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‘¿TIENES EXPERIENCIA?'

“El síndrome del piloto intermedio” es cuando piensas que puedes con casi todo pero todavía te falta mucho por aprender. Es un punto crítico en el proceso de aprendizaje de un piloto ya que la ambición puede ser superior a las habilidades. El piloto estadounidense Nik Hawks (150 horas, tres años de vuelo) describe lo que esta fase crucial de aprender a volar ha significado para él

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Estoy en el despegue, viendo hacia el valle. A lo lejos, la superficie del lago tiene una buena textura que me afirma el viento que se avecina.

El sol ha estado brillando lo suficiente para calentar el suelo con la energía que necesitamos los pilotos de vuelo libre. Dos halcones encontraron una térmica bajos en el valle, la giran y suben sin parar. Hay ciclos en el despegue, lo que indica que hay térmicas. ¿Se me olvida algo? Aquí estoy, con unas 150 horas de vuelo, preguntándome qué más podría decirme el mundo acerca del día.

A pesar de estar ansioso por despegar, de sentirme confiado y cómodo en mi zona de vuelo, la confianza y la comodidad ya no son los elementos de seguridad que eran antes. Aprendí a ver la confianza con cuidado y a la ansiedad con recelo. Cuando me relajaba y me sentía “libre”, aprendí que es muy fácil sentirse demasiado libre y podría traer consecuencias graves.

Tres accidentes el año pasado me enseñaron que querer ir al límite en este deporte es mucho más arriesgado que cualquier otro deporte que haya probado. Pero aquí sigo vivo, entusiasmado, listo para comprometerme a volar.

La mayoría de los accidentes se deben a la falta de preparación del piloto, ya lo sé. Ya sea porque no se prepararon adecuadamente, porque no prepararon el equipo, porque tomaron una mala decisión o porque dejaron de entender las condiciones, el piloto es casi siempre el problema. Es muy raro que un equipo bien mantenido y al día falle en pleno vuelo. Hasta ahora no he sabido de ningún accidente de vuelo libre que no haya podido evitarse preparándose mejor. Así que, ¿cómo me preparo para las próximas 150 horas?

A principios de año, había establecido cuatro aspectos en los que debía mejorar, más o menos en orden. Muchos pilotos nuevos e intermedios sienten la tentación de saltar al tercero o incluso al cuarto. Saltar etapas en este deporte parece la forma más peligrosa de abordarlo. Léelos y ve si en lugar de saltarte pasos, podrías desglosarlos aún más para que progreses.

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Foto: Nova

1ra parte: Escuchar

Nosotros, los pilotos con cien horas estamos delante del síndrome del piloto intermedio, ese lugar en el que pensamos que nuestras habilidades son superiores a lo que son en realidad y todavía no tenemos la experiencia suficiente para saber en qué fallamos. Confiamos, sin estar necesariamente conscientes, en los pilotos más experimentados para que nos digan los peligros que podríamos pasar por alto.

Gran parte de mi preparación para esas 150 horas siguientes será recordar escuchar a los pilotos más experimentados. Podrá parecerte obvio, mientras lees esto sentado, que escuchar es parte importante del vuelo, pero piensa en cuántas veces no has escuchado el briefing de la zona porque ya lo has escuchado o cuando saliste a volar sin preguntar la opinión de los pilotos.

Cuando nosotros, los pilotos no tan pichones, llegamos a un punto en el que tenemos suficiente experiencia para evaluar aspectos básicos del vuelo, puede que nos olvidemos de todo lo que todavía no sabemos. Somos los intermedios, los

tontos sabios del aire y lo mitigamos solo al estar conscientes de ello. Los pasos que sigo para ello es ser un buscador proactivo de conocimiento. Si hay un briefing en la zona, lo escucho. Si hay alguien más en el despegue, le pregunto lo que piensa y lo que ve, los peligros que puedan haber. Si no hay nadie, me tomo más tiempo para evaluar lo que puedo ver y lo que sé del día.

Lo anterior - nadie en el despegue - no sucede mucho. Vivo en una de las comunidades de vuelo más activas de Estados Unidos y casi siempre hay alguien conmigo. Para que te des una idea, volé 161 días en 2018 y solo dos de ellos volé solo.

Entiendo que el que no haya nadie hace que volar lejos pueda tener más consecuencias si sucede algo. Para mí, es un riesgo que tomo en cuenta cada vez como un peligro adicional. La idea de evaluar el riesgo y reconocer las consecuencias son mayores pero el riesgo probablemente sea el mismo, es parte importante del vuelo.

Cada piloto asume la responsabilidad del resultado cada vez que despega. A medida que avanzo por mi lista de cosas por mejorar durante las próximas 150 horas, notarás que la última es intentar dominar la actividad. Para ello, me trazo metas de distancia. Como yo lo veo, en el vuelo de distancia es más probable volar solo incluso si partes acompañado y tienes planes de volar con otros pilotos. Volar local solo forma parte de mi preparación para los momentos en los que me encuentre volando solo en la inmensidad del cielo.

La idea de volar solo pareciera ser fundamental en la preparación para dominar la disciplina. No es un requisito pero algo que no deba evitarse.

ACCESO A TODO Brian Cork vuela la Swift 5 de Ozone, una EN-B ligera , en Kaena Point, Hawaii. Cuando empiezas a volar distancia, será inevitable encontrarse solo, tomando decisiones acerca de adónde ir después. Tener confianza en ti mismo, en que puedes evaluar el terreno y el clima y que puedes controlar el ala es crucial; de otra forma, aterrizarás

Foto: Jorge Atramiz

2da parte: inflados, maniobras y aterrizajes

Esa puede que sea la parte más fácil de saltarse porque implica practicar cosas en las que ya somos buenos Yo empezaré con los inflados.

A pesar de las llamadas de atención de muchos expertos para seguir practicando inflados, es raro ver a otros pilotos intermedios en mi lugar de práctica. Estamos muy ocupados volando. Después de todo, hacemos parapente para volar. A pesar de que la comparación sea injusta, practicar inflados es una de las formas más seguras y fáciles de mantener la conexión con el ala. Practica volar en configuraciones diferentes y trabaja en mejorar el despegue y las técnicas para “matar” la vela.

Los mejores pilotos locales que conozco siguen practicando inflados. El otro día Chris Cote, piloto local que hace distancia y tiene varios récords locales, estaba en la zona de vuelo de costa de Torrey Pines, haciendo inflados en condiciones fuertes y dando el ejemplo a los menos avanzados que practicar inflados debe seguir siendo una técnica para progresar.

Para ello, pienso practicar inflados una hora por cada cinco que vuele, o una vez por semana, lo que venga primero.

Los siguientes aspectos fundamentales son lo básico del vuelo. A pesar de lo tentador que es enganchar la térmica de servicio, girarla hasta arriba y cruzar el valle, este año seguiré trabajando en algunas maniobras muy básicas. Una de las cosas más fascinantes en las que quiero trabajar es en algo que Ziad Bassil dijo en su blog: La habilidad de controlar el cabeceo únicamente con el acelerador.

El año pasado, estuve trabajando en controlar el cabeceo con los frenos. Como parte de mi progresión segura dentro de mi síndrome de piloto intermedio, busco tener las mismas habilidades y controlar el cabeceo solo con el acelerador. A pesar de que me siento más cómodo acelerando en transición, enfocarme en controlar el cabeceo con el acelerador pareciera ser una de las mejores formas de mejorar la sensación acelerado.

Los wingovers, el control del cabeceo, las barrenas y orejas son parte del trabajo de progreso “rutinario” que haré este año. Asegurarme que esas maniobras estén frescas en la memoria muscular pareciera una parte vital para afrontar este periodo de intermedio de forma segura.

Por último, trabajaré en mis aterrizajes. Afortunadamente, en San Diego tenemos tanto el lugar como las condiciones para practicar aterrizajes en el despegue una y otra vez y quiero usar cualquier opción disponible para mejorar. Aproximar haciendo una paralela larga, aterrizar con viento de lado, hacer aterrizajes de precisión y controlar la tasa de descenso para tocar el suelo con los pies en vez de usar el tren de aterrizaje como amortiguador son mis metas para este año.

Para ello, me fijaré la meta del día antes de volar: “Hoy trabajaré en lo fundamental” en vez de “Hoy voy a trabajar en mis habilidades de XC y cruzaré el valle y regresaré”.

ESCOGE TU RUTA Gran parte de volar es aprender a interpretar el terreno, el cielo y lo que hace el clima. Puede que sea fácil en un lugar que conozcas bien, pero apenas te alejes de un lugar que conozcas bien, las cosas pueden cambiar rápidamente. Ponerte a prueba es importante para mantenerte comprometido con el deporte, pero desarrolla tus habilidades antes de querer sobrepasar tus ambiciones

Foto: Jérôme Maupoint

3ra parte: Entender el ambiente

Dependiendo donde aprendas, el clima puede ser parte vital o insignificante de la curva de aprendizaje. Sí, sé que los pilotos más experimentados se espantan con la idea de que el clima sea visto como algo insignificante. Aun así, con tanto que aprender solo para volar y si vives, como yo, en un lugar donde se vuelan casi 300 días al año, se hace fácil confiar en que las condiciones no cambien lo suficiente para justificar más investigación.

Esta idea de entender más el microclima y aprender del clima sinóptico y a mesoescala es algo que he identificado como parte importante para mi progreso en las próximas 150 horas.

Con planes y sueños de volar distancia, entender el clima se hace mucho más importante. Desde ver dónde podría formarse una nube de convergencia, hasta ver qué hace el viento en altura, el potencial de sobredesarrollo y el potencial del día, aprender a leer el clima en la zona del sur de California está entre lo primero de mi lista para esta próxima etapa.

Mi plan de acción para ello tiene dos partes. Primero, aprender por inmersión. Quiero participar en los videos de interpretación del clima de nuestro club y al ver cómo los pilotos avanzan en este tema, hacer los míos.

Segundo, quiero escribir un diario de clima antes y después de volar. Después de evaluar el clima antes de volar, escribiré mis previsiones y después del vuelo compararé esas previsiones con la realidad. Con tan solo prestar atención cada día, debería construir una base firme rápidamente acerca de cómo funciona el clima en la zona.

APRENDER Competir es una buena forma de desarrollar habilidades y de ser más ambicioso

Foto: Marcus King

4ta parte: Dominar la actividad

Esta es la parte a la que temo que la mayoría de los pilotos saltarán directamente a medida que empiecen a tener el síndrome del piloto intermedio; la atracción increíble a los vuelos de distancia. Los vuelos de distancia vienen con lo que a tanto le gusta a muchos pilotos (ingenieros): ¡números! Qué tan lejos, alto, cuánto tiempo, quién aterrizó, nuevos lugares. El vuelo de distancia ofrece una variedad de zonas para explorar con números mensurables. Cazar números hace que progresar parezca más fácil y seguro de lo que es.

Mientras que podría parecer seguro empezar por romper la marca de 10km, hacerlo sin haber dominado los primeros tres pasos pareciera tentar la suerte innecesariamente.

Querer pasar los 10km y buscar volar 25, 50 o 100km parece un avance lógico, pero en esa lógica está el riesgo oculto de hacer un vuelo de 10km por suerte y no por estar preparado.

Como dijo Einstein, “No todo que puede contarse cuenta, y no todo lo que cuenta puede contarse.” Con ello no quiero decir que no deberías apuntarle a más de 10km, sino que en cambio identifiques de forma clara lo que cuenta para ti. En cuanto a mí, trabajaré en desarrollar pasos entre cada marca de distancia que me hagan volver a practicar los primeros tres pasos.

Quizás después de volar 10km escribas acerca de tu experiencia en ese vuelo y después la compartas con alguno de los locales. ¿Qué pasaste por alto? ¿Tuviste suerte? ¿Dónde acertaste? ¿Cómo puedes mejorar?

No se me ocurre un vuelo que le haya contado a un amigo experto en el que no haya algo que haya pasado por alto, algo que no hubiera podido hacer mejor que no haya identificado para mejorar. ¡Imagínate lo que implica!

Al volver a comprometernos constantemente en estar conscientes de donde estamos en nuestro progreso basado no solo en nuestra propia evaluación sino en la de los demás, los pilotos intermedios tenemos la oportunidad de hacer que el deporte sea mucho más seguro para los intermedios y el gran honor de construir una cultura a través del vuelo libre para buscar dominar la actividad intercambiando conocimientos.

Espero que superes la etapa intermedia de forma segura. ¡Nos vemos en el aire!

Nik Hawks, 42, vive en San Diego, EEUU y vuela una Carrera+ de Gin y un Lightness 3 de Advance

EN CASA Si vuelas siempre en un mismo lugar, tómate el tiempo para observar el clima y aprender

Foto: Marcus King

‘EL VUELO SATISFACE MUCHAS DE MIS NECESIDADES’

Nik escribió este artículo hace un año, enero de 2019. Un año después, lo contactamos para ver cómo le había ido y si le había sido fiel a sus resoluciones y metas...

Nik, tu artículo está lleno de buenas ideas. ¿cómo estuvo tu año de vuelo en 2019? Bueno, volé mucho menos: 52 horas comparadas con 107 en 2018. Tuve más trabajo y volé menos. Pero no tuve accidentes en 2019. Lo gracioso es que tuve más miedo. Después de los tres accidentes en 2018, tuve mucho más cuidado volando y como volaba menos, empecé a tener más miedo. Esto pareciera haberme hecho volar más seguro, pero si tuviera que adivina diría que me divertí más volando en 2018 a pesar de los tres accidentes y el miedo que generaron los mismos que volando en 2019. Ahora tengo un poco más de 200 horas y empiezo mi cuarto año de vuelo.

Al volver a leer el artículo un año después, ¿hay algo que te llame la atención? Las cosas que no indagué tanto de clima y no practiqué una hora de inflados por cada cinco de vuelo, quizás fue más 1 por cada 10. Tampoco hice ningún vuelo de distancia. Sí hice un par de salidas de vuelo y acampé, que fueron geniales pero no fueron vuelos de distancia. Debido al trabajo, mi progreso y mis metas de vuelo se vieron afectados. Sigo estando de acuerdo que lo mejor es escuchar y buscar consejos de otros pilotos cada vez que puedas. En cada briefing, en cada discusión de clima, cada vez que un piloto describe el cielo, especialmente el mismo cielo en el que volaste; son formas fantásticas de aprovechar el tiempo para aprender del vuelo.

¿Cómo te fue con el diario de clima? Sigo pensando que es una buena idea, simplemente no lo hice. Casi todos los días estaba bajo algún tipo de presión para regresar al trabajo o para cumplir con algún compromiso no relacionado con el vuelo. El diario de clima es lo más fácil de olvidar.

¿Después de otro año de vuelo, te sigues considerando un piloto intermedio? ¿Cuánto tiempo crees que dura ser ‘intermedio’? Probablemente sea piloto intermedio por otra década. Si vemos el “intermedio” subdividido en tres etapas, creo que superé la primera y más fácil de las etapas al estar cómodo con un ala en una zona de vuelo determinada. Todavía tengo por delante mucho tiempo para adquirir experiencia. No hay otra forma. He visto a algunos pilotos cercanos a mí mejorar rápido, pero hay un límite en cuánto se puede aprender. Para adquirir experiencia hay que invertir mucho tiempo. Mi meta principal para 2020 es volar en diez lugares nuevos para adquirir más experiencia.

¿Alguna otra reflexión? Algo que me quedó claro este año, cuando la pasión alocada inicial por el vuelo pasó a ser un amor y disfrute duradero, empecé a preguntarme: “¿Cuántos años de vuelo me quedan?” Pareciera que a los 70, la mayoría de los pilotos piensan en retirarse. A mis 42 años, serían un poco menos de 30 años de vuelo. Esto me ayuda de dos formas.

Primero: no siento la necesidad absoluta de volar todos los días. Si las condiciones no son geniales, puedo quedarme en tierra y ver el cielo. Tengo tiempo. Si salgo a volar como loco solo para exprimir un día marginal, podría costarme meses recuperarme de un accidente, ya sea mental o físicamente. Perder meses no valen la pena un día marginal.

Segundo: sabiendo que tengo 30 años parece un recordatorio para tranquilizarse y saborear cada día. Pienso en todo el tiempo en el que me apresuré a este lugar donde puedo volar, literalmente. Volar es una búsqueda que satisface tantas de mis necesidades más profundas, que me reta, que me ha dado buenos amigos, que me da la oportunidad de construir una comunidad, una razón para entender más el ambiente.

Saber que tengo apenas 30 años es un argumento importante para sumergirme en cada momento, para saborear esa sensación efímera de esta sensación humana. Espero que los que lean esto se sientan igual, que estamos tan enamorados con comprometernos con el vuelo que nunca olvidaremos la dicha de haberlo encontrado.

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