Sobre el Renacimiemento

Se reinicia la caminata por una peregrinación, cuyo principal objetivo es la supervivencia. De repente uno se da cuenta de dónde provenían todas la presiones sociales, de cómo ha condicionado su vivencia su entorno y comprende que nada se ha resuelto por haber hecho ningún tipo de anunciación o de confesión, por haber cruzado un primer umbral.

Todo lo contrario, el conocimiento adquirido previamente nos hace saber como funciona la máquina del sistema en el que vivimos, y lo que supone encarnar una identidad disidente en un mundo diseñado para encajar.

Después de un largo período de letargo, que parece haber ocupado toda la vida, se convierte en un despertar angustioso, como haberse levantado de una pesadilla; pero asentado en la rabia y la ira, y con la asunción de una actitud inflamable, necesaria para encarar y afrontar toda la violencia que puede llegar a infligir al patriarcado sobre todas aquellas personas que ocupan las esferas de la feminidad.

Este enfado, a menudo tan castigado por la vox populi, es el motor del cambio, que se irá relajando a lo largo del tiempo y se aprenderá a gestionar y canalizar en provecho de la comunidad. Como dice la canción, deberíamos dejar el mundo sólo para quienes lo cambian todo.