5 minute read

Divina Lujuria

El pasado once de junio del año pasado, ocurrió un momento histórico e histérico tanto en mi vida, como en la de otras artistas trans limeñas. Ese día se llevó a cabo la presentación de mi poemario Lucifer & los 7 8 pekados kapitales, una obra poética que fue fruto de muchos años de lucha y desafíos personales, así como de heridas y dolor presentes en mi vida y mi cuerpo desde que migré a Buenos Aires, hasta el mismo año pasado en que concluí esta obra (2018 – 2022). Teniendo en cuenta todo el proceso que tuve que atravesar para concluir, publicar y presentar Lucifer, ameritaba un espectáculo de grandes proporciones para mostrarlo al pequeño mundo limeño, aunque hubiera podido ser más apoteósico todavía; sin embargo, las condiciones y recursos con los que contamos las artistas trans son escasos y limitados todavía.

Lucifer, se presentó en el Galpón Espacio ubicado en el distrito de Pueblo Libre, con una noche cargada de arte, travestismo y mucha lujuria, que tuvo por nombre “Cabaret Infernal La Divina Lujuria”, en homenaje y referencia a la Divina Comedia de Dante Alighieri, obra que ha sido bastante relacionada con mi poemario, dado a las figuras y espacios que se desarrollan en él. El cabaret infernal empezó con presentaciones de artistas invitadxs como Luna Lacra, Emperatriz, Samantha Braxton y Jessie Icone, quienes abrieron el espectáculo. Luego de ello, el artista ilustrador Holy Drako, realizó un ritual que daría paso a la presentación de Lucifer como personaje interpretado por mí.

Advertisement

Tanto en la obra poética, como en la puesta en escena, Lucifer representa esta chica trans que antagoniza al supremo dios de la tradición cristiano-judía. Cubierta en luz roja, y teniendo como fondo musical una canción donde la intérprete reclama “querer ser solo una mujer”, inician las acrobacias aéreas. Vistiendo un body rojo de latex que cubría hasta mi cabeza, aparezco detrás de las telas, reclamando mi lugar en el cabaret infernal. Después de realizar varias piruetas, suspendida en el aire y al ritmo de la música, empiezo a descender de lo alto, mientras en todo el escenario se escucha mi voz recitando, “Entonces se erigió desnuda la bestia…”, mientras me despojaba del vestuario para revelar el cuerpo detrás de la demonia. Así, Lucifer abría paso a los 8 pekados kapitales que se representarían esa noche, los cuales se desarrollan en el poemario.

El cabaret, contó con la conducción de la Duquesa de Anjou, escritora y poetiza que usa este seudónimo y quien también colabora en el poemario, con un poema de cierre titulado “Una dulce venganza”. La Duquesa procede a leer los textos introductorios de cada pecado, los cuales preceden a cada interpretación colaborativa que realicé esa noche junto a otras artistas de la Casa de la Lujuria e invitadas. El espectáculo continúa con la interpretación de la Gula, pecado en el cual decido “comer y beber hasta enloquecer”, como recita el poema. Al ritmo de una canción de Hija de Perra, inicio un ritual sexual con comida, el cual abre un círculo visual de los ocho pecados en el orden como se desarrollan en el libro.

Luego de interpretar la Gula, el escenario cambia de color, dando paso al clásico tema musical “Material girl” de Madonna, es así que aparezco en escena ataviada de joyas, un vestido de gala y una corona, como se indica en el poemario, declamando el texto dedicado a la Avaricia. Al concluir el texto, las luces se apagan y se vuelve a poner de color rojo para dar paso a uno de los pecados más importantes del infierno, la Lujuria. Aparece en escena la Sinsonera, quien al muy estilo cabaret nos demuestra el poder del deseo a través de un doblaje en vivo de la canción “Acaríciame” de María Conchita Alonso. La interpretación de este pecado concluye con un striptease que realicé sobre un columpio improvisado con las telas del escenario.

La noche se encendió cada vez más por el poder de la lujuria, dando paso a la presentación de la Vanagloria, interpretada por Luchi Ei (Luis Bejarano), con un número de danza contemporánea libre que dejó deslumbrado al público. Este número se cierra con el recital del poema dedicado a este pecado, que realicé esa noche. Posteriormente, aparece la Ira, interpretada por la escritora y artista escénica Gretel Warmicha, quien realiza un show al rojo vivo de twerking, al ritmo de otra artista trans. Espectáculo propicio para dar paso a mi interpretación de la Ira, luego de leer parte del poema que lleva el mismo nombre, presenté un show de doblaje de la canción “Pissed Away” de la banda Suck3r Pvnch, en el cual aparezco con una piñata en forma de guitarra eléctrica, la cual terminé destruyendo, como parte de la performance. Al concluir este acto, se inicia la interpretación de la Pereza, la cual es representada con un show de travestismo y drag a cargo de @ Bebitaquefuerte, quien nos ofrece un show con la canción “Europa” de Mónica Naranjo. Luego de ello, vuelvo a aparecer en escena sentada sobre un columpio improvisado con las telas, sobre el cual procedo a leer el poema dedicado a este pecado y haciendo una breve interpretación del tema musical “siempre es viernes en mi corazón” de Alex Andwanter, cuyas letras se encuentran incluidas en el poema original.

La Divina Lujuria estaba por cerrar y solo quedaban dos pecados que mostrar. La Soberbia recita: Nosotras crearemos el futuro… Somos nosotras quienes tra(n)scendemos, mientras la artista trans Viktoria Ríos nos regala un show de vedette, muy a su estilo. Luciendo un vestuario clásico y espectacular como lucían las grandes vedettes de los noventas, haciendo un merecido homenaje a las artistas de cabaret que nos precedieron. Este acto se cierra con la declamación del poema que lleva ese mismo nombre (Soberbia). Para cerrar el ciclo de interpretaciones de los ocho pecados capitales incluidos en mi poemario, aparezco en escena con un kimono rosado y un parasol en la mano, leyendo parte del poema dedicado a la Tristeza y realizando un lipsync de la canción “Antes de ti” de Mon Laferte. La gente queda fascinada cuando a mitad de la canción, abro el parasol y mágicamente quedo cubierta en confeti de color dorado, como una lluvia de pétalos brillantes que quedará grabada como la imagen de una película, en la memoria de quienes nos acompañaron esa noche tan especial.

Pero, ¡ahí no acaba todo!, luego de cerrar las presentaciones de los pecados, decido quitarme el kimono, debajo del cual llevaba puesto un atuendo propio de los shows tradicionales de cabaret, con el cual interpreté la versión en castellano de la canción “La vida es un cabaret” de la grandiosa Liza Minelli y procedí a presentar una a una a las artistas que me acompañaron esa mágica noche. Es así como cerré la presentación de mi poemario, así como también una temporada de arduo trabajo y dificultades que se presentaron en el camino ese año, después de concluir la publicación del libro. Si bien este relato sobre lo que fue esa noche, es emocionante y suena sencillo, debo contar que el trabajo que requirió la producción de semejante evento, fue duro y más difícil para una artista trans como yo. Muchos espacios artísticos, además de elitistas, suelen ser clasistas y transfóbicos, muchas veces tenemos que lidiar con acciones injustas y desmerecedoras de nuestro trabajo, así como trabas y actitudes de mas injustas y segregacionistas. No obstante, las personas trans, especialmente las mujeres y feminidades trans, somos luchadoras y conchudas, y no vamos a permitir que este mundo desmerezca nuestras vidas, nuestro trabajo, ni nuestras existencias, pues hasta en el arte nos toca luchar el doble.

Dicho esto, deseo dedicar esta crónica y agradecer a través de ella a todas las artistas, sobre todo trans, que hicieron posible que el Cabaret Infernal se llevara a cabo. A su vez, hago un llamado a todas las personas que trabajan en el mundo artístico, para que apoyen nuestro arte no solo a través de plataformas y redes sociales, sino que también generando trabajo e incluyéndonos en sus proyectos escénicos. De más está recordar que, nosotras vivimos en un estado de emergencia permanente, sea cual sea el contexto vigente. Y, a pesar de eso, les y nos damos la posibilidad de creer que la vida es un cabaret sin más… Vamos al cabaret!

This article is from: