Portada: Ahmed Ben Yessef
Impreso y hecho en Bormujos (Sevilla), en los talleres de Gráficas Moreno, S.L.
Andalucía. España. MMXIII
Edición de 400 ejemplares del nº 76 de CUADERNOS DE ROLDÁN
EJEMPLAR Nº
que procuran que el colesterol de la intolerancia no obstruya los ancestrales canales de comunicación entre Al-Ándalus del Norte y del Sur
A las personas
MARRAKECH. ENCRUCIJADA DE CAMINOS
Marrakech, la Ciudad Roja casi ya milenaria, campamento camellero cuyo nombre bereber nos advierte “pasa de largo”. Marmita efervescente de culturas y de lenguas, cruce de caminos, etapa de caravanas, cuna de santos y de locos, refugio de videntes, de poetas y de músicos, guarida de pícaros y paraíso de iluminados. Tierra, en fin, de expatriados: Averroes, que en ella falleció, como Aben Tofail, filosofo, médico y matemático; el historiador ibn Idari el Marrakchí; o nuestro Domingo Badía camuflado de Alí Bei; y hasta un rey poeta destronado, Almutamid de Sevilla, enterrado a las afueras. ¿Tienen las ciudades un destino propio? Cada ciudad tiene una suerte de carácter que le imprimen las tragedias vividas, sus cambios de fortuna, generaciones de reyes, personajes o gentes anónimas que la habitaron. El sino de Marrakech consiste en mantener su inveterado espíritu de encrucijada. Tras años de ostracismo como ciudad sureña y polvorienta acurrucada a los pies del Atlas, hoy ha renacido para volver a engullir en sus tripas a trotamundos, artistas, escritores, modistos, actores, celebridades y sufíes con reloj de oro… Amalgama de lenguas, mezcolanza de chiflados occidentales, de vagamundos ociosos apoltronados en cafés de moda, de jubilados europeos pretendiendo un savoir faire con el que nunca soñaron en su tierra. Un petit París africano con sus locales chic donde se codea el tout Marrakech. Y esto convive, codo con codo, con su vieja medina y su plaza Yemaa el-Fna, punto de encuentro para cuentistas, mercachifles, buhoneros, músicos, encantadores de serpientes, decidoras de la buena ventura, magos, rufianes, chaperos, buscavidas y vendedores de ungüentos curalotodo.
Marrakech es una fábula inacabada, una y otra vez reinterpretada. El cuento dentro del cuento, laberinto de maravillas y dédalo de sorpresas.
Jesús Greus
—7—
DE SEVILLA A AGMAT
Venimos a visitarte a ti, rey poeta, prolífico en las letras, elegante en el estilo, original en la poesía y extraordinario en el verso.
Hasta aquí hemos llegado desde la pradera de plata de tu Sevilla otros amantes del vino y la poesía para leerte nuestras versos en este apacible lugar donde para siempre descansas, bajo mosaicos andalusíes, rodeados de cipreses y olivos y el llanto lamento de un surtidor, junto a tu bien amada Romaiquia.
José Mª Bedoya
—8—
Carmen Márquez
Tu espíritu aun vive en el Alcázar, se enreda entre los mirtos y las fuentes, y en la esencia de aromas de azahar, –que embriaga como el vino–, estas presente.
¡Llamad las danzarinas! –gacelas fugitivas–, laúdes, coperos y poetas, ¡En “mayalis” festiva! favores y placeres, embrujo de sexo y de perfume, mas vino, movimiento. ¡Comience la “jamriyya”!
Otras veces, disfrazado en el ocaso, –Pradera de plata– “Mary al fidda” completando poemas, y... tu vida, dos orillas de amor, Ibn Ammar y …Rumaikiyya. Francisco
—10—
Vita AL MUTAMID
Noureddine Chater
A CONTRALUZ DEL AIRE
A J. M. Caballero Bonald
La torre aún en sueños, en el azul a su alcance, confunde lejano y bello.
Tras el mar, en el país dorado de cristal y arena.
Sabio barro que creció presto y disputó a las estrellas.
Sombra gemela del sur, de África luz esbelta.
Desnuda de bronce en la cima. Campanas de nubes, canción muda y eterna.
Manuel Rámila
—12—
Domingo Jiménez
Les sentiers les plus éloignés mènent à l’intérieur, tout à l’intérieur, dans l’intimité, dans la solitude, dans la réclusion
...Entre soi et soi, là où il n’a y a plus que le vide et soi. On finit toujours par faire face à son destin un jour ou l’autre...
A peine audible, la complainte du prince andalou Al-Mu’tamid
Ibn Abbad, nous parvient du fin fond du 11ème siècle:
Le chant de mes chaînes résonne à mes oreilles
Accablé, mes yeux pleurent et mon cœur tressaille
Patience! Me dit-on, je ne le puis
Je pleurerai, je gémirai le restant de ma vie
Mes filles éplorées me tiennent compagnie
Leur mère verse des larmes plus denses que la pluie
Il n’est nul recours à l’encontre de ce qui ne dépend pas de soi, nul accès de rien, d’angoisse ou de révolte, de dépit ou de tendresse, n’y changera rien etle prince poète flottait, indécis, ignorant la destination vers laquelle le courant l’emportait, se retenant même d’y penser. Des sursauts d’inquiétude achevaient de l’en éloigner, car en l’occurrence, à rebours de toujours, mieux vaut l’ignorance alliée de la certitude!
Destitué de son royaume de Séville, sur le chemin de son exil, il a soif de comprendre ce qui lui arrive, soif d’arraisonner cet esprit en tourment à la recherche d’un apaisement!
L’espoir, l’aurait-il perdu?
Le sens égaré?
Le poème effiloché?
Que faire de l’irrémédiable?
—14—
LA COMPLAINTE DU POETE
Des lambeaux d’amertume aveuglaient ses pensées, la douleur le vrillait
En quoi doit-il croire? Et que pourrait-il encore désirer?
Le soleil réchauffe les pans de pisé, effleurant les panaches des palmiers dans le jardin de Ghmat qui s’étend sous ses yeux depuis sa cellule de captivité. La voix d’Ittimad, sa compagne tant des jours heureux que des temps de la désolation et de l’humiliation, déchire le silence:
Dans la cour des Grands, qu’importe d’être gardien ou sultan! Dans les griffes du destin, qu’importe d’être humble ou hautain!
Quel destin!!!Quelle épreuve!!!
C’est émouvant, c’est douloureux, c’est pénible, c’est affligeant, c’est l’amer et la lune, l’obscur bienfaisantde l’antre, l’entre deux comme nulle part ailleurs, la nostalgie, le souvenir du passé, l’incantation à la mémoire en dissémination des splendeurs et des jouissances des temps précieux… C’est l’envoûtement de cette élégie à l’affût, pour ainsi dire, des avant tout et des presque rien… Juste un fil, un éclat, le détour d’un destin, les larmes d’un enfant, le trouble périlleux qui s’empare des amoureux au premier naufrage, la caresse du vent, le frémissement le plus intime… où, en un instant impalpable, l’infini se donne…
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Touria Ikbal
MARRAKECH
En la profunda luz del anochecer, recorro uno a uno los olores de las esquinas amadas, de la Medina Al-Ham’ra.
Siento el sueño lento, quiebro cada paso que me hiere, abrazados, bajo las cortinas húmedas, en la sala roja transcurre el respirar de sus jadeos.
El son de la tecla del fa fija la armonía, de este mágico encuentro.
Es el éxtasis que envuelve sus sentidos. Ahí surge el sonido místico Ahí, se estremece el querer.
Pablo Naranjo Camero
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Mario León
YUSUF IBN TAXUFIN FUNDA MARRAQUECH
Hoy es sólo un castillo que guarda caravanas. Piedras y humilde adobe son sus muros, donde los camelleros, nocturnos se refugian.
Pero está bien clavado al pie del Atlas. Aquí quiero fundar la ciudad mía.
Luego, incluso al país le dará nombre pero eso no voy a saberlo nunca.
Ahora solo sé que este es mi año: 440 de la Hégira. El 1062 de los idólatras.
Ya es, por cierto, la hora de ocuparme de ellos.
Al Mutamid me manda embajadores y requiere mi ayuda contra Alfonso.
Sea pues, así, busquemos la victoria, sin olvidar, no obstante, que sólo El Que No Duerme es victorioso: “Ua-la-galib-ila-Allah”, dice la sura del Libro.
Así y todo, voy a cruzar el mar por si consigo unas pocas migajas de Su gloria.
Francisco Núñez Roldán
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José Ramón Vaca
LA LUZ DE MARRAKECH
Una mirada detuvo mi retina tratando de reproducir los colores rojizos de un crepúsculo que avanzaba, y un azul añil se instalaba en las paredes como la piel añeja. Imágenes insólitas para una época nueva llena de modernidades e independencias. Marrakech, escenas de callejas al calor de las gasas que tapan las bellezas de los rostros en cafetines de instante cotidianos.
Rarezas de músicas en las cuerdas de los laúdes y pasión en los cuerpos que armonizan el tantán de los panderos. El aroma de las plantas me traslada a otros mundos, y el desnudo de la flor caía junto a mis pies descalzos.
Jesús Solano
—20—
Paco Cosano
En su destino, y en el alcázar almenado, Almotamid enseña a su maestro: el verso consta el alma, y su cara oculta; el filo de la espada blande el precio de la traición y, en su punta, están lo límites de las ambiciones negras.
Nunca olvidará la vuelta de la rueda a la mala fortuna: Agmat.
Alejandro García Acebes
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Osorno
—24—
—25—
Aún guardo en mis oídos, y parece que fue ayer, los ecos de la llamada del almuecín a la oración.
Toda la noche la esperé, en aquella primera madrugada que viví en Marrakech.
Quizás llevo en mi alma aromas árabes, y en los sentidos los susurros de los almuédanos que quedaron en mis oídos.
Seguro que mis ancestros fueron almohades o moriscos, mudéjares o berberiscos, por eso llevo dentro algo de ellos, como un pellizco.
Me suenan a música sus palabras, me llenan de colores sus plazas donde toda su aljama se afana y te muestran lo que venden, lo que ganan.
¡Ay esa plaza de Jamaa el Fna con sus cuentacuentos, danzantes, dentistas, maestros con sus enseñanzas, encantadores, acróbatas, escritores de cartas!
Toda llena de terrazas para el té, y con su Café de Francia.
¡Oh Marrakech exótica y “bohémienne”!
Manuel Sánchez Herrera
—26—
Juan Manuel Remensal
En el hogar antiguo, encendido con fuelle y suspiros lentos, amargos de sabor y callados, siempre callados... habita ella, espíritu sin salir, en sombra... anhelando el aire que le roban.
Carmen Martínez Gordillo
—28—
Clemente
José
LE DERNIER CHANT D’AL RUMAIKIYYAH
Las! Las! Doux Prince, mon Roi, mon Amour
Je pars avant toi, sur l’autre rive, sans retour
Je pars avant toi, lasse d’attendre
Un printemps andalou qui plus jamais ne reviendra
Voilà bien longtemps que les amandiers
Que tu fis planter pour moi
Sur les douces collines de Cordoue
N’enchantent plus mon cœur de leur neige légère
Depuis notre première joute
Sur les rives du Guadalquivir
Que d’eaux froides ont coulé
Que de fêtes et de défaites
Echec et Mat, doux amant, mon Roi
Après t’avoir dépossédé de ton Royaume et de ta gloire
Le Destin caméléon t’arrache avant que ton heure vienne
Rumaikiyyah, l’esclave au chant insolent
Qui devint I’timad, ton Pilier et ta Reine
Je pars avant toi au pays des Ténèbres
D’où nul Sultan ni Rey jamais plus ne m’exilera
—30—
Un pays où Pions et Fous, Rois et Reines
Faux amis et vrais poètes
Sous la même terre seront frères
Et sous le même linceul de l’oubli
Seront un jour ensevelis
A Aghmat l’Austère tu m’enterreras
Sous l’ombre sombre de la Montagne Altière
A Aghmat notre ultime demeure
D’autres cœurs meurtris
Par les malices du sort ou par l’amour
Viendront se recueillir un jour
Sur l’humble tombe du Roi-poète
Al-Moutamid Ibn Abbad
Et de sa bien-aimée I’timad
Faten Safieddine
—31—
CIUDAD ALMOHADE
La misma luz, el mismo aire. Sol de infancia y días interminablemente azules. Me perdí por adarves y callejas, casas con portón, arcos encalados, atravesé pasadizos enigmáticos. Aquí un cafetín, allá un tenderete, algún que otro sacamuelas, artesanos por doquier.
Negras calesas de ruedas amarillas, tiradas por caballos cubiertos con sombrero de paja, iban por avenidas con palmeras, parterres de geranios, setos de arrayán y daban la vuelta tras llegar a un parque con olivos, naranjos en flor y albercas para el riego.
Un alminar al fondo, unas murallas. Sólo el canto del muecín fue capaz de deshacer mi trampantojo:
Estaba en Marrakech… que no en Sevilla.
—32—
Ismael Yebra
Sofía Pérez
Erase un sueño que salvó la historia, en las milenarias estelas de sus fábulas y cada noche desliza su sinfonía, meciéndola en aquellas azules nebulosas hacia el despertar de esos héroes recreados en origen de galaxias, de universos desiertos de razón y sedientos de aventuras… Un sueño ensoñado de otros sueños deslizándose en la linfa de los mares añiles como el velo, velando siluetas en la noche, diluyendo la muerte, recrean espejismos en los abismo de lo abierto, abriéndose a la vida cual inédito oasis en los regadas dunas del silencio… Los aires del Sur deshielan el tiempo helado de la palabra helada… Fluyen manantiales sorprendiendo tras esa magia embrujada con los sombríos ecos de sus notas… Sherezade trenza en la noche leyendas, musita palabras, renace en sus dorados cuentos… Corceles cabalgan etéreos y cincelan senderos al sueño, a sueños de vida y huyendo de muerte reflejan las ondas del germen que horada el vacío y anuncia en sus noches, tras los abiertos eclipses,. las ensoñadas auroras de ignotos y arcanos misterios…
Las mil y una noches. Joaquín Verdú de Gregorio
—34—
Teresa Martínez
DJEMAA EL FNA
Antes de que la ola de estupidez que caracteriza a nuestra época lo anegue todo, conviene recordar que Djmaa el Fna fue, hasta tiempos muy recientes, un ámbito sagrado. Durante el día se celebraban allí ritos de muerte; los condenados eran decapitados ante la muchedumbre, y sus cabezas cortadas se colgaban de los muros colindantes (existe una fotografía de principios del siglo pasado que da cuenta de este fenómeno). Ante esas mismas cabezas se desplegaba, a partir del atardecer, el carnaval de acróbatas, bailarines, y músicos ambulantes; la comida en abundancia entre risas, los mendigos, los hechiceros y los eunucos; la vida en ebullición, afirmando su infinita variedad y su magia frente a la muerte.
Para comprender la Plaza, uno debe ante todo pedir permiso a las lámparas de gas. Sólo ellas deciden quién merece un atisbo de las trasgresiones ocultas, los amores callados y los crímenes furtivos que se abrazan a los muslos de su penumbra amarilla, implorando protección. Sin las lámparas de gas, y su resplandor de luciérnaga que brilla en el centro del círculo de hombres de mirada agreste, la Plaza se dejaría emborrachar por su propia oscuridad, y uno a uno vendrían a sumarse a los círculos todos los espectros de los ausentes, los espíritus que la razón arrojó al desierto, y aquéllos que se agolpan tras las murallas rojizas de la medina. Amores y crímenes agotarían todas sus formas posibles, y la Plaza se detendría en perfecta inmovilidad, con la brusquedad terminante de unas tijeras que se cierran, o una máquina que de pronto deja de funcionar.
Bajo el tumulto nocturno de los tambores de la Plaza palpita todavía, afilando sus dientes, un hondo secreto.
Necios en esto como en todo lo demás, los turistas ven tan sólo el espectáculo.
Jose F. Kosta
—36—
Manuel Márquez
SÓLO POR ESO
Porque abrí la puerta y allí estabas con los músicos los músicos tocando la tbila, la zurma, los laúdes para mí tú sonriendo contra el añil de las paredes.
Y yo bailando con los niños de la calle los que cada mañana me enseñaban nuestros nombres en árabe y los números (aún conservo el cuaderno).
Por eso tú y yo mirándonos mirándonos felices
olvidado ya nuestro tonto enfado de enamorados.
Ana Llorca
—38—
Girón
Justo
—40—
Moulay Youssef Elkahfai
LAS VOCES DE MARRAKECH
Para Elias Canetti, que también las escuchó
Las voces de Marrakech escriben en el aire palabras con alas. Al caer la tarde descienden a la plaza para beber de la fuente del hombre.
Luego revolotean palomas mensajeras del ruido del mundo.
Aquí se amasa el pan y la carne huele a perfume del desierto se vende la pedrería del agua.
Aquí el baile de la serpiente silencia la lluvia de dátiles con aullidos de tambores.
Un hombre cuenta la historia interminable enredado en el cabello de Sherezade no quiere morir antes de acabar su cuento. Nada más triste en esta tierra, Sarah Avenzoar que la palabra medio escrita.
Mirad ahí abajo, la plaza de la vida sin ventanas ni esquinas
¿acaso alguna vez tuvo aristas el aire?
Francisco Gallardo
—42—
Mouley Youssef Hadimi
NEGRITUD
A Inés R., belleza al galope y mamba pasiega
África, jazz sin cabeza, percusión de un mar sin olas, tambor –tantán– y amapolas, rompientes de la tristeza. Añicos, pulso y pobreza, allí la muerte no asusta ni Europa ni su fusta ni la sangre de lo arcano. La geografía del hermano pobre a los ricos no gusta.
Rafaelarjona
—44—
Inés R.
CRÓNICA DE AGMAT
(H. 1434)
De Isbiliya llegan los poetas con la voz de su tiempo, a este silencio de olivos cenicientos que custodian nuestros huesos; olivos hermanos de aquellos que desbordaban los horizontes sureños de mi Al-Andalus. Y es ese eco llama que prende sin esfuerzo, que vence el frío de los alicatados de alzuleycha y pone un acento armónico al decir de la muerte.
En sus ascuas crepita la esencia de mis versos desgranando tu nombre, Itimad, tan hermosa en aquella luna de xaaban lejana; esencia de amor vivo en la grafía como en la carne. Para ti y en ti sembré mis versos, como hijos, como flores eternas; gozo cómplice en los recodos mansos del Río Grande o en la Pradera de Plata, apartados del bullir de puertos o batallas.
Por el arco de Bab Yahwar aún te veo, la más hermosa perla de mi reino, yendo hacia el palacio en busca del frescor de los mirtos. Para ti domestiqué la nieve en los almendros. Para el capricho de tus pies enriquecí la humildad del adobe: sinfonía aromática de rosa, de azahar y jazmín, con toques de jengibre y almizcle, de canela y azúcar. ¿No es acaso el cielo de azúcar mismo, como los besos?
Escucha, amada, en los celajes de la aurora el canto de la alondra, aquí en Agmat del Magreb como Isbiliya en el corazón de este sueño. Canta el agua en los surtidores: en la misma cualidad y medida ¡matemáticas de Dios! el agua, el canto, las distancias celestes, las formas de la vida, el poema… y nuestro amor.
Rosario F. Cartes
—46—
Pepa Santos
LA VIDA
El olor a pan recién hecho impregna la calle, mientras las manos amasan la luz del día para que la ciudad despierte a golpe de latido.
Los pájaros estrenan el último vuelo de la madrugada y traen todos los colores que la piel del horizonte es capaz de coleccionar.
Atravieso la calle, aún vacía, hasta que una marea humana se apodera del centro y extiende este tapiz de rostros, de gestos, de voces; la vida.
Lola Crespo Rodríguez
—48—
Ismael Pinteño
—50— Ahmed Tahiri
YAMAA EL FNA
A Manuel, Paco, Javi y Tamara
Marrakech pertenece a los bereberes que curten las pieles de camello y a los árabes que tiñen las de cabra; a los aguadores coloridos y los domadores de serpientes;
a los narradores ciegos;
a las artesanas de henna;
a los vendedores de belleza escondida en las piedras, salud en las hierbas, vigor en los polvos;
a los mercaderes de fruta fresca y frutos secos;
a los embaucadores que nacieron con el don de reconocer en unos pasos, en un gesto, en una mirada, la intención y el deseo de quienes aquí vinimos llamados de la curiosidad.
Que el tiempo que venera las nieves lejanas y atentas del Atlas, los respete siempre y los cuide y los proteja de nosotros.
Mario Rodríguez García
—52—
Juan Riviere
VIAJE A MARRAKECH
A Teresa y Pepe Aguilar
Vivimos los mismos años pero no hemos entendido nada. Llegamos a Marrakech en avión, en automóvil, a través de carreteras de asfalto iguales a las de cualquier sitio. Leemos y creemos saber. Ellos llegaban atravesando un desierto, después de haber comprendido el infinito, al contemplar entre sus dedos un grano de arena.
