REVISTA LITURGIA PARROQUIAL EKKLESIANTIFICANTE, EDICIÓN NAVIDAD 2018

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Contenido Navidad 2018

Año III edición 11

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Editorial

07

Mensaje Episcopal

39

Horas Santas de adviento

53

Virgen de Guadalupe Novena

65

Rosario

70

Novena de Navidad

de 09 Elserproblema santo

74

Horas Santas de Enero

86

Horas Santas de Febrero

12

98

Espacio del lector

Parroquia lugar de santificación

en 16 Complejidades relaciones humanas

19

Influencia de los objetos y espacios celebrativos en la vivencia de la santidad

24

Preparación de dones en misa

fuente 28 Prefacios, de espiritualidad

32 El canto del “Santo” 35 Congreso Eucarístico 2018

Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica Arquidiócesis de Hermosillo COORDINADOR: Pbro. Isaac Urías Ibarra Dimensiones: Pbro. Luis Armando Gónzalez Torres Pbro. Marco Antonio Islas Félix Pbro. Pedro Moreno Valenzuela Pbro. Raúl E. Camarillo Blásquez Pbro. Erik Urias Ibarra

Eloisa Fabrett Socorrito Maya Fernando Parada Jaime Heredia Marianela González Rosaura Urquidez Ramoncita Serna Ana Silvia Valenzuela Hugo Félix Yolanda Zubiate Otilia Villarreal Guadalupe German

Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica

Tel. 2152696 pastoralliturgicahillo@hotmail.com Comisión de Liturgia Hillo Diseño editorial:

Arely Zagasta Diseñadora Gráfica

Impreso por: Carmona Impresores 01 800 228 2276 / 2676

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EDITORIAL N AV I DA D 2 0 1 8

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omo aquellos pastorcillos de hace más de dos mil años, ahora nosotros acudimos presurosos al gran misterio del nacimiento de Nuestra Esperanza.

Jesucristo es nuestra esperanza, es la fuente y camino de la santidad, Él es quien nos mueve a buscar las cosas santas, mismas que, por ser divinas son bellas, auténticas y hacen bien a todos. Al participar en este mundo de la santidad de Dios, siguiendo

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el ejemplo de Cristo, nos anticipamos a la belleza, verdad y bondad eternas. Sin lugar a duda hemos tenido grandes experiencias durante el ciclo que estamos finalizando, todas esas experiencias las dejamos en las manos de Dios y en nuestros corazones para salir fortalecidos. Como Iglesia y como individuos de una sociedad “glocal”, avistamos un horizonte lleno de retos para la evangelización, por ejemplo: La ola de violencia social que crece exponencialmente en México; el


drástico cambio climático con sus dramáticas manifestaciones en algunos países; las propuestas políticas alternas de gobierno en nuestro país y en el mundo, así como las complejidades para poner en marcha esas mismas propuestas, etc.

El inicio del año litúrgico, nos invita siempre a renovarnos en el “Misterio de la venida del Señor”, nos proponemos en esta edición: Reflexionar para obtener pautas de acción pastoral, ello, gracias a la Voz de Nuestro Pastor, manifestada recientemente en la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate de su Santidad el Papa Francisco. En esta edición podremos atender al mensaje de nuestro pastor diocesano, el Excmo. Don Ruy Rendón Leal, quien nos anima a provechar lo que nos ofrece este tiempo litúrgico para nuestra santificación. De igual modo, con una valiosa experiencia pastoral en varias comunidades, en el Seminario Mayor y en sus opciones de vida, el Pbro. Antonio García Morales, nos ayudará a ubicarnos en algunas complejidades humanas para vivir aspirando a la santidad en los nuevos escenarios actuales. En consonancia con el Magisterio de la Iglesia (documento de Aparecida), presentaremos un artículo que nos ayuda a redescubrir a nuestras Parroquias, presentándolas como el escenario ideal para responder a la llamada que Dios hace a la santificación. De igual modo y con el fin de facilitar nuestra actividad pastoral, ofrecemos un artículo que ayudará mucho a líderes, formadores y pastores, ya que nos exhibe algunas de las situaciones psicológicas más comunes en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, y que hoy nos pueden estar impidiendo vivir el ideal de la santidad cristiana. Algo importante en la Liturgia de la Iglesia católica, es su dimensión artística, por lo que hemos incluido una reflexión del arquitecto y Pbro. Raúl Camarillo, esta gira en torno a los espacios celebrativos y sus potencialidades para

mover a una búsqueda de santificación personal y comunitaria. Así mismo el Pbro. Marco Antonio Islas nos ayudará a comprender mejor, una parte de la Plegaria Eucarística, misma que, con ayuda de la música y el canto, deben contribuir a la participación plena y activa de quienes asistimos a misa para después lanzarnos a dar un testimonio de caridad en medio del mundo. El próximo año 2019 celebramos en México el Congreso Eucarístico Nacional, por lo que, el Pbro. Erik Urías da cuenta de los preparativos y celebraciones diocesanas para dicho evento, tan reconocido y promovido por la Iglesia en su doctrina.


Como parte de la formación litúrgica, concluimos reflexionando en dos momentos importantes de nuestras Eucaristías. El Pbro. Pedro Moreno nos facilita algunos elementos históricos y teológicos del rito de “Preparación de Dones”, y yo les presento igualmente, algunos elementos teológicos de “los Prefacios de Navidad” propios de la Plegaria Eucarística, mismos que pueden contribuir al enriquecimiento espiritual de todos en la búsqueda de santificación. En la segunda parte de esta Revista, de animación y formación, ponemos a consideración de las comunidades una serie de ejercicios de piedad y devociones como lo son: Horas Santas, Rosarios, Posadas navideñas, entre otros. Como aquellos Reyes Magos que acudieron guiados por la Estrella, presentamos y ofrecemos esta revista, con la esperanza de obtener mucho fruto en nuestras comunidades parroquiales. ¡Felices fiestas de Navidad!

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Adviento y Navidad Mensaje Episcopal

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Muy queridos hermanos y hermanas en Cristo Jesús: El tiempo litúrgico del Adviento, como bien sabemos, nos prepara a la solemnidad del nacimiento del Hijo de Dios. La importancia de estas semanas del tiempo de la espera, radica en la grandeza misma de la Navidad, meta de la preparación personal, familiar y comunitaria que debemos favorecer. La Navidad es tan importante, que la Iglesia nos ofrece, además del Adviento, un tiempo litúrgico que nos ayuda a prolongar, durante algunas semanas, la alegría del nacimiento de nuestro Salvador. Este tiempo lleva por nombre Tiempo de Navidad, el cual se cierra con la fiesta del Bautismo del Señor. Les propongo, tanto para el Adviento, como para la Navidad, que hagamos nuestra la invitación a ser santos que el Papa Francisco nos hace en la bella Exhortación Apostólica titulada “Gaudete et Exsultate” (“Alegraos y regocijaos”). Dispongámonos, por ello, para que cada día del Adviento y de la Navidad el Señor Jesús fortalezca nuestros corazones en la santidad y nos haga irreprochables delante de Dios, nuestro Padre (Cf. 1 Tes 3,13).

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La santidad es un llamado que Dios, desde tiempos antiguos, hizo a su Pueblo, y que nos hace, hoy en día, a cada uno de nosotros: “Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo” (Lev 19,2). Por otra parte, nuestro Señor, el Dios-con-nosotros, nos recuerda en el Evangelio este mismo llamado, diciéndonos: “Ustedes, pues, sean perfectos como es perfecto su Padre celestial” (Mt 5,48). Gran vocación es ésta, hermanos y hermanas. No nos contentemos con la mediocridad o con lo mínimo en la vida cristiana. Aspiremos a la santidad que el mundo reclama de nosotros los que creemos en la persona de Jesucristo, el Dios hecho hombre. El objetivo del Papa Francisco, en “Gaudete et Exsultate”, es un humilde llamado a la santidad, que podemos encarnarla en los diferentes contextos que vivimos hoy en día, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió “para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor” (Ef 1,4). Los personajes bíblicos, del Adviento y de la Navidad, cada uno con su estilo y peculiaridad, nos muestran diversos rasgos de santidad, dignos de imitar. Sobresalen: Juan Bautista, Zacarías e Isabel; Jesús, José y María; Simeón y Ana; los Reyes magos, entre otros. Reflexionando en las palabras, acciones y actitudes de estos hombres, mujeres y familias de Dios, encontramos un trasfondo de gracia y virtud que nosotros, ya sea al preparar o bien al prolongar la alegría del Nacimiento del Redentor, podemos hacer nuestro. Que en este Adviento y Navidad nos esforcemos por crecer en santidad, ante Dios y ante los hombres, procurando involucrar a nuestros familiares y amigos en esta maravillosa dinámica, recordando esas hermosas palabras del Salmo 93: “La santidad es el adorno de tu casa, oh Dios, por días sin término”. Con mis mejores deseos y mi bendición para todos.

+ Ruy Rendón Leal 08 Navidad 2018

Arzobispo de Hermosillo


EL PROBLEMA DE SER SANTO

¿

Qué significa la santidad? ¿Quiénes son los escogidos para ser santos? ¿Existe sólo un camino? ¿Es necesaria alguna religión para ser santos? Estas suelen ser algunas preguntas que nos pueden surgir cada vez que escuchamos hablar de los santos. Sin pretender tener todas las respuestas compartiremos algunas ideas. Empecemos con un poco de historia; de acuerdo con los datos que hoy tenemos, hace 150,000 años que existe el homo sapiens, el hombre. Actualmente somos más

de 7 mil millones de esta especie; en cambio las religiones sabemos, a ciencia cierta, que no había en este planeta tierra hace 6 mil

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años, lo cual no quiere decir que no se diera la espiritualidad. Entonces ¿pudo haber santos y santas? Toda la creación es gracia, y por eso podemos también hablar de una historia de la salvación, así el mundo aparece como una sola unidad sin separación entre sagrado y profano. Todo ha sido creado por amor dice el concilio Vaticano II en la Constitución pastoral Gaudium et Spes #2; y el mismo San Juan de la Cruz exclama maravillado: Parece al alma que todo el Universo es un mar de amor en que ella está extasiada, no echando de ver término ni fin donde se acabe ese amor, sintiendo en si, como habíamos dicho, el vivo punto y centro del amor. Parafraseando podemos decir que, el barro con el cual Dios personalmente, hizo y conserva todo, es el amor.

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Para nosotros la creación llegó a su culmen con la Encarnación del Hijo de Dios. Él es la plenitud de la Revelación; No porque niegue la verdad presente en el A. T. y otras religiones, sino porque la lleva a su culminación, históricamente insuperable. Los seres humanos y todo el universo, por lo tanto, vive en una tensión permanente a dejarse modelar profundamente por Cristo. Jesucristo es el punto más alto e insuperable de la Revelación y la Santidad de Dios en medio de la humanidad; pero no debemos dejar fuera a los santos judíos conocidos como los piadosos Hasid, o al santón musulmán Wali, al Gurú en la religión hinduísta, Etc. En el Primer Testamento, desde Abraham hasta María y José, el llamado a la santidad se repite en cada generación, se trata de una invitación a ser honestos y justos, como Dios; ello por el camino de la moral y la ética; también a través del conocimiento intelectual, humilde y profundo de nuestro ser creatural y sobre todo por la vía del corazón, del amor, que es lo más ordinario en la mística.

La Iglesia católica tiene 2 mil años, y a lo largo del tiempo se han dado diversos modelos de Iglesia, con características especiales y los santos y santas también

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están marcados por cada época;

en los primeros siglos hubo muchos santos mártires que no necesitaron de un proceso específico para tenerlos como modelos de vida, el pueblo mismo los veneraba como tales, cristianos y cristianas ejemplares, o bien algún Obispo los proponía como santos, pero fue hasta el año 993 que un santo fue canonizado por un Papa. Siglos después, Urbano VIII en 1634 será quien definitivamente pondría las normas que deberán ser tomadas en cuenta para que el Papa en turno canonice a los católicos-as. A finales del siglo pasado en el pontificado de San Juan Pablo II abundaron las canonizaciones y han continuado con los papas Benedicto XVI y Francisco.

El Papa Francisco nos dice en su Exhortación Apostólica sobre el llamado a la santidad en nuestra época, que necesitamos de un tipo de santidad nueva y distinta, encarnada por personas comunes y corrientes, tomadas de la vida ordinaria, las cuales hacen todo por amor y con una entrega total. En esta carta, Papa Francisco,

nos propone nuevos principios para ser verdaderos discípulos de Jesucristo hoy, entre ellos destacamos los siguientes:


1.

Ser pobre en el corazón, es uno de los desafíos mayores en un mundo que solo te habla e incita al éxito, a subir a como dé lugar en la clase social… Estos pobres del Evangelio como Jesús, bien pueden ser unos genios; pero nunca dejarán de solidarizarse con los marginados y usaran sus dones especiales para servir a los más pequeños y no para enriquecerse ellos mismos.

2. Ante la violencia en la cual estamos hundidos,

hay quienes generan mayor brutalidad pretendiendo acabar con ella, en cambio otros reaccionan con humilde mansedumbre, sin renunciar a la búsqueda de la Justicia y estos son también santos.

3. Saber llorar con quienes lloran… Buscar

la Justicia con hambre y sed; mirar y actuar con misericordia…Todos ellos y ellas son santos y santas de Dios. Todas estas nuevas formas o caminos de santidad, el Pueblo de Dios los vive con aguante, paciencia, alegría y sentido del humor, en comunidad, muchas veces con audacia y valentía. He visto en nuestras comunidades, que existen muchas personas que viven una mística profunda y sencilla, que nunca han perdido el sentido último y profundo de las cosas en su existencia. Además su vida de fe está siempre ligada a las realidades cotidianas donde Dios se manifiesta permanentemente.

En nuestro mundo, en las religiones, y fuera de ellas existen santos y santas, todos ellos y ellas hacen de nuestra historia una auténtica Historia de Salvación. Cada grupo

al que pertenecen estas personas, a su manera, pero todos, nos manifiestan que más allá de lo que vemos, existe la trascendencia, algo superior y este Algo o Alguien, nos conoce, nos llama y quiere nuestra realización hasta llegar a la plenitud. Y tú, ¿cómo vives la santidad?

Pbro. Antonio García Morales

51 años de sacerdocio en nuestra diócesis Navidad 2018

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PARROQUIA LUGAR DE SANTIFICACIÓN N AV I DA D 2 0 1 8

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ste año, en su reciente Exhortación Apostólica “Alegraos y regocijaos”, el Papa Francisco nos ha recordado el itinerario hacia Dios, hacia la santidad de vida. Dicho camino, hoy más que nunca, adquiere un gran sentido para todo cristiano ya que, “el cambio de época” que vivimos, pretende desdibujar el claro camino que nuestro Padre Dios mostró a toda la humanidad en su amado Unigénito. Quienes hemos leído este documento notamos desde el principio que el llamado a la santidad es fascinante y regocijante, pero a la vez es una tarea ardua y contra la corriente (Cap. III). Así mismo, se lee claramente que tenemos bastantes herramientas para alcanzar dicha santidad, tales como: Una acción humanizante a ejemplo del testimonio de Jesús y sus discípulos, los Sacramentos, la Sagrada Escritura, la oración, etc. (Cap. IV y V).

Sabemos que como Iglesia, vivimos momentos históricos difíciles, de confusión y convulsión, tanto en el interior de las familias cristianas, como en los grupos y comunidades a donde pertenecemos. Los

escándalos de abuso sexual de algunos clérigos, los escándalos de corrupción e impunidad en la clase gobernante, las múltiples y simultáneas opiniones, 12 Navidad 2018

a veces contrapuestas, que aparecen en las redes sociales y medios electrónicos acerca de un mismo hecho, los cambios en las legislaciones de los países del mundo que reorientan las costumbres de los individuos en las sociedades, etc. Todo ello es síntoma de una situación humana y cristiana desorientada, sin metas comunes, e incluso sin los medios o las instituciones sólidas y concretas para alcanzar dichas metas en beneficio de todos. Hace ya más de 50 años el Magisterio de la Iglesia en la Constitución Lumen Gentium, nos recordaba que los bautizados conformamos el Cuerpo Místico de Cristo y somos continuadores de su obra santificadora en el mundo, sin embargo hace poco menos de 12 años, nuestros obispos de América Latina y el Caribe, en su Quinta Conferencia Episcopal, realizada en Aparecida Brasil, nos señalaban uno de estos medios o, institución concreta, para alcanzar la meta trazada por Jesucristo. Nos recordaban que:


Las parroquias son células vivas de la Iglesia y lugares privilegiados en los que la mayoría de los fieles tienen una experiencia concreta de Cristo y de su Iglesia… Debe cultivarse la formación comunitaria… Los fieles deben experimentar la parroquia como una familia de fe y de caridad… Sean centros de irradiación misionera en sus territorios… Lugares de formación permanente. (Aparecida #304-306) En el mismo documento de Aparecida, pero en el #172 se nos hace un llamado a renovar las parroquias, para que sus miembros se sientan y sean realmente discípulos y misioneros de Jesucristo en comunión. Enfatizan que, desde la parroquia, hay que anunciar lo que Jesucristo hizo y enseñó mientras estuvo con nosotros”.

El pontificado de Francisco ha dejado claro que somos y debemos ser siempre una “Iglesia en salida”, donde de cada uno de sus miembros asume una nueva actitud evangélica frente a las duras realidades de nuestro mundo y de nuestros hermanos, una nueva actitud donde no solamente nos preocupemos de “los nuestros”, sino que nos interesemos por aquellos que “son diferentes” y necesitan de nosotros. Creo que, partiendo de esta idea, la Liturgia de la Iglesia y nuestros equipos de liturgia parroquiales también debemos asumir este urgente llamado, y proyectar una Liturgia en salida, donde quienes participen en ella, los ministros y los fieles en general que viven su sacerdocio común, gocen de un dinamismo creador que les haga permanentemente, ir y venir, desde Dios hacia todos los hermanos de la parroquia, pero sobre todo a los más necesitados que deberían ser parte de nuestra comunidad parroquial, para que nuestro culto muestre la belleza del amor de Dios que siempre nos socorre en nuestras debilidades.

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Si bien, ésta Exhortación Apostólica sobre el llamado a la santidad, advierte sobre las realidades adversas y las posibilidades que tenemos todos para vivir la santidad, no habremos de encontrar en ella, una amplia explicación acerca de los medios que ofrece la Liturgia para la santificación, sino que los da por entendidos, y sólo dedica seis números para hablar de lo que llama: “Culto que más le agrada a Dios” (#104-109), será en esos número de su carta, donde el Vicario de Cristo, nos invita a purificar nuestras prácticas de oración comunitarias para tenerlas más repletas de sentido, caridad al prójimo y búsqueda de la justicia para todos.

Ahora viene la pregunta fundamental: ¿Cómo hacer para que, en nuestras parroquias, desde una pastoral litúrgica, se viva este llamado a la santidad recordado por nuestro Papa Francisco? Nos

ayuda a responder a esta pregunta, recordar aquello que Sacrosanctum Concilium nos dice: La santa madre Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles a aquella participación plena, consciente y activa en las celebraciones litúrgicas que exige la naturaleza de la Liturgia misma y a la cual tiene derecho y obligación, en virtud del bautismo, el pueblo cristiano, "linaje escogido sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido" (1 Pe., 2,9)… hay que tener muy en cuenta esta plena y activa participación de todo el pueblo, porque es la fuente primaria y necesaria de donde han de beber los fieles el espíritu verdaderamente cristiano, y por lo mismo, los pastores de almas deben aspirar a ella con diligencia en toda su actuación pastoral, por medio de una educación adecuada (S.C. 14) 14 Navidad 2018


En este sentido, lo urgente para un Equipo de Animación Litúrgica Parroquial que quiere hacer pastoral en su parroquia sería:

1.

Estar abiertos a un diálogo sincero e incluyente, con todos los grupos y apostolados para involucrarlos y organizar mejor las celebraciones, de modo que la participación de todos sea más sentida y efectiva.

2.

Que quienes tienen ministerios litúrgicos (coros, lectores, ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión, etc.) participen en la programación, calendarización de actividades parroquiales, es decir que todos sepan integrarse y unirse en las celebraciones, para secundar o reforzar la obra evangelizadora desde la Eucaristía, que es fuente y culmen de toda la actividad de la Iglesia.

3.

Introducir signos y oraciones en las celebraciones a lo largo del año litúrgico, según lo permitan las circunstancias, sobre el significado de “ser pueblo sacerdotal llamado a ofrecernos con nuestras acciones en favor del prójimo, al Padre en Jesucristo”.

4.

Promover la formación o educación litúrgica en los diferentes grupos de apostolados, así como en los fieles que asisten a las celebraciones de los sacramentos.

Para finalizar, es bueno re-considerar que, como animadores de la pastoral litúrgica, tenemos la gran oportunidad de contribuir a la integración de comunidades parroquiales, antes, durante y después de las celebraciones, para que juntos respondamos con caridad efectiva, desde las distintas pastorales y apostolados, a las diversas situaciones de los hermanos que las integran.

5.

Estudiar el significado y finalidad de algunos espacios celebrativos, para re-hacer de ellos, unos auténticos espacios de encuentro fraterno, donde las comunidades rompan con el individualismo y se dialoguen sus situaciones existenciales.

Pbro. Isaac Urías Ibarra

Coordinador diocesano para la pastoral litúrgica Navidad 2018

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COMPLEJIDADES EN RELACIONES HUMANAS N AV I DA D 2 0 1 8

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l llamado a vivir la santidad nos pide una respuesta decidida, sobre todo, a solidarizarnos con los hermanos, especialmente los marginados, actualmente nos encontramos con una serie de complejidades humanas, que no son fáciles de discernir para asumir nuevas actitudes y acciones: A veces no tenemos claro si algunas complejidades de conductas en los hermanos, se tratan de situaciones pasajeras, producto del entorno en que vivimos o, si se trata de algún trastorno permanente derivado de alguna situación psicológica interna.

En los meses de invierno, alrededor de las fiestas de la Navidad, convivimos de un modo extraordinario en las familias, en los

centros de trabajo y en las comunidades parroquiales con hermanos que, de alguna manera, deben sobrellevar algunas complejidades mentales o emocionales y que también buscan la felicidad. Como equipo de animación pastoral diocesano, nos parece muy oportuno brindar una serie de elementos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en abril de 2017, relacionados con los trastornos psicológicos más comunes en el mundo, esto con la intención de conocer mejor algunas realidades humanas comunes, para apoyarnos como hermanos y, vivir más claramente el espíritu santificante en nuestra Iglesia. Se trata pues, de un análisis serio y metódico de un organismo internacional que recoge los esfuerzos de especialistas dedicados a atender estas realidades en nuestro mundo. Veamos lo que nos dicen:

Trastornos mentales

Hay una gran variedad de trastornos mentales, cada uno de ellos con manifestaciones distintas. En general, se caracterizan por una combinación de alteraciones del pensamiento, la percepción, las emociones, la conducta y las relaciones con los demás.

Entre ellos se incluyen la depresión, el trastorno afectivo bipolar, la esquizofrenia y otras psicosis, la demencia, las discapacidades intelectuales y los trastornos del desarrollo, como el autismo. Hay estrategias eficaces para prevenir algunos trastornos mentales, como la depresión.


Se dispone de tratamientos eficaces contra los trastornos mentales y medidas que permiten aliviar el sufrimiento que causan. La prevalencia de los trastornos mentales continúa aumentando, causando efectos considerables en la salud de las personas y graves consecuencias a nivel socioeconómico y en el ámbito de los derechos humanos en todos los países.

Depresión

La depresión es un trastorno mental frecuente y una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. Afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo, con mayor prevalencia en las mujeres que en los hombres. El paciente con depresión presenta tristeza, pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar, sentimientos de culpa o baja autoestima, trastornos del sueño o del apetito, cansancio y falta de concentración. También puede presentar diversos síntomas físicos sin causas orgánicas aparentes. La depresión puede ser de larga duración o recurrente, y afecta considerablemente a la capacidad de llevar a cabo las actividades laborales y académicas y de afrontar la vida cotidiana. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. La depresión de leve a moderada se puede tratar eficazmente con terapias que utilizan el diálogo, como la terapia cognitivo-conductual o la psicoterapia. Los antidepresivos pueden ser un tratamiento eficaz para la depresión de moderada a grave, pero no son el tratamiento de elección para

la depresión leve. Tampoco se deben emplear para tratar la depresión infantil y no son el tratamiento de elección en los adolescentes, a quienes se deben prescribir con cautela. En el tratamiento de la depresión se tienen en cuenta los aspectos psicosociales y se determinan los factores que pueden causar estrés, como las dificultades económicas, los problemas en el trabajo y el maltrato físico o psicológico, así como las fuentes de apoyo, como los familiares y amigos. El mantenimiento o la recuperación de las redes y las actividades sociales son también importantes.

Demencia

En el mundo hay unos 47,5 millones de personas que padecen demencia. Este trastorno de naturaleza crónica y progresiva se caracteriza por el deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento) más allá de lo que podría considerarse consecuencia del envejecimiento normal. La demencia afecta a la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. El deterioro de la función cognitiva suele ir acompañado, y en ocasiones es precedido, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación. La demencia es causada por diversas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro, como la enfermedad de Alzheimer o los accidentes cerebrovasculares. Existen numerosas intervenciones para apoyar y mejorar la vida de las personas con demencia y la de sus cuidadores y familiares.

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Trastornos del desarrollo, incluido el autismo Los trastornos del desarrollo suelen debutar en la infancia pero tienden a persistir hasta la edad adulta, causando una disfunción o un retraso en la maduración del sistema nervioso central. Por lo general, no se caracterizan por periodos de remisión y recidivas como muchos otros trastornos mentales, sino que siguen un patrón constante. La discapacidad intelectual se manifiesta por la afectación de facultades de diversas áreas del desarrollo, como las habilidades cognitivas y la conducta adaptativa. El retraso mental afecta a la capacidad de adaptarse a las exigencias cotidianas de la vida. Los síntomas de los trastornos generalizados del desarrollo, como el autismo, son alteraciones del comportamiento social, la comunicación y el lenguaje, así como limitaciones específicas de cada individuo con respecto a sus intereses y actividades, que realiza repetidamente. Los trastornos del desarrollo suelen iniciarse en la infancia o la primera niñez. En ocasiones, las personas afectadas presentan un cierto grado de discapacidad intelectual. La participación de la familia en el cuidado de las personas con trastornos del desarrollo es fundamental. Es importante conocer las situaciones y actividades que causan tensión o reportan bienestar al individuo, así como encontrar el entorno más adecuado para el aprendizaje. El establecimiento de rutinas diarias, fijando momentos concretos para las comidas, el juego, el aprendizaje, el contacto con los demás y el sueño, ayuda a evitar el estrés innecesario. También es importante que los servicios de salud hagan un seguimiento regular a los niños y adultos que presentan trastornos de desarrollo y que se mantengan en contacto con sus cuidadores. Asimismo, la sociedad en general debe implicarse en velar por que se respeten los derechos y las necesidades de las personas discapacitadas.

¿Quién puede presentar trastornos mentales?

