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“Pamplona Bella” Un maestro, una vida y un tiple

“PAMPLONA BELLA”

UN MAESTRO, UNA VIDA Y UN TIPLE

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Redactado por: Layne Durán. Estudiante del programa.

PUNTOS DE VISTA

“Un verdadero amor, no es fácil de encontrar como el que me brindabas cuando llegaste tú, en las mañanas de abril”. Estas son unas líneas de una de las composiciones del Maestro Carlos Conde gran baluarte musical de Norte de Santander, nacido en el año 1942 en el municipio de Santo Domingo de Silos. Los acordes y las notas del tiple que solo unas manos prodigiosas pueden reproducir, son el testimonio de vida y obra de un músico quien a lo largo de su vida ha hecho historia a través de su talento para componer e interpretar música andina colombiana. Carlos Conde nació en un ambiente familiar norte santandereano, muy humilde. Junto a su madre y sus tíos quienes tenían amigos músicos de la época, nació su amor por los instrumentos de cuerda en especial el tiple, que llamó mucho su atención por los sonidos Que emitía que, como él mismo manifiesta, le llegaron a su alma y se impregnaron para siempre en ella y en ese gusto musical que empezaba a surgir. Su amor por la música lo llevan a interpretar otros instrumentos de cuerda, pero el tiple fue lo que marcó su estilo, es su mayor adoración y al que más tiempo ha dedicado a lo largo de su vida, cómo no ser músico si toda su historia lleva implícita y marcada esta melodía.

Maestro Carlos Conde, músico y compositor /Fotografía: Layne Duran.

A sus 18 años prestó servicio militar en el Ejército Nacional y fue llevado a Tunja. “siempre cargaba en mi bolsillo un radiecito, que era donde escuchaba música y escuchaba los acordes del tiple cuando salía en las patrullas”.

Al regresar del Ejercito empezó a trabajar en una alfarería cerca al sector de Los Tanques de la ciudad de Pamplona; en esos días su amigo Miguel Ramón quien desempeñó varios cargos en el municipio y en el departamento y quien en ese momento trabajaba con el maestro Conde, le pidió que le mostrara sus manos y al verlas le dijo: “Ese trabajo no es para usted (…) vamos y se integra a la Policía” y lo ayudó a ingresar corriendo con todos los gastos.

Estando en Bogotá en la Escuela General de Carabineros muchas veces pensó en salirse “Yo me quería ir a buscar a mi mamá, porque ya no me aguantaba allá”, pero la situación del momento no estaba para darse el lujo de retirarse de la escuela, pues era la única manera de ayudar a su familia así que optó por permanecer allí dentro; meses más tarde es llevado a Ibagué donde tuvo la oportunidad de integrarse a uno de los diferentes grupos que se forman dentro de la escuela de acuerdo a los dotes que posee cada persona; al llegar el momento de alzar su mano le preguntaron qué instrumentos sabía interpretar, le dieron la oportunidad de mostrar su talento y efectivamente, cuando lo escucharon quedó dentro del grupo musical del comando.

Al salir de la Escuela fue llamado para ser profesor de música del Instituto de Cultura donde impartió sus conocimientos musicales a un semillero de niños. “Al año viajé con el grupo de niños a Pereira donde fuimos galardonados en el Festival de música realizado en esa ciudad”.

Carlos Conde regresa a Pamplona con el sueño que aún perdura de ser cada vez mejor triplista y grabar sus composiciones, busca al también maestro Rodrigo Mantilla triplista de Oriol Rangel Rozo, compositor y músico, para aprender más de la música andina y de su instrumento preferido el tiple; el maestro Mantilla no lo dudó y le hizo una prueba de ejecución musical para escuchar y conocer qué sabía y no se arrepintió, lo invitó a que fueran un equipo y empezaran a ensayar para participar de festivales de música colombiana realizados a nivel regional y nacional, de los cuales más adelante fueron ganadores incontables veces.

En el año 1.984 el Maestro Conde ganó en el Festival del tiple en Vélez Santander donde interpretó Arrebol del Pote Mideros y Veleñita que era el tema obligatorio con el que se hizo acreedor al premio mayor, siendo ganador adquirió gran reconocimiento. En los diferentes festivales de integración musical donde participaba o asistía, conoció intérpretes y compositores de la música colombiana como Garzón y Collazos, Los Tres Tolimas, Los Trovadores del Sur.

“Hablar del maestro Carlos Conde es referirse a un estandarte de la música y de la cultura Pamplonesa”, así lo dicen sus amigos y conocidos, por ejemplo, Margarita Camacho directora del Instituto de Cultura y Turismo de Pamplona (ICTP), quien lo conoce desde sus 8 años cuando también quiso aprender a interpretar instrumentos musicales y él fue su profesor en la Escuela Oriol Rangel hoy conocida como Centro Cultural Ramón González Valencia.

Sin duda es el símbolo del tiple norte santandereano, “Compartir con el maestro Carlos es compartir un sinnúmero de historias, de sueños y de ideas y de acontecimientos en torno al tiple y a la música colombiana” así lo expresa su alumna de infancia y amiga de vida Margarita Camacho; pues él es la figura más emblemática de la música en la Provincia de García Rovira.

“En ciertas ocasiones nos encontrábamos, cuando él era de la Policía, terminábamos las serenatas y nos íbamos de tertulia a un taller donde hacíamos música, llegaba acompañado siempre de su tiple a deleitar los oídos de quienes a esas horas de la madrugada nos escuchaban interpretar melodías colombianas”. Esta es una de las tantas anécdotas importantes que el maestro Carlos vivió en sus tiempos de juventud con su amigo y también músico, Ciro Calderón en los años ‘80, cuando eran vecinos en Barrios Unidos.

En sus más de 60 composiciones habla de lo bella que es Pamplona y de su tradición cultural, del amor y de la belleza de la mujer pamplonesa como lo denota en su canción Pecosita, una melodía inspirada en una joven universitaria que conoció en el parque de pamplona y a la cual le dedicó estas hermosas notas musicales, una de sus obras más características.

“Pamplona, bella Pamplona dueña de mi corazón, yo te canto este bambuco como prenda de mi amor, estudiantil de Colombia fundadora de ciudades, bonita como la luna cuando se esconde entre sauces”.

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