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El Archivo de la Real Chancillería
El edificio actual custodia la documentación generada por el más alto tribunal de Justicia al norte del río Tajo entre los siglos XV y XIX
Por Marta Juste, periodista
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Si le preguntas a un vallisoletano por la Chancillería, lo más común es que te responda que es una calle de la ciudad. Pero muy pocos lo relacionarán con el más alto tribunal de Justicia que tuvo su sede en Valladolid desde el siglo XV al XIX. Y mucho menos con los 18 kilómetros lineales de documentación que alberga el archivo actual situado en esa misma calle a la que da nombre. Los fondos de la Real Chancillería (1371-1834), los de la Audiencia Territorial de Valladolid (1834-1988) y los correspondientes a otros organismos judiciales, como los de la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) o de la Audiencia Provincial de Valladolid, entre otros, se custodian entre las paredes de este edificio, restaurado en innumerables ocasiones desde su creación para adaptarse a los distintos usos que ha tenido.
Poco queda de esa primera construcción original, pero mucho del espíritu de preservar la documentación judicial de nuestro país generada durante más de siete siglos y que convirtió a Valladolid en una de las capitales más importantes de la península. Y ese espíritu queda patente cuando se cruza la puerta de entrada para visitar las distintas dependencias con las que cuenta en la actualidad.
La Chancillería era el motor político, social y económico de la ciudad e impulsó su crecimiento para poder albergar a todos los trabajadores asociados a ella: relatores, procuradores, letrados, oidores, alcaldes o escribanos, entre otros. Y es que las diez salas de justicia con las que contaba tramitaban asuntos constantemente, generando por tanto cada vez más y más documentación.
Además de cuatro salas civiles y cuatro penales, disponía de la Sala de Hijosdalgo y la Sala de Vizcaya, ambas para tratar directamente los pleitos de los hidalgos y de los vizcaínos, respectivamente. Sin embargo, en el archivo no solamente se pueden encontrar
DATOS RELEVANTES u•18 kilómetros lineales de documentación u u u u
•Aproximadamente un millón de documentos o expedientes
•360.000 descritos en el Portal de Archivos Españoles (PARES)
•200.000 digitalizados y disponibles íntegramente en PARES
•Visitas guiadas gratuitas para grupos de 4 a 25 personas los días laborables de 10 a 14 horas. Más información en la web: https://www.culturaydeporte. gob.es/cultura/areas/ archivos/mc/archivos/acv/ portada.html ejecutorias relacionadas con estos asuntos, sino también todos aquellos documentos presentados como pruebas y que se remontan más allá de la creación de la Chancillería.
MAPAS, ÓLEOS, MAQUETAS Y ARMAS
El rastreo de la documentación más antigua nos remonta al siglo X, a un privilegio de donación de unas tierras a un monasterio en el año 970, prueba que fue utilizada durante un juicio en el siglo XVII. Pero la labor de los archiveros ha hecho posible encontrar nuevos fondos aún más vetustos, ya que en el pasado las guardas —los papeles que protegen las tapas de los libros— se creaban reutilizando legajos de todo tipo. Así, se han hallado algunos del año 910 e incluso fragmentos del Beato de Liébana, del siglo VIII.
Cartas de navegación, mapas, fotografías y todo tipo de objetos, como maquetas o armas, forman también parte del archivo, que reserva un espacio además para los óleos judiciales, que se usaban como prueba antes de la llegada de los métodos más modernos. De hecho, en Valladolid se conservan 91 óleos, la mayor colección de este tipo que se conoce. Y, como curiosidad, las obras de arte tampoco faltan en estos fondos, ya que existen varios bocetos de ángeles en el margen de un documento realizados por uno de los funcionarios más ilustres de la Chancillería de Valladolid: el escultor y pintor Alonso Berruguete.
La abogacía puede encontrar en este archivo un gran número de documentos de interés, como por ejemplo los exámenes para la incorporación al ejercicio profesional de todos los abogados que querían trabajar al norte del río Tajo, con una recopilación de sus certificados bautismales, sus títulos de leyes, su experiencia, etcétera. Además, el archivo de la Chancillería también custodia el primer libro de competencia jurisdiccional en nuestro país, el Becerro de las Behetrías.
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EL EDIfICIO Y LOS ARCHIVEROS
Las dependencias del archivo, que se articulan en torno a un patio central, están formadas por salas de consulta, oficinas, zonas de trabajo, depósito documental y un salón de actos. Unas estancias conectadas entre sí mediante un leitmotiv que hace referencia al contenido del edificio: letras serigrafiadas en los cristales que muestran un fragmento del pleito de la hidalguía de la familia de Santa Teresa de Jesús.
Y dentro de estas paredes trabaja sin descanso el equipo actual del archivo de la Chancillería: una directora, un subdirector, cuatro archiveros y varias personas catalogando mapas. Una plantilla que, como ellos mismos reconocen, se queda corta, pero que lleva a cabo su labor con total entrega. Su trabajo no es fácil y las cifras lo corroboran: la catalogación de los fondos antiguos comenzó en 1906, pero en la actualidad no han realizado ni siquiera un tercio del total.
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Cualquier persona puede acudir al archivo para consultar la documentación que se
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UN GRAN COMPLEJO QUE REUNÍA CHANCILLERÍA , ARCHIVO Y CÁRCEL
La historia del edificio y cómo llegó a convertirse en un enorme complejo es larga e intrincada y se remonta a la época de los Reyes Católicos. El monarca medieval reunía en su persona todos los poderes, incluido el judicial, por lo que sus consejeros y la documentación necesaria debían estar siempre con él. Teniendo en cuenta que la Corte era itinerante y que los fondos no hacían más que crecer, esta forma de ejercer justicia se hizo inasumible. Este es el origen de la Real Chancillería de Valladolid y de su archivo.
Los reyes decidieron delegar todo el poder judicial —salvo algún caso excepcional— en los oidores, los jueces de la época. Y así se estableció el máximo órgano, el de últimas apelaciones, en un edificio ya existente: el Palacio de los Vivero, hoy Archivo Histórico Provincial de Valladolid. Su jurisdicción abarcaba todos los territorios al norte del río Tajo, ya que los del sur correspondían a una segunda Chancillería en Ciudad Real, que fue trasladada definitivamente a Granada en 1505.
Con el paso de las décadas el edificio se fue quedando pequeño y se sucedieron varias ampliaciones: Carlos I mandó construir la parte que hoy es el Archivo de la Chancillería para albergar oficinas, en 1682 se inauguró el conocido como ‘Archivo Viejo’ —hoy palacio custodia en él, pero las nuevas tecnologías permiten que todo el fondo catalogado pueda consultarse online a través del Portal de Archivos Españoles (PARES). Un avance que abre la Chancillería al mundo, pero que a su vez supone un reto: el soporte electrónico todavía no ofrece todas las garantías de conservación necesarias y los archiveros llevan más de una década haciendo un esfuerzo titánico por poner una solución a la situación. Estos profesionales, que tienen conocimientos de derecho, historia de las instituciones, técnicas documentales o paleografía, seguirán orientando su labor en ese sentido. El futuro de nuestros fondos está en buenas manos. de congresos Conde Ansúrez— y una cárcel que en la actualidad ocupa la biblioteca Reina Sofía de la Universidad de Valladolid. Con la llegada del sistema liberal, en 1834, desaparece la Chancillería y en sus dependencias se instaló la Audiencia Territorial de Valladolid hasta que en 1960 se trasladó a la calle Angustias.
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