Ciudad Nueva Abril 2020

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Mundo

Iglesia

Vida sana

Lejos de estabilizarse Irak: ¿qué pasa?

Vida en común Cuando cae el entusiasmo

Medicina preventiva ¡A disfrutar la comida!

Ciudad nueva años

URUGUAY | PARAGUAY Abril 2020 | Nº 4 | Año XL

Chiara Lubich y la Política África

Se vende. Un espiritual ¿Oresurgimiento no? “Quizá no contábamos con ello, pero la cultura ‘líquida’ actual nos puede predisponer a la dimensión espiritual más que un entorno rígido”. Las múltiples formas de percibir y cultivar hoy el espíritu buscan respuestas más integrales y dialogantes


Sumario Nº 4 Abril 2020 Año XL

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Editorial Frente común ante el Coronavirus

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Cultura Una religiosidad integral

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Ciudad nueva Revista mensual internacional editada por el Movimiento de los Focolares

Mens sana “Perfectamente imperfectos, como nosotros”

Propiedad de la Asociación Civil Ciudad Nueva Ciudad nueva en el mundo: 36 ediciones en 22 idiomas. Fundada en 1956 en Roma por Chiara Lubich, con la colaboración de Pasquale Foresi.

Sociedad Micro influencers

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Sociedad Cárcel: reeducación o castigo

Administración y redacción - Paraguay Independencia Nacional 1076 Asunción Teléfono: (021) 45 13 68 ciudadnueva@focolar.org.uy

Entrevista “Cuestionar es el principal instrumento de libertad” Mundo Irak: ¿qué pasa?

Presidente: Alejandro Poirier Director de redacción: Silvano Malini Consejo de redacción: Nelson Benítez, María Sara Corbelle, Adela Giménez, Lidia Iglesias, Santiago Mampel, Eduardo Roland y Claudio Larrique

Zona de diálogo Algunas maneras de iluminar la “noche del diálogo” Cultura de la unidad Polaridad en política

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Diagramación: Lía Nogueira Corrección: Delia Clariá y Eduardo Roland

Flickr Irin Photos

Redactor responsable: Dr. Raúl Gamarra Santa Cruz Pablo de María 1032, Montevideo

Palabra de vida Abril 2020 “¡Felices los que crean sin haber visto!”

rgamarrasantacruz@gmail.com Registro M.E.C. Nº 1923 No contribuyente Imprime: Mastergraf srl - Gral. Pagola 1823 CP 11800 - Montevideo - Uruguay Depósito Legal: 360773

Testimonio Con voluntad de donarse

Los contenidos textuales pueden reproducirse total o parcialmente citando la fuente: Ciudad nueva. Este número se cerró el 23 de marzo de 2020.

Especial “Más amamos al prójimo, más crece la unión con Dios”

Ciudad nueva

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También en:

www.ciudadnueva.focolar.org.uy

Iglesia Cuando cae el entusiasmo

Ciudad Nueva Uy Py

Vida sana ¡A disfrutar la comida!

15 Vida en familia 28 Arte & espectáculo

Página treinta Ese gusano de la tierra

Fotos de tapa: William Farlow on Unsplash

Ciudad Nueva Paraguay:

Adjuntar nombre y dirección. San José 447 Asunción Tel.: (021) 224421 cnpy2014@gmail.com

@CiudadNuevaUyPy Centros de difusión - Mov. de los Focolares

Uruguay (Montevideo) * Pablo de María 1032 C.P. 11200. Tel. 2412 2863 * Palmar 2570 C.P. 11 600. Tel. 2708 9337 * Centro Mariápolis “El Pelícano”. Cno. Siete Cerros y Ruta 102 C.P. 12100. Tel. 2222 1356 Paraguay (Asunción) * Ygatimí 772. Tel. (021) 445390 * San José 447. Tel. (021) 213535 * Centro Mariápolis “María, Madre de la Humanidad” Urbanización Surubi-i - Ruta Camino hacia Limpio Mariano Roque Alonso. Tel. (021) 753 771

Suscripciones Uruguay:

Suscripción anual: Gs. 120.000.(Seis números)

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Administración y redacción - Uruguay: Pablo de María 1032 Montevideo Teléfono: 2412 2863 ciudadnueva@focolar.org.uy

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Editorial

Frente común ante el Coronavirus

Macau Photo Agency on Unsplash

“Ya no se trata de si yo tengo miedo del contagio o si me parece que a otros no les importa nada, sino de que yo tengo que preservar al otro. Yo me preocupo por ti. Yo mantengo la distancia por ti. Yo me lavo las manos por ti. Yo no viajo por ti. Yo no voy al recital por ti. No voy al shopping por ti. Ésta es una ocasión para transformar una emergencia en una competencia de solidaridad”. Con estas palabras de un amplio post en Facebook un joven de los Focolares alentaba a un cambio radical de mentalidad y de acción en los días en los que su país, Italia, superó el número de 1.000 muertos por el Coronavirus. La pandemia produce una crisis cuyos efectos sobre la vida de los países afectan sectores delicados como el sistema sanitario, la educación y la economía, con consecuencias imprevisibles. “Éste es el momento de demostrar que el Estado somos nosotros. Y que la responsabilidad social de la empresa

no es sólo un instrumento de marketing sino una práctica real que se activa sobre todo en el momento de la crisis”, escribió Luigino Bruni, coordinador internacional de la Economía de Comunión. Para ello, hay que “demostrar atención a los bienes comunes (la salud, el trabajo), con una comunicación correcta, formulando propuestas concretas y sustentables con una visión de conjunto, activando acciones concretas dirigidas a las personas más frágiles, valorizando un sistema hecho de empresas, familias, escuelas, universidades, organizaciones y entes que pasen a ser protagonistas de una nueva e indispensable solidaridad proactiva”. Bruni cita una historia de responsabilidad social de estos días, la de Mahmoud Ghuniem Loutfi, repartidor en una empresa de delivery en Turín. Como reconocimiento hacia la ciudad que lo acogió, compró barbijos para la Cruz Roja local. No pensó en el costo

económico sino que se preguntó qué podía hacer por su comunidad y, por lo tanto, por él mismo. No faltan las empresas que ofrecen rebajas, entregas gratuitas y otros mecanismos para asumir su parte del sacrificio necesario en un momento crucial. Y la de Mahmoud es una de tantas experiencias de cooperación y de solidaridad personales y grupales que suceden por todo el planeta. Hay jóvenes que se ofrecen a hacer las compras para las personas más vulnerables al virus: “Si usted tiene más de 70 años o tiene patologías o por precaución prefiere quedarse en casa, nos encargamos nosotros de su compra”, se lee en un mensaje por WhatsApp. “No se preocupen por las compras. Superaremos pronto esta situación”. Ésta es una ocasión apropiada para transformar la emergencia en una competencia de solidaridad. Lorenzo Russo Ciudad nueva - Abril 2020

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La columna de Gaspar Diálogo entre personas de diferentes convicciones

Acerca de

El arte que perdura

La programación del mes de junio, mes aniversario de la muerte de Gaspar (en cuya memoria hacemos esta columna), suele ser bien artística, tal como era él. Por eso, ya la previa fue una excelente presentación del aclamado y también doble campeón olímpico en Sochi 2014, Yozuru Hanyo. Multipremiado y reconocido, joven, armonioso, diría con puntuación perfecta. Y el film que vimos fue Eight days a week, el famoso documental sobre los Beatles. Todo arte que perdura. Y así lo valoraron los espectadores, ¡con un 4.36 en una escala de 5! Decimos que fue todo arte que perdura, y en eso nos concentramos después de la proyección. Para algunos, en realidad sólo el arte perdura y lo que no permanece en el tiempo no es verdadero arte. Así pasa con obras menores en la música, las artes plásticas, la literatura. El arte perdura, la moda caduca. Hasta podría-

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mos decir que el verdadero arte crece con el tiempo como el buen vino que mejora su sabor con los años. Entonces la creación artística no es una representación cerrada y conclusa, sino que se re-inventa, y se interviene de forma constante para destruir y reconstruir nuevas experiencias. Es la fruición estética que experimenta el espectador. Por tanto, el proceso creativo del arte se concibe desde la intervención, lo que implica que su valor artístico está en la experiencia de sus creadores y también en el impacto en el receptor. Y el espectador es co -creador, desde su vivencia. De esta forma, la obra del artista materializa un proceso de exploración inconcluso que se incrementa indeterminadamente. Los objetos del artista (cualquiera sea la modalidad artística), son instrumentos de creación y aprendizaje a través de los cuales el creador reflexiona, experimenta y explora para concebir obras que perdurarán en el

tiempo y el espacio. Las formas a las cuales se expone el espectador se llenan de contenido en el acto especulativo del mirar. Esto lleva al artista a buscar la verdad en el arte, la cual aborda desde la reflexión y la curiosidad por descubrir y entender la historia. Episodios llenos de misterio, una ventana a la mente del creador quien está constantemente modificando su pieza para hacerla perdurable. La obra de arte es el resultado de una experiencia personal reflexiva que crea arte para el tiempo y se caracteriza por el perfecto equilibrio entre la creatividad y la realidad. El creador está permanentemente cuestionando la realidad que lo rodea y cuenta una historia que refleja esa experiencia. Materiales que dejan constancia del ensayo y error de los artistas, por lo cual, no promueve una concepción de éstos como una obra cerrada y definitiva. Son elementos centrales la experiencia creativa que se suma a la experimentación del artista, quien establece un vínculo de afinidad con el objeto de su trabajo. En estos aspectos están muchas derivaciones como re-intervenir constantemente las obras, crear piezas que perduren en el tiempo o investigar acerca del papel del artista. Lo que no puede faltar dentro de su finalidad son el componente experiencial y el reflexivo que convierten estos bocetos en objetos personales, críticos y artísticos a la vez.

grupogaspar@gmail.com

*Valoración: Cinedebate

(4,36)

(Cinedebate del 10/06/17) Próxima columna: “Un pasado que ya no es”.


Mens sana

Autoestima en nuestros hijos Isabel Martínez de Campos

Perfectamente imperfectos, como nosotros “Mamá, soy un tonto”, dice Pedro, de siete años. “Siempre me sale todo mal”, comenta Juana, de once. A veces, nuestros hijos se juzgan con una vara implacable; otras, no lo dicen a viva voz, como Pedro y Juana, pero denotan con su actitud una falta de amor a ellos mismos. ¿Cómo se construye la autoestima? ¿Cuánto influye nuestra mirada como padres en cómo se ven nuestros hijos? La autoestima habla de la imagen de nosotros mismos. Implica —según dice Dorothy Corkille Briggs, autora de El niño feliz— que un chico se sienta querido y merecedor de ser querido, valioso y competente. “Durante los primeros años, la autoestima se va construyendo a partir de la mirada de los padres”, explica la reconocida psicóloga argentina Maritchu Seitún, autora del libro Capacitación emocional para la familia. “Con el correr del tiempo, esa imagen se va internalizando y se convierte en la propia imagen que el chico tiene de sí mismo”. Hasta la mitad del siglo XX, los chicos eran indispensables en las casas; ayudaban con los hermanos menores o con el trabajo de los padres. Esto les permitía sentirse valiosos y competentes desde muy pequeños. “Hoy la realidad cambia; muchos chicos pasan largas horas en el colegio y ya no se sienten tan útiles. Por otra parte, cada vez son más los padres con poca tolerancia al hijo ‘imperfecto’. Estos progenitores suelen poner su propia autoestima en el resultado de la crianza y, por ende, se vuelven muy exigentes a la hora de educar a sus hijos”, sostiene la especialista. Los síntomas típicos que enmascaran una baja autoestima en los chicos son los problemas de conducta y algunas dificultades de rendimiento escolar. El hostigamiento (bullying), la inseguridad, la excesiva timidez, el malhumor, la tristeza, la exigencia, el no querer intentar cosas nuevas por temor al fracaso, la pere-

za, la falta de responsabilidad, la forma de ser demandante son señales de esta problemática. “También hay chicos muy sensibles, que sufren cuando sienten que no pueden cumplir con las expectativas de sus padres”, explica Seitún. “Por ejemplo, cuando los adultos les piden que se queden quietos o que no vuelquen un vaso de agua, y ellos no pueden. Un chiquito se puede sentir mal cuando tiene un proyecto imposible de concretar a su edad, como dibujar, o patear la pelota a los cuatro años como si tuviera ocho”. Es importante tener en cuenta que la autoestima puede bajar también cuando en algún aspecto los chicos no se sienten semejantes a los de su edad, ya sea en estatura, inteligencia, fuerza física, belleza, destrezas o capacidad intelectual. “No hay una sola autoestima, puede haber muchas, y quizá la tengan alta en algún aspecto y baja en otro”, dice la especialista. La manera en que miramos a nuestros hijos es decisiva en cómo ellos se van a ver tarde o temprano. Los chicos están atentos a esta mirada, la perciben. “Por eso, es fundamental que revisemos nuestra propia autoestima y tratemos de mejorarla para no pretender que nuestros hijos ‘perfectos’ la hagan subir”, advierte la psicóloga. E indica: “Busquemos éxitos personales en otros temas, más allá de los hijos, para no cargarlos con la responsabilidad de que sean nuestro único o principal ‘proyecto’ personal. Revisemos nuestras auto exigencias porque seguramente les pidamos a ellos en la misma medida en que nos exigimos a nosotros mismos. No les pidamos aquello que nosotros no pudimos hacer, y tampoco impongamos lo que sí hicimos como único camino valioso”. Pero eso no es todo. Cuando llega la adolescencia, es necesario no competir con ellos. Su deseo de rivalizar no deberá encontrar eco en nosotros. “Hagamos el due-

Flickr Rafael Edwards

lo del hijo deseado y pasemos a aceptar el hijo real, ¡tan perfectamente imperfecto como nosotros mismos!”, concluye Seitún. Y ahora, unos consejos para mejorar la autoestima de nuestros hijos. • Revisar nuestras expectativas. Ellos se desaniman si nada nos basta. • Separar a la persona de la conducta. Es importante decirle al niño: “Mi amor, tú puedes hacerlo mejor”. • Ampliar nuestra capacidad de tolerar una gama de emociones creciente en nuestros hijos, para regular su conducta con menos enojos y amenazas. • No usar la tristeza y la desilusión como recursos de manipulación. Reservemos esos sentimientos para las situaciones en las que son reales. • Trabajar desde sus fortalezas. Cuando Juana viene con un 8 en un dictado, nos abalanzamos sobre las cuatro palabras que escribió mal en lugar de mirar las veinte bien escritas. Sin decírselo, le estamos dando a entender que esperábamos un 10. Lo hacemos con la mejor de las intenciones, pero resultaría mucho mejor que miráramos primero las muchas palabras que escribió perfectamente. Lo mismo vale para el juego o el deporte, para los modales en la mesa, para todo: primero resaltar lo bueno y, cuando el chico se siente seguro y bien mirado, lo ayudamos a mejorar algún pequeño aspecto. • No mentir: las mentiras del estilo de “¡Qué bien jugaste!” cuando no fue así, no ayudan. Es mejor decirles: “¡Cómo corriste”, o “¡Cómo te esforzaste!, o “Te vi muy atento en un momento”. Son algunas notas para agendar. Ciudad nueva - Abril 2020

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Cultura

¿Dios ha muerto? / 2 Xavier Melloni (desde España)

Una religiosidad integral “Quizá no contábamos con ello, pero la cultura “líquida” actual nos puede predisponer a la dimensión espiritual más que un entorno rígido”, nos decía el autor en la primera parte de este artículo (en Ciudad nueva de enero-febrero). Las múltiples formas de percibir y cultivar hoy la dimensión espiritual buscan respuestas integrales y dialogantes

Simon Migaj on Unsplash

Al tratar de identificar las claves de este complejo panorama (ateísmo, politeísmo, pluriteísmo, conservadurismo y fundamentalismos religiosos, “espiritualidad sin religión”...), nos encontramos con otros tres términos que apuntan a fenómenos emergentes diferentes: la interreligiosidad, la transreligiosidad y la posreligiosidad. La primera se refiere al encuentro y diálogo entre las religiones a partir de la especificidad de sus identidades. Los movimientos interreligiosos buscan el respeto y el conocimiento en la diferencia para convivir en un espacio común don-

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de cada tradición pueda vivir y aportar sus valores. La transreligiosidad pone el acento en lo que tienen en común las tradiciones religiosas, el legado de sabiduría que aportan a la humanidad, más allá de sus denominaciones de origen. El encuentro interreligioso se entiende como un punto de partida para algo que todavía está por explorar. Resuena aquí el episodio de Abraham cuando fue llamado a dejar la tierra de sus padres para adentrarse en un territorio desconocido (Génesis 12). Partió con la confianza en un Dios mayor que el que había

conocido hasta entonces. Hoy, esta llamada es hecha a los fieles de todas las religiones con la esperanza de que si todas ellas aportan lo más bello y noble de su sabiduría, podrán ofrecer a la humanidad los recursos que necesitamos para responder al reto civilizatorio en el que nos encontramos. La posreligiosidad, en cambio, considera que las religiones institucionales y milenarias ya han hecho su contribución al desarrollo de las culturas y de las civilizaciones, con sus luces y sus sombras. Entiende que en el estado actual del desarrollo de la conciencia humana


las religiones se han de retirar para dejar paso a otro tipo de manifestación espiritual para la cual la palabra religión ya no es pertinente. Ontonomía (o teonomía) La emergencia de este nuevo paradigma puede ser llamado ontonomía, “el orden del ser”, o teonomía, “el orden de lo divino”, en el que Dios que no concebido como un Ser supremo y ajeno al mundo ni a la consciencia sino como la profundidad y consistencia últimas de todas las cosas. Este momento ontónomo o teónomo vendría después de dos momentos anteriores: el heterónomo, donde Dios es considerado como un Ser y Juez supremo que rige todos los órdenes de realidad y al que hay que obedecer, y el momento autónomo, que responde a la emancipación del yo frente a esa instancia externa. El emerger de la espiritualidad sin religiones o de una nueva forma de comprender la religión percibe la trascendencia en el corazón de la inmanencia, lo sagrado en el corazón de lo profano, y se vislumbra al Ser Último como una Presencia que, sin dejar de ser trascedente, es íntimamente presente y cercana, en el corazón de lo que es. Esta espiritualidad también es llamada interioridad, la cual no se opone a la exterioridad, sino a la superficialidad. En esta actitud ontónoma –o téonoma- se supera la instancia egocéntrica de la emancipación autónoma de la razón para ir en busca de una mayor profundidad y a la vez una mayor

conciencia de la relación de todo con todo. En este estadio, la palabra clave es la no-dualidad. Criterio de discernimiento: la triple apertura Si entendemos la espiritualidad como escucha y apertura, la clave está en discernir si las nuevas formas de búsqueda de interioridad, de sentido y de trascendencia liberan a nuestros contemporáneos de estar confinados en sí mismos, abriéndolos a las tres dimensiones de la realidad: Hacia Dios o el Misterio, sea como sea que nombremos al Ser último y primero sostenedor de todo lo existente, el Ser-más-allá-de- todo (Deus semper maior) y, a la vez, el Ser-más-acáde-todo (Deus intimor intimo meo). Si bien los nombres indican una dirección, ésta también pueden ser un obstáculo. La apertura al Misterio conlleva un gran respeto por los diferentes caminos que se adentran en él. Ello abre la vía mística. Hacia el sacramento del hermano, formando una sensibilidad ética cada vez mayor. El mundo globalizado en el que vivimos requiere conocimiento de la compleja sociedad en la que estamos para promover diferentes formas de solidaridad y lograr el cambio social. No nos es permitida la ingenuidad. Ello abre la vía ética. Hacia el respeto y veneración por la tierra. El antropocentrismo de los últimos siglos ha tenido graves consecuencias en nuestro trato con la naturaleza. La espiritualidad emergente se-

Deniz Altindas on Unsplash

ñala de muchos modos la necesidad de restablecer los vínculos con la tierra. Ello abre la vía ecológica. Esta aproximación integral a la realidad es, sin duda alguna, una característica de nuestro tiempo en el que convergen múltiples perspectivas y disciplinas. Todos los accesos se perciben cada vez más complementarios y necesarios para abrirnos al misterio de la existencia, el cual se manifiesta de múltiples maneras y no se agota en ninguna interpretación.

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Sociedad

Personas creíbles en la Red Juan Narbona*

Micro influencers Son una figura emergente. Personas fieles a un proyecto de vida. No tienen miles de seguidores, pero son más creíbles que los grandes influencers y cumplen un valioso rol social Los influencers son personas que, a través de Internet, llegan a millones de usuarios gracias a su actividad en YouTube, Instagram, Twitter, Facebook u otros canales sociales. Con relativamente pocos medios técnicos, logran producir y difundir contenidos que influyen en la vida de centenares de miles de personas. Además de personajes famosos como el Papa Francisco, el futbolista Messi, cantantes como Shakira o Lady Gaga, entre los influencers hay también chicos y chicas desconocidos fuera de la Red, que se vuelven populares online porque tienen carisma y “facilidad de palabra”. Hablan de moda, series de televisión, actualidad, música... Han creado una subcultura que influye sobre todo en los jóvenes, mientras per-

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manece desconocida para quienes viven fuera de las redes sociales. Si bien los influencers captan la atención de millones de personas cada día, su capacidad de condicionar a las masas se ha puesto en duda recientemente, después de que una joven y famosa influencer de moda, Ariana Renee, vendiera solamente 36 remeras entre sus 2,6 millones de admiradores en Instagram. Empresas de moda, cosméticos, tecnología y demás, piden de hecho a los influencers que promocionen o usen sus productos, para que los compren quienes los siguen. Pero ahora el sistema ha entrado en crisis: ¿para qué sirve tanta popularidad si, como en el caso de Ariana, no convence al público? Desde entonces, muchas compañías han cambiado de estrategia: ahora

apuntan a los microinfluencers, personas que tienen menos seguidores en las redes sociales, pero son más creíbles a los ojos de su pequeño público. Estos microinfluencers poseen una voz auténtica y natural porque viven lo que predican y son fieles a un producto, a un proyecto de vida. Justamente porque no son seguidos por miles de personas, son accesibles y están abiertos a la interacción (es decir, responden un mensaje si alguien se dirige a ellos online). Los microinfluencers han existido desde siempre: es el amigo que se compra un auto y lo recomienda a los compañeros de trabajo, o la chica que descubre una banda musical y lo convierte en tendencia entre su grupo de amigos. La diferencia es que ahora, con las redes sociales, se llega a muchas más personas. De esta forma, cualquiera puede convertirse en un microinfluencer: el que comparte una noticia por WhatsApp, quien publica una historia relevante en Facebook, quien muestra en Instagram una imagen cargada de sentido o quien publica en Twitter una reflexión sobre la actualidad y mantiene vivo el debate.


interesante pensar que muchos navegantes pueden reencontrar en estos microinfluencers –madres de familia, estudiantes universitarios, empleados que hablan con naturalidad de aquello que viven y creen– un mensaje de fe auténtico, atrayente, vivido. La Iglesia nunca tendrá la capacidad tecnológica de las empresas de Silicon Valley. No es su objetivo. Pero sabe que las grandes respuestas a las preguntas del hombre no se encuentran en la tecnología. La búsqueda de sentido jamás terminará en una experiencia virtual. ¿Y si utilizáramos la tecnología para amplificar estas preguntas y ofrecer algunas respuestas? Sin embargo, necesitamos personas capaces de guiar en la búsqueda de sentido en la Red, con su ejemplo y estímulo. Se necesitan microinfluencer transportados por las corrientes y los vientos que llevan lejos, listos para orientarnos en los mares no siempre calmos de los océanos digitales. Uno de los roles más importantes de los microinfluencers es convertirse en “filtro” en un contexto de sobrecarga de información. Son centenares los mensajes que diariamente requieren nuestra atención. Quien toma la responsabilidad de seleccionar contenidos relevantes y compartirlos con los demás, se convierte en una fuente preciosa. Además, estando en el centro de una red de contactos, los microinfluencers tienen la posibilidad y la responsabilidad de difundir con el ejemplo un “estilo humano” de ser en Red: responder con calma a los mensajes agresivos, criticar, si es necesario, las ideas, pero no a la persona detrás de las ideas, descubrir pero no difundir las noticias falsas, hacer propuestas positivas, mostrar la propia humanidad exponiendo tanto los propios sentimientos como recurriendo al humor, elegir con cuidado las palabras a utilizar, publicar imágenes de buen gusto. También en el ámbito de la comunicación de la fe, la figura del microinfluencers es interesante: la Iglesia está llena de estas personas. Pueden actuar por iniciativa propia o bien ser nudos multiplicadores de la información de una

institución o realidad eclesial. En un momento de la historia de la Iglesia donde la voz de la jerarquía es puesta en duda o ignorada por los grandes medios, es

* Especialista en Comunicación Digital y profesor de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma. Artículo en italiano publicado en Città Nuova. Traducido por Lorena Clara Klappenbach.

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Sociedad

La inseguridad que genera el delito / 1 José Deym*

Cárcel: reeducación o castigo Publicamos el primer artículo de una serie en torno al problema de las condenas a prisión y las dificultades para la reinserción social de quienes han cumplido sus penas

La terminal de ferry de la exprisión de Alcatraz (San Francisco, Estados Unidos)

Es indudable que uno de los temas que hoy más preocupan a la sociedad es la inseguridad que se genera en la población ante las actividades delictivas. La preocupación ante estos hechos que ocurren a diario está basada en temores concretos, por cuanto hay noticias recurrentes de asaltos y homicidios, a los que se agregan temores difusos, creados cuando el Estado da muestras de que es impotente para detener la ola delictiva y cuando persiste la idea de que la Justicia no restablece correctamente el equilibrio que

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el delito ha quebrantado. Ello genera el miedo a convertirnos en una sociedad como la imaginada y descripta hace 400 años por Thomas Hobbes (15881679), en la cual, al no existir autoridad, todos son enemigos de todos y se masacran mutuamente. Paralelamente, la inseguridad preocupa en todos los niveles: al gobierno, a los legisladores, a los jueces y a la población en general. Se podría decir que hoy preocupa más que nunca. Y preocupa porque, al menos en nuestro entorno, cada vez hay menos seguridad, el

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orden social está amenazado y la percepción de justicia vulnerada se ha tornado crónica. Ante ello, el gobierno, los legisladores y los jueces normalmente responden –o se cree que deberían responder y se espera que respondan– respectivamente con una mayor y mejor actitud de vigilancia y de represión policial, con leyes que castiguen el delito más severamente y con mayor rigor en el dictado de penas, mientras la población normalmente responde con mayor preocupación. Y esta preocupación es una constante que mantiene el


problema en un plano social prioritario y habitualmente genera indignación. A veces esta indignación se materializa en protestas masivas y marchas, pero, con o sin ellas, lo que invariablemente está presente es el reclamo de castigos más severos para quienes delinquen, especialmente de encierro prolongado y, a veces, ante crímenes graves o aberrantes, de encierro de por vida cuando no de penas de muerte. Sin embargo, la idea de que con encierros masivos y prolongados el delito puede combatirse eficazmente también es cuestionada, porque no parece ser la solución adecuada. Ante este dilema, cabe pensar que el combate al delito debería encararse de una manera drásticamente diferente a la que se está llevando a cabo. Es decir que no debería limitarse a un mejoramiento meramente superficial sino constituirse en un cambio de paradigma que contemple una revisión muy profunda de los conceptos de castigo, de la posibilidad de reparar el daño sufrido por las víctimas y, eventualmente, también por la sociedad, y de la recuperación e integración a la vida comunitaria de quienes han delinquido. Es, entonces, todo un desafío para los tiempos que nos tocan vivir. La pena privativa de la libertad como respuesta al delito Para combatir la delincuencia es indudablemente importante la prevención, que puede intentarse a través de una eficiente actividad policial, del mejoramiento de la educación, de la erradicación de la pobreza y de otras medidas. Pero ¿qué debe hacerse, además de implementar mejores medidas de prevención para que el delito no ocurra? Es decir, ¿qué debe hacerse cuando el delito ya quedó consumado? El delito siempre existió y siempre convivió con determinadas formas de reacción. Estas reacciones contra la conducta delictiva, en el intento de crear barreras protectoras contra su expansión, han consistido en suministrar un castigo a quienes han delinquido. Las teorías retributivas sostenían que el castigo era justo por razones éticas

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y las teorías preventivas sostenían que era necesario por razones correctivas y disuasivas. En cuanto a las formas de castigar, aparte de ciertas penas como la multa, la expropiación de bienes y el exilio, hasta épocas no muy lejanas era típicamente el cuerpo del autor de un delito el que recibía el castigo y las penas corporales eran de azotes, tortura, mutilación o muerte. La prisión solía utilizarse sólo como antesala para la ejecución penal. En cuanto a la pena específica de privación de la libertad, si bien siempre existió el encierro de personas por diversos motivos, no fue concebida sistemáticamente como castigo hasta hace poco más de 200 años. Su introducción como tal surgió como atenuante de penas consideradas mucho más brutales, pero, cuando fue también considerada una pena cruel, se la justificó porque uno de sus objetivos consistía en curar al delincuente, resocializándolo. La consideración retributiva ha merecido el apoyo de filósofos y teólogos de indiscutible autoridad y prestigio, como también posiciones contrarias. En cambio, el poder correctivo y disuasivo del castigo durante mucho tiempo fue indiscutible. Pero, desde que la prisión se constituyó en castigo, la pena privativa de la libertad comenzó a recibir crecientes críticas y dudas sobre su eficacia, a

punto tal que hoy se sostiene mayoritariamente que no sólo no detiene el delito, sino que lo retroalimenta, con lo cual el ideal resocializador ha caído en un fuerte escepticismo. A pesar de las críticas y de las evidencias, las corrientes que abogan por las respuestas de “mano dura” siguen reclamando una política de encarcelamiento con más y mejor ejecución, mayores penas y construcción de nuevas prisiones. Pero no sólo existe el problema del delito en sí mismo, sino también el de las consecuencias que deja en las personas que lo han sufrido. Por eso es necesario tomar en cuenta el dolor de las víctimas y encontrar la mejor forma de paliarlo, por una parte, y, por otra, reencauzar a quienes han delinquido y lograr que eviten reincidir. En cuanto a las víctimas, el consuelo, si es que lo obtienen, es la satisfacción de saber que sus victimarios, si son condenados, sufrirán una determinada pena. Sin embargo, ese consuelo por conocer el sufrimiento del otro, igualando todo para abajo, no parecería ser una verdadera reparación. Si bien se trata de un sentimiento comprensible, no es, al menos desde una óptica cristiana, un sentimiento edificante que se debiera fomentar. *Doctor en Psicología Social, especialista en Criminología. Artículo originalmente publicado en la revista Criterio de Buenos Aires. Ciudad nueva - Abril 2020

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Entrevista

Ruth Manus Emanuel Bomfim (desde Brasil)

“Cuestionar es el principal instrumento de libertad” Esta escritora y columnista, abogada y docente universitaria brasileña radicada en Portugal, habla sobre el feminismo y la necesidad de romper con las presiones sociales y culturales que recaen sobre las mujeres

abogados… ¡No pasa por ahí! Necesitamos entender que el feminismo se trata de todas las mujeres, no solo de mis amigas y familiares.

Jess Harper Sunday en Pexels

-¿Cuándo las cuestiones de género comenzaron a pautar su producción como escritora y columnista? Es curioso, porque mi primer texto que se volvió viral en la web del Estadão fue “La increíble generación de mujeres que fue creada para ser todo lo que un hombre NO quiere”. No era un texto de afirmación feminista, pero ya traía estas inquietudes, estas preocupaciones. La portada inicial de mi nuevo libro tenía el término “feminismo”. Pedí sacarlo porque sabía que iba a alejar a mucha gente que no sabe qué es el feminismo. Bromeo diciendo que es un “caballo de Troya”, porque hay feminismo en todas partes. Ese texto terminó siendo un hito porque faltaba un poco ese puente entre las mu-

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jeres que no se sabían feministas, que no se sabían sostenedoras de la causa, pero que sentían toda la problemática en su piel. Fue el punto de partida para que me diera cuenta de este problema. -¿Hay un uso político/ideológico del término feminismo que nos impide verlo más a fondo? Me alegra ver que el término feminismo se usa cada vez más. Tengo mucho respaldo, especialmente de empresas que quieren hablar del tema pero usan “empoderamiento femenino” para no hablar de “feminismo”. Una vez, en un programa televisivo dije: no quiero hacer un feminismo de Itaim Bibi [barrio exclusivo de San Pablo], o sea, hablar de igualdad salarial en las grandes firmas de

-El 8 de marzo ¿se ha convertido en un gran festival de “metidas de pata”? Durante muchos años fue realmente un festival de gaffes, y de chocolatines, de flores, de refuerzo de los estereotipos. Pero creo que estamos en un proceso de cambio muy bueno de ver. Incluso dentro de las empresas, creo que se están dando cambios, y se está debatiendo qué es el 8 de marzo. Se habla de mujeres en plural, y de la diversidad que es cada mujer, porque más se considera a la mujer estereotipada, más se la limita. Los debates son mejores, el mercado está entendiendo que no puedes quedarse en ese pequeño circuito publicitario de los shopping. -¿Recibió muchas invitaciones desagradables debido al 8 de marzo? Hay una red de concesionarios que me dijo: “Quisiera hablar sobre la emancipación femenina, pero no queremos posicionarnos como feministas”. Le dije: “Mejor llamen a otra persona, entonces”. ¿Sabe lo que creo que es más importante entender? Esto también se aplica a los medios de comunicación: el feminismo está vendiendo. Emancipación y empoderamiento femenino están dando dinero. A la gente le gusta hablar de eso. Da audiencia. Pero dar espacio al asunto no significa que la empresa esté cambiando su comporta-


miento interno. Es muy fácil ganar dinero con este tema, ganar una buena imagen y no cambiar nada internamente. ¿Por qué usar mujeres siempre en plural? Cuando limitamos, reforzamos el estereotipo. ¿Cuál es el estereotipo que ponemos en las mujeres, que vemos en el Día de la Madre, en los regalos del Día de la Mujer, en la publicidad e incluso en los planes de salud para la Mujer? Es el chocolate, la flor, los zapatos, los vestidos, pero diría que el 90 % de las mujeres divergen de eso en algún punto, y por mil razones. Cuando haces de una mujer un estereotipo, es mucho más fácil de controlar. Se trata de esa frase de Simone de Beauvoir: “Que nada nos defina, que nada nos sujete, que la libertad sea nuestra propia sustancia”. Es exactamente eso. -¿Ese estereotipo se construye ya desde la primera infancia? Muchas veces -y me incluyo- repetimos ciertas actitudes en relación a las mujeres, especialmente en cuestiones de competitividad y de juicio entre nosotras. Como esas miradas que una dirige a otra mujer en la calle, con las que juzga la ropa incluso del hijo. O frases como: “Oh, ¡te sientas como una princesa!”. Y seguimos limitando, restringiendo cada vez un poco más. Primero es la ropa, luego es la forma en que ella se sienta, luego es la forma en que habla, el color que usa, el programa que ve, el tono de voz... Cuando te das cuenta, pusiste a tu hija en una caja de Barbie. -La educación escolar tampoco ayuda a construir referencias más igualitarias, ¿verdad? ¿Cómo vamos a querer convencer a nuestras niñas de que pueden ser lo que quieran si pasan mínimo 12 años estudiando teorías de hombres, historias de hombres, libros de hombres? Asusta. ¿Y las calles? Los nombres son todos de hombres. ¿No hay heroínas, mujeres destacadas? ¿Dónde están? Existen, y a montones, pero por alguna razón se invisibilizan. Pero ha habido una ola de publicaciones importan-

tes que ayudan a revertir esta situación. Si uno compara las mujeres que eran valoradas hace 30 años y las que están siendo valoradas ahora, eso se nota. Y da alas a las niñas. Fui a ver a Frozen 2 al cine con mi sobrina y eso es así. Para mí, es emocionante ver dibujos animados en los que la mujer es la protagonista porque en las películas de nuestro tiempo, las mujeres eran protagonistas solo en el título. -¿Cree en la implosión del patrón de belleza que ha estado en vigor durante tanto tiempo? Creo que hay un proceso. Es muy fácil criticar las redes sociales, pero cuando hay cosas positivas, poco se dice. Creo que Instagram está siendo un lugar de liberación si sigues a las personas adecuadas. Por supuesto, si sigues a los Ángeles de Victoria’s Secret te encontrarás con la cosa más horrible que haya pasado por la Tierra. Pero si sigues a ciertas personas, están liberando imágenes naturales del cuerpo. Es una serie de mujeres que están fuera de ese patrón. Es un proceso lento. A la propia Victoria’s Secret se le está reclamando que tenga una mayor democratización en la elección de las modelos. Es realmente genial ver que esto se discute.

