DE OLEGARIA A ESTA PARTE una intervención dialéctica ilustrada
CECILIA GORA
© de los textos y de las imágenes Cecilia Gora edición contar la propia historia San Javier, Córdoba / Buenos Aires 2023
Gracias, gracias, gracias: A Fernanda Civarolo, por conectarme con su memoriosa, y amorosa madre. A Meneca Zambelli, por su paciencia y recuerdos orales invalorables, ejes centrales y sobre los que se entramó este proyecto disparatado y sentido. A Irene Singer, amiga talentosa, profesional, que me brindó su interés intacto y persistente para mejorar tramo a tramo este proyecto. A Belén Carballo, impulsora de la mirada investigadora y que le dio sentido al libro. A Lucio Garibaldi, por animarse a una revisión / ayuda en los momentos del bajón motivacional. A Franco Caruso Guerra, por encontrar y recopilar la documentación que creía perdida. A Gaby Farrán, por su lectura desinteresada, resaltando un estilo que desconocía y que respondí con una sonrisa de satisfacción.
A la memoria de Marta Jesús Villegas Sánchez Santillán, mi madre.
DE OLEGARIA A ESTA PARTE Una intervención diálectica ilustrada
Cecilia Gora
...definiría el collage como la explotación sistemática de la coincidencia casual o artificialmente provocada, de dos o más realidades de diferente naturaleza sobre un plano en apariencia inapropiado, y el chispazo de la poesía, que salta al producirse el acercamiento de esas realidades Max Ernst (1891-1976)
Introducción La fotografía inmortaliza aquello que queremos recordar, se convierte en una especie de testimonio de los hechos. Sin embargo, la percepción de quienes vivieron el suceso fotografiado variará dependiendo de su punto de vista. Es así como de una misma fotografía se pueden obtener varias versiones de la historia. Lo mismo pasa con las narraciones de anécdotas familiares, cada miembro de la familia vivió un mismo hecho de distinta manera y va enriqueciendo el relato, que será contado a las generaciones venideras. Las narraciones compartidas dentro de una familia pueden variar y generar diferentes reacciones en quienes las escuchan. En ocasiones se pueden crear recuerdos ficticios para llenar vacíos que la memoria ha producido en el transcurso del tiempo. Se puede generar un efecto de “teléfono descompuesto” donde la información muta y se alimenta de subjetividades. ¿Qué es lo verdadero? ¿Los hechos? ¿Las experiencias en torno a los hechos? ¿O la mutación en sí? Desafiamos al lector a construir su libre y antojadiza interpretación. El siguiente caso no pretende ser una investigación, no es un análisis de las palabras escuchadas, solo es “una voz” que acompaña para aportar una reflexión acerca de los alcances y los límites de la memoria, o de los registros mnémicos y sus anclajes. Se trata simplemente de un juego de memoria, recuerdos e imaginación. En definitiva, son “collages”, esos mismos que nos permiten transformar la realidad y resignificarla y nos ofrecen la oportunidad de hacerlo todo posible... hasta este libro.
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Proceso Ciertos individuos confinados en cuarentena obligatoria durante el año 2020, atravesaron la pandemia acomodando y reconociendo viejas fotografías que tenían guardadas. Algunos decidieron ordenar sus raíces y acudieron a aquella persona allegada, que suponían, podía saber o recordar algo relativo a las mismas. El caso indagado corresponde a la línea materna de CG, así llamaremos a nuestra consultante. CG encontró una fotografía que le llamó poderosamente la atención por su singularidad. Se trataba de una imagen a color, posiblemente un daguerrotipo pintado, de principios del siglo XX o finales del XIX, de una mujer que desconocía, pero que, estaba segura, era de la línea familiar de su madre. A través de redes sociales CG llegó a F, un contacto allegado a su familia materna, quien quizás pudiera darle alguna referencia de esa misteriosa fotografía. F la conectó vía WhatsApp con su madre, Meneca. La siguiente indagación se basa en los audios de WhatsApp mantenidos entre CG y Meneca entre el 23 de mayo y el 19 de junio del 2020, período de confinamiento. Nuestra tarea será llevar una luz a muchas de las preguntas que surgieron ante este intercambio.
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PARTE I MENECA Y OLEGARIA
Nuestra consultante CG, se vio movilizada para encontrar respuestas, luego de hallar esa intrigante imagen dentro de las pertenencias de su madre. Los primeros intercambios con Meneca buscaron obtener exactitudes respecto de quién era esa mujer. Presentamos a continuación el primero de muchos audios transcriptos, con las apreciaciones de Meneca: ...No tengo registrada esa imagen. Puede ser tu bisabuela... Olegaria se llamaba, sé que era rubia de ojos celeste, ahí la mujer parece rubia… Olegaria era la mamá de la tía Julia (tu abuela), y de la abuela Juana, (mi abuela), porque la tía Julia era de ojitos claros, chiquitita. Dicen que la conocí, y cuando me decía ¡MENECAAA!, y vociferaba algo yo me asustaba, pero no tengo un recuerdo de ella. En realidad le tenía miedo porque tenía un vozarrón bárbaro.
A partir de estos primeros audios de intercambio, aportados por nuestra consultante, con la supuesta prima de su madre, entendemos y deducimos que Meneca es bisnieta de Olegaria y nieta de Juana, la primera hija de Olegaria, o sea que es prima segunda de CG, nuestra consultante, y no prima de su madre, Martita, cómo CG suponía.
Imagen 1: Árbol genealógico. Elaboración de autor.
Olegaria tuvo diecinueve hijos con dos maridos, vivió en Villa Huidobro, que era Cañada Verde, así se llamaba antes. Atendía en un “boliche” y dicen que era bravísima.
Ubicamos geográficamente los lugares nombrados por Meneca ¿Dónde queda Villa Huidobro? ¿Qué era Cañada Verde? ¿Por qué nuestra consultante tenía registros de Huinca Renancó? ¿Era acaso el punto geográfico que constantemente nombraba su madre y que ella misma recuerda haber visitado en algún verano ardiente de su infancia?
Imagen 2: mapa de la Provincia de Córdoba, elaborado por el Instituto Geográfico Militar en el año 1953.
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Al hallar la zona pudimos corroborar que Villa Huidobro es el pueblo cabecera del departamento General Roca, Provincia de Córdoba. Según recientes publicaciones de investigadores, este sería el centro matemático exacto del país. Villa Huidobro es también conocida como Cañada Verde, nombre de la vieja y olvidada estación de trenes. Este nombre data aproximadamente de 1890. Deducimos, entonces, que los antepasados de CG, nuestra consultante, han vivido y han visitado la localidad de Huinca Renancó ubicada a tan solo 20 km de Cañada Verde, tal como ella misma lo recuerda. Fue infructuoso obtener datos del “boliche” que atendía la Sra. Olegaria en Cañada Verde, según los dichos de Meneca en los audios. Podemos imaginar que ese “boliche” se trataría de un despacho de ramos generales, lugar de reunión social para la vecindad. También se sabe que Olegaria era una dama de gran porte y legendario vozarrón, lo que nos hace suponer que lograba mantener el orden entre los parroquianos, evitando que los disturbios pasaran a mayores. No hay registros de asesinatos por revueltas o peleas en la zona, en las fechas establecidas para la residencia de la Sra. Olegaria. (1890-1907 datos aproximados). Lorenzo Sánchez era el padre de mi abuela Juana, mi bisabuelo, tu bisabuelo. Había sido mayordomo de la estancia de los Santamarina por Puán Provincia de Buenos Aires, creo que un Santamarina era padrino de mi abuela Juana. Sé que mi abuela Juana, nació en el año 1884, en Puán Provincia de Buenos Aires, ahí en la estancia, y pasaba buena vida.
¿Sería Ramón Santamarina el padrino de la abuela Juana? El dato suministrado por Meneca es que la abuela Juana nació en 1884, en Puán Provincia de Buenos Aires. Sabemos que a partir de 1891 Ramón Santamarina perfecciona la organización y control del trabajo de sus propiedades sobre la base de una planta reducida, por él encabezada, que tenía a su hijo como administrador y descansaba finalmente en el mayordomo, el principal intermediario para dirigir las labores cotidianas de la empresa rural. ¿Sería este “mayordomo” el bisabuelo de nuestra consultante? ¿De cuál estancia sería “mayordomo”? ¿De Las Dos Hermanas, Los Ángeles, La Claudina o El Cristiano? Ramón Santamarina era propietario de treinta y tres estancias en la Provincia de Buenos Aires y algunas de ellas se encontraban en localidades muy cercanas a Puán.
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Imagen 3: Tapa de libro Patrón de estancias de Andrea Reguera / Eudeba–2006
Imagen 4: Ramon Santamarina a la edad de 36 años, circa 1863.
Había muchos indios. Sabía rezar el padre nuestro en el idioma de los indios, sabía leer y escribir sin haber ido a la escuela, no sé si le enseñaba el padre, no lo sé… una reina mi abuela! El papá de la abuela Juana, (Lorenzo Sánchez), falleció de un aneurisma, así de pronto… muchos en la familia han fallecido de aneurismas.
Podemos referenciar que en medio de la violenta incorporación de la Patagonia a la Nación (1879-1884), la congregación salesiana intervino como agente evangelizador a través de un grupo de misioneros. La implementación de la lengua vernácula, el mapuzungun1, se usó como metodología misionera para la transmisión de las verdades de la fe y para la comunicación directa con los indígenas sobrevivientes. 1- Mapuzungun es una lengua milenaria que surge de la profunda relación de las personas con su espacio
territorial. Ha sido y es un medio de comunicación entre los seres humanos y demás fuerzas de la naturaleza y se ha transmitido y preservado en forma oral a lo largo de muchas generaciones pese al silenciamiento forzado por la colonización.
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Entendemos, entonces, cómo la abuela Juana, podía rezar en idioma indígena, ya que su infancia transcurrió en Puán, actual Provincia de Buenos Aires, distrito dominado por los ranqueles. A continuación el Padre Nuestro en mapuzungun:
Inchiñ taiñ Chao huenu meu ta mleymi, uvchigepe tami ghùy: eymi tami reyno inchiñ meu cùpape: chumgechi tami piel vemgequey ta huenu mapu meu, vemgechi cay vemgepe ta tue mapu meu. Chay elumoiñ taiñ vill antù cofque: perdonanmamoiñ taiñ huerilcam, chumgechi inchiñ perdonaqueviiñ taiñ huerilcaeteu; lelmokiliñ taiñ huerilcanoam: hueluquemay vill huera que dugu meu montulmoiñ. Amén
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Imagen 5: Líneas de frontera, circa 1869
Al quedar viuda Olegaria se vino a Buenos Aires en carreta, con todos sus hijos. Cruzaron ríos, campos polvorientos, montes y llanuras, esa era la aventura que me contaba mi abuela Juana, y que iba con tu abuela Julia.
Comprobamos que la distancia desde Villa Huidobro a Buenos Aires son más de 600 km, pero quedan muchos interrogantes de esa travesía: ¿Cuántos hijos llevaba Olegaria en la carreta? ¿Qué tipo de carreta era? ¿Qué ruta tomó para la travesía? ¿Qué tiempo le tomó atravesar toda esa distancia? Esta travesía deja en evidencia lo imponente, fuerte y guerrera que era esta mujer. La dimensión épica del evento queda reflejada en el modo en que sus hijos se referían a este viaje, llamándolo “La Gran Aventura”. Mi abuela Juana y tu abuela Julia eran hermanas. Juana era la
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mayor de todas las hermanas y le ayudaba en los partos a la madre (Olegaria). La abuela Juana no tenía buena relación con su madre Olegaria.
Nos imaginamos a Juana, hija mayor de Olegaria, cómo “comadrona” de varios de los partos de su madre, viendo nacer a sus hermanos y hermanas. ¿Qué niña no quedaría marcada por esa tarea existencial, vital y compleja? Era usual que las hijas mayores pasaran a ser madres sustitutas de sus hermanos. Suponemos, entonces, que esta superposición de roles podría haber generado rispideces entre Juana y su propia madre, Olegaria. En Buenos Aires tuvo su segundo marido. Del abuelo, el segundo marido de Olegaria, más menos me acuerdo, porque sabíamos ir con la tía Julia a visitarlo en Villa del Parque. Vivía solito. De la que me acuerdo ahora es de la tía Natalia en Rufino, sus hijos eran Jiménez de apellido. Uno de sus hijos fue un muy famoso iluminador de canal 7 de televisión, todos lo querían. Ángel Jiménez, muy famoso en los años cincuenta y pico. Me acuerdo que un hermano de la abuela Juana fue intendente en Valle Hermoso, yo ni sabía dónde quedaba Valle Hermoso. Mi abuela Juana vivió hasta los noventa y seis años, se cayó, se quebró, ya después quedó mal. La operaron en Buenos Aires. Nació en 1884 así que calculo que se ha muerto en 1980 más o menos.
En este punto se trató de establecer si el nombrado “Ángel Jiménez”, famoso iluminador de televisión de canal 7, dejó algún registro de su trabajo en los años cincuenta, con resultados negativos. No se halló ningún tipo de documentación que diera algo de luz a nuestra investigación. También resultó infructuosa la búsqueda de registros del señor de apellido Sánchez, (cómo podemos constatar en el árbol genealógico armado y deducido a partir de los datos aportados), cómo intendente de Valle Hermoso, una localidad situada en el departamento Punilla, Provincia de Córdoba, a 75 km de la Ciudad de Córdoba.
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PARTE II MENECA Y MARTA
En los relatos de Meneca, se impone una necesidad de contar, recordar y conectarse con los momentos vividos en el hogar de la madre de CG. Yo tenía siete años, era hija única hasta ese momento. Mi mamá estaba embarazada de los mellizos, mis hermanos, y me fui a vivir con Marta, tu mamá, tía Julia y tío Mario. Yo chocha.
Es importante destacar el carácter altamente relevante y de gran intensidad afectiva que tuvo la relación entre Meneca y la familia primaria de CG, ya que su madre Marta fue la persona que marcó un período muy importante en su infancia, y a la vez nos da una perspectiva de la vida de la madre de nuestra consultante en ese curso de tiempo calculado entre 1946 y 1947. Iba a primero superior, se decía antes, que ahora es segundo grado, del colegio La Virgen Niña de Villa del Parque. A veces me llevaba a la escuela Marta, y a veces me llevaba el tío Mario, y me iban a buscar a la salida. Íbamos todos por la calle Cuenca y yo saltando con una soguita, era tan feliz con ellos.
La escuela a la que asistió Meneca, alrededor de los años 1946/1947, hoy llamado: Instituto Santísima de la Virgen Niña, estaba, y aún se encuentra ubicada en la calle Cuenca 2651, del barrio porteño de Villa Del Parque. La distancia entre el domicilio de los abuelos de nuestra consultante y el colegio dónde asistía Meneca a sus siete años, era de 1,1 km, 13 minutos de caminata por la calle Cuenca, partiendo de la calle Ricardo Gutiérrez 3553, según Google Maps. No tenemos en claro cuánto diferiría este tiempo de caminata, con la pequeña Meneca saltando a la soga.
No sé cómo habrá sido ese matrimonio, dormíamos las tres en la cama grande, yo en el medio y decía que me asfixiaba y Marta de un lado y la tía Julia del otro, y el pobre tío Mario en una camita en el que después fue dormitorio de tu mamá, que era un comedor donde tenían el piano. Eran tan buenos, tan maravillosos, jamás escuché un grito ni un reto. A las once de la mañana la tía nos traía a Marta y a mí bifes de hígado porque éramos anémicas las dos.
La falta de hierro en sangre de Meneca y Marta habrá sido la razón del consumo de bifes de hígado a las 11 de mañana, ya que se conocen las propiedades del mismo por ser muy nutritivo y aportar hierro para el organismo, un recurso muy importante para personas con anemia. Marta me llevaba casi ocho años, era mi ídolo, todo lo hacía bien. Se iba a aprender piano, violín, guitarra, bordado a máquina, cosía, y lo hacía todo perfecto, siempre contenta, siempre buena, me ayudaba con las tareas escolares y los deberes, me hacía los dibujos. Tu mamá fue mi primera profesora de piano, y yo no quería estudiar el piano. Me sentaban una hora ahí en el piano de marca PLEYEL. Tenían en el comedor colgado un reloj de pared. Yo pegaba una tecleada y miraba el reloj, entonces la tía Julia me lo tapaba con una toalla o una sábana.
Nuestra consultante CG, nos confirma que su madre fue profesora Nacional de Piano, recibida en el conservatorio Alberto Williams de Villa del Parque. Calculamos que en ese entonces, Marta de quince años, estaría realizando sus estudios de piano, y habría tomado a la pequeña Meneca como una de sus primeras alumnas. Meneca no estaría del todo convencida de recibir clases de su adorada “prima”. Confirmamos que Meneca nunca pudo avanzar en interpretar el Canon de Pachelbel de piano, que tanto le gustaba a la madre de nuestra consultante, ni la simpática melodía del “Arroz con leche”. Sabemos que Marta era una exigente profesora de piano, según lo manifestado por CG.
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La tía Julia lavaba toda la ropa a mano, ahí no había lavarropa, con RINSO ¡Jabón Rinso! Y era una cocinera excelente. Jamás la vi enojada, apurada, así como somos las mujeres ahora.
Imagen 6: Anuncio publicado en La Prensa, Buenos Aires, en junio de 1945, Jabón Rinso.
Se puede comprobar la influencia del Jabón Rinso en las amas de casa en los anuncios de la época, leyendo atentamente el texto de la publicidad: RINSO TRIUNFA EN TODOS LOS BARRIOS EN VILLA DEVOTO, la señora Ada T. de Corti, de la calle Arregui 5266, dice: ¡QUÉ BIEN SE LAVA CON JABÓN RINSO! TRABAJO LA MITAD... ¡Y LA ROPA ME DURA EL DOBLE! Si esta señora es su vecina, ¡pregúntele qué opina! Y AGREGA: “¡Ojalá lo hubiera probado antes! Ahora, ya no me canso enjabonando pieza por pieza, porque pongo la ropa en el remojo espumoso, ¡que la enjabona toda junta! La dejo un par de horas para que se ablande la suciedad; luego la friego bien, enjuago... y listo: la ropa queda limpita... ¡inmaculada!” ¡Y LAVAR CON RINSO NO CUESTA MÁS!”
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La abuela de nuestra consultante, Julia, vecina de Villa del Parque, barrio lindero a Villa Devoto del que emanaba la publicidad de la época, no quedó fuera del influjo del aviso publicitario referenciado. Y claro, ¡usaba Jabón Rinso! Podemos imaginar a la abuela de CG con cierta complacencia en sus tareas, típica de lo que sentían las mujeres de la época con las labores hogareñas, en contraposición al fastidio de la mujer contemporánea que en contadas ocasiones cuenta con un compañero que comparta esas labores domésticas rutinarias. Tenían una galería a la salida de los dormitorios y jugaban siempre a la escoba de quince.
La pequeña familia de la madre de nuestra consultante tenía un fanatismo por un juego de cartas: “La escoba de 15”, ¿en qué se basa este juego?: El juego consiste en hacer grupos de cartas que sumen 15 puntos, teniendo en cuenta que cada una de ellas tiene el valor del número que representa, a excepción de la sota que vale 8, el caballo que vale 9 y el rey que vale 10. Lo significante de este juego, en esta pequeña familia, nos permite imaginar que compartían, en su tiempo libre, la experiencia de estar juntos disfrutando del placer del esparcimiento. El tío se dedicaba a podar, tenía un gran jardín y estaba siempre con la manguera y con su solo brazo podaba todo el césped.
Mario Villegas el abuelo materno de CG, había sufrido un accidente laboral siendo guarda de ferrocarril en la antigua línea ferroviaria Pacífico. Consecuencia de este accidente perdió su brazo izquierdo. Es evidente que a Meneca, con su corta edad, le llamaban poderosamente la atención las actividades de jardinería que realizaba su tío con solo un brazo, el derecho.
Imagen 6: CG y su abuelo Mario, circa 1961
Imagen 7: Mario y CG en el jardín de su casa en VDP, circa 1961 Tío Mario no abría la boca para nada, ahí no había gritos ni discusiones ni nada, todo era tranquilito, no existía la televisión ni los teléfonos ni nada. Así que esa es una parte muy linda de mi infancia. Eso sí, los viernes me llevaban a mi casa a Caseros y el domingo me iba a buscar el tío Mario y yo volvía y me encerraba en el baño y lloraba y la Marta me decía: ya estás llorando, pero lloraba porque siempre fui maricona, pero como me trataban ahí en Villa del Parque, en la vida me han tratado mejor.
Según Jean Piaget “a los siete años de edad, la mayoría de los niños tienen un sentido sólido del tiempo. Entienden segundos, minutos, horas, días, semanas, meses, estaciones y a veces años. Comienzan a mostrar una preferencia por un estilo de aprendizaje y hacen notorio sus gustos”. Meneca comienza a tener sus preferencias y actúa en consecuencia a la dualidad del momento que le toca vivir: estar con sus tíos y adorada “prima” versus estar en su casa en Caseros con sus hermanitos recién nacidos mellizos. ¡Vaya conflicto!
Imagen 8: Mario y CG,archivo personal, circa 1960
A tu mamá la íbamos a buscar al baile a Gimnasia Esgrima de Villa del Parque, con la tía Julia. Para los carnavales había cinco orquestas en Gimnasia Esgrima. Estaba Oscar Alemán, Alfredo de Ángeli, ¡yo estaba hipnotizada de verlos!
