RICARDO MARCOS GONZÁLEZ

Director Gurú Cultural

Lapandemia de covid-19 nos exigió repensar los organismos culturales, el sector cultural público y privado. No hay un regreso al antes: esto que tenemos es el ahora y el futuro inmediato y no queda de otra más que aceptarlo llanamente. Esto significa poner un freno total a las programaciones tradicionales y a la forma en que conceptualizamos la gestión cultural.

Si esta pandemia nos hubiera llegado hace 20 años estaríamos en grandes dificultades. Hoy es pertinente preguntarnos, ¿de qué forma los nuevos lenguajes artísticos se adaptan y seguirán adaptando a la realidad actual acotada por la covid-19? ¿Cómo variarán las estrategias respecto a la gestión de espacios culturales o artísticos? ¿Cómo innovaremos en el sector para sostener los proyectos artísticos a la vez que entendemos las nuevas reglas de existencia?

Para una buena parte del sector, una de las respuestas inmediatas fue aprender a fortalecer los medios digitales y a propiciar la salida digital de todos los proyectos, eventos artísticos y culturales. Esto provocó un crecimiento sin precedentes en el alcance del público. En mi caso, el organismo que encabecé por seis años (CONARTE, hasta octubre 2021 el máximo organismo cultural público del estado de Nuevo León), tuvo un desarrollo inédito en las estrategias y capacidad de difusión-transmisión; gracias a eso, las redes sociales culturales de Nuevo León están entre las más fuertes a nivel nacional: más de 202,000 usuarios hacia el cierre del 2021. En las últimas décadas, el desarrollo de las economías culturales y creativas ha sido objeto de importantes estudios y reflexiones. Una de las problemáticas de este rubro es que hemos tratado de emular las experiencias de otros países sin detenernos a estudiar a fondo la propia idiosincrasia cultural y creativa. Es fundamental impulsar las políticas y marcos legales para que las industrias creativas puedan seguir desarrollando y ofreciendo sus productos culturales, adecuados a las posibilidades actuales. México