COFA, Convivencia Pesquera; mayo 2013

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Desarrollo de la 4ta. reunión del Comité Científico Asesor (CCA) de la Comisión Interamericanadel Atún Tropical (CIAT) IV Reunión del Comité reunión del Comité Científico Asesor (CCA) de la Comisión Interamericanadel Atún Tropical (CIAT) La Pesquería de Atún en Venezuela: Altibajos de una larga historia de cuatro décadas MAYO 2013

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CONTENIDO

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CONSEJO DIRECTIVO Presidente: Roberto Ortisi

Presentación Juan José Cárdenas

Vicepresidente: Doménico Pinto Directores: Manuel de La Iglesia José María Bengoa Salvatore Natoli Gentile

Fracesco G. Solari Giuseppe Spinalli

Director Ejecutivo: Carlos E. Giménez B. MIEMBROS HONORARIOS Kaldone Nweihed Pedro Pablo Aguilar PERSONAL TÉCNICO Alvin Delgado Manuel Correia Rubén Baloa Juan José Cárdenas COLABORADORES Freddy Arocha César Paz Jeremy Mendoza José Alió

Ana Carolina Peralta Patricia Miloslavich Luis Marcano Eduardo Klein

BOLETÍN “COFA Convivencia Pesquera” Marzo 2013 ISNN: 1317-1232 Director: Carlos E. Giménez B. Av. Rómulo Gallegos entre Calle El Carmen y Guanchez, Torre Capital, PB, Local N°02. Los Dos Caminos. TLF: +58 (212) 232.43.10 CORREO: jjcardenas@fundatun.org - pepecard@gmail.com DiSEÑO GR ÁFICO: Fabiana Antonioli Carrasquero Martinova Javornik Ayllón CORREO: esadvertising@eventosport.com FUNDATÚN Fundación para la Pesca y Sostenida y Responsable de Túnidos. Av. Francisco de Miranda, Multicentro Empresarial del Este, Torre Miranda, Núcleo A, piso 10, Oficina 103-A. Chacao 1060, Caracas - Venezuela. TLF: +58 (212) 267.66.66 FAX: +58 (212) 267.00.86 WEB: www.fundatun.org CORREO: administracion@fundatun.org FUNDATÚN CUMANÁ Programa Nacional de Observadores de Venezuela - PNOV. Urb. El Dique, Av. Principal, Edif. San Pablo, PH. Cumaná, Estado Sucre - Venezuela. TELEFAX: +58 (293) 433.04.31 CORREO: fundatunpnov@cantv.net

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Desarrollo de la 4ta. reunión del Comité Científico Asesor (CCA) de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) Manuel Correia

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IV Reunión del Comité reunión del Comité Científico Asesor (CCA) de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) Alvin Delgado M.

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La Pesquería de Atún en Venezuela: Altibajos de una larga historia de cuatro décadas Carlos E. Giménez B.

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Pescando la Noticia


Presentación En este boletín COFA, Convivencia Pesquera, correspondiente al mes de mayo de 2013, no encontraremos otra cosa que atún… atún y más atún. Y es que recientemente tuvieron lugar las sesiones de la Cuarta Reunión del Comité Científico Asesor de la Comisión Interamericana del Atún Tropical, de las cuales se desprenden los contenidos que proponen nuestros articulistas y algunas de sus reflexiones que tienen que ver con la viabilidad a futuro de Venezuela como país atunero. Alvin Delgado, en su reporte de las resultas de esta Reunión, hace especial énfasis en el hecho de que los modelos y las cifras entregadas por los científicos sugieren que los Rendimientos Máximos Sostenibles para las tres especies relevantes para nuestras pesquerías (aleta amarilla, ojo gordo y barrilete) están cercanos o ya alcanzaron los niveles topes recomendados, además de su posición sobre la necesidad de que haya correspondencia entre el aumento de capacidad y del número de días de veda, mejoras en los descartes de juveniles capturados sobre plantados y, en general de que es imposible sustraerse de poner mayor tono precautelar en el diseño de las regulaciones que adopta la Comisión. A propósito del manejo multilateral de estos recursos pesqueros, Carlos Giménez hace un resumen histórico de las cuatro décadas en las que Venezuela se ha desarrollado y se ha crecido como país atunero, y ha sabido combinar y conciliar para

bien, los intereses nacionales con las normas y acuerdos internacionales, a través de la implementación de políticas ad hoc diseñadas por equipos técnicos nuestros que, a lo largo de los años, en medio de altos y bajos, han logrado hacer prevalecer nuestro papel de primer nivel como país atunero a escala planetaria. Giménez hace hincapié en la responsabilidad que tenemos de mantener nuestra presencia activa en las deliberaciones de las Comisiones de las que nuestro país hace parte. Como ejemplo, el autor nos deja una tarea pendiente sobre la cual tienen que insistir nuestras delegaciones en las próximas discusiones y es que, por ejemplo, la pesca de juveniles de atún en las costas occidentales tropicales de África, comprometen las capturas de estos peces en las costas de Venezuela, en su pasaje migratorio hacia el Golfo de México. Nuestro deseo de que este nuevo boletín de COFA, Convivencia Pesquera, contribuya a poner nuevamente de relieve el tema atunero en vísperas de las próximas internacionales en agenda (p.e. ICCAT Ciudad del Cabo, en noviembre de este año) y la conformación de equipos nacionales multiinstitucionales para la mejor representación del país y para la mejor delineación de políticas nacionales de promoción de esta pesquería y su larga cadena de valor asociada.

Juan José Cárdenas


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DESARROLLO DE LA 4ta. REUNIÓN DEL COMITÉ CIENTÍFICO ASESOR (CCA) DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DEL ATÚN TROPICAL (CIAT)

La Jolla, California, EE.UU.; 29/04 – 03/05 de 2013 Manuel Correia

2. Consideración de la agenda El Dr. Compeán repasó la agenda provisional. Resaltó que este año hay un día adicional para la reunión del CCA. Se aprovechará para la realización de presentaciones breves en el punto 16, en la sesión “Otros Asuntos”. La agenda fue aprobada sin cambios adicionales.

3. La pesquería en 2012 (del documento SAC-04-03) Se presentó una revisión de la información sobre la pesquería atunera en el Océano Pacífico Oriental (OPO) en 2012. Se comentaron las estadísticas de captura de atunes: capturas totales, por especie y por bandera del barco, distribución de las capturas cerqueras de los atunes aleta amarilla, barrilete, y patudo, y la composición por talla de las tres especies en la captura. Las capturas de aleta amarilla, barrilete, patudo, y atún aleta azul del Pacífico con red de cerco, caña, línea y equipo de recreo en 2012 de 537.000 toneladas métricas se revelaron en un 25% menos que el récord de capturas en 2003, y alrededor de 16.000 t. por debajo del promedio de 15 años de las capturas (fig 1).

Figura 1. Serie histórica de capturas de aleta amarilla (YFT), barrilete (SKJ), patudo (BET), y atún aleta azul del Pacífico (PBF) con red de cerco, caña, línea y equipo de recreo de 1983 a 20.

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1. Bienvenida, presentaciones, arreglos para la reunión La reunión fue llamada al orden el 29 de abril de 2013 a las 9:00 AM, por el Presidente, Dr. Guillermo Compeán, Director de la CIAT, quien dio las gracias a los asistentes por su asistencia. El Comité Científico Asesor es establecido por la Convención de Antigua, art. XI, párrafo 7, y está integrado por un representante designado por cada miembro de la Comisión. Sin embargo, para esta reunión no se contó con el quórum requerido de dos tercios de los miembros, puesto que sólo 12 miembros de los 14 requeridos fueron registrados y el encuentro procedió como reunión informal por invitación del Director. Las recomendaciones de los asistentes serán remitidas a la Comisión a través del Director. Además, debido a la falta de consenso correspondiente, los informes reflejarán las opiniones tanto de la mayoría como de la minoría.


A R T ÍCU LO De las 549 mil t. de atunes y bonitos capturadas en 2012, 42% fue capturado por buques ecuatorianos, y 23% por buques mexicanos. Otros países con capturas importantes de atunes y bonitos en el OPO incluyen Panamá (9%), Venezuela (8%), y Colombia (7%), (fig 2).

Figura 2. Serie histórica de capturas de aleta amarilla (YFT), barrilete (SKJ), patudo (BET), y atún aleta azul del Pacífico (PBF) con red de cerco, caña, línea y equipo de recreo.

Recomendaciones del personal de la CIAT para la conservación de los atunes y tiburones en el OPO, 2013. La resolución C-12-01 de la CIAT sobre la conservación, en su párrafo 13, requiere que el personal científico de la CIAT proponga, en caso necesario, medidas apropiadas para aplicar en años posteriores. En la reunión del Comité Científico Asesor, en abril-mayo de 2013, el personal presentó sus recomendaciones para la conservación de los atunes, así como del tiburón sedoso (resoluciones C-05-03 y C-11-10): Atunes El personal recomienda que se mantenga la resolución C-12-01 en 2013 y que sea extendida a 2014. Además, recomienda que se extienda el requisito de informes mensuales de capturas palangreras en la resolución C-12-01 (párrafo 11) para incluir las capturas palangreras de aleta amarilla. Solicitan que todos

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los CPC, con capturas anuales de aleta amarilla de más de 500 toneladas métricas, deberán proporcionar dichos informes al Director. Otras recomendaciones del personal se basan en su evaluación del atún patudo (documento SAC-04-05a), llevada a cabo en 2013. Se tiene planeada para 2014 una evaluación completa similar a la del aleta amarilla; el documento SAC-0404b es una actualización de la evaluación de 2012. En el caso del patudo, la conclusión del personal a partir de la evaluación del presente año, es que la mortalidad por pesca (F) es ligeramente inferior a mortalidad por pesca que producirá el rendimiento máximo sostenible (F RMS), según la estimación derivada de la relación que establece que un multiplicador de F de 1.0 significa que Factual = F RMS ; si es menos de 1.0, la mortalidad por pesca es excesiva (Factual > F RMS), siendo la mortalidad por pesca actual (Factual), la mortalidad por pesca promedio de los tres años más recientes, 2009-2011.


El nivel correspondiente al rendimiento máximo sostenible (RMS), tal como indica la estimación puntual del caso base del multiplicador de F de 1.05 (ver documento SAC-04-05a), y las medidas establecidas en la resolución C-12-01, han logrado el efecto deseado de reducir la mortalidad por pesca del patudo a un nivel que no excede el RMS. Sin embargo, existe un solapamiento considerable del multiplicador F objetivo de 1.0 y los intervalos de confianza de 95% del multiplicador de F de 1.05, lo cual indica que la información que apoya la conclusión que la mortalidad por pesca se encuentra por debajo del nivel de F RMS no es definitiva. No obstante, el personal considera que los resultados apoyan la continuación de la resolución C-12-01. Otro factor que apoya esto es la evaluación del aleta amarilla, que concluye con la estimación puntual del caso base del multiplicador de F igual a 1.01 (ver documento SAC-04-04b). Por su parte, el volumen de bodega viene aumentando desde mayo de 2011, cuando era 208.100 m3 después de un año de aparente tendencia descendente. En junio aumentó a 211.231 m3 y a 213,008 m3 para finales de ese mismo año. Luego, en mayo de 2012, la capacidad ya se había elevado a 214.422 m3. Ya para abril, la capacidad de la flota de cerco que opera en el OPO es 214.979 m3 de volumen de bodega. De esta realidad se deriva entonces que no puede operar una reducción de la duración de las vedas, dado el incremento continuado de la capacidad total de la flota.

Foto: www.ecoestrecho.com

Puntos de referencia Como medida provisional, el personal recomienda que la Comisión adopte los siguientes puntos de referencia objetivo y límite, aprobados por la Comisión del Atún del Océano Índico (CTOI). Recordando que la F RMS es la tasa de mortalidad por pesca correspondiente al rendimiento máximo sostenible; y BRMS es la biomasa reproductora correspondiente al rendimiento máximo sostenible:

Regla de control de explotación El personal ha recomendado reiteradamente la regla de control de explotación según la cual, si la mortalidad por pesca excede el nivel correspondiente al RMS, se reduzca a dicho nivel. El personal insiste en esta recomendación a fin de que la Comisión adopte esta regla.

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A R T ÍCU LO Conservación del tiburón sedoso En 2012, se intentó una evaluación de la población del tiburón sedoso (Carcarhinus falciformis) en el OPO para el periodo de 1993 a 2010, con base en la información acumulada hasta ese momento. Los conocimientos incompletos de la captura total en el OPO constituyen un problema, particularmente para el periodo inicial de la evaluación (años 1990 y principios de los 2000). Desde 2009, el personal de la CIAT y de los programas nacionales de observadores, científicos de países miembros, organizaciones no gubernamentales, y colaboradores de la industria han trabajado juntos para acumular, procesar, y analizar datos de esta especie. Aunque no se pudo llevar a cabo una evaluación formal del tiburón sedoso, existe suficiente información para formar las bases de recomendaciones de ordenación precautoria. Así, se observa que la mortalidad por pesca del tiburón sedoso ha disminuido desde 2004, debido al efecto indirecto de las medidas de conservación de atunes de la CIAT, a las restricciones de la mutilación de tiburones (corte de aletas y desecho del resto del animal) en Centroamérica y a medidas adoptadas internamente por algunos países, como Venezuela, así como el incremento del precio del combustible que ha influenciado en una reducción del esfuerzo de los palangreros atuneros de la zona. Sin embargo, informaciones recientes sobre las tasas de captura cerquera (fig 3) y la distribución de las capturas en el OPO (fig 4) no revelan una recuperación de la población en 2011-2012, predicha por los trabajos de evaluación de la población. Basado en la historia de vida, la genética y la información oceanográfica, parece que hay dos poblaciones, al norte y al sur del ecuador, con la excepción de los animales ubicados cerca de la costa de América del Sur, pero al sur del ecuador está más estrechamente relacionado con la población septentrional (fig 4). El personal científico considera lo anterior suficiente para justificar la recomendación de las siguientes medidas precautorias para el tiburón sedoso en el OPO: a. Extender la resolución C-11-10 sobre el tiburón punta blanca oceánico, para incluir el tiburón sedoso, pero aplicable a los buques de cerco solamente. b. Exigir que todos los buques, excepto los cerqueros, liberen todo tiburón sedoso capturado en pesquerías no dirigidas a esta especie en cuanto sea observado en la red, en un anzuelo, o en cubierta, para mejorar su probabilidad de sobrevivir. c. Los buques palangreros que pescan tiburones en el COFA

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Fotos: www.wetpixel.com


OPO, definidos como aquellos cuyas capturas de tiburones en un viaje dado superen el 50% de su captura total, no deberán incrementar el esfuerzo de pesca de su flota más allá del nivel aplicado en 2008-2009. d. Cambiar el párrafo 12 de la resolución C-05-03 para que rece “Los numerales 2 a 10 de la presente resolución se aplican únicamente a los tiburones capturados en asociación con las pesquerías que son competencia de CIAT”, quedando así obligatoria para todos los buques la notificación de las capturas de tiburones por especie y del esfuerzo de pesca, exigida por el párrafo 11 de la resolución. e. Realizar experimentos sobre la mitigación de las capturas de tiburones, especialmente en las pesquerías de palangre, y de la supervivencia de tiburones capturados por artes de todo tipo, priorizando las artes con capturas importantes. Los experimentos de supervivencia deben incluir estudios de los efectos sobre la supervivencia de lances más cortos y del uso de anzuelos circulares.

Figura 4. Distribución espacial del tiburón sedoso (Carcarhinus falciformis) en el OPO capturado incidentalmente en los cerqueros. (Alexandre Aires-da-Silva en el SAC4, San Diego 2013).

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Figura 3. Serie histórica de capturas de Tiburón sedoso (Carcarhinus falciformis) en el OPO de 1993 a 2010 (Alexandre Aires-da-Silva en el SAC4, San Diego).

f. Establecer un fondo para apoyar la investigación de la mitigación de capturas de tiburones y proyectos de recolección de datos.


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IV REUNIÓN DEL COMITÉ CIENTÍFICO ASESOR DE LA COMISIÓN INTERAMERICANA DEL ATÚN TROPICAL Alvin Delgado M.

Durante los días del 29 de abril al 3 de mayo del presente año se realizó en La Jolla, California, la cuarta Reunión del Comité Científico Asesor de la Comisión Interamericana del Atún Tropical que contó con la participación de científicos y expertos de varios países miembros de la Comisión y del personal científico de la CIAT. Durante la reunión se realizaron varias presentaciones sobre los diferentes estados de las poblaciones de túnidos y de otras especies relacionadas con la pesquería, como son los tiburones sedosos. A continuación se propone un resumen de lo tratado en la reunión, en lo relativo a las principales especies de atún capturado en el área de la Convención, como son aleta amarilla, barrilete y patudo. Atún Aleta Amarilla Se analizaron las capturas anuales durante los últimos años, encontrándose que desde 1985 hasta 2000 las capturas totales oscilaron entre 225 mil y 304 mil toneladas, alcanzándose en 2001 las 425 mil t., 443 mil t. en 2002, siendo este el valor máximo obtenido para esta especie en el Océano Pacifico Oriental (OPO). En 2004 las capturas disminuyeron levemente a 416 mil toneladas. Durante el lapso 2005-2009 disminuyeron sustancialmente, recuperándose ligeramente en 2010 al lograrse 260 mil t., para luego disminuir hasta las 191 mil t. en 2012, valor este equiparable a las capturas previas a 1985 y a las correspondientes al periodo 2006-2008 y que corresponde aproximadamente a la mitad de lo registrado en los años más favorables. Los resultados de la evaluación más reciente de la población del atún aleta amarilla (Thunnus albacares) en el OPO, reflejados en el documento SAC-04-06b “Condición Atún aleta amarilla en el Océano Pacífico Oriental en 2012”, expresan lo siguiente: 1. Existe incertidumbre acerca de los niveles recientes y futuros de reclutamiento y biomasa; COFA

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hubo dos, y posiblemente tres, regímenes distintos de productividad, y los niveles de RMS (Rendimiento Máximo Sostenible) y la biomasa correspondiente al RMS podrían ser diferentes entre los regímenes. Es posible que la población haya cambiado recientemente de un régimen de productividad alto a uno intermedio. 2. Las tasas recientes de mortalidad por pesca están en el nivel de RMS, y se estima que los niveles recientes de biomasa reproductora se encuentren por debajo de ese nivel. Tal cual como se describe en el “Informe de la condición de los stocks 13” y en evaluaciones previas, estas interpretaciones son inciertas, y altamente sensibles a los supuestos con respecto al parámetro de inclinación de la relación población-reclutamiento, el tamaño medio de los peces más viejos, y los niveles supuestos de mortalidad natural. Los resultados son más pesimistas si se supone cierta relación poblaciónreclutamiento, un valor más alto para el tamaño medio de los peces más viejos, y tasas de mortalidad natural más bajas para el aleta amarilla adulto. 3. Los niveles recientes de biomasa reproductora predichos para la evaluación actual son más pesimistas que aquellos de la evaluación previa (“Informe de la condición de los stock 13”). Este resultado se debe a un aumento reciente de los niveles de mortalidad por pesca del aleta amarilla de edad mediana, desde 2008, estimado por la evaluación actual. 4. Incrementar el peso promedio del aleta amarilla capturado podría incrementar el RMS. (1) Atún Barrilete En cuanto al barrilete, las capturas en el periodo 1983-1994 oscilaron entre 52 mil y 100 mil toneladas. A partir de 1995-2005 las capturas se situaron entre 132 mil y 300 mil toneladas. En 2006 se capturaron 310 mil t., siendo este el pico más alto en el OPO, luego del cual se registraron bajas significativas y alta


variabilidad entre un año y otro, observándose el nivel más bajo en 2010 cuando se obtuvieron 152 mil toneladas. Para 2011 y 2002 la cifras se sitúan en 286 mil t. y en 275 mil toneladas respectivamente. El personal científico de la CIAT, en su informe de las pesquerías en el OPO durante el 2012, expresa: “la preocupación principal, con respecto a la población de barrilete, es el incremento constante de la tasa de explotación. Sin embargo, parece haberse estabilizado en los últimos años, y el esfuerzo ha disminuido. Los indicadores basados en datos y en modelos, no han detectado ninguna consecuencia negativa de este incremento. El peso promedio estuvo por debajo de su nivel de referencia inferior en 2009, lo cual puede ser consecuencia de una explotación excesiva, pero también podría ser causado por reclutamientos recientes más fuertes que los anteriores o a una expansión de la pesquería en áreas ocupadas por barriletes más pequeños. Cualquier disminución continuada de la talla media es motivo de preocupación y, combinada con una estabilización de la captura y la Captura por Unidad de Esfuerzo (CPUE), podría indicar que la tasa de explotación se esté acercando al nivel asociado con el RMS, o lo haya excedido.” A este respecto, los resultados calve puede resumirse en los siguientes tres puntos: 1. Existe incertidumbre acerca de la condición del atún barrilete en el OPO. 2. Podrían existir diferencias en la condición de la población entre regiones.

Atún Patudo Las capturas retenidas promedio para los cerqueros, registradas para el atún patudo durante el periodo 1983-1993, fluctuaron entre 1.177 y 9.657 t., mientras que en ese mismo periodo las capturas para la flota palangrera oscilaron entre 46.394 y 104.195 toneladas. A partir de 1993 comienzan a aumentar las capturas de patudo con la flota cerquera y comienzan a disminuir las capturas con la flota palangrera, observándose que la flota cerquera en 1994 reportó capturas por el orden de las 34.899 toneladas, hasta el año 97 cuando se capturaron 64.272 toneladas con un descarte de 5.402 toneladas. Luego ocurrió una disminución en los años 98-99, por oposición al 2000, cuando se lograron las capturas más altas, al ubicarse en 95.282 t. y 5.417 descartadas. En los años 20012005 el promedio se ubicó entre 53.052 y 67.895 toneladas capturadas retenidas y con un descarte que varió entre 949 y 1.952 toneladas. Para el 2006 se obtienen capturas retenidas de 83.838 t. con 2.385 t. descartadas. Durante el periodo 2007-2011 fluctuó la captura retenida entre 57.190 y 76.799 toneladas, con descartes entre 653 y 2.287 toneladas. Para finalizar en 2012 las capturas retenidas reportadas fueron de 68.598 t. y 773 descartadas (31% por debajo del nivel de captura con respecto al máximo obtenido en el 2000). A propósito de estas cifras de capturas retenidas y descartadas, es necesario aclarar que los descartes corresponden principalmente a ejemplares juveniles cuya disminución desde el año 2000, se puede deber a que cierta fracción de los juveniles está siendo retenida.

3. No existen pruebas que indiquen un riesgo cierto para la población (o poblaciones) de barrilete. COFA

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En cuanto a la flota palangrera, las capturas retenidas comenzaron a disminuir desde el año 1993 oscilando las capturas promedio en el periodo 1993-2011 entre 72.498 y 26.137 toneladas, con descartes entre 108 y 1 tonelada. En el 2012 se observó el nivel más bajo de capturas retenidas, al reportarse 19.471 toneladas (18,7% del nivel más alto reportado en 1991, que fue de 104.195 t.). Los cambios experimentados en esta pesquería son significativos desde 1993, y se explicarían por el hecho de que parte de la flota cerquera se dedicó, casi exclusivamente, a la pesquería con objetos flotantes a la deriva y a la implementación de dispositivos agregadores de peces (FAD), comúnmente llamados plantados. Este cambio de estrategia, condujo consiguientemente a una reducción de la flota palangrera. A este respecto, es procedente aclarar que los individuos capturados de patudo por la flota cerquera son en su mayoría individuos juveniles que no han alcanzado su madures sexual, a diferencia de la flota palangrera, que en su mayoría pesca individuos adultos y de gran tamaño. Los puntos más relevantes del informe del personal científico de la CIAT son: 1. Los resultados de esta evaluación indican una tendencia recuperativa reciente (2005-2010) del atún patudo en el OPO, subsiguiente a las resoluciones de conservación de atún de la CIAT iniciadas en 2004. No obstante, una disminución de la biomasa reproductora comenzó a principios del 2011 que persistió durante el 2012 y que redujo la biomasa, tanto sumaria como reproductora, a su nivel histórico mínimo al principio de 2013. Esta disminución podría estar relacionada con una serie reciente de reclutamientos inferiores que coinciden con una serie de eventos fuertes de La Niña. No obstante, con los niveles actuales de mortalidad por pesca, si continúan los niveles recientes de esfuerzo y capturabilidad, y, si además, persisten los niveles medios de reclutamiento, se predice que el SBR (Coeficiente de Biomasa Reproductora) se estabilizará alrededor de 0,21, nivel muy cercano a aquel correspondiente al RMS. 2. Existe incertidumbre con respecto a los niveles de reclutamiento y biomasa recientes y futuros; 3. Se estima que las tasas recientes de mortalidad por pesca están ligeramente por debajo del nivel correspondiente al RMS, y que los niveles recientes de la biomasa reproductora están ligeramente por encima de dicho nivel. Estas interpretaciones son inciertas, y altamente sensibles a los supuestos correspondientes al parámetro de inclinación de la relación población-reclutamiento, las tasas supuestas de mortalidad natural del patudo adulto, y a la ponderación asignada a los datos de composición por talla, en particular los de palangre. Los resultados son más pesimistas si se supone una relación población-reclutamiento, tasas más bajas de mortalidad natural del patudo adulto, y si se asigna una ponderación mayor en los datos de composición por talla, en particular a los de palangre. 4. Los resultados son más optimistas si se supone un valor más bajo para el tamaño medio de los peces viejos, y si se supone niveles de mortalidad natural más altos para el patudo adulto (3).

