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Mi clase. Mercedes Manuel, entrevista Go Steam Experience, Edelvives

Mi clase

MeRceDes Manuel gaRcía go steaM exPeRience, by eDelvives

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Licenciada y doctora en Química cuántica por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Coautora de varios artículos de investigación y autora de libros de texto de Física y Química de 4º ESO y 1º de Bachillerato y de Química de 2º Bachillerato en la editorial Edelvives. Profesora desde hace 30 años en el colegio marista San José del Parque de Madrid, en el que ha desarrollado el proyecto de los laboratorios de las materias de Física y Química y Biología y Geología para los alumnos de 1º ESO a 4º ESO y 1º de Bachillerato, e imparte las materias de Física y Química en 4º ESO y 1º de Bachillerato y de Química en 2º de Bachillerato. Además, es tutora de los alumnos de 2º de Bachillerato de la opción científico-sanitaria y coordina el equipo de profesores que forman el Departamento de Ciencias Experimentales.

¿Hay actividades divertidas en el aula? Parece que muchos niños y niñas disfrutan con el baile, el fútbol, el ajedrez, el dibujo o la música. Sin embargo, parece que no lo disfrutan tanto con las ciencias o la tecnología. ¿Esto es verdad?

Creo que en el momento actual se desarrollan muchas actividades divertidas en el aula. Pero sería bueno aclarar el término divertido y no comparar unas actividades con otras porque cada una aporta su nivel de satisfacción. Para mí, lo importante sería que los niños y adolescentes puedan realizar muchas experiencias distintas y que todas ellas contribuyan a su crecimiento. Para eso, se requeriría que todas esas experiencias fueran igualmente valoradas, también por la sociedad, y me temo que desgraciadamente no es así. Todo el mundo asume que si un niño se apunta a una extraescolar de fútbol se lo va a pasar muy bien. ¿Pesamos lo mismo si escuchamos que un niño se apunta a una extraescolar de laboratorio de Física? Para empezar, ¿en qué centro escolar existe una extraescolar de este tipo? Pero estoy segura de que muchos niños se divierten realizando actividades de ciencia y tecnología.

¿Cómo se pueden «cultivar» desde las aulas las vocaciones científicas en las niñas?

Creo que lo primero es contar con un equipo de profesores entusiasmados con estas disciplinas y que desborden ganas, creatividad y buen hacer para que sus alumnos lleguen a participar de su pasión y les tomen el relevo. Los alumnos aprenden no solo de sus profes, sino también “a sus profes”: copian nuestros gestos, repiten nuestras expresiones, interiorizan nuestros convencimientos y pasión si nos perciben veraces. Por eso, si ven en su centro escolar a un equipo de personas “viviendo la ciencia” en primera persona, será mas fácil que también se apasionen. Una segunda cuestión que me parece importante es que desde el aula se intenten desarrollar algunas capacidades en los alumnos como la observación, plantearse preguntas y buscar respuestas. Actualmente, tenemos algunos alumnos que parece que solo miran a la pantalla del móvil y se pierden la gran riqueza de la vida, de la naturaleza, de lo que ocurre a su alrededor. Algunos alumnos no soportan un breve tiempo de silencio: les produce inquietud; necesitan tener todo el tiempo ocupado haciendo algo, necesitan que todo ocurra aquí y ahora… No me gustaría que estas características pasaran a definirles como generación, pero es cierto que dificultan la elección de la vocación científica. ¿Qué persona del mundo STEAM no ha experimentado que las hipótesis o el proyecto planteados resultaron ser fallidos o que hubo que esperar más de lo que se pensaba en obtener unos resultados válidos? Y más de una vez he escuchado de algún alumno: “Uf, yo con eso no podría”.

¿Crees que es un paso en la igualdad de género que las mujeres se dediquen a las ciencias? ¿Se visibilizará un cambio social?

Afortunadamente muchas mujeres se dedican a las ciencias ya. Y pienso que ese cambio social está en marcha y es imparable. Pero creo que el verdadero cambio social debe venir por la educación. Al menos en el mundo occidental, los niños de hoy ya no viven las grandes desigualdades entre los hombres y mujeres que se dieron en siglos pasados, y es nuestra responsabilidad educarles para que no se vuelvan a reproducir esas desigualdades. Quizá sea una utopía, pero quiero pensar que la educación de las generaciones más jóvenes nos conducirá a una situación en la que los hombres y las mujeres se consideren compañeros de camino en la vida, imprescindibles todos, todos iguales y todos diferentes, para que se pueda manifestar la riqueza de todas las personas.

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