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Editorial
from Revista AQUA 246
REVISTA AQUA L a acuicultura nació de un fuerte espíritu emprendedor de parte de quienes la impulsaron. La actividad en sí es toda una innovación que, en alrededor de 40 años, se ha transformado en un rubro potente y de enorme importancia para la alimentación humana a nivel mundial. Ello ha quedado demostrado en esta pandemia del Covid-19, donde los cultivos marinos han podido continuar operando al ser considerados como esenciales en los diversos países donde se estas tareas se realizan. Y es que el desarrollo de la acuicultura no para. Los progresos se dan unos tras otros y hoy son muchas las empresas que, con una visión de futuro, están proponiendo soluciones que, mediante la aplicación de avanzadas tecnologías, buscan dar paso a una nueva actividad, más eficiente y, por sobre todo, más sostenible. En esta edición de Revista AQUA, enfocada en las tecnologías que marcarán el futuro del sector, se da cuenta de proyectos que están tomando fuerza, principalmente, en Noruega, y que buscan instaurar nuevas formas de producción a través, por ejemplo, de instalaciones cerradas o semi cerradas donde se ofrezca a los peces un ambiente propicio para su desarrollo (con una buena calidad de agua) y que se haga cargo de los desechos que se suelen generar.
También se da cuenta de nuevas tendencias que se están instalando con fuerza en el Hemisferio Norte, como la producción offshore, donde hay empresas que han pasado de la ficción a la realidad, operando ya centros de cultivo en mar abierto, apoyados con tecnologías y sistemas adaptados a estos nuevos requerimientos. Se cree que tanto la producción en alta mar, como la engorda en tierra son tendencias que, aunque presentan desafíos, seguirán escalando en diversas partes del mundo. Asimismo, se puede ver un enorme interés de parte de empresas salmonicultoras por avanzar en conceptos como “transformación digital” y todo lo que tiene que ver con automatización a lo largo de la cadena de producción. Son varias las compañías –como Grieg Seafood y Mowi en Noruega, y Camanchaca en nuestro país– las que han declarado estar trabajando en potentes estrategias en este ámbito. Los acuicultores chilenos deberán estar muy atentos a estos cambios. Y es que, según los expertos, en el contexto actual, el que no se renueva simplemente queda atrás. Habrá que estar pendientes de aquellas tecnologías que puedan ayudar a la industria a ser más competitiva en los mercados internacionales, así como de aquellas que puedan impulsar una operación más sustentable, permitiendo su viabilidad a futuro y una competencia en mejores condiciones con quienes proveen de productos del mar desde otras latitudes. Para avanzar en esta camino, la actividad tiene un capital importante: una red de proveedores internacionales que está siempre dispuesta a ofrecer sus más importantes avances al sector, así como una red de proveedores nacionales que realizan constantes esfuerzos por estar siempre a la vanguardia y que han estado desarrollando soluciones que hoy compiten exitosamente a nivel global. Un apoyo importante aquí ha sido la conformación del Club Innovación Acuícola que, desde Puerto Varas, está pensando e ideando, con un fuerte sentido de colaboración, las soluciones que la industria chilena necesita –hoy y mañana– para asegurar su éxito y continuidad.