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Stonewall, las protestas y la lucha en las calles
Reseña del libro “Stonewall: El origen de una revuelta” por Martin Duberman (Ed. Imperdible, 2018. 426 páginas).
Escribe: Julio Lossio
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Duberman (Nueva York, 1930), historiador graduado en Yale y doctorado en Harvard, publica este detallado estudio sobre Stonewall el año 1994, al conmemorarse los 25 años de la revuelta en el bar de la Av. Christopher Street en Nueva York.
El libro está organizado en torno a 6 personajes a los que sigue desde su infancia hasta llegar a la participación de cada unx de ellxs en la revuelta y en las acciones posteriores: Craig Rodwell, miembro radical de la Sociedad Mattachine, fundador de la librería Oscar Wilde Memorial y cabeza de la primera marcha del orgullo de la historia; Yvonne Flowers, profesora afroamericana; Karla Jay, doctora en Literatura miembro del colectivo feminista Redstockings; Sylvia Rivera, dedicada a la prostitución en Times Square desde los 11 años, fundadora de Street Transvestite Action Revolucionaries (STAR); Jim Fouratt, ex seminarista, actor, hippie y manifestante antiguerra; Foster Gunnison Jr., privilegiado primogénito de una familia rica.
Seguir la historia detallada de cada una de estas personalidades, bastante diferentes una de otra, nos permite dar una mirada a 3 décadas de la historia estadounidense: los años de postguerra, el crecimiento económico, el racismo, el machismo, la homofobia institucionalizada y las desigualdades, hasta llegar a los convulsos años 60 en donde movimientos anti belicistas, feministas, antirracistas y pro gays se encuentran (y desencuentran) en la lucha por sus derechos. El Black Power, como se llamó, con la figura preponderante de Martin Luther King (MLK) fue la vanguardia de las batallas por los derechos civiles. Quizá es buen momento para recordar sus luchas.
El boicot a los buses
En 1955 el arresto de la costurera y activista Rosa Parks, por negarse a darle su asiento a un hombre blanco y moverse al fondo del bus según las leyes de segregación existentes en Alabama, motivó la organización de un boicot contra los buses en la ciudad de Montgomery (Alabama). Para ello implementaron un sistema por el cual quienes tenían autos los compartirían o prestarían para trasladar a grupos que no tenían, y los taxistas que apoyaban el boicot bajaron sus ta- rifas para que el costo por persona sea igual al pago en los buses. También se utilizaron bicicletas, carretas, mulas y se realizó una colecta por el gasto de los zapatos para quienes no tenían otra opción que caminar. El boicot duró 381 días y fue un éxito. Culminó el 20 de diciembre de 1956 cuando la Corte Suprema declaró inconstitucional las leyes que exigían la segregación en los autobuses y la ciudad aprobó la ordenanza respectiva.
Las sentadas
En julio de 1958 en Kansas un grupo de 20 estudiantes de entre 15 y 20 años asistieron a un restaurante segregacionista y solicitaron ser atendidos. Al negárseles la atención permanecieron ahí ocupando las mesas. El hecho se repitió por tres semanas. Al ser llamada la policía esta no se implicó aduciendo que no había ningún desmán. Ante los perjuicios económicos los propietarios de la cadena decidieron eliminar su política de segregación racial. El hecho no fue difundido por la prensa.
Ocurrieron otras sentadas exitosas en varios otros lugares pero que acabaron rápido. Hasta que en febrero de 1960 en la localidad de Greensboro en Carolina del Norte una sentada en un restaurante, que empezó con 4 estudiantes se extendió por varios meses a varios otros negocios llegando a participar más de 1000 personas.
En paralelo, en la localidad de Nashville, Tennessee, se iniciaron sentadas también en febrero del 60 con grupos de hasta 350 estudiantes, pero, a diferencia de lo que ocurrió en otros lugares, contramanifestantes blancos intentaron retirarlos violentamente. Al llegar la policía arrestó solo a los estudiantes que protestaban. Estos arrestos atrajeron mucha prensa y produjeron la congregación de 2000 personas en apoyo a los arrestados. En abril una carga de dinamita fue arrojada por la ventana de la casa del abogado que defendía a los estudiantes. Esto provocó una manifestación de 4,000 personas cuestionando la actuación del alcalde en la segregación y en la violencia generada. (En YouTube hay un video sumamente interesante sobre lo que ocurrió en Nashville: https://youtu. be/vn0ralZM6hc).
Los Viajeros de la Libertad
Como una forma de llamar la atención por el incumplimiento en algunos estados del sur, de las sentencias de la Corte Suprema que eliminaba la segregación racial en los buses, el 4 de mayo de 1961 varios grupos interraciales se embarcaron en buses que partirían de Washington DC y atravesarían los estados sureños de Georgia, Alabama y Misisipi. Uno de los viajantes afroamericanos se sentaría en la fila delantera del bus y los demás estarían diseminados sin respetar la ilegal segregación. Los buses fueron atacados violentamente por supremacistas blancos en varias ciudades. Algunos de los buses fueron quemados con la complacencia de la policía que además arrestaba a los viajeros. Los heridos y arrestados eran reemplazados por otros viajeros. Fueron arrestados más de 300 Viajeros de la Libertad. Esto y los ataques atrajeron la atención de la prensa y del presidente Kennedy. Se realizaron más de 60 Viajes de la Libertad. El público norteamericano pudo conocer lo que significaban las normas segregacionistas del sur y la violencia de los supremacistas.
La marcha sobre Washington
En junio de 1963 John F. Kennedy presentó al Congreso una Ley de Derechos Civiles para la población afroamericana considerada una de las más avanzadas de la historia, pero fue frenada por el Senado. La propuesta de hacer una marcha de los 4 Suyos norteamericana ya se había pensado desde hacía mucho tiempo atrás. El poco avance en logros concretos pudo por fin cohesionar a muchas agrupaciones defensoras de derechos para poder realizarla ese año. Finalmente se anunció a la prensa el 2 de julio. Kennedy habló favorablemente de la marcha el 17 de ese mes diciendo que se planificaba una marcha pacífica, aseguró la cooperación de la policía y asignó una persona del Departamento de Justicia a tiempo completo para coordinar con los organizadores. La meta fue reunir al menos 100 mil personas. La fecha definida para la concentración en el Monumento a Lincoln en Washington fue el 28 de agosto de 1963. Desde unos días antes las estaciones de buses, trenes y aviones de algunas ciudades como Nueva York o Birmingham se abarrotaron con las personas que se dirigían a “La Marcha sobre Washington”. Se congregaron alrededor de 250 mil (!) personas. Fue el día del discurso de Martin Luther King conocido como “Yo tengo un sueño”.
En noviembre de 1963 JFK fue asesinado. Su sucesor, Lyndon B. Jhonson, consiguió aprobar la Ley de Derechos Civiles, en julio de 1964, luego de una ardua labor en el Senado en donde sus mismos partidarios, senadores demócratas del sur, intentaron bloquearla con interminables discursos, que en total duraron 83 días, mientras transaban entre ellos (hay dos películas sobre esto, una es “All the way” de HBO con Bryan Cranston y la otra “LBJ” con Woody Harrelson que se puede ver en YouTube: https://youtu.be/I44lmbp3yeQ).
Marcha de Selma a Montgomery
Sin embargo, la Ley era débil en cuanto a su implementación, de manera que en los siguientes años se realizaron diferentes manifestaciones para pedir complementarla, mejorarla o exigir su concreción.
La marcha de Selma a la capital de Alabama, Montgomery, iniciada el domingo 7 de marzo de 1965 (luego llamado el “domingo sangriento”), fue para, entre otras cosas, exigir eliminar la prueba de alfabetismo que la Ley de Derechos Civiles imponía al derecho al voto (Diana Uribe te lo explica aquí como comentario a la película “Selma”: https://youtu. be/yG-nrmd4Vn0). En resumen, unas 600 personas empiezan una marcha pacífica de 87 kilómetros y son reprimidas por la policía y contramanifestantes blancos que matan a uno de los activistas y dejan heridos a muchos. La televisión difunde ampliamente los hechos y empiezan protestas y acciones de desobediencia civil. La marcha se reanuda el 9 de marzo pero tampoco llega a su destino. El 17 de marzo Lyndon Johnson presenta al Congreso la Ley de Derecho al Voto. La marcha se reanuda el 21 de marzo custodiados por el ejército. Miles se van uniendo hasta llegar a unas 25 mil personas que son las que ingresan a Montgomery el 25 de marzo. El Senado aprobó la Ley el 26 de Mayo de 1965.
Este era el contexto en el que empiezan a aparecer las organizaciones contra la discriminación por orientación sexual en los Estados Unidos. En esos años nace el concepto del “Black Power”. Hay que añadir que en febrero de 1965 es asesinado Malcolm X, una figura controversial en el activismo afroamericano que criticaba las propuestas pacifistas de Martin Luther King. En 1966 aparecen los Panteras Negras con una propuesta más claramente violenta en la lucha por los derechos civiles. En abril de 1969 militantes afroamericanos armados tomaron edificios del campus de Cornell denunciando el racismo institucional de la Universidad.
MLK es asesinado en abril de 1968. Aquí un video de un discurso en donde termina diciendo “Soy negro y estoy orgulloso”: https://goblackcentral.com/2013/01/the-martin-luther-king-you-rarely-hear/
Y un apunte cultural, en agosto de 1968 James Brown lanza su canción “Dilo fuerte, soy negro y estoy orgulloso” (aquí la pueden escuchar: https://youtu.be/4hj1iWqoYEc).
Stonewall
El 17 de diciembre de 1965 se realizó una protesta frente a la Casa Blanca para llamar la atención de los derechos de los homosexuales. Fue realizado por la Sociedad Mattachine de Nueva York y Washington, la Janus Society de Filadelfia y la delegación de Nueva York de Las Hijas de Bilitis.
La Sociedad Mattachine, la primera organización estadounidense en luchar por los derechos de los homosexuales, se había formado en 1950 y a lo largo de los años había creado filiales en varias ciudades del país pero a comienzos de los 60 se dividieron y desaparece la organización nacional. La más importante de todas, la de Nueva York era bastante conservadora, priorizaba sus contactos y trabajos con el poder de turno, negándose generalmente a acciones públicas que llamaran la atención. Sin embargo había voces que pedían acciones más decididas.
Tomando la idea de la protesta del 17 de diciembre, Craig Rodwell, miembro de la Sociedad Mattachine de Nueva York, organizó lo que se llamó Los Recuerdos Anuales, manifestaciones frente a la Casa de la Independencia de Filadelfia, realizadas todos los 4 de julio, para informar y recordar de los derechos civiles básicos que no disfrutaban los homosexuales. El primer recordatorio se realizó en 1965, el último en 1969, serían reemplazados por el desfile del orgullo los 28 de junio para recordar lo ocurrido en Stonewall.
Como sabemos, el espontáneo enfrentamiento violento con la policía en el bar Stonewall de la Calle Christopher Street en Nueva York, empezó en la madrugada del sábado 28 de junio de 1969. De las seis personas que sigue el autor estuvieron presentes en ese momento Craig Rodwell (que tuvo la determinante idea de ir a una cabina a llamar a los diarios), Jim Fouratt (que llamó, en vano, a sus amigos heteros radicales a quienes había apoyado en sus marchas antibelicistas y desegregacionistas) y Sylvia Rivera (se dijo después que Sylvia había iniciado la revuelta arrojando la primera bomba molotov, pero una nota a pie de página recoge una entrevista en donde ella dice: “de la nada habían aparecido cócteles molotov. Me ha sido dada la autoría del lanzamiento del primer cóctel molotov por muchos historiadores, pero yo siempre he querido corregirlo; ¡yo lancé el segundo, no el primero!”). Muchxs heridxs y varixs arrestadxs.
