antilogĂa cinco poetas al filo
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antilogĂa cinco poetas al filo
MMXVI
BAGNATI, Marcelo ; CASTELAO, Daniel ; FLORIA,Facundo ; TORRES, Julia ; YOCCO, Gabriela. ANTILOGÍA - Cinco Poetas Al Filo -- 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Al Filo de La Palabra Ediciones, 2016 72 p. ; 21x15 cm. ISBN: 1. Antología de Poesia . 2. Poesia Argentina. I. CDD A861 Fecha de catalogación:
© BAGNATI, Marcelo ; 2016 © CASTELAO, Daniel ; 2016 © FLORIA,Facundo ; 2016 © TORRES, Julia ; 2016 © YOCCO, Gabriela ; 2016 Diseño de Tapas Facundo Gastón Floria Diagramación: Daniel Adrián Castelao 1º ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires mayo de 2016 Al Filo de La Palabra Ediciones www www.facebook.com/ @ Colección ....................... Nº 0 Todos los Derechos Reservados Queda hecho el deposito que previene la Ley 11.723
¿Por qué, nos preguntamos, crear hoy una editorial artesanal y con un perfil cooperativo? ¿Por qué desvelarnos pensando cómo hacer un objeto bello, desde su c o n t e n i d o y desde su forma, y que la manufactura de ese objeto descanse fundamentalmente en nuestras manos? No es que nos sobre tiempo, no es tampoco que queramos reg resar a una era pretérita de cosidos y pegados a la luz de la lámpara errante de Gutenberg. Somos cinco escritores que creen que la literatura es mucho más que una mercancía de cambio. Que es, sin dudas, un bien s i m b ól i co. Que como tal atraviesa y es atravesado por las leyes del mercado. Pero también creemos que la literatura constituye en sí misma una materia que exige más. De sí y de quienes la transitan. Creemos además que es posible generar un vehículo entre la palabra y el lector que eluda de la mejor forma posible a los intermediarios que propone ese mercado. Que podemos invertir algunas horas de nuestro tiempo para diagramar, imprimir nosotros mismos, diseñar y divulgar las obras de quienes convocamos. Es posible. Tenemos un criterio de selección, esto es claro. Y sobre eso no hemos tenido ninguna duda, ninguna discusión. A todos los que formamos parte de esta iniciativa nos importa que nuestros escritores sean, punto imprescindible, lo que consideramos una buena persona.
Y en segundo lugar – si es necesario poner algún tipo de o r d e n - que su palabra nos conmueva. No nos proponemos un juicio de valor sobre la literatura contemporánea. Queremos, necesitamos, sentirnos conmovidos, movidos con, lo que elijamos editar. Y también elegimos que cada uno de nuestros autores se comprometa a caminar el camino de la edición y publicación de su libro como parte de un equipo en el que, sobre unas premisas claras establecidas (tenemos un perfil editorial, una idea y una posibilidad claras de cómo serán nuestros libros) se podrá charlar hasta una coma si es necesario. Coseremos y pegaremos a mano nuestros libros porque creemos que el trabajo artesanal en este caso (y en general) elimina partes de una maquinaria que nos tritura. Sabemos también que es una apuesta enorme que nos demandará tiempo, que no siempre saldrá como lo deseemos, que es más larga y ardua que contratar una imprenta. Pero es nuestra apuesta. Hasta tanto no tengamos más que este sistema en el que la palabra es usada con fines de lucro y la belleza posible de la palabra y la capacidad de la palabra de generar nuevos y afortunadamente peligrosos mundos es arrinconada y apedreada sin compasión; hasta tanto éste sea el orden de las cosas y por el momento, simplemente propone un vehículo más de esa amorosa transacción que puede ser la literatura. Ni más ni menos y muy ambiciosamente. Al Filo de La Palabra Ediciones
gabriela yocco
gyocco@gmail.com
ANTILOGÍA
Gabriela Yocco nació en la Prov. de Córdoba (Argentina). Estudió música, Periodismo y Letras. Fue becaria del Centro Cultural de la Cooperación en el Departamento de Literatura y Sociedad. Se desempeñó como docente en instituciones públicas y privadas. Actualmente dicta un curso de Literatura Argentina para alumnos universitarios extranjeros en FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias y Estudios Sociales). Publicó Las horas del agua, Elogio del Grito y Tabaco y dos terrones. Permanecen inéditos varios libros de poemas y una novela: El Biombo de madera de la India. Fue premiada en varios concursos nacionales e internacionales y colaboró dando charlas y escribiendo ensayos para revistas del país y del exterior. Recibió el 1er. Premio Internacional de Poesía en el II Certamen de Literatura Social “José María Valverde” Universidad Nacional de Barcelona, en el año 2006 por su obra El llano infinito (entre otras distinciones). Actualmente coordina conjuntamente el ciclo de lectura Al Filo de la Palabra, un programa radial con Daniel Castelao y un taller de escritura con el mismo nombre. ~ 10 ~
yocco
he visto altos corredores que trazaban el laberinto del sueño y hombres oscuros como cíclopes de asfalto que trabajaban la noche y mapas blancos para los laberintos y capas oscuras para esos hombres he visto mi sangre esparcirse en las sábanas y también la tarde volverse otra sangre en inacabables parques con nombres rotos y botellas sin fondo he visto pájaros de vuelo violento y breve / morir en cada otoño con esa manera mansa y tenue de morir que poseen los pájaros y he visto también playas cubiertas de peces de escamas azules peces y peces detenidos para siempre en la calmada agonía de la arena he visto los párpados volverse una tela seca sobre los ojos amados he visto los dedos del hielo aferrar una boca y he visto la textura del aliento en la última ventana he visto la pequeña aventura del latido y su naufragio he visto amores caer sobre un árbol y deshilvanar los dedos como una rueca fría y desalada he visto mi propio rostro del otro lado del espejo ese su gesto feroz del que pierde la sed en el desierto ~9~
ANTILOGÍA
y también he visto / puedo recordarlo las marcas húmedas de mis pisadas en esas noches / esos pasillos /esos hombres cuando la vida era una sílaba sola entre los dientes la mueca del ahogado una reja verde arañando el torso de las nubes agua en pequeños vasos plásticos y silencio cuando la vida era un silencio
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yocco
llevo excesiva conciencia de mi rostro como si fuera una marquesina obscena una fruta que se pudre un cuadro en violeta y amarillos una absurda conciencia de mí de cada centímetro de la pelusa en el dorso de las manos del vello del pubis de la elástica transparencia de la piel conciencia íntima de mi pelo de su crecimiento letal del sudor de las uñas y su lenta musculatura conciencia de la curva de la córnea del arco ciliar del latido de las vísceras de la garra simia de mis pies llevo extrema conciencia de mi peso de la tarea de la gravedad sobre los párpados de cada pliegue que el tiempo pone en mí ando con este cuerpo con este barco ajado sobre el océano impecable de los días como si cargara un muerto que tanto se me parece
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ANTILOGÍA
niña reina te canto cada noche a veces es sólo tu nombre / un plañir litúrgico el vaivén de las aguas del sueño o ese murmullo primitivo y gutural parecido al silencio de los peces / de las rocas / de la eterna planicie de los árboles te canto con palabras de origen incierto con un lenguaje animal tan exacto como el alba o tus ojos acuno el misterio rendido ante el abismo cenital de los alumbramientos y abrazo mi espalda la ciño de manos y de alambres y me muevo de adelante hacia atrás de atrás hacia adelante en el momento de los timones rotos y del extravío de la brújula algunos secretos los sabe sólo tu nombre niña reina éste que canto y digo y deshago en sílabas inmensas como una casa vacía donde camina el invierno con los pies descalzos te puse de cara a la luz y me volví ancha y serena entonces agitaste tu mano de agua en el límite del horizonte dentro muy dentro de mí ~ 12 ~
yocco
y retumbé días y días sin entender el idioma ni entender este cuerpo vasija ciega no sos esas horas de látigo y de cuero en los tobillos no sos el aullido no sos la que nadaba luminosa en el cuadrante del tiempo perfecta como un dios o una palabra niña reina guardiana del silencio
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ANTILOGÍA
numeral no sé de números apenas conozco mi cifra calendaria mi tránsito por la tierra mi preciso horóscopo apenas sé los dígitos que cuentan mi salario o los días de múltiples celebraciones no sé de la medida de las paredes que albergan la morada ni de las líneas que solemnes marcan algunos límites apenas conozco cuántos grados de qué son algo a qué Fahrenheit suelen arder el papel o el sexo o a qué Celsius el agua revienta como cientos de galaxias ignoro las cifras cósmicas que separan los astros ignoro la extensión de las lenguas de fuego del sol ignoro la magnitud de los océanos ignoro la dimensión de los austeros continentes ignoro la altura de todas las altísimas cumbres pero sí sé que la medida de los absolutos pasos que anduve en este mundo circunvala la tierra a la latitud exacta del trópico de capricornio para dar de nuevo con tu nombre sólo con la cifra única de tu nombre amor mío
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yocco
en el vasto territorio de la soledad se erigen países y océanos y torres ásperas como un lamento viejo en el vasto país de mi soledad se alzan los muros de un sueño o el prisma infinito de la pesadilla o ese sabor salobre de la ausencia en el vasto país de mi soledad hay cientos de espejos que sólo reflejan los rostro idos idos como si reflejar pudieran el sentido del viento hoy no acuno ningún nombre ninguna sílaba tal vez sólo mueva en el centro vertiginoso de mi entraña la mirada buena del amigo su mano en mi espalda su voz en medio del sonido de los vidrios rotos hoy no veo el blanco encalado del cielo ni tampoco puedo ver su gris esmalte de tormenta hoy cerré los ojos tan fuerte tan duro que sólo puedo ver el interior del vasto país de mi soledad lleno de estrellas que multiplican el mareo y la náusea hoy las plantas las hojas de los libros me miran con sus ojos inexplicables en el vasto país de la soledad que comprende largos territorios de arena ~ 15 ~
ANTILOGÍA
y amplias montañas y ríos escabrosos yo me muevo como un alga o un confín porque el dolor ha tomado el poder en la pequeña región de mi cuerpo y su bandera oscura atrapa cada palabra y la vuelve un sonido infértil porque la bandera oscura del dolor es señora de mi país y de sus fronteras como si hubieran atrapado con un lazo oscuro a cada ciervo y su osamenta fatal como si hubieran puesto a cada ciervo contra un alambre para que muriese lento -pocas cosas más tristes tal vez que esa muerte lenta mansa de los ciervos atrapadoshoy no sé de nada más que las dimensiones espesas del mapa de mi soledad que despliego como si fuese ciega y palpo palpo sangrando los nudillos
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yocco
atavismo no se elige el poema no se eligen el estilete la daga la cruz ni la mordaza ni el cuero en el cuerpo ni cada palabra / no no se elige el poema nadie te corona con papeles rasgados ni te nombra emperador de la ausencia no se elige caminar entre sombras y nombrar sin eco no se eligen la piedra en las palmas o el sudor que carcome como un ácido manso nadie puede escoger el viento o encogerse ante la palabra mar ni someterse a la quietud esquiva de la palabra vuelo no se puede desear la esclavitud del verbo la sustancia pura del insomnio la oquedad sin fin de las gargantas / no sería como arriesgar el cuerpo a cada espejo o resignar la especie a la hombría del sol sería como dejar que la lluvia cayera despiadada con sus miles de agujas y no guarecer los ojos no se elige el poema es el tigre agazapado tras todo aliento con la zarpa pronta y un único temblor en la boca como el inacabable parto de los pájaros ~ 17 ~
ANTILOGÍA
mares No soy odiseo. No regreso a ítaca. Miro la espesura del mar sin esperanzas, sin prisa. En la fábula que yo he creado, alguien me espera en alguna orilla ciertamente lejana. Un fantasma de hielo y ceniza que cambia a mi antojo. Alrededor de mí recogen sogas, esparcen sebo, cruje la madera. Pero sé que no regreso a isla alguna, que carezco de patria. Que jamás partí de ninguna costa y que nadie hablará de mis hazañas. Me inclina a veces la decisión del viento. Giro, varea mi vela, acuden sirenas temblorosas sin canto. Conocer los viejos ensalmos es a veces útil cuando arrecian de tal modo las olas. No soy odiseo, mas he estado en el hades y he regresado. Guardo de recuerdo estas marcas de fuego que me acompañarán hasta que el fuego también me devore. Y un sabor a azufre que nunca cede. Hoy la mirada se licua. Hoy me pesa no regresar ni tener dónde. Pero cada ser lleva el destino escrito en esa implacable telaraña en la palma de las manos. Entonces perfecciono este simulacro, ajusto la túnica que me aplana los pechos y les grito a los marinos. Hoy la farsa debe ser casi perfecta. Se me juegan en ella todos los naufragios y el azote sin piedad de poseidón. ~ 18 ~
julia torres
electromarxismo@gmail.com
ANTILOGÍA
María Julia Torres nació el 27 de Julio de 1978, en Ramos Mejía, Buenos Aires, Argentina. Escritora de poemas y prosa, en su estilo modernista busca mezclar el surrealismo, tanto en su expresión artística como espiritual, con el realismo ruso, su milenario sufrimiento y humillación, con características propias del existencialismo de Dostoievsky, o la visión del mal de Charles Baudelaire. Reconoce en la poesía la función de conocer, partiendo de una inocencia primordial, la “poesía es todo aquello que revela la vida en verdad y belleza” por lo que no concibe al poema como una forma de ordenar palabras sino como la posibilidad de revelar la vida desde otra concepción del mundo, la de los sueños, la del inconsciente, la de la noche. Sólo lo que está hecho con la sangre de quien crea, con el espíritu de quien hace es lo que trasciende y el poeta tiene el don y la misión de transmitirlo. Proximamente su primer libro El Camino hacia el Patíbulo.
torres
Asceta He visto, el celo de un hembra perruna acariciándose sobe un tapete sucio, ondeando, por amor a la vida, su identidad ante un frígido hombre, que la miraba compadeciéndose de ella. A lo largo de toda la ceremonia, el silencio rellenó, con un alfabeto en decadencia, las ramas que se movían y las piedras abiertas, mientras la perra caía en una espiral sin fin. El cielo de estrellas ígneas no sintió, en ningún momento, el choque, ni un perro quedó a su lado. Ni la gotas de lluvia, que abrillantan las horas tristes de los hombres, se conmovieron. Tampoco una ventisca interrumpió como para que los insectos y la basura a su lado se levanten erigiendo una caricia a su pelado hocico. Las partes de sus ojos, que parecían absorberla hasta convertirla en fantasma hicieron que el hermetismo de su gesto deje ese signo en todos los que pasaban. Inexorable, la perra se aparea contra su fútil destino, sin hacer por ello que algo bueno pase, destina su hijo muerto al obligado olvido. El hombre, estúpido y torpe, le pega una patada en el vientre, sin alarmar demasiado al barro y la gente que mira. ~ 21 ~
ANTILOGÍA
Tus armas Tu serpiente de cascabel Tu cara de fusil Tu armario donde duerme la ropa Tu voz monocroma Tu fábrica de jaulas Tus dientes como muros Tu telararaña de verano Tu cita entre monumentos muertos Tus péndolas perdidas Tu reloj sin agujas Tu armadura incubadora Tu misa solemne cortada por una navaja que también corta canarios. Tus pálidas vírgenes.
~ 22 ~
torres
La imaginaria se acuesta sobre la herida I La húmeda cueva de Hécate golpeó mi pupila entreviendo la luz del levante oriental. Vivió nueve meses en el subsuelo de mi corazón, aullando entre amores roídos, que dan a otro lado, a un amor que no muere. Adherido a mi temblor, que es memoria dondequiera que el silencio lo incluya. Era muda, sorbía la leche de marfil por el iris. Y mi materia durmiente, al pie de los camellos no tardó en atravesar las agujas del invierno. Y el hijo vino, como un sexo informe, chillando en plena sangre.
~ 23 ~
ANTILOGÍA
Su gesto de la muerte atesora una máscara indecible. La tormenta del equinoccio.