Los determinantes de la salud mental y de los trastornos mentales incluyen no solo características individuales tales como la capacidad para gestionar 18 Navidad 2018

nuestros pensamientos, emociones, comportamientos e interacciones con los demás, sino también factores sociales, culturales, económicos, políticos y ambientales, como las políticas nacionales, la protección social, el nivel de vida, las condiciones laborales o los apoyos sociales de la comunidad. Otros factores que pueden causar trastornos mentales son el estrés, la herencia genética, la alimentación, las infecciones perinatales y la exposición a riesgos ambientales.

Recursos del sistema de salud

Los sistemas de salud todavía no han dado una respuesta adecuada a la carga de trastornos mentales; en consecuencia, la divergencia entre la necesidad de tratamiento y su prestación es grande en todo el mundo. En los países de ingresos bajos y medios, entre un 76% y un 85% de las personas con trastornos mentales graves no recibe tratamiento; la cifra es alta también en los países de ingresos elevados: entre un 35% y un 50%. El problema se complica aún más por la escasa calidad de la atención que reciben los casos tratados. Además de la ayuda que prestan los servicios de salud, las personas que presentan enfermedades mentales necesitan apoyo y atención social. A menudo necesitan que se les ayude a participar en programas educativos que satisfagan sus necesidades, así como a encontrar un empleo y una vivienda que les permitan vivir y mantenerse activos en su entorno social. Esperamos, que esta información sirva a todos, sea como cristianos o como agentes de la pastoral litúrgica, para que tengamos mayor claridad ante la serie de retos que, con ayuda de Dios y la creatividad comunitaria de la fe, podamos asumir y superar en la alegría del Evangelio.

Equipo editorial de Ekklesiantificante


INFLUENCIA DE LOS OBJETOS Y ESPACIOS CELEBRATIVOS EN LA VIVENCIA DE LA SANTIDAD N AV I DA D 2 0 1 8

“Subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos”. Ap. 8,4. Dos aportaciones muy valiosas del Concilio Vaticano II a la Iglesia son, por un lado, la renovación de la conciencia de la llamada universal a la santidad, y por otro la reforma litúrgica. Parecerían dos temas inconexos entre sí, pero la realidad es que la reforma litúrgica se buscó precisamente para apoyar la vivencia de la santidad. La conciencia de que todo fiel bautizado, por el hecho de serlo, está llamado a la plenitud de la vida cristiana, y a ser protagonista en la misión de la Iglesia, ha constituido un impulso a la vocación de todos los cristianos, quienes «son llamados por Dios, cada uno por su camino, a la perfección de la santidad propia del Padre» (LG 11).

Esta santidad se realiza de diferentes maneras: en la vida cotidiana con el testimonio de caridad, en el ejercicio de la propia misión con los carismas recibidos, y de manera especial, en la celebración de la liturgia. El Vaticano II ha recordado que la

liturgia es «fuente y cumbre» de la vida cristiana (SC 10), ya que «en ella los signos sensibles significan y, cada uno a su manera, realizan la santificación del hombre» (SC 7). Por ello es importante cuidar el ars celebrandi, el arte de celebrar, para que esa comunión íntima entre Dios y su pueblo, se realice, como momento privilegiado, por medio de la liturgia.

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La reforma litúrgica llevada a cabo por el Concilio consiste precisamente en que los fieles pudieran comprender aquello que celebran, con una «participación plena, consciente y activa» (SC 14), descubriendo el misterio que encierran cada uno de los signos, gestos y palabras. El Concilio nos recuerda que «en la liturgia terrena pregustamos y tomamos parte de aquella liturgia celestial, que se celebra en la santa ciudad de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, y donde Cristo está sentado a la diestra de Dios como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero» (SC 8). El Sanctus que entonamos en cada eucaristía, unidos a los ángeles y arcángeles y a todos los coros celestiales, manifiesta claramente «que por la celebración eucarística, nos unimos ya a la liturgia del cielo» (Catecismo de la Iglesia Católica # 1326).

Es por esta razón que desde siempre la Iglesia ha buscado «que las cosas destinadas al culto fueran en verdad dignas, decorosas y bellas, signos y símbolos de las realidades celestiales», buscando constantemente el noble servicio de las bellas artes (SC 122). Así se comprende que la reforma litúrgica y la mejor comprensión de los misterios celebrados implican 20 Navidad 2018

que los espacios para el culto y los objetos usados en la liturgia sean signos materiales que expresen la santidad de Dios. A estos espacios y objetos,

la tradición del pueblo cristiano a lo largo de los siglos no los ha considerado simples cosas de uso cotidiano, sino santos, en el sentido bíblico de separación, de diferencia con lo mundano, de uso exclusivo para Dios. Un cáliz no es una simple copa, sino un objeto

sagrado, algo que no se puede usar en otro momento, sino que está reservado al culto divino. Eso mismo podemos decir del altar, de las vestimentas, copones, y demás objetos litúrgicos. Por otro lado, «la Iglesia –sigue recordando el Concilio– nunca consideró como propio ningún estilo artístico, sino que acomodándose al carácter y condiciones de los pueblos y las necesidades de los diversos ritos, aceptó las formas de cada tiempo […] con tal que sirva a los edificios y ritos sagrados con el debido honor y reverencia» (SC 123). Así pues, las formas artísticas de diferentes tiempos y lugares pueden ser utilizadas para expresar el Misterio de Dios, no existe un estilo artístico oficial de la Iglesia. Sin embargo, siempre ha existido un discernimiento del pueblo cristiano, para identificar entre las obras artísticas aquellas «que estaban de acuerdo con la fe, la piedad y las leyes religiosas tradicionales y que


eran consideradas aptas para el uso sagrado» (SC 122). Por ello recomienda el Concilio a los Pastores que «sean excluidas de los templos y demás lugares sagrados aquellas obras artísticas que repugnen a la fe, a las costumbres y a la piedad cristiana, y ofendan el sentido auténticamente religioso, ya sea por la depravación de las formas, ya sea por la insuficiencia o la falsedad del arte». Muy claro el Concilio… no porque ya se haya adquirido ese objeto litúrgico hay que usarlo; si no mueve a la piedad y a la fe del pueblo cristiano, ni percibimos que sea signo de la santidad de Dios, podemos prescindir de su uso…

De hecho en liturgia se habla de signos y hay antisignos. Un signo es algo que manifiesta adecuadamente el Misterio de Dios, como pudiera ser el incienso que se eleva como las oraciones del pueblo. Y un antisigno es todo aquello que lo distorsiona, como objetos o lugares que desdigan de la santidad de Dios. Los

antisignos se dan en los dos extremos: por un lado la falta de dignidad, o mediocridad, y por el otro el exceso cuando se busca la mera suntuosidad, excesiva y banal. El hombre de hoy está sensibilizado para encontrar la noble belleza en un justo medio. ¿Cuál será nuestra realidad? ¿Sabemos darle a los signos su debido valor? ¿Nuestros espacios litúrgicos nos dan paz, nos mueven a la oración, nos invitan a quedarnos en ellos en comunicación con Dios? ¿Buscamos la dignidad en nuestros objetos litúrgicos y su arreglo? La sencillez, el orden y el decoro no son cuestión de mero presupuesto… Todos tenemos experiencia de haber estado en capillas o templos en los que estamos a gusto, que elevan nuestro espíritu hacia Dios. También hemos experimentado música, imágenes y ornato de los objetos que facilitan nuestra conexión con lo divino. Es tarea de todos los fieles, y en especial de los servidores de liturgia, el propiciar en las celebraciones, mediante los espacios y sus signos materiales, la vivencia de la santidad de Dios. Y que esa vivencia a su vez mueva al cristiano a buscar esa santidad en la propia vida.

Pbro. Raúl E. Camarillo Blásquez

Coordinador de la dimensión de Arte Sacro y cuidado de bienes culturales Navidad 2018

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Música litúrgica Congreso anual de animación y formación: 100 agentes de pastoral este año Taller Salmistas: 50 agentes de pastoral este año Formación por decanatos: aproximadaente 100 agentes de pastoral Conciertos en comunidades parroquiales de las periferias, para promoción cultural y evangelización: Aproximadamente asistieron 2000 fieles 22 Navidad 2018

Animación y formación Revista Liturgia Parroquial Ekklesiantificante, llegando al 98% de las comunides parroquiales. Subsidio Primera Participación Eucarística, alcanzando una animación pastoral de un 95% de las comunidades parroquiales de la dióciesis.

MESC y congresos Eucarísticos

Cursos de verano y en decanatos de animación y formación liturgica, con un aproximado de 300 agentes de pastoral atendidos.

Trámite de credencialización a MESC de parroquias de la diócesis.

Subsidio de animación: Elecciones 2018, en comunión con las pastorales profética y social

Curso de animación y formación en decanato I y IV con participación de 80 agentes depastoral.

Diplomado, curso básico SOMELIT, con la participación de 51 agentes de pastoral de 18 parroquias de Hermosillo.

Congreso Eucarístico Diocesano.


“Los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.»” Lc 2, 15b Al igual que aquellos pastores presentemos con alegría, al Salvador que nos ha nacido, nuestros dones hechos servicios.

Piedad popular y santuarios Promoción diocesana y realización de Peregrinación a la Basilica de Guadalupe. Animación a grupos devocionales con motivo de la Pascua, con una participación aproximada de 300 agentes de pastoral.

Ceremoniero episcopal Agenda litúrgica Preparación de Misa Crismal. Manual (Compendio de documentos) para formación de ceremonieros y su reuniones (2).

Arte sacro Promoción de sus servicios en decanatos locales y foráneos. Navidad 2018

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PREPARACIÓN DE DONES EN MISA N AV I DA D 2 0 1 8

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a misa se desarrolla según la estructura fundamental que se ha perpetuado hasta nuestros días: La reunión, la liturgia de la Palabra, con las lecturas, la homilía y la plegaria universal, y la liturgia de la eucaristía, con la presentación del pan y vino, la acción de gracias consagratoria y la comunión. En nuestro artículo nos ocuparemos del inicio de la segunda parte de la Misa que hoy la Institución del Misal Romano llama “preparación de dones” (1). Para ello tomamos el siguiente número de la Institución: Al comienzo de la Liturgia Eucarística se llevan al altar los dones que se convertirán en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En primer lugar se prepara el altar, o mesa del Señor, que es el centro

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de toda la Liturgia Eucarística, y en él se colocan el corporal, el purificador, el misal y el cáliz, cuando éste no se prepara en la credencia. En seguida se traen las ofrendas: el pan y el vino, que es laudable que sean presentados por los fieles. Cuando las ofrendas son traídas por los fieles, el sacerdote o el diácono las reciben en un lugar apropiado y son ellos quienes las llevan al altar. Aunque los fieles ya no traigan, de los suyos, el pan y el vino destinados para la liturgia, como se hacía antiguamente, sin embargo el rito de presentarlos conserva su fuerza y su significado espiritual. También pueden recibirse dinero u otros dones para los pobres o para la iglesia, traídos por los fieles o recolectados en la iglesia, los cuales se colocarán en el sitio apropiado, fuera de la mesa eucarística. (2).


Viendo un poco de la historia de este momento de la celebración, descubrimos que la preparación de dones va desde la simplicidad ritual más escueta hasta un desarrollo solemne poco claro e incluyendo cosas o ideas superfluas y desordenadas que lo hacían confuso y pesado. Al principio se trataba de un gesto como cualquier otro. San Justino (siglo II) lo describe así: “Luego (después del beso de la paz), al que preside a los hermanos, se le presenta pan y un vaso de vino y agua” (3). El gesto poco a poco va adquiriendo una cierta importancia y valor simbólico. En el Ordo (4) Romanus I (siglos VII-VIII), hallamos una descripción minuciosa del rito del ofertorio: las ofrendas que traen los fieles son recogidas por los diversos ministros, y mientras tanto se canta un salmo. Las primeras noticias que se tiene de un canto de ofertorio las encontramos en san Agustín, (siglo III) (5), pero el primero que aplicó a este canto el nombre de ofertorio fue san Isidoro de Sevilla (siglo IV) (6).

En el siglo IV la presentación de las ofrendas incluye una intención caritativa, pues los fieles llevan más de lo necesario con el objeto de proveer las necesidades de la Iglesia, del clero y de los pobres. La presentación de las ofrendas era considerada como un deber y un privilegio de los fieles, pues si éstos tenían la obligación de llevarlas solo podían hacerlo quienes estaban en comunión con la Iglesia. Hacia el año 700, en Roma, los fieles ya no depositan las ofrendas sobre el altar, sino que el Obispo y demás ministros bajan a recogerlas a distintas partes de la iglesia. A principios del siglo XI comienza a ofrecerse dinero junto con otros dones. Esto daría lugar a la desaparición de las ofrendas en especie. Enseguida desaparece la procesión ofertorial. Las causas que lo provocaron son éstas: la disminución de los fieles comulgantes; el pan ácimo confeccionado expresamente para la Eucaristía y la introducción, que se inició en el siglo XI y se generalizó en el siglo XII de las hostias pequeñas previamente prefabricadas para la comunión de los fieles.

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Como vestigios de la práctica anterior persistió la colecta del dinero, realizada al principio de la Liturgia Eucarística y la limosna de la misa, que hacían los oferantes antes de la Misa para que ésta fuera aplicada por sus intenciones particulares. En los primeros siglos la preparación del pan y vino se hacía en silencio, era una acción práctica y breve. También se hacía en silencio la procesión de ofrendas. Así mismo, la presentación de los dones no iba acompañada de ningún formulario, pues las ofrendas se consideraban sagradas por el mero hecho de ser colocadas sobre el altar. Sin embargo la dinámica del rito originó la aparición de un cántico como lo señalamos más arriba. Antes de la presentación del vino se depositan en el cáliz unas gotas de agua. El rito es antiquísimo, pues parece que el mismo Señor consagró vino mezclado con agua. De él habla san Justino, en la segunda mitad del siglo II, la mezcla del agua –los fieles- y el vino –Cristo- simboliza nuestra unión con Dios, o mejor la unión de nuestra naturaleza humana con la naturaleza divina de Cristo. Hasta el siglo VIII hallamos una sola oración al final del rito: la oración “super oblata” (oración sobre la oblata), llamada más tarde secreta porque se recitaba ya en esa época en voz baja. La más antigua data de principios de la Edad Media; las demás son posteriores al siglo IX y proliferaron hasta el siglo XIII. 26 Navidad 2018

La situación actual de esta parte de la celebración de la Misa es la siguiente: La Liturgia Eucarística empieza con un conjunto de ritos, a partir del misal de Paulo VI como “preparación de dones”. En efecto, su núcleo primitivo y esencial consiste en poner sobre el altar el pan y el vino destinados a convertirse en el sacramento del cuerpo y la sangre de Cristo. En su conjunto, la Liturgia Eucarística está

polarizada por dos centros celebrativos-rituales más importantes: La plegaria eucarística con la consagración y la participación en el sacrificio con la comunión y estos centros están precedidos por dos momentos preparatorios: La preparación del altar para el sacrificio, y la preparación de la asamblea para la comunión.

En esta primera parte de la liturgia Eucarística se advierte un cambio de escena o lugar de desarrollo de la acción: Antes había sido el ambón, ahora es el altar; antes el objeto de atención había sido el Leccionario, ahora son los dones. El Ordinario de la Misa en esta parte señala que el sacerdote toma la patena con el pan o el cáliz y teniéndolo entre ambas manos un poco elevado sobre el altar dice en voz baja: Bendito seas, Señor etc… Para indicar así que se trata nada más de una presentación de


dones. En cambio al final de la plegaria Eucarística toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice: Por Cristo con él y en él, etc…

Hay solamente una sola elevación de estos elementos en toda la Misa. A Dios no le ofrecemos pan y vino, sino el Cuerpo y la Sangre de Cristo, como memorial de la presencia del sacrificio redentor, al que se une el sacrificio de la Iglesia.

“Bendito seas, Señor, Dios del universo, por este pan, fruto del a tierra…”. Los dones que el Señor nos ha concedido y que hemos hecho “nuestros” se los devolveremos los hombres como dones para el sacrificio. Aunque ciertamente el momento de la preparación de los dones no ha de atribuírsele un carácter propiamente sacrificial, sin embargo, no se puede negársele un tono personalmente ofertarial. Es una especie de preludio de una actitud sacrificial que debe extenderse a todos los participantes, y debe alcanzar su momento más álgido y expresivo en la plegaria eucarística. Dentro del ofertorio está la incensación para significar de este modo que la oblación de la Iglesia y su oración suben ante el trono de Dios, la extensión de la incensación al sacerdote y al pueblo tiende a que cada uno se sienta inmerso en la presentación de los dones colocados sobre el altar para el sacrificio (7). También el sacerdote se lava las manos como símbolo de purificación interior.

Finalmente ¿dónde se manifiesta que la presentación de los dones es la ofrenda de sí mismo? ¿Existe un gesto externo en el que se manifieste nuestro sacrificio? Así es, en efecto, se trata de las ofrendas y la colecta. De ello ya habla la Institución General del Misal Romano (8). No

puede haber verdadero sacrificio a Dios si no hay sacrificio respecto a los hermanos necesitados. Es agradable a Dios nuestra ofrenda, cuando va unida al amor y a la caridad a los demás. El gesto de presentar el pan y el vino para el banquete eucarístico, sólo tiene pleno sentido si se presentan también otros dones para que todos puedan tener “pan y vino”. No se puede compartir el pan de la Eucaristía sin estar dispuestos a compartir el pan ordinario de la vida. El

don es dar de lo nuestro dándonos. Dios no acepta nuestros dones de pan y vino, si a través de ellos no nos damos a nosotros mismos en sacrificio, expresado en una ofrenda que es autodonación de sí mismo a los demás. La comunión sólo será tal en la comunicación de bienes que sea autocomunicación de sí mismo. Este debe ser, y no otro, el sentido de las ofrendas y la colecta.

(1) Institución general del Misal romano Cfr. 73-77. (2) Idem, n. 73. (3) Justino, Apología 1, 65. (4) Ordo o ordinis, son guías que describen el detalle de las ceremonias, que sirvieron a los que no estaban familiarizados con las costumbres romanas cuando estas salieron fuera de la Iglesia de Roma. (5) Retractationes 2, 11. (6) De ecclesiasticis officiis 1,14. (7) Idem Cfr. n. 76 (8) Institución general del Misal romano Cfr. n. 73.

Pbro. Pedro Moreno Valenzuela Ceremoniero del Arzobispo

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PREFACIOS, FUENTE DE ESPIRITUALIDAD N AV I DA D 2 0 1 8

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a Plegaria Eucarística es el centro y cumbre de toda la celebración eucarística (IGMR 78). Es un gran diálogo en oración con Dios y, aunque es una sola gran plegaria, se compone de varias partes. La primera parte, es el Prefacio.

Eucaristía significa “acción de gracias”, sin embargo, de todas las oraciones de la Misa, el Prefacio es la oración que nos muestra esta realidad con más claridad. En el prefacio, la Iglesia da gracias al Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo, por todas sus obras,

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por la creación, la redención y la santificación. Toda la asamblea se une entonces a la alabanza incesante que la Iglesia celestial, los ángeles y todos los santos, cantan al Dios tres veces santo. (Catecismo de la Iglesia Católica #1352). -El Señor esté con ustedes. -Y con tu espíritu. Siempre es el mismo dialogo inicial que une a la Asamblea y al Sacerdote en oración, y que a la vez eleva su corazón «a las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios» (Col 3,1-2). -Levantemos el corazón. -Lo tenemos levantado hacia el Señor. -Demos gracias al Señor, nuestro Dios. -Es justo y necesario.


La elevación al Padre retoma las últimas palabras del pueblo, «es justo y necesario», y con leves variantes, levanta la oración de la Iglesia al Padre celestial. De este modo el prefacio, y con él toda la plegaria eucarística, dirige la oración de la Iglesia precisamente al Padre. Así cumplimos la voluntad de Cristo: «Cuando oren, digan Padre» (Lc. 11,2), y somos dóciles al Espíritu Santo que, viniendo en ayuda de nuestra flaqueza, ora en nosotros diciendo: «¡Abba, Padre!» (Rm. 8,15.26) para agradecerle todos los dones, todos los beneficios que a lo largo de la historia de la salvación nos ha concedido. Reconociendo que sus obras han sido realizadas de modo gratuito porque es un Dios que ama.

El Misal Romano contiene un elenco de prefacios para cada uno de los tiempos litúrgicos, para las solemnidades y fiestas de los misterios del Señor, para las fiestas de los santos y las misas rituales. En el tiempo de Navidad proclamamos, en cada Eucaristía, unos prefacios que contribuyen a centrarnos en el agradecimiento a Dios por haber querido venir para a ser parte de nuestra historia. Veamos con más detenimiento los prefacios de Navidad:

PREFACIO I DE NAVIDAD (Cristo es luz) …Porque gracias al misterio de tu palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que conociendo a Dios visiblemente, por él seamos impulsados al amor de lo invisible. Navidad y Epifanía son el tiempo de la claridad, por ello la acción de gracias se centra en la Luz que Dios nos ha dado. En adviento escuchamos a Isaías con el anuncio profético del Salvador venidero, que iba a venir como luz para las naciones. En Navidad agradecemos a Dios, que en Cristo nos dio su Luz definitiva. En la Misa nocturna diremos a Dios: “has iluminado esta noche santa con el nacimiento de Cristo, la luz verdadera”. La luz ya era una realidad entre nosotros, por la creación, sin embargo ahora “por el misterio de la Palabra hecha carne”, esta luz brilla ante nuestros ojos “con nuevo resplandor”. Jesucristo continúa siendo nuestro mediador ante el Padre, y en la Navidad nos ayuda a “conocer a Dios visiblemente”, así nos lleva “al amor de los invisible”. “A Dios nadie lo ha visto jamás” (Jn. 1,18), pero “quien me ve a mí ve al Padre” (Jn 14,9). Durante la solemne vigilia Pascual, entonaremos cantos a Cristo como Luz, con el símbolo del Cirio Pascual. La Navidad y la Pascua celebran el mismo y único misterio de Cristo, Luz del mundo. Reflexionemos: ¿Qué áreas de nuestra vida aún están en tinieblas, y son causa de temores y son sufrimientos, y requieren la iluminación de la sonrisa divina?

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PREFACIO II DE NAVIDAD (Restauración universal en la Encarnación) …Quien, en el misterio santo que hoy celebramos, siendo invisible en su naturaleza divina, se hizo visible al asumir la nuestra, y engendrado antes de todo tiempo, comenzó a existir en el tiempo para devolver su perfección a la creación entera, reconstruyendo en su persona cuanto en el mundo yacía derrumbado y para llamar de nuevo al hombre caído al Reino de los cielos. Esta oración condensa una gran teología, se construye con dos binomios antitéticos, que ayudan a comprender el misterio de la Encarnación:

a. El que ya existía antes, como Dios, se nos hace presente como hombre. b. El que era invisible, ahora se nos hace visible y cercano. c. El que es eterno, ha querido entrar en nuestra historia. Cuya finalidad es: a. Para asumir en sí todo lo creado. b. Para reconstruir y restaurar lo caído. c. Para llamar al pecador al Reino de los cielos.

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Se trata de una alabanza por la restauración cósmica y humana, por la reconciliación y la paz, que de modo admirable se ha realizado con la venida de Cristo en Navidad y tendrá plenitud en su Pascua. (Col.1,1520). Una de las fórmulas de bendición solemne en Navidad dice: “Aquel que, por la encarnación de su Hijo, unió la tierra con el cielo, los colme de su paz y de buena voluntad”. Reflexionemos: ¿Qué debe reconstruir en nuestra vida, Aquél que se abajó tomando nuestra condición humana?


PREFACIO III DE NAVIDAD (Intercambio efectuado en la Encarnación del Verbo) …Por él, hoy resplandece el intercambio que nos salva, ya que al asumir tu Hijo nuestra fragilidad, no sólo quedó nuestra carne inmortal honrada para siempre, sino que, por ésta unión admirable, nos hizo también partícipes de tu eternidad.

Aprovechemos la riqueza del Misal Romano y propongámoslo a nuestros pastores para utilizarlos, en nuestros retiros, catequesis o meditaciones.

Un gran intercambio sucede en Navidad, es algo favorable a nosotros y admirable para todos. Dios se hace Hombre (Jn. 1,14) y el ser humano es hecho partícipe de la divinidad: “A los que le recibieron, les dio el poder de hacerse hijos de Dios” (Jn. 1,12). Jesucristo asume nuestra frágil condición, así eleva al ser humano a una nueva condición divina y eterna. Todo ello es un gran motivo para dar gracias en la celebración del misterio de la Navidad. Reflexionemos: ¿Qué aspectos de tu vida necesitan dignificarse, levantarse, con ayuda de Quien se ha abajado hacia nosotros?

Será muy provechoso y conveniente para todos los miembros de la Iglesia, atender y hacer resonar en su interior, cada una de las palabras pronunciadas por el sacerdote en el Prefacio, ello, para darnos cuenta, porqué agradecemos a Dios unidos como Iglesia peregrina con la Iglesia celeste. En algunos cursos y publicaciones ofrecidos en la diócesis recientemente, hemos insistido que, en el Misal Romano y en los Libros Litúrgicos, tenemos un gran tesoro eclesial, ya que encontramos allí una serie de oraciones que representan una rica fuente para alimentar nuestra espiritualidad cristiana, además son una gran beta de contenidos teológicosdoctrinales aprovechables para poder evangelizar y catequizar más fructíferamente. Pbro. Isaac Urías Ibarra

Coordinador diocesano para la pastoral litúrgica Navidad 2018

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EL CANTO DEL “SANTO” N AV I DA D 2 0 1 8

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ola Hermanos (as), que siguen creciendo en su ministerio que Dios nuestro Padre a través de su Espíritu Santo nos ha concedido para alabar con nuestro canto a su Hijo Jesucristo.

Hoy quiero proponerles conocer un poco más de un canto que se encuentra en el prefacio de nuestras celebraciones eucarísticas en el momento en que el sacerdote, en nombre del pueblo de Dios, glorifica al Padre por la obra de salvación y por las maravillas que sigue realizando en la cual uniéndonos a los ángeles lo aclamamos con el himno del Santo. (Sanctus) (IGMR 79)

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Este canto, es inspirado en el pasaje de Isaías 6,1-4 y Apocalipsis 4,2-8 en cual se evoca la imagen de Dios sentado en su trono, rodeado de la liturgia celestial que aclama su santidad. Tiene su origen

en la oración de las mañanas de las sinagogas judías; después la Iglesia primitiva, también la vinculó en su oración matutina dirigido a Dios Todopoderoso; y hasta finales del s. I se introdujo como parte de las oraciones, comprendido como un canto que nos anticipa a la gloria en el cielo. Fue hacia el año 400 cuando ésta

aclamación formó parte de la misa. Claro que pasó por varios estudios teológicos y litúrgicos; por ejemplo en la Edad Media se le daba una interpretación trinitaria y su unidad divina; luego se vinculó “cielo y tierra” para expresar la universalidad en la alabanza a Dios y así entender que el centro de la glorificación es en el cielo, que con la tierra están llenos de su gloria divina. Después se le agrega “Benedictus” es decir, “Bendito el que viene en el nombre del Señor. Hosana en el cielo” haciendo referencia a la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén. Así pues, el “Santo”, se convirtió en un canto de dos momentos en la cual se alaba, primero a Dios trino, y después a su Hijo Jesucristo.


De ahí que dentro de la música polifónica en los ss. XV y XVI, los grandes autores dieran auge en sus composiciones a dos cantos: El “Sanctus” y el “Benedictus”. En cuanto al texto del canto era diferente antes y después del Concilio Vaticano II. Hablar de cómo era antes necesitaríamos mucho más espacio para compartirlo, sólo diremos que a partir del Ordinario de la Misa del Misal de Paulo VI (1970) y hasta nuestros días, el texto es tal como lo conocemos.

En el No. 79 de IGMR se define que el “Santo” como una aclamación que debe ser proclamada por la asamblea en un

sentido de gozo y festivo de tal manera que la asamblea llena de emotividad, proclama su participación y aprobación en la acción litúrgica. Y por ser aclamación,

supone la participación activa de los fieles; además refiere que entre las aclamaciones propias de la misa es una de las más importantes. Así pues, se resume que con el prefacio el pueblo da gracias a Dios por su obra salvífica, y este reconocimiento del pueblo lo lleva a proclamar con gozo la santidad de Dios, inspirado en el pasaje del profeta Isaías.

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ALGUNOS CRITERIOS A OBSERVAR: El “Santo” no es un canto individual o sólo para el cantor o celebrante; sino de toda la asamblea y también el celebrante. Es participación en la alabanza perpetua que ya se le brinda a Dios en el cielo. El canto del “Santo” representa a toda la Iglesia peregrinante en la tierra, junto con la Iglesia celestial entonando el himno de su gloria. El canto forma parte de la Plegaria Eucarística, centro de la celebración litúrgica. (IGMR 78) y termina diciendo, dentro de la misa, quienes son los que lo proclaman. Es un canto de comunidad; el más admirable canto de unidad de la liturgia eucarística, unidad del cielo y la tierra. Por lo tanto, al elegir el “Santo” hay que optar por aquella melodía que tenga fuerza y garra. La asamblea tiene que sentir la melodía cómoda y gozosa al cantar. (Antonio Alcalde) Este canto debe ser entonado con el texto oficial, sin poner o quitar palabras de las ya estipuladas por el Misal. Se debe tomar en cuenta también el tipo de asamblea que se reúna para la celebración eucarística.

Esperamos que esta información nos ayude a formarnos más y podamos seguir gozando del ministerio al que Dios inmerecidamente nos ha llamado para alabarlo con nuestro canto. En relación a los proyectos pastorales de nuestra diócesis, les informo que hemos iniciado por parte de DIMUSLI, un curso de formación de 2 semanas por decanato dirigido a Coordinadores, Directores e Integrantes de Coros Parroquiales, en la cual conoceremos más del “sentido auténtico” de nuestro ministerio. Puedes pedir información a DIMUSLI, o bien con tu Párroco, o con el Padre Decano al que perteneces. Por lo pronto elevo mi oración por todos aquellos que buscan llevar una vida en armonía del amor de Dios y María nuestra Madre, música de Dios, para que también nosotros nos unamos a la Iglesia celeste desde nuestra Iglesia peregrinante para seguir cantando al Dios sus maravillas y su misericordia, gozándolo desde nuestras asambleas litúrgicas.

Se procurará que la asamblea conozca la melodía, o bien darse el tiempo para ensayarse antes de misa. Es importante llevar un ritmo para que no exista silencio entre el prefacio y el Santo.

Pbro. Marco Antonio Islas Félix

Coordinador diocesano de música litúrgica 34 Navidad 2018


CONGRESO EUCARÍSTICO 2018 “Jesús Eucaristía, el alimento para la humanidad de hoy” 23 y 24 de Noviembre

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Iniciemos preguntándonos: ¿Qué es un Congreso Eucarístico? La mejor descripción de un Congreso Eucarístico está en el Ritual de la Sagrada Comunión y del Culto Eucarístico fuera de la Misa (RCFM), que, en los números 109-112, dice textualmente: «Los congresos eucarísticos, que surgieron recientemente en la vida de la Iglesia como una peculiar manifestación del culto eucarístico, deben considerarse como una estación a la que la comunidad local invita a toda la diócesis, o una diócesis invita a las demás diócesis de toda una región, nación o aun de todo el mundo, para que unánimemente se dediquen a considerar con mayor profundidad un determinado aspecto del Misterio Eucarístico, y a venerarlo públicamente con vínculos de caridad y de unidad. Es necesario que estos congresos sean un signo auténtico de fe y caridad, por la plena participación de la Iglesia local y por la manifestación de la unión con las demás Iglesias». Más que un evento social, es un acontecimiento de fe y de cultura, para formar el Cuerpo místico de Cristo, y que el mundo conozca mejor el Misterio de la Eucaristía.

El sentido litúrgico de una “Estación”. El Congreso Eucarístico es una «estación» de la Iglesia que peregrina en un lugar. Es como una «parada» del mundo católico en un lugar determinado, que se detiene en una Iglesia local concreta. Su sede es punto de convergencia de todas las iglesias y centro espiritual del mundo o de un sector, para expresar la fe católica en el misterio eucarístico, y dar expresión social al amor.


Un Congreso Eucarístico, al ser una estación, es una asamblea que reúne al pueblo cristiano de diferentes procedencias y condiciones, poniendo de relieve el lugar central de la Eucaristía en la vida de la Iglesia y de su misión en medio del mundo. Es una pausa de compromiso y oración. El centro del Congreso es la Eucaristía, en él los participantes se reúnen para profundizar temas sobre la Eucaristía, adorar a Jesús presente en la Eucaristía con actos públicos y solemnes, y buscar estrategias para mejorar la participación y la devoción eucarística. Así describe la Eucaristía el Código de Derecho Canónico: «El sacramento más augusto, en el que se contiene, se ofrece y se recibe al mismo Cristo Nuestro Señor, es la santísima Eucaristía, por la que la Iglesia vive y crece continuamente. El Sacrificio Eucarístico, memorial de la muerte y resurrección del Señor, en el cual se perpetúa a lo largo de los siglos el Sacrificio de la cruz, es el culmen y la fuente de todo el culto y de toda la vida cristiana, por el que se significa y realiza la unidad del pueblo de Dios y se lleva a término la edificación del cuerpo de Cristo. Así pues, los demás sacramentos y todas las obras eclesiásticas de apostolado se unen estrechamente a la santísima Eucaristía y a ella se ordenan». (c. 897)

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La Eucaristía no se agota en la celebración, sino que, consagrados el pan y el vino, permanecen como sacramento de la presencia real y viva del Señor en medio de su pueblo. La Eucaristía y la vida están estrechamente ligadas. La Eucaristía lleva a la vivencia de la fe, y la vida de fe lleva a la Eucaristía.

La humanidad de hoy estamos viviendo un tiempo “tenso y complejo”, el encuentro con Cristo vivo, requiere que los discípulos cultiven la familiaridad con Él; de lo contrario el rostro del Señor se opaca, la misión pierde fuerza, la conversión pastoral retrocede. ¡Hay tanta dispersión interior y también exterior! Los múltiples acontecimientos, la fragmentación de la realidad, la instantaneidad y la velocidad del presente, podrían hacernos caer en la dispersión y en el vacío. En el Evangelio, san

Marcos nos dice que Jesús invitó a sus más cercanos discípulos: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto» (Mc 6, 31).


El desarrollo científico, las innovaciones tecnológicas sorprendentes y sus veloces aplicaciones en distintos campos de la naturaleza y de la vida, han dado lugar a un extraordinario giro histórico que se percibe en todos los campos de la vida humana.

nuestra vida espiritual y nos conduzca a ser una Iglesia incluyente, participativa y cercana con los más necesitados. Son cuatro las intenciones particulares:

Va surgiendo, pues, “con gran fuerza una sobrevaloración del individuo por encima de la colectividad. Un individualismo que debilita y rompe los vínculos comunitarios, olvidando la construcción del bien común y abriendo camino a la satisfacción inmediata de los deseos del individuo”.

Pausar nuestra vida llena de actividades para orar y reflexionar con Jesús Eucaristía.

Esta situación que nos lastima hondamente nos lleva al firme empeño por construir, aquí, un adelanto del “cielo nuevo y de la tierra nueva” que esperamos, y que, gracias a la fuerza que nos da la Eucaristía, podemos, como el profeta Elías, seguir sin cansarnos en las cosas del Reino de Dios. La Eucaristía es el sacramento que hace más presente en nuestra historia el acontecimiento central de la salvación: el misterio de la muerte y resurrección de Cristo, y celebra así el encuentro entre Dios y el ser humano en Cristo, en la nueva alianza que Él selló para siempre en la cruz, gesto de amor salvífico para nosotros, radicalizando su oblación al Padre en una entrega total por nosotros, anticipado por el gesto profético de la Última Cena: «Esto es mi Cuerpo que será entregado por ustedes y esta es mi Sangre que será derramada por ustedes».

1. 2.

Promover la centralidad de Jesús en la vida de la Iglesia.

3.

Iniciar un año en que se buscará fortalecer la adoración Eucarística en nuestra Arquidiócesis.

4.

Que el contacto con la Eucaristía nos lleve a un compromiso social con los más “alejados” Dirigido a todo el pueblo de Dios en nuestra Iglesia Arquidiócesana, con participación activa de MESC, equipos de liturgia y grupos y movimientos cuya espiritualidad está centrada en la Eucaristía, pues será inicio de trabajos pastorales encaminados a favorecer la comunión de todos los fieles en nuestras comunidades.

Adorar a Jesús Eucaristía, es ir a su encuentro, en silencio en medio de este mundo tan lleno de ruido y vaciedad, escuchar lo que Él tiene que decirnos, para descubrir lo que Dios desea de nosotros. Es también hablar con Él como con el mejor amigo contándole lo que nos sucede, alegra o preocupa. Es abrir el corazón a Aquél

que no sólo nos entiende, sino que también nos ofrece aliento y serenidad para nuestro camino.

En nuestra Arquidiócesis el Congreso Eucarístico, de los días 23 y 24, es con el objetivo de profundizar en el misterio de Jesús Eucaristía, un encuentro íntimo con Él, personal y comunitario, que venga a fortalecer Navidad 2018

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El lema de nuestro Congreso Eucarístico Diocesano es: “Yo soy el pan vivo, que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo les voy a dar es mi carne, para que el mundo tenga vida”. (Jn 6, 51)

Eucaristía: alimento para la humanidad de hoy que necesita salir a servir al mundo. La vida de los discípulos misioneros se desarrolla en un proceso permanente de configuración con Cristo. “Tengan los

mismos sentimientos de Cristo” dice San Pablo a los Filipenses, y a continuación explica en qué consiste esto: “se despojó de sí mismo, asumió la condición de esclavo... se humilló a sí mismo hasta la muerte por obediencia, ¡y una muerte en cruz!” (Flp 2, 5-11).

La vida entera de Jesús, es una vida de servicio a la causa del Reino. Jesús Eucaristía implica para cada uno de nosotros estar dispuestos a dejar de lado la mundanidad espiritual, el individualismo, la indiferencia, el pesimismo, la comodidad para salir con alegría y generosidad a servir a nuestros hermanos, especialmente a los más “descartados” de la sociedad. Les invito a experimentar un encuentro personal y comunitario con Cristo, que transforma la vida e impulsa a salir de los templos y de nosotros mismos para servir a los demás. Tenemos en los congresos, diocesano y nacional, una gran oportunidad de reavivar nuestra fe teniendo como centro la Eucaristía, alimento que nutre nuestra vida. Aprovechemos esta oportunidad de unirnos para adorar, crecer en la formación y fortalecer nuestro compromiso en la iglesia local. Todo ello habrá de conducirnos a celebrar fructuosamente el VII Congreso Eucarístico Nacional que se llevará a cabo el 27, 28 y 29 de septiembre del 2019, en Mérida Yucatán, bajo el lema: “Pueblo de Dios: Levántate y come, el camino es largo”. La Iglesia de México vivirá un año de gracia y de oración.

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Pbro. Erik Urías Ibarra

Coordinador Diocesano de MESC y Congresos Eucarísticos


Horas santas de adviento PRIMERA SEMANA

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO CANTO

indignos por nuestras faltas, pecados y vicios? Señor haznos dignos de tus favores y tus sacrificios, con la oración.

ESTACIONES EUCARÍSTICAS

PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA

Soberano Señor Sacramentado, aquí estamos, somos pecadores arrepentidos, hemos quebrantado tus mandamientos, y tus leyes divinas infringido. Aquí nos tienes a tus pies postrados, porque nos pesa lo que te hemos ofendido. Porque, Señor, hemos caído en desgracia. Perdón imploramos, concédenos tu gracia.

¡Oh, que júbilo sentimos! ¡Oh, que alegría! Postrado ante éste Altar, considerando que estás, Señor, en éste Sacramento, que es a nuestro Dios a quien estamos hablando. ¡Qué grande Majestad! ¡Qué gran portento! ¡Oh, que amable verdad estamos mirando! Sacramento Divino, te adoramos. Te veneramos con fe, con gracia te imploramos.

PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA

PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA

Dios y Señor, Jesús benigno ¿Cómo te pagaremos los beneficios de que ti somos deudores, siendo

CANTO

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ORACIÓN INTRODUCTORIA Señor, creemos y esperamos en Ti, te amamos. Creo en el valor que tiene nuestra lucha y nuestro sacrifico si está unido al tuyo. Que esta meditación nos dé la gracia de saber aceptar con prontitud las inspiraciones de tu Espíritu para poder llegar a la santidad a la que nos llamas. SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 25-28. 34-36 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Habrá señales prodigiosas en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, las naciones se llenarán de angustia y de miedo por el estruendo de las olas del mar; la gente se morirá de terror y de angustiosa espera por las cosas que vendrán sobre el mundo, pues hasta las estrellas se bambolearán. Entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube, con gran poder y majestad. Cuando estas cosas comiencen a suceder, pongan atención y levanten la cabeza, porque se acerca la hora de su liberación. Estén alerta, para que los vicios, con el libertinaje, la embriaguez y las preocupaciones de esta vida no entorpezcan su mente y aquel día los sorprenda desprevenidos; porque caerá de repente como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra. Velen, pues, y hagan oración continuamente, para que puedan escapar de todo lo que ha de suceder y comparecer seguros ante el Hijo del hombre. SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN La invitación de Jesús de estar siempre preparados, vigilantes, sabiendo que la vida en este mundo se nos ha dado para prepararnos a la otra vida, con el Padre celeste. Y para esto hay siempre una vía segura: prepararse bien a la muerte, estando 40 Navidad 2018

cerca de Jesús. ¿Y cómo estamos cerca de Jesús? Con la oración, en los sacramentos y también en la práctica de la caridad. Recordemos que Él está presente en los más débiles y necesitados. Por tanto, un camino seguro es recuperar el sentido de la caridad cristiana y de la compartición fraterna, curar las heridas corporales y espirituales de nuestro prójimo. La solidaridad en compartir el dolor e infundir esperanza es premisa y condición para recibir en herencia el Reino preparado para nosotros. El Evangelio de hace dos semanas nos hablaba del fin de mundo. Y hoy Lucas parece que nos vuelve a presentar la misma temática… Pero no. Cristo no viene a hablarnos de otro fin del mundo. Más bien nos abre las puertas a la esperanza. Iniciamos el período del adviento y, con el adviento, comenzamos también otro año litúrgico. Todo inicio trae siempre a nuestro corazón una nueva esperanza. Pero no sólo. Adviento es también el tiempo de la “espera” por antonomasia: la espera del Mesías, del nacimiento de Cristo en la navidad. Éste es uno de los mensajes más fuertes de este período: la esperanza de tiempos mejores. Es éste uno de los anhelos más profundos del espíritu humano. El Evangelio se coloca en esta misma perspectiva: “Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levántense, alcen la cabeza: se acerca su liberación”. Es verdad que el lenguaje que usa nuestro Señor es el apocalíptico. Pero está enmarcado en un contexto de esperanza y de salvación. Cristo habla de su retorno glorioso al final de los tiempos, sí; pero la esperanza es también para el “hoy” de nuestra vida presente. Así pues, si esperar es vivir, tratemos de decir también nosotros, sobre todo en esos momentos duros y difíciles de la vida, en las horas de tempestad, de soledad y de aparente fracaso: “¡Quiero esperar! ¡Quiero aprender a esperar! ¡Señor, enséñame a esperar!”, y entonces recuperaremos el aliento y la fuerza para seguir


adelante. El adviento, el tiempo de la espera mesiánica, nos da esta enseñanza, alimenta en nuestra alma la esperanza cristiana. Nos puede ayudar en nuestra reflexión la exhortación apostólica Alegraos y Regocijaos del papa Francisco: Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por Él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque tienes La fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida (cf. Ga 5,22-23). SILENCIO REFLEXIVO PRECES Señor, tú nos enseñas que quien tiene esperanza vive de manera distinta, porque no hay sombra, por más grande que sea, que pueda oscurecer la luz de tu amor. Te imploramos. R: Escucha nuestra oración. Te adoramos, Señor, porque eres nuestro creador y te anhelamos porque eres nuestro fin: te alabamos, porque no te cansas de hacernos el bien y nos refugiamos en ti, porque eres nuestro protector. R Que tu sabiduría, Señor, nos dirija y tu justicia nos reprima; que tu misericordia nos consuele y tu poder nos defienda. R Te ofrecemos, Señor, nuestros pensamientos, ayúdanos a pensar en ti; te ofrecemos nuestras palabras, ayúdanos a hablar de ti; te ofrecemos nuestras obras, ayúdanos a cumplir tu voluntad; te ofrecemos nuestras penas, ayúdanos a sufrir por ti. R Todo aquello que quieres Tú, Señor, lo queremos nosotros, precisamente porque lo quieres tú, como tú lo quieras y durante todo el tiempo que lo quieras. R Te pedimos, Señor, que ilumines nuestro entendimiento, que fortalezcas nuestra voluntad, que purifiques nuestro corazón y santifiques nuestro espíritu. R

SILENCIO para hacer nuestras suplicas particulares Ayúdanos a confiar, danos la fuerza para realizar la misión que has querido encomendarnos y que nuestro testimonio propague esperanza. ORACIÓN CONCLUSIVA Señor, ayúdanos a separarnos de lo que no es santo. No queremos perder la vida en cosas que no tienen valor. Ayúdanos a buscar la pureza y santidad de vida a la que nos llamas. Amen PADRE NUESTRO V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. OREMOS. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

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Horas santas de adviento SEGUNDA SEMANA

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO CANTO ESTACIONES EUCARÍSTICAS Señor, Tú estuviste realmente con tu pueblo escogido en el Antiguo Testamento. Pero tu presencia entre nosotros en el Santísimo Sacramento sobrepasa cualquier cosa que Salomón se hubiera atrevido siquiera a imaginar. Tu gloria llena cada templo, no importa que humilde sea, mientras tu presencia Sacramental more ahí. PADRE NUESTRO, DIOS TE SALVE Y GLORIA. Señor, Gracias por morar entre los hombres en el 42 Navidad 2018

Santísimo Sacramento hasta la consumación de los tiempos. PADRE NUESTRO, DIOS TE SALVE Y GLORIA. Señor. Tu ángel alimentó al profeta Elías y en este alimento vemos una prefiguración de la Eucaristía. Como peregrinos, caminamos hacia la vida eterna que es el verdadero Monte de Dios; estamos necesitados de la fortaleza que nos da tu Sacramento. PADRE NUESTRO, DIOS TE SALVE Y GLORIA. CANTO


ORACIÓN INTRODUCTORIA Señor, Tú sabes que nuestro deseo de pasar este tiempo contigo en la oración es auténtico. Creemos que estás aquí, a nuestro lado, porque nunca nos abandonas. Eres nuestro Dios, Padre y Creador. Gracias por tu amor, tu perdón y tu gracia. SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 1-6 En el año décimo quinto del reinado del César Tiberio, siendo Poncio Pilato procurador de Judea; Herodes, tetrarca de Galilea; su hermano Filipo, tetrarca de las regiones de Iturea y Traconítide; y Lisanias, tetrarca de Abilene; bajo el pontificado de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino la palabra de Dios en el desierto sobre Juan, hijo de Zacarías. Entonces comenzó a recorrer toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de penitencia para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro de las predicciones del profeta Isaías: Ha resonado una voz en el desierto: Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos. Todo valle será rellenado, toda montaña y colina, rebajada; lo tortuoso se hará derecho, los caminos ásperos serán allanados y todos los hombres verán la salvación de Dios. SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN Ya hemos comenzado el período del adviento. Pero el adviento es muy breve y, en un abrir y cerrar de ojos, nos encontraremos ya en la Navidad. Por eso, es urgente preparar bien el nacimiento y el pesebre para la llegada del Niño Jesús. Nosotros tenemos que preparar el pesebre de nuestra alma para cuando Jesús nazca. No es sólo

una bonita tradición o una práctica piadosa para entretener a los niños. Si un acto importante se prepara con mucha anticipación –una gran fiesta, la celebración de un aniversario, una graduación, un matrimonio, etc.-, ¿con cuánta mayor razón no debemos preparar el nacimiento de todo un Dios, que se hace hombre -más aún, que se hace un niño pequeño- por amor a nosotros y que se encarna para salvarnos y darnos la vida eterna? Éste es el mensaje del Evangelio de hoy. San Lucas nos refiere que Juan el Bautista recorría toda la comarca del Jordán predicando un bautismo de conversión. El color litúrgico de este período – igual que durante la cuaresma- es el morado, que es el símbolo de la penitencia y de la austeridad. El sacerdote se reviste con los ornamentos sagrados de este color en la Santa Misa para invitar a todos los fieles al sacrificio y a la conversión, pues sólo así podemos purificar nuestra conciencia y nuestro corazón para que Cristo Niño lo encuentre bien dispuesto el día de Nochebuena. Pero, ¿qué significa conversión? ¿De qué o por qué tenemos que convertirnos? Todos, por lo general, nos creemos gente buena y pensamos que la conversión es sólo para los grandes pecadores. Sin embargo, el Papa Juan Pablo II nos decía que todos necesitamos convertirnos diariamente en nuestra vida. Porque convertirse significa “volver a Dios”, “cambiar” de actitudes y de comportamiento. El verbo hebreo que expresa este concepto es “sub” y significa, ni más ni menos, “volver”; el vocablo latino “cum-versio” indica la misma idea. Sin embargo, en griego se dice “metánoia” -que quiere decir, literalmente, “cambio de mente”, “cambio de corazón”-. Convertirnos, pues, es acercarnos más a nuestro Señor, alejándonos del pecado y de las propias pasiones que nos apartan de Él; convertirnos para cambiar nuestra mentalidad mundana y sustituirla por unos criterios de fe, auténticamente cristianos; cambiar “nuestro corazón de piedra -como decía Ezequiel- por un corazón de carne”, lleno de amor, de compasión, de perdón y de caridad. ¿Nosotros pensamos igual que Cristo en todo? ¿Pensamos como Él piensa acerca de la fama, del poder, de la riqueza, del Navidad 2018

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sufrimiento, del dolor? ¿Y nuestro corazón es como el Suyo para amar al Padre Celestial y todos los hombres sin excepción, como Él nos amó? Todo esto es convertirse. Nos puede ayudar en nuestra reflexión la exhortación apostólica Alegraos y Regocijaos del papa Francisco: Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque «esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3). Cada Santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio. SILENCIO REFLEXIVO PRECES Enséñanos Señor a vivir con un sentido de propósito y comprender el llamado que Dios nos ha dado, el deseo de vivir de acuerdo a tu voluntad todos los días de nuestra vida. R: Señor, llévame al propósito para el cual me creaste. Sé que tu plan para mí existe desde antes de que yo lo supiera y que Tú lo cumplirás. R Ayúdame a vivir con un sentido de propósito y a comprender el llamado que me has dado, quiero vivir de la manera que Tú quieres de ahora en adelante. R Quita cualquier desánimo que pueda sentir y reemplázalo con el gozo anticipado por lo que estás haciendo a través de mí. R Ayúdame a descansar sabiendo que tu tiempo es perfecto. R Sé que para cualquier cosa que me llames a hacer Tú me capacitarás. R SILENCIO para hacer nuestras suplicas particulares 44 Navidad 2018

ORACIÓN CONCLUSIVA Señor gracias porque me has llamado con un llamamiento santo, no de acuerdo a mis esfuerzos, sino de cuerdo a tu propósito y a la gracia que me has dado en Cristo Jesús Amén. PADRE NUESTRO V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. OREMOS. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.


Horas santas de adviento TERCERA SEMANA

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO CANTO ESTACIONES EUCARÍSTICAS Te damos gracias Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno porque aunque somos unos siervos pecadores y sin mérito alguno, has querido alimentarnos misericordiosamente con el cuerpo y sangre de tu hijo Nuestro Señor Jesucristo. PADRE NUESTRO…DIOS TE SALVE…. GLORIA…..

Reconocemos tu sagrada presencia en el altar y de corazón contemplamos tu grandeza y rogamos tu perdón y salvación. PADRE NUESTRO…DIOS TE SALVE…. GLORIA….. Santísimo sacramento del altar te suplicamos nos ayudes a superar nuestras debilidades y que aumentes nuestra caridad y paciencia, obediencia, humildad y capacidad para hacer el bien. PADRE NUESTRO…DIOS TE SALVE…. GLORIA….. CANTO

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ORACIÓN INTRODUCTORIA Señor a medida que se aproxima la Navidad deseo seguir más profundamente tu ejemplo de humildad haciéndome pequeño ante los demás. Por eso, como los discípulos de Juan, yo te pregunto en esta oración, Señor y Dios mío, ¿qué debo hacer? Señor, dame la gracia para crecer en la virtud que más necesito cultivar. Amén. SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 10-18 En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” Él contestó: “Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”. También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “Maestro, ¿qué tenemos que hacer nosotros?” Él les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados le preguntaron: “Y nosotros, ¿qué tenemos que hacer?” Él les dijo: “No extorsionen a nadie, ni denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario”. Como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”. Con éstas y otras muchas exhortaciones anunciaba al pueblo la buena nueva. SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN Esta semana nos acercamos a la recta final del camino de adviento. El «ya» pero todavía «no». Es el domingo del regocijo, de la alegría, por eso es conocido como domingo de «Gaudete»

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El que ha de venir está llamando a nuestras puertas con la voz de los profetas que nos llaman a compartir, a dar de comer a los hambrientos, a vestir a los desnudos, a visitar a los enfermos y a los que viven en soledad, a hacer presente a Jesús en la sociedad. Escuchamos la Palabra, y la transmitimos, haciendo de nuestras vidas un evangelio en el que todos puedan leer el mensaje de amor y perdón que Cristo hizo real entre nosotros y que nos recuerda cada año en estas fechas. Dios envía a su hijo entre los hombres para traer un mensaje que empezará a manifestarse ahora y que terminará en la Pascua y Resurrección. Un camino que repetimos, junto a Él, cada año renovando la promesa de vivir en el camino de la bondad, de la justicia, del amor, de la verdad y de la vida. Despertemos en nuestro interior la intención de querer parecernos en nuestros actos a Jesús, hijo de Dios y hermano nuestro. Hagámoslo como lo hicieron Él y su madre: diciendo sí, un sí sin matices, un sí de fe y entrega. Digamos sí a la nueva llegada. La alegría es esencial en toda fiesta, y con Jesús estamos de fiesta. Además, es una característica de todo buen cristiano. Porque Dios nos ama infinitamente y nos protege siempre con su providencia de Padre. Porque ya hemos sido redimidos de nuestros pecados y gozamos de la compañía de nuestro Salvador. Porque albergamos en nuestro corazón las más seguras y ciertas esperanzas de una vida feliz y eternamente bienaventurada que nos aguarda en la otra vida, pero de la que ya gozamos, de alguna manera, aquí abajo. ¡Esperamos a nuestro Redentor! Y con Dios tenemos mil motivos para estar alegres y para ser optimistas. “Si Dios está con nosotros -exclamaba san Pablo-, ¿quién contra nosotros?” Si queremos hacer algo por los demás, comencemos por aquí. Regalemos a nuestro prójimo una hermosa y sincera sonrisa siempre que podamos, a todos sin excepción y en todas las circunstancias. También a aquellos que no nos simpatizan o tal vez nos han herido o hecho algún mal. También cuando estemos cansados o


totalmente agotados. Este gesto tan sencillo, de verdadera alegría y de amor, puede ser también un hermoso regalo de Navidad. ¡Sonríe, descubre a los demás cuánto los ama Dios! Y ten la seguridad de que el Niño Jesús te lo pagará. Nos puede ayudar en nuestra reflexión la exhortación apostólica Alegraos y Regocijaos del papa Francisco: Quien de verdad quiera dar gloria a Dios con su vida, quien realmente anhele santificarse para que su existencia glorifique al Santo, está llamado a obsesionarse, desgastarse y cansarse intentando vivir las obras de misericordia. Es lo que había comprendido muy bien santa Teresa de Calcuta, que decía: «Sí, tengo muchas debilidades humanas, muchas miserias humanas. […] Pero él baja y nos usa, a usted y a mí, para ser su amor y su compasión en el mundo, a pesar de nuestros pecados, a pesar de nuestras miserias y defectos. Él depende de nosotros para amar al mundo y demostrarle lo mucho que lo ama. Si nos ocupamos demasiado de nosotros mismos, no nos quedará tiempo para los demás». SILENCIO REFLEXIVO PRECES Juntos hacemos nuestras peticiones y ruegos al Señor, confiando en que Él es el más interesado en que seamos felices y plenos. R. Alegra nuestros corazones, padre. Para que en nuestras tristezas, agobios y preocupaciones, nos dejemos aliviar por Ti. R

SILENCIO para hacer nuestras suplicas particulares PADRE NUESTRO V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. OREMOS. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

Confiados en que tú nos conoces del todo y tienes hasta los cabellos de nuestras cabezas contados. R Para que sepamos aliviar y acompañar los duelos de los que nos rodean. R Que todos los cristianos y personas religiosas nos dejemos levantar por ti y limpiar la mirada. R Por toda la humanidad, especialmente los que sufren desamor, hambre, injusticias, paro, miedos y dificultad. R

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Horas santas de adviento CUARTA SEMANA

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO CANTO ESTACIONES EUCARISTICAS Señor Jesucristo, que por el amor que tienes a los hombres estás de noche y de día en este Sacramento lleno de piedad y de amor, esperando, llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte, creemos que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar. PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA 48 Navidad 2018

Te adoramos desde el abismo de nuestras vidas y te damos gracias por todos los regalos que nos has dado, especialmente por habernos dado en este Sacramento tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, por habernos dado como abogada a tu Santísima Madre, la Virgen María, por habernos llamado a visitarte es este momento. PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA Adoramos a tu amantísimo corazón y deseamos adorarlo en agradecimiento de esta tan preciosa dádiva, también, para desagraviarte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este


Sacramento, te amamos con todo nuestro corazón, perdona todas las veces que te hemos ofendido en el pasado. PADRE NUESTRO, AVE MARÍA, GLORIA CANTO ORACIÓN INTRODUCTORIA «Dichosa tú, que has creído». María fue llamada dichosa, no por el hecho de ser Madre de Dios, sino por su fe. Ven, Espíritu Santo, para que esta oración aumente nuestra fe en el amor y en el poder de Dios, y sepamos entregarnos con amor y sin reservas a nuestra misión. María, Madre nuestra, ayúdanos a imitarte hoy en el servicio a los demás. Amén. SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-45 En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la criatura saltó en su seno. Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".

diálogo único. Hoy, sin embargo, asistimos a aquella "segunda anunciación". La que el Espíritu Santo revela a santa Isabel en el momento de reconocer en María a la Madre de su Señor. Estas dos mujeres viven y comparten el mayor secreto que pueda Dios comunicar a los hombres, y lo hacen con una naturalidad sorprendente. Por su parte, María, la llena de gracia, no sólo no se queda ociosa en su casa. Ser Madre de Dios no desdice un ápice de su condición de mujer humilde, de modo que va en ayuda de su prima. Isabel, por su parte, anuncia, inspirada por el Espíritu, una gran verdad: la felicidad está en el creer al Señor. Cuando alguien se profesa cristiano, su fe y su vida; lo que cree y cómo lo vive, son dos esferas que están íntimamente unidas. Quien piense que "creer" es sólo profesar un credo religioso, adherir a una religión o a unos dogmas, quizás tiene una pobre visión del término. Porque cuando se cree de verdad se empieza a gustar las delicias con que Dios regala a las almas que le buscan con sinceridad. La pedagogía de Dios es tan sabía que sabe impulsarnos, dándonos a saborear su felicidad, que es inmensa e incomparable, cuando somos fieles. Es un gozo que, sin casi quererlo, nos lleva a más, nos invita a entregarnos con más generosidad a la realización de un plan que va más allá de nuestra visión humana. Isabel reconoce en su prima esa felicidad porque ha creído, pero además porque en consecuencia, su vida ya no respondía a un plan trazado por ella, sino por su Señor. Ella estaba también encinta ¿por qué era necesario un viaje en las condiciones de aquel tiempo...?

REFLEXIÓN

Preguntémonos, si hoy queremos ser felices, ¿cómo va mi fe en la presencia de Dios en mi vida? Si lucho por aceptarla y vivirla ya tengo el primer requisito para mi felicidad. Aunque tenga que trabajar y sufrir, sabré en todo momento que Dios está a mi lado, como lo estuvo de María y de Isabel.

El evangelio de San Lucas nos narra el Anuncio del ángel a María como "de puntillas", con gran respeto, venerando a los protagonistas de este

Nos puede ayudar en nuestra reflexión la exhortación apostólica Alegraos y Regocijaos del papa Francisco: Como no puedes entender a

SILENCIO MEDITATIVO

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Cristo sin el reino que él vino a traer, tu propia misión es inseparable de la construcción de ese reino. …..No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio. Todo puede ser aceptado e integrado como parte de la propia existencia en este mundo, y se incorpora en el camino de santificación. Somos llamados a vivir la contemplación también en medio de la acción, y nos santificamos en el ejercicio responsable y generoso de la propia misión. SILENCIO REFLEXIVO PRECES Con la seguridad de que nuestras plegarias son escuchadas presentemos nuestros anhelos, malestares, ilusiones y penas, para que nos mantenga fuertes en la fe y la seguridad de que acompaña nuestras vidas. R. Que trabajemos por ellos Te presentamos las necesidades de tantos hermanos que no tienen lo mínimo necesario para vivir, ni conocen la tierra que mana leche y miel. R. Para que alrededor nuestro no haya desesperanza, desamor ni injusticia entre los hermanos. R. Que llenemos la vida de las personas que nos rodean de ayudas, detalles, cariño, comprensión y bienes materiales. R. Que sintamos que el mundo no mejorará hasta que no salgamos de nuestro ombligo y estemos llenos de compasión hacia los otros. R. Que tu gente, los cristianos, tu iglesia, seamos personas coherentes, legales, sensibles, comprometidas y encarnadas donde estemos. R. SILENCIO para hacer nuestras suplicas particulares

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Aquí están nuestros deseos de ser buena gente de responder a tu llamado de santidad, tú que conoces nuestras incongruencias, miedos y debilidades, ¡bendícenos! PADRE NUESTRO V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. OREMOS. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.


Corona de Adviento para Eucaristía Dominical INTRODUCCIÓN El adviento, tiempo de conversión, penitencia y preparación, en el que la Iglesia intensifica su búsqueda de todo lo que nos conduzca a la renovación por el Espíritu Santo, viviendo vigilantes y caminando por los senderos de la santidad en la justicia y amor. CORONA DE ADVIENTO: La corona de ramas verdes es símbolo de la esperanza, de que la luz y la vida triunfaran sobre las tinieblas y la muerte. Las luces de la corona, nos iluminan el camino, alejan el miedo y favorecen la comunión. La luz es símbolo de Jesucristo, Luz del mundo. SIGNIFICADO: CORONA CIRCULAR: Representa la figura perfecta que no tiene principio ni fin, recordándonos que Dios es eterno, su amor es infinito y que de la misma manera nuestro amor a Dios y al prójimo no debe terminar. VELAS: Son cuatro que se encienden cada domingo durante el adviento, tres son de color morado, para representar el espíritu de penitencia, sacrificio y vigilia; y una de color rosa, que se enciende el tercer domingo, o domingo Gaudete, el de la alegría, significando el gozo que se experimenta ante la cercanía del nacimiento del salvador del mundo.

LISTÓN ROJO: Representa el amor hacia Dios y el amor de Dios que nos abraza a todos. ESQUEMA PARA LA ECARISTÍA DOMINICAL: I DOMINGO DE ADVIENTO MONICIÓN: Hoy domingo 2 de diciembre, es el inicio de un nuevo año y tiempo litúrgico, en el cual toda la Iglesia se prepara para la navidad, para ello en los templos y en los hogares, es costumbre colocar una corona de adviento, en torno a la cual, las familias y comunidades, cada domingo durante el adviento se reúnen para hacer oración, buscando construir unidos en Cristo, su Reino de Amor, justicia y paz para todos. ORACIÓN PARA BENDECIR LA CORONA DE ADVIENTO: Señor, bendice con tu poder nuestra corona de adviento, para que, al encenderla, despierte en cada corazón el deseo de esperar la venida de Cristo, practicando las obras de misericordia, para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén La bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta corona y sobre todos lo que con ella queremos preparar la venida del señor. ENCENDIDO DE LA VELA: Grupos de jóvenes Navidad Pascua 2018

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ORACIÓN: Señor, sabemos que Tú siempre eres Novedad que nos empuja a partir una y otra vez, y desplegarnos para ir más allá de lo conocido, hacia las periferias y las fronteras. Tú nos conduces a donde está la humanidad más herida, para ir en ayuda. Ayúdanos a ayudar a quienes te buscan, ayúdanos a estar despiertos y vigilantes para que el ruido del mundo no nos vuelva egoístas o viejos de espíritu. Amén II DOMINGO DE ADVIENTO MONICIÓN: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos, entonces llegara la salvación de Dios y todo mortal la contemplara (Lc. 3, 1-6). El camino de la santidad es una fuente de paz y de gozo que nos regala el Espíritu, pero al mismo tiempo requiere que estemos “con las lámparas encendidas” (Lc. 12,35) y permanezcamos atentos: “Apartados de toda clase de mal” (1 Tes. 5,22) “Estén en vela” (Mt 24, 42) ENCENDIDO DE LA VELA: Una familia ORACIÓN: Te ofrecemos Padre, nuestras experiencias de vida en común como familia, permítenos que, teniendo como modelo a la Sagrada Familia, donde se refleja la Comunión Trinitaria, seamos fieles a tu mandato de compartir tu amor en el servicio. Que ese amor divino que disfrutamos al interior de nuestras familias, se desborde hacia otras personas y vayamos compartirlo con ellos. Amén III DOMINGO DE ADVIENTO MONICIÓN: Una luz se encendió en las tinieblas, una voz clamó en el desierto. La buena noticia es: “El Señor va a llegar” ¡prepárense, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero! Juan el Bautista no es la luz, si no el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas 3 velas cada uno de 52 Navidad 2018

nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven Señor a salvarnos, envuélvenos en Tu luz, caliéntanos en Tu amor! ENCENDIDO DE LA VELA: Catequistas y/o pastoral social ORACIÓN: Como representantes de nuestros apostolados, agradecemos tu llamado y te rogamos Señor nos permitas experimentar siempre un gran gozo al servir en comunión, porque “hay más alegría en dar que en recibir” (Hech 20,35) porque “Dios ama al que da con alegría” (2 Cor 9,7). Sabemos con seguridad que el amor fraterno multiplica nuestra capacidad de gozo y nos hace ser felices con el bien de los otros; fortalece nuestra unidad y permítenos continuar por el camino de la santidad. Amén. IV DOMINGO DE ADVIENTO MONICIÓN: El pueblo que caminaba en tinieblas, que habitaba en tierra de sombras, se vio envuelto en la gran luz del alumbramiento del Señor. Esa Luz está expresada en los símbolos catequéticos y litúrgicos en esta corona de adviento, que cada semana vemos incrementar mientras se aproxima la fiesta de la primer venida del Señor. Recordamos aquellas palabras: “Yo soy la luz del mundo, dice el Señor, el que me sigue, no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Jn 8,12) ENCENDIDO DE LA VELA: Enfermos de la comunidad (Representantes) ORACIÓN: Dirigimos nuestras súplicas a ti, Santa María, tú que hiciste de tú corazón un refugio amoroso para todos, tú que no aceptas que nos quedemos caídos y nos recibes en tus brazos sin juzgarnos, nos consuelas, tú que nos ayudas en nuestra liberación, pide para nosotros un verdadero e intenso anhelo de ser santos, para que Dios se manifieste entre nosotros y así compartamos una felicidad que nadie nos podrá quitar. Amén.


Virgen de Guadalupe NOVENA Navidad 2018

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SUGERENCIA: Este año en nuestras comunidades hemos realizado, al menos en un sector, los trabajos de misión que se nos han pedido, llevando formación y realizando casas de oración, por lo que sugerimos que en esos sectores se realice la novena y el rosario a la Virgen de Guadalupe, con el fin de seguir teniendo un acercamiento con nuestros hermanos. Como lo sugiere la novena, el texto puede ser leído a varias voces o bien escenificado lo que ayudaría a propiciar un convivio basado en nuestra fe Guadalupana.

“…La aparición de María al indio Juan Diego en la colina del Tepeyac, el año 1531, tuvo una repercusión decisiva para la evangelización. Este influjo va más allá de los confines de la nación mexicana, alcanzando todo el Continente. Y América, que históricamente ha sido y es crisol de pueblos, ha reconocido ‘en el rostro mestizo de la Virgen del Tepeyac, [...] en Santa María de Guadalupe, [...] un gran ejemplo de evangelización perfectamente inculturada’. [...Dicho rostro] fue ya desde el inicio en el Continente un símbolo de la inculturación de la evangelización, de la cual ha sido la estrella y guía. Con su intercesión poderosa la evangelización podrá penetrar el corazón de los hombres y mujeres de América, e impregnar sus culturas transformándolas desde dentro”. ( Ecclesia in America, n. 11 y 70) Todos los días comenzamos de la misma manera. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Podemos encender una vela a Nuestra Señora de Guadalupe y a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin.

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Acto de contrición Jesús, mi Señor y Redentor: Yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón, porque con ellos, ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar, y confió en que, por tu infinita misericordia, me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de llevar a la vida eterna. Amén Oración inicial Virgen de Guadalupe, Madre de América. Tiende tu protección sobre todas las naciones del Continente y renueva su fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Suscita propósitos de equidad y rectitud en sus gobernantes. Protege a los hermanos de Juan Diego para que no sufran discriminación. Cuida a los niños. Guarda la unidad de las familias. Que desde esta tu Imagen manifiestes siempre tu clemencia, tu compasión y tu amparo. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén Y rezamos Padre Nuestro A continuación el comentario para ir viviendo y comprendiendo más profundamente tan milagrosa historia del Nican mopohua o historia de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe. Rezamos Ave María Oración final para cada día: Que la Madre de Jesús y Madre Nuestra nos eduque, y nos haga entonces un Pueblo de peregrinos y humildes embajadores suyos como San Juan Diego. Mensajeros muy dignos de confianza, que estando con Ella y haciéndola presente, aprendamos de los más pobres a recibir, buscar y compartir, la salvación y realidades divinas, desde nuestra particular tradición e identidad. Te lo pedimos Padre, por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


PRIMER DÍA: Las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, de la incomprensión al encuentro entre pueblos diferentes. Nuestra Señora de Guadalupe visita México y concreta un milagro de evangelización inculturada. Ella se manifiesta escuchando y respondiendo desde el lugar de sus interlocutores, asumiendo integralmente el modo de ser y situación de cada uno de ellos. Origina así acciones obedientes que suscitan progresivamente el protagonismo generalizado de todos los demás. De ese modo, un par de personas son sus mensajeros y una el primer destinatario de su pedido; algunos se ofrecerán para edificar la ermita que la Virgen solicita y, luego, la totalidad de los habitantes de la ciudad, sin faltar nadie, irán a admirarla, a estar con Ella y a formar parte de su acontecimiento. El diálogo es entonces el camino que la Virgencita utiliza para comunicar y conducir a concretar todo su mensaje de vida, para hacer superar una situación de mutua incomunicación entre dos pueblos. Para animarlos a dejar atrás un conjunto de interrelaciones sociales muy conflictivas; una coyuntura histórica de mutua incomprensión y sin posibilidad humana de solucionarse. Es que indios y españoles, sumamente fieles a sus respectivas religiones, que ocupaban el centro de sus mundos, y precisamente por esa centralidad y heroica fidelidad existencial y buena fe, no podían llegar a un punto de encuentro. Pero Nuestra Señora de Guadalupe, integra en sí misma y hace unir con su intervención, sus modos de ser y fidelidades, sus consecuentes conductas y cosmovisiones, que no podían dejar de desencontrarse. Ella, milagrosamente, afirma, asume, superpone y hace crecer actitudes, vivencias, signos y conocimientos previos de orden religioso propios de ambos pueblos, conciliando lo antiguo de cada uno con la novedad que le presentaba el otro. Sin herir la sensibilidad del exclusivista catolicismo español, que no aceptaba nada que no fuera su modo específico de entender, expresar y practicar la religión, y adaptándose

perfectamente al pluralismo indio, que admitía cambios, crecimiento y aportes de otros en lo religioso, aunque con la condición de que se conservara lo anterior. Americanos y europeos, de modo diferente pero en la continuidad y consumación de sus creencias previas, vieron en Ella a la Madre de su Dios de siempre y de todos los seres humanos. La Señora se aparece en el cerro del Tepeyac, sitio donde ancestralmente los indios habían venerado a esa mujer tan especial. Y lo hace, plenificándolos y poniéndolos al servicio de su manifestación y del anuncio del Evangelio, los positivos sentidos maternos prehispánicos que implicaba ese lugar; sentidos muy valiosos, ya presentes entonces en estas tierras, antes de la llegada del cristianismo. De inmediato también, ante la estampación de Nuestra Señora de Guadalupe, Fray Juan de Zumárraga y sus ayudantes reconocerán, en la Sagrada Imagen impresa en la tilma de Juan Diego, a la Madre por excelencia. Vieron en Ella a la Inmaculada, a la Mujer descrita por el libro del Apocalipsis, y luego también, al conocer su nombre, a la que se llamaba igual que la Patrona de Extremadura, que era la patria de Cortés y de la mayoría de los conquistadores. De este modo la Virgencita, siempre capaz de recibir y comunicar a Jesús, encarnó y comenzó a desencadenar en ese momento y con su visita, una doble inculturación del Evangelio, concretándola Ella misma y suscitando que todos sus interlocutores la vivieran, desplegaran y continuaran. Impresiona hoy cómo Ella, que sigue presente y obrando de modo semejante, tiene una capacidad de diálogo y comunicación que trasciende dicha época, sigue produciendo las mismas consecuencias y es siempre actual. Se sugiere emplear algunos minutos para orar y meditar, en forma personal e interior, lo que hemos leído recién. En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego encomendamos a nuestra iglesia diocesana, a nuestro arzobispo Ruy y a nuestro párroco……, para que desde la diversidad sigamos siendo signo de la presencia de Dios.

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Oración María, Madre de Jesús, escucha la oración de un pueblo rico en promesas, un pueblo muy necesitado de la misericordia de Dios. Así como primero trajiste la fe a estas tierras, permanece con nosotros en la medida que construimos la comunión y la solidaridad. Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final

SEGUNDO DÍA: Los indios, colapso cultural y feliz reconciliación con la propia historia. A continuación, a una o a varias voces, leemos, proclamamos o representamos una parte de la historia de las apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe. Diez años después de conquistada la ciudad de México, cuando ya estaban depuestas las flechas, los escudos, cuando por todas partes había paz en los pueblos, así como brotó, ya verdece, ya abre su corola la fe, el conocimiento de Aquél por quien se vive: el verdadero Dios. En aquella sazón, el año 1531 a los pocos días del mes de diciembre, sucedió que había un indito, un pobre hombre del pueblo, su nombre era Juan Diego, según se dice, vecino de Cuauhtitlán, y en las cosas de Dios, en todo pertenecía a Tlatilolco. Era sábado, muy de madrugada, venía en pos de Dios y de sus mandatos. Y al llegar cerca del cerrito llamado Tepeyac ya amanecía. Oyó cantar sobre el cerrito, como el canto de muchos pájaros finos. Se detuvo a ver Juan Diego. Se dijo: ¿Por ventura soy digno, soy merecedor de lo que oigo? ¿Quizá nomás lo estoy soñando? ¿Quizá solamente lo veo como entre sueños? ¿Dónde estoy? ¿Dónde me veo? ¿Acaso allá donde dejaron dicho los antiguos nuestros antepasados, nuestros abuelos: en la tierra de las flores, en Pascua 2018 2018 56 Navidad

la tierra del maíz, de nuestra carne, de nuestro sustento; acaso en la tierra celestial? Hacia allá estaba viendo arriba del cerrillo, del lado de donde sale el sol, de donde procedía el precioso canto celestial. Y cuando cesó de pronto el canto, cuando dejó de oírse, entonces oyó que lo llamaban, de arriba del cerrito, le decían: “JUANITO, JUAN DIEGUITO”. Luego se atrevió a ir a donde lo llamaban; ninguna turbación pasaba en su corazón ni ninguna cosa lo alteraba, antes bien se sentía alegre y contento por todo extremo; fue a subir al cerrillo para ir a ver de dónde lo llamaban. Y cuando llegó a la cumbre del cerrillo, cuando lo vio, una Doncella que allí estaba de pie, lo llamó para que fuera cerca de Ella. En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego encomendamos a nuestra comunidad para que siempre busquemos caminos de reconciliación y de entendimiento. Oración María, Madre de Unidad, intercede por nuestra Iglesia, para que podamos ser reunidos los discípulos para formar el único pueblo de la Nueva Alianza. María, Madre de la raza humana, pide a tu Hijo que derrame sobre nosotros un espíritu de compasión y solidaridad Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final

TERCER DÍA: Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de Dios y Madre Nuestra. Y cuando [Juan Diego] llegó frente a Ella [la Doncella] mucho admiró en qué manera sobre toda ponderación aventajaba su perfecta grandeza: Su vestido relucía como el sol, como que reverberaba,


Y la piedra, el risco en el que estaba de pie, como que lanzaba rayos; el resplandor de Ella como preciosas piedras, como ajorca -todo lo más belloparecía; la tierra como que relumbraba con los resplandores del arco iris en la niebla. Le dijo: “Escucha hijo mío el menor, Juanito. ¿A dónde te diriges?”. Y él le contestó: “Mi Señora, Reina, Muchachita mía, allá llegaré, a tu casita de México Tlatilolco, a seguir las cosas de Dios que nos dan, que nos enseñan quienes son las imágenes de Nuestro Señor, nuestros Sacerdotes”. En seguida, con esto dialoga con él, le descubre su preciosa voluntad; le dice: “Sábelo, ten por cierto hijo mío, el más pequeño, que yo soy la Perfecta siempre Virgen Santa María, Madre del Verdadero Dios por quien se vive, el creador de las personas, el dueño de la cercanía y de la inmediación, el dueño del cielo, el dueño de la tierra. Mucho quiero, mucho deseo que aquí me levanten mi casita sagrada. En donde lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto: Lo daré a las gentes en todo mi amor personal, en mi mirada compasiva, en mi auxilio, en mi salvación: Porque yo en verdad soy vuestra madre compasiva, tuya y de todos los hombres que en esta tierra estáis en uno, y de las demás variadas estirpes de hombres, mis amadores, los que a mí clamen, los que me busquen, los que confíen en mí, porque ahí les escucharé su llanto, su tristeza, para remediar, para curar todas sus diferentes penas, sus miserias, sus dolores.

Ya has oído, hijo mío el menor, mi aliento, mi palabra; anda, haz lo que esté de tu parte”. E inmediatamente en su presencia se postró; le dijo: “Señora mía, Niña, ya voy a realizar tu venerable aliento, tu venerable palabra; por ahora de Tí me aparto, yo, tu pobre indito”. Luego vino a bajar para poner en obra su encomienda: vino a encontrar la calzada, viene derecho a México. En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego encomendamos a los niños, para que en María descubran la ternura de Dios Padre. Oración. María, Madre de Compasión, escucha la oración de los más necesitados de la misericordia de Dios. Escucha al niño cuyo vientre tiene hambre, el anciano sin nadie a quien amar, a la madre tentada a abandonar a su hijo. Ora por ellos al autor de la vida, que el fruto de tu vientre puede guardarlos y protegerlos Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final

CUARTO DÍA: San Juan Diego Cuauhtlatoatzin, embajador muy digno de confianza.

Y para realizar lo que pretende mi compasiva mirada misericordiosa, anda al palacio del Obispo de México, y le dirás cómo yo te envío, para que le descubras cómo mucho deseo que aquí me provea de una casa, me erija en el llano mi templo; todo le contarás, cuanto has visto y admirado, y lo que has oído.

Cuando [Juan Diego] vino a llegar al interior de la ciudad, luego fue derecho al Palacio del Obispo, que muy recientemente había llegado, Gobernante Sacerdote; su nombre era D. Fray Juan de Zumárraga, Sacerdote de San Francisco.

Y ten por seguro que mucho lo agradeceré y lo pagaré, que por ello te enriqueceré, te glorificaré, y mucho de allí merecerás con que yo te retribuya tu cansancio, tu servicio con que vas a solicitar el asunto al que te envío.

En cuanto llegó, luego hace el intento de verlo, les ruega a sus servidores, a sus ayudantes, que vayan a decírselo; después de pasado largo rato vinieron a llamarlo, cuando mandó el Señor Obispo que entrara. Navidad 2018

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Y en cuanto entró, luego ante él se arrodilló, le descubre mensaje de la Reina del Cielo, y también le dice todo lo que admiró, lo que vio, lo que oyó. Y habiendo escuchado toda su narración, su mensaje, como que no mucho lo tuvo por cierto, le respondió, le dijo: “Hijo mío, otra vez vendrás, aún con calma te oiré, bien aún desde el principio miraré, consideraré la razón por la que has venido, tu voluntad, tu deseo”. Salió; venía triste, porque no se realizó de inmediato su encargo. Luego se volvió, al terminar el día, luego de allá se vino derecho a la cumbre del cerrillo, y tuvo la dicha de encontrar a la Reina del Cielo: Y en cuanto la vio, le dijo: “Patroncita, Señora, Reina, Hija mía la más pequeña, mi Muchachita, ya fui a donde me mandaste a cumplir tu amable aliento, tu amable palabra, aunque difícilmente entré a donde es el lugar del Gobernante Sacerdote, lo vi, ante él expuse tu aliento, tu palabra, como me lo mandaste. Me recibió amablemente y lo escuchó perfectamente, pero, por lo que me respondió, como que no lo entendió, no lo tiene por cierto. Mucho te suplico, Señora mía, Reina, Muchachita mía, que a alguno de los nobles, estimados, que sea conocido, respetado, honrado, le encargues que conduzca, que lleve tu amable aliento, tu amable palabra para que le crean. Porque en verdad yo soy un hombre del campo. Por favor dispénsame: afligiré con pena tu rostro, tu corazón; iré a caer en tu enojo, en tu disgusto, Señora Dueña mía”. Le respondió la perfecta Virgen, digna de honra y veneración: “Escucha, el más pequeño de mis hijos, ten por cierto que no son escasos mis servidores, mis mensajeros, a quienes encargué que lleven mi aliento, mi palabra, para que efectúen mi voluntad; pero es muy necesario que tú, personalmente vayas, ruegues que por tu intercesión se realice, se lleve a efecto mi querer, mi voluntad.

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Y mucho te ruego, hijo mío el menor, y con rigor te mando, que otra vez vayas mañana a ver al Obispo, y de mi parte hazle saber, hazle oír mi querer, mi voluntad, para que realice, haga mi templo que le pido, y bien, de nuevo dile de modo que yo, personalmente, la Siempre Virgen Santa María, yo, que soy la Madre de Dios, te mando”. Juan Diego, por su parte, le respondió, le digo: “Señora mía, Reina, Muchachita mía, con todo gusto iré a poner por obra tu aliento, tu palabra; de ninguna manera lo dejaré de hacer, ni estimo por molesto el camino. Iré a poner en obra tu voluntad, pero tal vez no seré oído, y si fuere oído quizás no seré creído. Mañana en la tarde, cuando se meta el sol, vendré a devolver a tu palabra, a tu aliento, lo que me responda el Gobernante Sacerdote. Ya me despido de Ti respetuosamente, Hija mía la más pequeña, Jovencita, Señora, Niña mía, descansa otro poquito”. Y luego se fue él a su casa a descansar. En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego, encomendamos a las familias de nuestro barrio, especialmente las que atraviesan dificultades para que crezcan en la confianza y el amor de unos a otros. Oración María, Madre de la Conversión, ruega a tu hijo por la virtud de la esperanza. Ruégale para que nos libere de la duda y que nos dé el coraje de los hijos de Dios. Ruega a nuestro Señor, para que la luz del mundo pueda disipar la oscuridad de nuestro miedo, rehaciendo nuestros corazones de piedra a imagen del Sagrado Corazón de Jesús, tu Hijo Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final


QUINTO DÍA: El obispo Zumárraga, sus ayudantes y españoles en general, celoso pastor y prejuicioso hostigamiento. Al día siguiente, Domingo, bien todavía en la nochecilla, todo aún estaba oscuro, de allá salió [Juan Diego], de su casa, se vino derecho a Tlatilolco, vino a saber lo que pertenece a Dios y a ser contado en lista; luego para ver al Señor Obispo. Y a eso de las diez fue cuando ya estuvo preparado: se había oído Misa y se había nombrado lista y se había dispersado la multitud. Y Juan Diego luego fue al palacio del Señor Obispo. Y en cuanto llegó hizo toda la lucha por verlo, y con mucho trabajo y otra vez lo vio; a sus pies se hincó, se puso a hablarle, al descubrirle la palabra, el aliento de la Reina del Cielo, que ojalá fuera creída la embajada, la voluntad de la Perfecta Virgen, de hacerle, de erigirle su casita sagrada, en donde había dicho, la quería. Y el Gobernante Obispo muchísimas cosas le preguntó, le investigó, para poder cerciorarse, dónde la había visto, cómo era Ella; todo absolutamente se lo contó al Señor Obispo. Y aunque todo absolutamente se lo declaró, y en cada cosa vio, admiró que aparecía con toda claridad que Ella era la Perfecta Virgen, la Amable, Maravillosa Madre de Nuestro Salvador Nuestro Señor Jesucristo, sin embargo, no luego se realizó. Dijo que no sólo por su palabra, su petición se haría, se realizaría lo que él pedía, que era muy necesaria alguna otra señal para poder ser creído cómo a él lo enviaba la Reina del Cielo en persona. Tan pronto como lo oyó Juan Diego, le dijo al Obispo: “Señor Gobernante, considera cuál sería la señal que pides, porque luego iré a pedírsela a la Reina del Cielo que me envió”.

Y así se hizo. Y Juan Diego luego se vino derecho. Siguió la calzada, y los que lo seguían, donde sale la barranca cerca del Tepeyac, en el puente de madera lo vinieron a perder. Y aunque por todas partes buscaron, ya por ninguna lo vieron. Y así se volvieron y fueron a contar al Señor Obispo, le metieron en la cabeza que no le creyera, le dijeron cómo nomás le contaba mentiras, que nada más inventaba lo que venía a decirle, o que sólo soñaba o imaginaba lo que le decía, lo que le pedía. Y bien así lo determinaron que si otra vez venía, regresaba, allí lo agarrarían, y fuertemente lo castigarían, para que ya no volviera a decir mentiras ni a alborotar a la gente. Entre tanto, Juan Diego estaba con la Santísima Virgen, diciéndole la respuesta que traía del Señor Obispo; la que, oída por la Señora, le dijo: “Bien está, hijito mío, volverás aquí mañana para que lleves al Obispo la señal que te ha pedido; con esto te creerá y acerca de esto ya no dudará ni de ti sospechará; Y sábete, hijito mío, que yo te pagaré tu cuidado y el trabajo y cansancio que por mí has emprendido; Ea, vete ahora, que mañana aquí te aguardo”. En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego, pedimos por los enfermos, para que siempre descubran las caricias de la virgen en los que los visitan. Oración María, Madre de todos los santos, ruega por todos tus hijos en América. Ruega por aquellos que tratan de imitar tu ejemplo en el servicio humilde del Evangelio de la vida y lo más pobres de los pobres. Ruega, para que tu Hijo nos pueda llevar hacia la luz de su gloria eterna. Amén Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final

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SEXTO DÍA: El tío Juan Bernardino, símbolo del pueblo que pasa de la postración de muerte al movimiento de vida. Y al día siguiente, lunes, cuando debía llevar Juan Diego alguna señal para ser creído, ya no volvió. Porque cuando fue a llegar a su casa, a su tío, de nombre Juan Bernardino, se le había asentado la enfermedad, y estaba muy grave. Aún fue a llamarle al médico, aún hizo por él, pero ya no era tiempo, ya estaba muy grave. Y cuando anocheció, le rogó su tío que cuando aún fuera de madrugada, cuando aún estuviera oscuro, saliera a llamar a Tlatilolco algún Sacerdote para que fuera a confesarlo, para que fuera a prepararlo, porque estaba seguro de que ya era el tiempo, ya el lugar de morir, porque ya no se levantaría, ya no se curaría. Y el martes, siendo todavía mucho muy de noche, de allá vino a salir, de su casa, Juan Diego, a llamar el Sacerdote a Tlatilolco, y cuando ya acertó a llegar al lado del cerrito terminación de la sierra, al pie, donde sale el camino, de la parte en que el sol se mete, en donde antes él saliera, dijo: “Si me voy derecho por el camino, no vaya a ser que me vea esta Señora y seguro, como antes, me detendrá para que le lleve la señal al gobernante eclesiástico como me lo mandó; que primero nos deje nuestra tribulación; que antes yo llame de prisa al Sacerdote religioso; mi tío no hace más que aguardarlo”. Enseguida le dio la vuelta al cerro, subió por en medio y de ahí atravesando, hacia la parte oriental fue a salir, para rápido ir a llegar a México para que no lo detuviera la Reina del Cielo. Piensa que por donde dio la vuelta no lo podrá ver la que perfectamente a todas partes está mirando. La vio cómo vino a bajar de sobre el cerro, y que de allí lo había estado mirando, de donde antes lo veía. Le vino a salir al encuentro a un lado del cerro, le vino a atajar los pasos; le dijo: “¿Qué pasa, el más pequeño de mis hijos? ¿A dónde vas, a dónde te diriges?”. Y él, ¿tal vez un poco apenado, o quizá Pascua 2018 2018 60 Navidad

se avergonzó?, ¿o tal vez de ello se espantó, se puso temeroso? En su presencia se postró, la saludó, le dijo: “Mi Jovencita, Hija mía la más pequeña, Niña mía, ojalá que estés contenta; ¿cómo amaneciste? ¿Acaso sientes bien tu amado cuerpecito, Señora mía, Niña mía? Con pena angustiaré tu rostro, tu corazón; te hago saber, Muchachita mía, que está muy grave un servidor tuyo, tío mío. Una gran enfermedad se le ha asentado, seguro que pronto va a morir de ella. Y ahora iré de prisa a tu casita de México, a llamar a alguno de los amados de Nuestro Señor, de nuestros Sacerdotes, para que vaya a confesarlo y a prepararlo, porque en realidad para ello nacimos, los que vinimos a esperar el trabajo de nuestra muerte. Más, si voy a llevarlo a efecto, luego aquí otra vez volveré para ir a llevar tu aliento, tu palabra, Señora, Jovencita mía. Te ruego me perdones, tenme todavía un poco de paciencia, porque con ello no te engaño, Hija mía la menor, Niña mía, mañana sin falta vendré a toda prisa”. En cuanto oyó las razones de Juan Diego, le respondió la Piadosa Perfecta Virgen: “Escucha, ponlo en tu corazón hijo mío el menor, que no es nada lo que espanto, lo que te afligió que no se perturbe tu rostro, tu corazón; no temas esta enfermedad, ni ninguna otra cosa punzante, aflictiva. ¿No estoy aquí, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en el cruce de mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa? Que ninguna otra cosa te aflija, te perturbe; que no te apriete con pena la enfermedad de tu tío, porque de ella no morirá por ahora. Ten por cierto que ya está bueno”. (Y luego en aquél mismo momento sanó su tío, como después se supo). Y Juan Diego, cuando oyó la amable palabra, el amable aliento de la Reina del Cielo, muchísimo con ello se consoló, bien con ello se apaciguó su corazón, y le suplicó que inmediatamente la mandara a ver al Gobernante Obispo, a llevarle algo de señal, de comprobación, para que creyera.


En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego suplicamos por los jóvenes, especialmente por los que sufren el flagelo de la droga, para que descubran el valor de la vida y la presencia de María en sus vidas. Oración. María, Madre de América, escucha las muchas voces de nuestra tierra, suplicando la misericordia de tu Hijo, buscando la voz del pastor para conducirnos a casa. Escucha la alabanza de tus hijos e hijas y una ofrece a tu Hijo, liberarnos de los flagelos de la adicción, el egoísmo y la miseria. Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final

SÉPTIMO DÍA: Las flores de Dios, realidad y signo de su salvación y pascua. Y la Reina Celestial luego le mandó [a Juan Diego] que subiera a la cumbre del cerrillo, en donde antes la veía; Le dijo: “Sube, hijo mío el menor a la cumbre del cerrillo, a donde me viste y te di órdenes; allí verás que hay variadas flores: córtalas, reúnelas, ponlas todas juntas; luego baja aquí; tráelas aquí, a mi presencia”. Y Juan Diego luego subió al cerrillo, y cuando llegó a la cumbre, mucho admiró cuantas había, florecidas, abiertas sus corolas, flores las más variadas, bellas y hermosas, cuando todavía no era su tiempo; porque de veras que en aquella sazón arreciaba el hielo; estaban difundiendo un olor suavísimo; como perlas preciosas, como llenas de rocío nocturno. Luego comenzó a cortarlas todas, las puso en el hueco de su tilma. Por cierto que en la cumbre del cerrito no era lugar en que se dieran ningunas flores, y en seguida bajó a traerle a la Niña Celestial las diferentes flores que había ido a cortar, y cuando las vio, con sus venerables manos las

tomó; luego otra vez se las puso todas juntas en el hueco de su ayate, le dijo: “Mi hijito menor, éstas diversas flores son la prueba, la señal que llevarás al Obispo; de mi parte le dirás que vea en ellas mi deseo, y que por ello realice mi querer, mi voluntad .Y tú... tú que eres mi mensajero... en ti absolutamente se deposita la confianza, y mucho te mando con rigor que nada más a solas, en la presencia del Obispo, extiendas tu ayate, y le enseñes lo que llevas. Y le contarás todo puntualmente, le dirás que te mandé que subieras a la cumbre del cerrito a cortar flores, y cada cosa que viste y admiraste, para que puedas convencer al Gobernante Sacerdote, para que luego ponga lo que está de su parte para que se haga, se levante mi templo que le he pedido”. Y en cuanto le dio su mandato la Celestial Reina, vino a tomar la calzada, viene derecho a México, ya viene contento. Ya así viene sosegado su corazón, porque vendrá a salir bien, lo llevará perfectamente. Mucho viene cuidando lo que está en el hueco de su vestidura, no vaya a ser que algo tire; viene disfrutando el aroma de las diversas preciosas flores. En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego pedimos por la paz en el mundo, especialmente los lugares donde hay más violencia, para que descubran a Dios presente en esas realidades a través de los gestos. Oración. María, Madre de la Iglesia, ayuda a la Iglesia en estas tierras a seguir su ejemplo de amor sublime y profunda humildad. Contigo, que seamos obedientes al mandamiento del amor, y entreguemos todas nuestras energías para buscar la gloria de Cristo, sirviendo a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final

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OCTAVO DÍA: La Sagrada Imagen, comunión con Dios y visita que continúa. Cuando [Juan Diego] vino a llegar al Palacio del Obispo, lo fueron a encontrar el portero y los demás servidores del Sacerdote Gobernante, y les suplicó que le dijeran cómo deseaba verlo, pero ninguno quiso. Durante muchísimo rato estuvo esperando la razón.

Le dijo: “Señor mío, Gobernante, ya hice, ya llevé a cabo según me mandaste; así fui a decirle a la Señora mi Ama, la Niña Celestial, Santa María, la Amada Madre de Dios, que pedías una prueba para poder creerme, para que le hicieras su casita sagrada, en donde te la pedía que la levantaras; y también le dije que te había dado mi palabra de venir a traerte alguna señal, alguna prueba de su voluntad, como me lo encargaste.

Y cuando vieron que seguía allí, de pie, cabizbajo, sin hacer nada, por si era llamado, y como que algo traía, lo llevaba en el hueco de su tilma; luego pues, se le acercaron para ver qué traía y desengañarse.

Y me mandó a la cumbre del cerrito en donde antes yo la había visto, para que allí cortara diversas rosas de Castilla. Y cuando las fui a cortar, se las fui a llevar allá abajo; y con sus santas manos las tomó y colocó de nuevo en el hueco de mi ayate, para que te las viniera a traer, para que a ti personalmente te las diera.

Y cuando vio Juan Diego que de ningún modo podía ocultarles lo que llevaba y que por eso lo molestarían, lo empujarían o tal vez lo aporrearían, un poquito les vino a mostrar que eran flores. Y cuando vieron que todas eran finas, variadas flores y que no era tiempo entonces de que se dieran, las admiraron mucho, lo frescas que estaban, lo abiertas que tenían sus corolas, lo bien que olían, lo bien que parecían.

Y luego extendió su blanca tilma, en cuyo hueco había colocado las flores. Y así como cayeron al suelo todas las variadas flores preciosas, luego allí se convirtió en señal, se apareció de repente la Amada Imagen de la Perfecta Virgen Santa María, Madre de Dios, en la forma y figura en que ahora está, en donde ahora es conservada en su amada casita, en su sagrada casita en el Tepeyac, que se llama Guadalupe.

Y quisieron tomar y sacar unas cuantas; tres veces sucedió que se atrevieron a tomarlas, pero de ningún modo pudieron hacerlo, porque cuando hacían del intento ya no podían ver las flores, sino que, a modo de pintadas, o bordadas, o cosidas en la tilma las veían.

En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego, encomendamos a nuestro país, a los que nos gobiernan, que busquen caminos de comunión y de servicio.

Inmediatamente fueron a decirle al Gobernante Obispo lo que habían visto, cómo deseaba verlo el indito que otras veces había venido, y que ya hacía muchísimo rato que estaba allí aguardando el permiso, porque quería verlo.

Oración. María, Madre de todos los cristianos, escucha la humilde oración de todos los que adoran el nombre de tu Hijo, Jesús, nuestra esperanza y salvación. Que nuestra Iglesia, bajo la maternal protección de tus ruegos, pueda disfrutar siempre de una paz ininterrumpida.

El Gobernante Obispo, en cuanto lo oyó, dio en la cuenta de que aquello era la prueba para convencerlo, para poner en obra lo que solicitaba el hombrecito. En seguida dio orden de que pasara a verlo. Y habiendo entrado en su presencia se postró, como ya antes lo había hecho. Y de nuevo le contó lo que había visto, admirado, y su mensaje. Pascua 2018 2018 62 Navidad

Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final


NOVENO DÍA: El milagro guadalupano, madurez y armonía comunitaria y personal. Y en cuanto la vio [a la Amada Imagen de la Perfecta Virgen Santa María, Madre de Dios] el Obispo Gobernante y todos los que allí estaban, se arrodillaron, mucho la admiraron, se pusieron de pie para verla, se entristecieron, se afligieron, suspenso del corazón, del pensamiento... Y el Obispo Gobernante con llanto, con tristeza, le rogó, le pidió perdón por no luego haber realizado su voluntad, su venerable aliento, su venerable palabra. Y luego la llevó; allá la fue a colocar a su oratorio. Y todavía allí pasó un día Juan Diego en la Casa del Obispo, aún lo detuvo. Y al día siguiente le dijo: “Anda, vamos a que muestres dónde es la voluntad de la Reina del Cielo que le erijan su templo”. De inmediato se convidó gente para hacerlo, para levantarlo. Y Juan Diego, en cuanto mostró en dónde había mandado la Señora del Cielo que se erigiera su casita sagrada, luego pidió permiso: quería ir a su casa para ir a ver a su tío Juan Bernardino, que estaba muy grave cuando lo dejó para ir a llamar a un sacerdote a Tlatilolco para que lo confesara y lo dispusiera, de quien le había dicho la Reina del Cielo que ya había sanado. Pero no lo dejaron ir solo, sino que lo acompañaron a su casa. Y al llegar vieron a su tío que ya estaba sano, absolutamente nada le dolía. Y él, por su parte, mucho admiró la forma en que su sobrino era acompañado y muy honrado; le preguntó a su sobrino por qué así sucedía, el que mucho le honraran.

contento, y con ello mucho se consoló. Le dijo su tío que era cierto, que en aquel preciso momento lo sanó, y la vio exactamente en la misma forma en que se le había aparecido a su sobrino. Y que bien así la llamaría, bien así se nombraría: La Perfecta Virgen Santa María de Guadalupe, su Amada Imagen. Y luego trajeron a Juan Bernardino a la presencia del Gobernante Obispo, lo trajeron a hablar con él, a dar testimonio, y junto con su sobrino Juan Diego, los hospedó en su casa el Obispo unos cuantos días, en tanto que se levantó la casita sagrada de la Niña Reina allá en el Tepeyac, donde se hizo ver de Juan Diego. En un momento de silencio y de encuentro entrañable con Nuestra Señora de Guadalupe y con San Juan Diego pedimos especialmente por el papa Francisco, por su misión, por el tiempo de renovación, tiempo que vivimos. Oración. Dios de poder y misericordia, Tú bendijiste a todo el pueblo de América en el Tepeyac con la presencia de la Santísima Virgen María de Guadalupe. Que los ruegos de nuestra Santa Madre puedan ayudar a todos los hombres y mujeres a aceptarse unos a otros como hermanos y hermanas. Que a través de tu justicia, presente en nuestros corazones, tu paz pueda reinar en el mundo entero. Jaculatoria: Oh Señora de Guadalupe, ora por nuestra Iglesia y camina con nosotros en el camino de la fe. Ave María y Oración final

Y él dijo cómo cuando lo dejó para ir a llamarle un sacerdote para que lo confesara, lo dispusiera, allá en el Tepeyac se le apareció la Señora del Cielo; y lo mandó a México a ver al Gobernante Obispo, para que allí le hiciera una casa en el Tepeyac. Le dijo que no se afligiera, que ya su tío estaba Navidad 2018

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Oración final de la novena A continuación, presentamos la Oración a Nuestra Señora de Guadalupe dada a conocer por la Pontificia Comisión para América Latina (CAL) del Vaticano Virgen María de Guadalupe, Madre del verdadero Dios por quien se vive. En San Juan Diego, el más pequeño de tus hijos, Tú dices hoy a los pueblos de América Latina: “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No estás por ventura en mi regazo?” Por eso nosotros con profundo agradecimiento reconocemos a través de los siglos todas las muestras de tu amor maternal, tu constante auxilio, compasión y defensa de los moradores de nuestras tierras, de los pobres y sencillos de corazón. Con esta certeza filial, acudimos a ti, para pedirte, que así como ayer vuelvas a darnos 64 Navidad 2018

a tu Divino Hijo, porque sólo en el encuentro con Él se renueva la existencia personal y se abre el camino para la edificación de una sociedad justa y fraterna. A ti, Misionera Celeste del Nuevo Mundo, que eres el rostro mestizo de América y luminosamente manifiestas su identidad, unidad y originalidad, confiamos el destino de nuestros Pueblos. A ti, Pedagoga del Evangelio de Cristo, Estrella de la Nueva Evangelización, consagramos la labor misionera del Pueblo de Dios peregrino en América Latina. ¡Oh Dulce Señora!, ¡Oh Madre Nuestra!, ¡Oh siempre Virgen María! ¡Tu presencia nos hace hermanos! Acoge con amor esta súplica de tus hijos y bendice esta amada tierra tuya con los dones de la reconciliación y la paz. Amén


Rosario ACTO DE CONTRICCIÓN Señor Jesucristo, que por amor quisiste nacer en un pesebre y morir en la cruz, ¡qué grande ha sido nuestra deslealtad! ¡Qué grande nuestro atrevimiento cada vez que hemos faltado a tu ley de amor! Tú, Señor, mostrándote misericordioso con nosotros te manifiestas, imploro tu perdón tanto más necesario cuanto más pecador me confieso. ¡Perdón, Señor! Te ofendimos y al considerarlo sentimos gran tristeza, pero al verte en la cruz, nuestra confianza renace, por eso, desde el fondo de nuestra alma, te decimos, como el salmista: ¡Apiádate de nosotros Dios mío según tu gran misericordia! Amén. ORACIÓN Reina y Madre de los mexicanos: Atraídos por el encanto de tu ternura maternal y tu solicitud hacia nosotros, venimos a consagrarte nuestras alegrías, penas, sacrificios, angustias y dolores. Porque eres para todos los mexicanos una Madre que nos escucha, consuela y atiende nuestras necesidades. Eres alivio en el dolor, luz que ahuyente nuestros temores; nos acoges siempre como a pequeñitos y delicados. Nos consagramos totalmente a ti, y en ti depositamos nuestra confianza y esfuerzo por vivir en santidad. JACULATORIAS: V. Mi corazón en amarte eternamente se ocupe. R. Y mi lengua en alabarte, Madre mía de Guadalupe. V. ¡Santa María de Guadalupe, Reina de México, R. Conserva nuestra fe y salva nuestra patria!


PRIMER MISTERIO En el primer misterio glorioso contemplamos la resurrección de Jesús. La vida de Jesús y su obra redentora no se acaban con la tragedia del Calvario ni en la oscuridad y el silencio del sepulcro. Al tercer día Jesús resucita, como lo había anunciado. Con su resurrección empieza para la humanidad redimida una historia nueva. La Virgen de Guadalupe vino a dar nueva vida y esperanza a un pueblo que quería morir y hasta olvidar que había existido. Si alguna palabra puede resumir al mensaje de Guadalupe, es precisamente ésta: nueva vida. A un pueblo caído, dominado, esclavizado, María le entrega un mensaje de libertad, de dignidad, y una razón de existir. María de Guadalupe pone su confianza en quienes no confían ni siquiera las autoridades religiosas. Transforma a Juan Diego, lo recrea, de un «pobre indio» en otro hombre, le da una nueva personalidad; ahora es su hijo y el mensajero de su confianza.

SEGUNDO MISTERIO En el segundo misterio glorioso contemplamos el mandato misionero de Jesús a los Apóstoles y la ascensión al cielo del Señor Jesús ha terminado su misión sobre la tierra. Ahora les toca a sus discípulos continuar y completar la obra de la salvación. Y es obedeciendo a este mandato del Señor que los misioneros llegaron a nuestro continente a traernos la riqueza de la fe cristiana. La Santísima Virgen de Guadalupe con cariño maternal muestra a Juan Diego sus posibilidades, sus cualidades, le hace recuperar su dignidad y su valor, y le hace aceptar como propio un papel que ha de cumplir con esmero, ser su embajador: «Ve allá al palacio del obispo de México, y le dirás que yo te envío como mi mensajero».

No basta, sin embargo, la experiencia religiosa íntima. La reconstitución del nuevo sujeto indio es tarea que el mismo indio tiene que llevar a cabo en su propio drama y en su propia historia. Su rehabilitación no termina en el diálogo amoroso con María, sino ante el obispo, a quien entrega las rosas «para que aparezca la verdad de mi palabra».

No se contentó con llevar el mensaje de la Madre de Dios al señor obispo, sino que se transformó en un verdadero apóstol. Una vez construida e inaugurada la ermita en el lugar de las apariciones, Juan Diego se quedó encargado de la casa de oración. Allí él daba a conocer a los visitantes y peregrinos que venían los acontecimientos del mes de diciembre de 1531. Además enseñaba a todos las verdades de la fe cristiana y los mandamientos de la ley de Dios, con su palabra, con sus oraciones y sobre todo con su testimonio de vida. Él fue el primer catequista indígena de América Latina.

En este misterio pidamos para que la Santísima Virgen María, quien transforma en mensajero suyo al indio Juan Diego, transforme también a cada uno de nosotros en mensajeros del Evangelio, para la venida del Reino de Jesús en todo el mundo.

En este misterio pidamos por la intercesión de María de Guadalupe, y de su mensajero, el santo Juan Diego, que el señor llame a muchos jóvenes de nuestra comunidad y los envíe a anunciar la Buena Nueva, con su testimonio de vida.

Padre Nuestro – 10 Aves Marías – Gloria al Padre...

Padre Nuestro – 10 Aves Marías – Gloria al Padre...

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TERCER MISTERIO GLORIOSO En el tercer misterio glorioso contemplamos la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles en el cenáculo. Pedro fue el primero quien abrió las puertas del cenáculo para anunciar con valentía a Cristo muerto y resucitado. Más tarde la fuerza del Espíritu Santo cambió la vida de «Saulo el perseguidor» en la de «Pablo el evangelizador». Y Pedro y Pablo llegaron a Europa para anunciar el Evangelio. Sobre los cimientos de la predicación apostólica y el testimonio de su martirio, la fe cristiana se afianzó y se extendió por todo el continente europeo. Y Europa, antes centro del gran imperio romano, se transformó en centro de irradiación del cristianismo. Cuando la Santísima Virgen María se le apareció a Juan Diego en el Tepeyac, los habitantes de México estaban divididos. Existían innumerables tribus, con costumbres, creencias, ritos e idiomas muy diferentes entre ellos. Pero la llegada de la Madre de Dios, su manera de acercarse al indio, de hablar su idioma, de asumir su lenguaje y su cultura, de quedarse entre ellos con su sagrada imagen grabada en una tilma, fueron más eficaces que las catequesis y los sermones de los misioneros. Poco a poco, en el nombre de Santa María de Guadalupe, México se hizo cristiano, y las varias tribus se encontraron reunidas en la misma fe. Hasta hoy en día, el santuario de “La Villa” y la veneración y devoción a la “Morenita del Tepeyac” constituyen el elemento que más une en un solo pueblo y una sola fe a los habitantes de todo México.

CUARTO MISTERIO GLORIOSO En el cuarto misterio glorioso contemplamos la asunción de la Santísima Virgen a los cielos. La Virgen María ha sido la “Nueva Eva” que se puso a lado de su Hijo Redentor, el “Nuevo Adán”, para dar inicio a una nueva humanidad. Era, pues, muy lógico que Jesús se la llevara al cielo en alma y cuerpo para que disfrutara plena y definitivamente de los beneficios de la redención. La asunción de María al cielo no fue una “despedida” de sus hijos peregrinos en este mundo. Al contrario: Jesús la quiso en el cielo para que desde allí pudiese darse cuenta de las necesidades de todos sus hijos en la tierra y, estando junto a su Hijo-Dios, pudiese interceder por nosotros, como lo hiciera un día en las bodas de Caná. Prueba de ello son las numerosísimas apariciones de María en todos los rincones de nuestro planeta. Con el pasar de los años se han multiplicado los santuarios, las capillas, los altares y los nichos que sus hijos le han dedicado para recordar su presencia materna entre nosotros y para agradecerle las gracias y los favores recibidos por su intercesión. Ella está siempre junto a sus hijos, como lo dijo a Juan Diego en la cuarta aparición: “No se turbe tu corazón... ¿No estoy aquí yo que soy tu madre? ¿No estás tú bajo mi sombra? ¿No soy yo tu salud? ¿No estás tú, por ventura, en mi regazo?”. Son palabras muy hermosas y alentadoras que ponen de manifiesto cuánto y cómo esta madre celestial se preocupa por nosotros sus hijos.

En este misterio pidamos por la intercesión de la Virgen de Guadalupe, una nueva efusión del Espíritu sobre el Papa, los obispos y toda la Iglesia para que surja “una nueva primavera de vida cristiana”, el viejo continente rejuvenezca bajo ese soplo del Espíritu de Pentecostés.

Pidamos, a nuestra madre, la virgen de Guadalupe, que afiance el corazón de los misioneros y misioneras con esa confianza total en su maternal protección. Y pidámosle también para que nuestros hermanos de nuestras comunidades puedan experimentar el poder de su intercesión delante de Jesús, para que llegue para todos ellos el día de la redención.

Padre Nuestro – 10 Aves Marías – Gloria al Padre...

Padre Nuestro – 10 Aves Marías – Gloria al Padre... Navidad 2018

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QUINTO MISTERIO GLORIOSO En el quinto misterio glorioso contemplamos la coronación de la Santísima Virgen como reina de cielo y tierra. Es hermoso para Jesús contemplar la belleza y la gloria de su madre. Pero es extasiante también para nosotros contemplar la belleza y la gloria de María reina de cielo y tierra, y saber que es también nuestra madre celestial. En la narración de la primera aparición de la Madre de Dios a Juan Diego (9 de diciembre de 1531) Leemos lo siguiente: “Al llegar Juan Diego junto al cerrillo llamado Tepeyac amanecía, y oyó cantar arriba del cerrillo: semejaba canto de varios pájaros preciosos, y parecía que el monte respondía... Estaba viendo hacia el oriente, arriba del cerrillo, y así que cesó repentinamente y se hizo el silencio, oyó que le llamaban y le decían: “Juanito, Juan Dieguito...” Cuando llegó a la cumbre, vio a una señora que estaba allí de pie y que le dijo que se acercara. Su vestidura era radiante como el sol; el risco en que posaba su planta flechado por los resplandores, semejaba una ajorca de piedras preciosas, y relumbraba la tierra como el arco iris. Los mezquites, nopales y otras diferentes hierbecillas parecían de esmeralda” (1a. aparición) La armonía, la luz y la belleza de la creación anunciaban y celebraban la presencia de la Reina, la Madre del verdadero Dios. La Santísima Virgen María, reina del cielo y de la tierra, consiga con su intercesión que también para nuestros hermanos de Asia llegue el Reino de Dios y que todos ellos formen un día con nosotros el pueblo de la nueva y eterna alianza, sellada por nuestro redentor en la sangre del Cordero, Cristo nuestro redentor. Padre Nuestro – 10 Aves Marías – Gloria al Padre...

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LETANIAS Señor, ten piedad... Cristo, ten piedad... Señor, ten piedad... Santa María de Guadalupe, mamá de nuestras naciones. Ruega por nosotros Mamá que nos vienes a revelar y a entregar al único Dios y Señor. Ruega por nosotros Mamá del Verdadero Dios por Quien se vive. Ruega por nosotros Mamá de Quien está siempre cercano a todos. Ruega por nosotros Mamá del Creador de rostros y corazones. Ruega por nosotros Mamá del Dueño de los cielos y la Tierra. Ruega por nosotros Mamá que vienes a manifestar el Plan de Dios para que se haga. Ruega por nosotros Mamá de ternura inigualable para cada una de las gentes. Ruega por nosotros Mamá de trato tan cariñoso que cautivas a las personas. Ruega por nosotros Mamá de mirada compasiva y misericordiosa. Ruega por nosotros Mamá que respondes sin descanso a las llamadas. Ruega por nosotros Mamá que recibes a quienes te buscamos. Ruega por nosotros Mamá que despiertas infinita confianza. Ruega por nosotros Mamá que levantas al indígena de su postración. Ruega por nosotros Mamá que enseñas al jerarca a servir al Pueblo de Dios. Ruega por nosotros Mamá que engendras vida nueva en los Pueblos de Abya-Yala. Ruega por nosotros Tú, la perfecta y siempre Virgen, Santa María Enséñanos a amar Tú, la que nos quieres a todos y a cada uno Enséñanos a amar Tú, que nos das tu defensa y auxilio, amor y compasión Enséñanos a amar Tú, que escuchas nuestros llantos y remedias las tristezas Enséñanos a amar Tú, que curas nuestras penas, miserias y dolores Enséñanos a amar Tú, que nos envías a vivir el amor a Dios y a nuestra gente Enséñanos a amar Tú, que depositas en nosotros tu confianza Enséñanos a amar Tú, que agradeces a tus fieles lo que hacemos por Tí Enséñanos a amar Tú, que pides pongamos nuestra parte para hacer nuestra misión Enséñanos a amar   ORACIÓN Señor, Tú has querido que tu Iglesia sea sacramento de salvación para todos los hombres, a fin de que la obra redentora de Cristo persevere hasta el final de los tiempos; mueve ahora los corazones de tus fieles y concédenos la gracia de sentir que nos llamas con urgencia a trabajar por la salvación del mundo, para que todos seamos un solo pueblo, una sola familia, consagrada a tu nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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Novena de Navidad Sentido de las Posadas Navideñas María y José viajaron a Belén antes del nacimiento del niño Jesús, tuvieron dificultad para encontrar hospedaje. San Mateo y San Lucas nos cuentan que la pareja no tenía donde quedarse hasta que encontraron un establo. El niño Jesús nació y durmió en un pesebre, donde pronto lo encontraron ángeles, los pastores y después los Reyes Magos. Las Posadas Navideñas celebran y honran la caridad que salvó a José y María aquella gran noche. Nueve días antes de la Navidad, del 16 al 24 de diciembre, los fieles se organizan para recrear las penas de María y José antes de llegar a Belén. La gente, lleva a los peregrinos, canta, y reza para celebrar la llegada del niño Jesús. Ofrecemos una propuesta para orar, compartir y construir comunidad estos nueve días. Lo importante es estar un rato antes y después de las oraciones y disfrutar de la compañía.

1.- Oración inicial para cada día de la novena

Dios de eterna caridad que nos has amado tanto y que nos diste en tu Hijo, la mejor prenda de tu amor, para que, encarnado y hecho nuestro hermano en las entrañas de la Virgen, naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio; te damos gracias por tan inmenso beneficio. En correspondencia te ofrecemos, Señor, nuestros esfuerzos sinceros para hacer de este mundo tuyo y nuestro, un mundo más justo, más fiel al gran mandamiento de amarnos como hermanos. Concédenos, Señor, tu ayuda. Te pedimos que esta Navidad, fiesta de paz y alegría, sea para nuestra comunidad un estímulo, para que, viviendo como hermanos, busquemos más y más los caminos de justicia, amor y paz. Amén. 2.-Se rezan los 5 misterios del Santo Rosario con participación de todos los asistentes. 3.-Oración por la familia Señor transforma nuestros hogares en sitios de tu amor. Sin injurias porque tú nos das comprensión. Sin amargura porque tú nos bendices. Sin egoísmo porque tú nos alientas. Sin rencores porque tú nos das el perdón. Sin abandono porque tú estás con nosotros.

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Que sepamos caminar hacia ti en el diario vivir. Que cada mañana amanezca un día más de entrega y sacrificio. Que cada noche nos encuentre con más amor. Haz Señor con nuestras vidas, que quisiste unir, una página llena de ti. Haz Señor de nuestros hijos y nietos unos buenos cristianos, ayúdanos a darles buen ejemplo y no ceder a sus caprichos infantiles, ayúdanos a orientarlos por tu camino. Que nos esforcemos en el apoyo mutuo. Que cuando amanezca el gran día de ir a tu encuentro nos conceda el hallarnos unidos para siempre en ti. Amén. 4.- Oración a la Virgen María Madre nuestra, te pedimos por todas las familias de nuestro país; haz que cada hogar de nuestra patria y del mundo sea fuente de comprensión, de ternura, de verdadera vida familiar. Que estas fiestas de Navidad, que nos reúne alrededor del pesebre donde nació tu Hijo, nos unan también en el amor, nos hagan olvidar las ofensas y nos den sencillez para reconocer los errores que hayamos cometido. Madre de Dios y Madre Nuestra, intercede por nosotros. Amén.


5.- Oración a San José Santísimo San José esposo de María y padre adoptivo del Señor, tú fuiste escogido para ser un verdadero padre y protector en el hogar de Nazaret. Ayuda a los padres de familia; que ellos sean siempre en su hogar imagen del padre celestial, a ejemplo tuyo; que cumplan cabalmente la gran responsabilidad de educar y dar buen ejemplo a sus hijos, entregándoles, con un esfuerzo continuo, lo mejor de sí mismos. Ayuda a nuestros hijos a entender y apreciar el abnegado esfuerzo de sus padres. San José modelo de esposos y padres intercede por nosotros. Amén. 6.- Meditación diaria (una para cada día de la novena antes de la oración conclusiva) 7.- Oración conclusiva al niño Dios Señor Jesucristo, la Navidad nos recuerda tu venida, tu presencia en nuestra historia y tu amor de Hermano Mayor que nos orienta al amor de nuestro Padre Dios Que esta reunión de nuestra comunidad aumente la fe en tu bondad, nos comprometa a vivir verdaderamente como hermanos, nos dé valor para morir al odio y sembrar la justicia y la paz. ¡Oh Divino Niño!, enséñanos a comprender que donde hay amor y justicia, allí estás tú y allí también es Navidad. Amén. NOTA: El Papa Francisco, nos invita a buscar la santidad de vida, es decir, llegar a ser lo que el Padre Dios pensó cuando nos creó. Busquemos la generosidad, la reconciliación, la comprensión, el respeto, la sinceridad, el diálogo con los hermanos, la sencillez, la fe, la esperanza y el amor, y dejémonos guiar por el Espíritu Santo para lograr este propósito. Meditaciones diarias: PRIMER DÍA: Vamos a afianzar nuestros valores de modo que la navidad sea lo que debe ser; una fiesta dedicada a la RECONCILIACIÓN. Dedicada al perdón generoso y comprensivo que aprenderemos de un Dios compasivo. Con el perdón del Espíritu Santo podemos reconciliarnos con Dios y con los hermanos y andar en una vida nueva. Es la buena noticia que San Pablo exclamó en sus cartas, tal como leemos en su epístola a los romanos: Vivir la navidad es cancelar los agravios si alguien nos ha ofendido, y es pedir perdón si hemos maltratado a los demás. Así, del perdón nace la armonía y construimos esa paz que los ángeles anuncian en Belén: Paz en la tierra a los hombres que aman al Señor y se aman entre sí. Los seres humanos podemos hacernos daño con el odio o podemos ser felices en un amor que reconcilia. Y esa buena misión es para cada uno de nosotros:

ser agentes de reconciliación y no de discordia, ser instrumento de paz y sembradores de hermandad. SEGUNDO DÍA: Dedicado a la COMPRENSIÓN. Comprensión es una nota distintiva de todo verdadero amor. Podemos decir que la encarnación de un Dios que se hace hombre puede leerse en clave de ese gran valor llamado comprensión. Es un Dios que se pone en nuestro lugar, que rompe las distancias y comparte nuestros afanes y nuestras alegrías. Es gracias a ese amor comprensivo de un Dios padre que somos hijos de Dios y hermanos entre nosotros. Dios, como afirma San Juan, nos muestra la grandeza de su amor y nos llama a vivir como hijos suyos. Si de verdad actuamos como hijos de Dios no imitamos a Caín si no que “damos la vida por los hermanos” (3, 16). Con un amor comprensivo somos capaces de ver las razones de los demás y ser tolerantes con sus fallas. Si la Navidad nos torna comprensivos es una excelente Navidad. Feliz navidad es aprender a ponernos en el lugar de los demás TERCER DÍA: Dedicado al RESPETO. Una cualidad del amor que nos mueve a aceptar a los otros tal como son. Gracias al respeto valoramos la gran dignidad de toda persona humana hecha a imagen y semejanza de Dios, aunque esa persona esté equivocada. El respeto es fuente de armonía porque nos anima a valorar las diferencias, como lo hace un pintor con los colores o un músico con las notas o ritmos. Un amor respetuoso nos impide juzgar a los demás, manipularlos o querer moldearlos a nuestro tamaño. Pensar en el respeto es ver a Jesús conversando amablemente con la mujer samaritana, tal como lo narra San Juan en el capítulo cuatro de su Evangelio. Es un diálogo sin reproches, sin condenas y en el que brilla la luz de una delicada tolerancia. Jesús no aprueba que la mujer no conviva con su marido, pero en lugar de juzgarla la felicita por su sinceridad. Actúa como buen pastor y nos enseña a ser respetuosos si de verdad queremos entendernos con los demás. EL CUARTO DÍA: Dedicado a la SINCERIDAD. Una cualidad sin la cual el amor no puede subsistir, ya que no hay amor donde hay mentira. Amar es andar en la verdad, sin máscaras, sin el peso de la hipocresía y con la fuerza de integridad. Sólo en la verdad somos libres como lo anunció Jesucristo: Sólo sobre la roca firme de la verdad puede sostenerse una relación en las crisis y los problemas. Con la sinceridad nos ganamos la confianza y con la confianza llegamos al Navidad 2018

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entendimiento y la unidad. El amor nos enseña a no actuar como los egoístas y los soberbios que creen que su verdad es la verdad. Si la navidad nos acerca a la verdad es una buena Navidad: es una fiesta en la que acogemos a Jesús como luz verdadera que viene a este mundo: Luz verdadera que nos aleja de las tinieblas nos mueve a aceptar a Dios como camino, verdad y vida. Ojala nuestro amor esté siempre iluminado por la verdad, de modo que esté también favorecido por la confianza. QUINTO DÍA: Dedicado al DIÁLOGO. Toda la Biblia es un diálogo amoroso y salvífico de Dios con los hombres. Un diálogo que lleva a su culmen y su plenitud cuando la palabra de Dios que es su Hijo, se hace carne, se hace hombre, tal como lo narra San Juan en el primer capítulo de su Evangelio. Un diálogo de Dios apoyado en la sinceridad, afianzado en el respeto y enriquecido por la comprensión, es el que necesitamos en todas nuestras relaciones. Un diálogo en el que a diario “nos revistamos de misericordia, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. El diálogo sereno que brota de un sincero amor y de un alma en paz es el mejor aguinaldo que nos podemos dar en Diciembre. Así evitamos que nuestras casas sean lugares vacíos de afecto en los que andamos dispersos como extraños bajo el mismo techo. Dios nos concede a todos el don de comunicarnos sin ofensas, sin juicios, sin altanerías, y sí con aprecio que genera acogida y mutua aceptación. SEXTO DÍA: Para valorar la SENCILLEZ. Sencillez que es la virtud de las almas grandes y de las personas nobles; Sencillez que fue el adorno de María de Nazaret tal como ella misma lo proclama en su canto del Magníficat: “Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador porque ha mirado la humildad de su esclava”. Navidad es una buena época para desterrar el orgullo y tomar conciencia de tantos males que acarrean la soberbia. Ninguna virtud nos acerca tanto a los demás como la sencillez y ningún defecto nos aleja tanto como la arrogancia. El amor sólo reina en los corazones humildes, capaces de reconocer sus limitaciones y de perdonar su altivez. Es gracias a la humildad que actuamos con delicadeza, sin creernos más que nadie, imitando la sencillez de un Dios que “se despojó de sí mismo y tomó la condición de siervo” Crecer en sencillez es un estupendo regalo para nuestras relaciones. Recordemos que en la pequeñez está la verdadera grandeza y que el orgullo acaba con el amor. 72 Navidad 2018

SÉPTIMO DÍA: Para crecer en GENEROSIDAD. Es la capacidad de dar con desinterés donde al amor le gana la carrera al egoísmo. Es en la entrega generosa de nosotros mismos donde se muestra la profundidad de un amor que no se agota en las palabras. Y eso es lo que celebramos en la navidad: el gesto sin par de un Dios que se da a sí mismo. Lo destaca San pablo: “soberbia también en la generosidad... pues conocemos la generosidad de Nuestro Señor Jesucristo el cual siendo rico, por nosotros se hizo pobre para que nos enriqueciéramos con su pobreza”. Sabemos amar cuando sabemos compartir, sabemos amar cuando damos lo mejor de nosotros mismos en lugar de dar sólo cosas. Tomemos pues, la mejor decisión: dar cariño, afecto, ternura y perdón; dar tiempo y dar alegría y esperanza. Son los aguinaldos que más valen y no cuestan dinero. Demos amor, como decía San Juan de la Cruz: donde no hay amor pon amor, y sacarás amor OCTAVO DÍA: Para afianzar la FE. Una fe que es firme cuando nace una relación amistosa con el Señor. Una fe que es auténtica está confirmada con las buenas obras, de modo que la religión no sea sólo de rezos, ritos y tradiciones. Necesitamos cultivar la fe con la Biblia, la oración y la práctica religiosa porque la fe es nuestro mejor apoyo en la crisis. Necesitamos una fe grande en nosotros mismos, en Dios y en los demás. Una fe sin vacilaciones como lo quería Jesús, Una fe que ilumina el amor con la fuerza de la confianza, ya que “el amor todo lo cree”. La FE es la fuerza de la vida y sin ella andamos a la deriva, por eso se dice: el que ha perdido la fe, ya no tiene más que perder. ¡Qué bueno que cuidemos nuestra fe como se cuida un tesoro! ¡Qué bueno que nos puedan saludar como a la Virgen!: “Dichosa tu que has creído”. NOVENO DÍA: Para avivar la ESPERANZA y el AMOR. El amor y la esperanza siempre van de la mano junto con la fe. Por eso en su himno al amor nos muestra San Pablo que el amor cree sin límites y espera sin límites”. Una fe viva, un amor sin límites y una esperanza firme son el incienso, el oro y la mirra que nos dan ánimo para vivir y coraje para no decaer. Es gracias al amor que soñamos con altos ideales y es gracias a la esperanza que los alcanzamos. El amor y la esperanza son las alas que nos elevan a la grandeza, a pesar de los obstáculos y los sinsabores. Si amamos a Dios, nos amamos a nosotros mismos y amamos a los demás, podemos lograr lo que


sugiere San Pedro en su primera carta: “estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza. Con dulzura, respeto y con una buena conciencia”. Si encendemos la llama de la esperanza y el fuego del amor, su luz radiante brillará en el nuevo año después de que se apaguen las luces de la navidad. Oración para el último día: ORACIÓN DE NAVIDAD Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti, no deseamos nada más sino encontrarte en nuestras vidas; así como te reconocieron Ana y Simeón queremos reconocerte en el niño que nace en

Belén. Prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros, proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida “Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”. No cierres tus oídos a nuestra oración para que meditando el misterio de la Encarnación, sigamos más de cerca, con Espíritu de hijos, al crucificado que ha resucitado. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. *Canto para pedir posada

AFUERA

ADENTRO

1.-En el nombre del cielo os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada.

1.-Aquí no es mesón, sigan adelante, yo no puedo abrir, no sea algún tunante.

2.-No sea inhumano, tennos caridad. Que el Dios de los Cielos te lo premiará.

2.-Ya se pueden ir y no molestar, porque si me enfado os voy a apalear.

3.-Venimos rendidos desde Nazaret, yo soy carpintero, de nombre José.

3.- No me importa el nombre, déjenme dormir, pues que yo le digo que no hemos de abrir.

4.-Posada te pide, amado casero, por solo una noche, la Reina del Cielo.

4.-pues si es una Reina quien lo solicita ¿como es que de noche Anda tan solita?

5.- Mi esposa es María, es Reina del Cielo, y madre va a ser del Divino Verbo.

5.-¿Eres tu José? ¿tu esposa es María? Entren peregrinos, no los conocía.

6.-Dios te pague Señor, vuestra caridad y que os colme el Cielo de felicidad.

6.-¡Dichosa la casa que alberga este día, a la Virgen pura, La hermosa María

TODOS Entren Santos Peregrinos, Peregrinos, reciban este rincón, que aunque es pobre la morada, la morada, os la doy de corazón.

Navidad 2018

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HORAS SANTAS DE ENERO Horas Santas para la segunda semana responsable y generoso de la propia misión. No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio. Todo puede ser aceptado e integrado como parte de la propia existencia en este mundo, y se incorpora en el camino de santificación. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO CANTO ESTACIONES EUCARÍSTICAS Dios está misteriosamente en la vida de toda persona, está en la vida de cada uno como él quiere, y no podemos negarlo. Aun cuando la existencia de alguien haya sido un desastre, aun cuando lo veamos destruido por los vicios o las adicciones, Dios está en su vida. Si nos dejamos guiar por el Espíritu más que por nuestros razonamientos, podemos y debemos buscar al Señor en toda vida humana. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA Nos hace falta un espíritu de santidad que impregne tanto la soledad como el servicio, tanto la intimidad como la tarea evangelizadora, de manera que cada instante sea expresión de amor entregado bajo la mirada del Señor. De este modo, todos los momentos serán escalones en nuestro camino de santificación. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo Sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA Somos llamados a vivir la contemplación también en medio de la acción, y nos santificamos en el ejercicio 74 Navidad 2018

PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA CANTO ORACIÓN INTRODUCTORIA Dios se manifiesta siempre y en toda criatura. ¿Por qué no lo descubro? Muy sencillo: O busco un dios que no existe. O le busco donde no está. O le busco con la razón y no con el corazón. No hay que buscar a Dios, sino la luz que nos permita verlo en todas partes. Al entrar en una habitación, no buscamos la lámpara, sino el interruptor. Una vez pulsado, instantáneamente se hace la luz. La luz está dentro de ti, de mí y de cada uno. Puede llevar tiempo encontrar el interruptor. Sigamos intentando, en cualquier momento lo descubriremos. Porque no somos la habitación iluminada por una lámpara. Somos la LÁMPARA que se transforma en LUZ. SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Mateo: 2, 1-12 Jesús nació en Belén de Judá, en tiempos del rey Herodes. Unos magos de Oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron: “¿Dónde está el rey de los


judíos que acaba de nacer? Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo”. Al enterarse de esto, el rey Herodes se sobresaltó y toda Jerusalén con él. Convocó entonces a los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron: “En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, no eres en manera alguna la menor entre las ciudades ilustres de Judá, pues de ti saldrá un jefe, que será el pastor de mi pueblo, Israel”. Entonces Herodes llamó en secreto a los magos, para que le precisaran el tiempo en que se les había aparecido la estrella y los mandó a Belén, diciéndoles: “Vayan a averiguar cuidadosamente qué hay de ese niño y, cuando lo encuentren, avísenme para que yo también vaya a adorarlo”. Después de oír al rey, los magos se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto surgir, comenzó a guiarlos, hasta que se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver de nuevo la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Advertidos durante el sueño de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN El acontecimiento concreto, los magos de Oriente tiene un sentido mucho más trascendente: se trata de presentar a Jesús como “El definitivo”, el mesías esperado, no sólo Luz de Israel, sino Revelación definitiva de Dios para todos los Pueblos. Dios se manifiesta siempre a todos, aunque solo le descubre el que le busca. La originalidad de la experiencia religiosa del pueblo judío, no la puso Dios sino la peculiar manera de ser de este pueblo, capaz de interpretar los acontecimientos de la vida como manifestación del amor de Dios hacia ellos. En realidad, Dios no puede hacer por uno lo que no hace por otro. Dios es AMOR absoluto y total. En Él, el amor es su esencia, no una cualidad, que podría tener o no tener, como pasa en nosotros. Dios constantemente se está manifestan¬do en su creación, para todo aquel que está atento. Esa atención no se refiere a los sentidos sino al ser. Para descubrir esas manifestaciones de Dios hay que desplegar una muy

especial atención, dirigida al centro de nuestro propio ser. Nosotros nos empeñamos en descubrirlo solo en lo extraordina¬rio, pero la verdad es que Dios se manifiesta exactamente igual en los acontecimientos más sencillos y cotidianos. Hay que aprender a descubrir esa presencia. En la fragancia de una flor, en un amanecer, en la sonrisa de un niño, en el sufrimiento de un enfermo, etc. En Navidad veíamos a Dios encarnado. Hoy celebramos a Dios manifestado. La manifestación de Dios es universal, en cuanto al tiempo y en cuanto a espacio; es decir, se está siempre manifestando y se manifiesta en todo lo creado. Es ésta una fiesta para reflexionar sobre la palabra “católico”, que significa “universal”, y en la tristeza que sentimos al advertir que en este momento significa para muchos todo lo contrario, es decir, una parte, sólo una parte, de los seguidores de Jesús. Universal significa desde luego que el mensaje de Jesús es para todo ser humano, y es ésta la misión que Jesús encomienda a los suyos: ir por todo el mundo y anunciar a todos la Buena Noticia. Pero sus consecuencias y su fundamento son más profundas aún. “Universal” significa también que nadie, ninguna cultura, ningún pueblo, ninguna tradición humana puede arrogarse el privilegio de apoderarse de la Palabra. Es un tema de urgente examen de conciencia para nosotros la Iglesia católica, apostólica, romana. Es posible sospechar que, cuando anunciamos a Jesús al mundo, lo ofrecemos vestido con nuestra cultura y nuestros modos de entender, nuestros ritos y nuestros símbolos. Convertirse a Jesús significa para muchos pueblos convertirse a modos occidentales de pensar, de rezar, adoptar nuestros símbolos, renunciar a sus modos ancestrales de pensar, de expresar. ¿Qué universalidad tiene todo esto? Los magos de Oriente son un signo y una invitación a la universalidad, una llamada a la universalidad que los primeros seguidores de Jesús entendieron con esfuerzo y dolor y llevaron a cabo no sin profundas crisis y desgarros. La conclusión es sencilla: no hacer dogmas de nuestros modos de expresar, estar dispuestos a que todos los seguidores de Jesús nos enseñen cómo expresarlo. Esto significa que tenemos que fiarnos de Jesús, del Espíritu, mucho más que de nuestras formas de entenderlo. Navidad 2018

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¿Nuestra vida cómo manifiesta a Jesús hacia los demás? SILENCIO REFLEXIVO PRECES Hermanos, Dios se nos ha manifestado plenamente en Jesús de forma visible, cercana y palpable. Dios es para todos, no es propiedad de nadie. Oremos. R. Jesús, que seamos, como tú, para todos. • Que la Iglesia proclame el modo de manifestarse de Dios: no sol que deslumbra, sino estrella que seduce; no fuego que abrasa sino fuego de hogar que caldea; no como un superhombre sino como niño; no como Mesías guerrero sino pacificador; no en un Templo sino en Belén. R. • Que todos los creyentes comprendamos que Dios se manifiesta para acercarse a nosotros, abrirnos su corazón y meternos dentro de él para hacernos partícipes de su vida y misión. R. • Que todos nosotros comprendamos que Dios no tiene preferencias por una raza o un pueblo, que para él no hay extranjeros…todos cabemos en su casa, todos somos sus hijos, todos somos Uno en Jesús. R. • Que la celebración de la manifestación de Dios, en Jesús, despierte nuestras conciencias y responsabilidad ante tanta injusticia humana, ante tantas desigualdades por causa de la raza, la religión o la política. R. • Que cada uno de nosotros nos preguntemos en el día de hoy ¿Qué o a quién manifestamos con nuestra vida? Y sin olvidar la invitación de Jesús nos pongamos a la tarea de ser presencia de Jesús en nuestro día a día. R. SILENCIO para hacer nuestras suplicas particulares Padre bueno, que seamos conscientes de que todos nosotros pertenecemos al mundo de los privilegiados y que tú has venido para todos sin distinción de pueblos, razas y religión. Concédenos la gracia de vivir abiertos al mundo y en especial a los más necesitados. ORACIÓN CONCLUSIVA Que nuestros anhelos y proyectos tomen forma y se hagan realidad 76 Navidad 2018

en todos los caminos y puntos de encuentro que recorran siguiendo su estrella de amor. Que el diálogo sea herramienta de fraternidad que nos clarifique, serene y traiga la sabiduría; que sepamos escuchar a sabios e ignorantes, para no caer en las redes de los nuevos Herodes. Que gustemos del clamor de los que no tienen voz, el silencio de quienes aprenden a no hablar, la paz de quienes luchan por la justicia y hermandad y la grandeza de las cosas gratuitas y pequeñas. Que la palabra de Dios irrumpa en nuestra vida como buena noticia, alegre y gratuita, para que podamos escuchar, ver, percibir, oler y gustar todo lo bueno que nos rodea. Y que el Dios que se ha manifestado como Palabra, Voz, Silencio y Mensaje, Prosa y Poesía, Canto, Música y Entrega, nos proteja y cuide hoy, y cada día. Padrenuestro V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos


HORAS SANTAS DE ENERO Horas Santas para la tercera semana todos los días de mi vida. En él somos Santificados. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA CANTO EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO CANTO ESTACIONES EUCARÍSTICAS La falta de un reconocimiento sincero, dolorido y orante de nuestros límites es lo que impide a la gracia actuar mejor en nosotros, ya que no le deja espacio para provocar ese bien posible que se integra en un camino sincero y real de crecimiento. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA Deja que la gracia de tu Bautismo fructifique en un camino de santidad. Deja que todo esté abierto a Dios y para ello opta por él, elige a Dios una y otra vez. No te desalientes, porque tienes la fuerza del Espíritu Santo para que sea posible, y la santidad, en el fondo, es el fruto del Espíritu Santo en tu vida. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar.

ORACIÓN INTRODUCTORIA Que los sordos dejen de hacerse los sordos, y salgan a las plazas y caminos, que se atrevan a oír lo que tienen que oír: el grito y el llanto, la súplica y el silencio de las personas que ya no aguantan su situación. Que los mudos tomen la palabra y hablen clara y libremente en esta sociedad confusa y cerrada, que se quiten miedos y mordazas y se atrevan a pronunciar las palabras que todos tienen derecho a oír: las que nombran, se entienden y no engañan. Que se rompan las barreras de la incomunicación humana en personas, familias, pueblos y culturas. Que todos tengamos voz cercana y clara y seamos oyentes de la Palabra en las palabras. Que construyamos redes firmes para el diálogo, el encuentro y el crecimiento en diversidad y tolerancia. Para el grito y la plegaria, para el monólogo y el diálogo, para la música y el silencio, para el canto y la alabanza, para escuchar y pronunciar tus palabras aquí y ahora, en esta sociedad incomunicada, Tú que haces oír a sordos y hablar a mudos...

PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA

¡Danos oídos atentos y lenguas desatadas!

Hemos dicho tantas veces que Dios habita en nosotros, pero es mejor decir que nosotros habitamos en él, que él nos permite vivir en su luz y en su amor. Él es nuestro templo: lo que busco es habitar en la casa del Señor

SILENCIO CONTEMPLATIVO

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PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas: 3, 15-16. 21-22 En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: "Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego". Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre Él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: "Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco". SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN El Bautismo nos hace transformarnos en miembros del Cuerpo de Cristo y del Pueblo de Dios. Santo Tomás de Aquino afirma que quién recibe el Bautismo es incorporado a Cristo casi como miembro suyo y es agregado a la comunidad de los fieles, es decir, al Pueblo de Dios. Nosotros decimos hoy que el Bautismo nos hace entrar en el Pueblo de Dios, nos transforma en miembros de un pueblo en camino, un pueblo peregrinante en la historia. En efecto, así como de generación en generación se transmite la vida, del mismo modo también de generación en generación, a través del renacimiento de la fuente bautismal, se transmite la gracia, y con esta gracia el pueblo cristiano camina en el tiempo, como un río que irriga la tierra y difunde en el mundo la bendición de Dios. Desde el momento en que Jesús dijo esto que hemos escuchado del Evangelio, los discípulos fueron a bautizar y, desde aquel tiempo hasta hoy, hay una cadena en la transmisión de la fe por el Bautismo, y cada uno de nosotros somos el anillo de esta cadena; un paso adelante siempre, como un río que irriga. Y así es la gracia de Dios, y así es nuestra fe, que debemos transmitir a nuestros hijos. Un Pueblo de Dios que camina y transmite la fe, pues en virtud del Bautismo nosotros nos transformamos en discípulos misioneros, llamados a llevar el Evangelio en el mundo. “Cada bautizado, cualquiera sea su función en 78 Navidad 2018

la Iglesia y el grado de instrucción de su fe, es un sujeto activo de evangelización. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de todos, de todo el Pueblo de Dios, un nuevo protagonismo de los bautizados, de cada uno de los bautizados. (EG20 ) El Pueblo de Dios es un Pueblo discípulo, porque recibe la fe, y misionero, porque transmite la fe. Esto lo hace el Bautismo en nosotros: hace recibir la gracia. Y la fe es transmitir la fe. Todos en la Iglesia somos discípulos y lo somos siempre, por toda la vida; y todos somos misioneros, cada uno en el puesto que el Señor le ha asignado. Todos: el más pequeño es también misionero y aquel que parece más grande es discípulo. También los obispos y el Papa deben ser discípulos, porque si no son discípulos, no hacen el bien, no pueden ser misioneros, no pueden transmitir la fe Todos nosotros: ¡discípulos y misioneros! Existe un vínculo indisoluble entre la dimensión mística y aquella misionera de la vocación cristiana, ambas radicadas en el Bautismo. “Recibiendo la fe y el bautismo, nosotros cristianos acogemos la acción del Espíritu Santo que conduce a confesar a Jesucristo como Hijo de Dios y llamar a Dios “Abbá” (Padre). Todos los bautizados y las bautizadas estamos llamados a vivir y a transmitir la comunión con la Trinidad, porque la evangelización es un llamado a la participación de la comunión trinitaria” Nadie se salva solo. Esto es importante. Nadie se salva solo. Somos comunidad de creyentes, y en esta comunidad experimentamos la belleza de compartir la experiencia de un amor que nos precede a todos, pero que al mismo tiempo nos pide que seamos “canales” de la gracia los unos por los otros, no obstante nuestros límites y nuestros pecados. La dimensión comunitaria no es sólo un “marco”, un “contorno”, sino que es parte integrante de la vida cristiana, del testimonio y de la evangelización. La fe cristiana nace y vive en la Iglesia, y en el Bautismo las familias y las parroquias celebran la incorporación de un nuevo miembro a Cristo y a su cuerpo, que es la Iglesia ¿Cómo vivo mi bautismo? ¿Cómo se manifiesta en nuestra comunidad los bautismos celebrados en la parroquia? SILENCIO REFLEXIVO


PRECES Hermanos, no es un hijo; es el Hijo. El ser Hijo es para él toda su realidad, toda su vida. Es la relación esencial, la relación que le distingue e identifica. Jesús es “todo Hijo”, pura filiación. Oremos. R. Padre, que nos sintamos ungidos por tu Espíritu. • Que la Iglesia nos recuerde que Jesús es Ungido para volcarse sobre las dolencias y miserias humanas, Ungido para manifestar la misericordia del Padre, Ungido para traer la vida, la justicia, la paz, la liberación, Ungido para hacer presente el Reino del Padre. R. • Que seamos conscientes que también nosotros hemos sido bautizados como Jesús para servir y hacer el bien, para continuar su obra liberadora, para ser constructores de su Reino. R. • Que todos los niños que van a ser bautizados a lo largo de este nuevo año, tengan la oportunidad de conocer el significado profundo de su bautismo, mucho más allá de un mero acto social: filiación llamada a distinguir e identificar la propia vida. R. • Que vivamos nuestro ser creyente con responsabilidad, desde esa experiencia profunda de sentirnos amados por un Padre que es amor incondicional y gratuito. R. SILENCIO para hacer nuestras suplicas particulares Padre bueno, te damos las gracias porque tu amor es incondicional, porque nos amas porque sí, porque nos has escogido como hijos tuyos. Concédenos la gracia de vivir según tu hijo Jesús: sabiéndonos amados y habitados por ti. ORACIÓN CONCLUSIVA Dichosos quienes mantienen sus lámparas encendidas y las comparten y llevan bien altas para que alumbren y guíen a quienes andan perdidos entre laberintos, heridas y quejas.

Dichosos quienes no les importa ser pocos y, menos aún, quedarse sin nada, porque saben que el Padre está con ellos y les ama, y les regala cada día lo necesario para el camino. Dichosos quienes respetan y sirven sin queja a sus hermanos, aunque les sean extraños, y quienes ni comen ni engordan sus cuentas a costa de otros pueblos y de sus ciudadanos. Dichosos quienes se saben enviados y se sienten, sin agobio, responsabilizados, y aceptan ser hijos y hermanos de todos, y al servir no se sienten humillados. ¡Dichosos mis discípulos! ¡Dichosos ustedes! ¡Dichosos quienes necesitan su servicio! Padrenuestro V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

Dichosos quienes se comparten y entregan, y son fieles a mi deseo y palabra más sincera y saben vivir como hijos y hermanos. Navidad 2018

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HORAS SANTAS DE ENERO Horas Santas para la cuarta semana las comunidades, el testimonio de sus santos, y una múltiple belleza que procede del amor del Señor, «como novia que se adorna con sus joyas» Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA CANTO EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO CANTO ESTACIONES EUCARÍSTICAS Hay cristianos que se empeñan en seguir otro camino: el de la justificación por las propias fuerzas, el de la adoración de la voluntad humana y de la propia capacidad, que se traduce en una autocomplacencia egocéntrica y elitista privada del verdadero amor. Se manifiesta en muchas actitudes aparentemente distintas: la obsesión por la ley, la fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia, la vanagloria Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA María, que supo descubrir la novedad que Jesús traía, cantaba: «Se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador» y el mismo Jesús «se llenó de alegría en el Espíritu Santo». Cuando él pasaba «toda la gente se alegraba» Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA En la Iglesia, santa y compuesta de pecadores, encontrarás todo lo que necesitas para crecer hacia la santidad. El Señor la ha llenado de dones con la Palabra, los sacramentos, los santuarios, la vida de 80 Navidad 2018

ORACIÓN INTRODUCTORIA Para nuestras reuniones más queridas donde festejamos lo que Tú nos das; para los encuentros fraternos en los que haces crecer nuestros amores, no tenemos vino. Para las manifestaciones de protesta pidiendo paz, trabajo y justicia; para la fiesta del compromiso humano donde celebramos triunfos y fracasos, no tenemos vino. Para los espacios sacramentales que reviven y actualizan tu presencia; para vivir con alegría, cualquier día, la invitación a tu cena y eucaristía, no tenemos vino. Para la alianza de todas las civilizaciones, del mundo rico con el mundo pobre; para las bodas de tus hijos e hijas que recrean tu proyecto de gozo y vida, no tenemos vino. Para el abrazo solidario con los inmigrantes que reclaman los derechos más elementales; para nuestras celebraciones de cada día sencillas, íntimas, queridas, no tenemos vino. Y por eso andamos tristes y apocados, sin gracia y con la ilusión apagada. Nos falta la alegría compartida aunque abunden jarras y tinajas.


¡No tenemos vino! ¡Hagan lo que él les diga! SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Juan: 2, 1-11 En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Éste y sus discípulos también fueron invitados. Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: “Ya no tienen vino”. Jesús le contestó: “Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”. Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que él les diga”. Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una, que servían para las purificaciones de los judíos. Jesús dijo a los que servían: “Llenen de agua esas tinajas”. Y las llenaron hasta el borde. Entonces les dijo: “Saquen ahora un poco y llévenselo al encargado de la fiesta”. Así lo hicieron, y en cuanto el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente. Tú, en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”. Esto que Jesús hizo en Caná de Galilea fue el primero de sus signos. Así manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él. SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN El evangelista Juan llama “signos” a lo que llamamos milagros, porque Jesús no los hizo para suscitar maravilla, sino para revelar el amor del Padre. El primero de estos signos prodigiosos y se cumplió en Caná de Galilea. Se trata de una especie de “puerta de ingreso”, en el cual se han esculpido palabras y expresiones que iluminan el entero misterio de Cristo y abren el corazón de los discípulos a la fe. En la introducción encontramos la expresión «Jesús también fue invitado con sus discípulos» A aquellos que Jesús ha llamado a seguirlo, los ha ligado a sí en una comunidad y ahora, como una única familia, son

invitados todos a la boda. Dando inicio a su ministerio público en las bodas de Caná, Jesús se manifiesta como el esposo del pueblo de Dios, anunciado por los profetas, y nos revela la profundidad de la relación que nos une a Él: es una nueva Alianza de amor. ¿Qué cosa hay en el fundamento de nuestra fe? Un acto de misericordia con el cual Jesús nos ha ligado a sí. Y la vida cristiana es la respuesta a este amor, es como la historia de dos enamorados. Dios y el hombre se encuentran, se buscan, se hallan, se celebran y se aman: exactamente como el amado y la amada del Cantar de los Cantares. Todo lo demás viene como consecuencia de esta relación. La Iglesia es la familia de Jesús en el cual se vierte su amor; es este amor que la Iglesia cuida y quiere donar a todos. El agua es necesaria para vivir, pero el vino expresa la abundancia del banquete y la alegría de la fiesta. Transformando en vino el agua de las tinajas destinadas «a los ritos de purificación de los Judíos», Jesús realiza un signo elocuente: transforma la Ley de Moisés en Evangelio, portador de alegría. «La Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo» (Jn 1,17). Las palabras que María dirige a los sirvientes coronan el cuadro nupcial de Caná: «Hagan todo lo que él les diga». Es curioso; son sus últimas palabras reportadas en los Evangelio, son la herencia que nos entrega a todos nosotros. También hoy la Virgen nos dice a todos nosotros: «Hagan todo lo que él les diga». Es la herencia que nos ha dejado: ¡es bello! Se trata de una expresión que evoca la fórmula de fe utilizada por el pueblo de Israel en el Sinaí como respuesta a las promesas de la alianza: «Estamos decididos a poner en práctica todo lo que ha dicho el Señor» (Ex 19,8). En estas bodas, de verdad viene estipulada una Nueva Alianza y a los servidores del Señor, es decir a toda la Iglesia, le es confiada la nueva misión: «Hagan todo lo que él les diga». Servir al Señor significa escuchar y poner en práctica su Palabra. Es la recomendación simple pero esencial de la Madre de Jesús y es el programa de vida del cristiano. Para cada uno de nosotros, sacar de las tinajas equivale a confiar en la Palabra de Dios para experimentar su eficacia en la vida. Las bodas de Caná son mucho más que una simple narración del primer milagro de Jesús. Como en un cofre, Él cuida el secreto de su persona y el fin de su venida: el esperado Esposo da inicio a las bodas que se cumplen en el Misterio pascual. En estas bodas Navidad 2018

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Jesús liga a sí a sus discípulos con una alianza nueva y definitiva. En Caná los discípulos de Jesús se convierten en su familia y en Caná nace la fe de la Iglesia. ¡A estas bodas todos nosotros estamos invitados, porque el vino nuevo no faltará más! Gracias. ¿ Somos vino en la vida de nuestras comunidades, somos familia? SILENCIO REFLEXIVO PRECES Hermanos, la mirada penetrante de Jesús, el compartir con él, el poder verle y observarle, el convivir, deja huella y vida. Oremos. R. Jesús, queremos seguirte día a día • Que la Iglesia presente la vocación de seguimiento como un proceso que se despierta en el encuentro y culmina con la respuesta libre y personal de seguir a Jesús. R. • Que todos los creyentes seamos conscientes que ser discípulo es ser seguidor y eso implica adhesión personal a la persona de Jesús, que a su vez conlleva el testimonio de vida. R. • Que todos nosotros nos preguntemos hoy cuál es nuestra respuesta personal y comunitaria a la llamada de seguimiento que hemos recibido de Jesús. R. • Que la vuelta a la vida ordinaria, después de las fiestas de Navidad, nos lleven a descubrir a la llamada de Jesús en la cotidianeidad, en los pequeños gestos y en cada persona que se cruza en nuestra vida. R. • Que nuestras parroquias y comunidades sean espacios de encuentro donde compartir la fe y la vida; de solidaridad con todo el que necesita, espacios que interpelen y apunten siempre a Jesús y su Reino. R. SILENCIO para hacer nuestras suplicas particulares Padre bueno, queremos escuchar la llamada personal que nos haces a seguirte, ensancha nuestro corazón, ayúdanos a superar nuestros miedos y haznos testigos vivos y cercanos de tu presencia entre nosotros. ORACIÓN CONCLUSIVA María de Nazaret, cantadora de la Gracia que se ofrece a los pequeños, profetisa de la Liberación para la 82 Navidad 2018

humanidad, queremos crecer como tu, queremos orar contigo, queremos cantar tu mismo Magníficat. Enséñanos aquel Jesús verdadero, carne de tu vientre, raza de tu pueblo, Verbo de tu Dios; más nuestro que tuyo, más del pueblo que de casa. Aquel Jesús que, por el Reino del Padre, se arrancó de tus brazos de madre y se entregó a la muchedumbre, solo y compasivo, poderoso y servidor, amado y traicionado. Contigo cantamos, María, exultantes de gratuidad, porque Él se fija en los insignificantes; porque su poder se derrama sobre nosotros en forma de amor; porque Él es siempre fiel, igual en nuestras diversidades, único para nuestra comunión. María de Nazaret, cantadora del Magníficat, servidora de Isabel: ¡Enséñanos también a nosotros, con la humildad de tu fe, capaz de acoger la Gracia; del Verbo que creció en ti, humano y Salvador, judío y Mesías, Hijo de Dios e hijo tuyo, nuestro Hermano, Jesús. Padrenuestro V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos


HORAS SANTAS DE ENERO Horas Santas para la quinta semana E

No tengas miedo de la santidad. No te quitará fuerzas, vida o alegría. Todo lo contrario, porque llegarás a ser lo que el Padre pensó cuando te creó y serás fiel a tu propio ser. Depender de él nos libera de las esclavitudes y nos lleva a reconocer nuestra propia dignidad. La santidad no te hace menos humano, porque es el encuentro de tu debilidad con la fuerza de la gracia. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA

EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO

CANTO

CANTO

ORACIÓN INTRODUCTORIA

ESTACIONES EUCARÍSTICAS

Enséñanos a orar, Señor, a orar como tú lo hacías, con silencios y palabras, con sentimiento, gestos, y cantos, con la cabeza y las entrañas, con la vida cotidiana y las esperanzas.

Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque «esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4,3). Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar. PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA Ojalá puedas reconocer cuál es esa palabra, ese mensaje de Jesús que Dios quiere decir al mundo con tu vida. Déjate transformar, déjate renovar por el Espíritu, para que eso sea posible, y así tu preciosa misión no se malogrará. El Señor la cumplirá también en medio de tus errores y malos momentos, con tal que no abandones el camino del amor y estés siempre abierto a su acción sobrenatural que purifica e ilumina. Reunidos, Señor, junto a ti en la Eucaristía, adoramos tu santa presencia y buscamos nuestra santidad como Iglesia. Alabado sea el Santísimo sacramento del altar.

Enséñanos a orar, Señor, a orar con emoción y serenidad, con nuestro cuerpo y espíritu, mirando el regalo de la creación, entrando en nuestro interior y saboreando lo que pones en nuestras manos. Enséñanos a orar, Señor, a orar contigo y el Espíritu, y con los hermanos, en público y en privado, tartamudeando palabras y sentimientos, pues ya sabes cómo somos en esos momentos. Enséñanos a orar, Señor, a nuestro Padre que está en el cielo y anda buscándonos en todos los sitios; a nuestro Padre bueno y tierno que quiere lo mejor para sus hijos aunque estemos a la contra o perdidos. Enséñanos a orar, Señor, a orar para sentirnos y sabernos de tu familia, cuadrilla y sueños. SILENCIO CONTEMPLATIVO

PADRENUESTRO, AVE MARÍA Y GLORIA Navidad 2018

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PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 1-4; 4, 14-21 Muchos han tratado de escribir la historia de las cosas que pasaron entre nosotros, tal y como nos las trasmitieron los que las vieron desde el principio y que ayudaron en la predicación. Yo también, ilustre Teófilo, después de haberme informado minuciosamente de todo, desde sus principios, pensé escribírtelo por orden, para que veas la verdad de lo que se te ha enseñado. (Después de que Jesús fue tentado por el demonio en el desierto), impulsado por el Espíritu, volvió a Galilea. Iba enseñando en las sinagogas; todos lo alababan y su fama se extendió por toda la región. Fue también a Nazaret, donde se había criado. Entró en la sinagoga, como era su costumbre hacerlo los sábados, y se levantó para hacer la lectura. Se le dio el volumen del profeta Isaías, lo desenrolló y encontró el pasaje en que estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para llevar a los pobres la buena nueva, para anunciar la liberación a los cautivos y la curación a los ciegos, para dar libertad a los oprimidos y proclamar el año de gracia del Señor. Enrolló el volumen, lo devolvió al encargado y se sentó. Los ojos de todos los asistentes a la sinagoga estaban fijos en él. Entonces comenzó a hablar, diciendo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN Creemos en un hombre situado en el tiempo y en el espacio. Lo que anunciamos es una realidad de nuestra historia, no unas ideas; no sólo unas experiencias místicas, ni mucho menos una ideología, sino un acontecimiento sucedido y experimentado en medio de unos hombres concretos, que fueron desde entonces testigos y mensajeros de la Palabra. Jesús Es un hombre que vivió en un contexto temporal, en un ambiente sociológico determinado, no es un mito. Arraigado en un terruño, en un linaje, perteneció a una familia, aprendió la biblia con los demás. Trabajó como carpintero, que era algo así como “un hombre para todo” en aquella época. Tuvo amigos de todas clases, discutió con los representantes de la religión oficial y de las diversas sectas. Habló, actuó, vivió en medio de un pueblo muy concreto, adoptando su fe y sus costumbres, hablando su lenguaje, participando de su psicología. 84 Navidad 2018

Jesús es un hecho, y nuestro cristianismo sería falso si no tomásemos en cuenta la verdad “carnal” de ese hecho, la densidad de la encarnación. Jesús es un hombre; y lo que importa es qué hombre fue. Ese es el motivo de las cuestiones que se plantearon en Nazaret, cuando el evangelista Lucas nos presenta, en el pórtico de su relato, un retrato de Jesús. Porque la realidad de la encarnación no agota la inteligencia de estas tres palabras: Jesús de Nazaret. El escándalo nace de la vinculación entre estas dos afirmaciones: Jesús es de Nazaret; pero es también aquel que, al desenrrollar el libro de las Escrituras en la sinagoga, declara a propósito del pasaje de Isaías: “Esta Escritura que acaban de oír se ha cumplido hoy”. En ese hombre creemos que se concentra toda la aventura de los hombres con Dios. Él es la cima y el todo de la Revelación. “Esta Escritura se ha cumplido hoy”. Un hoy eterno, ya que es la provocación permanente de ese hombre llamado Jesús. No creemos solamente en un gran hombre, en un héroe admirable de nuestra humanidad. Afirmamos que Él es “la última palabra” de Dios. “Esta Escritura se ha cumplido hoy”. Hoy se ha cumplido el encuentro. Ya que es en nuestro hoy vulgar en donde nos vemos provocados a la fe. Y se abre ante nosotros toda la grandeza de nuestra vida cotidiana: es ahí, en el hoy humilde de cada día, donde encontramos a Dios cuando, al confrontarnos con la revelación de este hombre Jesús, decimos: “Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna”. Sólo estas palabras dicen de verdad la totalidad del misterio. ¿Qué lugar tiene Jesús en mi diario vivir? Hago oración, estudio su palabra, pero ¿mis actos comunitarios hablan de ello? SILENCIO REFLEXIVO Hoy se ha cumplido tu palabra: tu Verbo, tu Hijo único, toca nuestro corazón y cada día es el tiempo de su revelación. Bendito seas, Dios, que cumples tu palabra: que nuestro hoy que pasa se abra y florezca en eternidad, en encuentro para siempre. PRECES Hermanos y hermanas, la comunidad de los discípulos es el nuevo pueblo de Dios lleno de Espíritu que da testimonio de Jesús, el Mesías. Pentecostés es también la fiesta del nacimiento de la Iglesia. Oremos.