El Club Gimnasia Esgrima de Villa del Parque (GEDVP), se localizaba cruzando las vías del ferrocarril de la casa donde Meneca estaba viviendo con sus tíos y “prima”. Este club fue muy popular por sus fiestas en carnavales y por haber sido la cuna de los jugadores de básquet, primeros campeones mundiales argentinos en 1950. Cabe mencionar que Marta la madre de CG, era amiga y fanática acérrima de estos jugadores.
Imagen 9: Collage de autor, en homenaje a Oscar Furlong, jugador de GEDVP.
Imagen 10: Collage homenaje a jugadores de básquet campeones del mundo 1950.
Yo era muy chica, siete años tenía y quería que tu mamá me comprara los zapatos que yo usaba, tenían que ser Guillermina de gamuza blanco, nada de adornos ni sin talón y nada de zapatitos, tenían que ser los clásicos Grimoldi Guillermina. La verdad que tenía razón porque yo a mi hija la crié siempre con zapatos Grimoldi Guillermina y son los más lindos.
Imagen 11: Aviso Grimoldi 1942, Vuelta al cole.
La promulgación de la Ley 1420 de Educación Común estableció la obligatoriedad de la formación primaria. Los niños comenzaron a asistir masivamente a las escuelas y necesitaron calzado adecuado. Con el tiempo, los zapatos escolares de Grimoldi se convirtieron en un clásico. En segundo lugar, los médicos recomendaban los zapatos de la marca Grimoldi para corregir defectos del pie de los chicos. A lo largo de los años, Grimoldi siempre mantuvo una fuerte presencia en el ámbito del calzado escolar1. La pequeña Meneca tenía muy en claro la influencia y penetración de la marca Grimoldi para sus pasos, y como manifiesta, esto perduró hasta con su propia hija, F. Te cuento otras dos anécdotas que me acordé, tontas son pero a mí me causan hasta el día de hoy gracia, yo era chica siete años, y era la época de Perón y Evita y el tren presidencial pasaba a paso de hombre, porque salía toda la gente a la vereda a saludarlos, y 1- Op. cit. Institucional Grimoldi (sf), obtenido: https://www.grimoldi.com/historia/
ellos iban en el último vagón abrazaditos, y saludaban a la gente y bueno, la cuadra de la tía salíamos todos a ver la pareja presidencial y saludar y salíamos Marta, tía Julia, tío Mario, a decirle chau y el tío Mario que era muy muy contrario se daba la vuelta de espalda… jajaja, y yo hoy que soy grande me pregunté: ¿para qué salía? jajaja, …salía y estaba muy parado así cuando pasaba el tren con Perón y Evita abrazados, él se daba vuelta de espalda, era su gesto.
Varias son las imágenes conocidas y publicadas de la pareja presidencial María Eva Duarte y Juan Domingo Perón, saludando en el último coche de algún tren recientemente estatizado a la multitud que los esperaba a su paso. No es ajena entonces la imagen que relata Meneca. Pero queda claro la posición partidaria del abuelo Mario, al dar la espalda al paso de la comitiva presidencial... ¿sería simpatizante de la Unión Cívica Radical, acérrimo opositor del movimiento peronista? ¡Creemos que sí! Tu mamá tocaba el piano, y se había presentado con una orquesta en el Teatro Colón. Ella conocía a los chicos que trabajaban en el Colón. En una oportunidad estaban cambiando las cortinas de las salas, que eran como una felpa aterciopelada, al descolgarla, uno de los muchachos teloneros, que conocía a Marta, le regaló la cortina y Marta se hizo un tapado que parecía de terciopelo, bárbaro.
Es sabido que la calidad acústica del majestuoso Teatro Colón es reconocida a nivel mundial y se debe al conocimiento técnico aplicado en la forma de herradura que presenta la sala y provoca una adecuada reflexión del sonido. A las proporciones arquitectónicas de la sala, se suma la calidad de los materiales, tapices, cortinas y alfombras que mantienen un equilibrio que contribuye favorablemente al acondicionamiento acústico. Es realmente sorprendente que Marta haya obtenido partes de este equilibrio y haya transformado unas de las cortinas en un paquetísimo y funcional tapado. ¡Bravo! Pero siempre lo voy a repetir, fui tan feliz con ellos tan feliz, en una familia espectacular. Jamás, jamás me voy a olvidar de Marta qué era para mí mi ídolo, y era mi tía, pero yo le decía prima, me llevaba ocho años.