II
Apostaría todo nivel de soledad para cubrirlo hasta el fondo de la sombra de sus ojos. Tapizarlo de geranios y azaleas bajo un sol que disuelva la costumbre del insomnio fulmíneo de la memoria. Gestos enterrados vivos en las últimas sombras de la hoguera de la muerte. ¿De qué habló el adiós indeleble en su rostro de ausencia?
~ 24 ~
torres
Los que miran la lluvia Hay en la lluvia un límite sagrado que deja a los amantes al borde del silencio y al silencio al borde del amor, más si el latir del corazón desgarra y en medio del silencio mezquinan las miradas la lluvia nada hace de esos desdichados. Confundidos y elevados, con la pena entre sus brazos, pretenden agarrarla como un oscuro amuleto. Hay en la lluvia de los amantes olvidados una suerte clara aunque penosa, a punto de caer, abrazada a los narcisos y amapolas, que sella sobre las maletas olvidadas marcas, que surgen un día y lo contienen todo, el germen de la pérdida y algún abril de húmeda tierra. Hay en la lluvia una melancolía que es la muerte cuando dos amantes, que se han amado se separan, para quién, ahora, el viento que sopla… para quién, ahora, el solitario cielo…
~ 25 ~
ANTILOGÍA
Acerca del frío En una noche de invierno, cuando sujeta a los clavos crucé la calle, miré hondo tiempo en los abismos y me herí profundamente en la herida, en el crepúsculo ciego de las estrellas entregadas al frío, tu silencio desprendido del viento, me invocó. Presa de un dolor, castigando a mi conciencia, observé el cielo y tapándome la cara con orgullo, lloré.
~ 26 ~
torres
Los que hablan conjuros para resistir la herida Siempre, amargamente recorriendo lo que duerme, donde el amor y el olvido son seres que llegan en verano. Siempre están aquí, son los de la pálida pena silenciosa. El que saltó, el que bebió, el que no durmió; el que sacude mi casa, la niña clara de la soledad, la niña abandonada por el tiempo, contemplando sus manos. Son similares a Dios, me hacen para sofocarme en la humedad, me oprimen con el eco de su risa, no me dejan sola en la noche de hielo. Me laceran en dos mitades, en el umbral de sus derrotas, me entierran en la nervadura de un escalofrío. Pero me convierten en rehén de su propia muerte. Y el corazón en tanto, verdugo de su propio deceso trae mi sangre sonámbula para hundirme hasta adentro, adonde caigo. Y en la enajenada travesía de puertas abiertas basta mirar la fisura que envuelve cada cosa para sumergirse en una inminencia a solas, a medias con la Muerte. ~ 27 ~
ANTILOGÍA
Es difícil decir el último invierno, la última orilla, a solas, contemplando la intemperie. Aunque me prometen paraísos benditos y ojos que agrandan mi escritura, dones bajo un puñal y un corazón que late junto a las hormigas Hay trampas aquí que me impiden hasta el fondo de mí, envueltas en la piel fría de la última palabra.
~ 28 ~
torres
La existencia secreta de los muertos Un río raya el pelo de la cabra, en los sepulcros que se yerguen de las excavaciones de roca. La criatura deshabitada atraviesa cavernas. Se expande el origen de una bestia acosada por su naturaleza de resonancias infinitas: amuleto, protege mi corazón, mi cuerpo requiere de incienso, el ave de cabeza humana ha salido al día desde la tumba... robé el alma de quien mata serpientes, bailé entre la sangre… La sombra de un difunto se adivina con magia. Aquí todo eleva a abandonar el significado humano, donde el fuego, limbo incandescente del porvenir, rescata dominios magnéticos del símbolo de su caída. El hombre no tiene dominio, ya no hay direcciones primordiales, la existencia secreta de los muertos usa la alquimia para burlarse de dios.
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ANTILOGÍA
Mi corazón, mi látigo Yo tenía una verdad, que eché a andar todos los días una sola historia se alzaba hacia el planeta que se gestaba, desde los cimientos de los bosques con sus climas, de rodillas trémulas, sobre una tumba ladeada en la hueste de los cuernos. Al principio, sobre colinas penetrantes, caí hacia el ángel frío con el hueso en el árbol del invierno. Y todas las maderas escritas que se mecen sobre los pájaros en el lenguaje de una única luz, cantaban a los árboles mi herida de madrugada.
~ 30 ~
facundo floria
pasta.frolia@gmail.com
ANTILOGÍA
Dicen que Facundo Gastón Floria nació durante la celebración del equinoccio de la primavera del año 1980. Luego se perdió entre los signos, no se sabe bien cuándo. Parece ser que primero fueron numéricos y luego lingüísticos, pero quedó enamorado de las interacciones. En esas tinieblas, firmó con su nombre dos libros: Por la rejilla del baño y mundo ciudad mundo perfecto, editados por Ediciones el Escriba. Su cuento Ventilador fue premiado en el concurso Palabras escritas, palabras dichas, organizado por la misma editorial. También cofundó y codirige la revista literaria Ficcionario, que sigue en busca de seguir existiendo, como él, en el sentido más amplio de las palabras.
floria
Me estoy desmembrando. Pero es asĂ: Voy pensando por un lugar lejano y mi cuerpo se niega a seguirme. Entonces, con una cuchara, voy escarbando dentro mĂo para buscar las cosas que quieran pensar un poco en otro lado, destrozando sin querer el resto de la pasta viva. Luego mi cuerpo deja de ser yo y mi mente se queda con cosas que no funcionan y sale a caminar, casi satisfecha. Y yo y mi cuerpo, separadamente, nos sentamos. Destrozados. A esperar que vuelva.
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ANTILOGÍA
Lo más raro de no tener cuerpo es tener las manos y la boca y los ojos y el dolor. Quizás haya sido un pacto con alguien, una promesa vaga de puntos suspensivos que violenta y aleatoriamente resuenan en comas o puntos finales que le piden a e s a s p a r t e s q u e s e m u e va n y discurran algún cuento vagabundo para unirse y funcionar en el mundo de los hombres, de los hombres sin cuerpo.
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floria
Aunque nos pese, aunque las flores chorreen por los agujeros y los gatos naden en la arena o las moscas rojas nos señalen el recorrido de un laberinto; aunque nos pise la angustia y nos convenga subir o bajar la altura de nuestras cabezas, aunque los pisos estén llenos de cenizas y los muertos se pregunten por qué sigue; aunque no todo esté hecho de literatura, todas las figuras me señalan y me preguntan si fui yo el que las dije.
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ANTILOGÍA
Y soñando me dijo que no, que mejor suponer que no estaba soñando sino que hay escenarios infinitos donde las figuras se muestran y bailando construyen la historia.
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floria
Cuando notaba que vivir era vivir en algún mundo, prefería conversar con gatos y caracoles, con sombras y manos enguantadas, con piernas de muslos negros buscando aliados que también confundan a la muerte con los sueños y la esperanza.
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ANTILOGĂ?A
Romperse la cabeza contra la nada es uno de los ejercicios que deja la marca mĂĄs apreciada por algunos amantes: un agujero que deje entrar y salir, en movimiento perpetuo, sustancias existenciales que demuestren claramente que eso de ser vos y yo es solamente un artefacto.
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floria
No señor, reaccionó inmediatamente, yo soy un trance que se mece entre las cosas, soy un funcionamiento decorado, una oscilación errática, una conjunción textual, una aberración del lenguaje, una mancha de gotas que se pierden en el horizonte de mi experiencia.
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ANTILOGÍA
Hay una zona de pérdida de sentido donde se entra y, a veces, es un día de cascabeles.
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floria
Aparte de las hormigas y las piedras blancas, Bernabé miraba los nombres de las calles, los adoquines esmaltados y las palomas harpías que navegaban sus sueños más obtusos buscando también en ellos atrapar elementos que lo ayuden a transportar significados hacia la parte de afuera de sus suposiciones.
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ANTILOGÍA
Entonces Bernabé, en el medio de un campo de ruinas o silencio, buscaba en el bolsillo la sonrisa que le quedaba, la colocaba en forma oblicua y salía a caminar silbando la canción que dice que nunca, que siempre hay que seguir caminando hacia la noche que moja sus pies descalzos de verde.