R. Jesús, te damos las gracias porque compartimos tu misma misión • La misión de la Iglesia, como la de Jesús, es liberar, dar paz, perdonar, amnistiar, dar vida hasta la entrega total. R. • Jesús está en el centro de su comunidad liberándola del miedo, de la estrechez de miras, otorgándole confianza y seguridad, paz y alegría, fuerza y esperanza, perseverancia en el anuncio. R. • Hemos sido elegidos por Jesús para realizar el proyecto de su Padre con él. Somos otro Jesús y hemos recibido la misma misión de parte del Padre y no hay excusa para no llevar a cabo la misión. R. • Nuestras comunidades están, a veces, replegadas, ocultas, tristes, sin dar testimonio, aferrados a lo viejo; necesitamos del soplo creador del Espíritu que nos infunda aliento de vida, pasión por el Reino. R. • La misión cristiana no es una orden sino un fuego interior. El Espíritu Santo quema mucho para purificarnos; arde fuerte para darnos vida; nos pone en movimiento para crear más vida. R. SILENCIO para hacer nuestras suplicas particulares Padre bueno, transforma nuestro corazón para que nos dejemos invadir por el Espíritu y descubramos que la fuente de nuestra misión es tu amor de Padre. Te damos las gracias porque Jesús, tu hijo, va por delante de nosotros. ORACIÓN CONCLUSIVA Vamos a compartir los abrazos y besos que surgen en este instante, los gozos tenidos en el camino, esta naturaleza libre y exuberante y los latidos de nuestro corazón herido. Vamos a compartir lo poco que vamos comprendiendo, la exigua luz que nos alcanza y no retenemos, los intentos fallidos por salir del laberinto y los miedos acumulados de todos los tiempos.

en equipo y las madejas de todos nuestros sueños. Compartamos la penumbra de la fe, de la caridad y de la esperanza, de la ciencia, de la pobreza y de la gracia, del gozo y la risa humana. Y así, Señor, somos y nos vamos haciendo hijos, hermanos y amigos, pueblo, familia e Iglesia, lo que Tú soñaste para nosotros desde los orígenes, compartiéndonos. Padrenuestro V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

Vamos a compartir la tolerancia y la radicalidad de tu evangelio y propuesta abierta, el tiempo de los poemas y de las canciones, de la danza y de la palabra sagrada; Vamos a compartir las enseñanzas del espacio fraterno, el calor de un hogar fecundo, las redes de nuestro trabajo Navidad 2018

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HORAS SANTAS DE FEBRERO Primera semana de Febrero

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO CANTO ESTACIONES EUCARISTICAS

En ella, cada día se diviniza el más leve signo de amor, se hace semilla de eternidad toda muerte a uno mismo y al pecado. Se hace Iglesia-comunidad, fermento y modelo de fraternidad, por Cristo, con Él y en Él.

La Eucaristía, Pan partido y Sangre derramada, transfigura la materia, nuestro cuerpo y toda la creación, abriéndolo a la plenitud humano-divina en Cristo. En ella, cada día se glorifica toda vida ofrecida.

PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA

PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA

PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA.

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Creo en la Eucaristía, sacramento del Cristo resucitado, fuente de un mundo nuevo, más justo y solidario, alimento pascual de un pueblo en camino.


ORACIÓN INTRODUCTORIA

SILENCIO MEDITATIVO

¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en tu adorable presencia. Venimos a bendecirte y alabarte en unión de los ángeles que invisiblemente rodean esa Hostia Divina. Venimos a consagrarte esta Hora Santa, gozándonos de estar aquí, en tu acatamiento, a gustar de tu compañía y a conversar contigo, que tienes palabras de vida eterna. Quisiéramos contemplarte a través de esa Hostia Santa con el tiernísimo afecto con que nos mira tu Madre: con aquella devoción con que te seguían tus discípulos, y muy singularmente el Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu ardiente Corazón. Amén

REFLEXIÓN

SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas: 4, 21-30 En aquel tiempo, después de que Jesús leyó en la sinagoga un pasaje del libro de Isaías, dijo: “Hoy mismo se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír”. Todos le daban su aprobación y admiraban la sabiduría de las palabras que salían de sus labios, y se preguntaban: “¿No es éste el hijo de José?” Jesús les dijo: “Seguramente me dirán aquel refrán: `Médico, cúrate a ti mismo’ y haz aquí, en tu propia tierra, todos esos prodigios que hemos oído que has hecho en Cafarnaúm”. Y añadió: “Yo les aseguro que nadie es profeta en su tierra. Había ciertamente en Israel muchas viudas en los tiempos de Elías, cuando faltó la lluvia durante tres años y medio, y hubo un hambre terrible en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda que vivía en Sarepta, ciudad de Sidón. Había muchos leprosos en Israel, en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, que era de Siria”. Al oír esto, todos los que estaban en la sinagoga se llenaron de ira, y levantándose, lo sacaron de la ciudad y lo llevaron hasta un precipicio de la montaña sobre la que estaba construida la ciudad, para despeñarlo. Pero él, pasando por en medio de ellos, se alejó de allí.

Lo maravilloso de éste texto es que éstas palabras tienen un sentido que sobrepasa el momento histórico en que fueron pronunciadas. Además, todas las palabras del Evangelio tienen una actualidad eterna. Son eternas porque han sido pronunciadas por el Eterno, por el Hijo de Dios. Y son actuales porque Dios hace que se cumplan en todos los tiempos. La palabra «hoy» significa que las Escrituras se cumplen también en el tiempo de la Iglesia, que es la continuación de Cristo en la historia. Porque la salvación de Cristo no es un acontecimiento pasado y ya caduco, ni tampoco un acontecimiento futuro que esperamos todavía, sino un acontecimiento actual. La palabra «hoy» anuncia que la Palabra de Cristo, el Evangelio, actúa con toda su eficacia, en aquellos hombres y mujeres que la escuchan con fe y se dejan conducir por ella. La Escritura se ha cumplido en Jesús, en el Hoy de Jesús. Jesús, resucitado, continúa caminando en medio de la humanidad, especialmente entre los pobres con la buena noticia, anunciando la liberación a los cautivos y en la curación de los ciegos, como luz del mundo, dando libertad a los oprimidos y proclamando el año de gracia del Señor. Feliz el Joven que HOY escucha la voz de Jesús en su interior que lo llama a ser santo. Dichosa la juventud que opta por tomar la antorcha de la santidad y así iluminar a cuantos aún no han conocido el evangelio. Dichoso el Joven que HOY se decide jugarse por Jesús, porque sabe que Jesús se ha jugado antes por él. Feliz el Joven que HOY abre de par en par las puertas del corazón a la salvación que Jesús nos trae. Dichosa la juventud que HOY dice “si” al proyecto de amor que Dios tiene preparado para ella. Hoy es el momento, el momento del encuentro con el Señor. El pasado ya no está, el futuro vendrá, lo único que tengo en mis manos es el presente, el hoy!. Pidamos a Jesús, el Ungido del Padre, en este día, el Espíritu Santo nos mueva a sentirnos enviados a compartir nuestra fe y a iluminar el mundo con nuestro deseo de ser santos, de modo que el mundo crea que él nos ha enviado.

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El programa de vida de Jesús, ¿está siendo realmente mi programa de vida? SILENCIO REFLEXIVO PRECES Lo más importante no es... Que yo te busque, sino que tú me buscas en todos los caminos; Que yo te llame por tu nombre, sino que tú tienes el mío tatuado en la palma de tus manos; Que yo te grite cuando no tengo ni palabra, sino que tú gimes en mí con tu grito; Que yo tenga proyectos para ti, sino que tú me invitas a caminar contigo hacia el futuro; Que yo te comprenda, sino que tú me comprendes en mi último secreto. Que yo hable de ti con sabiduría, sino que tú vives en mí y te expresas a tu manera; Que yo te guarde en mi caja de seguridad, sino que yo soy una esponja en el fondo de tu océano; Que yo te amé con todo mi corazón y todas mis fuerzas, sino que tú me amas con todo tu corazón y todas tus fuerzas; Que yo trate de animarme, de planificar, sino que tu fuego arda dentro de mis huesos; ORACIÓN CONCLUSIVA Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite.

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Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos


HORAS SANTAS DE FEBRERO Segunda semana de Febrero

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO CANTO ESTACIONES EUCARISTICAS Creemos en la Eucaristía, sacramento del amor libremente ofrecido, fuente de toda vida que es siempre un regalo del Padre, alimento de un pueblo que aprende a amar, amando, fuerza de los testigos del amor que se dan, como el Maestro, sin esperar recompensa.

del pecado, fuente de la nueva libertad del hombre y de la mujer creyentes, alimento de un pueblo que construye un mundo más humano, fuerza de los testigos que rechazan toda alienación que hiera el corazón de Dios y la dignidad de la persona. PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA

PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA

Creemos en la Eucaristía sacramento de la verdad, fuente de la que brota la justicia fundamento de la paz y alimento de un pueblo que trata de vivir valorando a los hombres y mujeres que rechazan toda complicidad con la mentira, a ser fieles al ejemplo del Maestro.

Creemos en la Eucaristía sacramento de la liberación

PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA. Navidad 2018

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CANTO/ORACIÓN Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto ver­ da­de­ramente bajo estas apariencias. A ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al con­tem­ plarte. Al juzgar de ti se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta con el oído para creer con firmeza. Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad. En la Cruz se escondía sólo la divinidad, pero aquí también se esconde la humanidad. Creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió el ladrón arrepentido No veo las llagas como las vio Tomás, pero confieso que eres mi Dios. Haz que yo crea más y más en ti, que en ti espere, que te ame. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que da la vida al hombre. Concédele a mi alma que de ti viva, y que siempre saboree tu dulzura. Señor Jesús, bondadoso pelícano, límpiame, a mí, inmundo, con tu sangre: de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero. Jesús, a quien ahora veo escondido, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro ya no oculto, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén. SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas: 5, 1-11 En aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de la tierra, y sentado en la barca, enseñaba a la multitud. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: “Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar”. Simón replicó: “Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes”. Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: “¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!” Porque tanto él como sus compañeros 90 Navidad 2018

estaban llenos de asombro al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron. SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN 1) La multitud se amontonaba: hoy hay mucha necesidad de Dios, hay personas y hasta creyentes y no creyentes que quieren avivar su esperanza y su sentido de vivir. La multitud busca un sentido a la vida, necesitan la Vida. Cuanta sed de Dios hay, mucha hambre de Dios, gente que camina sin sentido, personas que en su mirar solo hay tristeza. Hoy la multitud busca a su manera a Dios y ¿tú y yo? ¿Qué le ofrecemos? 2) Se apartó: para predicar es necesario apartarse, tener tu tiempo de oración, es el signo de enseñar y saber que la multitud te puede chupar, absorber por lo que uno necesita apartarse. Si tú estás trabajando en las cosas de Dios es necesario que tengas tu tiempo de dedicación a Dios, que tomes fuerzas de Él para enseñar y proclamar. Cuando un discípulo de Jesús no toma su tiempo para apartarse y buscar la oración y esa intimidad con el Maestro su hablar y su enseñar es vacío y hasta mundano. Toma ese tiempito para apartarte y hablar con el Maestro. 3) Soy un pecador: qué lindo es ver la figura de Pedro. Un trabajador que se queja porque no le salen las cosas, que la pesca no le alcanza, está presionado porque si no trabaja no come, como tú. Es un tipo rudo pero que también se manifiesta pecador. Dios te llama así, como tú, no te elige porque seas el mejorcito sino porque se le da la gana. Pedro no puede creer que algo tan grande tenga tan cerca como lo es Dios. Hoy Dios viene a tu vida y te pide que salgas a buscar gente para Él, almas para Él, pero recordándote que eres limitado y pecador. Que eres del montón pero que Dios te eligió simplemente porque se le dio la gana. Ellos dejaron todo y siguieron a Jesús. ¿Yo que tengo que dejar para poder seguir a Jesús? SILENCIO REFLEXIVO


PRECES DE Acción de gracias Gracias Señor, por tu muerte y resurrección que nos salva. Gracias Señor, por haber instituido la Eucaristía que nos alimenta. Gracias Señor, por este tiempo que nos has concedido para adorarte y venerarte. Gracias Señor, por todos los beneficios que nos concedes. Gracias Señor, por esta hora de comunión contigo. Gracias Señor, por tus palabras que reconfortan y sanan. Gracias Señor, por tu cruz que tanto enseña. Gracias Señor, por tu sangre que a tantos salva. Gracias Señor, por tu amor sin tregua y sin fronteras. Gracias Señor, por la Madre que al pie del madero nos dejas. Gracias Señor, por olvidar nuestras traiciones e incoherencias. Gracias Señor, por perdonar el sueño que nos aleja del estar en vela. Gracias Señor, por ese pan partido en la mesa de la última cena. Gracias Señor, porque aún siendo Dios, te arrodillas y a servir nos enseñas. Gracias Señor, por tu sacerdocio que es generosidad, ofrenda y entrega. Gracias Señor, por tu amor sin límites y en la cruz hecho locura.

Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

SILENCIO para agradecimientos particulares Gracias Señor. PADRE NUESTRO V. Les diste pan del cielo. R. Que contiene en sí todo deleite. ORACIÓN CONCLUSIVA Oh Jesús, Sacerdote Santo, Te pedimos con la mayor humildad del alma, que aumentes las vocaciones sacerdotales y que los formes según los designios de Tu amante Corazón. Sólo así conseguiremos Sacerdotes santos y pronto en el mundo no habrá más que un sólo rebaño y un sólo Pastor. Amén. Padrenuestro V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite.

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HORAS SANTAS DE FEBRERO Tercera semana de Febrero

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO

PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA

CANTO

Creemos en la Eucaristía sacramento del futuro de la humanidad, fuente de la madurez plena para todas las personas, alimento del pueblo redimido, artífice del mundo nuevo, fuerza de los testigos de la resurrección, forjadores de una convivencia más solidaria y fraterna.

ESTACIONES EUCARÍSTICAS Creemos en la Eucaristía sacramento de la unidad, fuente de la fraternidad universal, alimento de un pueblo unido en la diversidad, fuerza de los testigos de una Iglesia fraterna, que proclama su mensaje viviéndolo. PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA Creemos en la Eucaristía sacramento del pobre, fuente de las riquezas del Reino, alimento de un pueblo que lucha contra la miseria, fuerza de los testigos que encarnan las bienaventuranzas día a día, porque hablan con el lenguaje de obras.

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PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA. CANTO ORACIÓN Padre del Cielo, te pedimos todos juntos desde este rincón de oración, la luz y la sabiduría necesaria para no desfallecer y, poniendo toda nuestra voluntad, empeñarnos en vivir el espíritu de las bienaventuranzas, y con nuestro esfuerzo y transparencia, dejar pasar


esa luz que caracteriza a todos los que te siguen, y que contagia a todos los hombres de buena voluntad. Padre, que no perdamos esa oportunidad de estar esperando esa maravilla gozosa que no podemos imaginar, y que nos llena de esperanza y de felicidad. Y sabemos que la manera de esperarla es viviendo nuestra vida en el espíritu de las bienaventuranzas. Amén. SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas 6,17.20-26 En aquel tiempo, Jesús descendió del monte con sus discípulos y sus apóstoles y se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y de Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón. Mirando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes lo que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán. Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas. Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!” SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN: PAPA FRANCISCO Las Bienaventuranzas son el programa de vida del cristiano, la “tarjeta de identidad”. “Si alguno de ustedes hace la pregunta: ‘¿Qué hay que hacer para convertirse en un buen cristiano?’”, aquí encontramos la respuesta de Jesús que nos indica cosas “tan contracorriente” respecto a lo que habitualmente “se hace en el mundo”. Bienaventurados los pobres en el espíritu: “Las riquezas no te aseguran nada. Es más, cuando el corazón es rico, está tan satisfecho de sí mismo, que no deja lugar para la Palabra de Dios”.

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados: “Pero el mundo nos dice: la alegría, la felicidad, la diversión, eso es lo bello de la vida. Pero ignora, mira hacia otro lado, cuando aparecen problemas de enfermedad, de dolor en la familia”. “El mundo no quiere llorar, prefiere ignorar las situaciones dolorosas, taparlas. Sólo la persona que ve las cosas como son, y llora en su corazón, es feliz y será consolada. El consuelo de Jesús, no el del mundo”. “Bienaventurados los mansos en este mundo que desde el principio es un mundo de guerras, un mundo donde se pelea en todas partes, donde en cualquier lugar se da el odio Jesús dice: nada de guerras, nada de odio, sino paz y mansedumbre”. Si yo soy “manso en la vida”, “pensarán que soy tonto”. Que piensen lo que quieran, “pero tú sé manso, porque con esa mansedumbre recibirás de herencia la Tierra”. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia: bienaventurados “los que luchan por la justicia, para que haya justicia en el mundo”. “Es muy fácil entrar en las garras de la corrupción”, en esa “política cotidiana del do ut des (te doy, para que me des). Todo es un negocio”. Y “¡cuántas injusticias! ¡Cuánta gente que sufre por estas injusticias!”. Jesús dice: “bienaventurados los que luchan contra estas injusticias”. Bienaventurados los misericordiosos porque ellos encontrarán misericordia. Los misericordiosos, “los que perdonan, los que entienden los errores de los demás”. Jesús, destacó, no dice “bienaventurados los que se vengan, los que recurren a la venganza”. “Bienaventurados los que perdonan, los misericordiosos. ¡Porque nosotros somos un ejército de perdonados!. Todos nosotros hemos sido perdonados. Y por esto es bienaventurado el que va por el camino del perdón”. Bienaventurados los puros de corazón, que tienen un corazón sencillo, puro, sin porquería, un corazón que sabe amar con esa pureza tan bella. Bienaventurados los que trabajan por la paz. “Pero, lo común para nosotros es ser agentes de la guerra o trabajadores de malentendidos. Cuando escucho una cosa y voy a otro y la digo haciendo una segunda edición un poco más elaborada y la cuento… El mundo de la maledicencia. Esta gente que murmura, no hace la paz, son enemigos de la paz. No son bienaventurados”. Bienaventurados los perseguidos por la justicia: Cuánta gente “es perseguida simplemente por haber peleado en pro de la justicia”. Este es el camino de la santidad, y es el mismo camino de la felicidad. Es el camino que ha recorrido Jesús, es Navidad 2018

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más, es Él mismo este camino: quien camina con Él y pasa a través de Él entra en la vida, en la vida eterna. Pidamos al Señor la gracia de ser personas sencillas y humildes, la gracia de saber llorar, la gracia de ser humildes, la gracia de trabajar por la justicia y la paz, y sobre todo la gracia de dejarnos perdonar por Dios para convertirnos en instrumentos de su misericordia. ¿Miramos la vida de las personas con la misma mirada de Jesús? Las telenovelas y la propaganda del comercio, ¿Qué ideal nos presentan? SILENCIO REFLEXIVO PRECES Tú eres la verdadera promesa de vida, el cumplimiento de todas nuestras esperanzas. En los momentos de prueba, a lo largo del camino, eres Tú quien nos haces capaces de creer en la fidelidad de tu amor. ¡Ven, Señor Jesús! • Para esperar contra toda esperanza; oremos. • Para poder ser signo de esperanza entre los hombres; oremos. • Para esperar con fidelidad en las dificultades; oremos. Tú eres el Dios Fuerte, el Salvador poderoso. Tú puedes sacarnos de las situaciones de opresión y esclavitud, dentro y fuera de nosotros. Líbranos de las ruedas y engranajes que nos esclavizan. ¡Ven, Señor Jesús! • Para poder librarnos de lo que nos ata; oremos. • Para poder tener una gran libertad interior; oremos. Tú que nos llamas a la unidad contigo, con nosotros mismos y con los hermanos, sana nuestras divisiones. Mira con misericordia a quien vive separado de sus seres queridos. ¡Ven, Señor Jesús! • Porque necesitamos perdonarnos y perdonar; oremos. • Porque queremos sanar tantas divisiones como nos rodean; oremos. • Porque deseamos ser signos de tu paz y unidad; oremos. Muéstranos el camino de la verdad y la vida. El tuyo es un camino de luz que solo puede ser seguido si abandonamos las obras de la noche. Danos fuerzas para convertirnos y seguirte. ¡Ven, Señor Jesús! 94 Navidad 2018

• Para descubrir tu Presencia en nuestro caminar; oremos. • Para caminar en la Verdad; oremos. • Para que podamos abandonar las obras de las tinieblas; oremos. ORACIÓN CONCLUSIVA Alma de Cristo, santifícame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. ¡Oh, buen Jesús!, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame. Y mándame ir a Ti. Para que con tus santos te alabe. Por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos


HORAS SANTAS DE FEBRERO Cuarta semana de Febrero

EXPOSICIÓN DEL SANTISIMO CANTO ESTACIONES Señor Jesucristo, que por el amor que tienes a los hombres estás de noche y de día en este Sacramento lleno de piedad y de amor, esperando , llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte, yo creo que estás presente en el Santísimo Sacramento del Altar. PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA

Te adoramos desde el abismo de nuestra vida y te damos gracias por todos los regalos que nos has dado, especialmente por habernos dado en este Sacramento Tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, por habernos dado como abogada a tu Santísima Madre, la Virgen María, por habernos llamado a este momento. PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA Adoramos a tu amantísimo corazón y deseamos adorarlo en agradecimiento de esta tan preciosa dádiva, también, para desagraviarte de todas las injurias que recibes de tus enemigos en este Sacramento. Navidad 2018

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PADRE NUESTRO, AVE MARIA Y GLORIA CANTO ORACIÓN Señor Jesús: Nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos. “Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios” (Jn. 6,69). Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres. Aumenta nuestra FE. Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo. Amén. SILENCIO CONTEMPLATIVO PALABRA DE DIOS Del santo Evangelio según san Lucas 6,27-38 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntenle la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tienen de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después. Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso. 96 Navidad 2018

No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida que midan, serán medidos”. SILENCIO MEDITATIVO REFLEXIÓN Cuando una persona verdaderamente ama a otra persona, lo demuestra. Lo demuestra de muchas maneras, con detalles, palabras, regalos, etc. Todo esto es muy bueno pero muchas veces, secundario, pues si esa demostración de amor sólo se basa en esas cosas, el final es muy evidente. Sin embargo, cuando este amor se demuestra queriendo lo mejor para la otra persona, es decir, llevándola a sacar lo mejor de sí misma, ahí es cuando se puede decir que hay una verdadera amistad, cuando hay verdadero amor. Es verdad que puede ser exigente y puede costar, pero al final habrá valido la pena. Jesús nos invita a sacar lo mejor de nosotros mismos y nos lleva a salir de nuestra zona de confort. No porque nos quiera “complicar la vida”, sino porque sabe que estamos hechos para amar y sólo en el amor encontramos el sentido de nuestra existencia. Por tanto, nos invita a amar, no a medias, no solamente con una parte de nuestro corazón, sino en totalidad. “¿Qué estás haciendo de extraordinario?” -nos dice. Jesús nos invita a vivir la vida que muchas veces podemos considerar ordinaria, de una manera extraordinaria. Nos invita a vivir, no con un amor limitado por el rencor, la envidia, o nuestra zona de confort, sino con un amor que libera, que siempre va más allá… Nos invita a amar como Él ama. Todos los días nos encontramos con una multitud de prójimos y con la oportunidad de amar a ejemplo del Señor y empezar o continuar el camino de la santidad. ¿Será que miramos la vida y a las personas con la misma mirada de Jesús? SILENCIO REFLEXIVO


PRECES Dios Padre, que te das al Hijo, Ten piedad de nosotros Jesucristo, que te das al Padre, Espíritu Santo, fuente de toda generosidad, Del odio y de la envidia, Líbranos Señor Del resentimiento y el rencor, De la venganza hacia los demás, De toda forma de egoísmo, De la injusticia y de la mezquindad, De la tendencia a juzgar y condenar, De la murmuración y de la crítica, Del juicio temerario y de la calumnia, Del orgullo y de la jactancia, De la susceptibilidad y de la impaciencia, De la tendencia a aislamos y cerrarnos, De la sospecha y de la desconfianza hacia los demás, De cualquier forma de indiferencia y frialdad para con los hermanos, De las palabras duras y de la prepotencia, De la descortesía y de los prejuicios,

Bendito sea Dios. Bendito sea su santo Nombre. Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre. Bendito sea el Nombre de Jesús. Bendito sea su Sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar. Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo Esposo. Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

ORACIÓN CONCLUSIVA Bendice, Señor, a nuestro Santo Padre el Papa Francisco, a nuestro obispo (N) y a nuestro párroco (n); ilumínales, santifícale y líbrales de todos sus enemigos. Da el descanso eterno a todas las almas de los fieles difuntos que están en el Purgatorio. Da la salud a los enfermos. Convierte a todos los pecadores. Danos a todos Tu divino amor, para que la fe que nos impide ahora ver Tu santísimo rostro se convierta un día en luz esplendorosa en la Gloria, donde en unidad con el Padre y el Espíritu Santo te alabemos y bendigamos por los siglos de los siglos. Amén. Padrenuestro V/. Les diste el Pan del Cielo. R/. Que contiene en sí todo deleite. Oremos. Oh Dios, que en este Sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu Pasión. Concédenos venerar de tal modo los misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos continuamente en nosotros los frutos de tu redención. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. -Amén. Navidad 2018

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ESPACIO DEL LECTOR

Pregunta: ¿Cómo o cuándo la liturgia celebrada en la parroquia ayuda para responder al llamado a la santidad?

1.Ritos iniciales, lecturas, homilías inspiran, retan, animan e impulsan a servir, a ayudar al necesitado. La oración de los fieles hace sentir que se es parte actuante de las necesidades de la Iglesia. Al comulgar se da gracias y se ofrece por el prójimo, por la misma familia y eso es camino hacia la santidad y reconciliación.

2. La santidad se puede sentir al acudir a llevar la comunión a los enfermos, cuando se hace con humildad y espíritu de servicio.

4. El Evangelio nos hace un llamado a la santidad, al servicio y esto lo logramos adentrándonos en la Palabra, a través de la homilía, que nos impulsa a vivir nuestro apostolado en la parroquia con los hermanos enfermos y necesitados, así como lo pide el papa Francisco.

Jesús Cosme Esparza Parroquia San Carlos Borromeo

Inés Cazares Cruz y María Flores Pérez / Parroquia San Pedro Apóstol

Adela Cantú Minjarez y Ma. Guadalupe Alday Teran Parroquia San Peregrino

Ma. Dolores González León y Martha Patricia Ruelas Parroquia San Martin de Porres

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3. La liturgia hace sentir gozo en el servicio, reafirma el compromiso y da valor para encontrarse con el hermano, y ello nace de la presencia vivir de Jesús en la Eucaristía que se hizo presente en nuestra historia y en el día a día de nuestra vida.

5. La Liturgia que celebramos, nos anima a reconocer en nuestros hermanos el rostro de Cristo, desde el servicio en una preparación remota, hasta la preparación próxima; desarrollar símbolos que resalten eventos que como Iglesia celebramos, ejemplo: Octubre mes del Rosario y las misiones. Tratar de mantener un clima de silencio y oración desde la llegada a la celebración litúrgica de los agentes de pastoral como la comunidad misma. Nuestros sacerdotes, motivan para que no seamos agentes activistas, (solo actividad sin espiritualidad) sino que realmente de toda nuestra vida diaria, el centro sea Cristo y coronar o culminar todo nuestro servicio en la Celebración Eucarística. Ma. del Socorro Rivera Ruíz / Señor de la Misericordia


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