3 minute read

Mens sana

Next Article
Espiritualidad

Espiritualidad

Salud digital en adolescentes

Las medidas sanitarias para combatir el Covid-19 han influido y siguen influyendo, influyendo en todos los ámbitos de nuestra vida y en todas las edades.

Advertisement

En cuanto a los adolescentes, su salud se ve comprometida en diversas áreas y una muy evidente es el mundo digital. Con el confinamiento aumentó el tiempo de exposición a las pantallas y, con ello, la exposición a riesgos físicos, psicológicos y sociales, siendo aún más necesario promover la salud digital para favorecer un uso saludable, seguro, crítico y responsable de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs), que incluyen televisión, tablets, computadoras y celulares.

El riesgo más frecuente es el acceso a información inadecuada para la edad y lo que entraña mayor riesgo es el ciberacoso, por la alta probabilidad de depresión grave y suicidio. En muchas ocasiones coexisten el abuso y las conductas adictivas en Internet, los trastornos del sueño, el riesgo de obesidad y problemas de atención que dificultan el rendimiento académico.

Para prevenir es necesario establecer límites en el tiempo de uso y en los lugares donde usar los dispositivos, también fomentar la interacción con otros chicos y adultos. Es importante reforzar a los padres para que sean el mejor ejemplo de sus hijos, animándolos a realizar un plan digital familiar, que supone una revolución en la promoción de la salud digital, porque los padres, en lugar de ser actores pasivos que establecen normas o no, pasan a ser modelos que los hijos imitarán.

En general, los adolescentes se han adaptado bien al confinamiento, aunque se desconoce las consecuencias a medio y largo plazo. Lo que sí sabemos es que el impacto ha sido desigual y que influyen múltiples factores: cómo afrontan la situación los padres, su estilo educativo, la existencia o no de enfermedades previas, el estrés familiar que generó la situación, la existencia de maltrato intrafamiliar, etc.

Problemas psicosociales encontrados son:

-Ansiedad relacionada con el coronavirus (coronofobia). La sobreexposición a las noticias, los contagios, los fallecimientos, la propia enfermedad o el miedo al contagio. En este caso Internet ha tenido un papel relevante. - Aumento de síntomas depresivos. -Empeoramiento de trastornos como el TDAH (déficit de atención e hiperactividad) o el TEA (autismo). -Incremento de los retos en Internet relacionados con conductas que pueden afectar a la salud o autolesiones. -Aumento de la violencia (física o psicológica) extra e intrafamiliar: ciberbullying, grooming, pornografía infantil y otros tipos de ciberacoso, agravado todo por la disminución o cierre de los sistemas de protección. -Mayor índice de sobrepeso y obesidad debido a la menor actividad física y al aumento de la cantidad de comida y la ingesta de alimentos poco saludables. -Mayor tiempo de ocio con las pantallas para ver vídeos, redes sociales, búsqueda de información, juegos online, juegos de azar, videojuegos y acceso a pornografía. Si a esto le sumamos las horas escolares en régimen de educación a distancia, el tiempo de pantalla es aún mayor.

Diversas sociedades científicas y organismos internacionales, como Unicef, formulado recomendaciones a las familias. También se ha publicado la guía de consenso sobre la prevención de riesgos en Internet y Covid, que incluye: -establecer rutinas y horarios fijos; -fomentar la alimentación saludable, el ejercicio regular y las técnicas de relajación; -potenciar el ocio familiar; -tiempo para estar solos; -autocontrolarse y regular el tiempo frente a la pantalla; -plan digital familiar e importancia del ejemplo; -instalar aplicaciones de bienestar digital que permiten medir el tiempo de pantalla, controlar horarios de conexión y desconexión tanto de los dispositivos como de aplicaciones; -usar herramientas técnicas analógicas como el reloj; -mantener contacto social (a través de Internet o por teléfono); -buscar ayuda si es necesario.

Es importante destacar que el papel de las TICs durante el confinamiento ha sido esencial al permitir y fomentar las relaciones sociales, el teletrabajo, la atención médica, la educación, la formación, las compras y el ocio. Pero esta necesidad también puso de manifiesto e incrementado la brecha digital y las desigualdades sociales.

This article is from: