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Jorge Gamarra El Maestro, en la inmortalidad
Centenario Chiara Lubich Los Gen: otra revolución
Brasil Una crisis múltiple
Ciudad nueva años
URUGUAY | PARAGUAY Setiembre 2020 | Nº 9 | Año XL
Chiara Lubich y la Política África
“Yo creo en ti” Se vende.
¿O no?
Cercanía, disponibilidad, escucha, confianza, coherencia y límites claros son actitudes y herramientas más necesarias que nunca en la educación de niños y adolescentes, y crean vínculos que se mantienen abiertos toda la vida
Sumario Nº 9 Setiembre 2020 Año XL
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Editorial Claves para una nueva normalidad
Ciudad nueva Propiedad de la Asociación Civil Ciudad Nueva
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Mens sana Adolescentes buenos, felices y aplicados Cultura El Maestro entró en la inmortalidad
Revista mensual internacional editada por el Movimiento de los Focolares
Ciudad nueva en el mundo: 36 ediciones en 22 idiomas. Fundada en 1956 en Roma por Chiara Lubich, con la colaboración de Pasquale Foresi.
Sociedad Puebas técnicas de participación
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Sociedad El cambio que comenzó conmigo
Administración y redacción - Paraguay Independencia Nacional 1076 Asunción Teléfono: (021) 45 13 68 ciudadnueva@focolar.org.uy
Entrevista “Soy libre de amar” Mundo Una angustiante crisis múltiple
Presidente: Alejandro Poirier Director de redacción: Silvano Malini Consejo de redacción: Lidia Iglesias, Claudio Larrique, Santiago Mampel, Eduardo Roland y Malena Siciliani
Zona de diálogo Algunas maneras de iluminar la “noche del diálogo”
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Cultura de la unidad Amar a los jóvenes de verdad
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Palabra vivida “Ya no somos cinco en casa, sino once...”
Alan Santos PR
Palabra de Vida Setiembre 2020 “Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante”
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Redactor responsable: Dr. Raúl Gamarra Santa Cruz Pablo de María 1032, Montevideo rgamarrasantacruz@gmail.com
Los contenidos textuales pueden reproducirse total o parcialmente citando la fuente: Ciudad nueva. Este número se cerró el 27 de agosto de 2020.
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Testimonios Las personas en el centro, hasta que se haga cultura
Ciudad nueva También en:
www.ciudadnueva.focolar.org.uy Ciudad Nueva Uy Py
15 Nuestros niños 28 Arte & espectáculo
Vida sana Disciplina Positiva: educar con amor Página treinta Una noche terrible y luminosa
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Especial Otra clase de revolución
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Editorial
Claves para una nueva normalidad Resignarnos a regresar a una “nueva normalidad” sin cuestionarnos en qué consiste y cómo podemos contribuir a moldearla, implica haber desperdiciado las oportunidades de aprendizaje que nos ofrece la peor crisis que le ha tocado vivir a esta generación. Con esta preocupación de fondo, Fernando Sánchez Campos, rector de la Universidad Católica de Costa Rica, publicó un artículo en Eco Católico, el semanario oficial de la Conferencia Episcopal de su país, donde visualiza elementos que nos pueden ayudar a “aprender y salir muy fortalecidos de este trance tan difícil por el que estamos pasando”. “Es preciso dejar de ser espectadores de la tragedia y convertirnos en protagonistas de una obra que urge un cambio de guion. Nos toca asumir el rol de constructores de la nueva normalidad”, escribe el académico. Sánchez Campos indica en particular algunas encrucijadas ante las cuales elegir el camino para no “regresar” a lo que teníamos antes. En primer lugar, debemos cuestionarnos si queremos “regresar” a un modelo de desarrollo en el que prima el egoísmo o “construir” uno que tenga como faro la solidaridad. Parece naif sólo plantear la posibilidad de realizar este cambio, pero la pandemia ha demostrado que sociedades con más alto nivel de solidaridad, más equitativas, con sectores productivos sólidos e instituciones públicas (sistemas de salud entre otras) fuertes y solidarias, son las que mejor han sabido hacer frente a la emergencia. Igualmente, ha dejado claro que el “mayor factor de riesgo” ante el Covid-19 no son las condiciones preexistentes como problemas respiratorios, la hipertensión o la diabetes, sino la pobreza. Ciertamente, el confinamiento y el teletrabajo no son opción para quienes no tienen casa, empleo o Internet.
Por otro lado, los efectos globales de la pandemia deberían servir de ejemplo para cambiar hábitos de consumo y tomarnos en serio, de una buena vez, las consecuencias del calentamiento global y el deterioro del medio ambiente. Lo están haciendo algunos países europeos y hasta Pakistán, que ha alcanzado el objetivo de desarrollo sostenible relacionado con el clima diez años antes del plazo. Como lo ha advertido el Papa Francisco, “Dios perdona siempre, nosotros perdonamos algunas veces, pero la naturaleza, cuando es maltratada, no perdona nunca”. En segundo lugar, debemos decidir si queremos “regresar” a sistemas políticos democráticos desgastados, inoperantes y poco transparentes, o queremos “construir” democracias más robustas, eficientes, y generadoras de mayor confianza en la ciudadanía. Enfrentar los efectos de la pandemia en países con sistemas políticos anquilosados e ineficientes no puede convertirse en justificación para limitar la democracia. Al contrario, siguiendo a Alexis de Tocqueville, “los problemas de la democracia se resuelven con más democracia”. Un poder ejecutivo eficaz y claro en cuanto a propuestas, ejecución y manejo de la información; poderes legislativos y judiciales autónomos y responsables, y medios de comunicación críticos, independientes y profundos, conscientes de su labor como informadores y pedagogos, entre otros, son básicos en esta propuesta. Claro: a los políticos los eligen los ciudadanos (y hasta “eligen” a cuáles periodistas conceder la credibilidad de formadores de opinión). Para eso, los ciudadanos tienen que recibir
Arno Senoner Unsplash
educación y ser partícipes y protagonistas de la misma. Finalmente, debemos discernir si queremos “regresar” a sociedades marcadas por lo inmediato, lo material y lo efímero, o “construir” sociedades con mayor profundidad espiritual. En este sentido el reto es grande. La fortaleza espiritual permite, siguiendo a san Ignacio de Loyola, “transformar la felicidad que se siente en tiempos de tranquilidad y éxito, en paciencia durante los momentos de dificultad y prueba”. Así se gestan personas resilientes, capaces de enfrentar el presente con ilusión y el futuro con esperanza. Si la pandemia ha logrado enseñarnos esto, aunque sea “a lo golpes”, habremos transitado un tiempo de preparación muy provechoso; similar a la poda que un árbol recibe para que dé más y mejores frutos. Proyectar la dirección que puede tomar la “nueva normalidad” es tarea de todos los que entienden que la pandemia demostró que “estamos en la misma barca”, como repitió el Papa Francisco en su oración a la que presenció por televisión el mundo entero. Como ciudadanos, creyentes, miembros de organizaciones que buscan el bien común, tenemos por delante una tarea de suprema urgencia. (En base a un artículo publicado en es.aleteia. org) Ciudad nueva - Setiembre 2020
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La columna de Gaspar Diálogo entre personas de diferentes convicciones
Acerca de
Morir por amor
Era un sábado de primavera. Y primavera es sinónimo de juventud… El joven Bruno Mars cantaba unos temas musicales en un par de videos, y, como programa de fondo, el film Romeo y Julieta, de Franco Zeffirelli. Es la clásica versión realizada en 1968 por el cineasta italiano de la tragedia de Shakespeare, que ahora vimos en una edición especialmente digitalizada y remixada con motivo del cincuentenario. Una fuerte historia de amor, con todos los ingredientes para el debate. Y la vigencia de esta peripecia ambientada bastante tiempo atrás es notable. Cambian los tiempos, cambian las formas culturales, las sociedades y las culturas, pero hay constantes que se repiten. Hay quien aspira a tener una relación tan romántica como la que tuvieron Romeo y Julieta en la obra de William Shakespeare (“Creía conocer el amor hasta que tu belleza sedujo a mis ojos”, dicen en un parlamento). Lo que no se tiene presente es que
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esta tragedia es conocida como la historia de amor que duró tres días y ocasionó seis muertes. Como su nombre indica, es una tragedia. De hecho, se afirma en un fragmento: “Es casi ley que los amores eternos son los más breves”. Recordemos que aquellos dos muchachos enamorados se casan en secreto, puesto que sus familias se oponen fervientemente a que contraigan una relación de amor, ya que son rivales y enemigas. Tras el matrimonio, esta presión se incrementa y, en vez de “vivir felices y comer perdices”, la historia ambientada en Mantua y Verona da un vuelco, y el suicidio se posa como protagonista de la trama. Por eso Romeo dirá: “Mi único amor surgido de mi único odio...” Sin embargo, las muertes de Romeo y Julieta tienen un lado positivo: las dos familias que tan rivales eran, terminan reconciliándose. Pero murieron por amor, y lo dicen expresamente: “Es al separarse cuan-
do se siente y se comprende la fuerza con que se ama”. Y en otro pasaje: “Este será mi último abrazo, este será mi último guiño, este será mi último beso. Cuán dolorosa es la separación”. En ese contexto se comprende la frase: “Solo la muerte lo acaba todo”. Esta obra de teatro se considera como una de las más célebres de todos los tiempos, y se sitúa a la altura de títulos como Hamlet. Shakespeare hizo arte de la más profunda, sin lugar a dudas, con su escritura.
grupogaspar@gmail.com
*Valoración: Cinedebate
(4,50)
(Cinedebate del 21/09/19) Próxima columna: “Solas pero no perdidas”.
Mens sana
Comportamiento Pilar Escotorín
Adolescentes buenos, felices y aplicados La suspensión de actividad causada por el estado de alarma sanitaria ha dado lugar a muchos cambios en nuestra vida, y en muchos casos en nuestra forma de trabajar. Muchos estudios están mostrando que ayudar a otros no sólo aporta beneficios a la persona ayudada sino también al propio autor o autora de la acción. Un estudio muy interesante con preadolescentes muestra que, después de ayudar a otros, además de aumentar el bienestar mejora también la aceptación de los pares respecto al autor de esta acción. Los autores de este estudio1 empiezan diciendo que los principales deseos de los padres y de las madres son que sus hijos e hijas sean felices, buenas personas y apreciadas por los demás. Pero eso no siempre es fácil, porque las relaciones interpersonales son complejas y la adolescencia, al ser una edad de cambio y de tránsito en búsqueda de identidad, puede hacer que los adolescentes se sientan más inseguros de sí mismos y de los demás.
Los hallazgos de este estudio sugieren que estos objetivos pueden no solo ser compatibles sino también recíprocos. En un experimento longitudinal, realizado en diecinueve aulas en Vancouver (Canadá), se instruyó a niños de entre 9 y 11 años para realizar semanalmente tres actos prosociales durante cuatro semanas. Otros, durante las mismas cuatro semanas, tenían que visitar tres lugares. Los estudiantes en ambas condiciones, los viajeros y los prosociales, mejoraron su bienestar, pero lo más interesante es que los estudiantes que realizaron acciones prosociales experimentaron aumentos significativamente mayores en la aceptación de sus compañeros (popularidad sociométrica) que los estudiantes que visitaron lugares. El aumento de la aceptación de los pares sabemos que es un objetivo crítico, ya que está relacionado con una variedad de resultados académicos y sociales importantes, incluida la menor probabilidad de ser intimidado por otros, ser víctima de acoso, etc.
Eliott Reyna Unsplash
Mi interpretación de estos resultados es que los estudiantes que han hecho acciones prosociales han aumentado su sentimiento de ser eficaces y, al ser autores de ayuda para otros, han experimentado el impacto positivo que tiene la acción de ayudar. Beneficiando a otros, experimentan la gratuidad, se sienten parte de una red, aprenden que apoyando a otros generan relaciones de confianza y disminuye su soledad existencial (“nadie me quiere”, “nadie me acepta”, “nadie me encuentra interesante”). Los autores sugieren que los maestros y tomadores de decisiones en los colegios pueden aprovechar este estudio introduciendo actividades prosociales intencionales en las aulas y recomendando que dichas actividades se realicen de manera regular y con un propósito. 1
Layous K., Nelson S. K., Oberle E., SchonertReichl K.A., Lyubomirsky S. (2012): Kindness Counts: Prompting Prosocial Behavior in Preadolescents Boosts Peer Acceptance and Well-Being, en journals.plos.org. Ciudad nueva - Setiembre 2020
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Cultura
Jorge Gamarra Carlos de Cores*
El Maestro entró en la inmortalidad El pasado 17 de julio, falleció el Profesor Emérito Jorge Gamarra, maestro de docentes e investigadores de Derecho Privado en Uruguay. Desde hacía muchos años, era el jurista vivo de mayor jerarquía del Uruguay y uno de los más importantes de toda nuestra historia
Como ha señalado uno de sus discípulos1, su muerte, no por previsible –tenía 98 años– dejó de producir honda consternación. El gran público no lo sabe, pero acabamos de perder a uno de los grandes formadores de la cultura jurídica nacional. Jorge Gamarra tiene un lugar bien ganado y destacado entre los más altos exponentes de esa cultura jurídica, junto a Justino Jiménez de Aréchaga, Eduardo J. Couture, Rodolfo Sayagués Laso, José Irureta Goyena y acaso unos pocos nombres más. Gamarra, catedrático de “Obligaciones”, ocupó en su muy extensa trayectoria diversos e importantes cargos, recibiendo múltiples títulos y distinciones.2 Ningún jurista uruguayo produjo una obra escrita del volumen y la calidad de la obra de Gamarra,3 que es el espléndido fruto de toda una vida de trabajo incesante. Pero lo que es más importante: Gamarra hizo escuela. Profesor, además de autor, formó a generaciones y generaciones de abogados que luego actuaron en los tribunales y en el foro siguiendo las enseñanzas de quien fue considerado, por todos, el Maestro. Llegó a ser y sigue siendo tal la influencia del pensamiento jurídico de Gamarra que puede decirse, sin exagerar, que su palabra es fuente de Derecho, como lo fueron en la antigua Roma las opiniones de los grandes jurisconsultos. En relación a sus inolvidables clases de Obligaciones se ha dicho por uno de sus alumnos: “Gamarra exigía y se exigía. Pero también nos estimulaba. Tenía ese raro don de saber penetrar las fibras más íntimas de cada uno de nosotros para sacar
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a relucir lo mejor que teníamos y para que cada uno diera en clase todo aquello que tenía para dar y aún más. Porque la enseñanza era también para Gamarra un acto de fe en el estudiante, en su potencia creadora y en las realizaciones maravillosas de que éste, debidamente apuntalado, era capaz. Incentivando nuestro espíritu crítico y consolidando nuestra personalidad, nos mostraba que estábamos llamados a desafíos mayores, y también nos enseñaba -ahora lo sé- una actitud de vida, que fue la suya propia desde los días primeros: la del inconformismo, del soñar despiertos, de ambicionar mucho más de aquello que razonablemente podemos alcanzar…Y si la clase permitía sacar a relucir lo mejor del estudiante, también es cierto que en la clase relucía el mejor Gamarra. Porque en la clase Gamarra derrochaba la personalidad del profesor, estaba en su medio, a sus anchas, como un actor consumado arriba del escenario. Él también soñaba...”4. Y otro alumno escribió recientemente: “En las clases de Gamarra se despertó mi vocación por el estudio del Derecho. Estudié Obligaciones durante un año entero, y estoy seguro de que ese fue el tiempo mejor invertido de todos mis años de estudiante. Jorge Gamarra […] vivirá siempre en el corazón de quienes fuimos sus alumnos. ¡Adiós, Profesor! Lo recordaremos con admiración, gratitud y cariño”.5 Personalmente, no puedo pasar revista, en el corto espacio de estas páginas, a las muchas experiencias compartidas en los 45 años transcurridos desde aquel 1975, cuando tuvo lugar el primer cur-
so de Obligaciones que se dictó en la Facultad de Derecho, con posterioridad a la intervención y cierre de la Universidad de la República, en que Jorge Gamarra me conoció. Digo que Gamarra me conoció, porque eso fue lo que siento que él hizo esencialmente conmigo como profesor. Más allá de haberme trasmitido los fundamentos de la materia jurídica que luego estaría en el centro de mi vida profesional, en “Nuestra Señora de las Obligaciones”, como él la llamaba, Jorge me conoció, me llamó por mi nombre, me acompañó, me interpeló, me desafió, me hizo crecer, proponiéndome obras que estaban más allá de mis posibilidades, pero no tanto más allá como para no poder ser realizadas con aquel esfuerzo y trabajo constante de que él mismo daba testimonio como forma de vida. “Amo el trabajo constante, que se emprende antes del amanecer, cuando aún se encuentra encendido el lucero del alba”, escribió alguna vez. Como canta el tango, supe después, viviendo, que ésa y no otra es la misión del profesor competente. Conocer íntimamente al estudiante para hacerlo crecer, desarrollar sus potencialidades, aumentar sus capacidades, convertirlo en mejor persona. Sería arbitrario elegir para recordarlo cualquier página de las miles que el Maestro entregó a las tipografías. Por su sin par belleza y particular significación para mí, he elegido el discurso pronunciado el 6 de agosto de 2015 en el Aula Magna de la Universidad Católica del Uruguay en ocasión de la presentación de mi libro Pa-
sado, presente y futuro de la Teoría General del Contrato, que si bien fue compuesto por el Maestro específicamente para dicha ocasión, él mismo quiso que fuera difundido al cumplirse los 70 años de su ininterrumpida labor en trabajos de doctrina, con su publicación en el volumen VII de la revista Doctrina y Jurisprudencia de Derecho Civil (FCU, 2019).
“Cuatro sembradores” -I-
El primero es un sembrador de estrellas; escribe Antonio Machado: “tal vez la mano en sueños, del sembrador de estrellas, hizo sonar la música olvidada como una nota de la lira inmensa”. Presto el libro de Machado a un pintor del Taller Torres García. José Gurvich hace un cuadro donde, sobre un paisaje, allá arriba, muy en lo alto, está el sembrador de estrellas. -IIEl segundo sembrador es un sembrador terrenal que pinta Van Gogh: un gran sol amarillo en el fondo; sobre el horizonte un campo de trigo maduro; luego el sembrador en pleno trabajo, rudo y esforzado. Con el trigo que siembra se hace el pan; el pan es el alimento del hombre. -IIIEl tercer sembrador de mi lista se encuentra en el aula con sus discípulos; es el profesor universitario, docente, educador. No cultiva la tierra; cultiva la mente de sus alumnos, con ellos dialoga, razona y conversa; en lugar de trigo siembra conocimientos, ideas; siembra libros. No dicta clases, da clases, se da a sí mismo en la tarea, porque es dando como se recibe (San Francisco de Asís). Cuando Dante encuentra a Virgilio menciona “il lungo studio e il grande amore” que lo impulsaron a conocer la obra del Maestro. Nuestro profesor está enamorado de su materia y piensa que fracasará si no logra transmitir ese amor; también ama a sus alumnos, por ello de algunos será amigo toda la vida. Pero además del “grande amore” necesita “il lungo studio”, el aprendiza-
je diario, obstinado y persistente, que nunca termina. -IVEl cuarto sembrador es un profesor de carne y hueso, que hoy ha puesto un libro sobre la mesa, o un pan alimento del espíritu. Para nuestra felicidad Carlos de Cores está sentado con nosotros en este día de fiesta. El ejemplar que recibí contiene una dedicatoria que “agradece por aquellas clases de hace cuarenta años, que me dieron la capacidad para hacer este trabajo”. Esto no es enteramente cierto; como lo hacíamos habitualmente en “aquellas clases”, examinemos la cuestión más a fondo opinando. En realidad el profesor oficia como un gran cocinero; está obligado a servirle al alumno el alimento que éste necesitaba en ese momento para crecer, en esta etapa de su vida. Las clases tal vez pudieron despertar o consolidar una vocación, pero la capacidad la crea el hombre trabajando sobre sí mismo con “il lungo studio”, como el deportista sobre su cuerpo en el gimnasio, el músico con su piano y el pintor en la tela. Concluyo. Para mi ésta no es solo la hora de festejar un alumbramiento. Agradecer es un acto de nobleza que conforta dos almas. A mi vez yo también quiero agradecer al autor del libro la amistad que nació en “aquellas clases” y hoy cumple 40 años. Aquel 6 de agosto fue ocasión de una celebración. La madrugada del 17 de julio de 2020, en que -mientras dormía- falleció mi maestro Jorge Gamarra, ha sido también oportunidad festiva. Cuando a las ocho de la mañana Raúl Gamarra, familiar del maestro por la sangre y por el espíritu, me comunicó la partida de Jorge, no se me ocurrió qué decir. Sólo pregunté: ¿qué podemos hacer? Raúl me comentó: “Su deseo fue avisar lo menos posible”. Una sonrisa se dibujó en mis labios, porque ese deseo pintaba a Gamarra en cuerpo y alma. Su mundo había sido autónomo, no necesitó de la aprobación ni de la pleitesía. Como ocurrió con el Rey de la fábula de Próspero,
su fecundísima producción intelectual fue hija de aquella férrea defensa de su propio espacio vital, al que sólo se podía acceder bajo ciertas circunstancias, no siempre posibles de comprender a cabalidad. Yo tomo eso como su enseñanza póstuma, como el contenido significativo de su último mensaje: la forma del universitario de honrar la vida ha de ser construir, con ascetismo y esfuerzo, el propio criterio, no en forma superficial e improvisada, sino sólidamente, a partir del manejo de las riquísimas fuentes culturales que la historia nos ha ido regalando y que requieren el estudio y la dedicación de toda la vida para destilar su Sabiduría. Sabiduría que, como dice el salmista, no se esconde, sino que espera a la puerta de quien la busca. *Doctor en Derecho por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, Vicerrector Académico de la Universidad CLAEH de Montevideo. 1
Pasquet, Ope “Adiós Maestro – Homenaje a Jorge Gamarra”, en Montevideo Portal, 20 de julio de 2020. 2 De Cores, Carlos y otros “Homenaje al Profesor Emérito Jorge Gamarra”, en Revista Uruguaya de Derecho Privado, No 1, agosto 2020 (Nota completa en la versión web de este artículo). 3 Pasquet, Ope, o. cit. 4 Bergstein, Jonás en “Crónica de un inolvidable homenaje: la primera Orden JVS es entregada al Prof. Jorge Gamarra”, ADCU, t. XXVII, FCU, 1998, p.686. 5 Pasquet, Ope, o. cit.. Ciudad nueva - Setiembre 2020
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Sociedad
Experimentos de democracia Giampietro Parolin
Pruebas técnicas de participación En Francia, así como en otros países, se realizó una exitosa convocatoria a un grupo de ciudadanos para la elaboración de propuestas de leyes que hagan frente al cambio climático
Aptopix
La “Convención Ciudadana por el Clima” es un proceso de seis meses en el cual 150 ciudadanos franceses constituyeron un grupo de trabajo con el fin de definir las medidas estructurales para reducir el 40 % de las emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles del año 1990, en espíritu de justicia social”. Lo inauguró el presidente Emmanuel Macron, y es uno de los logros de las manifestaciones de los “chalecos amarillos” que, durante meses, ocuparon las plazas y animaron el debate público en Francia entre los años 2018 y 2019. No se trata, por cierto, de una experiencia de democracia participativa inédita ni única en su género, pues también países como Uganda, Irlanda, Australia o estados confederados como
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California la han practicado o la practican. Los 150 participantes franceses fueron sorteados entre 255.000 números telefónicos, según criterios que garantizaran una representatividad territorial, de sexo, edad, nivel educativo y tipología laboral. Interactuó con ellos un grupo de 12 expertos que colaboraron en la provisión de datos y elementos técnicos para profundizar las temáticas y asesoraron en la elaboración de las propuestas de ley. En las primeras dos sesiones, los expertos proveyeron una base de información necesaria para la búsqueda de soluciones viables y eficaces al problema del calentamiento climático. Seguidamente, los ciudadanos se organizaron en cinco mesas temáticas: alimentación
y agricultura, vivienda, trabajo y producción, transportes, estilos de vida y de consumo. En las mesas expusieron más expertos, además de los del grupo de apoyo permanente. Paralelamente se creó una plataforma que permitiera a cualquier ciudadano u organización interesada enviar sugerencias y propuestas para las mesas temáticas. Para esta iniciativa de participación política ciudadana el gobierno invirtió la no despreciable suma de 4 millones de euros. Sin embargo, no a todos les gustó este intento de innovación democrática, comenzando por los propios involucrados. No obstante la digna compensación económica de más de 1.600 euros, sin contar los gastos de transporte, alimentación y alojamiento (y cuidado de niños, de ser solicitado), garantizados por los seis fines de semana de trabajo, tan sólo el 30 % de los convocados adhirió enseguida a la propuesta, mientras el 35 % se declaró interesado y el 35 % se rehusó a participar. Quienes se activaron, de todos modos, se manifestaron muy satisfechos, al punto que solicitaron trabajar un fin de semana más. Evidentemente, al tratarse de una moción del gobierno actual, algunos la percibieron como un instrumento en favor de la mayoría política, el probable motivo que motivó al político ecologista Daniel Cohn Bendit, a optar por no aceptar la invitación a participar. No falta quien movió críticas más sustanciales, por considerar la iniciativa como “una ilusión tecnocrática” o “una pseudo democracia directa” por el limitado número de ciudadanos involucrados y la dificultad en la ampliación de la base de participación.
Ciertamente, estas prácticas participativas podrían crear un cortocircuito con la vida parlamentaria, como señala el politólogo Loïc Blondiaux. En efecto, tales experiencias deliberativas, en las que se puede dialogar y argumentar en profundidad acerca de los problemas reales percibidos por los ciudadanos y de sus preferencias están más bien lejos del estilo y de las polarizaciones de la política de los partidos y de los medios de comunicación. En algunos casos, estos procesos participativos traen como efecto una baja en la aprobación ciudadana de propuestas populistas ofrecidas por los políticos. Como toda experiencia, la Convención reveló ciertamente elementos de posible mejora; sin embargo, la profunda crisis de las democracias occidentales pide continuar en la búsqueda y en la experimentación de caminos innovadores, en particular acerca de problemáticas tan cruciales y de impacto como el de la transición a un estilo de vida ecológico. No se trata de eliminar las tradicionales formas de representación, sino de integrarlas con modalidades estables de
Convention Citoyenne pour le Climat
consulta mediante sorteo que se conviertan en ámbitos naturales de diálogo y de propuestas no vinculados a intereses políticos circunstanciales. Para los ciudadanos sorteados sería una pa-
lestra de política activa consciente, una instancia de crecimiento del compromiso por el bien común que podría además alentarlos a proseguir la experiencia en instancias electivas.
Las propuestas de los ciudadanos La “Convención Ciudadana por el Clima” ha formulado 149 propuestas, 146 de las cuales fueron incorporadas en un plan por parte del presidente Macron. Entre ellas figura someter a referéndum la inclusión de la lucha contra el cambio climático en la Constitución francesa y la creación de un delito de “ecocidio”. Una de las iniciativas más polémicas, la reducción de la semana laboral a 28 horas, fue rechazada por el 65 % de los votos. Una medida que sin duda dividirá a la opinión pública es la reducción de la velocidad en las autopistas de 130 a 110 km/h. Otras propuestas son: prohibir la calefacción exterior en espacios públicos, medidas para la sostenibilidad energética de los edificios acelerando el reemplazo de las calde-
ras de petróleo y carbón, una moratoria para nuevas zonas comerciales que se construyen en las afueras de las ciudades y devoran tierras de cultivo o espacios naturales y -en alternativa- un fondo para recualificar terrenos baldíos para ese fin. Se propone también establecer como espacio protegido el 30% de su superficie terrestre de Francia con la creación de nuevos parques y reservas regionales. Los 150 ciudadanos también proponen que se cree el cargo de “Defensor del medioambiente”: una autoridad administrativa independiente que los ciudadanos pueden aprovechar si sienten que se están violando sus derechos. Desean que se establezca una opción vegetariana diaria para todos los servicios de restaurantes públicos y de dos comidas vegetarianas
por semana en los comedores escolares. Proponen un elevado impuesto y la prohibición de publicidad para los productos ultra procesados y los productos y servicios que impliquen una alta huella de carbono. También quieren que la mitad de las granjas francesas sean agroecológicas en 2040, procuran prohibir las semillas genéticamente modificadas para 2025 y aumentar los impuestos sobre los fertilizantes nitrogenados. Además, desean prohibir, a partir de 2025, la venta de vehículos altamente emisores y que cuanto antes sea prohibida su circulación en los centros de las ciudades. Finalmente, la Convención quiere prohibir los vuelos nacionales, en caso de que exista otra alternativa para viajes de trayectos de menos de 4 horas.
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Sociedad
Racismo Mike Morse (desde Estados Unidos)*
El cambio que comenzó conmigo El racismo (presente en forma solapada también en nuestras sociedades) tiene raíces profundas… eliminarlo llevará tiempo y el compromiso personal de muchas personas
Recuerdo ser víctima de la discriminación racial a los 15 años, en la secundaria. Las escuelas en las que había estado no eran las mejores, de modo que mis padres, que querían la mejor educación posible para mí, me inscribieron en una escuela fuera de mi área de residencia. Yo era uno de los pocos afroamericanos en una escuela en la que predominaban los blancos caucásicos. En un primer momento, no fue un problema dejar mi barrio, de mayoría negra, para asistir a una escuela con otros que no lo eran. Durante la hora que me llevaba llegar en transporte público a la secundaria, mi foco era que tenía que tratarse de una escuela mejor, eso era más importante que lo de las razas diferentes.
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Poco después de comenzar las clases, algunos compañeros comenzaron a tratarme mal porque era afroamericano. Además, yo era pequeño para mi edad, y ellos dejaban en claro con sus comentarios que yo valía menos que ellos. Me escupían, me sacaban los libros y los tiraban por el corredor, y me gritaban palabras feas con el agregado de términos descalificadores. Les parecía gracioso y natural. Yo, por el contrario, estaba aterrorizado. Nadie venía en mi ayuda. Usaba los baños sólo durante las clases, cuando había menos estudiantes. Llegué al punto de que evitaba transitar por los corredores cuando ellos estaban. Era objeto de burla. Los docentes sabían lo que estaba sucediendo, pero nadie venía en mi ayuda.
En esos años yo también participé en varios encuentros de jóvenes del Movimiento de los Focolares. Cuando supe de los gen (los jóvenes comprometidos de los Focolares), tomé la decisión de intentar vivir como uno de ellos. Como era demasiado joven para conducir vehículos, los responsables adultos venían a buscarme en auto para llevarme a las reuniones semanales. Realmente disfrutaba estar con los gen. Pero ir a buscarme significaba para ellos –ya que ninguno era afroamericano– tener que manejar en mi vecindario, esperarme hasta que subiera al vehículo y después irse. Esto implicaba pasar por al lado de mis amigos y que ellos nos vieran en el vehículo. Poco después me estaban preguntando por qué andaba con esa gente. También aquí tenía que lidiar con problemas de raza: elegir una sobre la otra. Mi tía era profesora de español en una escuela de la zona marginal de Brooklyn (Nueva York). También ella contaba historias de discriminación y maltra-
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tos, pero la que más me daba inspiración era cómo ella había sido la primera mujer negra en graduarse en su universidad con las mejores calificaciones. Fueron años duros. Pero, como sabemos, el racismo no desapareció el día que me gradué, ni cuando ya tuve edad para conducir yo mismo. Mi experiencia me muestra que siempre existió. Es un veneno con raíces profundas. Hoy veo que hay muchas ideas para el cambio: sacarles fondos a las fuerzas policiales, desmantelar el aparato para el cumplimiento de la ley, eliminar estatuas, sacar banderas… pero me pregunto si eso eliminará el racismo. ¿Dirigir la mirada al pasado e intentar eliminar lo que representaba conductas racistas nos ayuda a arrancar de raíz el racismo hoy? Creo que un cambio de corazón debería ser nuestro objetivo. “Reforma” quiere decir cambio de pensamiento, de conductas, de corazón. Podría significar volver a enseñar valores humanos, volver a recalcar la dignidad de cada persona. Esto sí que tendría consecuencias
importantes en la economía, en la política y en los servicios sociales. Si en lugar de sólo sacar una estatua enseñáramos sobre la maldad que se hizo y juntos reconociéramos que estaba mal, ¿acaso ese reconocimiento no llevaría a una mayor comprensión de que todos somos iguales? ¿No es por esto que lucharon tantas personas retratadas en esas estatuas y cuadros? El racismo acecha en el corazón de las personas, pero la forma de eliminarlo es una acción personal. Podemos hacer el esfuerzo de creer firmemente que la persona que está junto a nosotros es tan preciosa como lo es uno. Yo, siendo negro, creo firmemente que las vidas de las personas negras importan. Enfrentar cada día nuevo es una demostración de esto que creo. Después de años de estar involucrado en diversos esfuerzos por construir la unidad, trabajando por la paz y la justicia, ayudando a educar a quienes sabían menos que yo, de apoyo y ayuda a personas adultas a proseguir con su educación, de dar es-
peranza a quienes ya no la tienen y de promover la autoestima, mi vida cambió. Conocí y trabajé con personas de distintas razas, religiones y culturas. La diversidad de cualidades humanas y de rasgos heroicos que vi en los demás, por momentos me hicieron sentir inepto. Me preguntaba si podía convertirme en personas como ellos. Pero, con el transcurso del tiempo, comprendí todo lo que poseo, los dones que Dios me ha regalado, y así fue con muchas de esas personas que admiraba, que no eran afroamericanas, que me mostraban la gran idea de amar a la otra cultura como si fuera la propia. Y ahí me di cuenta. Se me abrieron los ojos. La diferencia de color y raza no era importante. La clase social, el nivel económico desaparecieron. Todo aquél que estuviera frente a mí era un don, una fuente de cosas buenas. Luego intenté tratar a todos como tales. La vida se llenó de tesoros. Había consumado el cambio, que había comenzado dentro de mí. No estoy seguro de que a los 15 años, cuando estaba lleno de miedo y la rabia me cerraba la garganta mientras me trataban como basura, yo pensara que cada uno de esos estudiantes era igual a mí. Pero después de todas las experiencias de vida que tuve a lo largo del camino, hoy en verdad lo diría. Y vivo en base a esta convicción. De verdad creo que cada persona, sin importar el color de piel, es un don para mí, una riqueza, precisamente porque Dios la hizo. Y espero que esa persona pueda decir lo mismo de mí. Si cada uno hiciera eso, no habría racismo. Terminar con la injusticia comienza conmigo, con nosotros. Hace poco Jesús Morán, copresidente del Movimiento de los Focolares, dijo que el discernimiento sincero comienza con la “auto acusación”: ¿qué es necesario cambiar en mí? ¿Cuál es la conversión a la que estoy llamado? Este parece el sendero correcto. *El autor es codirector de la ciudadela Mariápolis Luminosa y del Centro para la Juventud de Norte América, perteneciente a los Focolares. Ciudad nueva - Setiembre 2020
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Entrevista
Vivir con ELA Silvano Malini
“Soy libre de amar” A los 57 años, en la cúspide de su carrera ejecutiva y en un espléndido momento de su vida, el diagnóstico de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) cae como una sentencia inapelable en la vida de Francesco Sala. Como él mismo diría, su vida cambia, pero al mismo tiempo, no cambia nada
Es impactante la actividad que puede hacer un hombre “postrado” en la cama, con la movilidad limitada al uso de los ojos y de unos poquísimos músculos faciales más. Con los ojos, Francesco lee, escribe y “habla” a través de la voz algo metálica de una computadora adaptada. De esta manera, mantiene el contacto con una gran cantidad de personas a las que inspira con sus reflexiones profundas, a menudo enraizadas en el Evangelio. A pedido de unas cuantas de ellas, escribió un libro, que se titula como esta entrevista (Sono Libero di Amare. La mia vida con la SLA) . Y que comienza con esta anotación de su diario, fechada 13 de junio de 2016: “El informe que el médico me entrega certifica sin lugar a dudas que mi patología es la esclerosis lateral amiotrófica (en italiano, SLA). La asistente que está a su lado dirige una mirada hacia mí y hacia Paola, en silencio. Guardo el sobre y nos saludamos con un apretón de manos. Salimos del consultorio cerrando lentamente la puerta detrás de nosotros. Caminamos por el pasillo del área de neurología
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del Hospital Bellaria de Bolonia. Llegué hace tan sólo un semana, con una agenda tupida de controles, análisis, consultas, resonancias con equipos de última generación. Nos dirigimos al estacionamiento. Me apoyo en el brazo de Paola. O quizás nos sostenemos uno al otro. Una punzada de dolor enlentece nuestros pasos. Entramos al auto. Ella va a conducir. Nos miramos, perdidos. ¿Por qué justo a mí, a nosotros? -pienso-. Una vez en la autopista, el auto corre, como las lágrimas por nuestros rostros. “Dios nos abrirá un camino”. Los kilómetros pasan lentos. Esa punzada deja paso, poco a poco, a una sensación de inesperada serenidad. Tomando el último tramo, antes de doblar hacia nuestra casa, se asoma un pensamiento: esa sigla que continúo repitiéndome -SLA- no me hará prisionero, no logrará privarme de la libertad más grande. Porque yo “soy libre de amar””. -Cuando percibías que a tu salud le pasaba algo raro, ¿esperabas que se tratara de algo grave? El hecho de caerme cada vez que al-
guien me rozaba y que, por momentos, mi voz bajara de tono repentinamente -como cuando tenés laringitis (con el tiempo iba sucediendo con cada vez mayor frecuencia, y no me permitía hablar)- fueron los síntomas evidentes de que tenía algún problema de salud serio. Mi médica decide entonces hacer una resonancia magnética cerebral. Mientras tanto, sigo trabajando, pero con un cansancio que nunca antes había sentido tan fuerte. Navegando por la web, encuentro que mis síntomas pueden sugerir una enfermedad neurodegenerativa. Me viene cierta preocupación, como es normal. Pienso: “¿Será verdad?”. Pero son momentos. La invitación de Chiara Lubich “vive con perfección el momento presente y estarás en Dios eternamente” me ayuda a borrar todas las preocupaciones. Continúo mi vida diaria, dejando atrás toda preocupación. Organizo un colectivo para llevar a mis clientes a una reunión con normalidad, etc. -¿Cómo hiciste para no “rebelarte” o “victimizarte? Ante un diagnóstico tan duro como el tuyo, hay quienes pierden todo interés en seguir viviendo, por ejemplo. Vos tomaste otro camino. Te diste cuenta de que vos seguías siendo vos, aún con limitaciones cada vez más serias en la movilidad, y que eras y sos “libre de amar”... Cuando me diagnosticaron ELA, espontáneamente me pregunté: “¿Por qué me sucede justo a mí?”. Es la primera pregunta que se hace cada hombre o mujer que recibe el diagnóstico de una enfermedad que, con el tiempo, incapacita tan severamente. Es como si de repente se abrieran ante tus
ojos miles de incógnitas, que te bloquean y te ponen de espaldas en la pared. Como si cayera un telón que separa el antes y el después. Y es precisamente este “antes y después” lo que quise contar en el libro. Pero no como un corte neto, sino como parte de un único plan de amor de Dios para mí. Escribo en el libro: “Nada ha cambiado, y nada yo cambiaría”. Lo reafirmo, porque soy el mismo Francesco de siempre, inmensamente amado por Él. Esta es mi verdadera identidad. En los días siguientes a ese 13 de junio en que recibí la noticia de que se trataba de ELA, las palabras de san Pablo me volvieron a la mente: “Estamos atribulados, pero no abatidos; turbados, pero no desesperados…”. Así me sentía. Así nos sentíamos, con mi esposa Paola. Con esa frase hacía eco en mi corazón el grito de un hombre que era Dios, y
que había sido colgado en una cruz. En el apogeo de una serie de humillaciones en el cuerpo y en el alma, con una voz desgarradora, gritó: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” (Evangelio de Mateo 27, 46). Este porqué continúa sucediendo desde hace dos mil años. Es el grito de toda la humanidad que no encuentra un sentido en el dolor, en el abandono, en la soledad, en los dolores físicos y espirituales. En ese porqué hoy encuentra sentido también mi dolor. -Encontrar un sentido a la vida, incluso en los momentos más difíciles, no se improvisa. ¿Qué les dirías a quienes están bien y no se preguntan qué sentido tiene su vida? ¿Y a los que se sienten mal “por dentro” justamente porque no lo encuentran? La ELA, como cualquier enfermedad
incapacitante, puede llevarte a un túnel sin luz, donde no se ve la salida. Cuando estamos bien, cuando tenemos salud, no pensamos en la posibilidad de que también a nosotros puede suceder enfermarnos. El enfermo, generalmente, es diferente de nosotros. Yo no soy la ELA, soy Francesco. No me puedo mover, pero mi identidad es la misma. Continúo la vida que siempre he vivido, puedo comunicarme. Mi voz es la voz metálica del sintetizador, pero el oído y la vista son más que suficientes para escuchar a todos, con las ansiedades y dolores de cada día. Mis días están llenos, no tengo suficiente tiempo para hacer todo lo que quiero: estudio, leo, escribo, respondo mensajes en las redes sociales. Finalmente, contento con que su vivencia pueda llegar a lectores de Uruguay y de Paraguay -y más allá-, Francesco quiso saludarlos especialmente. “Queridos lectores de Ciudad nueva -y especialmente me dirijo a los más jóvenes- me gustaría recordarles las palabras de san Juan Pablo II: “Tomen su vida en sus manos, y conviértanla en una obra maestra. El futuro comienza hoy, no mañana”. Las enfermedades raras existen, y la ELA se encuentra entre ellas. Pero cada persona es verdaderamente única, y puede hacer una obra maestra de su vida. Y esto vale realmente para todos”. Los escritos de Francesco Sala se pueden leer, en italiano, en blogsonolibero.com
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Otra mirada Iglesia / Academia / Relaciones Internacionales ______________________________________________________
Grupo de Trabajo interdisciplinar para el pospandemia Desde fines de marzo, por pedido del Papa Francisco, el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en colaboración con otros dicasterios y con otros organismos eclesiales, activó una task force (“equipo de trabajo ad hoc”) para analizar y proponer criterios y acciones ante la crisis del Covid-19 y para afrontar los desafíos socioeconómicos del pospandemia.
Dicha comisión interdisciplinaria está coordinada por el sacerdote argentino Augusto Zampini, Secretario Adjunto del Dicasterio, y trabaja organizada en cinco grupos, con sendos objetivos: escuchar y apoyar a las Iglesias locales en sus iniciativas caritativas; reflexionar e investigar sobre la sociedad y el mundo posterior a la pandemia, en particular en lo referente a
medioambiente, economía, trabajo, salud, política, comunicación y seguridad; apoyar al trabajo de la Santa Sede en sus actividades con los países y los organismos internacionales en la resolución de la crisis, y ocuparse de la financiación de las acciones y proyectos de investigación, análisis y comunicación.
Medioambiente / Paraguay _______________________________________
Bolsas plásticas con los meses contados El Poder Ejecutivo emitió un decreto que prorroga para todo el sector comercial la posibilidad de repartir bolsas de polietileno hasta el próximo 31 de diciembre. A partir del 1° de enero de 2021, dichas bolsas de un solo uso deberán ser remplazadas por bolsas reutilizables certificadas por el Instituto Nacional de Tecnología, Normalización y Metrología INTN. La decisión fue tomada después de evaluar que existe un riesgo de que el cambio de hábito en el manejo de supermercados y comercios genere un mayor contagio del
Gebé y Doblevé
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coronavirus. El Ministerio de Industria y Comercio y el Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, en sus dictámenes técnicos recomendaron mantener el uso de las bolsas de polietileno al menos hasta fin de año, atendiendo que las mismas son de fácil desinfección, existen protocolos para su manejo y el hábito está incorporado en la ciudadanía, mientras que la introducción de bolsas reutilizables a los establecimientos sin su desinfección adecuada constituye un riesgo.
A partir del primer día del año que viene quedan entonces prohibidas las clásicas bolsas plásticas, tan dañidas para el medioambiente, y el mismo día se comenzará la fiscalización del cumplimiento de la normativa.
Solidaridad / Brasil ���������������������������������������������
Sin Tierra solidarios Las comunidades necesitadas de todo Brasil tuvieron problemas para comprar alimentos básicos, como arroz y porotos, debido a la suba de precios por la gran demanda que se dio durante la pandemia de coronavirus. Con el afán de ayudar, el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) se ha organizado para donar arroz, porotos y productos hortícolas orgánicos en los esta-
dos de Rio Grande do Sul -donde se lleva a cabo la producción- y San Pablo. “Hay muchas personas que buscan ayudar a los más necesitados para aliviar la crisis. Nuestras cooperativas han recibido muchas solicitudes de donaciones de alimentos y ha sido necesario organizar este proceso para servir a la mayor cantidad de personas posible”, dijo a la revista Globo Ru-
ral, Milton Fornazieri, coordinador de producción del MST.
Mario Iasevoli
Nuestros niños
“Yo creo en ti” Más pequeños son los niños, más colocan sus requerimientos y necesidades en manos de los adultos. Tales necesidades varían según la edad y las etapas de desarrollo, y se relacionan tanto a aspectos afectivos como a los que se refieren a la comprensión del mundo, que es para ellos una realidad toda por descubrir. En la dimensión del cuidado, nosotros los educadores representamos un puerto seguro, del que pueden zarpar para conocer el mundo y al que pueden anclar en los momentos de cansancio, sufrimiento o desorientación. Somos la guía por la cual ellos buscan comprender lo que sucede dentro y alrededor de ellos, la mano firme que los acompaña y los sostiene en las experiencias nuevas hacia las que se lanzan con incertidumbre y entusiasmo, el muro contra el que chocan para experimentar el límite y definir la propia identidad y la propia autonomía de pensamiento y de acción. Podríamos decir que, de alguna manera, los niños nos ven en términos absolutos: para ellos, somos la realidad, la ley, la verdad, el camino a seguir y en el cual inspirarse. Nuestro punto de vista sobre ellos y su mundo tiene un gran valor para ellos, y esto implica una gran responsabilidad. Jamás debemos traicionar su confianza. Sería sumamente grave. No sólo debilitaría la relación con ellos, sino que también podría tener un impacto nega-
tivo en su crecimiento, porque, además de confiar en nosotros, de alguna manera ellos se entregan a nuestro cuidado. Tendríamos que preservar siempre nuestra relación con ellos, jamás ponerla en discusión, para que siga siendo un cobijo envolvente, cálido, seguro, tranquilizador y libre, donde puedan sertirse plenamente a gusto y aceptados por lo que son toda vez que quieran volver a él. Este espacio posee un valor educativo que no se limita a la infancia, sino que permanece en todas las edades. Para que puedan comenzar a construir su propio camino, desde pequeños los niños precisan modelos a seguir, ejemplos a su alcance, pero también adultos que no los sustituyan a ellos. La potencia de la confianza radica en la experiencia de sentir que alguien cree plenamente en ellos, sin juicios. El papel de padres, docentes, entrenadores deportivos y catequistas es ciertamente desafiante, con retos que vienen frecuentemente acompañados por preocupaciones que a veces nos llevan a limitar inconcientemente las experiencias de los niños, por un engañoso instinto de protección. Nuestra tarea no es preparar el camino para nuestros hijos, sino prepararlos a ellos para el ca-
mino que elegirán tomar. No es nuestra función definir cuál camino es el mejor, sino acompañarlos en el que sienten como propio. Para caminar junto a ellos debemos tener autoridad (no autoritarismo), credibilidad y coherencia. Al mismo tiempo, es importante construir una relación personalizada, franca, honesta, sincera, abierta al perdón y disponible para recomenzar. El diálogo y la conversación franca son oportunidades educativas que podemos cultivar desde la infancia. El poeta y escritor libanés Kahlil Gibran decía: “Ustedes son el arco del que sus hijos salen disparados como flechas vivas hacia adelante. […] Déjense tender con alegría por las manos del Arquero, porque Él ama en igual medida a las flechas que vuelan y al arco que permanece firme”. Nuestra relación con los niños es la primera vía educativa. Sólo si les damos confianza, ellos podrán tenerla en ellos mismos.
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Mundo
Brasil / 1 Maria Clara Lucchetti Bingemer (desde Brasil)*
Una angustiante crisis múltiple Con una superficie comparable a la de un continente, una economía que fue la más pujante de América Latina, Brasil se encuentra en una situación penosa, bajo el látigo de una crisis sanitaria, económica y política de grandes proporciones
Brasil ocupa el segundo lugar mundial en casos de contagiados y de muertes por Covid-19. El sistema de salud ha colapsado en muchas ciudades. Lo más grave es que, en esta situación, el presidente siembra confusión y desorientación. Jair Bolsonaro boicotea sistemáticamente las orientaciones del Ministerio de Salud, tales como la cuarentena, el aislamiento social, las medidas de higiene, los barbijos, etcétera. Mientras la población intenta, como puede, cumplir con la cuarentena, el presidente se dedica a hablar en contra de ella. Suele ser fotografiado sin mascarilla, provocando aglomeraciones por donde pasa. Además, desde el principio de la irrupción del coronavirus, Bolsonaro desatendió y hasta desmintió los diagnósticos y las evaluaciones de los profe-
sionales de la salud y de los científicos. Por su cuenta, dispuso que los militares fabricaran miles de comprimidos de hidroxicloroquina y sostuvo ante la prensa que era el tratamiento más adecuado para el virus. Y lo sigue afirmando, a pesar de que estudios lo rechazan. En plena pandemia, con la curva de casos en alza, Brasil no tenía ministro de Salud. El primero, Luis Henrique Mandetta, un médico respetado que tomaba decisiones según las orientaciones de la OMS y de los especialistas, como no decía lo que deseaba el Presidente, fue exonerado. Algo parecido sucedió con el segundo, el oncólogo Nelson Teich, que estuvo menos de un mes en su puesto. Ahora ocupa el Ministerio un militar que no es médico, nombrado interinamente. A diferencia de sus predecesores, no da informes diarios sobre la
Felipe Campos Melo
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situación. Recientemente declaró que no aceptará los números de las Secretarías de Salud de los Estados, divulgando sus propios números cuando los otros le parezcan exagerados. Los analistas sospechan que el gobierno quiere “maquillar” las cifras para decirle al pueblo que no estamos tan mal, sobre todo en el número de muertes. Frente a la falta de transparencia, se coordinó una comunidad entre los grandes diarios que recibe los datos de las secretarias estaduales y los publica. Además, el Supremo Tribunal Federal tiene que intervenir casi todos los días para contrarrestar los conflictos y problemas provocados por el mandatario y sus ministros. Mientras tanto, la pandemia crece especialmente entre los más vulnerables: los habitantes de las comunidades periféricas y favelas, donde el cumplimiento del aislamiento social y las condiciones sanitarias son difíciles, por no decir imposibles.
Alan Santos
La crisis sanitaria en Brasil no tiene ninguna perspectiva de mejorar en el corto plazo. Sobre todo porque el presidente, acompañado ahora por algunos gobernadores y alcaldes, presiona e insiste, como lo ha hecho desde el inicio de la pandemia, para que abran los comercios y toda la actividad laboral. Y aquí es donde la crisis sanitaria se cruza estrechamente con la económica. La economía Como en todos los países, aquí también el estancamiento de las actividades ha provocado graves impactos económicos. Se calcula que el PIB disminuirá 8 % este año. Y en el horizonte, la recuperación no se verá en breve. El mayor impacto se advierte entre los trabajadores autónomos informales, que viven de lo que perciben con su actividad día tras día, sin salario ni otra garantía. También los pequeños empresarios sufren seriamente la crisis. Muchas
pequeñas y medianas empresas han tenido que cerrar sus puertas o resolver despidos masivos, dejando a miles de personas en el desamparo económico. El gobierno creó un “auxilio de emergencia” de 600 reales (aproximadamente 120 dólares), divididos en dos desembolsos de 300. Sin embargo, la iniciativa puso de manifiesto la impresionante desigualdad social que reina en el país. Muchas de las personas que requerían el beneficio no pudieron recibirlo por las más diversas razones. Una de ellas es carecer de partida de nacimiento, sin la cual “no existen” para el gobierno, son invisibles desde el punto de vista civil. Otros intentan indefinidamente concretar la solicitud por celular sin éxito, por las numerosas dificultades que presenta el sistema. Mientras tanto, hijos de la clase media que no lo necesitan, misteriosamente lo han recibido. Es un monto considerable, que en lugar de ir a manos de los necesitados termina en las de jóvenes que tienen familia,
bienes y medios para vivir. Esto se debe, según trascendió, a errores en los registros, por lo que quien debería recibir la ayuda no la recibe, y sí lo hace quien no la necesita. Por otro lado, todos los estados de la federación en los que abrieron los comercios y las actividades laborales han sufrido un rebrote de los contagios. Muchos se han visto obligados a volver al lockdown. Sin embargo, las principales ciudades, como San Pablo y Río de Janeiro, están abriendo sus locales comerciales... Se espera un grave rebrote en esas ciudades, que tienen índices alarmantes de contagio y hospitales públicos casi colapsados. Frente a este panorama, el gobierno presenta los hechos con una actitud maniquea y dualista que opone salud y economía. Se dice en los discursos oficiales que hay que abrir la actividad para no castigar más a la economía. Se defiende un aislamiento “vertical” que consiste en enviar a la calle a los jóvenes en edad laboral y dejar en casa a los adultos mayores, que constituyen el mayor grupo de riesgo. No advierten que aquellos que salen a trabajar, al volver a sus casas contagiarán a todos los que viven con ellos. Los contagios y la mortalidad volverán a subir. Es un falso dilema el de salud y economía. La vida tiene que ser la prioridad máxima; sin vida no hay economía. De lo contrario sucede lo que está pasando en Brasil: la ceguera que envía considerables segmentos de la población literalmente hacia la enfermedad y en muchos casos hacia la muerte. Cuando consultan al presidente acerca de cómo se siente ante el número de muertes, responde con expresiones como: “¿Y qué? Es la vida. Soy Mesías (se llama Jair Messias Bolsonaro) pero no hago milagros”. O también: “¿Qué puedo hacer? No soy sepulturero”. No hay palabras de empatía y compasión hacia las familias que han perdido a sus seres queridos sin ni siquiera poder despedirse y enterrarlos dignamente. Y la profunda crisis política actual no fue totalmente provocada por la pandemia, pero indudablemente la ha agudizado, como veremos en la entrega conclusiva, en el próximo número de Ciudad nueva. Ciudad nueva - Setiembre 2020
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Zona de diálogo
Capítulo 33
Algunas maneras de iluminar la “noche del diálogo” Esta vez conoceremos los primeros pasos de Antonella en el diálogo con personas de diversas convicciones: cómo vivió el llamado de Chiara y cómo experimenta la alegría de su adhesión total y desinteresada. “He respondido —cuenta Antonella— desde el inicio a la invitación de Chiara, que con mucha apertura invitaba a las personas no creyentes a dialogar con el Movimiento de los Focolares fundado por ella. Como no creyente, he adherido a esta invitación. Me había impactado su afirmación de que la unidad en el Movimiento no podía decirse completa si no comprendía también a las personas que no tienen una fe religiosa”. “Y era para mí una especie de desafío: la propuesta de relación que se me proponía era aparentemente simple pero en realidad rica de complejidades y muy fascinante. Era la primera vez que se me pedía de dialogar, de formar parte, de entrar en contacto con una dimensión religiosa, con la dimensión católica, sin tener que perder o poner en discusión mi identidad de persona no creyente, en ausencia total de cualquier intento de proselitismo”. “Podía ser como soy, no se me pedía de cambiar, no se me ponían condiciones. En Milán, había participado en la ‘cátedra de los no creyentes’ que tenía el Cardenal Martini. Luego, de a poco, a través de algunas personas del Movimiento, supe de la preparación de un congreso y de la posibilidad, por tanto, de un encuentro entre personas que no tenían una fe religiosa”.
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El eminente filósofo ateo, Massimo Cacciari, y el Card. Carlo M. Martini con dos políticos en una de las “Cátedras de los no creyentes” promovida por el entonces arzobispo de Milán.
“Me acuerdo que fui a Castel Gandolfo, encontré a los responsables del centro del Diálogo. Almorzábamos juntos de manera muy simple. Habíamos empezado a conocernos, buscando comprender qué valores humanos y éticos podían ser compartidos”. “Esta experiencia continuó en el grupo de diálogo que se formó en Milán y se extendió a otras personas en toda Italia, en Europa y en otras partes del mundo. La apuesta era encontrarse para ver si personas de convicciones, clases sociales, creencias políticas y religiosas diferentes podían tener valores comunes. Valores referidos a la persona, que pudieran ser compartidos por todos más allá de la fe, de la historia personal o de la procedencia cultural de cada uno.” “Chiara nos invitaba a estar presentes en el seno del Movimiento, en diálogo, para volver evidente la dimensión huma-
na, experimentando la parte más material y concreta de la persona. Porque explicaba que los focolarinos, viviendo en una dimensión espiritual, una dimensión casi angelical, miraban al cielo y podían olvidar la tierra. Esta propuesta suya hizo nacer en mí la necesidad de una presencia activa en el núcleo del diálogo entre personas no creyentes.” “Hemos cultivado, a través de los años, la relación tanto entre nosotros del grupo como con todo el Movimiento. Esto se ha concretizado en acciones prácticas y tangibles de solidaridad y ayuda en las situaciones que se iban presentando, en las cuales las personas volcaban sus necesidades por razones muy diversas. Personas creyentes y no creyentes se han unido y han actuado juntas en diferentes ámbitos sociales, sin la necesidad de tener que declarar de antemano una pertenencia”. (continúa)
Cultura de la unidad
Claves para la convivencia / 26 Jesús Morán
Amar a los jóvenes de verdad Hace unos meses, el Papa Francisco lanzó la iniciativa de un Pacto educativo global, que tendrá como evento central un encuentro en Roma. El Papa convoca a todos los que están sinceramente preocupados por el actual desbande en la transmisión de valores auténticos y humanizantes. Un desbande que lleva a las nuevas generaciones al desamparo, a ser fáciles presas de poderes que los manipulan “a piacere”. Decía que Francisco convoca a “todos”; porque, en efecto, el evento no está dirigido sólo a los católicos o a los creyentes en Dios, sino a todas las personas que trabajan para lograr cambios culturales, con una mirada privilegiada para los jóvenes. La cita podría tener la envergadura de ese recordado encuentro de Asís de hace 27 años, cuando Juan Pablo II emitió un sentido llamado a la paz, junto a todos los principales jefes mundiales de las grandes religiones. La emergencia educativa que vivimos hoy, en esta sociedad de des-conocimiento -como alguien la definió- es evidente, y sus efectos están a la vista. Precisamos de verdad una alianza educativa mundial y global, que abra nuevos horizontes con criterios y valores compartibles por todos. Hablo de valores vinculados sobre todo, al cuidado de la persona y de la naturaleza. Hablamos pues de una ecología integral y no reduccionista, real y no ideológica. Hay quien desea que volvamos a dar valor al concepto de “sabiduría” presente en todas las culturas, para emprender con determinación una inversión de marcha que no regrese al pasado, sino que conduzca al futuro. A propósito de futuro, quiero subrayar una idea esencial. Con frecuencia, cuando nos dirigimos a los jóvenes, hablamos de ellos como si ellos fueran “nuestro” futuro. Incluso en el campo
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educativo, nuestras consideraciones revelan esta visión, aunque sea en forma inconsciente. En definitiva, la referencia somos siempre nosotros los adultos. Entonces me pregunto: ¿de verdad nos interesan los jóvenes? ¿No será que continuamos pensando el mundo como propiedad nuestra e instrumentalizamos a las nuevas generaciones en base a nuestros intereses, por buenos que sean? Como dice el autor Alberto Rossetti en su espléndido libro I giovani non sono una minaccia (“Los jóvenes no son una amenaza”, en una traducción libre. Città Nuova, 2019), los jóvenes no son nuestro futuro sino, en todo caso, “su” futuro. Me encantaría equivocarme, pero, lamentablemente temo que en muchos de nuestros desvelos, también en el campo de la pedagogía, falta un verdadero amor a los jóvenes. Los observamos a la distancia, sin una real empatía, sin sintonizar con sus sufrimientos y suspensiones; sustancialmente, sin
comprenderlos. Nos molestan cuando no aceptan nuestras ideas o propuestas para ellos. No nos damos cuenta de que el problema no es el bien que proponemos, sino que no partimos de las verdaderas preguntas de ellos acerca del sentido. Amar a los jóvenes es hoy el desafío fundamental. No tengo empacho en decir que se trata de la dimensión más profunda del amor, que tenemos que poner en práctica. Vale la pena que nos gastemos radicalmente por ellos, que estemos dispuestos a perder nuestras visiones, a menudo demasiado “correctas”. Ellos nos sorprenderán con su pureza, generosidad y apertura. El Pacto educativo global promovido por el Papa Francisco tendrá éxito si desde ahora establecemos una alianza generacional centrada en el amor. La primera responsabilidad de su realización –no caben dudas– es la de los adultos. Ciudad nueva - Setiembre 2020
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Palabra de Vida
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“Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante”
(Lucas 6,38)
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“Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón para escucharlo…” (Lucas 6, 17- 18). Así introduce el evangelista Lucas el largo discurso de Jesús que proclama las bienaventuranzas, las exigencias del Reino de Dios y las promesas del Padre a sus hijos. Jesús anuncia libremente su mensaje a hombres y mujeres de distintos pueblos y culturas que han acudido a escucharlo; es un mensaje universal, dirigido a todos y que todos pueden acoger para realizarse como personas, creadas por Dios Amor a su imagen. Jesús revela la novedad del Evangelio: el Padre ama a cada uno de sus hijos personalmente, con un amor “desbordante”, y le da la capacidad de expandir el corazón hacia los hermanos, cada vez
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con mayor generosidad. Son palabras acuciantes y exigentes. Se trata de dar de lo nuestro bienes materiales, pero también acogida, misericordia, perdón. Con generosidad, a imitación de Dios. La imagen de la recompensa abundante vertida en el regazo nos da a entender que la medida del amor de Dios para con nosotros es desmedida, y que sus promesas se realizan por encima de nuestras expectativas, a la vez que nos libera de la ansiedad de nuestros cálculos y plazos y de la desilusión de no recibir de los demás según nuestra medida. A propósito de esta invitación de Jesús, Chiara Lubich escribió: “¿Nunca te ha pasado, al recibir un regalo de un amigo, que también tú has sentido la necesidad de hacerle otro…? […] Si te sucede así a ti, imagínate a Dios, a Dios, que es Amor. Él recompensa siempre
cada regalo que hacemos a nuestro prójimo en su nombre. […] Dios no se comporta así para enriquecerte o para enriquecernos. […] Lo hace porque cuanto más tenemos, más podemos dar; para que –como verdaderos administradores de los bienes de Dios– hagamos circular todas las cosas en la comunidad que nos rodea […]. Ciertamente, Jesús pensaba en primer lugar en la recompensa que tendremos en el Paraíso, pero todo lo que sucede en esta tierra es ya preludio y garantía de ello”1. Y ¿qué sucedería si nos comprometiésemos a practicar este amor juntos, con muchos otros hombres y mujeres? Ciertamente daría origen a una revolución social. Cuenta Jesús, de España: “Mi mujer y yo trabajamos en consultoría y formación. Nos apasionaron los principios de la Economía de Comunión y quisimos aprender a mirar al otro: a los empleados, considerando los sueldos y las alternativas al despido; a los proveedores, respetando los precios y los pagos; a la competencia, con cursos organizados en conjunto y ofreciendo nuestra experiencia; a los clientes, aconsejándoles en conciencia aun a costa de nuestro propio interés. La confianza que se generó nos salvó cuando llegó la crisis de 2008. Más tarde, a través de una ONG, conocimos a un docente en Costa de Marfil que quería mejorar las condiciones de vida en su pueblo mediante una sala de maternidad. Estudiamos el proyecto y le dimos la cantidad de dinero necesaria. No lo podía creer. Tuve que explicarle que eran los beneficios de la empresa. Actualmente la sala de maternidad Fraternidad, construida por musulmanes y cristianos, es símbolo de la convivencia. En los últimos años los beneficios de nuestra empresa se han multiplicado por diez”. Letizia Magri 1
C. Lubich, Palabra de vida, junio 1978.
Palabra vivida
“Ya no somos cinco en casa, sino once...” Somos Alex Ynoquio y Fátima Neyra, de Talara (Perú), y actualmente vivimos en Sechura por motivos laborales. Tenemos tres hijos. Paralelo a mi trabajo en una empresa, nuestra familia incursionó en un nuevo negocio de comida rápida que empezó en agosto del 2019. Estuvimos en búsqueda de una persona que nos ayudara con la venta y preparación de los productos, lo cual nos fue un poco dificultoso, pero unos amigos me contactaron con una persona que en su tierra (Venezuela) se dedicaba a ese rubro y conversamos con él, llegamos a buen acuerdo y empezamos el negocio. Él se llama Neyker. Hemos vivido muchas experiencia en nuestro negocio, y gracias a su buena actitud hemos sabido superar airosos muchos inconvenientes. Neyker Chacón vive con su esposa, dos niños, su suegra y su cuñado. Alquilaba una casa, pero luego tuvieron que desalojar y se quedaron sin techo. Era febrero de este año. Nosotros decidimos acogerlos en nuestro hogar, dado que Neyker formaba parte de nuestro negocio y, por ende, también -consideramosforma parte de nuestra familia, y no era noble dejarlo en esa situación, La esposa de Neyker vende donas, su cuñado trabajaba en una empresa exportadora y la suegra apoya en el hogar cuidando a los niños. Viven del trabajo cotidiano. El 16 de marzo se decretó en Perú el estado de emergencia por la pandemia. Por ende, todos los trabajos y algunos negocios se paralizaron. Yo había dejado de trabajar desde de 3 de febrero, fecha en la que se culminó el proyecto, y vivía por el momento de mi liquidación y de nuestro negocio de comida al paso, negocio que por la crisis que vivimos no pudimos continuar.
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La situación se agravó para la familia de Neyker, pues al igual que yo ya trabajaba en la empresa y no tenía ingresos. Se nos complicó la situación en casa, pues ya no éramos cinco, sino que, con ellos, éramos 11. Con algunos ahorros hemos podido superar y seguimos superando esta crisis que nos tiene atados de manos, pero más me conforta que esta familia de hermanos venezolanos, trabajadores y con ganas de salir adelante, no están desamparados en estos tiempos de crisis, sin trabajo y lejos de su patria. No puedo dejar de mencionar que también recibimos apoyo de un amigo, que en varias oportunidades nos ha proveído de pescados. Mi papá y mi suegra también nos han apoyado con algún dinero, y he cobrado algunos trabajos realizados desde casa, con mi computadora
(procedimientos y herramientas de gestión) que me solicitan algunas empresas. Se trata de “buscar el Reino de Dios y su Justicia”, y “todo lo demás” nos será “dado por añadidura”, como dice el Evangelio. Viviéndolo, vemos que, aunque pareciera que no hubiera una luz en el fondo del túnel, sí la hay. La crisis no termina, estamos en un proceso de convivencia con esta pandemia en que la vida depende de uno, pues nosotros seremos los únicos responsables de cuidarnos y protegernos con todas las medidas que ya sabemos, y vemos muchas necesidades en este Perú. Si alguien acoge en sus vidas a personas que necesitan apoyo, entiende cómo vivir siempre en comunión con Cristo crucificado y resucitado. Familia Ynoquio Neyra (Perú)
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Especial
Centenario Chiara Lubich 1920-2020 Antonio Coccoluto
Otra clase de revolución El nacimiento y los primeros pasos del Movimiento Gen, la “casa” de los jóvenes que desean renovarse y renovar la sociedad con el Amor cristiano En una época de gran ebullición juvenil en varios países occidentales, el Concilio Vaticano II termina, en 1965, en medio de esperanzas de cambios rápidos y temores de una “traición” a una tradición milenaria. A nivel internacional, los bloques rivales (OTAN y Pacto de Varsovia) se enfrentan en la carrera al Espacio y en la “guerra fría”, mientras las armas nucleares se propagan (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, China e Israel). La guerra de Vietnam alcanza su punto culminante. Enfermedades y carestías en algunas zonas del mundo, como África, recién salida del dominio colonial, provocan grandes desplazamientos de personas. En el horizonte, aparecen los síntomas de un terremoto en los valores: el Mayo Francés. En este contexto, el Movimiento de
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los Focolares muestra una vitalidad sorprendente. Chiara Lubich manifiesta su visión profética y su talento fundacional en el dar vida en breve tiempo a una realidad internacional: el Movimiento Gen (“Generación Nueva”). Ya en las primeras Mariápolis de verano en las montañas del Trentino, se habían formado grupos jóvenes que querían vivir el carisma de los Focolares. Pero recién en la segunda mitad de los años sesenta nace una realidad nueva que marcará el desarrollo del Movimiento. Luigino De Zottis, uno de los protagonistas de ese momento, relata: “En el verano de 1965, en la Feria de Milán montamos un stand de Cittá Nuova (la revista italiana del Movimiento). Fue la oportunidad de adentrarse en el clima cultural y juvenil de esos años turbulentos. Muchos visitaron el stand,
incluso algunos allegados del famoso cantante Adriano Celentano y de la banda rock Dick Dick. Fue fundamental para captar el clima que vivía el mundo juvenil. Para ello, junto con Pino Quartana “nos lanzamos en la refriega”. Recuerdo las tardes en el Club Piper (una discoteca), donde actuaron Patty Pravo, Lucio Dalla y Jimi Hendrix, y los domingos en el estadio de San Siro. En octubre de 1966, Chiara habló del tipo de revolución que los jóvenes que seguían a Jesús podían hacer: la del amor que cambia a las personas e incluso las estructuras. Llevaba un espléndido abrigo de color violeta que le había regalado una amiga. Decidimos lanzar una producción la pañuelos de ese color, como señal de adhesión a la propuesta de Chiara. Era una cuestión simbólica, pero que para nosotros era importante. En la siguiente Mariápolis de Varese, en 1967, de repente cientos de jóvenes y adolescentes con pañuelos de color violeta invadieron la sala y se precipitaron en el escenario gritando: “¡Esto es una ocupación!”. Traten de imaginar la escena, en el contexto de aquellos años en los que se ocupaban fábricas y escuelas. En ese período yo había creado una relación profunda con muchos jóvenes que, sin embargo, no tenían ningún interés en las formas clásicas de asociación. Por lo cual también el Movimiento, con sus encuentros, canciones y lenguaje, resultaba inadecuado, “estrecho” cuando no sofocante. Sin embargo, esos chicos y chicas se sentían atraídos por el carisma de Chiara. Pensábamos que para cambiar el mundo “sólo” tendríamos que ser como ella: vivir el Evangelio en serio. Los jóvenes se entusiasmaron. Fue así que
en otoño, dadas las experiencias que nacían en muchas partes, Chiara dijo que había llegado el momento de dar espacio a los jóvenes del Movimiento. Unos meses antes ya había entregado las famosas baterías a las nacientes bandas musicales Gen Rosso y Gen Verde, mientras comenzaba la publicación de la revista Gen. Chiara comprendía que detrás de esa efervescencia había un plan de Dios bien preciso. Así escribía el 3 de febrero de 1968: “Los Gen no deben sentirse los ‘elegidos’, porque nosotros somos un movimiento nacido justamente para impregnar la masa y no para distinguirnos como los monjes. Distinguirnos es a menudo un testimonio cristiano, pero no es nuestra vocación; de ninguno del movimiento”. Sí, explicaría más tarde, tenían que vivir “contra la corriente” testimoniando su opción cristiana cuando otros jóvenes les propusieran comportamientos no acordes con la “revolución cristiana”. Dos meses después, el 12 de abril de 1968, explicaba: “¿Qué es el Movimiento Gen? Es la nueva generación del Movimiento de los Focolares. […] Ustedes son nosotros cuando éramos jóvenes. […] En ese entonces ni yo ni mis compañeras conocíamos nuestra vocación. […] Sólo queríamos tener a Dios como nuestro Ideal. Ahora han pasado 25 años […] y me doy cuenta de que ustedes tienen gracias especiales que no encuentro en otros: verdaderamente estamos asistiendo a un nuevo florecimiento”. En ese momento, la Operación África fue confiada a los Gen. Había nacido para apoyar el rescate sanitario de una numerosa tribu de Camerún condenada a la extinción por una enfermedad y la ausencia de posibilidades de cura. Chiara explicaba, de hecho, que
no sólo es necesario salvar vidas humanas o hacer obras de caridad y voluntariado, sino también desarrollar estructuras como un hospital, una escuela, una carpintería, un molino y una pequeña central hidroeléctrica, para apuntar al verdadero desarrollo de la población bangwa, afligida por una elevadísima mortalidad infantil. Al mismo tiempo, para encontrar un equilibrio entre la inmersión en lo social y la búsqueda de una fuerte dimensión interior, Silvana Veronesi y Peppuccio Zanghì (entre los primeros compañeros de Chiara) profundizaban con los Gen el aspecto espiritual y cultural. Luigino De Zottis concluye: “En ese período, Chiara insistía mucho en el crecimiento humano de los jóvenes.
Un día le pregunté: ‘Pero ¿qué debemos hacer los adultos con ellos?’. Y ella me respondió: ‘Ustedes de la primera generación deben ser para ellos ángeles custodios, que sufren con ellos, se regocijan con ellos, pero luego… ¡desaparecen! Porque deben ser ellos los que hagan todo y sean protagonistas’”. En 1970, también nacieron los Gen 3: un movimiento para chicos de entre 8 y 17 años, y, dos años después, los Gen 4: niños de 4 a 8 años que viven el “arte de amar” del Evangelio. Con los años, miles de jóvenes, niños y adolescentes de todos los continentes y de toda condición eligieron −y eligen− vivir como Gen, para ser “hombres nuevos” que construyen “sociedades nuevas”, renovadas por el Amor.
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Testimonios
Economía de Comunión Carolina Carbonell
Las personas en el centro, hasta que se haga cultura “Encerrados pero no quietos” fue el lema de la primera estimuladora charla debate convocada por la Economía de Comunión de Argentina, en la que participaron también empresarios de Paraguay, Uruguay y otros países de la región
Cien personas de Argentina, México, Costa Rica, Colombia, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay participaron en la primera charla a distancia organizada por el grupo impulsor de la Economía de Comunión (EdC) de Argentina. Comenzó Jorge Demagistri, empresario tucumano: “Como algunos saben, me dedico a la construcción, y tengo un numeroso grupo de operarios por jornal. Son 67. La economía de los obreros de la construcción es del día a día (les pagamos todos los fines de semana) y, en cierta manera, la economía de nuestra empresa es también del día a día, aunque siempre con algunas reservas -pero escasas, por como venimos en ventas en los últimos tiempos-. El miércoles previo a la declaración del aislamiento obligatorio, convocamos una reunión con todos para concientizar e incrementar las medidas de higiene para cuidarnos entre todos. Les comenté que no tenía en claro qué hacer respecto a la posi-
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bilidad de cerrar las obras porque por un lado estaba la prevención y por otro lado la economía, para poder pagar todos los jornales. El jueves a la mañana nuevamente nos encontramos para comentarles la posibilidad de la inminente cuarentena social total y que ante este escenario debía extremar el cuidado de lo que cobren pues la situación financiera estaba complicada. En paralelo fueron muy intensas las gestiones de ventas. Una persona que llegó imprevistamente porque nos encontró por Google (llegó sin referencias), luego de una consulta que realizó el miércoles, se decidió de inmediato y el jueves a la tarde ya estábamos firmando el contrato por una inversión y además nos entregó un importante anticipo en pesos. Volviendo a casa en la noche, y luego de escuchar el mensaje del presidente, me vino muy de adentro que haber logrado esta venta impensada (por lo rápida y concreta) era la respuesta para que por lo
menos estas 67 familias no se vieran afectadas en sus economías, ante la imposibilidad de ganar su jornal diario. En la misma noche decidí con los jefes de obra el cierre, que se pagaría la semana completa, incluyendo el viernes no trabajado y que con lo percibido por la venta alcanzaría para sostener también los jornales de todo el receso. La alegría y emoción de mis hijos y mi esposa por lo sucedido y decidido fueron la percepción concretísima y muy rápida de la reciprocidad”. Aldo y Claudia Calliera son propietarios de “El Alba”, empresa de EdC dedicada a la actividad agropecuaria, localizada en Santiago del Estero, en el norte de Argentina. Estaban atravesando el verano más seco de los últimos 25 años, la falta de agua les hizo buscar alternativas para cuidar el ganado generando mayores costos, y por si faltaba algo, llega la pandemia. Obviamente, la tentación es cortar el hilo por la parte más débil: despidiendo personal, pero deciden que sería la última de las alternativas. Desde que se declaró el aislamiento obligatorio, y teniendo la posibilidad de no trabajar y cobrar igual, todos los empleados siguen yendo al campo. No ha faltado ninguno e incluso le han pedido a Aldo que vaya menos, así se cuida. Sin duda que las relaciones construidas, los bienes relacionales, son un capital que se va acumulando y que en circunstancias como éstas, sobre todo, aparecen sus frutos e impactos. Cuenta Aldo: “Veo que la EdC no es
un camino para empresarios ‘exitosos’. Veo también que la empresa debe pasar por la experiencia del ‘abandono’ si quiere ser fuente de vida para una nueva economía. A nivel personal creo que el precio de la libertad es no-tener, es decir dar, dar hasta que ese dar se haga cultura”. Fueron varias las preguntas y no logramos charlar sobre todas, pero hay una que nos llevó a una reflexión más profunda y que es sobre la relación del empresario con las ganancias. Lucas Longhi comenzó leyendo uno de los comentarios de un participante, Gonzalo Perrín, un joven empresario de la EdC que escribió por el chat habilitado: “Todos los empresarios quieren generar ganancias. Si no, no son empresarios. El tema es generar las ganancias sin descuidar a las personas, y que el trabajo sea uno de los vínculos donde podemos desarrollarnos todos juntos como personas”. A continuación leyó una pregunta de Patricio Cossio, economista: “¿Qué le dirían a un empresario/emprendedor que quiera pasar de un modelo de negocios centrado exclusivamente en las ganancias a uno que se centre en las personas?”. Para finalizar llegó la reflexión de Aldo: “Tenemos que hacer un ejercicio de ir más a fondo con este tema. Lo voy a intentar expresar con un ejemplo muy práctico de la biología que hoy lo estamos viendo en las noticias, desgraciadamente. El sistema respiratorio del
cuerpo humano permite la vida de la persona. La rentabilidad en la empresa es como el sistema respiratorio para las personas. No existe una empresa si no es rentable, por lo que procurar la rentabilidad de la empresa es fundamental y, en algunos momentos de la empresa, necesitamos meterle respirador y focalizarnos exclusivamente en que sobreviva, en que respire, en generar la ganancia necesaria para poder seguir adelante. Ahora bien, imagínense la vida de ustedes si tuvieran que focalizarse únicamente en respirar (desgraciadamente hoy hay muchísima gente enferma por este virus que tiene que concentrarse solamente en respirar y su vida depende de poder respirar una y otra vez, hasta que salga). Si hoy alguien me dijera que mi vida de ahora en adelante solo va a ser dedicarme a respirar, yo sinceramente elegiría no vivir. Si ahora alguien me dijera que mi vida como empresario de hoy en adelante va a ser dedicarme exclusivamente a procurar rentabilidad, elegiría no ser empresario. Elegiría que me pagaran un sueldo
por trabajar de algo; en qué sentido, en que si todo va bien, a fin de cada mes tengo mi sueldo. Existen muchos empresarios (no sé si son mayoría) que se pasan toda la vida únicamente preocupados en cómo hacer para ganar más, y en muchos casos no importan los medios para ganar más. Ahora -pobre vidase dedican solo a respirar, no viven. Entonces, ¿qué le diría yo a un empresario que no quiere solo respirar? Que pruebe dando. Recuerdo como si fuera hoy la primera vez que hice la experiencia de dar, y que me costó dar. La alegría y la libertad que sentí solamente la he vuelto a experimentar dando de nuevo. Termina siendo como una buena droga, porque necesitás seguir dando para volver a experimentar lo mismo, que le da sentido a la vida, te ubica en el planeta y además mejorás todo tu entorno, realmente empezás a vivir con todo tu ser, con todo tu cuerpo, no solamente con el sistema respiratorio. Ahora el sistema respiratorio es fundamental, claramente”. La comunión nos ayudó y nos ayuda a seguir creyendo.
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Vida sana
Educación y relaciones Manuela Torres*
Disciplina Positiva: educar con amor “Crianza consciente” o “crianza respetuosa” son otros nombres que recibe la Disciplina Positiva, una herramienta de crianza promovida por Jane Nelsen y Lyn Lott, fundamentada en principios de la psicología adleriana, la cual nos ofrece una perspectiva sobre el comportamiento infantil diferente a la tradicional. La mala conducta de los niños que observamos normalmente cambia bajo la mirada de la Disciplina Positiva, pues aquí comprendemos que los comportamientos inadecuados corresponden a la necesidad oculta del ser humano -en este caso de los niños- de sentirse reconocidos, pertenecientes e importantes en su contexto familiar. Esta necesidad insatisfecha se disfraza de “mala conducta” y, al no ser conscientes de ella, los niños actúan intentado recomponer este deseo de ser incluidos. El estilo de crianza en el que se enmarca la Disciplina Positiva es respetuoso, y sus pilares son la amabilidad y la firmeza. Otros estilos de crianza como el permisivo o el autoritario tien-
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den a los extremos. Sin embargo, el estilo respetuoso combina la firmeza y la amabilidad, lo que se podría comparar con el hecho de respirar y exhalar, acciones que se convierten naturales con ejercicio y persistencia. La persistencia y la constancia en la práctica de la firmeza y de la amabilidad se da por los fabulosos resultados que se observan en los hijos al educar de esta manera, pues este estilo fomenta en ellos una sana autoestima, una comunicación asertiva, habilidades para la vida y un enfoque en soluciones donde los errores se convierten en oportunidades para aprender. Aquí es importante resaltar la relación que se establece entre los padres y los hijos, pues fruto de ella los niños y adolescentes generan una conexión emocional que permite corregir desde el respeto. Muchas herramientas brinda este estilo de crianza. Algunas de ellas, desde la comunicación, por medio de preguntas abiertas que favorecen el diálogo y fortalecen la relación entre padres e hijos.
Y también desde la regulación emocional, validando las emociones y reconociendo al otro por lo que siente. Cada una de estas herramientas tienen una única esencia: fortalecer el sentido de pertenencia, pues solo cuando los niños se sienten parte de la familia, están alentados y motivados y mejoran su conducta.
La crianza consciente es un método cada día más implementado por parte de padres jóvenes quienes, haciendo una reflexión más consciente y responsable sobre su propia crianza, encuentran en la disciplina positiva la respuesta para educar mejor mediante la conexión y el respeto hacia sus hijos.
Quienes la practicamos damos fe de disfrutar de una forma más amena nuestra maternidad-paternidad y alentamos a otros padres a descubrir esta nueva clave para educar desde el amor. *La autora, colombiana, es psicóloga especializada en Disciplina Positiva.
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Arte & Espectáculo
por Claudio Larrique
Cine �������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Mi hermano persigue dinosaurios (Mio fratello rincorre i dinosauri), EspañaItalia, 2019. Comedia dramática. Dirección: Stefano Cipriani. Con Alessandro Gassman, Isabella Ragonese, Rossy de Palma y Francesco Gheghi. 1h 49’ Esta luminosa coproducción española-italiana es el debut del joven director italiano Stefano Cipani, que ya ha sido justamente reconocido en los Premios del Cine Europeo (sección Audiencia joven) y en los prestigiosos David de Donatello (A la juventud).
