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Zona de diálogo
Algunas maneras de iluminar la “noche del diálogo”
Aaron Burden - Unsplash
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Desde hace unos meses venimos publicando unas reflexiones de Jordi Illa, “amigo del diálogo” sin fe religiosa, en torno a la Palabra y su relación con lo espiritual y con la sabiduría. Es recomendable releer lo anterior para captar el alcance de las ideas que ahora se exponen.
Espacio y tiempo en la Palabra. La Palabra no es patrimonio de una época o de una región particular, y ni siquiera de una religión. Esto está expresado de manera muy precisa por Xavier Melloni — antropólogo, teólogo y fenomenólogo— en su libro Hacia un tiempo de síntesis, de donde cito: “Lo que hay en las religiones es sólo su inicio. Toda tradición ha escogido algunos escritos descartando otros y los ha depositado en un canon que se transmite de generación en generación. Esta delimitación es sabia y necesaria, pero tiene el peligro de quedarse estancada”.
En la búsqueda de referentes, de seguridades, el hombre delega al pasado lo que tendría que ser aventura y audacia. Así los textos sagrados tienen la tendencia a encerrarse herméticamente. Continúa Melloni: “De las tradiciones de los textos (judaísmo, islamismo, cristianismo) las Sagradas Escrituras son consideradas reveladas por el Espíritu Santo según el paradigma de la trascendencia, mientras según el paradigma de la inmanencia, tanto oriental como secular, se considera que proceden de la iluminación a la conciencia”.
Sin embargo, no toda Palabra culmina en una tradición universal permanente. Debe haber otros elementos para que fragmentos de la Palabra se consoliden. Se podría pensar de una manera simplista, que es responsable de ello la no linealidad de la historia. Puede ser que hoy el hombre tenga los mismos instintos, deseos, capacidad física e inteligencia de diez mil años atrás, pero hemos dado pasos adelante en el conocimiento de la naturaleza, de nosotros mismos y en la accesibilidad de las informaciones. Conocimiento e información se difunden cada vez más y más velozmente. Esta es una diferencia fundamental con los tiempos anteriores en los que las grandes tradiciones se consolidaron. Hoy todo es más accesible pero también más efímero.
También en tiempos recientes la Palabra se ha manifestado con una fuerza capaz de atraer, de durar, reinterpretando la Palabra ancestral o, como dice Melloni —entusiasta sostenedor del diálogo interreligioso—, haciendo surgir fuentes sagradas que no habrían podido nacer dentro de una misma religión. Jordi Illa (continúa)