Revista Paula, 18 de agosto de 2019

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FEMINISMO

la mercantilizaciรณn de una causa






EQUIPO

El sketch de la semana

Por Catalina Bu

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Director de La Tercera José Luis Santa María Directora de revistas Andrea Eluchans Editora general Sofía Aldea Subeditora Manuela Jobet Editora Paula Cocina Ariel Richards Periodistas Constanza Espinoza, Andrea Hartung, Consuelo Lomas, Victoria Misito, Patricia Morales, Emiliana Pariente, Francisca Urroz, Alejandra Villalobos Dirección de arte Silvia Caracuel Editora general de diseño Fernanda Dagorret Diseño Sibila Pollmann, Sofía Valenzuela Producción Magdalena Chahín, Magdalena Mendía, Dominga Sivori Fotógrafos Nicolás Abalo, Rodrigo Cisterna, Alejandra González, Jaime Palma, Juan Pablo Sierra Corrector de textos Gabriel Reyes Gerenta de ventas red femenina Ximena Borrowman Ejecutivas de ventas Constanza Plá, Andrea Sanhueza Gerente general y representante legal Andrés Benítez Pereira Impresión A Impresores S.A., que actúa solo como impresor

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18 de agosto 2019

Revista Paula. Fundada en 1967. Editada por Copesa S.A., perteneciente a Grupo Copesa. La declaración de intereses se encuentra en www.grupocopesa.cl/declaracion. Domicilio: Apoquindo 4660, piso 8, Las Condes, Santiago, Chile. Fono: 22550 7000. Correo electrónico: hola@paula.cl. Derechos reservados ©Copyright Paula. Las opiniones vertidas por diferentes autores en esta revista, como asimismo el contenido y forma de los avisos publicitarios, son de exclusiva responsabilidad de quienes los emiten o pagan por su inclusión, no teniendo PAULA, por tanto, ninguna responsabilidad al respecto. Corresponde en forma exclusiva a PAULA la decisión de aceptar o rechazar avisaje publicitario. Prohibida toda reproducción, total o parcial, del material de esta revista. Impresión: A Impresores S.A.





BREVES

La semana

Estos son los contenidos de Paula.cl que seleccionamos para pensar, conversar y reflexionar durante la semana.

Lo que tienes que ver #NUEVOSCOMIENZOS Más que una revista para mujeres, Paula es un medio hecho por mujeres. Y los tiempos han cambiado: somos mucho más que papel. Por eso decidimos tomar la oportunidad que nos presentan las plataformas digitales y las redes sociales para tener un canal directo de comunicación. El rol de la mirada femenina es abrir nuevas conversaciones, nuevos espacios. A partir de ahora serán sus experiencias, preguntas e inquietudes las que darán vida a nuestros contenidos.

_ Lo más comentado

¡Escriban! No queremos ser un monólogo sino que un diálogo Lo que les gusta Lo que no les gusta Lo que está de más Lo que está de menos Pregunten Sugieran Critiquen Cuenten Nos interesa y lo necesitamos

#HablemosDeAmor Amor de infancia, amor de barrio #MásLento Vida perra

#Reutilízalo El choclo como materia prima reutilizable

_Lo estamos trabajando Para nuestra próxima edición estamos investigando sobre maneras de disfrutar del deporte sin amarrarnos a aplicaciones ni presionarnos con metas imposibles. Si tienes sugerencias escríbenos a

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MODA

Los elegidos

Por Dominga Sivori

Foto Alejandra González

Blusa 0versize de lino, $35.990, Zara.

Blazer estampado príncipe de Gales, $72.990, Esprit.

Jeans pitillo, Saville Row, $39.900

Botines de cuero café, disponibles también en negro, $79.990, Mango en Falabella.

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Por Dominga Sivori

Foto Alejandra González

Polerón, Tommy Hilfiger, $74.990. Cartera, Hush Puppies, $79.900. Zapatillas, Move Hush Puppies, $56.990. Chal, Adolfo Domínguez, $68.900. Sombrero, Adolfo Domínguez, $68.900. Jeans, Wados, $25.990. Suéter, Rockford, $89.990. Cinturón, Amphora, $6.900. Zapatos, Amphora, $24.900.

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BELLEZA

Lo que tienes que probar

Colágeno Texto Andrea Hartung

Ilustración Paula Blanche

Representa alrededor de G del total de las proteínas de nuestro organismo y es fundamental para la firmeza y elasticidad de la piel. Su producción empieza a decaer a partir de los 25 años, y el consumo de alcohol y tabaco deterioran sus fibras, lo que conlleva al envejecimiento prematuro. Aunque los productos de belleza no van a agregar colágeno una vez que su producción empieza a bajar, sí lo pueden estimular con distintos activos.

Económico

Promedio

Exclusivo

FACTOR HIDRATANTE

MEZCLA IDEAL

LUJO ABSOLUTO

Las cremas para estimular la producción de colágeno pueden prevenir el envejecimiento prematuro, especialmente cuando además hidratan la piel. Este simple paso ayuda a eliminar líneas finas provocadas por la deshidratación.

Cuenta con arctiina, un principio activo que acelera la renovación del colágeno en las células de la piel, y con silimarina, un antioxidante que protege el colágeno y la elastina, y mejora la circulación a nivel celular.

El extracto de caviar estimula la producción de colágeno en las células de la piel, mejorando su firmeza. Esta crema cuenta con ácido poligalacturónico, que ayuda a mantener la piel hidratada y con una sensación aterciopelada.

L’Oréal, Hidra-Total 5, crema humectante, $4.999.

Eucerin, Elasticity + Filler, crema de día. $25.990.

La Prairie, Skin Caviar Luxe Sheer, crema de día, $395.990

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CLASIFICADOS

Qué - Cómo - Cuándo

Para ver En esta era digital dejamos a diario, sin darnos cuenta, una larga estela de datos personales en las distintas plataformas con las que interactuamos. Aceptamos la política de privacidad sin saber para qué se usan esos datos, pero ¿qué pasa si esos datos caen en las manos equivocadas? The Great Hack expone esta problemática mediante el sonado caso de Cambridge Analytica y su intervención en las últimas elecciones de EE.UU. mediante el uso de datos de 80 millones de usuarios de Facebook con los que armaron un perfil sicológico de los votantes y atacaron a los identificados como indecisos en los swing states (estados difíciles de pronosticar). La elección se decidiría a favor de Trump por 70 000 votantes en tres estados clave. The Great Hack es un verdadero thriller digital que documenta de primera fuente los detalles de este caso y las implicancias éticas, legales y políticas que puede alcanzar un simple ‘me gusta’. The Great Hack (2019), Netflix.

Para leer

Consumo consciente Santiago Vintage Market En tiempos en que la importancia de reciclar y cuidar el planeta se hace más relevante, la ropa vintage se transforma en un buen aliado del consumo consciente. Bien lo saben los organizadores de Santiago Vintage Market, que en su segunda edición invitaron a nuevos nombres del diseño nacional como Baquelita, que tiene como sello la transformación de prendas aplicando técnicas de teñido, bordado y tejido. También estará Slow Pieces, que presentará una selección de pantalones unisex a la cintura con cortes de los años 50, además de variados accesorios reciclados como cinturones y prendedores. 24 y 25 de agosto de 12 a 20 horas en Espacio Villavicencio / Casa O de Lastarria, ubicado en Villavicencio 395, esquina Lastarria.