El largometraje, en formato de comedia, está basado en hechos reales, a partir del best-seller del mismo título, escrito por Giacomo Mazzariol y editado por Penguin Random House. Mi hermano persigue dinosaurios sigue los pasos de Jack, de cinco años, con dos hermanas mayores, a quien le encantan las tortugas Ninja. Sus padres le acaban de dar la mejor noticia: va a tener un hermanito. Pero, además, va a ser “especial”. “Mi hermano tiene súper poderes”, afirma. Sin embargo, con el paso de los años, Jack comienza a sentirse defraudado. Su hermano Gio (Giovanni) no es un superhéroe, la realidad es que ha nacido con síndrome de Down. La adolescencia le hace
dinosaurios en la segunda película italiana más vista de 2019. Alegre y conmovedora, esta historia es de las pocas que hace que uno salga del cine transformado, convertido en mejor persona. Stefano Cipani mantiene el equilibrio entre comedia y drama con brillantez, puesto que da salida a temas farragosos, relacionados con la imperfección, la discapacidad y la diversidad, a menudo injustamente maltratados por el séptimo arte. Sin embargo, el tono de esta historia comparte en gran medida los ingredientes comunes con la premiada película de Javier Fesser, Campeones, lo cual no quita que Mi hermano persigue dinosaurios deje también espacio para las cuestiones menos edificantes del ser humano. Son las que se sintetizan
tener incluso algo de vergüenza, pero la verdad sale a la luz: Gio no sólo tiene súper poderes sino que además es su mejor e incondicional amigo. Dentro de cada persona hay un mundo único. También en Giovanni. Al éxito literario se suma el éxito de taquilla en Italia, que ha convertido a Mi hermano persigue
en la suma de errores y, en consecuencia, incluya aspectos sobre la debilidad del ser humano que, por otro lado, son una oportunidad para el desarrollo de la madurez y el crecimiento personal. Nos hallamos ante una muy buena historia con muy buen acabado en todos los aspectos. No se la pierdan. José Luis Panero (Excelente)
Música ����������������������������������������������������������������������������������������������������������
Homegrown
Thanks for the dance
Neil Young / Silver Bow – Reprise / grabado en 1975 y publicado en 2020 Oculto por décadas en un cajón, ve por fin la luz esta joya de uno de los padres de la canción de autor de la west coast, el canadiense Neil Young (1945). Basta una escucha para volver a encontrarse con las atmósferas rústicas y soñadoras del country rock de la época dorada. Franz Coriasco (Imperdible para fanáticos del género)
Leonard Cohen / Sony Music / 2019 (póstumo) A distancia de tres años de su muerte, salió este álbum póstumo del gran Leonard Cohen. Una obra de extraordinaria belleza, a cargo y al cuidado de su hijo Adam, con la contribución de invitados de gran clase. Seis meses antes de morir, Leonard pidió a Adam que terminara unos bocetos que quedaron inconclusos después de la edición de You Want It Darker, la última fatiga del músico canadiense premio Príncipe de Asturias de las Letras 2011. Acerca de esta tarea, Adam, quien convocó a algunos de los colaboradores del padre y trabajó en un garaje cerca de la antigua casa paterna, comentó a un periodista: “Si hubiéramos tenido más tiempo y [Leonard] hubiera estado mejor de salud, lo habríamos terminado. Tuvimos conversaciones sobre qué
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instrumentación y qué sentimientos quería que evocara el trabajo completado. Lamentablemente, se dio que tuviera que completarlos sin él”. El resultado es un disco de baladas sombrías y envolventes cuya majestuosa gracia renueva la falta que sentimos por la pérdida de un maestro incomparable. F. C. (Excelente)
Serie Netflix �����������������������������������������������������������������������������������������������������
El último baile (The Last Dance), Estados Unidos, 2020. Documental - Biográfica. Dirección: Jason Hehir. Con Michael Jordan, Scottie Pippen, Dennis Rodman y otros. 10 episódios de 50’. +16 años Las series documentales deportivas que se multiplican por las plataformas de streaming, y todavía más en tiempos de cuarentena, alcanzaron un excelente nivel con ésta. Si bien la mayoría de ellas opta por registros benevolentes en referencia a su objeto de interés, muchas veces bordeando una solapada finalidad publicitaria, El último baile no tiene empacho en lidiar con todas las polémicas y las contradicciones contenidas en su trama. La serie presenta la trayectoria del mayor astro de básquet de la historia: Michael Jordan. El corte no es el de un cine biografía convencional. Su punto de partida es la última temporada (199798) de Chicago Bulls guiado por el entrenador Phil Jackson, que culminó con el sexto título del equipo en la NBA y segundo tricampeonato. A partir de allí, el director Jason Hehir construye una narrativa que “va y viene” en el tiempo, mezclando las confrontaciones épicas con los bastidores del equipo y pasajes relevantes del pasado de Jordan: la infancia, la familia, la facultad, el debut en la NBA (1984), su paso por el baseball (1994). Otros personajes centrales en la historia ganan protagonismo, como Scottie Pippen, Dennis Rodman y, por supuesto, Jackson. En primer plano está lo obvio y necesario: el deportista Michael Jordan. Alguien que elevó el
básquet a un nivel jamás alcanzado, sólo comparable a genios de otras disciplinas como Pelé en el fútbol y Roger Federer en el tenis. En segundo plano, y tan o más interesante que el primero, es investigar la personalidad y la formación de una figura tan especial. Y es por este prisma que esta serie se muestra tan robusta. Tenemos el privilegio de entender los mecanismos psicológicos y comportamentales que llevaron a Jordan tan lejos. Su nivel de competitividad era tan extremado que toda la dinámica de su vida, no sólo el tiempo que pasaba en la cancha, era dominada por eso. Pero hay mucho más. La serie aborda otros aspectos fascinantes, como la relación entre lo individual y lo colectivo, el papel de un liderazgo casi tiránico (sí, Michael era extremadamente exigente con sus compañeros), la fama/idolatría, la relación no siempre amistosa con la prensa,
la explotación de Jordan como marca comercial (¿qué sería de Nike sin él?) y la falta de compromiso político/racial de la estrella. Todo regado con un conjunto extraordinario de testimonios (incluyendo los de los expresidentes Barack Obama y Bill Clinton) y de imágenes de la época. Jason Hehir tuvo a su disposición más de 500 horas de grabaciones de bastidores de la temporada 97-98, bautizada “El último baile”. El último baile muestra, de manera soberbia, que es preciso avanzar: no es el autor que precisa sobresalir, sino la historia retratada -en su complejo mosaico de versiones. No es necesario ser fan de Jordan ni del básquet para apreciar la serie, que representa una clase acerca de cómo hacer documentales, sobre el cine, sobre el periodismo y sobre el audiovisual. Emanuel Bomfim (Brillante)
Señalamos Ángeles o robots
Gracias por llegar tarde
La interioridad humana en la sociedad híper tecnológica. Este libro del catalán Jordi Pigem es una reflexión alrededor de la encíclica del Papa Francisco, Laudato Si´que llama a mirar la realidad con sinceridad. Editorial Fragmenta.
Esta obra de Thomas Friedman, editada por Deusto, describe cómo la tecnología, la globalización y el cambio climático van a transformar el mundo los próximos años..
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Página treinta
Focolares Lucia Abignente
Una noche terrible y luminosa “Y llegó la noche. Terrible como sólo sabe quien la prueba. […] me quitó la vitalidad física y espiritual. Me faltó la salud (de la manera más terrible y cruda) y me faltó la paz, es decir: Dios”: Así escribía Chiara Lubich el 18 de marzo de 1952. Después de algunas acusaciones acerca del Movimiento que había recibido, en los primeros meses de 1948, el arzobispo de Trento, Carlo de Ferrari, había abierto un sumario diocesano, que concluyó positivamente. Sin embargo, algunas personas habían informado de ello al Santo Oficio, en el Vaticano. Comenzó así un largo tiempo de estudio (hasta 1964) por parte de la Iglesia. El Santo Oficio interrogó varias veces a Chiara, quien tenía que mantenerlo en secreto. Un día, le informan que, con toda probabilidad, se le pedirá alejarse del Movimiento que fundó. “La cruz fue pesada, y lo sigue siendo. En estos días comprendí a Jesús, que cayó bajo el peso de la cruz. No obstante, monseñor, soy feliz”, escribe a De Ferrari el 5 de enero de 1951, y continúa: “Jesús me dio la gracia de estar dispuesta a aceptar cualquier decisión de la Iglesia. […] Soy feliz, monseñor, de poder donar a Dios todo lo que él hizo por medio de mí en el campo sobrenatural. Y le aseguro que, suceda lo que suceda, usted sabrá que siempre seré fiel a mi Jesús Abandonado y muy obediente a la Iglesia”. En los primeros meses de 1951 la Iglesia ordena a algunos religiosos no mantener relaciones con los Focolares. También a Igino Giordani, algunos altos eclesiásticos le aconsejan disociarse del Movimiento. La atención del Santo Oficio estaba puesta en la persona y en el papel de Chiara, que era una joven mujer que guiaba una realidad multiforme, que incluía a sacerdotes y religiosos. El 8 de febrero de 1952 llega la decisión: “El Movimiento no será conducido por Chiara
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Lubich”, escribe en forma reservada un sacerdote a mons. De Ferrari, comunicando una indicación del Santo Oficio. Al día siguiente, Chiara redacta una carta en la que renuncia a la presidencia, quedando como “simple focolarina”, y confía al sacerdote que le había comunicado la noticia: “Estoy muy contenta, padre, de poder ofrecer esta pequeña contribución para la realización del testamento de Jesús: ‘Que todos sean uno’”. En su lugar, se designa a una de sus primeras compañeras, Giosi Guella. “Una muerte de amor”, define Chiara al paso que se le pide. En la lógica evangélica del grano de trigo que, muriendo, trae fruto, ese tiempo de gracia resulta fecundo. El fuego del carisma se propaga y traspasa los confines de Italia. Nacen nuevas vocaciones. En noviembre 1953, asistiendo a la consagración de un grupo de focolarinas y focolarinos, Igino Giordani expresa una gran admiración hacia la vocación a la virginidad. Tanto que suscita en Chiara una intuición que fue la semilla de una nueva vocación, abriendo la puerta del focolar a los casados. “Quizás por la humildad de Foco” (Giordani), relata Chiara, “recuerdo que dije: Pero, Foco: en realidad, ¿a ti qué te falta? […] Jesús Abandonado lo es todo para ti, estás vacío de ti y lleno de Dios; si estás lleno de Dios, eres caridad viva; si eres caridad viva, Dios vive en ti: ¿quién es más virgen que tú?”. Y hace a Foco una proposición: “¿Por qué no depositas en el altar también tu consagración a Jesús Aban-
donado, al Amor, y de este modo te votas a nuestro Ideal tú también?”. Y Foco se consagra a Dios como el primer focolarino casado. Es un momento de alegría y de luz, bendecido por el padre Giovanni Battista Tomasi, el experimentado padre estigmatino que desde 1949 mons. De Ferrari había querido que acompañara a Chiara en el exigente camino hacia la aprobación por parte del Vaticano. La salud del religioso empeora poco tiempo después, y es la misma Chiara quien le comunica que se acerca el momento del “último viaje”, que acontece el 2 de enero de 1954. Pocos meses después, el 4 de abril, en Trento, mons. De Ferrari ordena sacerdote a Pasquale Foresi. Mientras tanto, el estudio de parte de la Iglesia continúa. Por circunstancias personales de los sacerdotes que lo coordinan, el tiempo se dilata… Hasta el 23 de marzo de 1962, día de la primera aprobación pontificia.
Un hecho en fotos
CSC Audiovisivi-Domenico Salmaso
La exposición dedicada a Chiara Lubich en Trento, su ciudad natal, en Italia, se puede ahora visitar a distancia, de manera virtual, con traducción en castellano de la documentación escrita y de las explicaciones, a través de la web mostre.legallerietrento.it/chiaralubich La muestra “Chiara Lubich – Ciudad - Mundo” está montada en el centro de exposiciones “Le Gallerie”, que quedó cerrado un tiempo debido a la pandemia. La organización decidió recientemente prolongar la exhibición hasta principios de 2021. La misma forma parte de los eventos vinculados al centenario del nacimiento de Chiara Lubich, que tiene por lema “Celebrar para encontrar”. De hecho, el itinerario que atraviesa la historia, la vida, las realizaciones de la fundadora de los Focolares, ofrece a quien lo recorre la oportunidad de “encontrarse” con ella, por medio de escritos y dibujos autógrafos, de material fotográfico, audiovisual y reconstrucciones de ambientes de la época.