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García Márquez, un ciudadano del universo

Por Luis Alberto Pertuz C

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La muerte de Gabriel García Márquez, nuestro Nobel de literatura, cumplió en el mes de abril (1927-2017) su quinto aniversario. Merece un análisis a su vida y obra literaria.

La partida de García Márquez, consternó el primer orden a sus familiares, amigos, admiradores y lectores. Encontramos en este personaje un mundo de ilusiones que ha deslumbrado al universo por su rica narrativa, justamente ese mundo mágico y oral que contribuyó a alentar aquellos viejos juglares de la leyenda de música de acordeón, precisamente fueron los que el Gabo logró transformar en literatura, hoy conocemos más de cerca de su majestuosa obra literaria.

Su partida nos deja como legado las enseñanzas periodísticas, cuentísticas, narrativas y cineastas, pero eso sí, desde la tónica de haber sido expresadas y transcritas con ese don y sentido del humor que lo caracterizó; su equilibrio sólido para narrar y que pocos escritores poseen, y que él fluyó desde muy joven, afrontando situaciones ante un mundo lleno de indiferencias, sus glorias y vicisitudes, sin ser llevado e influido por algún interés en el mundo político u otras, a pesar de que se lo insinuaron.

Fue un personaje dotado de muchos privilegios en cuanto a ser creativo, decisivo y perseverante en sus proyectos de vida, su humildad y nobleza, la invasión de la fama ante el premio nobel, no lo inmutó. Por eso la Aracataca de su niñez se convirtió en la esencia para moldear su narrativa, podíamos decir, empieza a revelarse el gran escritor orgullo del Caribe costero y de América.

Nos llama la atención cuando transcurría el año 1982, pendientes del premio Nobel adquirido, en el que diserta en aquel entonces, que los escritores de esta parte del mundo han tenido que pedirle muy poco a la imaginación, y culmina expresando al mundo sobre el tamaño de la soledad de América Latina, condenada por los grandes dueños del poder, a la opresión, el saqueo y el abandono.

Sus obras perduraran en las sucesivas e infinitas generaciones de lectores. Además de escritor y periodista, fue un ser humano muy querido, respetado y excepcional, por su posición como escritor, no solo comprometido con las letras y el arte; fue una figura que en el campo político y social; levantó su voz; fue un acérrimo defensor de la parte social, frente a los desventajosos, como también en los diálogos de paz.

Defendió nuestra identidad nacional, como podemos observar, en el caso del Río Grande de la Magdalena, un río sin orillas, que hizo parte de su narrativa que inspiraron El amor en tiempos del cólera y el General en su laberinto. Poco antes de recibir el premio, Gabo fue quien volvió a llamar la atención sobre la importancia del río Magdalena en la vida nacional al tiempo que advertía su avanzado suicidio colectivo.

Su primera novela La Hojarasca (en 1955 escribió diez más), novela corta que sirvió a García Márquez de impulso y calentamiento para crear un nuevo mundo complejo doce años después de su obra cumbre: Cien años de soledad.

Haber escrito en el exterior (Reino Unido), La mala hora y El coronel no tiene quien le escriba, le costó criticas como la de ser antipatriota, cuando todo lo que escribía era referente a Colombia y América. Leer a un personaje de estas dimensiones en más de cincuenta millones de lectores en cuarenta idiomas, no es cosa fácil que haya logrado un escritor en el mundo durante los tiempos contemporáneos, y como prueba Cien años de soledad, considerada una obra maestra de la literatura hispánica, fuese incluida en los cien mejores libros del siglo XX, dos años después la Real Academia Española que le concede el premio, lo compara con Faulkner y Honorato de Balzac. Con razón Carlos Fuentes al leerlo decía que estábamos frente a un nuevo Cervantes.

Cien años de soledad relata la historia de siete generaciones de la familia Buendía en Macondo, de ese árbol genealógico que suele incluirse en todas sus ediciones: las mariposas amarrillas, la muerte de José Arcadio, las lluvias incesantes de cuatro años, la soledad, la peste, el insomnio y la amnesia, son los conceptos que abanderaron este realismo mágico de Gabo.

Qué lastima que haya generaciones que desconozcan la vida y obra literaria de García Márquez. Será que existe poco hábito por la lectura, la desidia o la flojera, nos lleve a ser pobres en conocimientos literarios, convirtiéndonos en un pantano de ignorancia, paradójico a un océano de conocimiento, o si quiera que se hayan leído un texto, ahora, después de su muerte, se dispara una vertiginosa venta de sus textos en las librerías. ¿Ahora es cuando vamos a conocerlo y leerlo?, ¡qué pena! La literatura no es solo asunto de profesores de literatura o español, es de lectores, con hábitos de lectura, pasión por la literatura, dones que puede poseer cualquier ciudadano dentro de la cultura de elite, aquellos que la encumbran desde los niveles primarios, secundarios y universitarios, además, los autodidactas, carentes de aquellas facetas.

Obra musical garciamarquiana

Me ha llamado mucho la atención la parte musical de este personaje, que combina su faceta narrativa con la música. De su vida personal se conoció que tuvo una excelente voz para cantar vallenatos y tocar caja. Cuando recibe el premio nobel en Estocolmo, quienes lo acompañan fueron los hermanos Zuleta Díaz representantes del verso sentimental y parrandero, que graban en ese mismo año el vallenato nobel, y Totó la Momposina, que interpreta nuestra memorables cumbias.

Encontramos también que entre sus cuentos Ojos de perro azul, es tomado por el abogado de la salsa Rubén Blades, un fragmento de dicho cuento, que lo interpreta en una salsa. Shakira tampoco escapa cuando le brinda la banda sonora de su orquesta, como fondo musical en una de sus obras llevadas al cine. En la década de los 80, la orquesta Los Graduados interpreta la popular canción Úrsula cien años, cantando Gustavo Quintero. Nuestro crédito del folclor, el finado Pablito Flórez, en uno de sus últimos cumpleaños, amenizó con muchos porros sinuanos, su onomástico, bajo los acordes de la cuerda pulsada, (guitarra).

Culminando este recorrido meritorio de infinita admiración y respeto, donde los medios de comunicación social, hablados y escritos del mundo, hayan resaltado su insigne y laureada obra. San Pelayo no escapa cuando hace presencia con la banda sinfónica del folclor pelayero, dirigida por el extinto doctor Edgardo Hernández Galván, conmemorándose los cincuenta años del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, en honor a Víctor Nieto. Lo tuvimos muy de cerca, le interpretamos y regalamos muchos porros tradicionales, llevando consigo nuestra música vernácula. Hecho ocurrido el 26 de febrero en la Plaza de la Aduana Cartagena de Indias, en el año 2010

Este servidor, habiendo conocido la vida y obra literaria, de García Márquez, se inspiró en una creación musical denominada El escritor, (cuatro estrofas y un coro), en ritmo paseo, y que circula en youtube, desde el 26 de abril de 2014, cantando las excorista de las Diosas del Vallenato, la pelayera, Guillani Hernández, es una muestra más que la creatividad pelayera, se sigue conectando con el mundo para el caso que nos ocupa, con el Nobel de la literatura.

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