–¿Cuántos días has tardado en llegar?, le preguntaban en el mercado.
–¿Qué importa? He comprendido la inmensidad del tiempo bajo la cúpula de las estrellas.
Y he acariciado las constelaciones como si fueran el tatuaje de mi amada.
Antonio Molina Flores
—54—
Carmen Mogollo
LA CITA
La forma rubia de su pubis fue arborescente y alocada. Ahora es una serena pradera de oro viejo perfectamente triangular entre sus muslos, y ella la pasea desnuda por la alcoba para adormecer tu melancólica mirada de fauno. Pero la naturaleza se resiste y has soñado que ibas a una cita de otro tiempo. El viejo camarero del restaurante miró lo guapa que eras y te sonrió mientras llenaba las copas. También te sonrió la patrona benévola de aquella pensión que no miraba papeles de casados. Los pregones del verano llegaban por la persiana echada, y en la penumbra verde del cuarto viste como te abrazaba con todo su cuerpo, el vello contra el tuyo, ante la luna biselada del armario. No le habías visto nunca aquella gargantilla de coral rojo, y menos aún habías sentido la piel tersa y blanca que te llevaba con su caricia a un futuro imposible.
Carlos Abadía
—56—
Federico Barrancos
Serafín Madrigal
—59— Jesús Greus . . . . . . . . . . . . . . . . . . .7 José Mª Bedoya . . . . . . . . . . . . . . .8 Francisco Vita . . . . . . . . . . . . . . . .10 Manuel Rámila . . . . . . . . . . . . . . . .12 Touria Ikbal . . . . . . . . . . . . . . .14-15 Pablo Naranjo Camero . . . . . . . . .16 Francisco Núñez Roldán . . . . . . . .18 Jesús Solano . . . . . . . . . . . . . . . . . .20 Alejandro García Acebes . . . . . . . . .22 Ahmed Bellhaj Ayah Ouarham . .24-25 Manuel Sánchez Herrera . . . . . . . .26 Carmen Martínez Gordillo . . . . . . .28 Faten Safieddine . . . . . . . . . . . .30-31 Ismael Yebra . . . . . . . . . . . . . . . . . .32 Joaquín Verdú de Gregorio . . . . . .34 Jose F. Kosta . . . . . . . . . . . . . . . . .36 Ana Llorca . . . . . . . . . . . . . . . . . . .38 Elgabbas Abdessamad . . . . . . . . . . .40 Francisco Gallardo . . . . . . . . . . . . .42 Rafaelarjona . . . . . . . . . . . . . . . . . .44 Rosario F. Cartes . . . . . . . . . . . . . .46 Lola Crespo Rodríguez . . . . . . . . . .48 Ahmed Tahiri . . . . . . . . . . . . . . . .50 Mario Rodríguez García . . . . . . . . .52 Antonio Molina Flores . . . . . . . . . .54 Carlos Abadía . . . . . . . . . . . . . . . . .56 ESCRIBEN
Carmen Márquez . . . . . . . . . . . . . .9 Noureddine Chater . . . . . . . . . . . .11 Domingo Jiménez . . . . . . . . . . . . .13 Mario León . . . . . . . . . . . . . . . . . .17 José Ramón Vaca . . . . . . . . . . . . . .19 Paco Cosano . . . . . . . . . . . . . . . . .21 Osorno . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .23 Juan Manuel Remensal . . . . . . . . .27 José Clemente . . . . . . . . . . . . . . . .29 Sofía Pérez . . . . . . . . . . . . . . . . . . .33 Teresa Martínez . . . . . . . . . . . . . . .35 Manuel Márquez . . . . . . . . . . . . . .37 Justo Girón . . . . . . . . . . . . . . . . . .39 Moulay Youssef Elkahfai . . . . . . . .41 Mouley Youssef Hadimi . . . . . . . . .43 Inés R. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .45 Pepa Santos . . . . . . . . . . . . . . . . . .47 Ismael Pinteño . . . . . . . . . . . . . . . .49 Ben Yessef . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51 Juan Riviere . . . . . . . . . . . . . . . . . .53 Carmen Mogollo . . . . . . . . . . . . . .55 Federico Barrancos . . . . . . . . . . . . .57 Serafín Madrigal . . . . . . . . . . . . . . .58
—61—
PINTAN