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¿E
xiste la posibilidad de alcanzar la felicidad? ¿Qué es la infelicidad y por qué aparece en nuestra vida? Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos sentido ese vacío existencial. Puede que fuese al llegar a casa después de un trabajo que nos anulaba, nada más salir de una relación larga o simplemente un domingo por la tarde. Es una sensación que te come por dentro: la sensación de sentirse vacío. Todo el mundo quiere ser feliz. El deseo de felicidad es el deseo universal de la humanidad. Todo ser humano anhela la paz y la felicidad, pero la sociedad actual nos transmite la idea de que para triunfar tenemos que poder comprar un buen coche, tener una casa más grande que la del vecino y manejar billetes para hacer lo que a uno “le dé la gana”; en pocas palabras: capacidad de consumo. Esta es la concepción de triunfo que “acata” una buena parte de la sociedad. ¿Verdad? Todos luchan por conseguir y alcanzar los mismos objetivos en una competencia global en la que asumimos que, para ser felices, necesitamos comprar muchas cosas, incluida la felicidad (eso sí, a un buen precio). Y no hay nada de malo en querer ser exitoso. El problema radica en que la mayoría de las veces ese progreso exterior no va acompañado de una evolución interior y la persona se siente insatisfecha y vacía. Vivimos obsesionados con la felicidad. Pero en realidad buscamos la felicidad porque somos infelices. Si fuéramos felices no necesitaríamos buscarla, si la buscamos es porque no la tenemos. La búsqueda de la felicidad es un anhelo natural en el ser humano, pero enfocamos esa búsqueda fuera de nosotros y tendemos a valorarnos en función de lo externo: «Tanto
tienes, tanto vales». Esta es una de las mayores mentiras que nos inculcan de pequeños: «Tienes que competir con los demás, tienes que ser el mejor, demostrarles tu superioridad, tienes que hacerlo todo deprisa para llegar a la meta antes que nadie…». La felicidad se ha convertido en una imposición social en la que tienes que aparentar que eres feliz, o mejor dicho, ¡inmensamente feliz! Mucha gente cree que comprando un coche más grande o el último modelo de Smartphone serán más felices. ¡Por fin lo tengo! ¡Por fin podré cumplir mi sueño! ¡Por fin soy feliz! Pero cinco días después sale un nuevo modelo y toda esa alegría se esfuma