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SWING EN EL PARAÍSO
Cuando un amante del golf visita República Dominicana, no puede dejar de jugar en Punta Espada. Desde sus inicios, ha ganado múltiples reconocimientos entre la comunidad mundial de este deporte. Ocho de sus hoyos se juegan ya sea a lo largo de o sobre las aguas del mar Caribe, incluyendo el espectacular y hermoso par 4 en el hoyo 17. Por Daniel Panedas, texto / Juana García, fotografías
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guas transparentes y arenas soñadas en un trayecto por la costa de Punta Cana, el casco histórico de Santo domingo y todo el lujo de exclusivos resorts, donde se hospedan ricos y famosos. Tal y como decía un comercial: «República Dominicana lo tiene todo» y está lista para recibir a todo aquel que llegue en búsqueda del descanso y la diversión. Las playas son el principal atractivo de un país que ocupa los dos tercios orientales de la isla de La Española. Los cocoteros y palmeras se suman a la vegetación y a sus maravillosos parques naturales de insospechable variedad. En su montañoso territorio se encuentra el Pico Duarte, el más alto del Caribe. El clima en República Dominicana es magnífico y apto para desarrollar las dos principales actividades económicas que sostienen a su población: la agricultura y el turismo, por lo que no es de extrañar que cada año reciba a millones de visitantes. Uno de los destinos más buscados es Punta Cana, situado a doscientos kilómetros al oeste de la capital, en la provincia de La Altagracia. Debe su nombre a una gran palmera que forma densos y extensos palmerales de hasta cien metros de altura cerca del mar: la palma cana, la palma de sombrero. Este oasis de playas con arena blanca y agua de color turquesa, es la sede de numerosos hoteles exclusivos que esperan con las puertas abiertas a los viajeros que buscan el paraíso. Otro de los sitios que no puede dejar de visitar es La Romana, con cuatrocientos kilómetros de arena blanca. Es un sector conocido por sus paisajes y por ser uno de los principales productores de azúcar. Aquí sobresale la pequeña localidad de Altos de Chavón, una imitación de un pueblo mediterráneo del siglo XVI, lugar donde muchas celebridades han presentado sus espectáculos mundiales, entre ellos Frank Sinatra y Carlos Santana.
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La afamada revista Planet Golf ha posicionado a Punta Espada en el #46 dentro de los 100 mejores campos fuera de los Estados Unidos, y en el país la revista lo considera como el #2.
Una parada obligatoria es su capital. Con más de tres millones de habitantes, Santo Domingo es una ciudad cosmopolita y, posiblemente, la más vibrante de toda la región del Caribe. Mantiene el prestigio de ser la más antigua del Nuevo Mundo, por lo que presume, entre otras primicias, de tener la primera calle, la primera catedral, la primera universidad y el primer hospital de las Américas. Las noches de fiesta que ofrece esta urbe, las idas y venidas junto al Caribe a lo largo de su malecón y, sobre todo, el conjunto de palacios del siglo XVI que resguardan su zona colonial, son una muestra de todo lo que tiene para ofrecer.
En República Dominicana existen campos de golf desde 1920, pero es ahora cuando esta actividad se perfila como una verdadera fuente para atraer visitantes e inversionistas. Desde hace algunos años, este país se ha convertido en uno de los sitios de moda para los aficionados del mundo de este deporte. Su localización es estratégica, ya que se encuentra entre Cuba y Puerto Rico. Aunque su clima es un poco caluroso, es perfecto para jugar todo el año. Los golfistas pueden disfrutar de más de treinta opciones de campos, más que en cualquier otro destino en el Caribe, y muchos de ellos frente al mar. Esta tendencia hizo que también las leyendas del golf se sintieran atraídas por dejar su firma como diseñadores en la isla, entre ellos Pete Dye, Jack Nicklaus, Robert Trent Jones Sr., Gary Player, Tom Fazio, Nick Faldo, Nick Price y Greg Norman. Sus campos de gran prestigio han hecho al país merecedor del premio Mejor Destino de Golf del Caribe en dos ocasiones. Y en cuanto a la oferta hotelera, cada año es más amplia, con propuestas que van desde los grandes resorts de 1500 habitaciones a pequeños hoteles boutique retirados del ruido. Pero la diversión no termina en el último hoyo, pues cuando la jornada deportiva concluye, llega el momento de disfrutar de la agenda cultural más activa del Caribe. El crecimiento de la industria turística dominicana sigue imparable, muestra de ello es el repunte que tiene el país. La oferta incluye excursiones en tierra para los cruceros, visitas al patrimonio histórico, entretenimiento, gastronomía, compras y las exuberantes playas. Sin importar su hándicap, los campos de la isla prometen una experiencia única y retadora y, además de jugar, tendrá la posibilidad de tomar clases con reconocidos profesionales.
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EL PRIMER DÍA EN PUNTA ESPADA Lo primero que hice al llegar fue hablar con mi buen amigo David Arias, que me puso en contacto con su primo, Carlos Arias, quien es uno de los mejores golfistas locales y que, en su momento, llegó a jugar de forma profesional en Estados Unidos. Junto con Carlos y David elegimos el recorrido, solo restaba rezar para que el swing no nos abandonara. La salida de Santo Domingo fue muy temprano, me entregaron el Audi A3 Sedan que sería mi compañero de viaje y emprendí el rumbo hacia Punta Espada en Cap Cana, donde nos esperaba Efrén García-Estrada, y en lo personal una gran sorpresa. Luego de haber jugado en lugares tan diferentes como Montecarlo, Abu Dabi, Miami o Punta del Este, me topé con el campo que más me ha deslumbrado en mi vida, y no precisamente porque lo haya jugado bien. Punta Espada es sencillamente espectacular. El colorido de su grama, la jardinización, las mansiones a los costados del campo y el entorno natural son increíbles, y son el marco para un trazado genial. Los hoyos que dan al mar también son asombrosos, en especial cuando el agua pega en las rocas y se levanta apenas a metros del green. Si tuvieran que nombrar hoyos me quedaría con el dos y el cuatro en la primera vuelta y con el doce, trece y dieciocho de la segunda. El trece es el ícono del campo, un par tres soberbio que se juega de tee a green por encima del agua. Los últimos hoyos los hicimos con brisa, lo cual terminó de maltratar mi pobre tarjeta, pero al final la puntuación fue anecdótica. Lo importante fue la sensación de haber jugado en uno de los mejores campos del mundo y, a mi criterio, el mejor en el que he jugado.
REPÚBLICA DOMINICANA EN CIFRAS Extensión territorial: 48 511 km2. Habitantes: 9,1 millones. La planta hotelera se encuentra muy por encima de las 60 000 habitaciones. Su topografía incluye dieciséis parques nacionales, bosques exuberantes, mil kilómetros de playas y sus 30 campos de golf. El país recibió 4,7 millones de turistas en 2013, seguido por Cuba con 2,8 millones y Jamaica con 2 millones. En 2013, la ocupación hotelera promedio fue de 87,3%.
La costa este de República Dominicana es la región más visitada del país y el destino de moda del golf en el Caribe. La zona se distingue por sus resorts de turismo todo-incluido que bordean alrededor de 75 kilómetros de playas de arena blanca.
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ESCENARIO DE JUEGO El recorrido incluye un escalofriante tiro sobre el mar y un green delimitado por las aguas color turquesa del Caribe. Punta Espada incorpora al ciento por ciento la grama paspalum, la superficie preferida en los climas tropicales por su resistencia al agua salada y su vibrante color verde. Ocho de sus hoyos se juegan ya sea a lo largo de o sobre las aguas del mar Caribe, incluido el par cuatro en el hoyo diecisiete. El hoyo trece, considerado insignia del campo, es un largo y difícil par tres de doscientos cincuenta yardas.
Ubicación: Cap Cana, Punta Cana Contacto: www.capcana.com Número de hoyos: 18 Extensión: 7396 yardas
Par: 72 Diseñador: Jack Nicklaus Apertura: 2006
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