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I. PRINCIPIOS GENERALES

 © Jukka Nurminen, Abyss Art Oy. Pecio del navío holandés Vrouw Maria, Nagu, Finlandia. En 1999 fue descubierto el pecio del Vrouw Maria a 41 metros de profundidad, entre las islas costeras de Finlandia. La historia del naufragio de este mercante holandés, que se hundió de camino a Rusia en 1771 con un cargamento de obras de arte destinadas a la zarina rusa Catalina la Grande, era bien conocida, con lo que las autoridades competentes finlandesas se vieron presionadas para poner en marcha inmediatamente una operación para explorar el cargamento. Una operación de esta clase habría puesto en peligro la integridad del yacimiento, sin embargo, pues ni siquiera se había evaluado el estado de conservación del casco. A pesar de la presión, la Junta Nacional de Antigüedades decidió proceder con cautela. El pecio fue declarado patrimonio protegido y poco a poco se fueron obteniendo más imágenes, información y datos ambientales del yacimiento. Optar por la protección in situ como primera e inmediate opción es el planteamiento más prudente, pues de este modo el resto de opciones siguen siendo viables y aún es posible realizar cualquier otro proyecto de investigación y visualización bien planteado. Las 36 Normas del Anexo son un conjunto coherente de “normas concernientes a las actividades dirigidas al patrimonio cultural subacuático”. Aunque tratan aspectos diversos, deben tomarse en conjunto, puesto que algunas de ellas pueden ser de difícil comprensión por separado. Por otra parte, deben interpretarse en el contexto general de la protección y gestión del patrimonio, ya que, incluso en conjunto, se ocupan únicamente de una parte específica de esta esfera de actividades: las dirigidas el patrimonio cultural subacuático. Las Normas recogen los diversos propósitos, enfoques, finalidades y objetivos de estas actividades, en aquellos casos en que se considera lícito intervenir de algún modo en la gestión del patrimonio, sea éste subacuático o terrestre.

Las políticas de gestión del patrimonio suelen asociarse al patrimonio terrestre, pero la gestión del patrimonio responde a principios generales que son válidos para cualquier clase de patrimonio cultural, independientemente de su ubicación. Muchos estados cuentan desde hace tiempo con políticas y reglamentaciones para la protección y la gestión del patrimonio inmueble y arqueológico. En todo el mundo estas iniciativas de larga tradición se han traducido en un consenso generalizado sobre el valor del patrimonio y la prevención de su abuso. Las Normas del Anexo se corresponden con este consenso y se rigen por estos principios mundialmente aceptados.

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La estructura del manual permite abordar cada Norma por separado sin perder de vista el conjunto. Los fundamentos se exponen en el primer grupo de Normas del Anexo (Normas 1 a 8) pero, como es natural, estos principios fundamentales que rigen la gestión del patrimonio, la cooperación entre las partes interesadas, la investigación, la planificación y el desarrollo aparecerán con frecuencia a lo largo del Manual. También se harán constantes referencias al contexto general de la protección y gestión del patrimonio, así como a las tendencias de cambio en la sociedad. Es en este contexto general donde cada una de las Normas cobra verdadero sentido.

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