El sindicato ha sido durante muchas décadas un espacio masculino. Es decir, ha sido una institución de hombres y para hombres. Las trabajadoras no han sido incorporadas, representadas o defendidas por el sindicato de trabajadores hombres. Cuando han ingresado al mismo, el poder masculino las ha ignorado o relegado. Los problemas específicos de las mujeres trabajadoras no eran considerados en los reclamos sindicales.
Se trata entonces de desarrollar en el sindicato y desde el sindicato una acción colectiva que deslinde con el patriarcado en el ámbito gremial. El objetivo es construir un sindicato de iguales, de hombres y mujeres, dónde ningún afiliado o afiliada sea discriminado/a, hostilizado/a, maltratado/a o relegado/a por su condición de hombre o mujer.
Las organizaciones sindicales siguen esperando que las mujeres resuelvan esta situación solas, significa que estamos exigiendo a quienes sufren las consecuencias de la discriminación que logren superarla, sin modificar las condici