6 minute read
Renace Castelluccio
Renace Castelluccio
Advertisement
En el corazón de los Apeninos en el centro de Italia, Casteluccio fue en una época un paraíso del vuelo libre. Pero dos terremotos devastadores en 2016 destruyeron el pueblo. Actualmente, está volviendo a florecer, cuenta Laura Loewel
Cuando lo único que oyes es el sonido de las líneas de tu ala que zumban mientras flotas relajado sobre las praderas a menos de un metro; cuando la brisa laminar a final de tarde te lleva por el paisaje liso y suave teñido de las tonalidades cálidas del sol que se oculta; cuando... ¡Empecemos desde el principio! En un día soleado de agosto, la doble tracción estaba metida y el vehículo empezó a moverse. Bienvenidos a Piano Grande, Casteluccio, en el centro de Italia.
Los neumáticos del Land Rover se enterraban en la carretera que serpenteaba por los campos hacia su destino: Fontanile, al oeste de Castelluccio a unos 1700msnm, es uno de los despegues principales de la zona. La última colina pendiente empinada debe subirse a pie, pero vale la pena porque se revela la impresionante vista del Piano Grande (llano grande): una meseta amplia con praderas rodeadas de colinas y montañas.
A media mañana, ya se había disipado la típica niebla matutina, justo a tiempo para despegar. La ventana es bastante corta en la mañana: a mediodía, las condiciones pasan de suaves a exigentes. Pero llegamos justo a tiempo y las térmicas se desprendían regularmente y pronto estábamos en el aire camino a la nube.
Una vez altos, los pilotos experimentados pueden volar por toda la meseta, cruzar praderas, colinas suaves y las laderas empinadas del monte Vettore (2476m) para después sobrevolar el pueblo de Castelluccio y por último apuntarle al aterrizaje en el centro del Piano Grande. Nuestro grupito se dirigió hacia el oeste por la ladera remontando y planeando, mientras el vario cantaba suavemente dentro de las térmicas mientras girábamos hasta base de nube una y otra vez.
Los terremotos
En el mundo del vuelo libre, Castelluccio, a unos 180km al noreste de Roma siempre había sido un lugar para soñar. El Piano Grande es una meseta amplia a unos 1200m rodeada de colinas y montañas de hasta 2400m. En el extremo de estas praderas extensas y floridas el pueblo histórico de Castelluccio se sitúa de forma pintoresca sobre una colina, coronando el valle. Pero si vez de cerca, verás que es una región que ha sido literalmente sacudida.
“Temblaba tan fuerte que no lograba levantarme de la cama”, dice Alexander Groegeder, de 40, que dormía la noche del 25 de agosto de 2016 cuando empezó un terremoto de 6.0. Durante más de dos minutos, las fuerzas de la naturaleza hicieron sentir su poder en la zona. Después, hubo silencio.
“Nunca había experimentado tanto silencio”, recuerda Alex. “Todo estaba absolutamente en calma, ni se oían grillos. Daba miedo”. Parecía que el tiempo se había detenido, cuenta.
Como si el poder destructivo de agosto de 2016 no hubiera hecho suficiente daño, otro terremoto de 6.5 destruyó el lugar dos meses después el 30 de octubre, justo antes del invierno. Si los edificios históricos como la iglesia habían soportado los temblores de agosto, ahora sí cedieron.
Tristemente, no mucho ha cambiado desde entonces. Castelluccio, ubicado en el epicentro del terremoto, fue destruido en gran parte. Las horas, días y semanas que siguieron fueron un estado de emergencia. Afortunadamente, no murió nadie, pero en un instante 120 personas se quedaron sin hogar.
Incluso hoy en día, años después del terremoto, hay soldados vigilando el centro del pueblo para protegerlo de vandalismo y saqueos. Algunos edificios se han estado reconstruyendo poco a poco, pero el avance es lento. La gente todavía no ha podido regresar a sus casas.
“Perdimos todo”, cuenta Giuseppe ‘Peppe’ Caponecchi, de 57 años. Peppe creció en Castelluccio; toda su familia es del pueblo cuya historia data de la época de los romanos. Con lágrimas en los ojos recuerda cómo su hogar, su bar y su pueblo fueron destruidos en 2016.
Hoy en día, conserva algunos recuerdos para los invitados: un reloj de pared que dejó de funcionar a las 3:42am; una pintura de Castelluccio pintada por su esposa la noche antes del terremoto salpicada de vino tinto como si fuera una advertencia y un libro del pueblo antes de ser destruido.
La esperanza de Peppe ahora son los pilotos. “Todo el mundo venía a Castelluccio a volar”, dice. “Y actualmente los pilotos siguen siendo nuestro futuro”. Su bar ahora es su proyecto principal: “Es para lo que vivo”.
Empieza la reconstrucción
Mientras tanto, se construyeron techos planos modernos en la entrada del antiguo pueblo. Los restaurantes y bares locales atienden a los pocos turistas mientras que el centro del pueblo tiene pocos signos de vida pública, incluyendo a los granjeros que venden especialidades locales como lentejas, queso, jamón y trufas.
Además de la agricultura, la gente sigue viviendo del turismo. En junio y julio, el Piano Grande parece de otro mundo: como una acuarela, el llano brilla de todos los colores. Los campos están llenos de vida con flores que atraen a cientos de turistas.
En 2018, la escuela y tienda de vuelo ProDelta encontró una nueva sede bajo los techos planos. Claudio Papa es el dueño. Tiene una camiseta que dice, “Castelluccio - Paraíso del vuelo libre”, y es lo más importante para él.
Claudio le da a los pilotos información y mapas gratis. “Aquí puedes volar libre, adonde quieras, sin tener que pagar”, dice. Tiene más de 50 años y ha llevado la escuela desde hace 30.
Castelluccio lo tiene todo. Puedes hacer un vuelo excelente a final de mañana, jugar frente a Fontanile o mirar de cerca el pueblo desde el aire. Durante la parte más fuerte del día, relájate en el quiosco cerca del aterrizaje, saborea un expreso italiano con los demás pilotos y después revisa el viento y sube al despegue de tarde después de almorzar.
Dependiendo del viento, puede que termines frente al monte Vettore, por ejemplo. Con viento O/SO puedes estacionarte a un lado de la carretera, subir 100m a pie y remontar hasta el pico a 2400m. Serás recompensado con una vista impresionante de toda la cordillera, lagos
escondidos y naturaleza que se pierde de vista. Todos los días, los pilotos se encuentran en la escuela de vuelo a las 9am para subir en el transporte que cuesta €6 hasta Fontanile. En julio y agosto, la zona es para pilotos experimentados. En septiembre y octubre, es perfecta para principiantes. En invierno, la nieve cubre el valle y no se vuela.
Si el clima no deja volar, hay mucho que descubrir, a caballo o a pie. Si buscas adrenalina, hay rafting y barranquismo cerca. También, a una hora en auto al noreste de Sarnano, hay otro sitio de vuelo que con influencia del clima del Adriático y generalmente se vuela cuando no es posible en Castelluccio.
Mientras tanto, la reconstrucción del pueblo avanza lentamente, confirma Claudio Papa. El pueblo tiene hospedaje para unas 50 personas y se puede acampar en las afueras. Pero los veranos son cortos, las rutas de transporte están lejos y faltan recursos financieros por parte del gobierno. La pandemia del coronavirus solo ha hecho las cosas más difíciles.
Sin embargo, los geólogos no anticipan más terremotos en Castellucio en un futuro cercano, dice Peppe Caponecchi. “Se ha liberado la presión”.
Cuentan con que este año y los que vienen los pilotos vuelvan a llenar el cielo como lo hacían anteriormente en el verano. “Nuestro futuro son los pilotos”, dice Claudio Papa, y Peppe Caponecchi está de acuerdo.
VUELA EN CASTELLUCCIO
Hospedaje: monteveletta.it, agriturismosenari.it, lavalledelleaquile.com y villatardioli.misterino@gmail. com
Despegues: Monte Veletta, 1614m, SE-NO; Forca di Presta, 1600m, O-NO y E; Vettoretto, 1400m, O-SO; Fontanile, 1700-1800m, E-S-O-NE, es el despegue principal; La Rotonda, 1421m, NO-O; Monte Serra, 1744m, SO; Rifugio Perugia, 1520m, O-SO; San Pellegrino, 1350m, O-SO; Tabellone, 1640m, O-SO.
Aterrizaje: En cualquier lugar en Piano Grande menos en los cultivos. El aterrizaje oficial está al lado de Sibillini-Ranch con un quiosco y mangas de viento
Más info: Escuela de vuelo ProDelta, prodelta.it