9 minute read

Dr. Fernando Mardones, académico de la Escuela de Medicina Veterinaria de la UC

Next Article
Editorial

Editorial

“La vigilancia epidemiológica es clave para

las enfermedades”

enfrentar

EL CIENTÍFICO Y ACADÉMICO DESTACA EL MEJOR PANORAMA QUE ESTÁ VIVIENDO LA INDUSTRIA CHILENA DEL SALMÓN EN EL ÁMBITO SANITARIO, CON MEJORES PERSPECTIVAS EN TÉRMINOS DE SRS Y CÁLIGUS. NO OBSTANTE, LLAMA A PRESTAR MUCHA ATENCIÓN A OTRAS PATOLOGÍAS QUE ESTÁN COBRANDO RELEVANCIA.

Si hay alguien que ha seguido de cerca la evolución de la situación sanitaria de la industria del salmón de Chile es Fernando Mardones, médico veterinario de profesión (Universidad de Chile), magister en Medicina Preventiva Veterinaria y doctor en Epidemiología de la Universidad de California en Davis (UC Davis) de Estados Unidos. El hoy académico y director de pregrado de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Católica (UC) fue un actor clave para ayudar a la industria a avanzar en conocimientos cuando irrumpió la crisis del virus ISA, por el año 2007. Posteriormente, ha continuado investigando a fondo otras patologías relevantes para el sector, como Piscirickettsia salmonis (SRS) y Enfermedad Bacteriana del Riñón (BKD), así como también ha participado en estudios sobre el Cáligus (piojo de mar).

Consultado por AQUA, el científico expresa que ve con optimismo el avance que ha tenido la situación sanitaria de la salmonicultura local los últimos años, con mejores perspectivas en enfermedades relevantes, como P. salmonis y Cáligus y con una relevante disminución en el uso de antimicrobianos. No obstante, expresa que no hay que bajar la guardia y que hay que preocuparse por las patologías que están ganando terreno y que podrían llegar a representar un riesgo para el sector, siendo muy relevante el establecimiento de la vigilancia epidemiológica y planes de gestión integrados de salud de peces a nivel de centros de cultivo y empresas.

¿Cómo califica la actual situación sanitaria de la industria chilena del salmón?

La situación sanitaria de la industria está bastante mejor que hace algunos años atrás, principalmente, por el control de Cáligus y por la notable disminución de las mortalidades atribuibles a SRS, que pasaron de un 2,2% de mortalidad específica a ciclo cerrado en 2016 a un 1% actualmente. Además, está la importante reducción en el consumo de antimicrobianos y una mejor calidad de smolt a juzgar por los mayores pesos de siembra, menores dispersiones y ciclos más cortos con respecto a años atrás. Pero, claramente, todavía existen enfermedades que causan alarma. Por ejemplo, la situación de BKD, tanto en agua dulce como en agua mar, el complejo de salud branquial y, eventualmente, Tenacibaculosis, que aparece como una amenaza por el mayor reporte de los productores y la mayor casuística que puede existir.

Fotografía: Fernando Mardones

Dr. Fernando Mardones, académico de la Escuela de Medicina Veterinaria de la UC

En cuanto a P. salmonis, los últimos años se han hecho diversos esfuerzos por avanzar en su manejo y control. Un ejemplo de ello es el Programa para la Gestión Sanitaria de la Acuicultura (PGSA), así como el Proyecto Pincoy. ¿Cree que hoy la industria cuenta con mejores herramientas para combatir la enfermedad?

El PGSA fue un gran aporte que logró triplicar, en términos de publicaciones científicas, el conocimiento de P. salmonis y Cáligus en varios ámbitos. Yo creo que hoy estamos viendo los frutos de esa iniciativa. Apreciamos que la industria está haciendo mejor uso de técnicas de diagnóstico y el diagnóstico temprano, una mejor comprensión de la epidemiología del SRS y Cáligus, el rol de diferentes estrategias y alternativas terapéuticas y ciertos indicadores que se han visto mejorados. Hoy, sin duda, el productor conoce mejor las enfermedades. El desafío radica en la transferencia del nuevo conocimiento científico en el establecimiento de planes integrados de gestión sanitaria. Lo mismo sucede con la elaboración de nuevos reglamentos y normas, las cuales están en condiciones de incorporar este cuerpo científico en sus lineamientos.

En el marco del PGSA se realizó la publicación “Juicio de expertos para estimar factores de riesgo y protección para Piscirickettsiosis en el cultivo de salmón chileno”, “Nuestros trabajos durante el PGSA evidenciaron la importancia de reforzar la vigilancia epidemiológica para la detección temprana del SRS, favoreciendo así una mejor oportunidad terapéutica”, dijo el especialista.

donde usted participó. ¿Podría describir los factores de riesgos descritos en dicho artículo y que podrían ayudar a los salmonicultores a tener un mejor manejo de SRS?

Esa fue una de las primeras publicaciones que trabajamos cuando no había ni disponibilidad ni validación de datos que permitieran llevar a cabo análisis epidemiológicos más robustos. Se identificaron 17 factores –algunos de ellos de riesgo, otros de protección– que hoy día ya sabemos que están. Por ejemplo, se reconocía el rol del Cáligus, la densidad de centros en barrios y cercanía entre ellos, la importancia del diagnóstico oportuno y el entrenamiento de personal en necropsias, entre otros. Este trabajo es muy útil y vigente, por ejemplo, para un establecimiento inicial de buenas prácticas y gestión de salud en un centro de cultivo.

El estudio también identificó ciertos factores que hoy no son capturados en forma sistemática por la industria, o al menos no son reportados, como, por ejemplo, el nivel de fouling de las mallas peceras, indicadores de bienestar y las frecuencias de ataques de lobos marinos. Estos fueron reconocidos como relevantes y deberían ser considerados como tal por los productores, porque es poco probable que se capturen y faltará tiempo para que sean bien evaluados. La iniciativa Pincoy está haciendo un gran trabajo en capturar dichos indicadores, principalmente, en temas de bienestar.

Sabemos que usted ha trabajado bastante en BKD. ¿Cuál es la situación actual de esta enfermedad? ¿Hay que preocuparse?

Desde hace casi dos años hemos coordinado un trabajo intersectorial con respecto a BKD. No solo trabajamos con la información de Sernapesca, sino que hemos generado un dato único desde la producción de ovas hasta la cosecha, gracias al trabajo coordinado con productores, laboratorios de diagnóstico, empresas de genética y el equipo de investigación de la UC. Podemos decir que BKD es una enfermedad muy prevalente tanto en agua dulce como agua de mar, afectando a las tres especies de cultivo, pero, principalmente, al salmón Atlántico y coho. En estas especies, el reporte de mortalidad atribuido a BKD durante la fase de mar comienza tempranamente (dos a tres meses post siembra) sugiriendo que la transferencia y siembra de peces podría gatillar la enfermedad. Hemos observado que peces sembrados desde orígenes con antecedentes de BKD tendrían entre un 17% a un 37% de mayores probabilidades de reportar mortalidad por BKD en mar. Los patrones de mortalidad de BKD también difieren entre regiones. Mientras en Magallanes BKD se reporta durante todo el ciclo de producción, los peces cultivados en las regiones de Los Lagos y Aysén muestran un alza de mortalidad temprana, seguido por una disminución marcada de mortalidad por esta causa hasta la cosecha. En estas regiones, SRS es muy prevalente y el uso

asociado de antimicrobianos tendría un efecto terapéutico en paralelo para BKD, y la posible explicación de esta disminución durante el ciclo.

En el caso de Magallanes, la ausencia de P. salmonis dejaría en evidencia BKD, reportándose casi en un 90% de los ciclos de la región con mortalidades durante cualquier parte de la producción. Las temperaturas más frías, mayor duración de los ciclos productivos y los antecedentes de los movimientos antes mencionados constituirían importantes factores en la triada epidemiológica de la enfermedad.

En cuanto al piojo de mar, usted participó en un estudio donde se presenta un análisis de la idoneidad del hábitat de C. rogercresseyi en toda el área ocupada por centros de cultivo en Chile. ¿Podría explicar los alcances de este proyecto?

Justamente por estos días tenemos una nueva publicación que integra todo el conocimiento de Cáligus en la industria del salmón, pero también tenemos ese trabajo de modelamiento de nichos ecológicos bajo condiciones de cambio climático. Allí, lo que observamos es que, si la temperatura de las aguas aumenta sobre 1,3°C en los próximos 30 años, debiéramos esperar una distribución mayor de Cáligus en la zonas más australes del país; estamos hablando de una parte importante de la región de Magallanes. Es muy importante tener presente este tipo de estudios e información a largo plazo, más ahora que se está discutiendo un posible reordenamiento espacial de la industria.

USO DE ANTIMICROBIANOS

Hoy, uno de los grandes objetivos de la salmonicultura local es reducir el uso de antimicrobianos. A su juicio ¿es posible lograr una drástica disminución?

La disminución del uso de antimicrobianos, desde mi perspectiva, va por dos ejes. En primer lugar, la urgente necesidad del productor de establecer sistemas integrados de manejo sanitario que efectivamente promuevan la salud y bienestar de los peces. Esto se logra diseñando un modelo productivo que incluya estrategias que protejan a los peces a la vez que elimine del sistema aquellos factores de riesgo que conducen a determinadas enfermedades. Este modelo debe ser capaz de interrelacionar los términos de salud y producción animal, capaz de mantener una óptima salud de los peces y a la vez un adecuado nivel productivo, que permita un retorno económico para el productor.

En segundo lugar, está el escenario en que SRS es diagnosticada en el plantel y, por lo tanto, se debe intervenir con un tratamiento con antimicrobianos. En este caso, el o la médico veterinario tendrá que evaluar el tratamiento puntual de una jaula o, alternativamente, prescribirlo en forma de metafilaxis, es decir, administrar antimicrobianos a un grupo de peces clínicamente sanos, pero presumiblemente infectados o susceptibles de enfermarse, con el objeto de prevenir el riesgo de infección o de enfermedad a más peces. Estudios del PGSA indican que esta última es la mejor estrategia para controlar las mortalidades, pero no ayuda a minimizar el consumo de antimicrobianos. En cualquier caso, nuestros trabajos durante el PGSA evidenciaron la importancia de reforzar la vigilancia epidemiológica para la detección temprana del SRS, favoreciendo así una mejor oportunidad terapéutica.

Por último, sabemos que para el próximo año está planeada la realización en Santiago del 9° Simposio Internacional sobre Salud de Animales Acuáticos, donde usted es presidente del comité organizador. ¿Cuál será la relevancia de este encuentro?

Este evento será un hito en temas de salud de animales acuáticos, principalmente, en Latinoamérica y nuestro país. Estamos contentos por el apoyo de la industria nacional y ya contamos con tres sponsors muy importantes que ya anunciaremos en nuestra web www.isaah9.com. Creemos que vamos a poder llevar este evento de forma presencial (en septiembre de 2022) con un aforo que permita la participación de unas 300 personas, pero también de forma virtual para aquellos que no tengan las condiciones para poder exponerse a situaciones de más riesgo. Serán cuatro días de exposiciones y reuniones técnicas en el Centro de Extensión de la UC en Santiago. Este evento será amplio, incluyendo a la industria del salmón, mitílidos, crustáceos, camarones, tilapias y otras acuiculturas.

Fotografía: Fernando Mardones

Fernando Mardones es actualmente director de pregrado de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Católica de Chile.

“Claramente, todavía existen enfermedades que causan alarma. Por ejemplo, la situación de BKD, tanto en agua dulce como en agua mar, el complejo de salud branquial y, eventualmente, Tenacibaculosis”.

This article is from: