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Disidencias sexuales y de género en crisis política Perú

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Divina Lujuria

Divina Lujuria

Escribe: Santiago Balvín1

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Ser una disidencia sexual o pertenecer a la diversidad sexual, puede hacernos ocupar ciertas experiencias de vida que nos interpelan. Desde la propia discriminación, hasta la violencia y los abusos que sufrimos por existir. Sin embargo, no nos preguntamos por qué esta crisis política en Perú la encarnamos de otras maneras. El fascismo existente en toda Latinoamérica y su avance, es una problemática que viene más allá de pensar que solamente son partidos, personas o ideologías políticas. Esto deviene de algo mucho más estructural que son las matrices de poder que ponen a ciertos grupos en la otredad y otros en la hegemonía. La dictadura cívico militar de Dina Boluarte es un gran ejemplo de ello, ya que la forma más violenta de represión histórica que han pasado muchas luchas sociales, es el silenciamiento y la masacre en cada rebelión, en cada momento de alzar la voz para protestar e ir en busca de vivir una vida digna.

En ese sentido, algunas colectivas como Rosa Rabiosa, entre otres activistas LGTBI y colectivos de regiones que desde el inicio de esta dictadura, tomaron una postura de salir a las calles a alzar su voz por la forma en como se vino dando el proceso de vacancia y los discursos racistas de un congreso que buscaba mantener en la estigmatización a personas de territorios fuera de la capital. Son mucha las razones que existen en esta toma de acción frente a esta crisis política. Max Lira de la colectiva Rosa Rabiosa menciona que existe en su colectivo una consciencia de clase social, ya que la población de disidencias sexuales y de género ha sido blanco de violencias por no ser le típique hombre blanco heterosexual, padre de familia, profesional, etc. Además, que su colectiva la conforman personas racializades que, pues, no solamente han sido marginadas por su sexualidad, sino por un sistema económico, por el racismo, por el sistema de salud y educativo. Por ello, existe una consciencia de que hay poderes o grupos de poder a quienes no les importa perpetrar violencias estructurales, como los ecocidios (Ejemplo: Derrames de petróleo por parte de REPSOL en el mar peruano y desde hace décadas en la amazonía del Perú) porque ven a la naturaleza como objetos y recursos que pueden usar y desechar. Lo cual pasa de manera similar con las mujeres y las disidencias sexuales, quienes son vistes como cuerpos para el entretenimiento, para posesión y descarte. Y que, en base a esa consciencia de clase, se decide actuar frente a una crisis política que deviene de formas de violencias estructurales que no son visibles si no se recorren las experiencias de vida de cada población históricamente vulnerada.

Por otro lado, otra problemática que se encuentra en la participación de personas LGTBI dentro de las luchas sociales que vienen protestando frente a la dictadura cívico militar de Dina Boluarte, es el centralismo que vivimos en el Perú. Ya que una mayoría de organizaciones de disidencias sexuales que salen a protestar o quienes han asistido a estas protestas son más de regiones como Junín, La Libertad, Cusco y Arequipa, mientras que en Lima aún no hay netamente una coalición de disidencias sexuales marchando frente a esto. Se pueden notar espacios feministas de luchas populares donde hay disidencias sexuales, activistas independientes. Sin embargo, no existe un bloque unificado de personas LGTBI protestando. Max Lira nos comenta nuevamente, que esto también puede tener una razón la cual viene por el descontento hacia Castillo, ya que ni él, ni su partido tuvieron agendas que apoyaran a la población de disidencias sexuales o de diversidad sexual, sino que incluso sus discursos políticos eran homolesbobitransodiantes. Además, nos mencionó también que muchas veces se tiende a estar dentro de un gueto, en vez de tener una visión más estructural de lo que viene ocurriendo en nuestro país con todos los sistemas de poder. Con todo esto, hemos visto anteriormente que existen similitudes en la forma en cómo operan para reprimir, silenciar, corregir y castigar a quien quiera transformar esta situación y la policía es una de las entidades, corporaciones, poderes, que sirve para mantener el status quo de estos grupos de poder. Esta institución (la policía nacional del Perú) nos ha perseguido, criminalizado y violentado históricamente a las disidencias sexuales o diversidad sexual. Esta misma institución se junta con quienes hoy ostentan el poder, un poder fascista que quiere normalizar la violencia frente a luchas justas. Max Lira nos comenta que desde su colectivo, lo que les gustaría que cambie, es el terrukeo indiscriminado hacia quienes levantan su voz contra este gobierno, ya que esto genera antagonismos y polarización entre la población. El uso de este término por parte de congresistas, incluso de la misma dictadora, revive heridas y estigmatización hacia personas fuera de capital. Además, del contenido racista y clasista en la que este viene operándose, haciendo uso de la fuerza desmedida de la policía para sembrar y detener arbitrariamente a personas que vienen de regiones hacia la capital para protestar. Por otro lado, Max nos menciona que una forma de romper con estas estructuras de poder, sería tener la humildad de poder escucharnos y hacerle frente al conflicto de manera dialogante entendiendo que existen cuestiones básicas a implementar de acuerdo a las necesidades de cada población.

1 Santiago Balvín, es bachiller en arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería. activista transmasculine no binarie. Perteneciente a la colectiva “Rosa Rabiosa” y a la “Coalición de voces por la equidad y la paz”, donde participa como actor social en el monitoreo de políticas públicas, avances y problemáticas sobre la situación de personas transmasculinas y no binarias en Perú. Actualmente lleva una especialización en Metodologías de la Investigación en Clacso. Cofundador del Club de Lectura Trans.

Escucharnos y sentirnos, es como podremos encontrar la historia de une en le otre para desmantelar las contradicciones de estructuras de poder que vienen precarizándonos y generando tristeza en nuestros cuerpos, todo esto nos atraviesa a todes de distintas formas y es muy importante generar tejidos entre quienes queremos el cambio no solo para nosotres sino para les que vienen. Luchar es político, luchar no debería costarnos la vida a ningune.

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