1 minute read

ALEX PAREDES LAZO

Investigador en emprendimiento creativo

Quienes

estudiamos los fenómenos de las economías creativas coincidimos en que este siglo se caracteriza por la abundancia de contenidos, profesionales y amateurs. En redes sociales todos somos camarógrafos, cronistas y artistas.

Pero este fenómeno en tiempos de covid-19 nos ha vuelto más tolerantes. Ya no molestan aquellas faltas de ortografía en Facebook ni el sinsentido de los videos TikTok. ¡Hasta nos dan risa! Tarareamos la música de nuestros vecinos, leemos novelas que no hubiéramos leído y vemos series en Netflix que nunca terminamos, sin remordimiento.

Los juicios de valor tienen óxido pandémico y parece que a pocos les siguen importando los errores ajenos.

Cansados de esconder nuestra ansiedad social, donde habitan los demonios del “que-dirán”, reposamos en los contenidos virtuales que, a pesar de filtros y autocorrectores, nos están devolviendo humanidad.

Y así vamos, aceptándonos tal cual somos, públicamente imperfectos.

Quiénes estudiamos los fenómenos de las economías creativas coincidimos en que este siglo se caracteriza por la abundancia de contenidos, profesionales y amateurs.

Alex Paredes Lazo

This article is from: