EL FUTURO EN MONITOR R E F L E XI O N E S MIGRACIÓN
S O BRE
EL
FUTURO
DE
LA
La migración es el desplazamiento de las personas hacia otras tierras, bien dentro del territorio nacional o fuera de éste, en la búsqueda de una vida mejor. Desde los tiempos de la conquista estamos ante la presencia de la migración internacional. La migración internacional afecta, de distintos modos, a los países de origen, tránsito y destino, pero sus causas y efectos los unen entre sí. Ante la inequidad del desarrollo a nivel mundial, la migración internacional seguirá siendo uno de los principales problemas que tengan que enfrentar las sociedades desarrolladas. Entretanto los países en vías de desarrollo continuarán luchando por la defensa de los derechos humanos de los migrantes internacionales y especialmente el reconocimiento de su condición de trabajador. La movilidad humana es, en efecto, un derecho. Brinda la posibilidad a todos los hombres y mujeres de aventurarse en un mundo desconocido y enriquecerse con nuevos descubrimientos. Al mismo tiempo, les permite salvarse de tristes o tremendas circunstancias, aunque el futuro no sea siempre risueño o brillante. Dondequiera que vayan, llevan su propio patrimonio de cultura y dones humanos. En cuanto al mercado de trabajo, la migración internacional ha implicado cambios importantes en la operación de estos mercados. Mientras que las elites globales profesionales enfrentan pocas barreras a su movilidad laboral, millones de trabajadores menos calificados buscan mejores oportunidades fuera de su territorio, las mayoría de ellos indocumentados y ocupados en empresas que aprovechan su valor agregado y ofrecen menor remuneración con respecto a los trabajadores formales. Sin embargo la migración, más allá del cambio en el mapa laboral de los países y sus repercusiones en los niveles de pobreza y delincuencia, cuando se trata de migración no calificada, encierra además una transformación cultural muy importante. El carácter multiétnico y multicultural es uno de los rasgos distintivos de las sociedades contemporáneas receptoras de inmigrantes. Además, los migrantes de las últimas décadas no llegan a territorios vacíos ni a naciones nuevas en proceso de consolidación —como sucedió con la emigración europea del siglo XIX— sino que se incorporan a sociedades fuertemente estructuradas, lo que implica dificultades adicionales en el proceso de integración. Por tanto, la migración ante el futuro encierra una dinámica cultural que marcará tendencias de comportamiento y consumo; abriendo la posibilidad de nuevos mercados tales como el “mercado de la nostalgia” y el “mercado multicultural”. 2
CONTEXTO MUNDIAL DE LA MIGRACIÓN Según las Naciones Unidas el número de personas involucradas en los movimientos migratorios internacionales ha crecido sostenidamente en la segunda mitad del siglo XX. Las cifras señalan que las personas nacidas en un territorio diferente al que residían en el año 1965 eran 75 millones y para el año 2002 esa cifra llegó a unos 175 millones. Europa alberga la mayor cifra de inmigrantes, acoge a 56 millones, Asia a 50 millones y América del Norte a 41 millones. África recibe 16 millones, América Central y del Sur 6 millones y Oceanía otros 6 millones. Sin embargo, Norteamérica y Oceanía son las regiones donde el peso de los migrantes sobre el total de la población es mayor. En países caracterizados por su pluralidad étnica, como Estados Unidos y Canadá, la población extranjera rebasa el 9 por ciento del total; en Australia, dicha proporción oscila en 18 por ciento. En Estados Unidos, cerca de 30 millones de personas nacieron fuera de ese país. Canadá y Australia le siguen con 4 y 5 millones, respectivamente. Normalmente, la migración internacional se ha concentrado en las naciones que ofrecen mejores perspectivas de vida. El 60 % de estos "migrantes" (104 millones) se hallan en las regiones desarrolladas y sólo el 40% (71 millones) en las regiones menos desarrolladas . En los países desarrollados, el 4.5 por ciento de su población es de origen migrante, proporción significativamente mayor a la registrada en países de menor desarrollo (1.6%). Podríamos decir que aproximadamente una de cada 10 personas que viven en las regiones desarrolladas es un migrante, mientras, en los países en vía de desarrollo, lo es una de cada 70 personas. Volumen acumulado de inmigrantes por grandes regiones y porcentaje del total mundial, 2002 TOTAL MUNDIAL Regiones más desarrolladas Regiones menos desarrolladas
África Asia Europa América del Norte América Latina y el Caribe Oceania
174, 781 104 ,119 70 ,662 16, 277 49, 781 56,100 40, 844 5,944 5, 835
100% 60% 40% 9.31% 28.48% 32.10% 23.37% 3.40% 3.34%
Fuente: United Nations, 2002. International Migration Report 2002, New York, ST/ESA/SER.A/220.
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En Australia, el 24.5% de la fuerza laboral es extranjera o de nacimiento en el extranjero. Para Estados Unidos esta cifra es del 12.4%. Es de resaltar las cifras de Luxemburgo y Suiza, que son de 42% y 18.3%. Unos 2.3 millones de migrantes se desplazan cada año de las regiones menos desarrolladas a las más desarrolladas. En el período que va de 1995 al 2000 hubo un movimiento de aproximadamente 12 millones de personas. En todo caso, el panorama total de las migraciones muestra que los movimientos en dirección sur-sur son mayores que los que van sur-norte. Los países del mundo que más estudiantes extranjero tienen en su población son Estados Unidos, Inglaterra, y Alemania, con 457,200, 222,900 y 187,000 estudiantes, respectivamente registrados para el año 2002. De estos estudiantes extranjeros, aproximadamente el 50% es de algún país de la OECD. Volumen Acumulado de Emigrantes de América Latina y el Caribe Censados en Otros Países de la Región y en Estados Unidos y Canadá y % de crecimiento entre las décadas, 1960-1990 1960
Emigrantes de América Latina y el Caribe
% 1960/ 1970
1,468,472
Emigrantes hacia EUA
820,423
3,091,632
55.8
Emigrantes hacia Canadá
Hacia otros países de América Latina y el Caribe
648,049
1970
% 1960/ 1970
44%
1980
% 1970/ 1980
6,538,914
% 1980/ 1990
1990
11,030,846
1,725,408
55.5%
4,231,919
65%
8,220,223
75%
82,685
3%
323,415
4.7%
523,880
5%
1,283,539
41.5%
1,983,580
30%
2,286,743
20%
Fuente: CEPAL, 2002.
La migración internacional ha constituido un aspecto esencial de la historia de América Latina. En los cinco siglos que han transcurrido desde la ocupación de los territorios por los reinos de España y de Portugal, es posible identificar cuatro grandes etapas en el proceso migratorio. 4
La primera etapa se inicia con la Conquista y finaliza con la Independencia y se caracteriza por la incorporación de población que venía de los territorios metropolitanos de estos países europeos y de población africana en régimen de esclavitud. En el caso de México, la presencia africana fue mucho menor que en los países del Caribe. En esta primera fase, la emigración formó parte de la colonización y de la expansión europea hacia los nuevos territorios. El traslado forzado de población africana fue la respuesta a la necesidad de incorporar trabajadores en condiciones de esclavitud para asegurar la explotación de productos coloniales.
En la segunda fase, países de América Latina y el Caribe, y muy particularmente la región sur del continente, desde Venezuela y Colombia hasta Argentina y Uruguay, recibieron una parte de la gran corriente de emigración europea durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. En esta segunda fase, la emigración europea formó parte del proceso de internacionalización económica de la última mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX. En esta etapa, que puede considerarse como la “primera globalización”, la movilidad de capitales estuvo acompañada por la movilidad de la población. La tercera fase transcurre desde 1930 hasta mediados de la década de 1960. No obstante, los movimientos de emigración masiva se detienen, manteniéndose corrientes más pequeñas, fundamentalmente integradas por refugiados por persecuciones políticas o étnicas (por los efectos de las Guerras Mundiales y la Guerra Civil Española) que se refugiaron durante esas décadas especialmente en Suramérica, siendo los principales receptores Brasil, Venezuela y Argentina. Por ejemplo, Argentina que para los años cincuenta del siglo XX contaba con poco más de 16 millones de habitantes, recibió un contingente de cerca de un millón de europeos; entretanto Venezuela, que para finales de los cuarenta, contaba con poco más de cinco millones de habitantes, recibió poco más de medio millón de europeos, especialmente italianos, españoles y portugueses. Pero en esta tercera fase el fenómeno dominante está dado por los movimientos internos de población hacia las grandes metrópolis; la migración internacional adquiere entonces un carácter regional y fronterizo y funciona como complemento de la migración interna. El tránsito de un modelo económico predominantemente agro-exportador a otro que implicaba poner en práctica un esquema económico de estímulo al crecimiento industrial, fue acompañado por el inicio de la transición demográfica El crecimiento demográfico fue acompañado de una altísima movilización de la población desde las zonas rurales a las urbanas, en el contexto de un cambio social sin precedentes. Las ciudades latinoamericanas crecieron con un ritmo intenso y varias de ellas se colocaron entre las más grandes del mundo.
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Todo esto repercutió en la conformación de las nuevas corriente migratorias. Internamente, del campo a la ciudad y por otra parte la migración fronteriza entre países vecinos, moviéndose el flujo de los países con un menores condiciones de desarrollo hacia países con mejores condiciones. Por ejemplo, el flujo de Bolivia a Argentina, de Colombia a Venezuela, de Guatemala a México. La cuarta fase se da en las últimas décadas del siglo XX, cuando el saldo migratorio pasa a ser sostenidamente negativo y la emigración hacia los Estados Unidos y otros países desarrollados se convierte en el hecho dominante del panorama migratorio de la región. La transformación del subcontinente, que deja de ser receptor de inmigración transatlántica y se convierte en expulsor de población hacia los países desarrollados, y muy especialmente hacia los Estados Unidos, marca una nueva etapa desde el punto de vista migratorio, que tendrá profundos efectos en la economía, la sociedad y la cultura de América Latina. Países latinoamericanos que anteriormente fueron grandes receptores de migrantes, pasan a presentar para el año 2003 pequeños saldos negativos como Brasil con –0.03 migrantes por cada mil habitantes, Venezuela con -0.07 por cada mil habitantes. Claro, son pequeñas cifras cuando se le compara con México que presenta un saldo de migración neta de -5.2 migrantes por cada mil habitantes . Entretanto Argentina, muestra tasa aún positivas de 0.6 migrantes por cada mil habitantes, no obstante las tendencias señalan que seguirá creciendo la salida de argentinos y para el 2010, de acuerdo al Buró de Censos de Estados Unidos, esta cifra podría ubicarse en 0.2 migrantes por cada mil habitantes para el año 2010. En Suramérica, las crisis políticas y económicas conllevan al fenómeno del “retorno” de los descendientes de inmigrantes europeos de períodos anteriores, quienes pueden recuperar la ciudadanía de sus antepasados, una ventaja adicional importante para su integración en el viejo continente. En los países del sur esto continúa teniendo influencia y también se ha manifestado —en los casos de Perú y Brasil— con los descendientes de japoneses que retornan a Japón. En la década de los ochenta y noventa, contrario a lo observado en la migración hacia Estados Unidos y Canadá, la migración intraregional entre países latinoamericanos fue considerablemente menor a su movimiento histórico. De acuerdo a la CEPAL, los factores que inhibieron el movimiento de personas estuvieron asociados a la difícil situación económica que vivieron dos de sus principales economías-destino (Argentina y Venezuela), que concentran el 75 por ciento de la migración de la región; nuevos polos de atracción surgieron, tal el es caso de Costa Rica, Chile y República Dominicana. De acuerdo a los datos reunidos de la CEPAL, para el año 2000 se estimaba que la población latinoamericana en Europa era de aproximadamente 1.1 millón de personas, y que otro millón estaría distribuido entre Canadá, Israel, Japón y Australia. 6
La emigración desde América Latina y el Caribe hacia Canadá, aunque cuantitativamente mucho menor que la que se dirige a los Estados Unidos, ha tenido un crecimiento considerable en las últimas tres décadas, en particular desde el Caribe anglófono. Países como Jamaica, Trinidad y Tobago y Guyana realizaron acuerdos especiales que permitieron a Canadá contratar trabajadores e esos orígenes. Estados Unidos destaca a nivel mundial por la captación de migrantes internacionales, tanto legales como indocumentados; estimaciones señalan que en ese país, existen 30 millones de migrantes legales y otros nueve millones de indocumentados, en su gran mayoría provenientes de América Latina y el Caribe. Alrededor de 1.3 millones de migrantes llegan a los Estados Unidos cada año, un tercio de ellos de manera ilegal. De los 19 millones de mano de obra migrante registrada en Estados Unidos para el año 2002, el 37% procede de Centro América, incluyendo México, seguida de Asia con 26%, Europa con 12%, el Caribe con 9%, SurAmérica con 7%. Los extranjeros en Estados Unidos representan el 14% de la fuerza laboral de esa nación, de acuerdo al US Census Bureau’s Current Population Survey. De este 14%, un 5% pertenece a ciudadanos naturalizados. De acuerdo a un estudio del Urban Institute Immigration Studies Program de Estados Unidos, existen en este país para el año 2002, 9.3 millones de migrantes indocumentados que representan el 26% de los extranjeros en esa nación. De esos 9,3 millones, uno de cada dos migrantes ilegales, es mexicano, lo que representa un 57% del total de los ilegales. Otros países de América Latina, representan el 26% de estos migrantes ilegales que estàn en Estados Unidos, principalmente provenientes de Centro América. El resto de los ilegales procede 10% de Asia, 5% de Canadá y Europa y 5% del resto del mundo. En Estados Unidos, 29.3% de los extranjeros se dedica a otro tipo de servicios y otro 22% a las ventas al mayoreo y menudeo, que contrasta con Japón, pues en este país cerca del 60% de los extranjeros se dedican a industrias extractivas, manufactureras y energéticas. Los mexicanos son ahora más de un tercio de los extranjeros en los Estados Unidos, un incremento significativo a partir del 22% que representaban en el año 1990, además, su número aumenta a una tasa de 6% anual. El perfil de los migrantes provenientes de México y Centroamérica indica una elevada proporción de personas con niveles bajos de calificación; entre los sudamericanos y caribeños existen diferencias ya que tienen mayor presencia laboral en servicios profesionales, se trata de una migración más selectiva.
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Pero al hablar de migración también hay que referirse a los movimientos internos por razones de seguridad, los llamados desplazados internos, que son personas que permanecen dentro de la fronteras de sus países, generalmente en campamentos provisionales, tras escapar de conflictos bélicos u otros conflictos violentos en sus regiones o ciudades. De acuerdo a un informe de Naciones Unidas existe un total de 25 millones de personas en todo el mundo que han escapado de la guerra y la violencia que sucede en sus poblaciones y se han desplazado internamente. África registra la mayor cifra con 12.7 millones en 20 de sus países, le sigue Asia Pacífico con 3.6 millones en 11 países. Europa muestra cifras de 3 millones en 12 países, Medio Oriente presenta 2 millones de desplazados internos en 5 países y América Latina registra cifras de 3.22 millones de desplazados. Colombia es el país que más desplazados tiene, con 2.9 millones. Desde mediados de la década de los ochenta vive con el grave problema del desplazamiento. Sólo durante el año pasado se registraron 175 mil desplazados en Colombia, todo esto producto de la narcoguerrilla. Otros países que presentan cifras destacadas de desplazados internos en América Latina, bastante lejos a Colombia, son Guatemala con 250 mil desplazados, México con unas 80 mil y Perú con 60 mil. Si bien, debido a diferentes causas, han existido casos de desplazados internos durante décadas en México en estados como Oaxaca, Sinaloa y Tabasco, los desplazamientos actuales se concentran principalmente en el estado de Chiapas. Y estos desplazamientos en Chiapas, que de acuerdo a la ONU estarán entre 16 mil y 21 mil desplazados, pueden ser atribuidos en su mayoría al levantamiento zapatista de 1994, a las operaciones de contrainsurgencia de los militares en 1995, a la masacre en el poblado de Acteal en 1997 por grupos paramilitares y, al constante acoso e intimidación por parte de grupos paramilitares, grupos civiles armados y elementos criminales, además de los actos de intolerancia de grupos religiosos extremistas y a las disputas sobre tierra y al narcotráfico. Sin embargo, los gobiernos estatal y federal de Chiapas se niegan a aceptar que se trate de desplazados por una guerra interna. En resumen, así como para los países desarrollados la migración internacional, especialmente la no calificada, se les convierte en un dolor de cabeza, este movimiento interno por razones de seguridad que genera a los desplazados es un problema neurálgico para muchos países en desarrollo. Hablar de migración requiere necesariamente hacer mención de las remesas. Año tras año, las remesas que envían los migrantes a sus países de origen crecen en magnitud y en importancia.
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Los países de origen que son pobres cuentan con las remesas de los trabajadores emigrantes para sostener la economía local, mientras los países de destino cuentan con la mano de obra barata para seguir produciendo y manteniendo sus propias industrias, y para reemplazar en los trabajos domésticos a las mujeres que han entrado a formar parte de la fuerza laboral. El año pasado, el 2003, el total de remesas se acercó a los 100 mil millones de dólares, un incremento de 15% con respecto al 2002. Los impactos favorables de estos recursos se perciben en Turquía, India, Filipinas, África del Norte, Centroamérica y México. Por ejemplo, los 20 millones de personas que componen la diáspora hindú están dispersos alrededor de 135 países y el año pasado enviaron a casa más de 15 mil millones de dólares. En todos los casos, las remesas actúan como un subsidio al consumo familiar, quedando un margen muy pequeño del 4 ó 5 por ciento para pequeñas inversiones productivas en el comercio o el campo. La duración de las estadías en las sociedades de recepción —así como el grado de interacción de los migrantes con sus familias y sus comunidades de origen— tiene una influencia directa sobre el monto y la intensidad de las transferencias económicas. Cuando la migración se proyecta como transitoria, conduce a la acumulación en el núcleo familiar de origen, con vistas al retorno. Por el contrario, cuando el proyecto migratorio es, o se transforma, en una radicación definitiva en el país de recepción, los vínculos económicos con el núcleo de origen tienden a limitarse y los ahorros comienzan a canalizarse en un mejor desempeño de la integración en el país de recepción. También al hablar de migración hay que considerar la defensa de los derechos humanos, aspecto que genera inquietud y movilización de parte de organismos internacionales, gobiernos y movimientos de defensa de los derechos humanos, y tiene que ver con la “industria” que existe en torno al tráfico de migrantes y con las arbitrariedades de que son objeto los llamados migrantes irregulares. Las mujeres entran, siempre en mayor número, a formar parte de las filas de los migrantes internacionales, en beneficio de las familias donde trabajan y en menoscabo de las familias que dejan en la patria. Contratadas con frecuencia como trabajadoras no cualificadas, o para el servicio doméstico, las mujeres son más vulnerables a la violencia y a la violación de los derechos humanos y laborales, que a menudo no se les reconocen. Ellas constituyen también una gran parte de los flujos de refugiados. Junto con los niños, son las víctimas más frecuentes del tráfico ilícito de comercio humano. Según un estudio reciente de Richard H. Adamas Jr. y John Page del Banco Mundial, un incremento del 10% en la inmigración por parte de un país en vías de desarrollo produce un decremento de cerca del 2% en las personas que viven con menos de un dólar al día. 9
Sin embargo, no todo es miel en la migración. Los expertos hablan acerca de la fuga de cerebros que ésta implica, pues el país de origen se queda sin los trabajadores más capaces.
PROSPECTIVA DE LA MIGRACIÓN Respecto a la relación de la globalización con la migración, tenemos que hacia el año 2030, un número mayor de países participarán en la migración internacional. Sobre todo existirá una gran diversificación en el número de los países de origen; se extiende el espectro económico, social y cultural de los migrantes. Algunos países jugarán la doble condición de países receptores y expulsores (España y Turquía en Europa; Venezuela en América Latina). En este último caso, crecerá la inmigración de profesionales y aumentará la recepción de migrantes no calificados de vecinos andinos.1 En cuanto a la aceleración de la migración, este proceso estará caracterizado para el 2030 por el crecimiento del volumen de migrantes en todas las regiones del orbe, lo que dificultará la operación de políticas públicas en materia migratoria. Hacia el 2030, la mayoría de los países de destino recibirán más de un tipo de migración (laboral temporal, migración definitiva, refugiados políticos, migración transnacional). Estados Unidos y Canadá, juntos a países de Europa Occidental, seguirán siendo los grandes receptores de migrantes. Los migrantes netos de Estados Unidos se mantendrán en el orden de los 800 mil anual durante los años del 2010-2020. No obstante, la migración irá en ascenso y de acuerdo al Buró de Censos de Estados Unidos, arribarán los migrantes netos a poco más de millón para el año 2025 y a 1.2 millones para el 2030. Entretanto Canadá, Alemania, Italia y el Reino Unido mantendrán prácticamente un nivel estable de migrantes netos para el período 2010-2030. Alemania tendrá un saldo de migrantes netos de unos 180 mil y Canadá se ubicará alrededor de 192 mil anual para el período 2010-2030. Regiones como Russia, Hong Kong y Australia que fueron atractivas para los migrantes, verán disminuir este flujo. De 136 mil que registró Hong Kong de migrantes netos para el año 1996, pasará a 29 mil para el año 2020. Mientras que Russia de 350 mil migrantes netos que presentó en 1996, también pasará a 29 mil migrantes para el 2020. En el caso de Australia continuará con su descenso de migrantes netos, de 103 mil registrado en el año 1996 se ubicará en 62 mil migrantes netos para el año 2030.
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FUENTE: World Future Society
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En cuantos a los países que estarán en top de expulsores de migrantes, destacarán México, China, Filipinas, Bangaldesh, la India y Pakistán. Claro, es incomparable lo que pueda representar China en relación a su población total con el caso México. Para el período 2010-2030, los migrantes netos de China estarán en el orden de 300 mil anuales. Mientras que México sí presentará una leve caída. De acuerdo al Buró de Censos de Estados, para el 2010 los migrantes netos de México se ubicarán en 380 mil, mientras que para el 2020 estarán en 300 mil y para el 2030 disminuirán a 270 mil. Es decir que la migración neta por mil habitantes de México pasará de –4.4 por mil habitantes del año 1996 a –2.0 migrantes por mil habitantes para el 2030, entretanto la de China se mantendrá prácticamente para el 2030 en los mismos niveles de 1996, -0.2 por cada mil habitantes. Hacia el futuro, crecerá la feminización de la migración. Las mujeres juegan un papel creciente en los circuitos migratorios de todas las regiones y en todos los tipos de migración. Muchas de las políticas internas, bilaterales y regionales serán crecientemente afectadas por la migración internacional. Las tendencias indican que los rasgos distintivos de migración intrarregional es la existencia de territorios de tránsito en las rutas hacia el norte del continente, afectando a países centroamericanos y particularmente a México. En el Caribe, se registrará una intensa circulación entre los territorios insulares. Las tendencias también señalan que el futuro de la migración indocumentada de la región continuará e incluso, se incrementará, imponiendo a los gobiernos mayores retos para la operación de políticas públicas que garanticen los derechos humanos de los migrantes y refugiados. Los desplazamientos internos, los movimientos internos por razones de seguridad, tenderán a crecer en el futuro ante el avance de la “guerra contra el terrorismo”. Esto se debe que esta guerra declarada por Estados Unidos ha alentado a varios gobiernos a buscar soluciones militares a sus conflictos, minando en muchos casos el respeto a los estándares internacionales humanitarios y violando los derechos humanos. Una tendencia más reciente la representan las remesas colectivas, es decir, divisas que concentran organizaciones de migrantes y que destinan a sus comunidades de origen para realizar diversas obras sociales de infraestructura o beneficencia colectiva; en este contexto, las remesas colectivas están representando complemento a la inversión pública para mejorar el nivel de bienestar de sus comunidades de origen.
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De esta forma, las remesas colectivas se posesionarán como fuente alterna de financiamiento al desarrollo. Para los próximos años, sus beneficios pueden destacar por: Las remesas colectivas cohesionan a la comunidad de origen y la comunidad de destino, posibilitando la formación de una Comunidad Binacional. La remesa colectiva convierte a la Comunidad Binacional en un nuevo actor político con interlocución frente al Estado. La remesa colectiva facilita negociar fondos concurrentes para crear programas tipo 2x1 ó 3x1 (como ya sucede en México), que financien obras de infraestructura, que de otra manera no se llevarían a cabo. La remesa colectiva puede ayudar a transitar hacia propuestas de microproyectos productivos donde se involucre a los ahorros y habilidades de los migrantes, fondos concurrentes nacionales internacionales y a las instituciones educativas y organismos no gubernamentales. En el mundo, la transnacionalización y ciudadanía son dos de los temas más relevantes en la agenda internacional de la comunidad migrante en los próximos años. Inevitablemente, la discusión de los derechos políticos de los migrantes en sus países de origen y de destino está generando debates de gran intensidad que seguramente derivarán en ajustes al orden internacional. De acuerdo a la OCDE, una tendencia digna a considerar es el alto crecimiento de la movilidad estudiantil, que buscan mejores condiciones en países desarrollados (Estados Unidos, Europa, Australia). Esta tendencia está teniendo impactos importantes en el desarrollo de largo plazo, tanto de los países de origen como los receptores. Un reporte de las Naciones Unidas predice que los países de la Unión Europea necesitarán cerca de 159 millones de extranjeros para el año 2025 para hacer frente a la caída en la fuerza laboral causado por una población que aumenta en edad y bajas tasas de natalidad. Mientras, en el siglo pasado, la migración era a menudo cuestión de hombres solteros, actualmente y en el futuro será más común la migración familiar: emigra toda la familia, o se sigue el esquema de la reunificación familiar. La necesidad de personas altamente cualificadas en los países tecnológicamente avanzados continuará generando el "intercambio de cerebros" entre esos países y a la "circulación de cerebros" en algunas regiones, así como, desafortunadamente, a la "fuga de cerebros" de los países en desarrollo o menos desarrollados que cuentan con buenos recursos humanos, pero, por desgracia, no pueden proporcionar los instrumentos adecuados o pagar lo debido.