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daniel castelao
danielcastelao@gmail.com
ANTILOGÍA
Daniel Adrián Castelao nació en 1967 en Capital Federal, ciudad en la que reside. Sus primeros pasos como “letrista de rock” lo llevan ahora a la poesía. Técnico en Quimeras, su primer poemario editado en agosto de 2014 por Editorial Subpoesía. Participó en las antologías Himnos Nacionales de Añosluz Editora (2014), Poesía Bajo La Autopista 3 de Clara Better Ediciones (2015) y Maresia de Editorial Dunken (2015). Es asiduo participante de encuentros poéticos en Bs As. Coordina el ciclo de poesía “Al Filo de La Palabras” junto a Gabriela Yocco, con quien co-conduce, tambien el programa de radio homónimo y los ciclos “SinesteCia” y “Vademecum, poemas recetados”. Está trabajando ahora en Postales de Ingenuidad su próximo libro de poesía en prosa y el poemario La Piel de la Memoria que saldrán durante 2016.
castelao
En los sonidos que trae la noche se agazapan historias tragadas por las sombras. Un teléfono resuena pieza vacía retumba la oscuridad lo puedo oír lo puedo presentir eco de soledades. El chapoteo en una cuneta raudo colectivo bufando en un semáforo que hace temblar. Un ladrido a lo lejos a la luna a un gato
a las sombras.
Disparos una sirena al otro extremo taconeo fugaz en la vereda. Una alarma perdida advierte de la madrugada acechando y muy al sur canta un gallo todavía queda algo de suburbio.
~ 45 ~
ANTILOGÍA
No hay poesía. Las palabras se me niegan escondidas, temerosas, acurrucadas Dentro de la garganta, en las manos, bajo los brazos, sobre el pecho, entre las piernas. Solas, inútiles, se niegan a salir. Sin sentido mostrarse oídos ciegos ojos sordos , su destino final. Era mi poesía. ya no. Mis palabras se rindieron antes. Pero se que volverá cuando deje de esperarla.
~ 46 ~
castelao
Dicen “el pasado está grabado en piedra”. Dicen. Pero no es así. Es Humo en un cuarto cerrado Ondula, ciega, deja ver. Cambian su forma, el paso del tiempo y los anhelos. El pasado no se borra se queda a merodear, intenso, como el olor a madera que se quema.
~ 47 ~
ANTILOGÍA
Los otros, lo público, lo extraño. Lo banal, lo rígido, lo concreto. Raja la carne, espacios huecos. Lúgubre alegría, debilidad tibia. Puños crispados. Carmín mis venas tiñen, destiñen mañanas de tierra bajo mis pies. El viento arrasa. Raudo me satura este frío que surca recovecos de mí, donde íntimo un tercero siega lo que me ciega. Lo público, lo banal, lo concreto. Lo rígido, los otros, lo extraño. Resto absoluto, mellan mi alma, mi íntima conciencia.
~ 48 ~
castelao
Aunque no haya huellas ni presagio: los juegos se anteponen al llanto, como la caricia presiente la mano; como el perfume dibuja el jazmĂn, la sombra prolonga la columna; el amante precede al amor, como el amor sobrevive al amante; como el sol hace el camino, la lluvia erosiona la piedra... Aunque inevitablemente: como el amante precede al amor, la sombra prolonga la columna; la lluvia erosiona la piedra, como los juegos se anteponen al llanto; como el perfume dibuja el jazmĂn, la caricia presiente la mano; el amor sobrevive al amante, como el sol hace el camino... Aunque no haya huellas ni presagio, Inevitablemente... ~ 49 ~
ANTILOGÍA
He sido mucho: fui azúcar caída fuera de la taza. Los rastros de una goma de borrar sobre la falta ortográfica. El estribillo mal aprendido de una melodía de moda. La rueda de ejercicios de un hámster. La púa de una guitarrista inexperta. La pestaña que no se adhiere a ningún pulgar. El segundo de silencio entre canción y canción. Ahora soy: el golpeteo nervioso de los dedos sobre la mesa de este bar. M e n s aj e s co mo co mp añí a e n aq u e l v i aj e. La mirada sostenida unos segundos. La vara testigo de un árbol. La jaula vacía de un canario. El caracol que no comenta los secretos del mar. .
~ 50 ~
castelao
Y me quedo rasgado en dos como una hoja (de ningún árbol), enroscando su tiempo al viento. Como un círculo naranja (de furia concéntrica) que limita con el borde de la vida. Quebrado como débil tirante (de ningún techo) quieto sobre la superficie del agua. Como un cuadrado rojo (de abstracta figura) que encierra el alma de los hombres. Desparramado como la sangre (de ningún cuerpo) vacío alrededor del fuego. Así estoy mientras desfilan rostros sin voces
~ 51 ~
ANTILOGÍA
"...Or play the game existence to the end..." John Lennon
No soy prudente me lanzo al vacío de existir sin medir el desenlace me arrebato por pasados que amedrentan mi retorno pero vuelvo a caer una, otra vez. Estoy vivo. Me pregunto: cuando volví a ser un extraño?
~ 52 ~
castelao
Dispersa su imagen lĂquida en gotas de lluvia. Voy a buscarla por reflejos de agua de calles vacĂas. Sale el sol, todo lo seca, no mĂĄs espejos. Me siento en la vereda y lloro. Entonces la veo derramarse desnuda en mis manos y la beso hasta beberla toda.
~ 53 ~
ANTILOGÍA
ω SI TENGO QUE PEDIR SI TENGO QUE EXPLICAR SI DUELE NO ES SI NO QUISE HACER PERO HICE SI ESPERO Y NO ME DAS SI ES MENOS DE LO QUE FUE NO ES EL CARMÍN ES CARMÍN CUANDO ES BESO CUANDO ES VINO CUANDO TIÑE PERO TAMBIÉN CUANDO MANCHA CUANDO SANGRA CUANDO DESTIÑE ES CARMÍN SI TENGO QUE BUSCARLO SI HAY QUE RESCATARLO SI ES NECESARIO REVIVIRLO ENTONCES NO ES
~ 54 ~
marcelo bagnati
marcelobagnati@gmail.com
ANTILOGÍA
Marcelo Bagnati: Buenos Aires 1956. Trabajador comunitario, antropólogo, de vez en cuando escribe poemas y otros textos. Colaboró y editó algunas publicaciones populares: La posta en San Cristóbal; Pueblo, Fe y Trabajo; El barrio de los corrales, Global en Español. En 2000 crea, edita y dirige Antropofagia –La máquina de picar antropólogos-. Publicó carpetas, cuadernos y libros con sus poemas: Poesía por la voz (1975), La obsesión de la belleza (1985), Adoquinazo (1987), Digo vos mi amor (1995), Cuy (1998), Mitos y Ritos seguido de Letanías y Plegarias (2004), siempre en forma artesanal por esa cuestión de religar al productor con su producto. Dirigió el taller literario “César Vallejo”. Fundó el grupo “El Adoquinazo”. Forma parte de “Al Filo de la Palabra” Actualmente dirige el Centro Cultural y Artístico “EL CÁNTARO”. Todavía está convencido de que la realidad se puede transformar…
bagnati
FALSOS HAIKUS VISTOS DESDE EL SILLON DEL ESCRITORIO
ANTILOGÍA
bagnati
Como una rĂĄfaga Un torbellino gris AsĂ, la vida.
~ 59 ~
ANTILOGĂ?A
Una hoja a la deriva, navegando en una zanja.
~ 60 ~
bagnati
Una estaca en el fondo del mar calmo. El pez la mira.
~ 61 ~
ANTILOGĂ?A
Una piedra por el aire detenida que el viento mece
~ 62 ~
bagnati
Una sombra que se esconde luminosa en las tinieblas.
~ 63 ~
ANTILOGĂ?A
Un dedo Una mano Un cuello Una rodilla Un parietal derecho
~ 64 ~
bagnati
Un escapulario Una reliquia.
Una u単a Una muerte Un altar
~ 65 ~
ANTILOGÍA
Una pluma Un almohadón Una vasija
Un final.
~ 66 ~
INDICE 7
19
gabriela yocco
julia torres
31
facundo floria
43
daniel castelao
55
marcelo bagnati
Gestado en Buenos Aires al Quinto Mes del A単o 2016