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un desafío estratégico para Chile

Fortalecer

capacidad de fundición: un desafío estratégico para Chile

Por Willy Kracht, Subsecretario de Minería

Una de las estrategias más importantes en el combate al calentamiento global es la transición energética, esto es, generar energía a partir de fuentes renovables, proceso que requiere del desarrollo de tecnologías que involucran un alto consumo de cobre. Es decir, para enfrentar el desafío que impone el calentamiento global, necesitamos hacer más minería. Además, debemos hacernos cargo de los impactos que la actividad tiene en su entorno, entonces es necesario complementar la frase y decir que para hacer frente al cambio climático necesitamos “más y mejor minería”. ¿Qué tiene que ver la capacidad de fundición con este desafío? Desde una mirada puramente económica se podría decir que es suficiente con producir concentrados de cobre en Chile para enviarlos luego a fundiciones extranjeras, principalmente chinas, ya que los cargos de tratamiento y refinación (TC/RC) de esas unidades son muy atractivos. Si bien ello explica en parte porqué en Chile no se construye una nueva fundición desde 1993, a pesar que la producción de cobre se ha multiplicado por un factor 2.8, no responde las razones estratégicas que justifican la inversión en más fundición. La industria ha avanzado mucho en descarbonización. En Chile, con la Política Nacional Minera se apunta a una meta ambiciosa, estableciendo el año 2040 como horizonte para lograr este objetivo. El sector hace esfuerzos por operar con energía limpia y avanzar a un ritmo más acelerado en electromovilidad. Esto permitirá disminuir progresivamente las emisiones de carbono y es una oportunidad para soñar con ser el país que produce el cobre con menor huella de carbono del planeta. Pero este desafío tiene limitantes: una parte importante de la producción nacional deja el territorio en forma de concentrado para ser procesado en el extranjero. Como consecuencia, perdemos control sobre las emisiones de carbono producto del transporte marítimo y la posterior fundición y refinación de dicho concentrado. Una primera razón estratégica para apuntar a aumentar la capacidad de fundición en nuestro país es asegurarnos de que el cobre, una vez refinado, tenga baja huella de carbono. Otro motivo es la cada vez más importante proporción de concentrados complejos o con elementos penalizados que podrían no ser recibidos a futuro en fundiciones extranjeras. A lo anterior se deben sumar también consideraciones de carácter geopolítico. Esta nueva capacidad de fundición debe cumplir con

Willy Kracht, subsecretario de Minería.

Foto: Archivo B2B Media Goup

al menos dos requisitos: ser limpia y rentable. En términos técnicos, esto se traduce en un asunto de selección de tecnología y escala. Hoy existe tecnología que permite cumplir con los más altos estándares de emisiones a nivel internacional, tal como lo demuestra una serie de fundiciones que operan sin generar zonas de sacrificio. Uno de los ejemplos más emblemáticos de fundición limpia es la alemana Aurubis. En términos de escala, la opinión de expertos indica que, para ser rentable, una fundición debe tener una capacidad de tratamiento del orden de 1 a 1.5 millones de toneladas de concentrado anual. A modo de referencia, en 2020 Chile exportó más de 11 millones de toneladas de concentrado, lo que sugiere que hay espacio para la construcción de más de una nueva fundición con la capacidad antes mencionada. Es claro que la oportunidad para el desarrollo de nueva capacidad de fundición en Chile existe, pero dimensionar la oportunidad real requiere de un ejercicio más complejo que solo comparar toneladas de concentrado exportadas con futura demanda de nuevas fundiciones locales. Se requiere ponderar en la discusión la eventual existencia de contratos de largo plazo de venta de concentrado

Foto Gentileza Enami

para tener el número real que sí podría procesarse en Chile y evaluar en detalle las nuevas tecnologías de fundición y la normativa ambiental que debería regir a una nueva fundición. También se deben considerar elementos como el impacto local que tendrá el cierre de la Fundición Ventanas o los nuevos proyectos mineros, que disminuyen la capacidad de fundición y representan un aumento en la demanda por más capacidad en el futuro, respectivamente. Ambas son parte de las tareas encomendadas al Comité de Fundición y Refinería (FURE) creado recientemente. El objetivo de este Comité es contribuir a la discusión pública sobre fundiciones y generar un diálogo con la industria, expertos y representantes el mundo del trabajo. Fortalecer la capacidad de fundición en Chile es un desafío estratégico tanto por el impacto que tiene en la producción de cobre de bajas emisiones, como por la posibilidad de mostrar que es posible desarrollar capacidad industrial de gran envergadura sin que eso signifique generar nuevas zonas de sacrificio. Enfrentar el desafío de esta manera se presenta como una salida al nudo gordiano en el que se ha transformado la tensión permanente entre desarrollo industrial y protección del medio ambiente.

Fundición Paipote.

Es claro que la oportunidad para el desarrollo de nueva capacidad de fundición en Chile existe, pero dimensionar la oportunidad real requiere de un ejercicio más complejo que solo comparar toneladas de concentrado exportadas con futura demanda de nuevas fundiciones locales.

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