5 minute read

Rebeldes sin pausa

“Un movimiento social es simultáneamente un conflicto social y un proyecto cultural”

El sueño americano, esa metáfora que por décadas ha deslumbrado a los naturales de los denominados territorios tercermundistas, podríamos afirmar que tejió su imagen de forma mediática –vislumbre tecnocrático soportado sobre el dinero1 como máxima deidad-, superponiendo velámenes de humo sobre realidades cargadas de miseria –discriminaciones, hambres, marginaciones…con sus consecuentes impunidades.

Advertisement

Entre los años sesenta y setenta del pasado siglo se asistió a la movilización de la población afro en pro de sus derechos civiles y de ello contamos aún con el referente de hombres como Martin Luther King y de movimientos como las Panteras Negras, que desde la palabra y la acción contestataria se pelearon el reconocimiento de su condición de seres humanos. Pero entre uno y otro referente la calle produjo su voz y la tramitó en la poesía y la música2 (que valga el pleonasmo) (Tijoux 2012: 430).

1 La puta blanca que vale todo y vale nada. (Cfr. Serres, Michel, Génesis.)

El papel del Last poets de dimensionar el habla callejera con sonidos, palabras, color y vestimenta dará cimientos al Hip-Hop como

2 …En este marco surge el Hip Hop en los EEUU de los años setenta, entre entornos desfavorecidos y tensiones sociales, raciales y políticas que se visibilizan en ciudades como Nueva York y se propagan a otros países del mundo… estética contestataria de aquellos a quienes los regímenes han desconocido como portadores y generadores de culturas. Y cuando hablamos de dimensionar estamos afirmando que esas voces no se quedaron enconchadas en los barrios marginales de la gran manzana y que, además, no se redujeron al lamento de los afronorteamericanos. A partir de la década de los ochenta del Siglo XX, esas rítmicas empezaron a tener asiento en tierras latinoamericanas donde el asunto de las marginalidades se siente a carne abierta. Nuestros jóvenes encontraron en los legados del Hip Hop un referente propicio para ponerle horizontes a sus sentires de mundo y a los padecimientos de sus comunidades. Y lo han venido haciendo por encima del común de la gente que les relega por su actitud transgresora y a pesar de que la tradición revolucionaria les señale como juventud alienada en prácticas imperialistas.

Nos sospechamos entonces, según lo que venimos exponiendo, que el asunto del ser ciudadano no alcanza a resolverse para estos jóvenes en los principios de la ciudadanía liberal clásica anclada en postulados de igualdad, justicia y libertad –poder de la razón, homogenización cultural…-3 (papel cumplido por constituciones y manuales de gramática). El deber ser de tal perspectiva apunta a impedir la visibilización de las características de diferenciación reales propias de estados-nación carentes de homogeneidad racial, lingüística, social, cultural… (Tejerina 2013: 56-57). La noción de ciudadanía multicultural y las diferentes concepciones sobre jóvenes y juventud (para detenernos en este caso en el sector poblacional que nos ocupa) pueden aportar claridad a este tipo de inquietud.

Con respecto a la multiculturalidad, vale la pena parafrasear a Gadamer cuando afirma que el… habla no pertenece a la esfera del yo, sino a la esfera del nosotros…, lo cual remite a esa Carta del vidente de Rimbaud en la que el joven poeta francés exclama desprevenidamente Yo es otro… y también al grito, más contemporáneo, de Conspiración en Chile cuando manifiesta que… por allá, por acá, por todos lados, / parados, compromiso, mano a mano y sin permiso

3 …La ciudadanía siempre ha sido el límite que marca quienes están incluidos en una comunidad de iguales (de propietarios, de letrados, de hombres, y luego de una nación) frente a otros seres humanos no incluidos como las mujeres, los indígenas, etc. La historia de la ciudadanía, en este sentido, ha sido una historia de luchas por ampliar esa comunidad de iguales, reducida al principio a hombres blancos y propietarios.

En los tres casos se invoca un nosotros en lógica de alteridad, esto es, a un universo de referentes compartidos por un conglomerado que comparte búsquedas y referentes4. En este sentido las identidades soportadas sobre diferencias culturales se tornan clasificación, es decir, se impone una visión del mundo social basada en la división, lo que lleva a luchas por… el monopolio, por el poder de hacer a las personas ver y creer, de hacerles saber y reconocer, de imponer la legítima definición de la di-visión del mundo social, y a través de ello hacer y des-hacer grupos. (Cánepa 2002: 274).

Si atendemos a Tejerina cuando refiere a la ciudadanía multicultural como algo que se teje en escenarios donde se funden las… diferencias y características colectivas de los ciudadanos… sin que esto interfiera con los derechos y las libertades individuales… (2002: 57), podremos entonces encontrar en las expresiones de x o y grupo un eco de voces, de unicidad social, de asunción de dicciones estéticas y de posturas políticas que dan cuenta de la cohesión de dinámicas sociales presentes en la expresión de sus diferentes organizaciones y/o representaciones poblacionales.

4 …Es con estas prácticas de apropiación y de argumentación cultural, y no solo en los repertorios culturales per se, que podemos encontrar el origen y sentido de grupos particulares…

Desliz de dolores hecho poesía

En lo que respecta a los jóvenes y/o al sector poblacional juventud nos encontramos en diferentes estudios su caracterización como actores que luchan por constituirse y que su historicidad muestra que desde hace mucho tiempo toman sus propias decisiones que, en tal sentido, deben ser entendidas… sus prácticas y expresiones… al ritmo de los cambios en la sociedad. Son actuales y actuantes, persistentes tal y como se han plantado, concretamente, en la Comuna 13 – San Javier de Medellín en donde, a pesar de la masacre social que se decretó oficialmente el 16 de octubre de 2002, los jóvenes hiphoperos no han cesado de trenzar entre sus trinos los atropellos a que han venido siendo sometidos sus pobladores. Es, como manifestábamos en los inicios de estas líneas, ese desliz de los dolores de calle hecho poesía… Es resistencia, dirían algunos, en pos de cantos de vida…

En las prácticas irruptivas de muchos colectivos juveniles, más allá de la estridencia o del silencio, más allá de la resistencia o el conformismo, más allá de las músicas y los graffitis, lo que se puede ver es el estallamiento en mil pedazos de ese proyecto político social que se muestra incapaz de ofrecer alternativas a más de 200 millones de latinoamericanos en situación de pobreza (Rodríguez 2003: 57).

Referencias bibliográficas

- Tijoux, María Emilia et al. (2102). El Hip Hop: ¿Arte popular de lo cotidiano o resistencia táctica a la marginación? En Polis, Revista de la Universidad Bolivariana, Volumen 11, Nº 33, Santiago de Chile.

- Tejerina Vargas, Verónica Stella (2013). No somos rebeldes sin causa, somos rebeldes sin pausa. Universidad Mayor de San Simón, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, tesis de Maestría en Educación Intercultural Bilingüe, Cochabamba, Bolivia.

- Cánepa, Gisela (2002) Poéticas y políticas de identidad: el debate por la autenticidad y la creación de diferencias étnicas y locales. En Fuller, Norma (Ed.) Interculturalidad y política: desafíos y posibilidades, Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú. Lima. pp. 273300.

- Rodríguez, Mario (2003) Movimientos juveniles urbanos. Cursos de formación socioteológica. La Paz: ISEAT. Citado por Tejerina Vargas, Verónica Stella (2013).

This article is from: