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Monte Canigú

CASTELNOU Boris Thysebaert volando sobre Castelnou con Canigó al fondo

Fotos: Jérôme Maupoint

Monte Canigó

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El monte Canigó se encuentra entre la montaña y el mar en los Pirineos orientales. Jerome Maupoint fue con algunos de los mejores pilotos de paramotor en Francia a explorar la región

Antes del confinamiento, en la transición entre el invierno y la primavera, Jerome Maupoint abandonó su aguilera de montaña en los Alpes franceses del norte y fue al sur, a los Pirineos orientales. Junto a él, estaban tres pilotos franceses de paramontor conocidos: Laurent Salinas, Boris Tysebaert y Laurent Assié. El objetivo: probar la nueva ala de paramontor Vantage 3 de Gin y volar entre las montañas y el mar.

“El lugar está justo entre Canigó y Perpiñán y era febrero”, cuenta Jerome. “Una época perfecta - es primavera en el Mediterráneo y todavía invierno en la montaña”.

Con 2784m, Canigó domina el horizonte. Está a menos de 50km del Mediterráneo y se pensó en una época que era la montaña más alta de los Pirineos y puede verse desde las llanuras de Francia así como desde Cataluña en España.

De hecho, dos veces al año, en febrero y octubre, gracias a un juego de luces que se refractan al atardecer permiten, si está despejado, verlo desde Marsella a 250km en la costa del Mediterráneo.

La montaña tiene un significado simbólico para los catalanes y cada año el 23 de junio, la víspera del día de San Juan, se enciende la Flama del Canigó en la cumbre. Se hace una vigilia toda la noche y se encienden antorchas de la llama para hacer una cadena de fogatas por los Pirineos orientales. Durante el año, la cruz de la cumbre se adorna con la bandera catalana que ondea su espíritu de independencia entre España y Francia.

“Hasta ahora, no había tenido buenos días para volar ahí”, cuenta Jerome. “Lo que lo hace especial es que este extremo de la cadena conecta las montañas con la costa. El paisaje consiste principalmente de colinas redondeadas, pero siempre está el Canigó al fondo.

“Y en febrero, las laderas nevadas hacen que el paisaje sea más hermoso. Siempre había querido volar ahí y Laurent Salinas también lo tenía en mente, volar en la montaña y en la costa al mismo tiempo”.

Añade, “Laurent era el más experimentado del equipo. Fue campeón mundial a principios de la década de 2000 y el compañero de exhibiciones de Mathieu Rouanet. Laurent Assié es un joven que está aprendiendo rápido y fue campeón francés en categoría triciclo monoplaza el año pasado. Además, está Boris Thysebaert un aspirante serio a los primeros lugares de las competencias mundiales de paramotor. Todos tienen pasión por el vuelo, no solo por la competencia”.

CUMBRE DE LA PERFECCIÓN Ida y vuelta matutino de 40km a Mont Helena con una vista impresionante de Canigó

El equipo se instaló en el Gîte de Canterrane, una casa rural con su propia pista de despegue. “Pasé cuatro días con Laurent y los demás vinieron el fin de semana. La Canterrane es una casa fantástica, completamente remodelada perdida en la naturaleza. Es un antiguo molino sobre el río Canterrane”.

El aeródromo de Canterrane (etiquetado piste LF6660 en las cartas de navegación francesas) tiene 230m de largo y es un aeródromo oficial de ultraligeros. Se puede despegar en cualquier dirección, dependiendo del viento, con vista a la costa mediterránea o a Canigó.

“Un vuelo clásico es al pueblo de Catelnou”, explica Jerome, “uno de los pueblos más bonitos de Francia”. El departamento de turismo local le dice a Castelnou “el pueblo más hermoso de Francia” y con razón. El pueblo medieval del siglo X fue abandonado en el siglo XVII, pero fue restaurado junto al castillo en el siglo XIX. Se encuentra en una colina a apenas 20km al suroeste de Perpiñán, cerca de la frontera, y es un atractivo turístico. Desde el aire, puedes olvidarte que existe el siglo XXI, al menos un rato.

FINAL DE TARDE Acrobacia al atardecer sobre las colinas en La Canterrane

Mientras que cualquier día del año se puede volar bien con buen clima, las mejores opciones son a final de invierno o en otoño. “Es clima del mediterráneo, así que dicen que hay 300 días de sol al año”, dice Jerome, “aunque no se puede volar cuando sopla la tramontana”.

Tramontana es un nombre genérico para un viento de norte en el Mediterráneo y proviene del latín que significa “de más allá de la montaña”. En los Pirineos orientales es un viento fuerte, frío y seco que viene del norte; es similar al mistral pero sigue un corredor diferente. Se crea por una diferencia de presión entre la alta presión sobre el Atlántico o el noroeste de Europa, y una baja presión sobre el golfo de León en el Mediterráneo: el aire con alta presión fluye hacia el sur, acumula velocidad mientras se encauza por los Pirineos, trayendo consigo frío y condiciones ventosas.

El resto del tiempo, el sol brilla en esta parte hermosa de Francia, que la hace perfecta para pasar unos días volando en paramotor. “Además del vuelo, hay senderos para bicicleta de montaña, la buena gastronomía por la que es famosa Francia y muchos pueblos para explorar tanto en la montaña como en la costa”. Y por supuesto, siempre está Canigó.

Para volar desde el aeródromo de La Canterrane, contacta a Marc Coffinet a coffinet@yahoo.fr o inscríbete en canigouairlines.com

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