La amplia cobertura de la noticia en la prensa escrita y en la televisión ese sábado, hizo que muchas personas más se congregaran en la noche para ver lo ocurrido con el bar.
“Algo parecido a un carnaval, a una fiesta multitudinaria, se estaba congregando desde primeras horas de la noche frente al Stonewall. Mientras que algunos gays más mayores y conservadores con pantalones chinos y suéteres los contemplaban con cautela, y algunos con desaprobación, desde las aceras, las “estrellas” del enfrentamiento de la noche anterior reaparecieron para posar con divinidad frente a los fotógrafos; las manos cogidas y los besos se extendieron como la pólvora; los vítores y los aplausos lideraban el grupo con gritos de “Gay Power”; y los coros alineados cantaban repetidamente los versos de “Somos las chicas del Stonewall”” (pp. 289-290)
Varias unidades antidisturbios aparecieron y se reiniciaron los enfrentamientos. Pero esta vez había mucha más gente.
“Miles de personas estaban ahora atestando las aceras [...] en varias partes del grupo a la vez, se desataron los infiernos. Marsha P. Johnson, la amiga de Sylvia, trepó hasta lo alto de una farola y arrojó una mochila con algo duro a un coche patrulla aparcado justo delante, haciendo pedazos su parabrisas” (p. 290).
Pero no todos estaban de acuerdo con lo que venía ocurriendo en el Stonewall:
“Quienes estaban satisfechos, o al menos habituados, al status quo preferían minimizar o desdeñar lo que estaba ocurriendo. La mayoría de los gays más ricos, que tomaban el sol en Fire Island o en los Hamptons cada fin de semana, ni siquiera oyeron hablar de la revuelta y la ignoraron [...] o se enteraron tarde en las noticias. Cuando lo hicieron, tendieron a describir los acontecimientos de Stonewall como “lamentables”, como la locura de unas “reinonas horteras” que lanzaban piedras. [...] De hecho algunos gays más mayores, no solo los ricos, se posicionaron incluso con la policía, alabándola por la “contención” que habían mostrado al no emplear más violencia contra las amotinadas” (P. 293)
Miembros de la Sociedad Mattachine, que tenía sus oficinas detrás de la calle del Stonewall, tildó los acontecimientos de “horribles”. El domingo colocaron en la tapia delantera del bar:
“COMO HOMOSEXUALES SUPLICAMOS A NUESTRA GENTE A QUE POR FAVOR AYUDEN A MANTENER LA PAZ Y UNA CONDUCTA TRANQUILA EN LAS CALLES DEL VILLAGE - MATTACHINE” (p. 295).
La noche del domingo los propietarios del Stonewall limpiaron y abrieron. La gente volvió a bailar. Lunes y martes no hubo mayores enfrentamientos aunque algunos les tiraban cosas a los policías cercanos. Pero el miércoles 2 de julio,
«Quizás como resultado de la publicación ese día de dos páginas enteras del Village Voice sobre los disturbios, una muchedumbre de varios miles de personas se reunió en la zona. Los contenedores volvieron a arder, y las botellas y las cañas de cerveza volvieron a volar hacia los maderos [...] la acción se acompañó con gritos radicales de “¡Cerdos hijos de puta!”, “¡Violadores de maricas!” y “¡Gestapo!”» (p. 297).
Un par de días después, el 4 de julio, en Filadelfia, se realizó lo que todos los años era la pacífica manifestación del Recuerdo Anual. Pero el sentir era completamente otro. Ya no era suficiente caminar en círculos (“hombres en traje y corbata, mujeres con vestidos, a pesar de los 35 grados de calor” p. 298), en silencio y con pancartas, para reclamar derechos.
“Quizás el Recuerdo Anual tenía que desplazarse simplemente a New York, pero, al contrario que el Recuerdo, no se perfilaría como una silenciosa petición de derechos, sino como su abierta demanda. Craig pensó entonces un nombre adecuado y así fue: el Día de la Liberación de Christopher Street”. (p. 300)
Luego sería conocido como la Marcha del Orgullo.