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Alejo y Alicia adorada

Por Marcos Fidel Vega Seña

Después de cien años de su natalicio y 30 años de su ausencia, la figura de Gilberto Alejandro Durán Díaz se erige como una de las más representativas de la música vallenata, música que los mercaderes han decidido revolver con cuanto género se les ocurre en aprovechamiento más de un consumo que de una construcción evolutiva y melódica.

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La música le venía a Alejo de sus ancestros. Según lo escribí en un artículo que se publicó en el periódico El Colombiano, el 30 de noviembre de 1997, en las páginas 6 y 7 E y luego en el libro Vallenato, cultura y sentimiento, editado por la Universidad Cooperativa de Colombia, en 2005, del cual se retomarán apartes para este texto, el abuelo del artista, Juan Bautista Durán fue un gran acordeonista, tradición que siguió Alejo y su otro nieto, Náfer Durán. Esta vez me centraré en aspectos puntuales sobre una de las canciones inmortales en la música de Francisco El Hombre: Alicia adorada.

Preludio

El Negro Grande de Colombia, el negro Alejo, como él mismo se hacía llamar, fue un artista sencillo, sin los artificios ni la parafernalia que arrastran los seudointérpretes de hoy. Fue el ganador del primer festival vallenato que se realizó en Valledupar en 1968, es decir, hace 51 años venció a los más notables acordeoneros de la época. El tema que se llevó los aplausos en esa edición del festival fue la puya Mi pedazo de acordeón. Ese sería el escenario donde Alejo, por primera vez, interpretara la mejor canción de música vallenata: el son Alicia adorada.

Cuenta Emiliano Zuleta Baquero, padre de la dinastía vallenata de los Hermanos Zuleta, que en 1968 se presentó a competir en el primer festival vallenato al lado de Alejandro Durán, Ovidio Granados y Luis Enrique Martínez, entre otros juglares. Ese día se dedicó a lo mejor que hacen los vallenatos: amenizar una parranda. En el fragor de los tragos se le olvidó la competencia, y en la plaza Alfonso López, lo llamaron en tres ocasiones a la tarima Francisco El Hombre, llamados que hacen parte de la reglamentación del concurso. Si al tercer llamado no se presenta, el concursante es descalificado. Así le sucedió al Viejo Emiliano, el legendario juglar, autor de La gota fría

En cierta ocasión que tuve la oportunidad de entrevistar a esa leyenda llamada Alejo, le pregunté: Maestro, usted fue el primer rey vallenato. En una oportunidad dijo que en el Festival lo humillaban cuando afirmaban que usted y el vallenato eran la miasma entidad. ¿Por qué dice que lo humillan?

Con su amplia y sincera sonrisa, contestó: “no lo digo porque el Festival me haya humillado. Al contrario, el Festival me ha dado realce. Lo que me humilla es el público. Con decir que yo soy lo último en vallenato, para mí eso es una humillación, porque no lo soy, ¿oyó? Yo soy un acordeonista que lo hago regular, hasta ahí, ¿oyó? Pero lo último no ha salido todavía. Entonces yo no soy lo último. La palabra “lo último” tiene muchos sentidos, y eso ya no es culpa de nosotros; eso es culpa del castellano, ¿oyó? El castellano nuestro tiene unas palabras... tiene tantos significados, y eso es problema de él”

Fuga

En 1987 la Fundación Festival Vallenato realizó el concurso Rey de Reyes. Se armó la gorda el día de la final porque el veredicto dio como ganador a Nicolás "Colacho" Mendoza y no a Alejandro Durán, como pretendía el público. El mismo Negro Grande de Colombia dijo que se había descalificado con una nota salida de tono, lo que fue tomado al pie de la letra por el jurado. Quedó la sensación de que la nobleza y grandeza de Alejo eran insuperables. Pero como lo dijeron expertos en su momento, entre ellos el periodista Ernesto McCausland, Alejandro debió ser el rey de reyes por todo lo que hizo por el vallenato; por respeto a su figura; por deferencia a su trayectoria y por sus años consagrados al folclor. En resumen, el festival selló el destino de Alejandro Durán y la canción Alicia adorada, compuesta por el también juglar, Juancho Polo Valencia.

El dolor por Alicia

Juan Manuel Polo Cervantes, más conocido en el mundo musical como Juancho Polo, nació el 18 de septiembre de 1918, un año antes que Alejo, en el corregimiento de Candelaria, municipio de Cerro de San Antonio, en el departamento del Magdalena. Cuando tenía seis meses de nacido fue llevado a Flores de María, escenario de la tragedia lírica que dio origen a su célebre composición. Leía poesía, especialmente a Guillermo León Valencia, considerado por los críticos como un poeta menor. El apellido de este autor lo tomó para su nombre musical: Juancho Polo Valencia.

Alicia Cantillo fue la mujer que inspiró a Juan Manuel Polo Cervantes para componer unas de las canciones más bellas y exitosas que ha tenido el vallenato. Alicia murió solita, en estado de embarazo, mientras el compositor e intérprete cantaba en una provincia distinta. Cuando regresó a su hogar, la encontró muerta a causa de un ataque de epilepsia. En el cementerio de Flores de María, pueblo donde vivían, se escuchó por primera vez el famoso lamento Alicia adorada, compuesta por Polo Cervantes.

Allá en Flores de María donde to´el mundo me quiere

Tanto le pido y le pido…

Las dos primeras estrofas de la canción demuestran la desesperación y la angustia por la pérdida de su compañera. Siempre la recordó en todas sus parrandas, porque se volvió bohemio y falleció con su canto parrandero y lleno de dolor. Además, la métrica utilizada por Juancho Polo era la perfecta para Alejandro Durán, que gustaba de los versos cortos, la rima de primera con la tercera y la segunda con la cuarta. Con estas medidas no solo versificaba cómodamente, sino que tenía el espacio requerido para las transiciones entre los acordes altos y bajos de su acordeón.

Como Dios en la tierra no tiene amigos, como Él no tiene amigo quien lo quiera tanto le pido y le pido, ay ombe, y se llevó a mi compañera…

Pobre mi Alicia, Alicia adorada yo te recuerdo en todas mis parrandas…

Como Dios en la tierra no tiene amigos, como uno no tiene amigos anda en el aire, tanto le pido y le pido ay ombe y siempre me manda mis males.

Pobre mi Alicia, Alicia adorada Yo te recuerdo en todas mis parrandas…

Alicia en los fuelles de Alejo

"Yo conocí a Alicia en el año 42. Y me gustaba porque era un lamento. Yo me hallaba con Juancho Polo y le decía, ‘Juancho, tócame a “Alicia”; me la tocaba, y a él se le aguaban los ojos cuando lo hacía; se veía que sentía aquello”. Las palabras son del maestro Alejo Durán, en una entrevista concedida a Marina Quintero Quintero, catedrática de la Universidad de Antioquia, amante del vallenato y directora del programa Una voz y un acordeón de la Emisora Cultural, entrevista que fue publicada en la revista Educación y Pedagogía, del alma máter, con el título Un encuentro con Alejo en la Universidad

Por su parte, Armiño Mestra Osorio, en la sección de Juglares, del portal La Vallenata, escribió que después de que Durán ganara el festival vallenato se interesó más por esta obra musical. Polo Cervantes nunca se imaginó que Alicia sería un éxito cuando se la interpretó en Barranquilla a Jaime Cabrera y mucho menos que Alejo arreglara el lamento más exitoso y grandioso de la música de acordeón, por esa nota clara y por la expresión lingüística: “Ay ombe”.

El dato que cuenta Mestra Osorio sobre Cabrera fue una de las preguntas que le formulé al maestro Alejandro Durán en la entrevista referenciada:

En la selección para grabar la famosa canción Alicia Adorada, hubo problemas con Jaime Cabrera, el de la casa disquera. ¿Cómo pueden interferir los productores para que un disco que puede ser éxito corra el riesgo de no grabarse?

“A veces por los intérpretes que no le dan el sentimiento a la pieza que deben darle. Y el problema que dicen que hubo, no existió. El problema lo quiso formar un abogado sin tener motivos, sin tener bases. Jaime Cabrera, siendo gerente de la fábrica Tropical, le compró once piezas a Juancho Polo para que las grabara quien fuera, ¿oyó? A mí me gustó Alicia, la cogí y la grabé. Después de que salió Alicia, que pegó tanto, entonces un abogado quiso sacarle plata a la casa. Jaime Cabrera llamó al tipo, al abogado y le preguntó ¿de quién es la pieza?; dice, de Juancho Polo Valencia. ¿Es mayor de edad?; dice, sí, es mayor de edad. Fue y trajo los documentos, donde constaba que él, Jaime Cabrera, le había comprado los derechos de explotación, porque no son los derechos de pieza, sino de explotación. Y se los mostró. El abogado se convenció de que eso lo había vendido Juancho Polo. Estaba registrado en la Notaría Tercera de Barranquilla”.

El juglar de siempre

Alejo Durán partió de este mundo el 15 de noviembre de 1989. Dejó a su paso una estela de música que aún no conocemos en su totalidad. El escritor José Manuel Vergara escribió el libro Alejo Durán. Es un aporte a la memoria del juglar de siempre. Y existe un buen número de artículos publicados en revistas, periódicos y portales, pero falta conocer más a uno de los artistas que marcó el rumbo de un vallenato original, exquisito, romántico y poético. Eso demuestra, afortunadamente, que no se cumplió lo que él mismo predijo en el paseo Los primeros días:

El día que, el día que yo me muriere algún resentimiento llevaré a mi lado… En este mundo voy sintiendo a las mujeres, por su servicio que me tienen dominado…

Y los lamentos del público, escucharán y los lamentos del público escucharán de sentimiento, todos se llenarán…

El día que, y el que yo me muriere algún resentimiento quizá pueda haber Este mundo voy sintiendo a las mujeres, ese es un caso que no puede suceder Y los lamentos en público escucharán de sentimiento, todos se llenarán…

Serán, serán los primeros días el día que yo muera se cierran de luto… Que yo de plazo yo le pongo 15 días en adelante no se acuerdan del difunto Y los lamentos del público se escucharán y los lamentos del público se escucharán…

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