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Página treinta

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Primero la proximidad

Crecido con el compromiso social hacia las periferias de la ciudad de Roma y conocido a nivel internacional por su acción diplomática de paz de la Comunidad de San Egidio, el cardenal Zuppi lee nuestro tiempo desde Bolonia, ciudad tradicionalmente anticlerical y patrimonio de la humanidad

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Matteo Zuppi proviene de la capital italiana y, más precisamente, de Trastevere, “el pueblito dentro de la metrópolis”. Un lugar de gran atractivo turístico y hogar de la comunidad de San Egidio, de la que proviene. San Egidio es un movimiento nacido de algunos estudiantes de secundaria en 1968, y ahora se extiende por todo el mundo. Su misión es acompañar a los pobres.

Roma contiene zonas periféricas donde se vive entre las penurias, el saqueo urbano, las plazas de tráfico de drogas y una presencia claramente visible del crimen organizado. Es también en estas fronteras donde se mide, aquí, la autenticidad de la experiencia cristiana.

Bolonia, ciudad antigua, por siglos en los dominios pontificios, trabajadora, laica y anticlerical, tardó poco en reconocer en este obispo en bicicleta, en el cargo desde 2015, un evidente punto de identidad cultural.

La imagen simbólica es la del viaje a Auschwitz junto al cantautor Francesco Guccini. Su posición muy clara se puede leer en un libro-entrevista con el sugerente título de Odiarás a tu prójimo. Por qué hemos olvidado la fraternidad. Reflexiones sobre los miedos del tiempo presente1. Cuando el Papa lo nombró cardenal, en 2019, lo acompañaron hasta San Pedro 1.500 fieles, entre vítores y coros de estadio.

-Cardenal Zuppi, ¿no existe el riesgo de que la opción por los pobres se reduzca a una retórica mediática sin la capacidad de ir a las raíces de las causas de la injusticia social?

Esta es la acusación, recurrente en años pasados, de dedicarse únicamente al asistencialismo que, en última instancia, sería una corrupción del vínculo personal y de la atención concreta a las necesidades del otro.

Cuando, en los primeros tiempos, iba, con los amigos de la Comunidad a las barriadas romanas, había muchos grupos activos en la zona, que nos acusaban de solo brindar asistencia, mientras ellos buscaban cambiar las causas estructurales de las injusticias. Pero, para realmente hacer un cambio, siempre se debe partir de la proximidad concreta con las personas, es decir, tener una visión no reduccionista de la realidad. Todo vínculo, si es verdadero, se convierte en ideas, proyectos, acción.

Hoy vivimos un momento especialmente difícil, porque hay pocos recursos para responder a las necesidades básicas, y es muy limitada la presencia de quienes intentan planificar un cambio en las periferias en el sentido de reconstruir un tejido humano. Si faltan respuestas concretas y atención al bien común, se genera una peligrosa mezcla de abandono y resentimiento.

-En el período que evocó, rico de tensiones políticas, muchos grupos de cristianos inquietos estaban en primera línea en el frente social. Fueron quienes organizaron el congreso de 1974 “sobre las expectativas de caridad y justicia en la ciudad de Roma”, que marcó un punto de inflexión en la atención hacia los suburbios. Es común pensar que hoy en día no existen sujetos sociales capaces de repetir una experiencia similar. ¿Qué piensa al respecto?

Ese congreso fue decisivo, porque logró aunar caridad y justicia, la necesidad de asumir responsabilidades personales y, al mismo tiempo, identificar las causas de las injusticias. Hoy se percibe cierto desánimo en el compromiso social, y una falta de actores sociales creíbles, capaces de activarse seriamente por el bien común. Es un estado de sufrimiento que tiene que afrontar un panorama de las periferias radicalmente diferente.

Hace cuarenta años, encontrábamos familias de pueblos del Sur de Italia; hoy hay nuevos migrantes de diferentes partes del mundo, con grandes problemas de integración y el riesgo real de luchas entre pobres.

Por mi parte, considero necesario y oportuno proponer hoy, no solo en Roma sino en todas las ciudades, una instancia como la de 1974, impulsada

por los católicos, para dialogar de manera abierta y franca con quienes reclaman la responsabilidad del bien común.

-El diálogo del cristiano con la ciudad y con quien la gobierna recuerda a su predecesor, el obispo Giacomo Biffi, que definió a Bolonia como “saciada y desesperada”. Lo hizo en 1985, ante los datos oficiales sobre el número de suicidios en la rica región de Bolonia (Emilia Romagna). Fue una crítica a la hegemonía laicista de la época...

Fue una expresión que sonaba a alarma para entender que el bienestar y el consumismo no podían dar sentido a la vida.

Recientemente, el expresidente del Partido Democrático (antes, Partido Comunista) Pierluigi Bersani, me dijo que esas palabras fueron recibidas inicialmente con irritación, pero luego permitieron que la sociedad se diera cuenta de la falta de puntos firmes en el tejido social de una región que descubrió ser, por ejemplo, permeable a las mafias. Todos debemos superar la tentación de no querer ver los problemas, y aprender, en cambio, a juzgarlos sin querer encontrar ya soluciones mágicas. Afrontar las dificultades nos hace disponibles a superarlas juntos.

-Como Iglesia profética que no se esconde detrás de la pantalla de la neutralidad, un ejemplo importante en Bolonia fue la intervención del obispo Giacomo Lercaro, en 1968, condenando el bombardeo estadounidense en Vietnam. Un texto recientemente reeditado que usted mismo prologó. ¿Cómo leer hoy ese signo de los tiempos?

El cuidado de nuestra casa común requiere que nos comprometamos a contrarrestar la lógica de la autodestrucción. Bolonia siempre ha expresado un gran patrimonio de inteligencias y experiencias evangélicas, con gran atención a la Palabra de Dios y a su exigencia de estar a la altura de la historia. Es un gran desafío que hoy, en la época de Francisco, nos recuerda que la paz no se puede construir sobre el miedo de las armas nucleares, por ejemplo. El Papa nos invita a recuperar la claridad de la posguerra, a recordar el horror de aquella masacre, que condujo, entre otras cosas, a la siempre actual novedad del Concilio.

-En 1917, Benedicto XV denunció “la inútil masacre” de la Primera Guerra Mundial dirigiéndose a los jefes de las naciones, pero los creyentes debían obedecer a la autoridad. ¿El paso decisivo del Concilio es la centralidad de la conciencia personal?

La Iglesia es una de las pocas autoridades mundiales que puede dirigirse a todos: está arraigada en los territorios y es universal. Apela tanto a las autoridades como a la conciencia personal para oponerse a la lógica de la división. El mal, de hecho, tiene su gestación en la indiferencia y la cerrazón hacia el otro.

Pensemos en las múltiples intervenciones del Papa, quien nos sacudió respecto a la acogida de los migrantes. Y, sin embargo, qué fuerte es la tendencia a la indiferencia y a cerrar los ojos. Basta pensar en el escándalo de los campos de detención en Libia, donde se consumen violaciones sistemáticas de los derechos humanos.

-No obstante, ¿no señaló el cardenal Biffi, en 2000, la necesidad de seleccionar a los migrantes en función de la posibilidad de integración, dando prioridad a los cristianos? ¿Cómo responder hoy, sin buenismo, al miedo, alimentado por ciertos medios de comunicación, al peligro de una invasión islámica?

No debemos etiquetar la necesidad de caridad y justicia como “buenismo”. Es un razonamiento peligroso. La exigencia planteada por el cardenal Biffi sigue vigente hoy, pero sobre todo para que nos preguntemos si hoy existen realmente los cristianos.

La presencia de musulmanes es un hecho, porque no se podían poner filtros sobre la base de las creencias religiosas. Y este es un desafío a nuestra credibilidad, que se demuestra con la capacidad de diálogo.

Debemos evitar crear islas que se ignoran entre sí, lo que crearía un terreno fértil para el enfrentamiento. Se trata de una invitación a nuestra conversión, con realismo.

1 Fazzini, Lorenzo. Odierai il prossimo tuo. Perché abbiamo dimenticato la fraternità. Riflessioni sulle paure del tempo presente. (Ed. Piemme, 2019)

Covid-19 ______________________ China prioriza la distribución de sus vacunas en los países subdesarrollados

El gigante asiático ya es miembro de Covax, la plataforma mundial para investigación de vacunas contra el Covid-19, comprometida a distribuir vacunas en los países en vías de desarrollo.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hua Chunying, confirmó que las autoridades del país asiático firmaron el 8 de octubre un acuerdo con Gavi, la alianza para la vacunación, que supuso la entrada de la segunda mayor economía mundial en Covax con el objetivo de “asegurar una distribución equitativa de las vacunas”.

Paz y Desarrollo ________________________________________________ Al Programa Mundial de Alimentos el Nobel de la Paz 2020

El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PMA), que proporciona asistencia alimentaria a millones de personas en todo el mundo, a menudo en condiciones extremadamente peligrosas y de difícil acceso, recibirá el 10 de diciembre el Premio Nobel de la Paz, en una ceremonia virtual.

El año pasado, el PMA ayudó a 97 millones de personas en 88 países. La agencia humanitaria más grande del mundo, pertenenciente al sistema de la ONU, fue reconocida “por sus esfuerzos en la lucha contra el hambre, por su contribución a la mejora de las condiciones de paz en las zonas afectadas por conflictos y por su actuación como elemento impulsor en la prevención del uso del hambre como arma de guerra y de conflicto”, según la motivación del premio que leyó Berit Reiss-Andersen, presidenta del Comité noruego del Premio Nobel.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, felicitó al director ejecutivo del PMA, David Beasley, y a todo el personal, y recordó que “en un mundo de abundancia, es inconcebible que cientos de millones de personas se acuesten cada noche con hambre”. Recalcó que a esa cifra hay que añadirle a la gente que se encuentra “en el abismo de la hambruna debido a la pandemia del Covid-19”. “Las mujeres y los hombres del PMA se enfrentan a grandes peligro y distancias para proporcionar sustento vital a los afectados por los conflictos, a las personas que sufren a causa de las catástrofes, a los niños y a las familias que no saben cuál será su próxima comida”, resaltó el diplomático. El titular de la ONU destacó que las operaciones del PMA están por encima de la esfera política y que el motor de sus operaciones son las necesidades humanitarias. Al mismo tiempo recordó que subsiste gracias a las aportaciones voluntarias de los Estados miembros de las Naciones Unidas y a las donaciones del público en general.

“Esa solidaridad es precisamente la que se necesita ahora para hacer frente no solo a la pandemia, sino a otras crisis globales de nuestro tiempo. Sabemos que amenazas actuales como el cambio climático empeorarán aún más la situación de escasez de alimentos”. ONU

Educación y Tecnología / Uruguay _________________________________________________________________ Liceo de Tala inauguró aula de robótica para continuar desarrollando aprendizajes

El Liceo José Alonso y Trelles de la localidad canaria de Tala (Uruguay) inauguró el 6 de noviembre una estación fotovoltaica y un Espacio Maker Ceilab. La inauguración fue fruto de un trabajo colectivo en el que participaron el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), la empresa estatal de electricidad UTE, el Plan Ceibal, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Fundación Elecnor.

El espacio funcionará en un aula didáctica con capacidad para 30 estudiantes instalada gracias al apoyo del MIEM mediante una licitación pública y un aporte económico. A través de ella se promueve el desarrollo de proyectos de robótica y afines, y se impartirán conocimientos de programación, uso de impresora 3D y resolución de problemas por medio de drones, entre otras actividades de aprendizaje.

Los estudiantes y docentes del Liceo de Tala han obtenido diversos premios nacionales e internacionales por sus trabajos en el campo de la robótica, entre ellos el primer puesto en el World Festival de First Lego League de Estados Unidos, que reúne a 250.000 estudiantes de 88 países, y el premio a la mejor investigación en el Mountain State First Lego League International, adonde fueron invitados por la NASA.

A su vez, la instalación de la estación fotovoltaica se enmarca en el programa “Luces para Aprender” de UTE, la OEI y la Fundación Elecnor de España, que ha logrado la electrificación de escuelas rurales del país y ahora se acerca a los liceos públicos.

En el evento se anunció que “Luces para Aprender” llegará próximamente a otros liceos y centros de la Universidad Tecnológica estatal (UTEC) del interior. MIEM

Gebé y Doblevé

Maria y Raimondo Scotto Vida de familia

Con los nietos adolescentes

Los adolescentes parecen todos iguales: hablan con agresividad, en casa dejan sus huellas por todas partes, no apartan la mirada del smartphone. Es fácil para nosotros, los adultos, experimentar un sentimiento de inutilidad e impotencia. En cambio, es el momento adecuado para hacernos preguntas, descubrir o inventar nuevas formas de relacionarnos con ellos, yendo más allá de su armadura de aparente seguridad. Rendirnos sería huir de alguien que está a punto de vadear un río tumultuoso sin barco.

Los abuelos podríamos ser ese barco tranquilizador que los ayude a imaginar la otra orilla, el futuro, a buscar respuestas dentro de ellos mismos. Detrás de la arrogancia se esconde a menudo la inseguridad. Debemos tranquilizarlos contándoles, cada vez que se presente una pequeña oportunidad, las pruebas y las dificultades que hemos atravesado. La escucha, el compartir sereno y alegre, el testimonio de valores vividos con coherencia, nuestro aliento e incluso nuestros silencios (a veces más productivos que muchas palabras) serán la herencia más preciada que podemos dejar a nuestros nietos. Tenemos que redescubrir el arte de narrar un pasado que es necesario para los jóvenes. Ellos escuchan con gusto verdadero nuestras historias; lo importante es que lo hagamos con sencillez, sin motivos ocultos. Luego, si creemos en un Dios que es el Padre de todos, oremos sin cansarnos por ellos, encomendándolos con confianza a sus manos..

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