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Daniel Santos Betancourt El centenario de la leyenda musical más importante del Caribe

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“Jondo”

“Jondo”

Por. Fabio Casas Arango

El día 6 de junio de 1916 vio la luz del mundo el niño Daniel. Hijo de Rosendo Santos puertorriqueño y de profesión carpintero y de María Betancourt, también puertorriqueña, ama de casa y costurera en los ratos libres. Fue el hijo mayor y tuvo tres hermanas: Sara, Rosa Lilia y Lucy; nacieron en el sector del Fanguito (cerca al Trastalleres en San Juan de Puerto Rico), habitado por personas de escasos recursos, en sectores sumidos en la pobreza general con casuchas de cartón y de madera levantadas sobre el fango. Este barrio está cerca al Trastalleres, en San Juan de Puerto Rico, sumidos estos sectores y su capital, en una pobreza general. Las primeras letras las aprendió Daniel de la maestra de la escuela del Fanguito, doña Ana. Los días domingos el chico repartía las hojas o volantes para el cinematógrafo.

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Don Rosendo, en vista del acoso económico en que se encontraba con su familia, decidió probar suerte en los Estados Unidos. En 1925 viajó de polizón, en un carguero a Nueva York. Allí consiguió trabajo en la compañía Chevrolet. Daniel Santos se quedó con su madre y hermanas en San Juan.

Aparte de repartir los volantes, su padre le dejó una caja para lustrar zapatos. Una vez instalado en la capital del mundo don Rosendo mandó por su familia. Cuando pisó suelo estadounidense Daniel contaba aproximadamente con 11 años de edad.

En el año 1917 Estados Unidos le otorgó la ciudadanía gringa a todos los puertorriqueños. Esto abrió las puertas del país del norte a emigrantes de todas las clases sociales. Fue tan abrumador el exilio de puertorriqueños hacia los Estados Unidos que la mayor parte de la música popular puertorriqueña -de sus compositores- se escribió en Nueva York. Así, Puerto Rico es el único país latinoamericano cuya música se compuso en otra nación de idioma y cultura diferente.

Emigraron a Estados Unidos los máximos exponentes de la canción boricua: Rafael Hernández, Pedro Flores, Plácido Acevedo, Augusto Cohén, Manuel “Canario” Jiménez, Rafael Duchesne, Bobby Capó, Johnny Rodríguez, Los Hermanos Morales (Noro, Ismael y Humberto), Pedro Ortiz Dávila “Davilita”, Myrta Silva, Pedro Marcano, Fausto Delgado, Claudio Ferrer, Inocencio “Chencho” Moraza, Juan Tizol, Diosa Costello, Elsa Miranda, Julio Roqué, José “Pepito” Arvelo, entre otros.

Empieza la leyenda

A Daniel Santos en Nueva York le tocó desempeñar diferentes oficios: limpiar cloacas... Calles; relacionarse con personas de bien y con rufianes y viciosos. Estuvo en el colegio hasta segundo de bachillerato, donde perteneció al coro. Desde los 14 años se vinculó al Trio Lírico y al Conjunto Yurumí, sin dejar con estos grupos grabación alguna. Laboró con ellos hasta la edad de 22 años, es decir, hasta 1938. A finales de ese año don Pedro Flores, quien residía en Nueva York, lo escuchó cantar “Amor Perdido” y lo invitó para que se vinculara al afamado “Cuarteto Flores” con la promesa de pulirlo como cantante. Es así como el viernes 14 de marzo de 1940 grabó con la agrupación, para el sello Decca, los temas “Qué te pasa”, “La Gaga”, “Yo sé que es mucho” y “Ven”. Fueron éxitos inmediatos en la radio.

El martes 22 de abril de 1941, a los 25 años de edad, con el sello RCA Víctor pone en circulación el inmortal tema “Despedida”, composición del maestro Pedro Flores. Daniel Santos grabó un total de 37 temas con el “Cuarteto Flores”. Recordemos: “Adoración”, “Perdón”, “Olga”, “Inconsolable”, “Tú serás mía”, “Prisionero del mar” y “Margie”.

Daniel Santos abandonó el “Cuarteto Flores” y se vinculó a la Orquesta del Catalán Xavier Cugat que se presentaba en el Hotel Waldorf Astoria de la ciudad de Nueva York. No dejó grabaciones con esta orquesta.

Daniel, como ciudadano puertorriqueño, fue llamado a las filas del ejército gringo para alistarse como soldado, razón por la que tuvo que abandonar la Orquesta de Cugat. Luego de un riguroso entrenamiento le tocó partir con un contingente para Maui, en las Islas Hawaianas. Permaneció allí 16 meses. En el campo de batalla le brotó la vena de compositor y es así como sus primeros temas fueron “Noche de luna”, “Escríbeme” y “Mensaje”. Llegaría a componer, según él lo manifiesta, cerca de 400 temas en sus 50 años de vida artística.

Cuando salió de la guerra deambuló por varios países del Caribe, hasta que en 1946 en compañía del cantante Bobby Capó -coterráneo y gran amigo- visitó Cuba, en donde Bobby le presentó al guajiro Amado Trinidad, propietario de la emisora RHC Cadena Azul. Trabajó en dicha emisora acompañado por la orquesta que dirigían los maestros Rodrigo Prats y Adolfo Guzmán. Allí, ante el público, lo nombraron como el “Anacobero “, que en el lenguaje ñáñigo quiere decir diablillo. Viajó nuevamente a Nueva York y regresó a La Habana en 1947 para realizar unas presentaciones especiales.

Con la Sonora Matancera

A mediados de 1948 fue contratado por el señor Manolo Fernández, propietario de la emisora Radio Progreso. Allí conoce a la gran Sonora Matancera que, a partir de ese momento, se convierte en la agrupación musical sensación de Cuba, el Caribe y Latinoamérica. Hasta el Presidente de Cuba, Carlos Prío Socarrás, se convirtió en un admirador del gran Daniel, perfectamente acoplado con la Sonora. En 1948 Daniel y la Sonora realizan las primeras grabaciones: “Llevarás la marca”, gran bolero del compositor cubano Luis Marquetti y “Bigote de Gato”, guaracha del también compositor cubano Jesús Guerra. Continúan las grabaciones y los éxitos no paran: “Amé una vez”, “Al fin llegaste”, “El que canta”, “En mi vejez”, “Carolina Caro”, “Panamá me tombe”, “Que humanidad”, “Noche de luna”, “Sabrosito”, “En el tíbiri tábara” , “El mambo es universal”, “Dos gardenias”, “Eso crees tu”,”El preso”, “Amnistía”, etc.

La fama de la .Sonora y de Daniel crecen por toda Latinoamérica. Como artista invitado viajó a Puerto Rico-su patria- y allí, con los mejores músicos de la isla, conformó el conjunto “Sonora Boricua” -de su propiedad- y dejó en los microsurcos piezas de gran valor para los coleccionistas: “Se formó la bronca”, “El bobo de la yuca”, “Como me da la gana”, “La culebra”, “El granito de maíz”, “Bello mar”, “Soltando chispas”, “Porque tu sufres”, “Siempre contigo”, “A la buena de Dios”, “Como se dan los besitos”, “Gandia”, “A San Lázaro”, “Mi palabra de honor”, “La rumba tiene valor”, “Chambeleque”, “De inspiración”, “Las trompetas”, “Martín el loco”, “El rey del bombo”, “Lo que es la rumba”, entre otras.

Regresa a Cuba para continuar grabando con la Sonora y por un lío de faldas es enviado a la cárcel, donde compuso “El Preso”. Es amnistiado por el Presidente Prío Socarrás y a petición de la madre de éste, Regia Socarrás, compone “Amnistía”. En la isla el famoso Conjunto Casino lo invitó para que plasmara su voz en el acetato y dejó para la posteridad “Valor corazón”, “El sablazo” y “Luchando con ella”.

Al deponer Fulgencio Batista mediante un golpe de Estado, al Presidente Carlos Prío Socarrás en marzo de 1952 Fulgencio Batista depuso mediante golpe de Estado al Presidente Carlos Prío Socarrás. Daniel Santos debió salir de Cuba, dada su reconocida amistad con el Presidente depuesto. Viaja a Tampa, Florida.

Meses después regresa a La Habana y graba con el conjunto “Los Jóvenes del Cayo” (que tenía como cantante a Celio González) las siguientes piezas: “Ven pa’mi casa”, “Bula Waya”, “Penar”, “Le dijo el Gato al Ratón”, “Dos Moninas”, “Así es la humanidad”, “Regla” en agradecimiento a la madre del Presidente Prío Socarrás; “Allá en la timba”, “No podré dormir”, y “Deja la cosa como está”.

Los últimos temas de Daniel Santos con la Sonora Matancera los realizó el 21 de abril de 1953: “Desgracia”, “Amnistía” y “El Corneta”. Con esta orquesta grabó aproximadamente 70 temas, entre boleros, guarachas, mambos, sones, merengues haitianos, son montuno, guaracha conga, bolero beguine, guaracha rumba y bolero mambo.

En Colombia y Medellín con sabor Caribe

Daniel Santos pisó tierra colombiana por primera vez el sábado 30 de mayo de 1953. Debutó en Barranquilla; luego se presentó en Santa Marta, pasó de Cartagena a Medellín. En la capital antioqueña estuvo los días 3, 4, y 5 de junio de 1953 y se presentó en la Emisora La Voz de Antioquia. Viajó a Cali, siguió a Bogotá y su gira terminó en Venezuela, México y Estados Unidos.

En Ecuador, en 1956, se ganó otro carcelazo. Se debía presentar en el Teatro Apolo con la orquesta Costa Rica Swing Boys y al tercer día de presentaciones, cuando iba a iniciarse la función, “no le salió la voz”. Ahí se formó la bronca y por no pagar los daños causados por los fanáticos, Daniel fue encarcelado. En prisión compuso dos obras antológicas: “Cataplum Pa’ Dentro Anacobero” y “Cautiverio”.

En Colombia Daniel Santos grabó 5 elepés así: con Pedro Laza y sus Pelayeros, en 1960 con arreglos musicales de Clímaco Sarmiento; con La Sonora Malecón Club, Los Anacoberos, La Sonora Marinera y, el de mayor éxito, con Los Diplomáticos, dirigidos por el maestro Julio García. También grabó en Miami, en 1983, con la “Charanga Vallenata” y con arreglos del pianista de la Sonora, Javier Vásquez, temas colombianos de gran factura como “El marimbero”, “El rio Badillo”, “Mercedes”, “La creciente”, “Las Tapas”, “Plegaria Vallenata”, “El cóndor legendario” y “La muerte de Abel Antonio”.

En las postrimerías de 1983 Daniel grabó en Bogotá un larga duración titulado “Homenaje del Jefe a Gabo”, como acto de deferencia a Gabriel García Márquez. Allí cantó “El hijo del telegrafista” de Antonio del Villar. Grabó en México elepés con los temas de Los Panchos, Los Hermanos Martínez Gil, Javier Solís, Álvaro Carrillo, Bobby Capó, José Alfredo Jiménez, Claudio Ferrer y sus Jíbaros, y al estilo de Daniel Santos grabó “Recordando a Gardel”. También grabó con Héctor Lavoe y con Yohny Pacheco. Hizo dúos con Orlando Contreras, Julio Jaramillo, las Hermanas Padilla, y Myrta Silva.

En su haber existen aproximadamente dos mil temas, con más de 50 orquestas y conjuntos de Latinoamérica y para todos los sellos disqueros de importancia de los países que visitó.

Un patriota comprometido

A la par de su gran trayectoria musical, Daniel Santos tuvo un profundo sentimiento nacionalista en favor de ver a su patria libre de los Estados Unidos. Nunca aceptó que Puerto Rico fuese una colonia de la USA. Utilizó su voz y muchas de sus composiciones para luchar por la independencia de su patria. Fue un patriota ejemplar, que .nunca se arredró ante nadie y menos ante las autoridades de los Estados Unidos. Respaldó las luchas de algunos pueblos por su liberación, como Cuba, Panamá, República Dominicana y su natal Puerto Rico. Grandes temas nacionalistas en la voz de Daniel Santos fueron “Soldados de la patria”, “Mi patria es mi vida”, Yankee Go Home”, “Los tres mosqueteros, “Mi credo”, “Liberación”, “Político mentiroso”, “El indio y la revolución”, “Ayúdame Boricua”, “En Vietnam”, “El recluta”, “Ayúdame Cubano”, “La masacre de Ponce”, “El grito de Lares”, “Navidad y patria”, “Ojo Boricua”, “Levanta Borinquen” y “La culebra”.

Sobre Daniel Santos se han escrito un total de seis libros. Participó en varias películas, entre ellas, “El Ángel caído” y “El pez que fuma”. Murió a los 76 años de edad, en Ocala, Florida, la noche del 26 de noviembre de 1992. Fue enterrado en el cementerio del viejo San Juan de Puerto Rico donde reposa al lado de su maestro Pedro Flores, y de otros gigantes de la música. Su vida sentimental fue tan apasionante como su música. Tuvo un total de 12 hijos, ocho varones y cuatro mujeres.

Para cerrar este perfil, leamos lo que dijo el periodista Hipólito Murillo de él: “Daniel Santos amó la vida y fue feliz a su manera. Vivió miles de episodios. Loco genial; un figurón lleno de vigor, de optimismo, de inspiración y talento. Hombre sin dobleces, de una sola pieza, con gran calor humano, con un sentido altruista de la amistad. Su obra musical, poética y vivificante, perdurará por todas las épocas.”

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