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Las Flotas El personal de la Comisión mantiene registros detallados y documentados de todos los buques que operan en el OPO y pescan atunes en el área de la Convención; llevan además registros de capacidad de acarreo, arte y bandera. La capacidad es medida en metros cúbicos (m3) para el caso de los cerqueros y cañeros y, en el caso de los palangreros, en el tamaño y en el número de anzuelos utilizados. El volumen de bodega de los cerqueros, desde 1983 al 2002, ha variado constantemente pudiendo separarse este lapso en dos periodos: el de 1983-2002, que osciló entre 116.619 y 199.870 m3, y entre 2000-2012 que varió entre 202.381 y 219.091 m3. El valor más alto correspondió a 2012 que es, por demás, el nivel más alto desde el inicio de la pesquería, con una variación, con respecto al 2011, de 5.854 metros cúbicos. La flota cañera, por su parte, se puede agrupar en tres periodos: el primero de 1983-1989 con una capacidad de bodega entre 2.066 y 3.829 metros cúbicos, el segundo, 1990-2001, con una capacidad de 1.220 a 2.216 m3 y el tercero, de 2002 a 2012, con una capacidad de 143 a 921 m3. Los niveles más bajos correspondieron al 2011, con 2 embarcaciones y 143 m3 y 2012 con 3 embarcaciones y 268 m3. En relación a la flota palangrera y el número de anzuelos utilizados por las principales naciones (China, Japón, Corea, Polinesia Francesa, Taipei Chino y Estados Unidos) se tiene que, desde 1983 el número de barcos ha variado año a año y se observa una disminución significativa desde año 2006 en adelante. En cuanto al número de anzuelos, estos varían también año a año y entre el periodo de 1983-2005 se registran entre 129 y 314 millones de anzuelos, alcanzándose un máximo en el 2002 con más de 314 millones. A partir del año 2006 comienza una disminución alcanzando su nivel más bajo en el 2008 con 91 millones de anzuelos, el cual luego se incrementa hasta el 2010, cuando se alcanzó un aproximado de 154 millones, disminuyendo en 2011 a 132 millones. En estos datos no están incluidos los datos de algunas flotas menores de un grupo de países que no reportan sus datos de cantidad de anzuelos utilizados. Lances realizados En el OPO, la pesquería de cerco se realiza bajo tres modalidades: sobre delfines, en cardúmenes puros no asociados y sobre objetos flotantes. En el caso de estos últimos, en sus inicios la pesca se hacía sobre objetos naturales que se encontraban a la deriva (troncos de árboles e incluso animales muertos u otros restos, arrojados al mar desde desembocaduras de ríos y/o desde barcos). A partir de 1994 comienzan a utilizarse con cierta intensidad los dispositivos agregadores de peces artificiales o FAD (Floating Agregatting Device), comúnmente llamados plantados, cuyo número ha seguido aumentando, alcanzando hoy el 95% de los lances sobre objetos flotantes.

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En relación a los lances sobre delfines, desde 1997 al 2012 su número ha variado entre 8.648 y 13.760, alcanzándose el mayor esfuerzo en el 2003 y el menor, desde 2008, en 2012, con 9.220 lances. El atún aleta amarilla es la especie objetivo principal de esta modalidad, con capturas oscilando en este mismo periodo,


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entre 97.032 y 301.099 toneladas. El máximo valor de capturas se logró en 2002. En 2012 se capturaron 124.306 t., el más bajo desde el 2009. En cuanto a los lances sobre objetos flotantes, estos han variado en el periodo 1997-2012 desde 4.221 a 10.563, siendo en 2012 el año con más lances de este tipo. Las capturas de aleta amarilla han variado en ese mismo periodo de 26.769 a 67.200 toneladas, reportándose para el 2012, 37.529 toneladas. En relación al atún patudo, las capturas han fluctuado de 92 mil a 41 mil toneladas, registrándose 67 mil toneladas en 2012. Para el barrilete, las capturas varían de 110 a 191 mil toneladas en el mismo periodo, registrándose para el 2012 una captura de 67.630 t., un número inferior si comparamos con otros años y con menos lances. Es importante destacar que ha habido un aumento en el número de lances desde el año 2006 en adelante. Sobre los lances sobre cardúmenes asociados, entre 1997-2012 variaron entre 7.046 a 14.632 lances, disminuyendo desde 2009. Las capturas de aleta amarilla han fluctuado de 95 a 28 mil toneladas, este último valor registrado en el 2012. En cuanto al barrilete, las capturas están entre 25 y 130 mil toneladas, y para 2012 están por el orden de las 87 mil. Las capturas de patudo entre 1997 y 2012 varían entre 764 y 2.301, capturándose 968 toneladas en 2012. Recomendaciones El personal científico de la Comisión recomienda, para la pesca de atunes aleta amarilla, barrilete y patudo, que se mantenga la Resolución C-12-01 en 2013 y que sea extendida al 2014. También recomienda que se extienda el requisito de informes de capturas palangreras en la resolución C-12-01 (párrafo 11), para incluir las capturas de palangre de aleta amarilla. Todos los CPC con capturas anuales de aleta amarilla de más de 500 toneladas métricas (T) deberán proporcionar dichos informes al Director.

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Reflexiones del autor Basado en la experiencia personal en la recolección y análisis de datos de las pesquerías de atunes en el OPO, datos estos provenientes de los programas de observación a bordo y de muestreos en los puertos de desembarque, considero pertinente subrayar los siguientes puntos:


2. La capacidad operativa estimada para marzo de 2013 es de 222.512m3. En mayo de 2012, la capacidad operativa estaba estimada en 214.422 m3, cifras estas reflejadas en el “Documento IATTC-83-05 Recomendaciones del Personal para la Conservación de los Atunes en el OPO para 2013-2014”, presentado en la 82ª Reunión de la CIAT en junio de 2012. En el mismo documento se recomienda, en función del aumento de capacidad registrado entre 2011 y 2012, el incremento del número de días de veda a 74. Entre 2012 y 2013 se registró un aumento de capacidad de un poco más de 8.000 metros cúbicos al cual debería corresponder el consiguiente aumento de los días de veda, según la premisa que establece que los aumentos de capacidad implicarán un aumento en el número de días de veda. 3. Observamos que hay un aumento en el número de lances sobre objetos flotantes en los últimos años, llegando a un tope, durante 2012, sin que haya correspondencia entre este aumento y el nivel de capturas. Por otro lado, se observa que en los lances sobre objetos flotantes hay capturas de juveniles de aleta amarilla y patudo que afectan de manera directa a las poblaciones de estos atunes, en virtud de que los mismos son capturados antes de haber llegado a su madurez sexual. Aun cuando han disminuido significativamente los descartes de estas especies, en la realidad se siguen capturando y reteniendo los juveniles. En cuanto a los lances de las otras dos modalidades, estas han disminuido en los dos últimos años. 4. Se registra un aumento en el número de boyas satelitales de última generación que se están colocando en el mar junto con los plantados, hecho que, en alguna medida, implica un aumento en el esfuerzo de pesca, considerando que las boyas reportan la presencia de peces concentrados en los plantados, lo cual supone un incremento en la eficiencia en el tiempo de búsqueda y captura. Por otro lado, no existen regulaciones sobre el número de boyas en el mar, ni información sobre el desplazamiento de las mismas. 5. En los actuales momentos, muchos científicos y organizaciones reconocen ampliamente que manejar las pesquerías basados en RMS es muy arriesgado, dadas las fluctuaciones naturales y continuas del ambiente u otro tipo de afectaciones, que debería obligar a un manejo con un mayor acento precautorio.

6. La Convención de Antigua, en su parte II “Conservación y uso de las poblaciones abarcadas por la Convención”, Artículo IV “Aplicación del Criterio de Precaución” en sus numerales 1, 2 y 3, contempla la aplicación de criterios de precaución como los descritos en el Código de Conducta Responsable y/o el acuerdo de las Naciones Unidas sobre las Poblaciones de Peces de 1995. Es entonces, por las consideraciones hechas en los seis puntos anteriores, que estimo imperativo el incremento en el número de días de veda, puesto que hay varios factores confluyentes que están afectando las pesquerías de estas especies en el OPO. Debemos, en consecuencia, tomar medidas de mayor contenido precautorio para preservar las especies objeto de estas pesquerías, así como otras vinculadas, con el propósito central de mantener en su óptimo posible el estado de estas poblaciones y así garantizar su explotación racional y sostenible en el largo plazo. Esta afirmación la hago, aun en el entendido de que el contexto económico de algunos países dificulta la toma de decisiones que eventualmente puedan añadir complicaciones a sus respectivas realidades, pero pienso, sin embargo, que el principio del uso de estos recursos pesqueros debe ser el de la sostenibilidad a largo plazo, aunque esto suponga ciertos niveles de sacrificio, so pena de confrontar en el futuro contrariedades económicas y sociales adicionales, como las que supone el agotamiento de las pesquerías. Corresponde pues a los países adoptar estas resoluciones, siendo entonces obligación de todos los científicos y en especial al staff de la CIAT generar los mejores criterios y promover las mejores medidas para preservar la viabilidad económica y comercial de los distintos recursos en el OPO, atendiendo siempre a las medidas precautelares, como mecanismo de protección contra la sobreexplotación de los recursos de la región. Referencias (1),(2),(3). Documento IATTC-85-03 “Los Atunes y Peces Picudos en el Océano Pacífico Oriental en 2012”, páginas 53, 65, 66, 70 y 71 (además de datos de las diferentes tablas). Convención CIAT, Antigua. Documento SAC-04-06b “Condición Atún aleta amarilla en el Océano Pacífico Oriental en 2012 y perspectivas para el futuro”. Reunión Consejo Científico asesor CIAT, 2013. Documento SAC 04-06a “Indicadores Actualizados de la Condición de la Población de Atún Barrilete en el Océano Pacífico Oriental”. Documento SAC-04-05b “Status ofBigeye Tuna in the Eastern Pacific Ocean in 2012 and Outlook for the Future”.

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1. En el informe sobre los Atunes y Peces Picudos en el Océano Pacífico Oriental en el 2012, el personal científico expresa que las tres especies de atunes consideradas están cerca o en el tope del RMS, además de que en todos los resultados clave se expresa incertidumbre y cierto pesimismo, datos altamente sensibles y falta de información.


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LA PESQUERÍA DE ATÚN EN VENEZUELA:

Altibajos de una larga historia de cuatro décadas Carlos E. Giménez B. La historia de la actividad atunera en Venezuela puede describirse desde distintos ángulos: el científico, el comercial o el industrial.

histórica en la zona que nos hizo acreedores de Derechos de Soberanía, según lo dispuesto por el Derecho del Mar.

Tomando en cuenta la situación venezolana, nos encontramos con algo muy interesante, en virtud de que en nuestro país, a diferencia de lo que ha sucedido en otros, la actividad atunera se inicia con la decisión empresarial de realizar pesca exploratoria en nuestras zonas jurisdiccionales y, más allá, en áreas marinas del Caribe y del Atlántico occidental.

De allí nace entonces la consolidación de nuestra posición internacional, con la participación del Estado venezolano en dos convenciones multilaterales para la administración de recursos en el Pacífico, que son, la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) y Acuerdo Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD), y, en la zona Atlántica, la Convención Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (CICAA). En ambas áreas pesqueras nuestro país tiene derechos plenos de membresía.

La empresa que acometió esta tarea originalmente, fue la procesadora Productos Mar, que a mediados de la década de los cincuenta, contrata la embarcación atunera “Bosso Marú” para realizar esas exploraciones. Posteriormente, algunas iniciativas para la pesca de atún son realizadas a la par y las plantas enlatadoras comienzan a adaptar las líneas de producción para el procesado de atún, cuya materia prima fue inicialmente importada. A partir de la decisión de Venezuela de convertirse en un país atunero, se tuvieron que sortear muchas dificultades, ejercicio que, con el correr de los años, se convirtió en una enorme experiencia acumulada en materia de manejo del recurso y manejo comercial e industrial de la actividad. Una de las expresiones de mayor importancia en este sentido, es que Venezuela devino en el país latinoamericano con mayor consumo per cápita de atún y, aún en su condición de país en vías de desarrollo, fomentó con éxito la instalación de una flota fuera de su jurisdicción ribereña, participando activamente en las pesquerías del océano Pacífico oriental tropical. Esta participación en aguas lejanas, nos confirió el carácter de “país distante”, y con él, una tradición

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Especies objetivo: distribución, biología y regulaciones para su explotación En la franja tropical de los distintos océanos, predominan tres especies atuneras: atún aleta amarilla o rabil (Tunnus albacares), atún ojo gordo o patudo (Tunnus obesus) y atún barrilete o listado (Katsuwonus pelamis). La magnitud del mar jurisdiccional venezolano, con un poco más de 600 mil km2, constituye un espacio acuático en que se hacen presentes éstas especies altamente migratorias, que, en los casos de rabil y ojo gordo, provienen de las costas de África, en el Atlántico oriental. Hay indicios objetivos que tenderían a confirmar la hipótesis según la cual el atún aleta amarilla, por ejemplo, desova en la zona de la costa occidental africana, es decir en el Atlántico centro oriental, cerca de Guinea Ecuatorial, migrando luego hacia el occidente. En la migración a su lugar de origen, el aleta amarilla se dirige al Golfo de México y atraviesa las costas venezolanas y del Caribe en general, siguiendo

Atún Barrilete

Atún ALETA AMARILLA

(foto: www.pescamediterraneo2.com)

(foto: www.viarural.cl)


Así, el carácter de grupo taxonómico altamente migratorio de los túnidos, ha determinado que la comunidad internacional establezca mecanismos multilaterales de control para este grupo, en correspondencia con lo recomendado por el propio Derecho del Mar. En la gráfica 1, se puede observar la evolución de las capturas de atún por parte de las flotas venezolanas, a través de una serie histórica de producción. Es necesario analizar tal evolución con ciertos criterios cualitativos de la situación vivida a lo largo de estas 4 décadas, las cuales, como se apuntó inicialmente, no estuvieron exentas de obstáculos internacionales, particularmente aquellos asociados a la comercialización. El análisis de las cifras de captura de las tres especies atlánticas antes mencionadas, incluyendo aquellas de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT), evidencia el proceso de evolución o desarrollo de la actividad atunera en nuestro país. Hemos querido hacer este análisis por períodos gubernamentales, por cuanto, de alguna manera, las iniciativas de Estado o de Gobierno tienen que ver con el desarrollo o contracción de una actividad

Gráfica 1. Producción de Atún en Venezuela

de-terminada, lográndose así precisar las diferencias conceptuales que tienen los distintos gobiernos sobre el tema en cuestión, en este caso, el desarrollo atunero. No obstante lo anterior, se debe tomar en consideración que el tema del manejo del recurso atunero es multinacional y, en consecuencia, no podría país alguno establecer por sí mismo las normas de regulación y explotación, sino solo a través de la concertación con otras naciones. Se debe agregar también a este contexto evolutivo, la mayor ocurrencia de fenómenos naturales derivados de los cambios climáticos, como ENSO (El Niño) y las consecuencias que sobre la abundancia de los recursos pueden tener. En medio de tales situaciones, es necesario reconocer que nuestro país se ha granjeado su condición de país atunero, por cuanto procura sostener y promover innovaciones técnicas y regulatorias pertinentes, para mantenerse en la actividad de forma adecuada y permanente. Si examinamos, como ejemplo de lo dicho, una sola de las especies tropicales, el atún aleta amarilla, que es el de mayor importancia comercial para nuestro país, se puede observar que, en el caso de esta especie para las pesquerías del Atlántico, se trata de un pez altamente migratorio, cuyo desove o reproducción sucede especialmente en la costa de África (Guinea Ecuatorial) y que sigue un patrón de migración del Atlántico este al oeste. Se presenta en las zonas jurisdiccionales venezolanas, en mayor abundancia, en las épocas de aguas frías. El rendimiento Máximo Sostenido, es decir, la captura máxima obtenible año tras año sin menoscabo del recurso, ha sido determinado a través de distintos métodos por el Comité Científico de la

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por las costas de países como Brasil y de ahí hacia el Atlántico oriental, siempre manteniéndose en la franja tropical y subtropical. La presencia abundante del recurso en estas franjas, depende entonces de las condiciones ambientales y biológicas, como temperatura y alimento. Por eso, en las costas venezolanas se presentan fenómenos de abundancia relativa durante ciertas épocas del año, particularmente en los meses finales del año, cuando las temperaturas superficiales en aguas abiertas, son más frías.


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ICCAT, resultando aproximadamente en 153 mil toneladas métricas, cifra que de forma aproximada se ha venido obteniendo desde 1981 para todo el Atlántico. Nuestro país pesca tradicionalmente en la zona occidental, salvo una fortuita incursión realizada en el año 1985, cuando una nave venezolana pescó en la zona oriental cerca de 634 t. A continuación ofrecemos un análisis interperíodos para la zona Atlántica: En el período 1969-1974 (la captura de ésta especie se inicia en 1970), el promedio anual fue de 1.353 toneladas. Esta situación es explicable, por cuanto solamente existían embarcaciones palangreras y no fueron establecidas políticas para el desarrollo de sistemas alternativos de captura, que ya existían a nivel mundial. En el período 1975-1979, la captura promedio anual fue de 866 toneladas, es decir, bajó un 36% del valor promedio del período anterior. Gran parte de la flota palangrera que operaba en la zona atlántica, se desincorporó y, en su lugar, se hicieron algunas incursiones hacia la zona del Pacífico. En el período 1980–1984, la captura promedio anual fue de 13.128 toneladas, lo que significa un incremento del 1.416 %, respecto al período anterior. Este período se caracteriza por la adopción de una serie de medidas gubernamentales para fomentar la actividad atunera, entre otras, el Arrendamiento con Opción de Compra y la Ley de Privilegios e Hipoteca Naval. Según las estadísticas reportadas por la CICAA, la producción promedio entre 1979 y 1984 ha sido la mayor, siendo del orden de 30.577 t; sin embargo, deben ser evaluadas, a la luz de las nuevas políticas de arrendamiento, ya que muchas de las unidades no ejercieron la opción correspondiente. Durante el período 1985–1989, el promedio anual de producción fue de 7.229 toneladas, es decir, se presentó una disminución del orden del 45% respecto al período anterior, no obstante que se mantienen niveles altos de captura, si lo comparamos con la década de los setenta. Durante el lapso 1990–1994, la producción promedio anual fue de 12.598 toneladas, lo cual supone un incremento del 74% con respecto al período anterior. Este período es fuertemente ponderado por las capturas obtenidas a partir de 1991, como puede COFA

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evidenciarse en la serie histórica de la ICCAT. La producción total atunera se mantiene entre el 94 y 99 en un promedio anual de 12.023 t. Por su lado, el desarrollo de la pesca atunera en el Pacífico está también marcado por el período 19801984, puesto que es durante este lapso que se toman algunas decisiones importantes. En primer lugar, y como se dijo anteriormente, se adopta el sistema de Arrendamiento con Opción de Compra para las naves pesqueras. Anteriormente, a las naves pesqueras se les consideraba, erróneamente, embarcaciones de cabotaje y, por eso, no se permitía la figura del fletamento o arrendamiento, reservado por ley a naves de bandera nacional. Otra medida trascendente fue la eliminación del pernicioso sistema implantado de conceder combustible preferencial a la flota extranjera, para que desembarcaran en puertos venezolanos en una proporción extravagante: el llamado 1,5:1, según el cual una embarcación, al desembarcar un kilo de pescado en Venezuela, tenía el derecho a 1,5 litros de diesel a precio preferencial de 0,13 Bs./litro. Dos hitos igualmente relevantes, fueron: la entrada en funcionamiento del Puerto Pesquero de Cumaná (1981) y la puesta en vigencia la Ley de Privilegios e Hipoteca Naval en 1982. A la par de las medidas y hechos anteriores, se establecen mecanismos de financiamiento para construir barcos atuneros, vía Banco Industrial de Venezuela como Banco líder, permitiendo así a los empresarios venezolanos construir barcos de excelente calidad y operatividad para el Pacífico, como los construidos en San Diego y Wisconsin. Finalmente, se establecen políticas de control para evitar invasión de productos provenientes de otros países, para evitar lesionar las posibilidades de la nación de consolidar su potencial pesquero y para promover su desarrollo como país atunero. Basta recordar, en este sentido, la imposición de la Nota 2, en 1981, (reservado al Gobierno Nacional) de los productos enlatados, como fórmula efectiva para controlar las importaciones desleales, tomando en cuenta la sobrevaluación de nuestro signo monetario en aquel entonces, y las políticas de apertura sin reservas, para con los socios del Pacto Andino, adoptada por la Administración 74-79.


Foto: marinebio.org

La incorporación masiva de embarcaciones industriales cerqueras, tanto para el Atlántico como Pacífico, a partir de 1980, revierte la situación en la que Venezuela, importadora de atún hasta 1979, pasa a ser exportadora de materia prima a partir de 1982, planteándose, para la época, la necesidad de un acuerdo entre la Asociación de Industriales y la Federación de Pesca, con la participación de la Dirección General de Pesca como garante de fiel cumplimiento para el abastecimiento oportuno de la materia prima a las plantas enlatadoras. No obstante la contracción del período 1975-1979 de la actividad atunera, para 1983 ya existía una flota entre palangreros, cerqueros y cañeros de 60 unidades que fue aumentando sistemáticamente hasta 1988, cuando llegó a 118 unidades de las cuales 24 pescaban en el Océano Pacífico Oriental tropical (OPO). Para finales de 1974, no se contaba con ningún barco operando en el OPO; pero, para 1975, se inicia un proceso de incorporación de barcos en el Pacífico, sin embrago un tanto tímido, por cuanto era difícil acceder al crédito al no existir la garantía hipotecaria, sino, solamente, la prenda naval en grado once, no habiéndose definido aún la figura del Arrendamiento con Opción de Compra como modalidad factible de utilizarse para la flota nacional. En consecuencia, para

1979 había apenas dos barcos grandes cerqueros operativos, por lo que la industria, con buena capacidad de proceso para entonces, se proveía de materia prima importada en los términos que anteriormente fueron descritos. La experiencia puesta a prueba a partir de mayo de 1979, cuando se establece la posibilidad del Arrendamiento con Opción de Compra, confirma lo que algunos estudiosos y expertos en materia pesquera señalan sobre la actividad pesquera, en el sentido de la sensibilidad que tiene la actividad a las reglas de juego claras que, en la medida en que se establezcan, la reacción del sector puede ser inmediata, pero también puede ser súbita la caída de la efectividad, si no se mantienen actualizadas dichas reglas, en correspondencia a la dinámica de un sector con tanta especificidad. Esta afirmación se pone en evidencia en nuestro análisis de series históricas, en el hecho de que, ya para 1985, existían 14 unidades operando en el Pacífico y la continuidad de las políticas para la pesca en esa zona, eleva la flota, para 1988, a 24 embarcaciones, con una producción mayor a las 50 mil toneladas. A partir de ese momento, se inicia el proceso de descapitalización de la flota atunera, contrayéndose en 1993 a 17 unidades de tipo gran cerquero. En este año, se inicia la modificación de la tendencia de la forma siguiente: 19 unidades en 1996; 22 en 1997 y 25 embarcaciones equipadas y autorizadas en 1999 para la pesca en el OPO, con una producción del orden de 70 mil toneladas métricas. En la actualidad se cuenta con 21 embarcaciones en el Pacífico. El desarrollo atunero en Venezuela ha tenido muchos inconvenientes y altibajos, a pesar de que país tiene 19 COFA

Con la política de Arrendamiento con Opción de Compra, se inicia un período objetivamente positivo para la actividad atunera en particular. Venezuela, para el año 1974, tenía 24 unidades atuneras, casi todas palangreras y con bajos niveles de desembarque, según hemos visto en las estadísticas mostradas anteriormente.


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ventajas comparativas cardinales, como el precio del combustible, un mercado interno importante y sobre todo, una experiencia en el manejo de la actividad como pocos países en el hemisferio. Los obstáculos, afortunadamente, han podido ser sorteados hasta el presente. Entre ellos, hay que destacar lo corrido en 1988, cuando a nuestro país le fue impuesto el primer embargo atunero (por dos meses), producto de una decisión unilateral de los EE.UU. basada en la Enmienda de 1988 de la Ley para Protección de Mamíferos Marinos de 1972. Comienza, a partir de ese momento, un arduo recorrido cuya salida real se encontró luego de un largo proceso de nueve años, pero que aún no se ha podido materializar totalmente, por cuanto siempre han existido elementos justificatorios para no levantar la medida de embargo a las exportaciones de atún aleta amarilla de los países que pescan esa especie en el OPO hacia los Estados Unidos. Esta situación ha creado, por otra parte, un esquema comercial para el atún completamente distinto al período anterior al año 88. Los países embargados por el gobierno americano, que son los que pescan en el Océano Pacífico Oriental, han celebrado un Acuerdo para la Protección de Delfines, en vigor actualmente, tienen la expectativa de que, mediante ese instrumento, también firmado por el gobierno de los Estados Unidos, se creen condiciones estables para el comercio atunero mundial. El proceso de embargo estadounidense para el atún aleta amarilla proveniente del OPO, y que amenazó

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en convertirse en un embargo secundario (efecto en terceros países que mantienen comercio con estados Unidos) que afortunadamente no tuvo efectos reales en Europa, nuestro mercado alternativo, se entrelazó con otro problema que consistía, por una parte en la intención de los europeos en privilegiar las operaciones de sus flotas en los distintos océanos a través de ayudas y, a su vez, establecer como políticas comunitarias las negociaciones comerciales de apertura con los bloques de países y no con países individuales. Este razonamiento implicó la no aplicación inicial para Venezuela del llamado Sistema Generalizado de Preferencias-Droga (SGP), también llamadas Preferencias Andinas, dado que este Acuerdo, que se manejaba con la Comunidad Andina de Nacionales y según el cual Europa otorgaba preferencias arancelarias a los países productores de droga. Así, dado que Venezuela y Ecuador no estaban considerados como productores netos se les excluyó del goce de estas preferencias. Ecuador solicitó una revisión y la obtuvo mientras Venezuela aceptó vía oficial en 1990, el acuerdo UE-CAN sobre SGP. Luego de revisiones acertadas, por parte del propio Gobierno en 1993, con la participación del entonces director del SARPA Francisco Herrera Terán y Miguel Rodriguez Mendoza como Presidente del ICE y Ministro de estado, se inició, con la participación del sector privado organizado tanto los industriales como los armadores, un proceso de solicitud de las preferencias andinas otorgadas por la UE en el año 1994, obteniéndose resultados positivos con una extensión a partir del primero de enero de 1995. Esto permitió la


reactivación de las plantas lomeras venezolanas e iniciar el envío del cupo fijado de exportación a Europa que llegaba a las 19 mil toneladas, pasando posteriormente a 12 mil. Estos logros en las negociaciones internacionales, se tradujeron en la activación inmediata, con sus consecuentes beneficios sociales, del sector pesquero de los puertos atuneros del país, particularmente Guanta y Puerto La Cruz. Otros obstáculos que estuvieron presentes a contracorriente de las ventajas naturales de competitividad que tenía nuestro país, fueron las ayudas europeas a sus flotas. Tales estímulos fueron fundamentalmente de tipo fiscal, pero, además, otorgaban aportes para colocación de unidades en terceros países y para lo relativo a precios de referencias, dentro del marco de tiempo permitido por la Organización Mundial del Comercio. Con ello se trataba de compensar la ventaja comparativa venezolana que tenía nuestra flota, dada la relativa cercanía con el Pacífico, además de ser lugar de paso de atún en el Atlántico, contar con infraestructura eficiente y con reducido costo de insumos. Visto este largo recorrido de cuatro décadas en el que Venezuela ha sido un jugador de peso en las pesquerías mundiales del atún, creemos que es oportuno el momento para revisar estos antecedentes, como referencia fundamental en el diseño de nuevas políticas públicas, que consideren ponderar la participación de nuestro país en la pesca y en el contexto de las Convenciones Internacionales y hacer una valoración profunda de las recomendaciones y decisiones de las distintas Comisiones internacionales para garantizar un manejo sostenible del recurso atunero.

Foto: Archivo FUNDATÚN

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Por otra parte, debemos evaluar los componentes del llamado Monto Global de Ayuda, aplicable por los distintos países para mantener actividades socioeconómicas de interés en condiciones de competitividad. Los componentes a ponderar en el marco de la aplicación del Monto Global de Ayuda, son entre otros: insumos, incluyendo combustibles y lubricantes; precios de materias primas; subvenciones; estímulos fiscales; calidad de servicios y tarifas portuarias; tasa de cambio; distancia a caladero; tecnología industrial; tecnología de captura; costos de producción y fletes y seguros. Todo ellos elementos a tomar en cuenta en el diseño de un plan de estímulo y recuperación de nuestra prevalencia como país atunero.


PESCANDO LA

NOTICI

La semana pasada, tuve el privilegio de presidir la defensa del doctorado tesis de María José Juan-Jordá en La Coruña, España. María José es un joven investigador brillante y ya ha publicado varios capítulos de su tesis en la literatura revisada por pares. El primer capítulo de su tesis es el último de una serie de estudios revisados ​​por los artículos científicos que demuestran que la combinación de la biomasa de los depredadores oceánicos de gran tamaño (sobre todo atunes) no ha disminuido en un 90% como se indica en otro artículo científico hace diez años. La cifra de disminución del 90% provino de un análisis publicado en 2003, que llegó a la conclusión de que “la biomasa de grandes peces depredadores hoy es sólo el 10% de los niveles pre-industriales”. Esos análisis se basaron en gran medida de las tasas de captura de un solo tipo de arte de pesca (palangre) y la captura acumulada en todas las especies para estimar las tendencias de la “biomasa de la comunidad”. El documento se convirtió rápidamente de alto perfil en el mundo del atún. Muchos grupos ambientalistas aceptaron como prueba de que los atunes, no sólo el atún de aleta azul, estaban en serios problemas. Por otra parte, los científicos dedicados específicamente a las evaluaciones del atún, en especial para los túnidos tropicales, han constatado que el número 90% estaba totalmente equivocado. En los próximos años, una serie de publicaciones revisadas por colegas, mostró que las conclusiones del documento referido (Myers y Worm, 2003) eran fundamentalmente defectuosas. Dos de las razones más importantes

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Julio 2013

Una verdad conveniente: ¡el 90% de los atunes se ha ido! Por: Victor Restrepo Foto: Archivo FUNDATUN

Sin embargo, la noción de un 90% la desaparición mundial de las poblaciones de atún está todavía en el ambiente. Esto se repite en muchas guías para el consumidor, publicadas por varios grupos ambientalistas que quieren influir en las preferencias del mercado. También aparece en otro lugar: a principios de este año, visité el sitio web de la comisión recientemente formada que tiene como objetivo mejorar la gestión de los recursos oceánicos, y me sorprendió ver la cantidad de 90% mencionada allí. Un colega mío que también lo notó, dijo que estaba decepcionado de que uno de los estudios más refutados de todos los tiempos sigue siendo empleado como referencia. Regresando al primer capítulo de la tesis de José María vemos que él y sus coautores recogieron cuidadosamente los resultados de evaluación del stock de 26 poblaciones de atunes y sus parientes cercanos, caballas y caballas, a diferencia de Myers y Worm (2003) que basan sus evaluaciones de las poblaciones en una sola fuente de datos. Los análisis de este amplio programa conjunto de datos que, entre 1954 y 2006, la biomasa total de adultos de estas especies se redujo en un 52%. Los análisis también destacan la variación en el grado de agotamiento, según la biología de cada especie y su valor comercial: los mayores descensos son para los grandes túnidos templados de mayor valor de más larga vida (atún de aleta azul)

y las caballas de corta duración más pequeños. Las poblaciones restantes, sobre todo atunes tropicales han sido pescados hasta aproximadamente el rendimiento máximo sostenible (RMS; para la mayoría de los atunes el RMS se produce a una biomasa de alrededor de 30% a 50% del nivel natural). Por lo tanto, me pregunto: ¿Por qué la cifra del 90% se sigue utilizando? ¿Es porque se trata de un número conveniente para las campañas de recaudación de fondos? ¿Es una verdad conveniente? Creo que sí. Por supuesto, las poblaciones de atún y la pesca deben ser administradas, considerando que cada stock y cada pesquería tiene sus problemas particulares y así deben ser abordados. Creo que estos grupos que se aferran a los números simplistas (y erróneos) están haciendo un flaco favor a la gestión de la pesca. La administración debe tener una base científica, no basada en la fe. Insto a estos grupos a dejar de desviar la atención de los verdaderos problemas y unirse a nosotros a adoptar puntos de referencia adecuados y específicos de los stocks y de las pesquerías, como base para la mejor de la calidad en la toma de decisiones para gestionar adecuadamente cada especie y cada pesquería del atún.