PARTE III LA TÍA CHICHA
Nuestra consultante tiene una gran curiosidad por confirmar la identidad de una elegante mujer que la está sosteniendo en brazos, en una fotografía rescatada de su primer año de vida. Sí, es la Chicha, prima hermana de tu mamá, hija de la tía Luján, criada por mi abuela Juana más sus tres hermanos varones. Mala relación entre la abuela Juana y Luján (madre de Chicha y hermana de Juana). Luján que tuvo a Chicha, y se casó con un Achával Lastra, y se volvió una ricachona.
Resulta ser la prima hermana de su madre. La tía Chicha, como recuerda CG que la nombraba su madre Marta, con admiración.
Imagen 12: Chicha y CG, archivo privado, circa 1960.
Chicha, antes de casarse, era corista en los teatros e íntima amiga de Eva Perón y tuvo la suerte de conocer a un estanciero y casarse. La Chicha se llamaba Olegaria Dominga. Una vez en un viaje cuando llamaban dijeron Olegaria Dominga Verdasco y no se presentaba ella porque nadie sabía el nombre horrible que tenía. Yo he parado en lo de la Chicha, tenía un departamento fabuloso en la avenida Libertador. Fue una de las primeras que se hizo la cirugía estética con el Dr. Juri.
CG, nos reitera, que recuerda muchas cosas sobre Chicha; sus vestimentas, las visitas a la Estancia “La Facunda”, el interés que tenía su madre hacia esta prima, que evidenciaba un status social diferente y que evidentemente estimaba. La Chicha era ciertamente una mujer con veleidades y muy pendiente de su imagen. Las coristas, a quienes se llamaba despectivamente “bataclanas”, eran un elemento fundamental de los teatros de revista, y alrededor de ellas se tejieron fantasías que las relacionaban con una vida disipada. Pero en aquella época se brindaban hasta seis funciones por día, de manera que las “bataclanas”1 trabajaban sin descanso, más horas que en una fábrica. El teatro de Revista de Buenos Aires, entre 1922 y 1939, sintetizó la estética importada de París. En este marco, entendemos que la Chicha haya conocido a su esposo, el estanciero, el Sr. Achával Lastra.
Imagen 13: Coristas Teatro Maipo, circa 1939. 1- Op. cit. Institucional Teatro Maipo (sf), obtenido: https://maipo.com.ar/1922-llega-el-ba-ta-clan/
Respecto de la amistad de Chicha con María Eva Duarte, está relacionada indudablemente con la vida artística de esta última entre 1935 y 1945. Siendo los principios de esta búsqueda de fama y participación en los escenarios porteños el recorrer una y otra vez el circuito de bares y confiterías, donde los dueños de compañías de teatro y productores se entrevistan con artistas, lo que todos llaman “el ambiente”. En ese ambiente y su recorrido, no queda dudas que Eva y Chicha forjaron una amistad. La Chicha tenía una estancia en Balcarce, “La Facunda”, tus padres sabían ir de viaje. Me acuerdo de una anécdota que me contaron ellos, que ella tenía varios relojes en la estancia, todos parados y tú papá para hacer una gauchada se los puso todo en marcha y no era así, ella los quería tener parados por no sé qué circunstancia…
Imagen 14: Estancia la Facunda en Balcarce Provincia de Buenos Aires, archivo personal.
Es llamativa la anécdota que cuenta Meneca sobre los relojes parados, y el desconcierto que le causó a Chicha que el padre de CG los haya arreglado sin el consentimiento de ella. Pero, ¿qué significarían para la Tía Chicha esos relojes detenidos?. En la Inglaterra victoriana existía la costumbre de parar a propósito los relojes en la casa donde habitaba alguien que había fallecido, justamente para remarcar que la vida se había detenido, el reloj que se detiene es como un mundo que deja de respirar. Recordemos que Chicha se encontraba, en esos tiempos recibiendo la visita de la familia de nuestra consultante, recientemente viuda del Sr. Achával Lastra. ¿Contarían esos relojes mudos historias mudas?.
Me acuerdo, con mucha ternura, de los tiempos en que uno tenía un solo vestido para salir. Antes que nacieran mis hermanos, mi mami, papá y yo nos fuimos en un viaje a Mendoza, y la Marta me hizo un vestido de tul, arriba todo cruzado con cintitas bebé rosa y salteadas, rositas rococó bordadas en rosas yo ¡AMABA! ese vestido. Me acuerdo que estoy sentada en Mendoza al lado del lago en el parque y mis padres bailaban una noche, y yo estoy sentada con el vestido de tul que para mí era algo magnífico, era una cosa que lo cuidaba como oro, de esa foto sí me acuerdo, andá a saber por dónde anda todo.
Meneca en su relato del vestido rosa, con una descripción casi exacta, conectada y vivencial, no deja de trasmitirnos lo cercana y querida que fue su “prima” Martita. Un vestidito con detalles encantadores que le hizo su querida “prima” Marta, y que lucía en un entorno casi de ensueño para una niñita de siete años, sintiéndose una “reina”, antes de que nacieran sus hermanos. El recuerdo de ver a sus padres bailar, ella sentada en una fuente en un lugar bello, nos hace reflexionar: ¿qué son los recuerdos cuando se vivencian en un relato y se transmiten con pleno alborozo? Dicen que eso es la felicidad: nunca sentir que sería mejor estar en otra parte, nunca sentir que sería mejor con otras personas, nunca sentir que sería mejor ser alguien más... Meneca manifiesta que fotos de esa época no tiene, y desconoce si existen. Nos quedó solo su narrativa y su recuerdo que se entienden como una secuencia desordenada de eventos evocados por la memoria y conectados de manera significativa para comunicar sentidos y lazos con lo vivido. Como ella misma dice: una época maravillosa y feliz en su vida, junto a sus tíos Julia y Mario, y su “prima” Martita, madre de nuestra consultante.
Conclusión
Estos relatos aportados, anecdóticos, evocativos, tienen imperfecciones propias de la percepción subjetiva de Meneca, en función del tiempo y del espacio acontecidos. Asímismo, el buscar información de época hace que se amplíen o se cierren ciertas situaciones, que es lo que se ha tratado de vislumbrar, y es aquí donde entra la fantasía y la necesidad de expresión personal de nuestra consultante CG. Estas sensaciones o sentimientos que Meneca nos ha entregado, a lo largo de sus audios, han producido esta respuesta emocional, cuya principal temática es el placer o displacer que se desprende de la situación. En el caso indagado fue placer, felicidad y alegría de haber recibido en pequeños relatos, pequeñas fotografías imaginarias. Los llamaríamos collages de la memoria. Mediante esta combinación de viejas fotografías familiares, audios, texto e investigación no se quiso contar una historia, sino conectar con emociones, ensueños y, porqué no, con la felicidad de hacerlos propios como un manifiesto de identidad, la de CG y la de Meneca. Y quién sabe cómo continuará esta transmisión, de generación en generación, en generación, en generación... ¿o no?
Imagen 15: collage de autor, El personaje – pensamientos y percepciones del ser.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Y DIGITALES
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ANEXOS DOCUMENTALES RESPALDATORIOS
ACTA DE NACIMIENTO DE MARTA JESÚS VILLEGAS SÁNCHEZ SANTILLÁN El nacimiento fue declarado el día 20 de febrero de 1931. Compareció Mario Villegas, de 47 años, argentino. Declaró estar domiciliado en Boulogne. Era hijo de Marta Villegas y de padre desconocido. Declaró que el día 18 a las 12 horas nació una criatura de sexo femenino que recibió el nombre de Marta Jesús, hija legítima de Mario Villegas y de Julia Sánchez, esta última de 36 años, argentina, hija de Lorenzo Sánchez y de Olegaria Santillán.
ACTA DE BAUTISMO DE JULIA SÁNCHEZ SANTILLÁN Julia Sánchez fue bautizada en el pueblo llamado El Tordillo, ubicado en el sexto departamento de la Pampa Central, el día 25 de febrero de 1895. Julia Sánchez había nacido el día primero de julio de 1894. Hija legítima de don Lorenzo Sánchez, cordobés, y de doña Olegaria Santillán, natural de San Nicolás de los Arroyos (Buenos Aires, cerca del límite con Santa Fe).
EXPEDIENTE MATRIMONIAL DE LORENZO SÁNCHEZ Y OLEGARIA SANTILLÁN - AYACUCHO, BUENOS AIRES / 1881
Matrimonio de Lorenzo Sánchez y Olegaria Santillán Ayacucho, Buenos Aires - 1881 Lorenzo Sánchez declaró tener 25 años (nacido alrededor del año 1856), natural de la provincia de Córdoba, domiciliado en el cuartel primero de Mar Chiquita. Era hijo legítimo de Pedro Santillán y de Serapia Llanos, ambos cordobeses. Olegaria Santillán tenía 17 años (nacida alrededor del año 1864), hija natural de Ceferina Santillán. Ceferina figura como natural de Santiago (del Estero).
Expediente matrimonial Lorenzo Sánchez y Olegaria Santillán Ayacucho, Buenos Aires - 1881.