-En sus columnas y en sus libros -en el último en particular- hay un mensaje muy fuerte, de perfil existencial, de incentivo a tomar las riendas de la propia vida. ¿Por dónde empezar? La capacidad de cuestionar las cosas es el principal instrumento de libertad. Cuando di la conferencia por primera vez, muchas personas vinieron a hablar conmigo. Les preguntaba qué los había marcado más. Y, muchas veces, escuché a mujeres hablar de sueños que no eran suyos. Y de estar frustradas por no cumplir objetivos que no querían tener. Esto de seguir una ruta es algo que la vida impone a todos, también a los hombres, pero para las mujeres con un poco más de rigor. Estudio, trabajo, casamiento, hijo, nieto... Es la línea que a menudo seguimos sin pensar si es nuestro camino o no. En el libro, incluí un fragmento de una canción de Emílio Santiago: “Hacemos muchas cosas / siguiendo el camino / que el mundo trazó / siguiendo la cartilla / que alguien enseñó / siguiendo la receta / de la vida normal / Pero ¿qué es la vida, al final?”. Se trata de esto: de cuestionar. No tengo dudas de que toda nuestra libertad proviene del poder de pensar. Ciudad nueva - Abril 2020

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Otra mirada Educación / Italia �����������������������������������������������

A clase de cambio climático

El exministro de Educación italiano, Lorenzo Fioramonti, anunció que a partir del próximo año escolar, que comienza en setiembre, la cuestión del cambio climático será materia obligatoria en las escuelas italianas. El alumnado tendrá una hora semanal para conocer más a fondo las consecuencias del calentamiento global. Según declaraciones del ministro, esta novedad en el currículo escolar debería contribuir a que “la sostenibilidad y el clima sean el centro del modelo educativo”; es decir que materias tradicionales como Geografía, Matemáticas o Física serán impartidas “desde una

Gebé y Doblevé

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nueva perspectiva vinculada al desarrollo sostenible”, con el fin de mostrar los efectos de la acción del ser humano en el planeta. Con esta medida Italia se pone a la cabeza como país donde el tema de la sostenibilidad medioambiental adquiere categoría de materia escolar. El planteo es que en esa hora los maestros de primaria aborden cuestiones más bien técnico-prácticas relativas al clima, y que los de secundaria desarrollen la Agenda 2030 elaborada por la ONU. En tanto que para los pequeños de preescolar se utilizarían métodos didácticos a base de fábulas. El reto ahora está en conseguir que un grupo de expertos, entre los que se encuentra el famoso director del Instituto para el Desarrollo Internacional de Harward, Jeffrey D. Sachs, asesoren al equipo ministerial en el diseño de un programa educativo que esté listo para setiembre. El ministerio habilitó una página web para que docentes y estudiantes puedan proponer sus inquietudes sobre el tema, con el fin de tenerlas en cuenta.

Investigación académica / Estados Unidos _______________________

La amabilidad ingresa a la universidad

Por medio del Instituto de la Amabilidad, dicha virtud ha ingresado a la prestigiosa Universidad de California en Los Angeles (UCLA). La nueva división académica estudia los pequeños actos amables y generosos de la vida cotidiana. Las investigaciones abarcan evolución, biología, psicología, economía, cultura y sociología. El objetivo es profundizar en “un antídoto al contexto político global actual, a la violencia y a las tensiones”. Estudios científicos ya han demostrado que los actos de bondad tienen un impacto muy positivo en la salud física y mental de sus autores y que pueden ser “contagiosos” para quienes los presencian.


Vaticano ��������������������������������������������������������������������������������������

La primera mujer en un alto cargo vaticano Por primera vez en la historia, una mujer fue nominada para un puesto de alta responsabilidad en la Secretaría de Estado del Vaticano. Francesca Di Giovanni, miembro del Movimiento de los Focolares, fue indicada por el Papa Francisco para el cargo de subsecretaria del Sector Multilateral de la Sección para las Relaciones con los Estados del mencionado dicasterio -el equivalente a un Ministerio de Relaciones Exteriores-. “El Santo Padre ha tomado una decisión innovado-

El Papa se había mostrado favorable a abrir más las instituciones vaticanas a las mujeres. “La mujer es donante y mediadora de paz y debe ser completamente involucrada en los procesos de toma de decisiones”, afirmó en su primera homilía del año. “Porque cuando las mujeres pueden transmitir sus dones, el mundo se encuentra más unido y más en paz. Por lo tanto, una conquista para la mujer es una conquista para toda la humanidad”.

ra, ciertamente, que, más allá de mi persona, representa un signo de atención hacia las mujeres”, declaró Di Giovanni a los medios vaticanos. La novel subsecretaria trabaja en el organismo que hoy conduce desde hace más de 27 años, en los que se ocupó de asuntos como migrantes y refugiados, derecho internacional humanitario, comunicaciones, derecho internacional privado, propriedad intelectual, turismo y problemáticas vinculadas a la mujer.

Angela Mammana

Vida en familia

¿Se puede superar una traición? A veces, la traición permanece en secreto durante 20 años, a veces es el preludio de una separación y otras puede representar una bofetada que despierta a una pareja. Es un tema incómodo, del que se habla en voz baja y no ciertamente en la casa, del que generalmente escuchamos confidencias cuando viene al caso. “¡Doctora, mi esposo me engañó con otra mujer! Siempre pensé que si llegara a enterarme de algo así lo echaría de la casa, ¡pero no lo hice! Me di cuenta de que todavía lo amo y, aunque lo que hizo fue terrible, creo que yo también tengo mis fallas si nuestra relación ha llegado a una crisis”. Son las palabras de una mujer de casi 50 años, madre de dos hijos, en la primera entrevista que solicitó conmigo. Ya había elegido perdonar, descubriendo lo difícil e importante que había sido dar ese paso. Cada fotograma del momento en que se destapó el hecho era nítido en su relato. Fue un terremoto que sacudió a toda la familia, incluidos los hijos adolescentes. ¿Cómo es posible ir adelante cuando no duermes porque te vuelven a la mente las imágenes de tu pareja en una relación extramatrimonial?

Herida y decidida, enojada y comprensiva al mismo tiempo, la señora pidió apoyo porque sabía que no era posible esconder lo sucedido debajo de una alfombra. Sabía que, a pesar haber optado por el perdón, el presente y el futuro cercano de ambos cónyuges no estaban libres de heridas a curar. Compromiso, complicidad y confianza caracterizan la relación de una pareja que funciona, pero en la misma relación podemos encontrar desinterés, provocación y hostilidad. A lo largo de los años, la vida de a dos enfrenta problemas concretos y aridez afectiva. Si en algún momento nos damos cuenta de que no hay víctimas ni verdugos, podemos encontrar una solución. Incluso para quien traicionó este proceso de curación no es inmediato. A veces es difícil perdonarse y dejar ir a alguien con quien ha habido una relación, que en algún momento fue cargada de atracción. Las relaciones extramatrimoniales salen de los esquemas y de los compromisos, traen novedad y curiosidad y expresan el deseo de explorar inherente a cada ser humano. A menudo estamos en lucha entre dos fuerzas: la necesidad de seguridad y el deseo de aventura. Precisamos de algún modo hacernos amigos de nosotros mis-

mos para perdonarnos, para aceptarnos en todos nuestros componentes y matices. La capacidad de manejar tanta complejidad pasa por la integración de lados opuestos de nuestro ser, entre fragilidad y pasiones fuertes. Restaurar y reelaborar es un juego para dos, en el que ambos pueden tornarse más conscientes de sí mismos, de cuáles son sus contribuciones en la crisis y en la reconstrucción. En este paso está el redescubrimiento de lo esencial, de la belleza del otro, de la simple revolución de ser madre y mujer, padre y hombre. Después de reelaborar las heridas y encontrar cada uno sus propios recursos, es posible reestructurar la relación, estimular espacios de diversión, momentos para estar juntos sin los hijos, momentos para dialogar y tomar decisiones. Aceptar al otro por lo que es no es necesariamente sufrir o resignarse, sino simplemente amarlo. Julie y John Gottman, matrimonio de psicólogos expertos en terapia de pareja, dicen que después de la experiencia de la traición, el “primer matrimonio” entre los cónyuges podría considerarse terminado y podría iniciar un “segundo matrimonio”, fundado sobre bases de confianza más sólidas.

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Mundo

Lejos de estabilizarse Bruno Cantamessa (desde Líbano)

Irak: ¿qué pasa? El grave malestar del pueblo iraquí, sobreviviente de 30 años de guerras, no se debe sólo al conflicto Estados Unidos – Irán. Las protestas juveniles han sido aplastadas por las injerencias extranjeras, contra las cuales estaban dirigidas

La premisa indispensable para comprender la situación en Irak es bastante simple: Irak es el segundo productor de petróleo del mundo, pero al menos el 20 % de su población vive por debajo del umbral de pobreza. Los jóvenes menores de 19 años representan la mitad de los habitantes (38 millones) pero el desempleo juvenil (15-24 años) es de alrededor del 25 % (datos del PNUD). Esto significa que la riqueza se concentra en pocas manos, mientras que, para muchos jóvenes, la perspectiva forzada es emigrar o aumentar las filas de las milicias confesionales. Los jóvenes, en su mayoría, están decepcionados por la llamada “democratización” que siguió a la caída del régimen de Sadam Husein por mano de los soldados estadounidenses. La participación en las últimas elecciones habla a las claras de la decepción que ha causado una política corrupta y confesionalizada. En las consultas electorales los votantes pasaron del 70 % en 2005

al 62 % en 2010 y al el 44 % en 2018. Y los que se abstienen son, cada vez más, los jóvenes. En otras palabras, los principales problemas de Irak no serían en primera instancia el innegable expansionismo iraní y la polarización confesional igualmente innegable, y ni siquiera el peligro siempre latente del ISIS, sino las difíciles condiciones de vida y el dolor de ver destruido un país rico y grande. Los jóvenes de las protestas callejeras de los últimos meses sólo tenían un teléfono celular y una bandera iraquí en sus manos (ninguna insignia de partidos) y eran desempleados y profesionales, pueblo y burguesía, suníes, chiíes, kurdos y cristianos. Y clamaban “Queremos una patria”, u “Otro Irak es posible”. La contraposición confesional (el 33 % de la población es suní y el 63 %, chií) a la que los jóvenes iraquíes han tratado de rebelarse es real, pero ha sido ampliamente instrumentalizada, sobre todo por las potencias “aliadas” que, con

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la motivación de combatir el ISIS, suministraban armas, asesores militares y financiaciones, desestabilizando la región para poder controlarla. A principios de octubre, estallaron fuertes protestas populares, especialmente protestas juveniles, que pusieron en marcha muchas esperanzas y aspiraciones. Protestas por mejores condiciones de vida y trabajo, contra un gobierno considerado incapaz de gobernar y en oposición a un control sofocante de las milicias y a la presencia de militares extranjeros, especialmente estadounidenses (más de 5 mil soldados sin contar tal vez otros tantos “contratistas”, es decir, mercenarios). En poco más de tres meses, la represión de los servicios de seguridad y de las milicias pro iraníes (67 formaciones, que cuentan con más de 140 mil combatientes) ha provocado entre los civiles casi 500 muertos, muchos desaparecidos y algunas decenas de miles de he-


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ridos. En Basora y en muchas otras ciudades chiíes del sur -entre ellas Najaf, Kerbala y Nasiria- así como en Bagdad, en diciembre las protestas han sido reprimidas incluso con torturas y asesinatos, documentados bajo su propio riesgo por algunos grupos de defensa de los derechos civiles.

A fines de diciembre, a la manifestación que se originó desde la plaza Tahrir de Bagdad, se sumó una maniobra organizada por grupos pro iraníes, que intentaban aprovechar el momento para atacar la embajada de Estados Unidos. Un hecho muy grave que, según muchos observadores externos, no tenía

nada que ver con las protestas de los jóvenes iraquíes. Un intento probablemente dirigido desde Teherán para atacar a los estadounidenses y provocar su expulsión del país. Con toda probabilidad, el gobierno de Estados Unidos se intimidó y, centrado en el combate al expansionismo iraní, no comprendió las reales aspiraciones de los iraquíes contrarios a ese ataque. Dos días después del asalto a la embajada -interrumpido por manifestantes quizás bajo la presión de alguna personalidad iraquí-, un avión no tripulado estadounidense mató con misiles al general iraní Soleimani y al comandante iraquí al-Mouhandis cerca del aeropuerto de Bagdad. El suceso agitó las plazas de Irán -y, en general, de las regiones con mayoría chií- contra la injerencia estadounidense. Sin embargo, no sólo hubo un efecto detonante que polarizó el conflicto entre Estados Unidos e Irán llevando a la región al borde del conflicto global, sino que la injerencia de esos misiles, combinada con la represión, silenció toda aspiración de cambio que las protestas habían logrado remover. Incluso para numerosos jóvenes iraquíes prófugos en todo Medio Oriente (muchos son cristianos), el deseo de regresar a casa algún día se está desvaneciendo. Prefieren centrarse en la difícil búsqueda de un lugar de exilio que ofrezca una esperanza de vida un poco mejor, lejos de la contraposición de los poderosos.

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Zona de diálogo

Capítulo 28

Algunas maneras de iluminar la “noche del diálogo”

Luisella Planeta Leoni from Pixabay

Decíamos en el capítulo anterior que a veces caemos en esas mentiras, grandes y pequeñas, graves y leves, que apenas tienen unos minutos de vida. Pero, detrás de todas, tanto las que elaboramos minuciosamente como las que soltamos sin filtro, hay un motivo que nos ha llevado a querer transformar la realidad a nuestra conveniencia. ¿Somos sinceros por naturaleza? El filósofo Jean-Jacques Rousseau afirmó hace tres siglos: “El hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad la que lo corrompe”. ¿El hombre nace sincero y la mentira es un comportamiento aprendido? El filósofo y escritor Francesc Torralba no cree posible ofrecer una respuesta. “Nacemos integrados en un sistema de creencias y valores que nos impiden conocer al ser humano en estado natural”, indica. Aun así, defiende la teoría de que existe una tendencia inherente del hombre a la sinceridad, “pero ya en los primeros años de vida existen mecanismos de control, de censura y de limitación, que hacen que aprendamos a gestionar la intimidad y los

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deseos en virtud de contextos y parámetros culturales”. ¿Y por qué mentimos? “Por miedo”, responde el filósofo. “Tanto en la edad infantil como en la adulta, mentimos por temor a lo que pueda pasar, a no controlar la situación o a vernos perjudicados por una determinada información”. Después, estaría la compasión, a la que atribuye la responsabilidad de las mentiras piadosas, que desaprueba totalmente. “La mentira piadosa no es aceptable desde el punto de vista ético, pues significa tratar al otro de un modo paternalista y no como un interlocutor válido, un sujeto autónomo”, subraya Torralba. Desde la psicología podemos opinar, sin embargo, que las mentiras tienen grados, y dependen mucho de las circunstancias. Lo que debería prevalecer no es tanto ser una persona cien por ciento sincera, sino no decir nunca lo contrario de lo que pensamos. Hay situaciones en las que por no hacer daño a los demás o a uno mismo, faltamos a la verdad. En estos casos, mentir puede evitar males mayores. Esto no significa que se esté defen-

diendo la mentira. Lo ideal es ser sincero y aceptar las consecuencias que la verdad traiga consigo. Pero como seres humanos que somos, la mayoría de nuestras mentiras son errores achacables a nuestra imperfección. Por ejemplo, si el entorno laboral está tan deteriorado que expresar en público nuestro desacuerdo con un compañero o superior puede poner en peligro nuestro puesto de trabajo, podrá considerarse justificada la mentira. Aunque esto abriría otro campo de reflexión acerca de si seguir trabajando en esa empresa es lo más recomendable. Hay veces que, según los expertos, es aconsejable maquillar la verdad. Mostrar su lado más benévolo, su cara menos cruel. El hecho de no evaluar con anterioridad lo que vamos a decir y cómo va a afectar a los demás, puede tener consecuencias muy negativas tanto para nuestro entorno como para nosotros. Esta arma arrojadiza en que se convierte la verdad no calculada, da lugar a lo que algunos psicólogos llaman “sincericidio”: el acto por el que una persona creyéndose honesta y valiente se muestra sincera ante los demás, cuando en realidad muchos ven en ese comportamiento un acto desconsiderado, carente de tacto e irresponsable verbalmente. Podríamos hasta calificar de insensatez el decirlo todo. La explosión verbal aparece entonces como una debilidad y la contención una virtud que exige encontrar el contexto, el momento y la oportunidad. Entre decirlo todo y decir lo opuesto a la realidad existe un margen razonable para pensar lo que se dice y decir lo que se piensa. (continúa)


Cultura de la unidad

Claves para la convivencia / 23 Jesús Morán

Polaridad en política

Rowan Williams

Quisiera continuar la reflexión sobre la diferencia sustancial entre polarización y polaridad. Lo hago aplicando al campo de la política el principio expuesto el mes pasado. Uno de los ámbitos donde la polarización predomina, al punto de poner en riesgo la convivencia entre las personas, es el de la política. Aquí la humanidad experimenta hoy un angustioso retroceso o, cuando menos, parece estar en un punto muerto. Se perdieron de vista, ruinosamente, los signos distintivos de la verdadera democracia. Y esto se da no sólo por responsabilidad de los políticos, sino también de los ciudadanos, de todos nosotros. El año pasado, en el Reino Unido, en pleno debate acerca del Brexit, una voz se alzó en medio de la discusión pública para poner un poco de orden, con una advertencia de fuerte tenor moral y antropológico. El discurso del teólogo anglicano Rowan Williams, exarzobispo de Canterbury y actualmente decano del Magdalene College de Cambridge, es casi un canto a lo que llamé el principio de la polaridad frente a su degeneración, es decir, la polarización. Su pensamiento posee la asombrosa fuerza del sentido común y de la serenidad ética de quienes dejan que sean los grandes valores los que guían su propia vida.

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“La incapacidad de comprender la raíz moral e imaginativa del proceso democrático, es decir, el compromiso fundamental con la idea de que cada voz merece ser escuchada, va de la mano con la marginación de los grupos que tienen poca influencia pública” Rowan Williams Según el teólogo británico, la democracia está en crisis porque ha perdido de vista su razón de ser, el bien común. Para perseguir ese objetivo, Williams enuclea un principio fundamental: el de las discusiones comunes. Aquí, por supuesto, la palabra “discusión” debe entenderse como un discernimiento comunitario, que es la base para superar los conflictos. De hecho, como dice Williams, la buena democracia “nos animará a explorar posibilidades que no habíamos pensado”. El discernimiento común, sin embargo, presupone poner entre paréntesis nuestros intereses iniciales, las inamovibles

órdenes partidarias, nuestro ridículo deseo de poder a toda costa. Si no hacemos esto, las consecuencias negativas son claras: “No deberíamos sorprendernos si, en una situación donde la democracia es banalizada, lisiada y corrupta, aumentan las desigualdades. La incapacidad de comprender la raíz moral e imaginativa del proceso democrático, es decir, el compromiso fundamental con la idea de que cada voz merece ser escuchada, va de la mano con la marginación de los grupos que tienen poca influencia pública”. Aquí está el drama: la banalización de la política, primer paso en la tragedia moral que Hannah Arendt calificó como “banalización del mal”. Hoy debemos constatarlo, no sin cierta amargura: estamos rodeados de muchos que han hecho de esta perversa banalización un verdadero principio de acción política. Entonces, sin anclajes morales, todo está permitido: mentir descaradamente, liquidar mediáticamente al oponente, olvidar sin escrúpulos las reglas básicas de la lealtad política, explotar a los ciudadanos para el beneficio propio, enriquecerse con dinero público, etc. ¿Qué podemos hacer? En primer lugar, vencer en nosotros la tendencia polarizadora dictada por la lógica de la ventaja personal. Luego, denunciar y castigar con nuestra participación en las elecciones a aquellos políticos que cínicamente banalizan su servicio a la ciudadanía, aprender el arte de la polaridad -es decir, reconocer que nadie puede creer que posee la verdad en vista del bien común-. Finalmente, como propone Williams, activar inmediatamente un proceso educativo para “cultivar la inteligencia de la ciudadanía, que significa esencialmente la inteligencia del comportamiento y del lenguaje humano y la colaboración humana para crear un mundo compartido”. Todas tareas urgentes. Está en juego el futuro de la política y de la convivencia. Ciudad nueva - Abril 2020

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Palabra de Vida

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“¡Felices los que crean sin haber visto!” ( Juan 20, 29)

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El evangelio de Juan describe los encuentros de los apóstoles, de María Magdalena y de otros discípulos con Jesús Resucitado. Varias veces, él se muestra con los signos de la crucifixión para abrirles nuevamente sus corazones a la alegría y a la esperanza. En una de estas circunstancias, el apóstol Tomás está ausente. Los demás, que se han encontrado con el Señor, le cuentan esa maravillosa experiencia y quieren quizás transmitirle a él la misma alegría. Pero Tomás no logra aceptar este testimonio indirecto; quiere ver y tocar a Jesús personalmente. Y es lo que sucede algunos días después: Jesús vuelve a presentarse a un grupo de sus discípulos entre los cuales también está Tomás, quien proclamará su fe y su total pertenencia al Resucitado: “¡Señor mío y Dios mío!”. Y Jesús le responde: “¡Felices los que crean sin haber visto!”.

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Este evangelio fue escrito después de que los testigos oculares de la vida, muerte y resurrección de Jesús habían ya desaparecido. Era inevitable que el mensaje evangélico fuera confiado a las generaciones sucesivas, que su transmisión se basara en el testimonio de cuantos a su vez habían recibido el anuncio. Comienza así el tiempo de la Iglesia, el pueblo de Dios que sigue anunciando el mensaje de Jesús transmitiendo fielmente su palabra y poniéndola en práctica. Todos nosotros hemos encontrado a Jesús, el Evangelio y la fe cristiana a través de la palabra y el testimonio de otros, y hemos creído. Por eso “somos felices”. Para vivir esta palabra, recordemos la invitación de Chiara Lubich: “Él quiere imprimir en ti y en todos los hombres que no han vivido en su entorno, la convicción de que poseen la misma

realidad de los apóstoles. Jesús quiere decirte que no estás desfavorecido con respecto a quienes lo han visto. En efecto, tienes la fe, y esta es la nueva manera de “ver” -por decirlo de alguna formaa Jesús. Con ella puedes estarle cerca y comprenderlo en profundidad, puedes encontrarlo en lo hondo de tu corazón. Con la fe puedes descubrirlo entre dos o más hermanos unidos en su nombre, o en la Iglesia que lo continúa. Estas palabras de Jesús son una invitación para que reavives tu fe y no esperes apoyos o signos para progresar en tu vida espiritual; para que no dudes de la presencia de Cristo en tu vida y en la historia, si bien puede parecernos lejano. Quiere que tu creas en su amor, aunque encuentres situaciones difíciles o te superen circunstancias imposibles”.1 Anne es una joven australiana nacida con una discapacidad grave. Ella cuenta: “Durante mi adolescencia me preguntaba por qué no había muerto enseguida, tal era el peso de mi dificultad. Mis padres, que trataban de vivir la palabra de vida me daban siempre la misma respuesta: ‘Anne, Dios te ama inmensamente y tiene un plan específico para ti’. Frente a mis límites físicos, me ayudaron a no dejarme abatir por las dificultades, sino a tratar de amar a los demás, como hizo Dios con nosotros. Vi cambiar muchas situaciones alrededor de mí y otras personas comenzaron a su vez a estar más abiertas conmigo y con los demás. De mi padre recibí un mensaje personal que debía abrir después de su muerte, donde estaba escrita sólo una frase: ‘Mi noche no conoce oscuridad’. Esta es mi experiencia cotidiana: cuando elijo amar y servir a quien me está cerca, ya no hay tinieblas y puedo experimentar el amor de Dios para conmigo”. Letizia Magri 1

C. Lubich, Palabra de Vida, abril de 1980.


Testimonio

Redes de ayuda Silvano Roggero (desde Perú)

Con voluntad de donarse La orientación psicológica, una ayuda necesaria para el migrante, sobre todo si fue forzado a dejar su país por una situación insostenible, como es el caso de muchos venezolanos

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Son muchas y diversas las razones por las que los migrantes venezolanos acuden a consultar a la psicóloga Irene Indriago, su compatriota. Superación de la migración forzada, bullying y xenofobia, angustia y ansiedad, depresión profunda, intolerancia a la frustración, inseguridad personal y en las decisiones a tomar, gestión de la tristeza, violencia intrafamiliar, separación, gestión inadecuada de la ira y emociones, ataques de pánico, manejo de situaciones pesadas, dificultades de aprendizaje y preocupaciones por el rendimiento escolar de los hijos, problemas de conducta de los hijos, y otros motivos más que se vienen arrastrando ya desde antes de la fuga de Venezuela. Muy doloroso ha sido saber que una de estas personas ha muerto por suicidio: no ha logrado superar su cuadro emocional depresivo profundo, aún siendo remitida a psiquiatría. En síntesis, los motivos de la atención psicológica de parte de la mencionada profesional a los migrantes venezolanos

han sido en un 26 % por depresión/tristeza, en un 23 %, por dificultad de la vida en pareja y en un 51 %, por motivos como migración forzada, baja autoestima, difíciles relaciones familiares, dificultad de aprendizaje, control emocional1. De a poco, conociendo el trabajo de Irene, han empezado a llegar solicitudes también de parte de pacientes peruanos, que han llegado a ser algo más de un tercio del total. El hecho de que éstos puedan pagar sus consultas regularmente posibilita que Irene pueda continuar atendiendo gratis, o casi gratis, a los migrantes venezolanos, a los que les pide lo que libremente están en condiciones de dar, sin ninguna obligación. Un buen número de ellos ha sido exonerado de todo tipo de pago. Irene Indriago es una psicóloga venezolana que, desde que nos conocimos, casi por casualidad, se ha puesto a disposición para atender a esos compatriotas suyos con los que entramos en contacto y que están necesitados de asistencia psicológica.

Este segundo año de atención —el primero completo— quiso darnos unos números de su actividad, pero primero nos agradeció el espacio que pusimos a su disposición en el Centro Mariápolis de Perú, donde recibe pacientes que, como se mencionó, ya no son solo venezolanos (65 %), sino también peruanos. El céntuplo anunciado en el Evangelio no se hizo esperar para ella. En enero, Irene firmó un contrato de tres meses con la Casa-refugio Beato Juan Bautista Scalabrini para servicios psicológicos. Esta presencia de pacientes peruanos también habla del esfuerzo que hacemos para promover la integración entre los dos pueblos. Damos gran importancia a la acogida de ambos en todas las actividades que realizamos (reuniones, talleres, fiestas y almuerzos...). Justamente, hace unos días, el 10 de enero, los obispos venezolanos, en su carta final de la habitual Conferencia Episcopal de principio de año, nos dieron (yo también soy venezolano) un nuevo impulso escribiendo: “Los animamos a ustedes, que están viviendo en tierra extranjera, a que se incorporen y se integren a estas nuevas culturas”. Entendemos cada vez más la enorme necesidad del migrante venezolano de una orientación psicológica que va desde el miedo al “choque” con una nueva cultura hasta la pérdida de la pareja o de un familiar, además en un entorno desconocido. Estamos en camino, nos entusiasma poder acompañar los hermanos venezolanos, y por allí vamos. 1

En total, se atendieron 66 pacientes (64 % mujeres, 36 % hombres) de entre los siete y los 65 años de edad, en un total de más de 300 sesiones. Ciudad nueva - Abril 2020

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Especial

Centenario Chiara Lubich 1920-2020 Sandra Hoggett

“Más amamos al prójimo, más crece la unión con Dios” Cuando preguntaron a la fundadora de los Focolares cómo lograba seguir a tantas personas, ella respondió que no seguía a las personas, sino a Dios. Es la razón por la cual su vida marcó y sigue marcando la de miles de seguidores en todo el mundo, y es lo que reveló en esta entrevista del año 2002 concedida a una periodista británica

-¿Podría decirme cuándo sintió por primera este inmenso amor por Dios? Siempre tuve una fe fuerte. Nací con la fe, y sentía el amor por Dios, pero, como todos, lo pensaba lejano, más allá de las estrellas. El momento fulminante fue a los 23 años, cuando comenzó a funcionar este carisma. Yo daba clases en un orfanato. Un día pasó un sacerdote por allí. Creo que me había visto rezar en la Iglesia. Me llamó y me preguntó: “Señorita, ¿podría ofrecer una hora de su tiempo para mi ministerio?”. Yo tenía una fe grande en Dios, en la Iglesia, y contesté: “¡Puedo ofrecer todo el día!”. Él quedó impresionado, me hizo arrodillar y afirmó: “Dios la ama inmensamente”. ¡Y yo creí eso! Era como si Dios me lo dijera a través del sacerdote. Desde ese momento, a ese Dios cuya presencia sí advertía en el tabernáculo

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pero que también sentía lejano, lo sentí cercano. Comprendí que todas las circunstancias son guiadas por Él, que guía la historia grande y la pequeña historia de cada uno de nosotros; que Él es amor y detrás de todo está el amor. Todo es amor, incluso aquello que se presenta como negativo, porque Dios lo permite para un bien mayor, para quienes creen que Él es amor. Y recuerdo que por la fuerte impresión de ese “Dios te ama inmensamente”, yo lo comuniqué a todos: a mis amigas, a mi madre, escribía a mi hermano y a mis hermanas. Y así nacieron mis primeras compañeras, porque yo les decía: “¡Dios te ama, Dios nos ama!”. Y decíamos (estábamos en guerra): “Si muriéramos, queremos ser sepultadas en una única tumba con el epígrafe “Y nosotras creímos en el Amor”.

Antes, nuestra vida estaba cubierta por una sensación de orfandad. Después, encontramos al Padre, a Dios, y así comenzó nuestra revolución cristiana. Por otra parte, el anuncio de nuestra fe es justamente: “Dios ama al hombre”. En efecto, por amor mandó a su hijo a morir por cada uno de nosotros, y por amor nos prepara una eternidad de felicidad. El Espíritu Santo sabía cómo se anuncia y lo hizo en el modo adecuado. -Usted y Dios, ¿cómo se comunican? ¿Qué tienen para ofrecer uno al otro? Cuando comprendí que Dios es Amor, que me ama, que está detrás de todas las circunstancias y que nosotros tenemos que ser amor uno para el otro, comprendí que tengo que hacer mi parte y amarlo a mi vez. Estaba bien preparada en la doctrina cristiana. El Evangelio dice: “Quien me ama observa mis mandamientos” (Juan 14,15). Entonces es necesario hacer lo que Él quiere. Había guerra, y teníamos que correr a los refugios, hasta 11 veces al día, porque los aviones bombardeaban la ciudad. Llevábamos sólo el Evangelio. Comprendí que allí encontraría cómo amar a Dios. Y leíamos un pasaje con mis compañeras, y era suficiente para cambiar nuestra vida. Por ejemplo: “ama a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22,39). Y ¿quién es el prójimo? Ah, mira: es aquella mamá con esos cinco niños. Tenemos que ayudarla. Y tomábamos en brazos a un niño cada una. Y es ese enfermo que quedó en casa, y cuando salíamos del refugio íba-


mos a visitarlo. Es esa persona que tiene hambre... Y así nació este modo de vivir distinto de antes, en el que todo era interesarse por los demás. Eso nos daba una gran felicidad, porque amar da felicidad. A la gente que nos preguntaba cómo podíamos ser felices en el medio de la guerra, con las bombas, con los heridos, con los mutilados, con los huérfanos, contábamos nuestro descubrimiento del Evangelio, y venían con nosotros. Tanto es así que después de dos meses ya éramos 500 los que vivíamos la misma aventura evangélica. -Quisiera comprender cómo es su relación con Dios. ¿Es similar a la de una pareja de esposos -uno apoya al otro, y a veces tienen opiniones distintas-? Las parejas a veces pelean. ¿Me puede explicar? En un primer momento se establece una relación a través de las oraciones comunes que nos enseñan. Después naturalmente, todo se hace más espontáneo. En nuestro Ideal, en nuestro Movimiento, cuanto más amamos al prójimo, más crece nuestra unión con Dios. Recuerdo la experiencia que hacíamos (también los niños del Movimiento la hacen): si amamos al prójimo todo el día -a éste, a éste, a aquél...- a la noche nos recogemos en oración y advertimos que dentro hay Alguien con el cual podemos conversar. Es la unión con Dios que se siente. Es un hecho místico, porque vivimos todo el día la ascética de amar, de hacerse uno, de ayudar. Existe un vínculo. Al mismo tiempo, más amamos a Dios, conversamos con Él, le pedimos perdón, le rezamos, más tenemos fuerza para amar a los prójimos. Damos siempre el ejemplo de una plantita que, mientras más profundiza sus raíces, más crece su tallo, y mientras más crece el tallo en contacto con el oxí-

geno, más crecen las raíces. Es el amor a Dios y el amor al prójimo. Por lo tanto, nuestra relación es verdaderamente una relación de amor, pero de amor percibido. La experiencia de todos es que esta unión con Dios es tan grande, tan hermosa, tan dulce, que todas las otras experiencias son banales. -No podemos ser siempre felices. La vida no es así. En los momentos de sufrimiento, ¿se ha sentido sostenida por su esposo, por Dios? No me casé con Jesús glorioso, sino con Jesús crucificado y abandonado. Por lo tanto, cuando encuentro un dolor, lo encuentro a él. ¿Por qué? Por este motivo: el Verbo de Dios, la Segunda Divina Persona, encarnándose, asumió la naturaleza humana con todos sus límites, con todas sus debilidades, con todas sus divisiones. Asumió incluso nuestros pecados, para poder pagarlos en lugar de nosotros. Él asumió todas nuestras dificultades, por lo tanto, cada vez que encontramos una dificultad, tenemos que reconocer su figura detrás de ella, porque él las asumió. Cada vez que encontramos una divi-

sión entre las Iglesias, en las familias, en las escuelas, lo vemos a él, y, en lugar de alejarnos, vamos a su encuentro. Nos hemos casado con él. También quien está casado humanamente, se casa con Cristo abandonado y así supera el dolor; y el dolor se supera. Él nos lo ha enseñado: gritó “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Mateo 27,46) y enseguida: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” (Lucas 23,46). Él lo superó y nos lo enseña también a nosotros. Nos enseña a aceptar el dolor -porque en el dolor está él, y a él amamos- e ir más allá, continuando a amar en el momento presente. De este modo, el dolor desaparece. Sucede una suerte de “alquimia divina”, porque en lugar del abandonado, del crucificado, viene el Resucitado en nosotros, con todos los dones del Espíritu: alegría, paz… Esta es nuestra experiencia cotidiana. También de los niños, de los jóvenes, de todos. Y ésta es la posibilidad que tenemos de conquistar al mundo, ya que uno encuentra obstáculos por todas partes. Pero si haces de cada obstáculo un trampolín, nada te puede detener. Pero si no lo haces, te quedas inmóvil.

Flickr Damiano

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Iglesia

Vida en común Chiara D’Urbano

Cuando cae el entusiasmo Chiara D’Urbano, autora del libro Para siempre o hasta que dure —editado recientemente por Ciudad Nueva—, se dedica al acompañamiento psicoterapéutico de la vida sacerdotal y consagrada y de problemáticas de pareja. La nota que presentamos es su respuesta a una pregunta realizada por un consagrado a la vida religiosa

“Hemos sido llamados a una gran vocación, que hemos vivido con entusiasmo y asombro. Pero, a medida que el tiempo pasa, surge el deseo de ser apreciados, de tener seguridades. Al principio no nos importaba, pero ahora la consecuencia es que se busca hacer valer estas exigencias y, si no se satisfacen, con el tiempo se corre el riesgo de que la persona comience a llevar una doble vida, de manera inconsciente, algunas veces; de manera consciente, otras. Se pierde el encanto, la plenitud. ¿Cómo podemos ayudarnos a permanecer en esta gracia y en esta plenitud, y, sobre todo, cómo ayudarnos a ser sinceros con Dios?” Un consagrado

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Creo que la pregunta plantea uno de los interrogantes más discutidos en la vida comunitaria: ¿Cómo afrontar la pérdida del entusiasmo en el transcurso del tiempo, cuando se corre el riesgo de volver a tomar para sí aquello que se ha donado? ¿Y cuál es el espacio de las exigencias reales, más o menos explícitas, de las propias expresiones de uno o más miembros de la comunidad? En todos los casos, hay un “movimiento” inesperado en la persona. Ciertamente, al comienzo de una fuerte elección de vida, matrimonio o camino vocacional en sentido estricto, la pasión y las ganas de comenzar algo nuevo hacen desplegar las alas. La sensación es que todo es posible, que nin-

guna dificultad será demasiado grave, que estaremos igual de bien que el primer día y que mi vida no es para mí, sino para el otro (pareja, comunidad, misión). Con el tiempo, sin embargo, las cosas cambian. Una consagrada me decía: “Yo tenía en el corazón el ideal de Nazaret, vivir una vida escondida, trabajar como la levadura en la masa, sin necesidad de mostrarme, ésta era mi mayor fuerza durante los primeros años en la congregación. Hoy siento la necesidad de ser reconocida en lo que hago, también tengo la necesidad de impulsar alguna actividad por mí misma, necesito márgenes de autonomía, me he vuelto mucho menos tolerante a los ‘no’ de mis superiores”. ¿Cómo leer ésta y otras situaciones similares? ¿Como pérdida de la fe? ¿Como un peligro para la vocación? ¡No necesariamente! Es preciso aclarar, por tanto, que las variaciones, el cambio en las condiciones interiores de las personas, de cada uno de nosotros, se incluyen dentro de los procesos humanos normales, que nunca son lineales o simples. Entran, también, en la evolución de las motivaciones que sostienen las elecciones importantes y que necesitan ser renovadas y actualizadas, porque no es posible que mantengan la misma “forma” de los inicios. En el transcurso del tiempo han pasado años, experiencias, alegrías y desilusiones, que nos brindan una mirada nueva sobre nosotros mismos y sobre la vida: tal vez emergen aspectos desconocidos de nosotros mismos, llegan nuevas tareas de apostolado/trabajo, o tal vez ya no se puede seguir con aquello que se estaba haciendo con satisfac-


ción porque somos trasladados a otro lugar, porque las energías ya no son las mismas que hace 10, 20 o 30 años. Son muchas las cosas que suceden a lo largo del tiempo, hechos que llevan inevitablemente a un cambio para poder adaptarnos a las nuevas situaciones. Surgen emociones que no se habían experimentado antes, se desean experiencias que nunca antes se habían imaginado. Sin embargo, el proceso de cambio lleva en sí mismo notables potencialidades y no es algo a lo cual someterse pasivamente o para limitarse a comprobar como algo dado por hecho. En efecto, lo que convierte este momento en una ocasión para recomenzar es, justamente, la actitud con la cual se lo enfrenta. En el fondo, se necesita una nueva síntesis entre lo que soy hoy y las motivaciones que han sostenido la elección de entonces (de la pareja, del seminario, de la comunidad) y esta búsqueda no involucra solamente a la persona interesada. Considero, por lo tanto, que hay dos momentos fuertes y necesarios para que este proceso se convierta en algo enriquecedor y no signifique detenerse o una regresión personal. Primero, la conciencia de lo que estoy viviendo. Estancamiento y necesidad de reconocimiento: “estoy harto de que nadie reconozca todo el trabajo que hago”; necesidad de autonomía: “soy adulto y creo que es importante poder decidir según mis criterios, y tal vez intentar algo nuevo”; enojo: “esta comunidad es ingrata, jamás una palabra de aliento”; sentimiento de abandono: “ahora que ya no tengo las mismas energías, me siento al margen, ahora me buscaré un compromiso por mi cuenta”. Segundo, la confrontación con la comunidad, con los demás hermanos y hermanas. El momento crítico de uno de los miembros –“crisis” quiere decir, literalmente, “examen” o “juicio”– es crisis para toda la familia que lo rodea. Tal vez no todas las razones de ese hermano o hermana sean irracionales. Incluso su tristeza podría ser un indicador importante de que hay algo que repensar en la vida comunitaria. Es decisivo, entonces, que la persona

tenga la posibilidad de hablar de aquello que está viviendo y, para la comunidad, tratar de entender qué es lo que el otro necesita, qué desearía, qué es lo que está viviendo, qué puede ayudarlo a estar bien con la propia vocación y con su comunidad. La posible desconfianza de ambas partes –el hermano/ la hermana se cierra y luego se “ajusta” por cuenta propia, la comunidad cree que se trata solo de reclamos sin motivo y entonces aísla a la persona– no ayuda a enfrentar lo que parecería ser una pérdida del entusiasmo, y es sin embargo un momento nuevo, para entender. Por eso creo que antes de decidir que esa persona se ha vuelto perezosa o se ha “mundanizado”, deberíamos pensar que tal vez ya no logra percibir la grandeza de la vocación y vive un momento oscuro, o podría estar necesitando nuevos estímulos, otros espacios, realizaciones que la hagan sentir viva. En cualquier caso, tener cerca hermanos y hermanos que intentan escuchar y comprender, sin censurar, las exigencias del otro, permite encontrar nuevos caminos para recorrer y, sobre todo, no cerrarse recíprocamente. El camino es en ambas direcciones. La posibilidad, siempre preciosa, de confrontar permite a la persona darse cuenta de que sus cambios afectan a todos y es por eso que deben afrontarse juntos. Y permite a la comunidad crecer

unida en los cambios de sus miembros. Muchas veces constaté cómo la nocerrazón abrió nuevos caminos para la misma comunidad que, de otra manera, corre el riesgo de asfixiarse, encerrada en las propias seguridades y en un ideal desencarnado de la historia concreta de sus miembros, que no son todos iguales. Por lo tanto, custodiar la grandeza de la vocación no quiere decir que deba permanecer estática, tal como era al principio. Quiere decir, en cambio, que justamente para ser vital debe abrirse al diálogo. Por eso, si para alguno llega un momento de “marea baja”, o si la persona plantea nuevas exigencias, hablar y escucharse en comunidad puede abrir escenarios nuevos para ambas partes, y reduce el riesgo, muy serio, de un desdoblamiento de vida. Es importante que el hermano o la hermana hablen, que manifiesten abiertamente lo que viven, aquello que comprenden sobre sí mismos y sobre sus propias exigencias, volviéndose disponibles a la confrontación con los otros. A su vez, es importante que la comunidad esté atenta a las señales de cambio de sus miembros, que no se eche para atrás ni se ponga a la defensiva, sino que se muestre cercana y disponible para escuchar y acoger la evolución de sus miembros. Esta sensibilidad recíproca es lo que hace que la vida en común sea algo vivo, creativo, abierto al futuro. Ciudad nueva - Abril 2020

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Vida sana

Un recurso de medicina preventiva Hana Chehade*

¡A disfrutar la comida!

¡La comida está por todas partes! Por lo general, es el centro de las reuniones sociales y de las fiestas. Muchos de nuestros viajes incluyen probar platos locales, y algunos de nosotros disfrutamos pasar el tiempo en la cocina intentando preparar nuevas recetas. Necesitamos la comida para dar energía al cuerpo, para crecer y funcionar adecuadamente. Cuando nos alimentamos bien, nos sentimos más felices, con más energía, y mejor en general. Y también permitimos que nuestro cuerpo luche contra la enfermedad y disminuya el riesgo de contraer enfermedades crónicas. Quizás oyeron la frase “la comida es medicina”, y en ese caso, posiblemente hayan pensado en las curas ancestrales para los males, como el jengibre para una descompostura estomacal, o las bayas de saúco para el dolor de garganta. Muchos de los que se pueden considerar alimentos medicinales pueden ser vis-

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tos como formas en las que la naturaleza nos ayuda a aliviar los síntomas de la enfermedad. Pero ¿qué hay en cuanto a la prevención? Se ha producido un cambio de enfoque del tratamiento de la enfermedad crónica a la prevención. Después de todo, si trabajamos más para evitar un padecimiento, eliminamos la necesidad de buscar un tratamiento. Entonces, ¿cuál es la mejor forma de asegurarnos de estar obteniendo los nutrientes que necesitamos para prevenir y combatir las enfermedades, pero también disfrutar de lo que comemos? La respuesta es distinta para cada persona, y puede volverse un tanto confusa con los centenares de dietas que andan por ahí. Sin embargo, según la revista especializada estadounidense US News and World Report, las dietas mejor puntuadas año tras año comparten en realidad muchos más principios de lo que se piensa. Las dietas como la mediterránea y la dieta

DASH (por las siglas en inglés de “Enfoques alimenticios para detener la hipertensión”) nos alientan a comer distintas frutas y verduras, granos enteros, semillas, legumbres y grasas saludables; a consumir con moderación lácteos, aves y huevos; y a reservar las carnes rojas y los dulces para ocasiones especiales. Esta forma de alimentarse asegura el consumo no sólo de un rango amplio de nutrientes sino que también brinda la oportunidad de explorar nuevos alimentos, al mismo tiempo que se puede disfrutar regularmente el tipo de comida que amamos. La investigación demuestra el poder inmenso de una dieta balanceada de alimentos saludables para evitar la enfermedad. Las dietas con grasas saludables que provienen de alimentos como las paltas, el aceite de oliva y las nueces contribuyen a prevenir las enfermedades cardiovasculares. Los fitonutrientes -nutrientes específicos que se encuen-


tran en los alimentos vegetales- contribuyen a disminuir la inflamación y a evitar el desarrollo del cáncer. El New York Times publicó hace poco un número de su revista en que destaca la comida como medicina. En ella, hasta los médicos se suman al argumento de que la comida puede, por lo general, ser una mejor receta para el tratamiento y la prevención que la medicación. Como nutricionista profesional, creo firmemente en el poder de la comida y estoy agradecida de haber llegado a conducir un programa en el norte del estado de Nueva York en el cual puedo ayudar a otros no sólo a curarse de sus enfermedades crónicas actuales sino a prevenir esas mismas enfermedades mediante la comida... lo que llamamos terapia de nutrición. Con las organizaciones católicas de caridad de la diócesis de Albany, coordino un programa denominado Farmacia de Alimentos, que se encuentra dentro de un centro local para el cuidado de la salud. La Farmacia de Alimentos es un programa para un centro de distribución de alimentos diseñado con criterios médicos, destinado específicamente a individuos y familias que pueden estar en problemas para manejar y/o prevenir enfermedades crónicas debido a su poco acceso a alimentos nutritivos. Durante el programa, nos tomamos un tiempo para conocer al usuario y a

los miembros del hogar. Consideramos con cuidado los antecedentes médicos de cada persona, sus alergias alimentarias, sus preferencias y el conocimiento que posee sobre la nutrición y la preparación de alimentos, entre otros datos. Intentamos comprender en profundidad las barreras personales de cada usuario para comer alimentos saludables: transporte, falta de conocimiento o de interés, o, lo que es más común, falta de dinero. Con esta información, comenzamos a asistirlo para que con el tiempo encuentre los recursos que reduzcan o eliminen esas barreras y le ofrecemos acceso a alimentos saludables en forma gratuita durante toda la duración del programa (lo que temporalmente elimina muchas barreras a fin de alentar el cambio). Es importante recordar que todos los alimentos pueden encajar en un estilo de vida saludable. Adviertan que tanto la dieta mediterránea como la DASH no eliminan por completo ningún alimento, sino que celebran la abundancia que la tierra nos ofrece ¡y nos alientan a disfrutar y atesorar cada bocado! *Dietista y coordinadora de Food Farmacy en Catholic Charities (pastoral social) de Albany (estado de Nueva York). Traducción del original inglés gentileza de Amanda Zamuner.

My Food Farmacy

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Arte & Espectáculo

por Claudio Larrique

Libro ������������������������������������������������������������������������������������������������������������ compuesta de tragos, libros y recuerdos. Sobre todo de recuerdos. Muy al pasar se nos dice que su meJohn Williams / Fiordo editorial / Buenos moria evoca el invierno de Boston y la magnífica Aires, 2019 / 144 páginas solemnidad del campus de su universidad. Como señalaba la crítica literaria chilena SoCreo que puede leerse como un preludio a Stoledad Rodillo, el escritor norteamericano John ner, a pesar de sus marcadas diferencias. Williams (1922-1994) “es de esos autores a los En su comentario para la revista Criterio, Romique uno llega por recomendación de alguien o por na Ryan señala que el protagonista, Arthur, “vive una circunstancia fortuita”. Un autor casi olvidado sin mayor compañía que sus fantasmas y voces durante años. Gracias a la recomendación boca a interiores, y es la puerta de acceso a una soledad boca, su novela Stoner, hoy ciertamente famosa, es conmovedora”. Pero sabemos que ese día no será un texto de culto. uno más en la rutinaria vida de este joven de 24 Tuve ocasión de reseñarla hace algunos años y años, porque “se ve interrumpido por una carta y señalar que hay ficciones de cuyo argumento uno una invitación. Aceptar la cita podría ser la oporpuede contar suficientemente, pero hay otras que tunidad de sanar antiguas heridas –tan profundas lo que pueda decirse no alcanza para dar cuenta La que ahora nos interesa fue su primer texto como para no haber podido transitar su vida adulde la profunda emoción que suscita su lectura. La publicado y que, según trascendió, su autor llegó a ta– pero también el riesgo de revivir esos viejos revista The New York Times Book Review llegó a sosrenegar de él, hasta el punto que aunque escribió traumas nunca superados”. tener que se trataba de “algo aún más infrecuencuatro novelas, muchos sólo citan las tres posterioSólo la noche fue escrita en 1948, y traducida te que una gran novela”, porque es “una novela res. Sin embargo, conviene tener en cuenta que es por primera vez al castellano por la editorial arperfecta, tan bien contada y tan bien escrita, tan casi imposible que algo escrito por John Williams gentina Fiordo, que hace unos años también había conmovedora, que quita el aliento”. Si el lector no no sea excelente. publicado Stoner. la conoce, aprovecho para volver a recomendarla El escritor argentino Miguel Sardegna explica José María Poirier con entusiasmo. que Sólo la noche cuenta la vida de Arthur Maxley, (Muy bueno)

Sólo la noche

Cine �������������������������������������������������������������������������������������������������������������

De repente, el paraíso (It must be Heaven) Palestina – Francia - Canadá, 2019. Comedia dramática. Dirección: Elia Suleiman. Intérpretes: Elia Suleiman, Holden Wong, Robert Higden y Gael García Bernal. 1 h 37’ Elia Suleiman (Nazaret, 1960) es un director de cine, actor y guionista palestino con ciudadanía israelí, conocido por sus películas Divine Intervention (2002) y The Time That Remains (2009). En Londres, adonde había escapado de adolescente, conoció al escritor británico John Berger, cuya obra Modos de ver lo abrió literalmente al mundo. Berger, al que lo unió una larga amistad, tuvo una profunda influencia en el inicio de su recorrido profesional. En 1982, Suleiman llegó a Nueva York como inmigrante ilegal e inició su recorrido de realizador autodidacta. Sus cineastas preferidos fueron Robert Bresson, John Cassavetes y Ozu. Conoció al crítico y ensayista palestino Edward Said (Orientalismo) que, al igual que Berger, ejerció una gran influencia sobre su formación intelectual y sus futuras películas. En 1993 se trasladó a Cisjordania para dar clases sobre cine en la Universidad de Birzeit, cerca de Ramala, donde al año siguiente creó el Departamento de Cine y Audiovisuales.

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Se dirigió a París en busca de financiación para producir su primer largometraje de ficción, Chronicle of a disappearance, pero ante la negativa de los productores franceses decidió producirla él mismo. La película –en la que actúa junto con sus padres, miembros de su familia y actores no profesionales—, se estrenó en 1996 y ganó el premio Luigi De Laurentiis a la mejor opera prima en el Festival Internacional de Venecia. Sus dos largometrajes siguientes adoptaron el mismo tipo de narración personal y semi autobiográfica, con un trasfondo a la vez poético y político. Aunque se lo haya comparado en numerosas ocasiones con Buster Keaton y Jacques Tati, sus películas tratan temas graves como las consecuencias del conflicto israelí-palestino, pero de una manera poco convencional que les da una dimensión universal. Reside en París y está casado con la cantante libanesa Yasmine Hamdan. Según el crítico Daniel “Paraná” Sendrós, De repente, el paraíso tiene momentos antológicos. Es-

cribe en Ámbito: “Esta es la obra menos política de Suleiman, y la más abierta a todo público, ya que su personaje se abre al mundo y sale a conocer París y Nueva York, advirtiendo maravillas, males y ridiculeces de esos lugares casi como cualquier viajero. Casi, porque sigue siendo palestino”. La película es lenta y morosa al principio y ágil y hasta surrealista en su segunda parte. Hay muchos guiños, como la chica con alas que recuerda a Fifi la plume de Albert Lamorisse. Otra peculiaridad es que su protagonista, el mismo director, nunca habla, le basta la mirada y algún breve gesto. J.M.P. (Muy buena)


Teatro ������������������������������������������������������������������������������������������������������������

La noche antes Versión teatral de José Luis Ardissone y Mario González Martí del homónimo cuento corto de Martín de Goicoechea Menéndez. Dirección: Pablo Ardissone. Con Eli Marín, Erik Gehre, Dai Acosta, Juan Carlos Cañete y elenco. Arlequín Teatro El amor entre la joven hija de una respetable familia asuncena y su joven prometido se mueve con el telón de fondo de la Guerra de la Triple Alianza que se avecina y que pronto los golpeará con despiadada virulencia junto a su entorno y al Paraguay todo. Y mientras la tragedia gana protagonismo con un dramatismo in crescendo, cada cual asume como puede la nueva situación. Con mayor nitidez van emergiendo las figuras femeninas: algunas reaccionan con fuerza, sacrificio y pasión; otras con astucia, mezquindad y cinismo. El trabajo intenso y realista de jóvenes talentos -se destaca Eli Marín en el papel de la

joven Juana- y de actores experimentados, que interpretan un eficaz guion a cuyo servicio está el sabio acompañamiento de luces y música, acierta en emocionar y en estimular la reflexión y el debate sobre las consecuencias de la guerra (y de ésa en particular), el interés superior de la patria, el papel de la mujer, la igualdad y, naturalmente, la polémica figura del Mariscal Francisco Solano López, entre otros posibles temas. Después de tres fines de semana de exhibición al público en general, la puesta en escena integra el programa “Estudiantes al teatro”, por el que en estos años pasaron más de 25.000

Series destacadas de Netflix

adolescentes y por el cual este año más de 50 colegios reservaron una función. Arlequín Teatro de Asunción mantiene la calidad de sus presentaciones. Silvano Malini (Excelente)

Jérémie Boulet

Designated Survivor (2016-2019)

Love, Death + Robots (2019-...)

Black Mirror (2011-...)

Todo comienza cuando todos los miembros del gobierno de Estados Unidos perecen en un terrible ataque al Congreso. Todos... menos uno. El ministro de Desarrollo Urbano, marginado por el gobierno, observa impotente el drama como el “sobreviviente designado” que permaneció en la Casa Blanca y ahora es catapultado al puesto de Presidente de Estados Unidos. Los realizadores han querido imaginar una presidencia ficticia dirigida por un hombre honesto que mueve cielo y tierra para encontrar soluciones que no traicionen sus valores, todo mezclado con preocupaciones sociales muy reales. Más estadounidense, imposible. Los destacables personajes principales hacen todo el encanto de la serie.

Esta serie se destaca por completo del montón: cada episodio, que dura de 10 a 25 minutos, es un proyecto de animación producido por un equipo de creadores independientes que se enfoca en al menos uno de los tres temas de la serie. Ninguno de estos proyectos es igual; imposible saber qué te espera en el próximo episodio y ahí es donde está el interés de la serie. El resultado es una calidad gráfica asombrosa, muy conmovedora artísticamente, y te hará viajar en el tiempo o el espacio a través de personajes auténticos y originales. Algunas elecciones artísticas son sorprendentes, pero cada episodio es una pepita de imaginación y talento que vale la pena ver.

¿Alguna vez has imaginado los cambios que podrían ocurrir con la llegada de una nueva tecnología revolucionaria, un nuevo medio sensacional o la última red social de moda? Y bien, los muchos realizadores de esta serie querían compartir sus mayores preocupaciones sobre los últimos hallazgos de la era moderna que nadie parece ser capaz de cuestionar. El resultado es de un realismo impresionante y, a veces, muy inquietante. Una serie sumamente audaz, que me abrió los ojos a los peligros insospechados y difíciles de imaginar que representan las herramientas tecnológicas que usamos todos los días.

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Mística / 6 Fabio Ciardi

Ese gusano de la tierra El paraíso, sustancia de amor. El infierno, desunidad sin fin

Después de enviar la carta escrita el día anterior a Igino Giordani, Chiara camina colina arriba con sus amigas hasta la iglesia de San Vittore. Arcángela, la encargada del cementerio adyacente a la iglesia, saluda con un breve movimiento de la cabeza a las chicas que con su sonrisa hacen que el verano sea aún más hermoso. Sentadas en el prado frente a la iglesia, las jóvenes abrazan con la mirada las montañas a su alrededor, los poblados en el valle, la naturaleza encantada. A los pies de Chiara, entre la hierba y las flores, aparece un pequeño gusano, una humilde criatura en ese entorno de luz y belleza. Tal vez salió de una de las tumbas cercanas a la iglesia. Para quienes tienen un corazón puro, todo habla, incluso un gusano, y Chiara piensa en su Esposo. Lo confía a las compañeras: “Jesús Abandonado es el gusano de la tierra y se hizo así para que, cuando nuestra alma esté en el Cielo y nuestra carne sea todo un gusano, ésta cante al Amor Abandonado que es tan parecido a ella, Esposo suyo. Así toda la creación e in-

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cluso los seres más despreciables cantan al Amor”. Para ella, Jesús es Jesús abandonado y ya lo ve en todas partes, en todos. Dios es amor y amor es su Hijo hecho hombre. En la cruz, en ese grito de dolor que hace suyos todos los dolores de la humanidad y de la creación, se manifestó el amor más grande: Jesús -el amor, es Jesús abandonado- el amor más grande, el que llega a dar la vida y su unidad con el Padre. Durante dos días, el 21 y el 22 de julio, Chiara no escribe nada, no tiene la posibilidad, porque es demasiada la luz que la invade. Finalmente, el 23 de julio, como un dique que se rompe, la experiencia acumulada se vierte vigorosamente en las hojas, en páginas y páginas. El texto más largo de esos años. Chiara quiere donar a Igino Giordani lo que ha entendido sobre la dinámica y las relaciones que componen el Paraíso: todo es amor, todo es unidad y armonía. Del Padre salen una suerte de rayos divergentes, que llegan a toda la creación y le dan unidad. Bajo todas las cosas se puede captar la presen-

cia de Dios. Las Ideas de las cosas creadas están en la Palabra (el Hijo) y el Padre las proyecta fuera de Sí, dando el orden que es vida, amor y verdad. Todo fue pensado en la Palabra y todo fue creado en ella. En la Palabra hecha hombre en Jesús, el Padre alcanza a toda criatura. Todo está unido en su origen. Al final de los tiempos, Jesús atraerá hacia si mismo todas las cosas, de nuevo, a la Palabra y, por lo tanto, al seno del Padre, de quien todas esas cosas partieron: «De divergentes [los rayos] se volverán convergentes, y su encuentro formará el Paraíso, hecho de sustancia de amor, [...] en su vestido florido y estrellado y colorido con los mares, las montañas, los lagos, las estrellas, el sol, la luna, las avenidas”. Ideas y rayos, de divergentes convergerán, y todo será divinizado. Es la unidad en su destino final. En esta gran armonía y unidad, ¿hay lugar para el infierno? En la visión de Chiara, el infierno, que permanece fuera del cielo, aparece con toda su dureza. La materia ya sin forma llamará desesperadamente a su forma, que es el amor, pero no podrá poseerla. “El condenado llevará allá su alma inmortal y conscientemente sentirá que habria tenido que hacer una sola cosa: amar, y ya no podrá amar”. De hecho, no habrá unidad entre el frío y el fuego, entre el movimiento y la quietud, entre la unidad y la multiplicidad, porque “dos cosas en el infierno no podrán amarse”: todo será sin vida, sin orden, sin amor. Entonces, ¿habrá una dualidad entre el cielo y el infierno en el más allá? No. La imagen de ese pequeño gusano vuelve a iluminarnos. Es la imagen de Jesús que se hizo pecado, se hizo infierno, para divinizarlo todo. Es él, él solo, Jesús Abandonado, quien todo llena con su amor y todo lleva a la unidad. Entonces el infierno existe, pero solo para aquellos que están en él. Quienes miran desde el Paraíso, en cambio, verán en todas partes a Jesús Abandonado y gozarán de su amor infinito. (continúa)


Un hecho en fotos

Cada domingo, los jóvenes voluntarios del CES (Club Escuela Solidaria) enseñan a niños de contextos vulnerables de Paraguay con materiales didácticos propios y una metodología de enseñanza innovadora, en la que fusionan la inteligencia emocional y la intelectual en clases-talleres libres de ciencias, técnicas, cuidados, disciplinas y conocimientos que son reforzados con clases deportivas y artísticas como umbrales a la educación formal y en las que despiertan el interés de sus alumnos con alentadores resultados neuroeducativos.



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