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También continuará la tendencia de la "cacería de cerebros" por parte de las naciones industrializadas, con el objeto de contratar personas altamente cualificadas de los países en desarrollo, incluso de modo definitivo. Por lo que a esto se refiere, algunos organismos están realizando un trabajo encomiable entre los estudiantes, por ejemplo el KAAD (Servicio católico alemán de intercambio académico), ofrece programas de sensibilización para los estudiantes, respecto a la necesidad que tienen sus países de líderes que quieran trabajar en favor del propio pueblo y por el bienestar del país, independientemente de los beneficios económicos. Los animan, así, a regresar al país de origen con un espíritu de verdadero y justo nacionalismo. Por el temor a una llegada masiva de migrantes, acentuado por el 'síndrome del 11 de septiembre', los países ricos industrializados han aumentado los controles de seguridad en las fronteras y hacen cumplir con severidad las leyes sobre inmigración. Esta tendencia de seguridad se acrecentará en los próximos años. Esto aumentará la proliferación de agencias de empleo que lograrán grandes ganancias explotando las esperanzas de los "pobres" migrantes.. El resultado de todo esto será el aumento de las ganancias de los contrabandistas y traficantes de personas. La grave crisis económica, las calamidades naturales, la violencia, los conflictos raciales, la inestabilidad política y las guerras han llevado a la migración forzosa y han producido refugiados, personas desplazadas y migrantes por motivos económicos. Todos ellos, por su parte, han contribuido a la formación de sociedades multiculturales y multiétnicas que han enriquecido el patrimonio cultural de los países receptores; han transformado incluso pequeñas y aisladas comunidades en realidades pluralistas e interculturales. Esta es una tendencia que continuará en ascenso en los próximos años. La migración nació para crecer. Crecerá los ataques a los migrantes, producto de la discriminación racial, de la xenofobia y de otras formas de intolerancia. En muchos países se promueve la migración legal, especialmente cuando se carece de mano de obra o experiencia, y al mismo tiempo se lucha contra la migración no documentada. Esta lucha, el reconocimiento de los derecho de los migrantes formará parte de las prioridades de las políticas exteriores de los países, especialmente para las naciones que tienen gran flujo de migrantes como los cosos de México, Filipinas e India. Los hechos demuestran que un estricto control de las fronteras, las inspecciones y una legislación severa sobre la inmigración, no son suficientes para tener bajo control la migración en general, y la migración no autorizada en particular.
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ACTUALIDAD Y FUTURO DE LA MIGRACIÓN EN MÉXICO En el período 1960-1970, la migración mexicana hacia Estados Unidos ascendía a 576 mil habitantes, fundamentalmente trabajadores que acudían por temporadas a laborar en la agricultura e industria estadounidenses, para después retornar a su país de origen. A partir de 1970, la migración internacional de mexicanos empezó a ser permanente. Para los años ochenta, México contaba ya con 2.2 millones de individuos fuera de sus fronteras. En los noventa, la movilidad migratoria alcanzó la cifra de 8.8 millones de personas nacidas en México que viven en Estados Unidos, lo que equivale a un promedio anual de 450 mil personas por año; en tanto que la población de origen mexicano (segunda y tercera generación) asciende a más de 23 millones, de acuerdo con datos de CONAPO del año 2003. A partir de los años ochenta, la migración mexicana ha asumido cambios en su dinámica y composición. De acuerdo al Buró de Censo de los Estados Unidos, el volumen total de personas nacidas en México residentes en Estados Unidos, pasó de poco menos de 2.2 millones en 1980 a 4.5 millones en 1990 y a 7.9 millones para el 2000. Es decir que tan sólo en los últimos años, en el período 1990-2000, se habrían asentado en Estados Unidos tantos mexicanos como los que cruzaron la frontera en los 30 años que van de 1960 a 1990. La migración internacional en México tiene una distribución regional heterogénea; durante el periodo 1995-2000, tres entidades del país del Centro-Occidente del país (Jalisco, Michoacán y Guanajuato) concentraron la tercera parte de los migrantes a Estados Unidos; estas entidades comparten una misma vocación y cultura migrante en su población. A esta lista se adiciona Zacatecas, la entidad de mayor intensidad migratoria del país. Para el año 2000, los migrantes latinoamericanos y caribeños remitieron desde Estados Unidos poco más de 17 mil millones de dólares, con un ritmo de crecimiento superior a su propio comercio internacional. Destacan las remesas enviadas a México (11 mil millones de dólares). En el periodo comprendido de 1990 a 2003, el monto las remesas creció más de 4.0 veces, al pasar de casi 2 mil quinientos millones de dólares a más de12 mil millones de dólares; posesionándose por encima de la Inversión Extranjera Directa y el turismo, fuentes importantes de captación de divisas.
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MÉXICO: MIGRANTES A ESTADOS UNIDOS POR ENTIDAD FEDERATIVA, 1995-2000. Estado Migrantes 1995Participación (%) Población 2000 Total nacional 1,589,1575 100.0% 97,483,412 Zacatecas 65,631 4.2% 1,353,610 Michoacán 165,502 10.5% 3,985,667 Guanajuato 163,338 10.4% 4,663,032 Durango 42,307 2.7% 1,448,661 Morelos 44,426 2.8% 1,555,296 Nayarit 25,303 1.6% 920,185 Aguascalientes 25,766 1.6% 944,285 Hidalgo 60,817 3.9% 2,235,591 Jalisco 170,793 10.9% 6,322,002 San Luis Potosí 61,757 3.9% 2,299,360 Guerrero 73,215 4.7% 3,079,649 Fuente: Consultores Internacionales S.C., con datos de INEGI.
Migrantes/población 1.6% 4.8% 4.2% 3.5% 2.9% 2.9% 2.7% 2.7% 2.7% 2.7% 2.7% 2.4%
Las remesas tienen una distribución regional similar a los flujos migratorios; en el 2003, Michoacán, Jalisco y Guanajuato, recibieron la tercera parte del monto total de las remesas que ingresaron a México. MÉXICO: REMESAS PROVENIENTES DE ESTADOS UNIDOS POR ENTIDAD FEDERATIVA RECEPTORA, 2003. Estado Distribución % de las remesas Millones de dólares Total nacional 100.0% 12,039.0 Michoacán 12.6% 1,516.9 Jalisco 10.1% 1,215.9 Guanajuato 9.2% 1,107.6 Estado de México 7.4% 890.9 Distrito Federal 6.7% 806.6 Puebla 5.9% 710.3 Veracruz 5.5% 662.1 Oaxaca 4.9% 589.9 Guerrerro 4.8% 577.9 Hidalgo 3.9% 469.5 San Luis Potosí 2.7% 325.1 Chiapas 2.5% 301.0 Morelos 2.5% 301.0 Zacatecas 2.5% 301.0 Fuente: Consultores Internacionales S.C., con datos de INEGI y Banco de México.
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Las remesas se constituyen en una de las principales entradas de ingresos al país. De acuerdo al Banco de México, en el año 2003 las remesas familiares alcanzaron la cifra de 13 mil 266 millones de dólares, cifra que superó los ingresos por concepto de Inversión Extranjera Directa (IED) y los aportados por viajeros internacionales. Equivalen a 79% del valor de las exportaciones de petróleo crudo, el 71% del superávit comercial del sector maquilador y aproximadamente 2.2 % del PIB del 2003. Estas cifras si bien pueden parecer inmensas, habría que considerar que ha sido prácticamente en la última década, especialmente en los últimos cinco años, cuando se ha elaborado un trabajo más estricto del registro de las remesas. Si pensamos en la década de los sesenta o setenta, los migrantes enviaban el dinero por correo ordinario en una carta, lo traían entre su ropa, lo enviaban con un amigo; formas que dificultaban el seguimiento del monto total de las remesas..Ahora se ha sistematizado más este registro y aumenta la confianza por parte de los migrantes en los sistemas financieros. Este registro arroja que la mayoría del envío de remesas se realiza mediante transferencias electrónicas, más del 85%, seguida por las money orders con un 13% y bastante lejos los cheques personales y las transferencias en efectivo y especies. Las money orders tenderán a crecer toda vez que además del envío de remesas directamente a la casa, ofrecen servicios adicionales como envío de cartas o fotografías. Las remesas mexicanas, para los economistas, tienen dos caras principales para su análisis. Por una parte, pueden verse como ingresos de alto potencial para el desarrollo económico local y regional, pues puede contribuir a financiar diversos proyectos productivos en las comunidades., desde pequeños negocios hasta importantes obras de infraestructura social. Por otra parte, las remesas pueden verse como la forma en que fluyen los salarios y las remuneraciones de los trabajadores migrantes hacia sus hogares en México. Y por tanto, su impacto económico no debería diferenciarse de los demás remuneraciones en el país. Las remesas son una fuente de ingresos que le ha permitido a muchos hogares no sólo enfrentar las condiciones adversas económicas del país, sino también elevar sus niveles de gasto y consumo familiar. Sin embargo, cuando se compara este gasto producto de las remesas, aparece como excesivo frente el gasto de otras familias marginadas y atrasadas, alejadas de los centros de desarrollo. Algunos analistas sostienen que las remesas seguirán por encima de la Inversión Extranjera Directa, claro restando transacciones gigantescas como las del Bilbao Vizcaya con Bancomer. A mediano plazo, de no tomarse medidas en el mercado energético, especialmente en el mercado petrolero, las remesas podrían también rebasar los ingresos por petróleo. Otro de los asuntos que habrá que abordar en el futuro, y no muy lejano, será la doble nacionalidad de los ciudadanos mexicanos radicados en México. ¿Cuáles serán sus derechos, cuáles serán las limitaciones que impondrá la ley? 16
En otros asuntos de preocupación para los migrantes estará su nivel e participación. La herramienta que pudiera abrir el esquema participativo de los migrantes es el voto. Si bien el derecho al voto desde el exterior es una larga práctica en países europeos, no lo es en la mayoría de los países de América Latina (a excepción Argentina, Brasil, Colombia, Venezuela, Honduras y Perú), al no contar con una legislación que lo contemple. En México, este derecho está garantizado en la Constitución Política, no obstante, son insuficientes los mecanismos para que los migrantes participen en procesos electorales. El Acuerdo Migratorio de México con Estados Unidos puede ser una primera historia de éxito en este rubro en Latinoamérica, que puede abrir el paso a países centroamericanos y caribeños. Los migrantes de cualquier parte del mundo que pretenden llegar a los Estados Unidos hacen grandes esfuerzos para poder alcanzar su meta "llegar a conseguir trabajo en los Estados Unidos para salir de pobres"; por desgracia en su trayecto son estafados por las redes de "polleros" y bandas de traficantes de migrantes. A estas redes de tráfico de indocumentados se suman otras problemáticas vinculadas al fenómeno migratorio como las redes de prostitución, narcotráfico, delincuencia organizada, etc. En el país se desarrollan programas para atacar el problema migratorio. Existe el programa amplio en la frontera Sur de México que se conoce como el Sellamiento de la Frontera Sur, que va desde Veracruz hasta la Península de Yucatán, donde existe una coordinación de los cuerpos policíacos como el Instituto Nacional de Migración, Ejercito Mexicano, Policía Federal de Caminos, Policía de Seguridad Publica, Policía Fiscal, Procuraduría General de la República (PGR), entre otros. Mientras que en la Frontera Norte de México, en los más de 3 mil kilómetros que nuestro país comparte con Estados Unidos, en ciudades como Tijuana y Mexicali, en Baja California; San Luis Rio Colorado, Agua Prieta y Nogales en Sonora; Ciudad Juarez en Chihuahua; Nuevo Laredo y Matamoros en Tamaulipas; la situación es mucho más complicada porque este ha reforzado la vigilancia policiaca y aumentado las medidas para detener la migración. Tan sólo en los 224 kilómetros que el estado de California comparte con México, el gobierno de Estados Unidos desde el 21 de noviembre de 1993 concluyó la construcción de la barda metálica, incrementó la vigilancia de la patrulla fronteriza. Ya para 1994 vigilaban a frontera mil 475 patrulleros desde San Diego hasta el desierto de Yuca. En el 2000 se registraron 120 muertos y a lo largo de toda la frontera entre Estados Unidos y México, murieron 491 personas, según reportes de organismos defensores de migrantes, donde la mitad de ellos falleció por hipotermia o insolación. California es el estado que más muertos ha registrado y es donde se encuentran 3 de los 4 lugares de más lto riesgo para los migrantes.
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Desde 1992 en California de manera anónima circularon campañs xenofóbicas contra los migrantes por medio de volantes que decían: "si no es blanco acábalo. Recuerda, detén el lodo o húndete” El fenómeno migratorio no va a solucionarse con la cantidad de infraestructura colocada en las fronteras, la militarización, los censores, ni las bardas metálicas frenarán la entrada indocumentada a cualquier parte del mundo, mientras no se les dé un trato más justo y humano, y no se solucionen las causas que la provocan. Si la migración es un derecho de toda persona humana, – dadas ciertas circunstancias - es también un derecho permanecer en el propio país y en el propio ambiente cultural. La migración, en particular la migración forzosa, se presenta especialmente cuando es difícil, si no imposible, para un individuo, sobrevivir según las normas locales. La migración no estaría tan difundida, pues, si las condiciones locales garantizaran una vida digna a la persona y a su familia. Por consiguiente, los países ricos industrializados que temen la migración en sus territorios, deben contribuir al desarrollo (no sólo económico) y a la seguridad de los países emisores de migración, para que puedan garantizar a sus ciudadanos una vida mejor. La migración nació para quedarse. Sea lo que fuere, las sociedades están vinculadas siempre más a las poblaciones receptoras de distinta cultura y nacionalidad. La pluralidad de culturas, incluso de credos y nacionalidades, está destinada pues a ser siempre más la característica de nuestras sociedades. La presencia reglamentada de "extranjeros" ha sido una riqueza para las personas, en los distintos países, siendo la naturaleza humana una sola, y perteneciendo todos a una misma familia. En efecto, una norma necesaria para organizar todos nuestros programas y actividades consiste en respetar el bien común, también universal. Por consiguiente, tenemos que considerar a la humanidad como una familia de pueblos que no se atrincheran en la fortaleza de sus fronteras, sino que son los bienvenidos en una libre y razonable circulación en el interior y a través de los territorios nacionales. Así haríamos, haciendo de la tierra un verdadero hogar global para todos. He aquí un ejemplo, de acuerdo a las Naciones Unidas se prevé la entrada de alrededor de 160 millones de inmigrantes en los países de la Unión Europea en los próximos 50 años, si Europa quiere mantener su actual dinamismo económico. Para que esto suceda pacífica y justamente, la actitud de muchos tendrá que cambiar y el papel de la Iglesia en este proceso es y será indispensable. Igual podemos pensar acerca de esa mano de obra necesaria para las áreas de servicios y obreros industriales que requiere el crecimiento estadounidense. El trato digno para el migrante seguirá siendo una lucha de los pueblos solidarios. 10/02/2004
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