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Los sueños de esta puta artista

Sé que he mencionado el trabajo sexual en varias ocasiones durante este artículo, pues sí, es un trabajo que a muchas nos cuesta / ha costado la vida. Estoy preocupada por mí, por nosotras, en lo que tendremos que hacer para vencer las adversidades frente a coyunturas cada vez más complicadas. El arte, por otro lado, es un campo de batalla arduo. En él, tenemos que batirnos a duelo con el elitismo y el progresismo, que cada vez se vuelven más intensos y descarados. Y esquivar la hipocresía de aquellos, hetero sabelotodo, que consideran que nuestra poesía es solo un juego de palabras de alguna trans. Pero no es así, nuestros poemas son gritos, reclamos, porque estamos hartas de todo, pero también tenemos miedo de terminar muertas, aunque a veces lo deseemos con ansias, en secreto. Las experiencias que atraviesan tu cuerpo te hacen más sabio, es por eso que hemos aprendido tanto, a mentir, a callar, a correr, a saber en donde esconderse, a saber qué hacer para conseguir dinero, a compartir comida con otras chicas trans, a poner por encima de nuestra realidad, la empatía. Pero créanme, todas estamos pasando problemas, y es una señal. Debemos intervenir en todos los lugares con nuestra existencia, desafiando las reglas del género, desobedeciendo las normas de los hombres y sus estados, debemos seguir poniendo el cuerpo, en el arte, sobre todo. ¡Gracias por existir, mocatrices!

“Yo creo que hay un gran futuro allí afuera. Con muchas cosas maravillosas”, dice Gretel y nos lleva a la historia de sus sueños. El mensaje suena alentador. “Pienso en mis sueños y en lo abandonados que los he dejado…”, recita. Estos versos nos llevan instantáneamente a la imagen de una película, donde Gretel es Gretel, y tiene sus revelaciones filosóficas. Veo a Gretel caminando con una maleta hacia Hollywood, y yo detrás de ella caminando las mil millas y en tacones. A mitad de camino, Gretel se para en seco y me empieza a contar con pena que dejó olvidados sus sueños, por intentar sobrevivir. Pero claro, al final, nadie sobrevivirá a la muerte, ese es un buen motivo para perseguir nuestros sueños. #Dreamgirls

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Por cierto, la escena que narro en el párrafo anterior, era una propuesta cinematográfica para la secuela de “Sin vagina me marginan”. En esta secuela, el sueño de la Barbie cambiaría; ya no querría casarse, esta vez, ella solo querría llegar a Hollywood. Así que, con la Microbio, esta vez estarían dispuestas a mucho más de lo que imaginan, con tal de lograr nuestro objetivo. Ojalá algún día podamos encontrar al productor y lograr la anhelada secuela xD

Gretel cierra el poema, con este verso: “Mis ilusiones y deseos están encerrados donde el agua dejó de ser azul, se ha TRANSformado en un hediondo pantano. Y los sueños, heridas son”. Demostrándose una vez más su lado brillante, y su lado oscuro, porque para brillar, se necesita oscuridad. Puesto que los diamantes más brillosos, estuvieron cubiertos por barro alguna vez. El arte proviene del poder de creación, es ahí donde debemos situar nuestro ahínco, en crear nuevas posibilidades. Que esa sea nuestra trinchera. Sueños de toda artista supongo…

¿Eres hombre?

¿Eres mujer?

Típica pregunta, agresiva, invasiva e impertinente, sobre todo violenta. ¿Cómo respondería Gretel esa pregunta?, pues como era de suponerse. Ella dijo, ¡Ninguno!, y todas quedaron confundidas, algunas se atacaron. Pero, es bastante común que chicos y chicas trans-travestis, no estemos interesadxs en seguir siendo lo que la sociedad determina como hombre-mujer. En este poema, la autora se une a la causa de abolir el género.

“Hace años dejé de ser humana, hoy soy lo que quiero ser”, continúa Gretel, llevándonos a la posibilidad de tra(n)scender a nuestra animalidad. Después de todo, no hay animales más salvajes que los humanos.

NO ME HAGAS PREGUNTAS SOBRE MI CUERPO, concluye Gretel. Estoy segura que muchas veces hemos pensado esto, o por lo menos alguna vez. Esta sociedad es muy violenta, desde niña me enseñó que, si estás indefensa y sola, corres grave peligro.

Para cerrar esta segunda parte de la antología, Gretel nos regala los poemas “Soledad” e “Imparable”, títulos que de por sí representan un Yin Yang. Y pues, Soledad es una carta que la autora decide remitir a la mismísima soledad, llevándonos a su lado más íntimo, el que comparte consigo misma. Por otro lado, Imparable es una promesa de sobrevivir para y con Cereza. ¡No les spoileo más! ¡No pueden perderse esta antología!

No puedo cerrar esta primera parte de mi reseña, sin agradecer a todas las artistas trans que me / nos han precedido. Gracias a cada una de ustedes, y a todas las mujeres que han permitido que este camino sea más llevadero. También agradezco a Gretel por permitirme compartir su poesía, no solo con un afán cultural o de contenido, sino más bien político. Gracias por leer y esperen la segunda parte.

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