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Deebo Barreiro

IG: @deebobarreiro

Guía básica para el estudio de la fotógrafa nómada

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El estudio para una fotógrafa errante es anecdótico. No hay que prestarle demasiada atención a la ubicación, puesto que cambia a menudo. No hace falta una iluminación escandalosa, ni miles de metros cuadrados, ni siquiera un almacén espacioso. Lo importante encontrar un hueco inspirador.

Eso sí, es necesario recalcar que lo que hace un estudio son los elementos que lo conforman. Cuanto menos ocupen, más fácil va a ser su traslado. Enumeremos lo imprescindible: 1. La cámara. En el caso de que haya varias, no pasarse con la parafernalia de tener demasiado equipo, menos es más. No hace falta tener miles de objetivos ni cámaras, solo hay que conservar lo que aporte más calidad (técnica, estética, compositiva) y lo que se crea que se adapta a las necesidades de cada una. Aquí lo realmente importante es el ojo. 2. El disco duro. Las fotos tienen que estar guardadas con copia de seguridad.

Ya sabes, la protección que no falte nunca. 3. El ordenador. Es el eje central del estudio, y de él derivan el resto de los objetos del estudio errante. Aparte, también puede hacer las labores de cualquiera de los otros objetos de esta lista (hacer fotos, almacenarlas, leer, y si me apuras hasta puede servir como fondo de plató). 4. Las fotos impresas. En principio pueden parecer un lastre, pero es muy útil para saber qué fotos son las realmente válidas. La imagen en pantalla e impresa cambia muchísimo, y se trabaja más rápido de esta manera que con el ordenador. 5. La sábana. Para una fotógrafa errante, la sábana es un comodín. Nunca se sabe cuando puede servir para fondo de plató, para atrezo, o incluso como lona para taparse del sol y crear un estudio improvisado al aire libre. 6. El corcho. Cuando hay aposentamiento en un estudio, este punto pasa a tener prioridad. Tener uno implica ver en frío las imágenes, apuntar ideas en él o señalar algo de lo que no debemos olvidarnos. 7. Los libros. Aunque digan que el saber no ocupa lugar, están totalmente equivocados. Pero son muy necesarios. Este objeto es imprescindible a la hora de convertir un proyecto u obra en realidad, ya que ayuda a que la pieza tenga contenido conceptual desarrollado y un buen libro siempre encenderá bombillas en el ingenio.

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