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Semblanza Nelson Pinedo Fedullo La mejor voz tropical de Colombia

Por. Fabio Casas Arango

Nelson Pinedo http://www.cdandlp.com/en/nelson-pinedo/desde-puerto-rico/lp/r117246116/

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De emperador a almirante

El 10 de febrero de 1928, Rosa Amelia Fedullo, dio a luz un niño. Le puso por nombre Napoleón. Su padre se llamó Alejandro Barranco, quien se marchó y nunca más supo de su hijo. Rosa Amelia había tenido antes otro hijo, 4 años mayor que Napoleón, de nombre Marco Tulio; Napoleón fue educado y criado por el padrastro, Julio Pinedo, quien no tuvo hijos con Rosa Amelia.

Napoleón estudió formalmente hasta cuarto de bachillerato, pero logró terminarlo, porque estudiaba por las noches con un profesor particular. Después, Pinedo Fedullo tomó un curso de inglés por correspondencia y se graduó como “Corresponsal Bilingüe”. Fue vendedor de un almacén de telas; trabajó como asesor de contabilidad en la empresa de aviación Lamsa, y fue empleado de la oficina de correos. Cuando tenía 17 años falleció Julio Pinedo, su padre de crianza de un infarto fulminante. Napoleón quedó con su madre, pues el hermano mayor Marco Tulio, se había independizado y nunca más lo volvieron a ver.

En la “Emisora Variedades”, propiedad del antioqueño Miguel Ruiz, se presentó para un concurso de cantantes aficionados. Allí el señor Ruiz le sugiere cambiarse el nombre de Napoleón, por el de Nelson por ser más sonoro, a lo que accedió, pues admiraba demasiado al Almirante Nelson. Desde entonces se conoció como Nelson Pinedo, quien ocupó el tercer puesto en el concurso.

De Lastra con cariño

En 1947, la agrupación “Los Olímpicos del Jazz” que dirigía el saxofonista Julio Lastra haría una presentación sabatina en el radioteatro donde trabajaba Nelson, en “La Voz de la Patria”. Sucedió que el cantante de boleros de la agrupación de Lastra no asistió y entonces recomendaron a Nelson, que se sabía el repertorio del otro cantante. Debuta con el bolero “Mi cariño”, que había impuesto Leo Marini con don Américo. Lastra quedó impactado con Nelson y lo invitó a que se vinculara a su agrupación, propuesta que Nelson aceptó de inmediato.

En el mismo año, Pacho Galán, director desde 1945 de la orquesta Emisora Atlántico Jazz Band, solicitó los servicios de Nelson como cantante. Interpretaba los temas románticos en inglés y en español. A mediados del 49, Nelson pasó a formar parte de la orquesta del saxofonista, clarinetista y compositor Luis Alberto Rodríguez Moreno; viajó a Venezuela con esta en 1950, donde realizó su primera grabación: “Mucho, mucho, mucho”, un bolero cubano con el que nada pasó. Regresó a Colombia, e inició, con la orquesta del español Juan Bautista Font, una gira artística por el Departamento del Magdalena.

En 1950 ingresó como vocalista del conjunto de Antonio María Peñaloza – autor de “Te olvidé” - , quien transformó el conjunto en una Big Bang para presentarse en los Carnavales de Barranquilla y en el Club Barranquilla, siempre con lleno completo. Tocaban música bailable y música norteamericana interpretada por Nelson. Peñaloza es contratado para presentarse en el Night Club La Casbah de Bogotá, donde con Nelson el 11 de abril de 1951. El éxito fue rotundo. En 1952 Américo Belloto se encontraba radicado en Bogotá y Teresa Gutiérrez dirigía el programa radial “Qué es la Cosa”, en la Emisora Nuevo Mundo. Allí se presentó Nelson cantando tangos y boleros, como cantante aún de Peñaloza, grabó con la dirección de Américo Belloto un disco de 78 RPM, “Qué es la Cosa” y “Cumbia del Caribe”, temas de Alex Tovar para el sello Vergara.

Hacia los mares de Cuba

En diciembre de 1952 recibe un telegrama del director de la orquesta española “Casino de Sevilla”, ya con el nombre de “Serenata Española”, donde le ofrecían un contrato por una temporada de un año en La Habana. Antes de viajar a la isla, se dirigió a Venezuela a entrevistarse con Chucho Sanoja, quien le presentó al empresario español Ángel Pintado. Le dio una tarjeta de recomendación para el promotor cubano Eugenio “Tito” Garrote.

En enero de 1953 llega a La Habana, donde lo esperaba el director de “Serenata Española”, Luis Ayala, para trabajar con éstos; tuvo que usar atuendo andaluz, sevillano, cordobés y gitano y debía pronunciar muy bien la zeta. Durante el contrato debían competir con Los Chavales de Madrid y su cantante Juanito Torregrosa, y con Los Churumbeles de España, con su cantante Juan Legido. Los rivales eran peso pesado y “Serenata Española” no descolló. Aun así, Nelson grabó cuatro temas para la Panart: las baladas “Yo te diré”, “Volverán, Volverán”, la romanza “Entre tus brazos” y el chotis “Monísima”. Los anteriores temas son buscados afanosamente por los coleccionistas. Con “Serenata Española” Nelson se presentó en Radio Progreso, Cadena Azul y el Circuito CMQ. Antes de terminar el contrato, “Serenata Española” por obvias razones, regresó a España e invitó a Nelson a viajar con ellos, pero rechazó la oferta, pues su sueño era interpretar música caribeña.

Después de lo anterior, Nelson se le presentó con la tarjeta de recomendación a Eugenio “Tito” Garrote. La situación económica del cantante era lamentable; Garrote lo animó para que no se desesperara. La suerte le depararía otro destino. El empresario lo instó a grabar con la orquesta de Luis Santi el bolero de su autoría “De ti no quiero nada”, y el porro “Entre Palmeras” de Rafael Campo Miranda. No pasó nada con los temas, pero el empresario pensaba que lo mejor estaba por venir.

Hecho el empalme, Nelson le dio dos temas que llevaba, al arreglista de la Sonora Matancera, Severino Ramos, los pulió y se los entregó a Lino Frías, el pianista de la Matancera, para que le hiciera la prueba a Nelson.

Lino al piano y Nelson cantando dos veces el mismo tema fueron suficientes para que pasara la prueba de fuego. El pianista le dijo a Rogelio: “éste muchacho está en clave”! Es decir, está muy bien. Estar en clave, es estar en el ritmo, en la medida, en el tiempo preciso. Los dos temas que Nelson le presentó a Severino Ramos, fueron “El Ermitaño”, autoría de Rafael Escalona y “Momposina” autoría de José Barros. Durante un par de semanas, Nelson cantó en Radio Progreso esos dos temas, además de “Me voy pa’ La Habana” de José María Peñaranda. El estilo, el gran fraseo, la entonación y el color de la voz de Nelson, pegaron inmediatamente, y se ganó un puesto de preferencia dentro de la Sonora Matancera.

Me voy pa´ La Habana y no vuelvo más…

A propósito de lo anterior, una revista de la farándula cubana escribió: “una cara nueva muy atractiva por cierto en el staff de Radio Progreso. Se trata de Nelson Pinedo, el admirado cantante colombiano que deleita a ustedes todas las tardes a las seis con la Sonora Matancera. Un nuevo triunfo para las chicas que gustan de los artistas guapos y para la ´Onda de la Alegría´ que no pierde una sola oportunidad de brindar a ustedes muchos ritmos y canciones…”

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Santos fue la clave

Una tarde de abril de 1953, “Tito” Garrote presentó a Nelson ante los propietarios de Radio Progreso y ese mismo día tuvo la fortuna de ser presentado ante Daniel Santos y Rogelio Martínez; Nelson no se la creía. Ovidio Fernández, uno de los dueños de la Emisora le pidió a Garrote que le dejara los discos que había grabado Nelson para escucharlos por si alguna cosa. Pasaban los días y el desespero cundía en Nelson. Después de una larga semana, de la Emisora llamaron a Garrote para que llevara al colombiano. Haría la suplencia de Daniel Santos en la Sonora, que intempestivamente había viajado a México.

El éxito de Nelson Pinedo fue tan abrumador, que los patrocinadores del programa le propusieron quedarse aunque Daniel Santos regresara. Fue tal la empatía de Nelson Pinedo con el público y la fanaticada cubana, que Rogelio Martínez director de la Matancera, lo llevó a los estudios de grabación donde registró su primer tema “El Ermitaño”, el día 9 de octubre de 1953, de autoría de Rafael Escalona. “Cuando viene de la plaza algún amigo, le pregunto si habían visto a Miguel Canales; dicen que en la montaña está perdido; que tiene mucho tiempo que no sale…”

Nelson Pinedo, muy previsivo, cuando partió hacia La Habana, llevaba en su maletín varias partituras de porros. Antes de Pinedo, Luis Carlos Meyer, también colombiano, había colonizado a México con el porro “La historia”, interpretado por la Orquesta de Rafael de Paz, y en Cuba en 1944 le había grabado Israel del Pino con la sonora “Micaela”. Pero los porros que grabó Nelson Pinedo con la Matancera, ubicaron este género en un sitial de honor. Le llegaría la gloria y la fama definitiva a Pinedo Fedullo el día 18 de mayo de 1954, cuando prensó en el acetato el tema “Me voy pa’La Habana”, del autor colombiano José María Peñaranda, adaptación del tema “Me voy pa’cataca”. “Yo no soy de por aquí yo muy barranquillero nadie se meta conmigo que yo con nadie me meto…”

En total, llevó al surco con la Sonora Matancera, 50 temas de gran factura, entre boleros, porros, merengues, guarachas, chachachá, pregones, boleros mambo, garabato, bolero rítmico y son mambo. Sus temas con la Sonora son joyas de colección y fue cantante invitado de la Sonora Matancera por cuatro años y medio.

Como triunfador y con fama, regresó a Colombia en septiembre de 1954; realizó presentaciones en Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla. Parte en otra correría musical hacia Lima, San Juan de Puerto Rico y Nueva York. En febrero de 1955 con la Sonora interpreta, en la película “una gallega en La Habana”, el tema “Me Voy pa’La Habana” donde muestra todo el poder de su voz y su elegancia en el vestir. Siempre fue un gentleman, un gran amigo, un hombre cortés, muy buen conversador y portó siempre una flor en su corazón, para sus admiradores.

En La Habana, con María Udelia García procreó un hijo de nombre Nelson Jr., nacido el 30 de junio de 1956, aún vive en Cuba. Con Celia Cruz y La Sonora Matancera en abril de 1956 recorrió a Costa Rica, Nicaragua y Colombia. En octubre del mismo año estando de gira en Puerto Rico, grabó con Cortijo y su Combo, cuatro temas: “Micaela”, “Tomasa”, “Zumbador” y “Lola La Coquetera”.

Nelson realiza sus últimas grabaciones con la Sonora a fines de 1958, luego de concluir sus grabaciones viaja a México a varias presentaciones, y en medio del ajetreo artístico conoció a Irma Dorantes, la viuda de Pedro Infante y tuvieron un romance; sufrieron un grave accidente automovilístico, por lo que Nelson estuvo incapacitado durante un año y sometido a varias cirugías que trataron de borrar las secuelas faciales que dejó el accidente. Ahí se truncó el romance y los planes de Nelson de participar en la filmación de una película.

Terminado el contratiempo, es convocado a una gira en Venezuela. Allí conoce a Alba Marina Blanco, quien se convertiría en su esposa. Regresa a México y grabó con la orquesta del pianista cubano Alex Sosa, una larga duración para el sello Musart. Con Sosa no pasó nada, a excepción del bolero “Borrasca”, que fue un éxito continental. En 1962 es contratado para trabajar con Tito Puentes en Nueva York, gira que cumplió a cabalidad. Regresó a Medellín para la inauguración del Salón de las Estrellas, del Hotel Nutibara, donde alternó con el bolerista colombiano Lucho Ramírez.

De Medellín partió en una nueva gira para Perú, Chile y Argentina; regresó a México, lugar donde pernoctó y actuaba en teatros, radio y televisión. Grabó para la RCA Víctor Mexicana con la orquesta de Luis González: “Playa”, “Gotitas de dolor”, “Duda”, “Mi corazonada”, entre otros temas. Allí tiene su segundo hijo, una niña de nombre Rosalba y ya es conocido como “El Almirante del Ritmo”.

En Nueva York, en 1964, y al culminar una presentación en un cabaret, Tito Rodríguez, por interpuesta persona lo solicitó para conocerlo y felicitarlo por su sin igual fraseo y frescura de su voz. Nelson acudió a la mesa, saludó al gran Tito Rodríguez y este le propuso grabar un disco con su orquesta; a lo que respondió presuroso con un sí. El larga duración. se tituló “Un latino en América”, e incluyó “Que te vaya bien”, “Los toreros”, “Reflexión”, “Kalamary”, “Conociendo el alma”, “Nostalgia”, “Limeña”, “Secreto”, “Que cosa es el amor”, “Aquella noche “ y “Corazón”.

La larga trayectoria de Pinedo se extendió a países como Perú, Venezuela, donde adquiere la nacionalidad, sin perder la colombiana; Puerto Rico, Estados Unidos e Inglaterra. Murió a los 88 años de edad, la mejor voz masculina de la música tropical de Colombia.

Motociclistas pasaron de representar el 24% de las muertes en siniestros viales en 2001 a más del 45% en 2014

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