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LIDERAZGO Y CREATIVIDAD EN PERSPECTIVA
Lahumanidad ha sido heroica en esta pandemia de covid-19, cuya profundidad todavía no alcanzamos a dimensionar. Dentro de ese heroísmo, destacan por mucho algunos sectores.
En primer lugar, la salud y quienes integran esa valiosa cadena que nos ha obsequiado vida y bienestar a la gente.
Tambien destaca por su importancia la sociedad de las industrias culturales y creativas (ICC) con el de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), que ha generado un importante efecto amortiguador para la sociedad en términos de convivencia, continuación de la actividad laboral, educativa, de entretenimiento y social en general.
La operación conjunta de esta dupla virtuosa de las ICC y las TIC ha dado como resultado una suerte de vacuna, al ser esta la primera crisis de salud pública en la historia de la humanidad que nos encuentra en condiciones que ya podemos denominar de hiperconectividad.
Ciertamente, no para todas las personas en el planeta, pero sí para una gran mayoría. Incluso, este proceso se ha acelerado durante la pandemia en Latinoamérica para convertirse en un empujón digital.
Nos queda claro desde hace mucho tiempo que, con respecto al sector de las ICC, la pandemia sacó nuevamente a flote y a la vista su robustez o, en su caso, la fragilidad institucional y del capital humano que las integra, de capacidad de reacción, de visión o miopía de su carácter estratégico, de indicadores y diagnósticos asertivos y oportunos; en fin, una radiografía instantánea de su condición estructural.
El sector de las ICC ha sido uno de los más lastimados, fue el primero en cerrar sus espacios, como cines, teatros, museos, conciertos y uno de los últimos en reabrir. Los conciertos tienen mayores costos de operación y menores ingresos por las restricciones de aforo, lastimando aún más sus ya previamente estrechos márgenes de operación.
Entre otras razones, por este tipo de afectaciones surge la necesidad de ser creativos hacia la nueva normalidad, porque pensar que podremos trabajar como en el pasado es inviable.
Una lección para los que estamos en las ciencias sociales, como la economía, la política cultural y creativa y la academia, ha sido la ya conocida carencia de indicadores estadísticos útiles y oportunos, que restringe nuestra capacidad de dimensionar el impacto de la pandemia en el sector. Nuevamente, su escasez ha dado como resultado incertidumbre, limitada capacidad de dimensionamiento y de reacción, evidenciando la urgencia de desarrollar indicadores metodológicamente robustos, comparables y replicables en el tiempo, para ayudarnos a conducir las estrategias de desarrollo pospandemia.
Precisamente, esa radiografía ha sido un objetivo central de este magnifico y disruptivo ejercicio editorial que documenta muchos de estos fenómenos, con varias características distintivas.
Primero, como una fotografía satelital con testimonios de la cultura y la creatividad en el continente, con la suma de España. Es un crisol documental preocupante por aquellas latitudes que han mostrado lentitud y hasta incompetencia de reacción y a la vez aleccionador gracias a aquellas que vienen de una construcción sectorial y han dejado huella con su capacidad de desplegar sus mantos de resiliencia.
Segundo y muy importante, evitando que sean documentaciones de las fachadas de cada país o institución, se encuentran reflexiones y verbalizaciones provenien tes de los actores mismos de estas experiencias previas, actuales y prospectivas del sector impactado por la epidemia. Así, la documentación de la gestión y de la política cultural resulta aleccionadora en esta evolución a una nueva anormalidad, porque la vastamente invocada nueva normalidad ya no existe. Y esta evolución nos debe tocar a todos en nuestros ámbitos, empezando por reconocer que, desde la esfera económica, la creatividad es el más valioso insumo o recurso productivo en nuestra contemporaneidad. Las empresas, regiones y países que mayor valor generan son aquellas que basan su operación intensivamente en ese factor.
Pero esa es la dimensión económica que hace visibles a todos los que trabajan, invierten, crean, producen y dedican sus esfuerzos y vidas a la creación. De ese ámbito, lo más valioso es su componente de bienestar; y los economistas sabemos que la dupla de bienestar y valor económico resulta en desarrollo integral (Bienestar + Economía = Desarrollo). De esto último, vaya que tenemos una gran y apremiante necesidad.
En las páginas siguientes se encuentran insumos, luz, creatividad, pautas, entre otras cosas que nos obsequian estos líderes, con lo que delinean el devenir, la transformación y el futuro desarrollo de nuestro sector creativo.
Más allá de constituirse como un testimonio o un homenaje a nuestros líderes, el resultado es un espacio editorial para la compartición de preocupaciones, conocimientos, experiencias y mucho más.
Destaca el tono de lamento en el contenido compartido por los líderes que trabajan en la construcción de esa creatividad para un futuro que ya está aquí desde hace mucho tiempo y la pandemia ha contribuido a evidenciárnoslo.
Para mí, es un libro no solo para reflexionar y expandir horizontes profesionales e intelectuales, sino que es uno para doblarle las puntas, escribir sobre él, usar marca textos y notas de apuntes; es decir, una pieza editorial tan viva como lo que debemos seguir rescribiendo entre todos cada día. Usarlo así, desde la trinchera de cada lector, sumada a la de cada uno de nuestros amigos que han vertido aquí sus colaboraciones, nos permitirá asegurar que el conjunto de todas nuestras experiencias individuales converjan en una misma evolución, la evolución hacia el desarrollo continuado de nuestro sector cultural y creativo y, con ello, de nuestras sociedades.
Ernesto Piedras Feria Director Nomismae Consulting