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“¿Preferirías amar más y sufrir más o amar menos y sufrir menos? Creo que, en definitiva, esa es la única cuestión”. Con esa pregunta –que quizá todos nos hemos hecho alguna vez– empieza esta novela que desgrana el romance de Paul, de 19 años, y Susan, una mujer casada de 48. Con la Inglaterra de los años 60 de fondo, es esta relación el centro de un relato profundo, intenso y nostálgico que habla del amor y de cómo gracias a él –o por su culpa– vamos cambiando. La única historia, Julian Barnes. Anagrama.


Para probar

Para leer (y mirar) La tendencia de tener y cuidar plantas en interiores crece en el mundo. A principios de este año The New Yorker publicó un extenso reportaje preguntándose por qué los millennials estaban convirtiendo sus casas en verdaderas selvas, haciendo eco de las millones de cuentas en Instagram de usuarios-jardineros que se consideran ‘padres’ de plantas. Una de las cuentas pioneras de este tipo fue @BoysWithPlants, que comenzó como una pequeña comunidad de jardineros que compartían sus mejores tips y que hoy está convertida en una galería de inspiración, tanto de plantas como de sus dueños. La idea creció tanto que recientemente su creador lanzó Boys with plants: 50 boys and the plants they love, un libro de tapa dura con 50 especies de plantas de interior y cómo cuidarlas, que se puede encontrar por doce dólares en Amazon. Un deleite visual, con un buen lado práctico.

En una casa totalmente renovada en la zona de Pedro Valdivia Norte, el chef Andrés Vallarino – Bar Central, Hogs y La Superior– acaba de abrir Comedor Común, su primer proyecto en solitario, del que él mismo está a cargo del servicio que, por ahora, funciona solo al almuerzo. Su carta es acotada y con productos de primer nivel: ganadería de libre pastoreo, pesca artesanal y verduras y frutas solo de temporada. Los platos cambiarán cada dos semanas y como mínimo habrá dos opciones de entrada y tres de fondo, además de un postre. Por estos días ofrecen un tártaro de vacuno con yema confitada, encurtidos caseros y chips de topinambur ($6.400, entrada), y un imperdible guiso de garbanzos y calamares que incluye alioli con tinta de calamar y pedacitos de alcachofa ($8.200, fondo). Todo en porciones para compartir. En las tardes la cocina se transforma en un espacio de talleres para aprender de parrilla coreana o preparar mozzarella y burrata o gyosas coreanas. De lunes a viernes de 13 a 15.30 h. La Herradura 2722, Providencia @comedorcomun.




GUÍA

Aprender para no depender

¿Cuánto debo ahorrar? Por Pata Morales y Francisca Urroz

Ilustración Sofía Valenzuela

Es difícil, pero tener ahorros no solo da tranquilidad económica, también nos permite no depender de un trabajo que no nos gusta. Y aunque a veces no lo hacemos porque tenemos deudas o creemos que la plata no nos alcanza, los expertos coinciden en que es solo un tema de orden y que, aunque sea poco, todo suma.

TRES APPS QUE PUEDEN AYUDAR.

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Mint: disponible solo en inglés, permite marcar objetivos de gastos, ahorros mensuales y recordatorios de pagos.

2. Splitwise: ideal para quienes

¿POR QUÉ AHORRAMOS LAS MUJERES?

comparten gastos con la pareja o amigas, incluye un administrador para gestionar el presupuesto y los responsables de cada pago.

3. Tiendeo: gracias a su busca-

27%, casa propia 20%, emergencias o imprevistos 18%, educación Fuente: Encuesta de Ahorros 2018, Mutual de Seguros de Chile.

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dor de productos y tiendas, permite encontrar las ofertas que hay alrededor para no gastar de más.


TODO SUMA

“Muchas creen que no tienen capacidad de ahorro porque llegan justas a fin de mes, pero es un tema de orden. Se puede partir con $5 mil, un monto que podemos gastar sin darnos cuenta. Juntar los vueltos en monedas o comprar una cajetilla de cigarros menos al mes. Son gastos marginales para nuestra economía mensual, pero a largo plazo es significativo y puede servir para hacer un viaje o comprar algo que siempre hemos querido”, explica Paulina Alarcón, de Banco Estado.

UNA DÉCADA AHORRANDO “Cuando empecé a trabajar vivía con mis papás y ahorraba el 80% de mi sueldo. Cuando me casé, con mi marido ahorrábamos el 30%. Luego nacieron nuestros hijos y la capacidad de ahorro disminuyó, pero nunca dejamos de hacerlo. Hace un mes hubo una reestructuración en mi empresa y me despidieron, pero gracias a mis ahorros y al hecho de que no acumulo deudas (solo el dividendo), no me desesperé y pude rearmarme. Empecé a controlar más mis finanzas y me di cuenta de que el supermercado era nuestro principal gasto. Busqué una manera de reducirlo y así nació mi emprendimiento COMOQUIERO, una aplicación que ayuda a ahorrar en la alimentación. Hoy estoy 100% enfocada en la app. Haber sido precavida me dio la oportunidad de probar, y pese a la carga económica de tener 4 niños me siento libre”. Bernardita Sepúlveda, 37, ingeniera comercial, 4 hijos, socia de @ como.quiero.

MÁS ALLÁ DEL COLCHÓN

Cuenta de ahorro: generan rentabilidad en un periodo determinado y tienen disponibilidad inmediata. Depósito a plazo: se le entrega equis monto al banco a cambio de recibir intereses. Pueden ser fijos o variables y permiten saber con anticipación cuánto se ganará en determinado momento. APV: se crearon para ahorrar por sobre la cotización obligatoria en la AFP con el fin de mejorar la pensión.

ROMPER EL CHANCHITO

Para renunciar a un trabajo y empezar un negocio la ingeniera comercial y fundadora de Genias, Jimena Zapata, recomienda:

1. Calcular los gastos mínimos para vivir. 2. Empezar el emprendimiento antes de renunciar (los fines de semana o tiempo libre) hasta que el negocio cubra el 30% de los gastos mínimos.

3. Luego hay dos opciones: esperar que el nuevo negocio cubra el 100% de los gastos, y una vez que se logre renunciar. La segunda: formar un ‘fondo de despegue’ que cubra de 3 a 6 meses de gastos mínimos, si a este ‘pozo’se suman los ingresos del emprendimiento, podría durar hasta un año (tiempo suficiente para que el negocio se estabilice).

Se denomina ‘gasto hormiga’ a todas las compras no planificadas: el café, el agua en botella o el taxi. Estos son los primeros que se deben recortar, ya que pueden representar hasta el 20% del sueldo.

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REPORTAJE

El fenรณmeno de las zapatillas Texto Rita Cox

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Ilustraciรณn Gertrudis Shaw


Más de coleccionismo y colecciones en Paula.cl

¿Por qué todos usamos zapatillas? ¿Se trata de comodidad y preocupación por el estado físico? Sí. Pero esa razón tiene su origen a fines del siglo 19 y en el primer tercio del 20, cuando la condición física comenzó a ser parte de la agenda de los gobiernos en EE.UU. y Europa. Eso se tradujo en una democratización de los modelos y en símbolo de estatus, valores vigentes. Un buen ejemplo actual es el personaje del multimillonario Bobby "Axe" Axelrod, que en cada capítulo de Billions (Netflix) estrena un nuevo par que termina convirtiéndose en el modelo más pedido en las tiendas de la vida real. Más allá de la carga cultural y simbólica, de diseño y tecnología de cada modelo, esta es una industria que solo en 2017 movió $55.000 millones de dólares, según la consultora Global Edge. Y esta es la cifra del mercado formal, ya que por cada edición aparece la venta secundaria de piezas limitadas que, de manera calculada por las marcas, suben el valor en el mercado. ¿Las consecuencias? Compañías como StockX, con sede en Detroit, dueña de la plataforma de comercio electrónico StockX.com, que desde 2015 mueve los hilos de la reventa. eBay es otra.

LA PLATA QUE HAY DETRÁS

“Estas son las Air Jordan 3 Cemento. Podrían ser las zapatillas de deporte más importantes en la historia. Lanzadas por primera vez en 1988, iniciaron la comercialización de Nike como la conocemos. Las Air Jordan 3 Cemento Negro hicieron por las zapatillas lo que el iPhone por los teléfonos”. Así parte la charla TED de Josh Luber, ‘sneakerhead’ o coleccionista de zapatillas. En 11 minutos el fundador de Campless, consultora que rastrea el mercado secundario para las ventas de zapatillas, explica cómo estas piezas deportivas y ahora también de uso diario mueven una economía millonaria. Ejemplos: las Jordan 3 Cemento Negro lanzadas en 2011 se agotaron en segundos en tiendas. Si el precio original fue de US$ 160, en eBay alcanzaron tres veces esa cifra. ¿El modelo de Volver al futuro? US$ 8.000 pagaron los fans.

LA BIBLIA DE LAS ZAPATILLAS

700 páginas, tapa dura, formato 21 x 31,5 cm, textos bien documentados y excelentes fotografías a color. The ultimate sneaker book, lanzado en 2018 por Taschen, es el capítulo más glorioso de Sneaker Freaker (www.sneakerfreaker.com), la revista especializada en la cultura de las zapatillas de Simon “Woody” Wood, quien en 2002 partió con un fanzine punketa y actualmente comanda un medio que circula en cuarenta países y tiene oficinas en Melbourne, Londres y Berlín. Con toda autoridad como editor, Wood despliega la trama de cincuenta marcas deportivas y de lujo como Nike, Puma, Vans, Balenciaga y Louis Vuitton. Los textos e imágenes permiten entender completamente por qué las zapatillas tienen tanto valor simbólico. $40.000 durante agosto en librerías Contrapunto. ($53.000 precio de referencia)

El más reciente capítulo de esta trama lo lidera Columbia, que tras 80 años de historia enfocados en prendas outdoors, a principios de agosto lanzó la línea de zapatillas SH/FT, que en una misma pieza combina diseño, tecnología y funcionalidad para ser usada en la ciudad y en la naturaleza. El primer golpe en la industria de Peter Ruppe, conocido como “el genio de las zapatillas”, tras dos décadas en Nike.

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9 millones de zapatillas al año son

revendidas en Estados Unidos, moviendo cerca de 1,5 millones de dólares.

EL STEVE JOBS DE LAS ZAPATILLAS Desde 2018 que Peter Ruppe es el vicepresidente de Footwear de Columbia. Su primer golpe es la línea SH/FT, zapatillas urbanas diseñadas para el outdoor.

¿Por qué tras 80 años Columbia estrena su primera línea urbana? Queremos atraer a una generación más joven, de 25 para arriba, y mejorar nuestra relación con las mujeres. Los jóvenes han crecido en una cultura de las zapatillas, es parte de su identidad y estilo de vida. Salen de la universidad,

entran al mundo laboral y se instalan en espacios pequeños. De ese modo los parques y la calle se transforman en una extensión de sus casas. A la vez valoran la experiencia de viajar. Diseñamos una zapatilla multiuso; un modelo que les permite toda la comodidad para ser usada en ciudad y también en la naturaleza. Hacer trekking en la urbe y en un cerro. Tener pocas cosas, pero de buena calidad. ¿Qué rol cumplen las mujeres? Determinan que debe ser un producto atractivo, que les den ganas de usar. Eso marca los materiales y los colores. Además son especialmente preocupadas del fit. ¿Qué hay en estas zapatillas? Movimiento, fluidez. Las zapatillas son movilidad. Luego, es avanzar hacia los mejores materiales, los más robustos, el waterproof, un acolchado realmente innovador. ¿Qué quieren comunicar con esta línea? La idea base es “ir más allá de las expectativas”. Vivimos en un momento especialmente sensible con el medioambiente, por lo que buscamos estimular la experiencia de estar cerca de la naturaleza, hacer actividades afuera, salir de la zona de confort.

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REPORTAJE

La mercantilizaciรณn de una causa Texto Emiliana Pariente

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IlustraciรณnGertrudis Shaw


Hace unas semanas se lanzó Mother’s daughter, el útimo single de la cantante e ídola de adolescentes Miley Cirus. El videoclip, que a la fecha suma más de 45 millones de visitas en YouTube, muestra un fondo rojo en el que se lee Feminist AF en letras grandes de neón. Una reminiscencia, se podría decir, del concierto de Beyoncé de 2014, en el que la palabra feminista reflejada en un telón fue la protagonista del show. En 2017 –año en que el movimiento #MeToo repercutió a nivel mundial y la revista Time otorgó el título de Personas del Año a las mujeres que lo iniciaron– la búsqueda en Google del término feminista aumentó en un 70%, razón por la que el diccionario digital MerriamWebster la tildó como palabra del año. Fue también ese año que la industria de la moda y gran parte del retail decidieron tomar una postura; ‘We should all be feminists’ fue una de las frases vueltas eslóganes que irrumpieron en las pasarelas de la Semana de la Moda en París, y cuyo mensaje se ha reproducido, desde entonces, en distintas versiones. Pareciera ser que el espíritu irrefutable de la época es feminista; desde el alza en la visibilidad del término, a las múltiples campañas publicitarias que adhieren al movimiento, reina la impresión de que vivimos en un mundo que lucha por los derechos de las mujeres y en el que no existe lógica patriarcal. Las cifras, sin embargo, indican lo contrario. En lo que llevamos de 2019 se han registrado 26 femicidios en Chile, y según cifras entregadas por la Red de Mujeres por

la Ciudad, un 12% evita ciertas calles de Santiago por miedo a ser acosadas, maltratadas o violadas. Como si fuera poco, el año pasado el Global Gender Gap Report estableció que Chile ocupa el lugar 128 –de 149 países evaluados– en la igualdad de pago por trabajos similares, con una brecha salarial del 30 al 45%. Claramente existe una notoria disociación entre el imaginario creado por el mercado y las redes sociales, en el que todos parecieran ser simpatizantes de la causa, y lo que se da en lo cotidiano. ¿Pero cuáles son las consecuencias de que una causa social sea usada por el mercado? ¿Ayuda a popularizar un discurso o lo banaliza? Para Lorena Fríes, abogada y directora de Corporación Humanas, la masificación del feminismo, sea de la forma que sea, es clave para su desarrollo. “Que el mercado se apropie de la causa no es contradictorio. Feministas son todas hasta que se pruebe lo contrario, independiente de si lo dicen a través de las redes sociales o mediante una alianza comercial, porque estas son acciones que suman a la difusión de un concepto que ha sido invisibilizado por mucho tiempo. Si bien el discurso se tiene que reflejar en las acciones diarias, tampoco hay que ser más papistas que el papa. La coherencia absoluta que se espera de las feministas es una trampa del patriarcado”. Pero este es un debate en pleno proceso. Sarah Banet-Weiser, académica de London School of Economics y especialista en temas de género, advierte que no hay que ser ingenuas respecto a las razones por las que el