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para esto son: La agregación de los datos, y el uso de datos de un único método de pesca. El resultado final es que la disminución de 90% es una sobreestimación. De allí que estudio, una vez publicado, no es necesariamente inamovible o no susceptible de correcciones.


Un llamado de atención sobre la recolección de información sobre los FAD Por: Alain Fonteneau Traducción: J.J. Cárdenas Foto: www.iss-foundation.org El uso de los FAD, por parte de la industria pesquera en la captura del atún, ha sido objeto de debates intensos, pero con escasos resultados prácticos hasta la fecha, dada la falta de determinación sobre si debe haber un manejo formal o no del uso de los dispositivos derivantes de agregación de peces (o DFAD, por sus siglas en inglés y “plantados”, según su denominación común en español). A pesar de que la comunidad científica ha dirigido sus esfuerzos a este tema, todavía es mucho lo que aún no se conoce. De allí que el consenso general en todas las discusiones técnicas al respecto, es que los análisis científicos requieren de más datos.

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En el marco de los estudios científicos, se usa comúnmente la variable Captura por Unidad de Esfuerzo (CPUE) como indicador de abundancia; es decir, la relación entre el tiempo que le toma a un barco lograr un cierto monto de captura. Pero, con el uso de los DFAD, este tiempo se ve reducido, generándose una impresión artificial de una mayor abundancia, por lo que la variable de análisis en cuestión, deviene obsoleta.

En función de los patrones espacio-temporales de la pesca de atún con cercos sobre DFAD, se ha analizado cómo el enorme incremento en décadas recientes en el uso de objetos flotantes ha provocado el cambio de estrategias de pesca por parte de los barcos cerqueros y, en consecuencia, en las tasas de captura.

Considerando entonces que muchos capitanes basan su estrategia de localización y captura de cardúmenes en el uso de los DAFD, el esfuerzo de pesca, medido en tiempo, deja de tener significado. Por esta razón es necesario sustituir la variable CPUE, por la Captura Media por DFAD como estimador más eficiente de la abundancia real de atún. Sin embargo, es sabido que la calidad en la estimación de la Media, depende de que la densidad de DFAD activos sea bien conocida, y este no es aún el caso.

Uno de los efectos de este cambio de paradigma que genera más inquietud, tiene que ver con la captura incidental de especies no objetivo. Aunque relativamente bajo en comparación con otros sistemas de pesca, la pesca de cerco sobre DFAD produce mayor captura incidental, en relación con la misma pesca cerquera, pero sin el uso de estos dispositivos. La pesca con DFAD provoca, además, la captura de pequeños individuos de patudo y aleta amarilla, con lo cual la ya alta presión de pesca sobre estas especies se ve incrementada por el uso de los plantados.

Por otro lado, la introducción de objetos extraños en el medio marino, como lo son los DFAD, puede generar impactos por si misma. Así, ya son decenas de miles de DFAD que se largan al mar cada año, desconociéndose su número exacto, puesto que no existe ninguna regulación que obligue a reportar estos datos. Cabe preguntarse entonces si tal densidad de dispositivos liberados en el mar, ha generado lo que podríamos denominar “trampas ecológicas” susceptibles de modificar la biología de los atunes asociada a la presencia de los DFAD:


comportamiento migratorio, mortalidad natural crecimiento y desove. Vista entonces la profundidad de los cambios que el uso masivo de los DAFD ha podido generar, parece evidente que las Organizaciones Regionales de Ordenación Pesquera (OROP) deberían considerar esta realidad en la gestión de los recursos atuneros. De allí que la prioridad para armadores y autoridades pesqueras por igual, debe ser el monitoreo de los dispositivos, a través de algo tan simple como la implementación de una bitácora específica para los FAD, para cada barco cerquero, en aras de recolectar, de manera inmediata, todos los datos asociados: número de dispositivos desplegados cada año; número de veces que cada FAD es usado y dónde; las capturas logradas por dispositivo; cuántos dispositivos se recuperan y cuántos se pierden. Con esta información, los científicos pueden mejorar el levantamiento de modelos de gestión de stocks y, en consecuencia, los administradores pueden tener un mejor control de estas pesquerías, además de que las OROP y los técnicos podrán contar con información detallada para diseñar nuevos modelos de gestión para evaluar la dinámica de poblaciones en este nuevo contexto de uso masivo de plantados y dilucidar el rol de estos dispositivos en la explotación de atunes a escala mundial y de allí generar pautas robustas de manejo eficiente de estos recursos.

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La puesta de atún rojo podría haberse retrasado debido a las bajas temperaturas del agua Fuente y Foto: Instituto Español de Oceanografía (IEO) El Instituto Español de Oceanografía y el Sistema de Observación Costera de las Islas Baleares estudian la localización de las áreas de puesta y la tasa de supervivencia larvaria del atún rojo

Un equipo científico formado por investigadores y técnicos de los centros oceanográficos de Baleares y Málaga del Instituto Español de Oceanografía (IEO), en colaboración con el Sistema de Observación Costera de las Islas Baleares (SOCIB-ICTS), han llevado a cabo la campaña anual del proyecto BlueFin a bordo del buque oceanográfico SOCIB, cuyo objetivo operativo general es el registro de parámetros oceanográficos y obtención de muestras de agua y de diversos tipos de plancton adecuados y suficientes para la parametrización y vali-dación de modelos capaces de predecir la localización de las áreas de puesta y la tasa de supervivencia larvaria del atún rojo (Thunnus thynnus) en el mar Balear, una herramienta que permitirá implementar sistemas de gestión que optimicen la explotación de esta especie y que promuevan así el buen estado de sus poblaciones. En la primera fase desarrollada entre los días 20 de junio y 7 de julio el equipo científico llevó a cabo un muestreo sistemático de unas 120 estaciones mediante arrastres de plancton -con redes Multinet, Bongo 90, 60 y 20B- y perfiles hidrográficos y tomas de muestras de agua para diversos análisis mediante roseta hidrográfica equipada con CTD y botellas NISKIN. En una segunda fase pretendieron localizar, dimensionar y seguir la evolución, mediante muestreo intensivo a lo largo del ciclo diario de, al menos, una mancha de alta

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densidad de larvas de atún rojo atlántico y localizar las zonas con presencia de postlarvas, llevando a cabo muestreos intensivos de ictioplancton dirigidos a la captura de las mismas. Los objetivos específicos de la campaña han sido: determinar la influencia del escenario hidrográfico en la estructura, distribución y condición de las poblaciones larvarias de atún rojo Atlántico en el Mar Balear; evaluar la fiabilidad de los modelos de hábitat de puesta ya desarrollados para la especie, incluyendo las primeras versiones del modelo operacional; definir la ecología trófica de larvas y postlarvas de atún rojo atlántico en el Mar Balear,


Los objetivos perseguidos durante la campaña se han cubierto a buen ritmo y los primeros datos obtenidos permiten ya adelantar que se trata de un año anómalo respecto a la serie de campañas estivales en la misma zona que se viene realizando desde el año 2001, puesto que la temperatura superficial del agua es unos dos grados inferior a lo habitual para estas fechas.

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considerando tanto su relación directa o indirecta con otros grupos planctónicos como las in-teracciones entre larvas de túnidos de distintas especies y tallas; calcular un índice larvario para la estimación de la biomasa del stock reproductor; obtener coeficientes de calibración que permitan estandarizar los resultados obtenidos en muestreos cuantitativos de larvas de túnidos con distintos tipos de redes y metodologías de pesca; y determinar la influencia ambiental en la estructuración vertical de las poblaciones larvarias de túnidos.


La Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos (FUNDATÚN), celebra el cumplimiento de las normas para la pesca del Atún y conservación de los Delfines en la zona del Océano Pacífico Oriental Tropical, contenidas en el “Acuerdo Programa Internacional para la Conservación de Defines (APICD)” en vigor desde febrero de 1999.

www.fundatun.org


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