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etcétera

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Más allá de las increíbles vivencias en los extraordinarios lugares que conocimos durante ese viaje, hubo una constante que se vio en todos los sitios que visitamos: listones azules y listones naranjas.

Éstos estaban colocados en coches, casas, edificios y mochilas; como si de un partido de fútbol se tratara y hubiera que elegir un bando al cual respaldar. A simple vista parecía que los seguidores del “equipo naranja” predominaban. Pero en todo caso, era evidente que se trataba de algo mucho más serio, y en cuanto alguien preguntaba, se podía notar que la tensión incrementaba. Después de unos días, ya había entendido cuál era el asunto en cuestión. Se trataba del plan unilateral para la retirada israelí de la Franja de Gaza, propuesto por el entonces Primer Ministro Ariel Sharon. La propuesta había sido aprobada por la Knesset, y se llevaría a cabo en tan solo unas pocas semanas.

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La desconexión de Gaza (como también se le llamó a dicho proceso) fue un evento que dividió en dos al país. Aquéllos que rechazaban la reubicación forzosa de los habitantes de los asentamientos judíos de Gaza, llevaban meses expresando su enojo mediante el naranja, color simbólico de los colonos. Por otra parte, conforme se acercaba la fecha pactada para la retirada, el sector de la sociedad israelí que sí la apoyaba utilizó el color azul para mostrar su respaldo al gobierno (el azul era una referencia explícita a la bandera nacional); los del “equipo azul” argumentaban que dicho plan era por el bien del país.

Recuerdo que en algún momento del viaje, hubo un cierto enfrentamiento entre nuestra madrijá israelí (que rechazaba la desconexión) y una compañera nuestra, también israelí (que

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