TRINIDAD ZALDÍVAR PERALTA

Jefa de la Unidad de Creatividad y Cultura

Banco Interamericano de Desarrollo

Lapandemia ha generado nuevos desafíos para las industrias creativas y culturales (ICC), pero también ha intensificado los que el sector ya enfrentaba antes de la crisis sanitaria. Estos pueden agruparse en cuatro áreas: fragilidad del empleo, digitalización y nuevos modelos de negocio, acceso a financiamiento y una narrativa para el sector que destaque el valor social, económico y político de la cultura.

En cuanto al empleo, las ICC se caracterizan por un alto porcentaje de trabajo autónomo e informal, lo que incide en la calidad de vida y en el acceso a beneficios y financiamiento para sus actividades. La necesidad de mayor colaboración entre la cultura y el sector digital es cada vez más evidente: la pandemia aceleró el proceso de digitalización con una velocidad sin precedentes. Quien hoy no cuente con un contenido digital en línea, difícilmente podrá sobrevivir en el mercado. Tenemos la oportunidad de promover la innovación y los nuevos modelos de negocio digitales por medio de fondos de inversión regionales, con un mayor protagonismo del sector privado, políticas de fomento adaptadas, acceso al ecosistema de inversores y a los mercados internacionales.

En los próximos años, las industrias creativas deberán estar al centro de la recuperación económica de la región, en la cual el BID está apostando, tal como señala en su Visión 2025 Reinvertir en las Américas: Una década de oportunidades. La digitalización y la rápida adopción de nuevas tecnologías, así como el fomento a la innovación y el emprendimiento en las industrias creativas y el apoyo a las pymes son tareas para América Latina y el Caribe. Los encargados de formular políticas deben hacer de las ICC una prioridad, reforzando la educación y la formación profesional, el acceso a las tecnologías de la información y la comunicación, las facilidades de financiación y la implementación de un entorno empresarial amigable para las pymes creativas.