ambiente. El saber, es entonces el dominio de uno mismo. Tendremos nuevas manifestaciones del espíritu en los juegos, en los medios audiovisuales y virtuales, en la enseñanza. Es que el aparato pedagógico seguirá manteniendo su esencia de llevar a cabo los rituales de iniciación en la sociedad contemporánea. 9
La nueva escritura, capaz ahora de conservar imágenes en movimiento y sonidos, y de hacerlos accesibles a prácticamente todo el planeta de manera instantánea, transformará las prácticas y las creencias. Entonces si el texto fue central para las religiones de Libro, ahora éste no será más que un depositario de la memoria humana. Asistimos a la sustitución del culto. Por ejemplo, con un espectáculo como los Juegos Olímpicos y el Mundial del Futbol, se realiza una comunión planetaria, la sustitución de un culto. En vez de estar unidos en la adoración de una entidad ausente, el mundo se une en la admiración de la perfección y la emoción. Otra de las tendencias de las religiones, será los desacuerdos entre la ciencia y la religión. Continuarán sus encuentros y también sus desencuentros. Y entre esos encuentros se aprecia cómo la ciencia médica, por ejemplo, está admitiendo que el rezar puede, en apariencia, adelantar la curación de las personas. El debate ético acerca de la clonación apenas comienza. Serán debates entre la ciencia y la moralidad religiosa. Pero por otra parte aumentará la cooperación entre la ciencia y la religión. Las pruebas académicas practicadas al sudario de Turín, fueron apenas un germen portador de futuro de esta tendencia. La religión aumentará el uso de la ciencia para apoyar sus llamados. Otra tendencia es que continuarán los movimientos de la mezcla religiosa y los conflictos a nivel micro. La religión continuará teniendo un papel principal en la política internacional. Muchos de los movimientos islámicos están basados en creencias religiosas y el sistema de casta hindú ha tenido en la India efectos considerables. Muchos de los servicios sociales que se brindan en el mundo están impulsados por la religión, pensemos por ejemplo en la Madre Teresa de Calcuta, el Ejército de El Salvador... En la medida que nos convertimos en una aldea global, veremos a nuestras aldeas locales separadas entre sí por tendencias religiosas. Otra de las tendencias será el crecimiento de la intervención del Estado, más bien de los gobiernos, para debatir acerca de las celebraciones religiosas, los esfuerzos de los grupos religiosos por difundir su fe y la libertad de expresión religiosa. Un área de expresión que comprobará la dificultad de controlar las religiones será la comunicación electrónica, particularmente internet. La globalización traerá consigo, o ya trae consigo, la mezcla de credos. El sincretismo religioso, tan presente en pueblos de nuestra América, gracias a la herencia africana, indígena y española, se expande por el mundo. Es ese sincretismo en que una persona combina parte de una religión con creencias de otras para hacer su propia religión. Ya se aprecian mezclas del budismo 10
con el catolicismo y el chamanismo. Una persona se puede sentir a gusto con el budismo por su respeto a todas las formas de vida, la creencia católica de los ángeles, las ideas mormonas sobre la importancia de la familia y los rituales y tradiciones de las tribus más ancestrales de su localidad. Esta mezcla de distintas perspectivas religiosas es particularmente muy evidente en los creyentes del New Age, personas muy espirituales pero que no necesariamente son muy religiosas. Este sincretismo estará más presente en la Iglesia Católica, en los líderes de la Iglesia, para no perder adeptos a sus causas. Es este sincretismo en el que se mezcla los rituales de la religión católica con los rituales ancestrales indígenas o africanos. Todo sea por mantener el público. El racionalismo, el individualismo, la secularización y el pragmatismo han afectado a las identidades religiosas en gran medida y es muy probable que las próximas décadas aceleren esta evolución. En un mundo progresivamente globalizado y homogeneizado, la búsqueda de referentes y esquemas mentales se impone. En todo caso, quizás mueran las iglesias pero el sentido religioso continúa y crecerá en el futuro, demandando una mayor espiritualidad y, con ello, también las prácticas esotéricas, los grupos de sincretismo, las influencias orientalistas y el riesgo de caer en una suerte de autoservicio espiritual sin fundamentos claros: las religiones no son necesariamente mejores que las sectas u otro tipo de movimientos más laxos, pero al menos su evolución histórica les ha permitido tener referentes claros y no fruto del capricho de un líder mediático o alucinado. La sociedad en el mundo desarrollado es cada vez más fragmentaria, individualista y aislada de las formas tradicionales de comunidad. Estamos ante la tendencia del individualismo religioso. Las personas que solían ser miembros de una comunidad religiosa, le dan paso a generaciones individualistas. El énfasis en lo individual tiende a ser una de las causas del crecimiento de las sectas cristianas a expensas de las ramas de la iglesia católica y protestante, como las evangélicas. La preocupación evangélica se centra en el cambio, la espiritualidad personal y la salvación personal, mientras que la Católica sigue haciendo énfasis en la propia iglesia, en asuntos internos como si el sacerdocio de las mujeres, el celibato de los curas, el Vaticano II, el sucesor del Papa.. De ahí el éxito creciente de los evangélicos en los grupos más desposeídos de muestra América Latina. Cuenta con un mensaje que les llega a la cotidianidad de estos seres y les permite en caso de necesitarlo, reintegrarse a la sociedad, como los casos de los drogadictos, alcohólicos y prostitutas.
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Con el individualismo crecerán los matrimonios interreligiosos. El mercado de las megaiglesias (iglesias con cientos de personas ofreciendo frecuentemente servicios tan diversos como la auto-sanación, estudios de la Biblia y cafetería) será más fuerte. Hay muchas ventajas a quienes asisten a una iglesia de cinco mil personas y no a una congregación de cien, doscientos miembros. El individualismo continuará siendo el enfoque principal. Por otra parte, el aumento de la incredulidad en las religiones tradiciones pero la necesidad a su vez de profesar la fe en algo, en alguien , tiende a llevar a muchas personas a experimentar con cultos religiosos que pueden llevar a sus fieles al sacrificio de la muerte colectiva y también a profesar la charlatanería religiosa. El antiguo bloque soviético, así como está construyendo su tendencia económica, también está abierto a desarrollar su identidad religiosa. Se esperan choques entre la libertad de culto y la charlatanería religiosa.3 En el caso de África, continuará experimentando inestabilidad, mayores conflictos entre el Islam y la cristiandad. En el Medio Oriente predominantemente musulmán, se dividiría entre las numerosas fracciones algunos impulsarán una propagación pacífica de la fe, otros insistirán en que Siria, Irak, Arabia Saudita y otros estados impulsen algo más cercano al modelo impuesto por Afganistán, una teocracia controlada por líderes fundamentalistas islámicos. También es probable que Israel entable conflictos armados con los sus vecinos en las décadas venideras. La enemistad entre árabes y judíos tiene un gran componente ideológico, un conflicto étnico-religioso. En el caso de China, continuará su combate contra la religión clandestina. No obstante, el crecimiento del cristianismo en este país junto a Tailandia, Corea del Sur y Taiwán continuará en escalada. En naciones como India, Bangladesh y Pakistán continuarán los enfrentamientos entre cristianos, budistas, hindúes y musulmanes, debido al crecimiento del fanatismo, del fundamentalismo. En Latinoamérica, crecerá el desarrollo del Evangelismo, particularmente de los círculos pentecostales. En el caso de Estados Unidos y Europa Occidental, prevalecerá una sociedad postcristiana fundada en una visión cristiana del mundo, pero con la religión más como una tradición que como parte de la vida cotidiana. Otro de los temas del futuro cercano lo aporta el Vaticano. Comienza la carrera por el trono de San Pedro y aumenta la posibilidad de otro Papa no italiano. 3
Séller, Peter: Nuevas Tendencias Globales en la Religión, The Futurist, enero 1999.
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Recientemente el Papa Juan Pablo II designó a 31 nuevos cardenales que tendrán, juntos a unos 80 cardenales más, la responsabilidad de nombrar al nuevo Papa. Estos nuevos cardenales, coinciden con las enseñanzas de Wojtyla, así que es muy probable que el nuevo líder católico también sea de tendencia teológica conservadora. Los especialistas consideran que el nuevo Papa debe venir de los países en desarrollo, toda vez que es en estas zona del mundo donde se profesa la mayor devoción por el catolicismo y, en algunas regiones, como América Latina, la iglesia evangélica empieza a ganar terreno considerable. México tiene dos candidatos “papables” el cardenal Javier Lozano Barragán y Norberto Rivera.
LA RELIGIÓN EN MÉXICO De acuerdo al censo de 2000, México tiene una población predominantemente católica, el 88% de la población mayor de cinco años es católica, 5% en la protestante evangélica, 2% en la bíblica no evangélica, casi 4% no tiene religión y el resto pertenece a otras religiones. El mercado religioso es monopólico, dominado por la Iglesia Católica. El mexicano cree en Dios y asiste a los oficios religiosos. Según la Conferencia del Episcopado Mexicano y el INEGI, existen en el país 89 millones 664 mil católicos bautizados, para los cuales se dispone de 10 mil 421 sacerdotes diocesanos, 4 mil 628 sacerdotes religiosos. Esto representaría 6 mil 940 habitantes por sacerdotes o 6 mil 382 católicos por sacerdote. Tenemos además en el país cinco cardenales, 11 arzobispos, 68 obispos, 21 obispos auxiliares, 34 obispos eméritos y un nuncio apostólico. Pero los mismos católicos no son un todo homogéneo. Subsisten en el país, extremo de la derecha con el Opus Dei y, por otra parte, la vertiente populista de Teología de la Liberación. Cada tendencia, desde su cuota de poder, está inserta en vida nacional y aunque queramos tapar el Sol con un dedo, tienen ingerencia en acontecer social y político del país.
el la la el
De acuerdo, a la reciente Encuesta Mundial de Valores en la que México participa, comparando resultados de la encuesta de 1981 y la del año 2000, pareciera que disminuye la fe en la religión católica y crece el número de mexicanos que aseguran no pertenecer a ninguna religión. En el estudio del 2000, el 76% de la población mayor de 18 años dijo ser católica, en comparación con 88% de 1981 . En ese mismo año 4% aseguró que no tenía religión y veinte años después la cifra crece a 22% .Esto significa que la proporción de los agnósticos mexicanos ha venido en ascenso. Por ejemplo, es notorio el éxito de las iglesias no católicas en Chiapas. Algunos especialistas aseguran que los protestantes en Chiapas llegan al 40% de la población. 13
Las iglesias no católicas han sabido sacarle provecho a ciertas ventajas; en el contexto de cambios sociales, económicos y políticos, se volvieron atractivas a los fieles. En particular, la reflexión sobre la vida cotidiana a partir de la lectura de la Biblia, la amplia posibilidad de participación tanto de laicos como de mujeres dentro de las confesiones no católicas, el combate a los vicios, principalmente al alcoholismo y al despilfarro. Así que frente a las "ventajas" de las iglesias no católicas se hicieron evidentes algunas "debilidades" de la Iglesia católica, por ejemplo, el anacronismo de algunas prácticas tradicionales de la Iglesia católica como el celibato y la percepción del catolicismo como una religiosidad superficial, anquilosada y disociada de la vida cotidiana. Todo esto ha incidido en la disminución del catolicismo en el país. Siguiendo con la Encuesta Mundial de Valores, este estudio también nos señala que nueve de cada diez mexicanos asegura que Dios es importante es su vida y la proporción es similar a los grupos de edades. Cerca de las tres cuartas partes de los entrevistados dijeron que se consideran personas religiosas. En esta Encuesta Mundial de Valores, se aprecian cambios sustanciales en otras creencias y valores de los mexicanos. Por ejemplo, hay una apertura ante temas críticos como el homosexualismo, la prostitución y el divorcio. Existe un aumento de la tolerancia de los mexicanos hacia la homosexualidad (66% de aceptación), la prostitución (30%), el divorcio (28%) y la tolerancia como una cualidad adoptada (20%). Pero por otra parte, la sociedad mexicana mantiene valores tradicionales como el rechazo al aborto y las relaciones pre-matrimoniales. Pero hay otras creencias, en esta sociedad del conocimiento, que vale la pena comentar. Hay un cambio del radicalismo al conservadurismo. La preferencia por las reformas viene en caída. En 1981 el apoyo representó el 68%, en 1991 el 60% y en 1996-97 el 52% y 49% en el 2000. Sin embargo, las preferencias por un cambio radical por la continuación del status quo han aumentado de manera importante. Los jóvenes se trazan por el status quo. Este status quo podría significar en este nuevo siglo la defensa de la democracia y más aún, a raíz de la rebelión de los zapatistas y los grandes asesinatos políticos a mediados de los noventa.
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En resumen, la sociedad mexicana ha experimentado cambios significativos en las últimas dos décadas en sus tema de valores que se han hecho evidentes en su disminución moderada pero importantes de la desconfianza política, un cambio hacia la izquierda con respecto a los temas económicos, un cambio de punto de vistas radicales a conservadores, y el surgimiento de brechas generacionales que se observan entre valores materialistas y postmaterialistas; entendiendo como valores materialistas aquellos que otorgan más importancia a la seguridad económica y fisiológica, y los post-materialistas referidos a prioridades relacionadas con la calidad de vida y la capacidad de expresar opinión. Sin embargo, el espíritu religioso sigue y seguirá prevaleciendo en la sociedad mexicana. Las ONGs como espacio de re-ligión ( re-legión) son los modernos adoradores de la naturaleza. (no tocarla y deificarla como patrimonio supremo). Necesitan a los desprotegidos y los grupos vulnerables para existir. No obstante, estos grupos vulnerables ¿las requerirán a ellas para seguir sobreviviendo? Nuestra historia ancestral está marcada por la religión, ¿ y quién puede pensar que ante el avance de la civilización cognoscitiva México dejará de ser un país religioso? Más bien se observa el crecimiento de una tendencia urbana de retomar creencias indígenas prehispánicas. Es el espíritu de la mexicanidad que está en franco crecimiento.
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