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30% más vale, en promedio, una marca que genera contenido con equidad de género versus las que dirigen sus contenidos publicitarios al público masculino. consultora kantar millward brown (2019)

mercado se apropia de los movimientos sociales. “La visibilidad siempre es importante para un cambio, pero de por sí no significa un cambio. El feminismo popular, ese que se da actualmente en las redes, que incorpora a las celebridades y acciones de marketing, siempre va ser más fácil de digerir que uno que critica la estructura patriarcal y los sistemas racistas y de violencia. Pero existe el riesgo de que ese feminismo no genere un cambio estructural de fondo; es un feminismo seguro que apela a las mujeres de manera individual y no como un colectivo", dice. “Creo que podemos ser feministas, actuar de manera feminista, tener una cosmovisión feminista y aun así vivir dentro del capitalismo. Lo importante es que descubramos formas de desafiar las normas y valores capitalistas como el individualismo, el consumo y los intereses privados. Y

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construir una manera en que este sea un sistema que defienda los derechos de las mujeres”. En un análisis publicado en 2018 en el medio británico The Conversation, la autora Naomi Schalit planteó que con el surgimiento del feminismo neoliberal actual, que alienta a las mujeres a centrarse en sus propias aspiraciones, la causa social se puede viralizar y vender más fácilmente. “Este feminismo reivindica el privilegio de clase, de raza y la hetero normatividad, porque ciertamente las mujeres que han tenido más privilegios se ven beneficiadas”, explica. “Es por eso que las soluciones que propone no significan un cambio real”. Y es que el feminismo que es fácil de difundir, y que apela a la masificación más que a una profundización, no implica una desestabilización de las estructuras. “Como dijo Gilles Deleuze, el capitalismo se caracteriza por ser un sistema complejo que busca capturar cualquier sentido de expresión política, social y cultural con tal de sacar un beneficio. Si esto va acompañado por un trasfondo real en el que las marcas se cuestionan, por ejemplo, qué roles y estereotipos están perpetuando a través de sus tallas, entonces es un aporte. Pero históricamente lo que ha pasado es que el mercado muestra su apoyo a través de cambios superficiales que en lo concreto no tienen mayor impacto”, dice Carla Rojas, coordinadora de Inclusión y Género de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile. “El riesgo es que se apropien de estos espacios –que los gobiernos se proclamen feministas o que las marcas adopten sus mensajes– pero que no se


“El femvertising tiene como meta principal generar ganancias. El mercado considera a su audiencia como consumidores, no como actores políticos. Por eso, aunque una mujer se sienta identificada con ese tipo de publicidad, hay que tener en cuenta que están enfocados en vender antes que cualquier otra cosa”. sarah banet-weiser.


genere un feminismo de base que considere todos los niveles y todas las clases sociales, como sí se ha hecho en Argentina, por ejemplo”. De las doce demandas planteadas en el mayo feminista –entre las que destacan una educación no sexista y el fin de la violencia sexual al interior de las universidades–, el único tema que no ha sido abordado a nivel social y político es quizás el más importante: la brecha salarial, que en nuestro país es una de las más grandes del mundo. “Somos muy buenos para el tuit y para decir que apoyamos la causa, ¿pero qué tanta sororidad existe entre mujeres? Evidentemente no se puede pensar el feminismo en una sola dimen-

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sión, entonces o cambia todo o no cambia nada. Y los riesgos de un feminismo que se queda en el eslogan o en la pancarta son, justamente, que no cambie nada”, plantea Rojas. La consultora Kantar Millward Brown analizó a principios de este año que una marca que genera contenido con equidad de género vale, en promedio, un 30% más que las que dirigen sus contenidos publicitarios al público masculino. Esto se viene analizando desde 2014, cuando la compañía de medios digitales SheKnows concluyó que el tratamiento de temas de género en la publicidad es clave para fidelizar a las consumidoras. “Esto no es nuevo. Pasó antes con personajes

como el Che Guevara y Frida Kahlo, y se va a seguir dando porque así funciona el mercado. Lo que no hay que perder de vista son las consecuencias de entablar una alianza comercial y de transferir la propia ideología a corporaciones o marcas que tienen una lógica de venta”, dice Melissa Chacón, candidata PhD en el Departamento de Estudios de Género de LSE. “Es difícil trazar la línea porque hay buenas intenciones y se está elevando la conciencia, pero se corre el riesgo de entrar en un terreno en el que pocos tienen una genuina preocupación política y comunitaria. Lo importante es saber que no porque se hable de feminismo el tema está resuelto”.



ESPECIAL PAULA.CL

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Masculinidad


Revisa nuestro especial Masculinidad en Paula.cl

Aprender a vivir de nuevo Por Manuel José Villalón en conversación con Manuela Jobet

Ilustración Alejandra Acosta

Estaba casado y mis dos hijos mayores ya habían nacido cuando con mi familia nos fuimos a vivir a Seattle. El plan era irnos dos años, tiempo que duraba la beca que había recibido de la OMS, pero al terminar hice un magíster y después un doctorado en bioingeniería en la Universidad de Washington. Finalmente nos quedamos diez años y mi tercera hija, la Solcito, nació allá. Durante esa experiencia yo estaba bien a cargo de los niños: los llevaba al doctor, los inscribí en el colegio, iba a las reuniones de padres y apoderados, y organizaba las salidas que hacíamos los fines de semana, porque nos gustaba ir de excursión y de camping. Ellos allá tenían un mundo bastante autónomo; se iban solos al colegio en la micro escolar y cuando volvían en las tardes a la casa entraban y se preparaban cosas para comer. No eran niños grandes, el mayor tenía ocho años, pero crecieron en un entorno que genera un espacio de bastante independencia, pero seguro. Vivíamos en las casas que la universidad tiene para estudiantes con familias como nosotros. A pesar de eso, siempre, por mi manera de ser y por cómo fui criado, estuve muy involucrado. Obviamente los niños necesitan cariño, pero necesitan también seguridades. Necesitan una comida rica, salir de paseo, hacer cosas entretenidas. Sentir una dinámica familiar que esté ubicada en contextos en los que los papás aportan, y ellos también participan.

Pienso que darme cuenta de que en Estados Unidos las familias viven un quiebre importante, propio de su cultura, cuando a los 18 años los niños se van de la casa para estudiar fue algo que me hizo evaluar seriamente el hecho de volver a Chile. Para mí esta separación no era tan positiva, algo que allá es natural. Podían estar preparados desde el punto de vista práctico, pero no sé si tanto desde el punto de vista emocional y los lazos afectivos propios de nuestra tradición latina. Así es que cuando se me dio la posibilidad de volver a trabajar, nos vinimos. Era principios de 1991 y mi entonces mujer se quedó allá terminando sus estudios. Con los tres niños llegamos a la casa de mis papás y empezamos a conectarnos con las redes que habíamos dejado. Con mis hermanos, con los amigos, con la familia. Tiempo después nos instalamos en una casa que habíamos comprado tiempo antes y a la que iba una persona a ayudarme. Yo iba a buscar y a dejar a los niños al colegio, a las reuniones de apoderado. Creo que siempre reconocieron que yo era importante para ellos, no solo en lo afectivo, sino que también era alguien que generaba un contexto de apoyo para que pudieran desarrollarse y ser tan diversos como eran. Cuando mi mujer volvió, en junio, estuvimos un tiempo juntos y después nos separamos. Ella decidió irse a vivir al Sur porque se había especializado en acuicultura y allá iba a tener mejores oportunidades laborales, así que se fue con los niños. Estuvieron en Chiloé, Castro, Ensenada y en

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“La pérdida de mis hijos me duele porque mi vida con ellos fue tan buena, que es por eso que su ausencia me pone triste. Si no me importaran, no me dolería. Duele porque fueron importantes, porque me hicieron feliz, porque enriquecieron mi vida y tuvieron impacto en quién soy”.

Puerto Varas, ciudad donde vivían al momento del accidente en que murieron, el 7 de mayo de 1995. Ese día fueron a ver a la hermana de mi exmujer, que tenía una casa camino a Ensenada. Llovía torrencialmente, y la lluvia hizo que el exceso de agua del estero Minte se llevara un puente y el camino desapareció. Quedó un socavón tremendo en el que cayeron los autos que iban pasando, y luego cayó un camión enorme encima de todo. En la camioneta iban mi exmujer, su cuñado, mis tres hijos, un amigo de mi hijo mayor y una prima de los niños. El accidente fue de noche. Al día siguiente, mi exsuegra me llamó para contarme lo que había pasado. Que habían muerto todos. No me acuerdo mucho de esa conversación, pero recuerdo que llamé desesperadamente a una persona cercana que trabajaba en una agencia de viajes para decirle que necesitaba volar a Puerto Montt lo antes posible. Me acuerdo también que alguien me contactó para decirme que su hermano que vivía en Puerto Varas me iba a ir a buscar al aeropuerto, y una amiga me consiguió alojamiento allá. No tengo muy claro lo que hice esa noche. Sé que al día siguiente fui al Registro Civil y a la morgue a reconocer a los niños. Se veían bien, pero a Manuel Francisco no lo habían encontrado todavía. Él salió de la camioneta para tratar de salvarse, y eso es una cosa que me amargó, el hecho de imaginarme que estuvo solo. Creo que eso es lo más difícil que me ha tocado. Supongo que las niñitas también estuvieron vivas tratando de salir de la camioneta hasta que el camión cayó encima. Imaginarme ese minuto me desarma. Pensar en qué habrán sentido. Con lo de Manuel Francisco entendí lo que significa tener a alguien que se perdió y que no lo pueden

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encontrar, porque no puedes hacer el cierre. Yo sabía que estaba muerto, pero siempre está la mínima esperanza. Eso es duro. Como escribió un sobrino en parte de una poesía dedicada a sus primos: “Solo nosotros quedamos aquí, en esta tierra opaca, deshojados, despojados, entre el dolor de la ausencia y la esperanza de la resurrección”. Para mi suerte, después de unos días lo encontraron. Tengo un buen recuerdo del funeral, que fue en el Sur. Primero hubo una misa y luego nos fuimos caminando al cementerio de Puerto Varas. Poder caminar con el silencio y la tranquilidad de un día nublado con llovizna te ayuda a ir despidiéndote en paz, sin desesperación. Manuel Francisco era el más par conmigo. Era el más grande y quizá por la identidad masculina éramos más cercanos. Jugábamos béisbol y teníamos conversaciones. Creo que sentía que si yo estaba cerca, las cosas funcionaban. Teníamos diálogos prácticos, de cómo asegurarnos que él tuviera claridad para asumir las reglas. La María Luisa era muy cariñosa, muy niñita, tradicional. Me acuerdo una vez que estaba preparando algo y se cortó con un cuchillo. Su primera reacción fue “no te preocupes, papá, yo creo que voy a estar bien”. Siempre estaba preocupada de que no fueran a pensar que ella no estaba contribuyendo a facilitar las cosas. Era muy preocupada de escribirme, de que estuviéramos bien. Y la Solcito era mucho más independiente. Ella nació en un entorno en el que las cosas se daban naturalmente. Si había sol, estaba bien; si estaba nublado, nos ponemos un abrigo y seguimos estando bien. Después de todo lo que pasó vinieron períodos en los que notaba que a la gente le daba no sé qué preguntarme del tema. Creo que no existen recetas de cómo reaccionar,


pero si lo haces con cariño y delicadeza, nunca puedes equivocarte. Si lo haces pensando en la otra persona y no en ti, también está bien. A veces uno se acerca al dolor de otros desde la propia incertidumbre, desde el qué me pasaría a mí si me tocara vivir algo así. Hay que hacerlo con delicadeza, con sencillez en las palabras. Han pasado más de veinte años desde el accidente y siento que el tiempo ayuda, pero evidentemente hablar de esto me emociona. Como ahora estoy más viejo, me cuesta más contener mis emociones. Hay una carga afectiva y de historia importante. Estoy convencido de que mi mamá se enfermó por esto, y mi papá también lo pasó mal. Me tocó cuidarlos por muchos años intensamente, y eso también fue sanador. Desde chico me enseñaron a cuidarme y a establecer redes con la gente de mi entorno para pedir ayuda. No sé si lloré tanto con alguien en particular, pero cuando lo hablo, siempre lloro. Eso para mí está bien, lo hago sin aspavientos. He asumido que algo así produce un dolor que empieza a ser parte de tu esencia. Este dolor siempre lo voy a tener que cargar conmigo, pero en parte lo agradezco ya que me duele porque mi vida con ellos fue tan buena, que por eso su ausencia me pone triste. Si no me importaran, no me dolería. Duele porque fueron importantes, porque me hicieron feliz, porque enriquecieron mi vida y tuvieron impacto en quién soy. Con esto me di cuenta de que no tengo que superar el dolor y ser otra persona. Lo que tuve que hacer, y tengo que hacer constantemente, es aprender a vivir con esta experiencia, que es parte de mi identidad y mi historia. Porque el dolor es inseparable a las alegrías que me dieron y a la vida que vivimos juntos. Unos años después que pasó todo esto me volví a casar. A la Carmen Luz la conocía desde chico y nos empezamos a acompañar naturalmente. De a poco empecé a participar en su vida e incluso le hacía los turnos de sus niños en el colegio, porque estaba acostumbrado a eso. El 5 de septiembre de 1998 nos casamos por el Civil y un jesuita nos bendijo las argollas, gesto importante para nosotros. Hicimos una celebración en la casa de una amiga, con 50 invitados. Cocinamos nosotros y cada uno declaró de qué manera le parecía que lo que nosotros estábamos haciendo le hacía sentido. Después nos fuimos de luna de miel con sus tres

niños, a quienes yo conocía desde mucho antes, a Playa del Carmen. Algunos años después nos casamos en la parroquia cerca de donde vivimos actualmente. Los niños siempre estuvieron primero, y creo que eso fue muy importante porque nos preocupamos de avanzar según nuestros tiempos, y los de ellos también. Eso hizo que reconocieran que mi llegada a su vida había sido un aporte a la familia. Me dicen Nolo, y siempre he sentido que ese apodo deja constancia desde el principio de que tenemos una suerte de complicidad. Siento que me quieren y me consideran una persona muy importante en sus vidas, que tenemos una relación basada en los afectos. Con ellos hemos vivido una historia en la que ha habido amor, cariño, respeto y cuidado. Yo los quiero porque nos hemos dado la oportunidad de querernos y construir juntos la historia de nuestra familia. Las mujeres cargan a los hijos dentro en su organismo, cosa que un papá jamás va a poder conocer desde el punto de la relación biológica, pero los hombres sí podemos ser parte importante de la crianza. Y los papás tenemos que trabajar por eso. Yo fui un padre preocupado de tener una historia de afectos que determinaran que mis hijos se relacionaran de cierta manera conmigo, y en el caso de los hijos de la Carmen Luz también, porque me gusta cuidar y me gusta que las personas aprendan a sentirse seguras y preparadas para la vida. Creo que todos tenemos la capacidad de recuperarnos porque nuestra vida es nuestra, y nadie la puede hacer de otra manera. Soy bastante convencido de que los ciegos son los que no quieren ver, y es por eso que me parece muy importante la forma en que uno se hace cargo de la vida que quiere tener. La relación que generé con los niños que tuve y los que tengo es muy importante respecto a quién soy. Es parte de la vida que elegí, dentro de mis posibilidades. Obviamente hay cosas que nos pasan que nos tiran para abajo, pero la misma vida que te tira para abajo te entrega las oportunidades para ser mejor. Y para mí, esta familia fue una oportunidad de serlo. Manuel tiene 66 años y es profesor titular en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

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COCINA

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Invierno naranja Textos Francisca Urroz Producción Paula Cocina Recetas Isidora y Pilar Kraemer, fundadoras de Clementina

Desde que el premio Nobel de Química Linus Pauling propuso en los 70 que altas dosis de vitamina C podían prevenir el resfrío, la naranja se transformó en la estrella del invierno. La creencia popular les dio el mismo protagonismo a las zanahorias en el verano para lograr un buen tono. Mitos o no, no es ningún secreto que las frutas y verduras anaranjadas gozan de buena fama gracias a sus propiedades antioxidantes. Mientras la naranja es rica en vitamina C, que ayuda a la reparación de los tejidos y la producción de colágeno, la zanahoria contiene altas concentraciones de betacaroteno, pigmento que se transforma en vitamina A, uno de los más potentes regeneradores de la piel. Otro clásico de esta temporada es el zapallo, rico en antioxidantes, betacaroteno y vitamina C, que también es una buena fuente de magnesio y potasio. “Además aporta ácido fólico, fundamental para el periodo de gestación, ya que

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participa en la formación del sistema nervioso del embrión en formación”, dice la nutricionista Clara Swinburn. La revelación es el kumquat. Conocido como ‘la naranja china’, se come con piel incluida, por lo que aporta flavonoides (protectores de la oxidación de las células), que ayudan a prevenir accidentes cardiovasculares. Además de vitamina C, contiene potasio, ácido fólico y es rico en fibra. Su sabor, un poco amargo, lo convierte en una fruta ideal para preparar chutneys y salsas. “Las formas de cultivar y el uso de pesticidas han hecho que en los últimos 15 años los alimentos hayan perdido el 30% de los nutrientes que solían tener. La alimentación sigue siendo clave, pero las necesidades del cuerpo no están siendo cubiertas, por lo que además de comer este tipo de productos es recomendable suplementar con cápsulas”, afirma la doctora María José Silva, máster en Envejecimiento y Longevidad de la Universidad de Barcelona.



Solomillo con chutney de kumquats (Para 5 personas) Tiempo de preparación: 40 min. Tiempo de cocción: 40 min.

15 años

En los últimos

las formas de cultivar y los pesticidas han hecho que los alimentos pierdan un

30% de los nutrientes que solían tener.

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1 kilo de solomillo o filete de cerdo Aceite de sésamo Sal Pimienta Para el chutney: 1 cebolla morada 1 manzana roja 400 gramos de quinotos O taza de vinagre de arroz Sal y pimienta Jengibre fresco rallado Cardamomo en polvo 1. Para el chutney: blanquear los kumquats en agua hirviendo por 2 minutos. Repetir 3 veces este proceso, para sacar su amargor. Luego dejar estilar, cortar por la mitad o en 4 y eliminar las semillas. Reservar. 2. Cortar la cebolla en cubos pequeños y saltear en una olla caliente con aceite de oliva. Agregar sal, pimienta, jengibre fresco y cardamomo. Cuando comience a dorar, agregar la manzana en cubos, los kumquats (ya blanqueados) y el vinagre de arroz. Cocer a fuego bajo hasta que se evapore el 90% del líquido. Si se pasa, se puede agregar un poco de agua o caldo. 3. Limpiar el solomillo, marinar con sal, pimienta y aceite de sésamo. Calentar un sartén con aceite de sésamo y sellar el solomillo por ambos lados, dorando bien. Agregar el chutney y dejar 10 minutos a fuego bajo para terminar la cocción. Servir bien caliente.

Tarta de zapallo (Para 6 personas) Tiempo de preparación: 1 hora. Tiempo de cocción: 20 min. 300 gramos de masa philo Aceite de oliva 1 kilo de zapallo 1 cebollín grande o 2 chicos (se usan enteros) 2 cucharadas de aceite de coco Salvia Sal y pimienta 300 gramos de ricotta (de almendras para versión vegana) Rúcula para acompañar

1. Cortar el zapallo en cubos y el cebollín en rodajas; poner en una budinera con sal, pimienta, aceite de coco y salvia. 2. Llevar al horno precalentado a 200 grados por 30 minutos o hasta que el zapallo esté blando. Sacar, enfriar y moler con una cuchara, que quede rústico. Agregar la ricotta de almendras y revolver. 3. Para armar la tarta, pegar cuadrados de masa philo con aceite de oliva entre cada capa, formando una superficie que cubra la base de un molde de 25 cm de diámetro y queden pestañas. Poner en el molde, rellenar con el zapallo y doblar los bordes para cubrir lo que alcance. 4. Hornear en horno precalentado a 200 °C por 20 minutos o hasta que la masa se vea bien dorada. Servir caliente acompañado de ensalada de rúcula.


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El kumquat Conocido como la “naranja china”, es rico en vitamina C, ácido fólico y potasio.

Galletas veganas de naranja y damasco turco (Rinde para 18 unidades) Tiempo de preparación: 15 min. Tiempo de cocción: 15 a 20 min. 130 gramos de avena 160 gramos de harina 120 gramos de azúcar rubia 60 gramos de coco rallado 90 gramos de miel de palma 100 gramos de aceite de coco 1 cucharadita de bicarbonato disuelto en 3 cucharadas de agua 100 gramos de damascos turcos cortados en cubos Ralladura de 2 naranjas

1. Mezclar los ingredientes secos en un bol: avena, harina, azúcar rubia y coco rallado. Agregar los damascos cortados y la ralladura de naranja. 2. Aparte derretir el aceite de coco, mezclarlo con la miel de palma y el bicarbonato disuelto en agua. Agregar al bol con los ingredientes secos y revolver bien. 3. Formar las galletas haciendo bolitas y aplastar. Poner sobre una lámina de silicona o en una lata enmantequillada. Hornear en horno precalentado a 175 °C por 15 minutos aprox.

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Panna cotta de chocolate y salsa de naranja (Para 10 personas, minivasitos) Tiempo de preparación: 20 min. Tiempo de refrigeración: 4 horas.

400 gramos de crema líquida 120 gramos de panela o azúcar rubia 150 gramos de chocolate amargo 2 hojas de colapez Salsa: Jugo de 3 naranjas Ralladura de naranja 250 gramos de azúcar

Para la salsa: sacar la ralladura de naranja, ojalá con un zestero para lograr julianas. Pasar por agua hirviendo. 2. Aparte hacer un caramelo rubio con el azúcar (se le puede agregar un poco de agua antes), cuando tenga color parejo agregar el jugo de naranjas y la ralladura. Dejar que hierva a fuego bajo por 25 a 30 minutos o hasta que tome la consistencia deseada. Ojo: las salsas en base a azúcar aprietan más la consistencia cuando se enfrían. 3. Para la panna cotta: en un bol hidratar con agua bien helada las 2 hojas de colapez, entre 15 y 20 minutos aprox. Aparte, en una olla, calentar la crema con la panela. Justo antes que rompa el hervor sacar del fuego. 4. Agregar a la crema el chocolate y revolver hasta que se derrita y mezcle. Luego agregar el colapez hidratado, pero sin el agua (es necesario escurrir antes). Cuando esté disuelto repartir en vasitos individuales y enfriar en el refrigerador por, al menos, 4 horas. Servir con la salsa de naranja. 1.

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LECTORAS

Hablemos de maternidad

Querer adoptar siendo soltera

¿Tienes una historia de maternidad que contar? Escríbenos a hola@paula.cl

Por Francisca Mora en conversación con Manuela Jobet

unca me preocupó la maternidad hasta que estando en pareja, hace bastante tiempo, quise ser mamá. Mi pareja de ese momento tenía tres hijos, y aunque inicialmente me dijo que no quería tener más, accedió. Empezamos a tratar, pero no quedaba embarazada, así que fui al médico. Fue un tiempo largo, de pedir diferentes opiniones. Me habían descubierto miomas adentro y afuera del útero, uno de ellos muy grande. Muchos especialistas me recomendaron hacerme una histerectomía. Pero no lo hice. Quería ser mamá y decidí intentar hacer lo posible por serlo.

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En ese tiempo mi relación terminó. Esto de alguna u otra forma me afectó sicológicamente, sobre todo porque se trataba de un proyecto de vida. Creo que mi proceso hizo que mi ex pareja se enfrentara a la realidad, a que si bien me amaba, no quería tener más hijos. Y por eso no podía acompañarme en este proyecto por más amor que sintiera por mí. De una forma muy civilizada, pero muy dolorosa también, decidimos separarnos. Y seguí sola en esto. Mi cerebro ya estaba enfocado en que debía encontrar a un médico que me pudiera ayudar o ver si definitivamente me sacaba el útero. Inevitablemente me recriminé por nunca haber cambiado de médico. Hacía años que me habían dicho que tenía miomas, pero que eran chicos e inofensivos, cosa que tiempo después un especialista en fertilidad desmintió. La realidad era que eran gigantes, y no podía entender que yo nunca hubiese hecho algo al respecto. Así fue como llegué a un especialista que me habían dicho podría operarme con laparoscopia y robótica. Accedió a operarme, pero cuando pedí el presupuesto me enfrenté a que mi copago con seguros incluidos eran casi 14 millones de pesos. Esa fue la primera vez que me senté a analizarlo todo. Quizá podía pedir un crédito para conseguir esa plata, pero si eso resultaba después me iba a tocar buscar un pro-

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ceso de inseminación, porque no tenía pareja. Eso iba a costarme otros tantos millones. Habiendo hecho eso, y si lograba tener una guagua, iba a encontrarme endeudada hasta el cogote. Todo esto que pensé lo escribí en una carta para al doctor. Quería agradecerle su voluntad y contarle mi análisis. Él me llamó y me dijo que me quería operar gratis, que le interesaba mucho mi caso desde el minuto en que me vio. Me dijo también que era un caso difícil y que las posibilidades de embarazarme eran casi nulas, pero que quería intentar ayudarme. Me reconstruyeron el útero en casi siete horas de operación. Pero no lo logré. Con mis amigas trabajamos con niños y adultos en riesgo social. Así llegamos a la Fundación Regazo, que ya no existe pero que acogía a niños maltratados. Para un Día del Niño fui a verlos, y una niña comenzó a gritarme: “mamá, mamá”. Yo le decía que no era su mamá, que era la tía Fran. Me entró un llanto de esos que salen de las entrañas. Ahí me dije: “soy una tonta, llevo años amargándome por lo que me ha pasado y la maternidad es mucho más que la maternidad biológica”. Y por primera vez pensé en la posibilidad de la adopción. Fue así como empezó todo este nuevo proceso, uno largo y complicado que se suma a todo lo que viví antes de tomar esta decisión. Revisando la ley, me di cuenta de que podía adoptar siendo soltera y que además del Sename hay fundaciones para hacerlo, pero que son pocas las que reciben a mujeres sin pareja. Fundación Mi Casa era una de ellas, y llegué ahí en el verano de 2016. Primero asistí a una charla en la que nos contaban los detalles del proceso, y luego debías llenar un formulario para decir si seguías dispuesta o no. Ahí me hice consciente de que los niños que reciben vienen muy dañados producto de mucho abandono, de mucho maltrato. Y por eso desde el día uno te advierten que esta no será una maternidad fácil. Esto se sumaba a que si bien la ley de adopción no dice que siendo soltera tienes menos posibi-


lidades, en las charlas sí advierten que existe una ley de prelación y que las mujeres solteras no tenemos opción de adoptar una guagua, sino a un niño o niña a partir de los 4 años. Una ridiculez considerando que en Chile 6 de cada 10 mamás son solteras. Haber estado en Regazo me ayudó. Ahí me tocó pintarle la carita a un niño que tenía quemaduras porque su mamá le dio vuelta una olla de agua caliente encima para castigarlo, vi a niños violados por sus abuelos o niños a los que les pegaban constantemente. Eso me hizo llegar a Fundación Mi Casa sabiendo que era muy probable que mi posible futuro hijo o hija hubiese sufrido condiciones violentas. Siempre asumí que iba a tener daños, y que tendría que hacer lo posible para reparar esos dolores que aunque no creo que se olviden, sí se pueden manejar con amor. La evaluación sicológica duró ocho meses, tiempo en el que iba prácticamente cada semana a entrevistas con el sicólogo y una trabajadora social para que me hicieran un informe. Hasta que el 17 de noviembre de 2016 me llamaron para decirme que era apta para la adopción. Fue como si me hubiesen dicho que estaba embarazada. Como me habían advertido que el proceso podía durar dos años, me dije: “hoy empieza mi embarazo de elefante”. Locamente empecé a planificarlo todo. Ahí empezó un nuevo proceso de espera, en el que la fundación te contiene y prepara para la maternidad o paternidad. Empiezan con la parte linda de la crianza, pero pasas también por lo complicado, lo crudo, donde ves casos reales de adopción para prepararte para lo que se viene. Durante ese período, una vez al año van a visitarte para saber si tus condiciones han cambiado. En la última visita que tuve, a principios de este año, me dijeron que me hiciera la idea de que tenía que esperar al menos dos años más porque para las solteras las cosas están complicadas, estamos en la última prioridad e, injustamente, te dan a los niños que nadie más quiere. Llevo dos años y medio esperando desde que me dieron la aptitud. Hay mucha burocracia en todo esto. Y por lo mismo da rabia saber que hay gente que quiere adoptar, pero que el sistema hace que todo sea lento, cuando en esa espera los niños no están en las mejores condiciones como estarían con los papás que los están esperando. Cada día que pasa estoy más convencida de que quiero ser mamá, pero no

puedo negar que la espera es muy dolorosa, y duele porque en mi caso paralicé mi vida. Dejé de viajar por miedo a que me llamaran y no estar; paralicé mi vida laboral, porque es como cambiarte de pega estando embarazada, y la paralicé también en términos de pareja, porque me embarqué en esta cruzada sola y no he resuelto bien qué hacer si conozco a alguien. De mi grupo de taller de adopción ya todos son papás. Y me he dado cuenta de que en general se preocupan cuando me dan las noticias, para no hacerme daño. Yo de verdad me pongo muy feliz, porque es un niño que va a tener una familia, pero igual pienso: “pucha, cuándo me va a tocar a mí, por qué todavía no”. No es con maldad ni envidia, sino por el profundo deseo de que llegue mi momento. Desde que me dijeron que era apta para la adopción he pensado que ese niñito o niñita ya nació. Me duele pensar que quizás puede estar sufriendo, que puede que le estén pegando, pero yo no tengo ninguna posibilidad de hacer algo. Hace un año fui al Congreso con una de las mamás de la fundación y nos recibieron algunos diputados de la Comisión de Familia. Y aunque nos trataron bien, quedé con la sensación de que solo fueron palabras de buena crianza. No puedo dejar de cuestionarme por qué hay leyes que se mueven tan rápido, mientras este proyecto de modificación a la ley de adopción ha sido tan lento, y en el transcurso de ese tiempo hay tantos niños y niñas que están viviendo en pésimas condiciones. Porque se les está quitando la posibilidad de tener una familia. Y eso es porque no tienen visibilidad, no tienen voz. Pienso hasta cuándo estaré dispuesta a esperar, porque los niños demandan energía, pero algo dentro de mí siente que mi hijo o hija está en algún lugar. Esto ha sido un aprendizaje, he descubierto un amor nuevo e incondicional por alguien que ni siquiera conozco. Eso es lo que me hace luchar, esperar, aperrar. A mí, que creía ser muy poco paciente y alocada para tomar decisiones. Esto ha sido una prueba de que puedo cambiar por alguien que ni siquiera es parte de mi vida aún. Y aunque me duela pensar que hoy mi hijo o hija puede estar sufriendo, tengo la convicción de que va a llegar. Francisca tiene 43 años y es relacionadora pública.

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LECTORAS

Hablemos de amor

Mi ex, un descanso de mi rutina

¿Tienes una historia de amor que contar? Escríbenos a hola@paula.cl

Por Daniela Pérez en conversación con Emiliana Pariente

C

onocí a Franco en el 2001, cuando iba en segundo año de la universidad, en el paseo anual a Cartagena. Yo estudiaba educación y él, arquitectura, y el paseo a la playa era de las pocas instancias en las que interactuábamos con distintas carreras. En esa ocasión un amigo me presentó a sus compañeros. Entre ellos se encontraba Franco. No había alcanzado a decir “hola” y ya me había fijado en sus ojos verdes y su sonrisa, que por alguna razón que no sabría explicar me llamaron la atención. Supe desde el minuto en que lo vi que quería pasar todo el día con él. Y así fue.

trabajar, mientras que a Franco le estaba costando egresar de la universidad y se estaba frustrando. Entre medio, mis amigas se empezaron a casar y empecé a sentir una presión externa muy ajena a la realidad que con tanto amor habíamos creado para los dos. De alguna forma dejamos que esas presiones nos pesaran más de la cuenta y lo tomamos como una señal de que había que terminar. Él me lo propuso como posibilidad y yo, orgullosa, le dije que sentía lo mismo. Pensándolo bien, me doy cuenta de que lo podríamos haber solucionado. Él estaba mal y me dio terror que lo nuestro terminaría por eso. Entonces me adelanté.

Casi 20 años después –de los cuales pololeamos, nos separamos y estuvimos con otras parejas– seguimos juntándonos una vez al año. Cada uno tiene su vida; yo estoy casada, tengo tres hijos y vivo en Europa. Él se casó, se separó y también tiene hijos, pero cuando viajo a Chile para Navidad nos damos un punto de encuentro y caminamos por los mismos lugares que recorríamos cuando éramos chicos. Es un ritual que se ha vuelto parte importante de nuestra rutina anual y que de terminar me daría una pena profunda. En estos años nos hemos visto crecer, hemos sido testigos de nuestros procesos personales y también hemos presenciado cómo, al igual que nosotros, los lugares por los que transitábamos ya no son lo mismo.

Desde entonces se preocupa de aparecer cada cierto tiempo; me escribe para mi santo y para el día de los profesores, y yo he aprendido a esperar sus apariciones. Si pasa mucho tiempo entre una y otra, empiezo a cuestionarme por qué no me ha escrito. Creo que Franco no tiene una cabida en mi vida actual, y no hay un formato, además del que hemos construido, en el que tendría cabida. Tengo un matrimonio y una vida armada, y tendría que dejar muchas cosas a las que no estoy dispuesta a renunciar. Sé que es cómodo y egoísta de mi parte, pero si Franco tomara la decisión de no hablarme más, creo que me enojaría. Puede que esté negando una realidad, pero así se ha dado y así también me acomoda.

La primera vez que nos juntamos caminamos desde el Apumanque hasta Plaza Italia y terminamos tomados de la mano. La emoción nos llevó a caminar sin rumbo durante horas. Cuando decidimos volver, él me dijo que nos viéramos al día siguiente. Nos vimos un par de veces más, y cada vez lo pasábamos mejor, pero no fue hasta cuatro años después de habernos conocido que finalmente pudimos estar juntos.

¿Quién sabe qué pasará más adelante? Por ahora él es mi pequeña ilusión y mi vía de escape de la cotidianidad. Representa mi cuento de hadas y mi propia película romántica, una que he aprendido a necesitar. He sentido alguna vez las mariposas en la guata al verlo, pero siempre logro controlarlas. Porque la verdad es que prefiero no imaginar qué habría pasado. Me acomoda no saber lo que pudo haber sido y dejarlo, mientras dure, como una ilusión compartida.

Luego de un año, de un día para otro, todo se vino abajo. Yo había terminado la carrera y había empezado a

Daniela Pérez (37) es profesora de básica y mamá de tres hijos.

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ORÁCULO

En las buenas y en las malas Texto Ariel Richards

Sugerencia: Si estás a cargo de algo, delega y confía en tu compañera. Si trabajas sola, busca el consejo de una amiga que quieras o admires. Recuerda que juntas somos más. Número: Dos, como Paquita y Magüi. Canción: Tú por mí, de Christina y Los Subterráneos. Película: Cuenta conmigo, de 1986, dirigida por Rob Reiner.

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Ilustración Gertrudis Shaw

Esta semana las estrellas nos dicen que hay pocas cosas más importantes que la amistad y por eso el oráculo señala una carta de la delirante serie Paquita Salas, que además de ser una comedia irreverente y genial cuenta la historia de dos inseparables amigas. La incondicional Magüi nos recuerda que no existe un lado creativo sin uno concreto. No hay vanguardia sin retaguardia, no hay pasión sin razón. Además de ser la asistente de Paca, Magüi es su gran amiga, su compañera, su confidente y su complemento. Con Luna llena en Acuario, durante estos próximos días terminará un importante ciclo y comenzará un período de crecimiento. Y si queremos ser mejores no podemos hacerlo solas. La amistad, el amor y la sororidad son la base de la cocreación, y las mujeres debemos apoyarnos. Para esto confiar es clave. Magüi es cariñosa, atenta y entregada, y aunque puede ser tildada como ingenua y maleable, lo cierto es que siempre está para su mejor amiga, sin importar cómo ni cuándo. Le perdona los errores y la hace darse cuenta de lo que no ve. Le presta ropa, tiempo y la acompaña en sus procesos. Porque todas somos Paquita y necesitamos a Magüi, y al mismo tiempo todas somos Magüi y necesitamos a nuestra Paquita. Busquemos en nuestras amigas un complemento. Así seremos premiadas con un apoyo incondicional.




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