A V A N T l i f e
L U X U R Y
Hennessy,
250 a帽os de arte y tradici贸n Es usual que la gente se confunda cuando hablamos de Cognac. Normalmente se puede asumir que es una bebida, pero, en realidad, es una denominaci贸n de origen para designar el m谩s exquisito brandy que se produce en el mundo.
24_25
Por: Daniel Panedas (texto y fotografías).
Cognac es una comuna perteneciente al departamento de Charente, Francia, no muy lejos de Burdeos ni tampoco del mar. El pueblo de unos veinte mil habitantes vive, respira y otorga la denominación de origen a esta maravillosa bebida que tiene una tradición muy particular. Para entender la historia del «vino quemado» debe remontarse a su origen, que se puede ubicar por el siglo XII, cuando se comenzó a destilar vinos como una forma de conservarlos. En el siglo XIV se popularizó al descubrirse que cuando este aguardiente se guardaba en barricas de madera, mejoraba sustancialmente su sabor. Es bueno hacer la salvedad al usar el término aguardiente no se debe confundir con la bebida así nombrada en diferentes países, especialmente en Colombia. Ese «vino quemado» —también llamado holandas, porque era el principal destino de consumo— luego adquirió el nombre de brandy, diminutivo de brandewijn, que es «vino quemado» en holandés. Esta bebida se hizo famosa en Inglaterra, aunque los principales productores siguieron siendo Francia y España. De hecho hay solamente tres denominaciones de origen protegidas: Cognac y Armagnac, en Francia, y Jerez de la Frontera, en España. Así, Jerez tampoco es una bebida sino un origen controlado. Las tres tienen características y regulaciones diferentes, pero la más famosa por lejos es Cognac; para poder usar ese nombre se deben cumplir normas muy estrictas, como la doble destilación en alambiques de cobre, un período de guarda de al menos dos años en barricas de roble, debe ser producido exclusivamente en esa región y utilizando determinadas variedades de uvas, como Ugni Blanche, Folle Blanche o Colombard. El vino que se produce
es seco, ácido y con poca graduación alcohólica, lo cual no lo hace nada atractivo para el consumo, pero excelente para ser destilado. Las áreas de cultivo, de acuerdo con la calidad del suelo en la zona, están divididas en seis Crus: Grand Champagne, Petite Champagne, Borderies, Fins Bois, Bons Bois y Bois Ordinaires. Todo está estrictamente controlado: cómo, cuánto, cuándo, dónde. Solo así se garantiza que cualquier botella que salga hacia el mundo lleve una calidad sin fallas.
Richard Hennessy fue un irlandés que peleó para Francia bajo las órdenes de Luis XV y, por su valor, fue compensado por el rey con tierras en las cercanías de Cognac, donde en 1765 inició un negocio comercial de producción de licor. Su hijo, James Hennessy, fue muy importante en el crecimiento de la empresa, que pasó a ser sinónimo de coñac. Si bien la compañía ahora pertenece al grupo LVMH, el mayor grupo global de marcas de lujo, la octava generación de la familia Hennessy sigue involucrada, lo que garantiza el respeto de todos los valores que han acompañado a la marca durante 250 años.
FEBRERO_2016
A V A N T l i f e
LA EXPERIENCIA El verano ya estaba dando paso al otoño en Francia. Partimos desde Gare Montparnasse, en París, hacia Angulema . La sinfonía espesa de colores que se dibujaban con la velocidad del tren, nos elevaban casi a otra dimensión. Era como levitar mientras Francia desfilaba ante nuestros ojos. Amo Francia. Desde Angulema hasta Cognac, el último tramo, fue entre viñedos bañados por los últimos rayos de sol de un domingo cualquiera en Charonte. Al llegar nos esperaba mi querido amigo Gilles Veluzat, responsable de Hennessy para América Latina y el Caribe. La ciudad de Cognac es sobria y elegante, se siente la calidez de la gente y el respeto extremo a las tradiciones. Se percibe el orgullo de saber que el mundo los está esperando mientras ellos esperan que maduren sus mejores barricas. Esa primera noche salimos a cenar con Gilles y su encantadora esposa, el lugar elegido fue Le Coq d´Or, el mejor lugar de la ciudad. Primero un Hennessy XO para abrir el apetito. Luego, un festival de ostras, escargots, vieiras, calamares y langosta que casi roza la gula, acompañado de abundante champagne Moët & Chandon. Mientras nuestras esposas platicaban en francés, con Gilles hablábamos de política, licores y restaurantes. Antes de llegar al postre, ya habíamos pasado la medianoche entre risas y anécdotas. Y todo continuó. A la mañana siguiente, a las nueve en punto, pasaron por nosotros Patrick, nuestro guía, y un traductor. Primero a recorrer viñedos para conocer y probar las uvas; luego, a la destilería, a ver de cerca todo el proceso y, por último, a la tonelería para saber cómo se construyen o restauran las barricas que darán toda la personalidad al coñac. Tres pasos simples, tres mundos independientes que conspiran para lograr magia.
L U X U R Y
26_27
Regresamos a Château Bagnolet para el almuerzo, donde recibí una amplia presentación de la nueva coctelería a base de coñac. Un delicioso almuerzo, una pequeña caminata por los inmensos jardines, un rato de lectura y listos para seguir. Château Bagnolet fue la residencia de la familia Hennessy durante mucho tiempo, ahora es un lujoso alojamiento de solamente ocho habitaciones, destinado para los invitados especiales y donde se han hospedado figuras tan ilustres como Charles de Gaulle o la reina de Inglaterra.
FEBRERO_2016
A V A N T l i f e
L U X U R Y
Es sabido que en Francia se toman muy en serio el tema culinario, pero cuando un chef de la categoría de David Fransoret explica en la mesa sus especialidades, estamos ante una experiencia única.
En la imagen, a la izquierda Jean-Pierre Vidal, miembro del Comité de Degustación de Hennessy; al centro nuestro intérprete; a la derecha, Daniel Panedas.
28_29
De izquierda a derecha, Daniel Panedas, Maurice Hennessy y Carolina de Panedas.
El campo en Golf du Cognac no es difícil, pero tiene sus secretos. La mayor dificultad extrañamente está en los hoyos más cortos. Su gran particularidad es que uno puede salir del fairway y recoger un racimo de uvas de los viñedos en cualquier momento. El Comité de Degustación de Hennessy está integrado por siete miembros, quienes deciden la estrategia de productos a nivel global. Fue un gran honor que uno de ellos, en este caso Jean-Pierre Vidal, me diera una cata personalizada, algo que rara vez ocurre y que por eso aprecio muchísimo. Recorrimos toda la escalera de productos, comenzando por el V. S. (Very Special), el V. S. O. P. (Very Special Old Pale) y el XO, hasta allí lo que ya conocía. Luego ascendimos al Paradis y, por último, al Paradis Imperial. Una experiencia infinitamente disfrutable para un fanático como yo. Ya de regreso en Bagnolet, un baño reparador en una tina del siglo XIX y a alistarnos para la cena formal. La preparación estuvo a cargo del famoso chef David Fransoret. Comenzó con un pedido que me cumplieron, quería probar el H250, un coñac que el maestro Yann Fillioux ensambló como homenaje a los 250 años de la marca y que recientemente había sido lanzado al mercado mundial. Para consentirme más todavía, David preparó unos canapés a base de azafrán, perfectos para ese maridaje. Maurice Hennessy, octava generación de la familia y Embajador Global de la marca, se unió a nosotros para cenar. Cuando uno se encuentra con este tipo de personajes, las conversaciones pueden tender a la eternidad, porque el abanico de temas de conversación es inagotable. Luego de la exquisita cena alargamos la sobremesa con Gilles hasta bien entrada la madrugada, disfrutando del incomparable Paradis Imperial. Al día siguiente, y tal como habíamos acordado, a las siete de la mañana pasaron por mí. Tomé mis zapatos de golf y salí, en la puerta me esperaba un chofer impecablemente vestido en un Audi A6 para llevarme al club Golf du Cognac. Allí me aguardaba Gilles, poco antes de las ocho estábamos ya pegando en el tee del hoyo uno. Este es un campo hermoso, rodeado de viñedos por todas
Daniel Panedas y Gilles Veluzat.
partes. Fumamos puros, probamos uvas y jugamos buen golf, primero bajo una fina llovizna y al final con cielo totalmente limpio. Perdí sin atenuantes, pero ya pactamos la revancha para cuando Gilles venga a Guatemala, en La Reunión, y prometo hacer valer la condición de local. Mi esposa se unió para el almuerzo en el Club House y de golpe nos dimos cuenta que las 48 horas se habían esfumado. A buscar las maletas y a la estación de tren para regresar a París. Nos dimos un abrazo con Gilles, le agradecí todas las atenciones y quedamos en volver a vernos pronto. Esta fue una experiencia de esas que uno recuerda para siempre, estuve en la cuna de Hennessy, el coñac más famoso del mundo. Sumergido en los paisajes que nos ofrecía el viaje de regreso, de pronto me vino a la mente una reflexión, cuando uno más se acerca al lujo, más entiende que no se trata de dinero, sino de conocimiento.
FEBRERO_2016