Arquitecturas de la sujeción. Desplazamientos entre campos de concentración y poblados para gitanos*
Architectures of Subjection. Displacements between Concentration Camps and Gypsy Settlements*
Durante los años sesenta del siglo XX se llevaron a cabo en toda Europa una serie de proyectos de arquitectura singulares que pretendían fijar a poblaciones nómadas e itinerantes, en su mayor parte gitanas. Estos proyectos presentan, pese a su intencionalidad inclusiva, una clara relación genealógica con los campos de concentración. Las lógicas territoriales, funcionales y políticas que los recorren son similares y están basadas en el espacio de excepción. Al analizar algunos de esos proyectos de viviendas, veremos cómo la lógica del campo ha marcado la inscripción de las comunidades en movimiento en el espacio de la ciudad contemporánea. Palabras clave: campo de concentración; gitanos; poblados; sujeción; sedentarización; espacio de excepción; forma de vida
In the 1960s, a series of singular architecture projects were carried out across Europe that aimed to settle nomadic and roaming populations largely the Roma people. These projects present, despite their inclusive intention, a clear genealogical relation to concentration camps. The territorial, functional, and political logics pervading them are similar, and both are based on spaces of exception. The analysis of some of these housing projects will reveal how the logic of the camp marked the inscription of mobile communities in the space of the contemporary city.
Keywords: concentration camps; Gypsies; Roma; settlements; subjection; sedentarization; spaces of exception; livelihood
* El presente artículo forma parte de una investigación doctoral en curso, llevada a cabo en el Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma de Barcelona, dentro del Grup d’Estètica Aplicada en Recerca Artística i en Disseny, UAB-EINA.
* The present article is part of doctoral research being carried out at the Department of Philosophy of Universidad Autónoma de Barcelona, in the Aesthetics Applied to Art and Design Research Group (GEARAD or Grupo de Estética Aplicada de Investigación en Arte y Diseño), UAB-EINA.
investigación 12 – 13
introducción
En la Europa de los años sesenta y principios de los años setenta del siglo pasado se llevaron a cabo una serie de proyectos de arquitectura para sedentarizar a poblaciones romaníes,1 nómadas e itinerantes. El fenómeno suponía una curiosa paradoja, ya que se imponía un modelo de restricción de movimientos justo en un momento en el que el desplazamiento humano se situaba en el centro de la vida productiva, debido, sobre todo, al desarrollo de la industria del ocio y del turismo; pero también a la flexibilización de las condiciones materiales de trabajo. Esta contradicción con respecto a la movilidad pone de manifiesto una creciente burocratización y control de la totalidad del espacio, lo que hace que resulten especialmente conflictivas algunas comunidades cuyas formas de vida —o supervivencia— están basadas en un desplazamiento no productivo para el capital.
A su vez, esos proyectos destinados a fijar a los romaníes, a pesar de su voluntad integradora, tienen un claro antecedente en los campos de concentración, reproducen la misma lógica territorial y política, aparte de que fundan un espacio de excepción en el que se confunden prácticas emancipadoras y prácticas totalitarias.
En este artículo se expone brevemente esa controvertida relación genealógica a través de varios casos de estudio significativos. En el lado de los campos, dos casos específicos para romaníes y nómadas, y en el lado de los proyectos de viviendas, dos construcciones realizadas en el Estado español, que representan dos tipologías distintas de intervención, y, en relación con una de ellas, un caso referente de Francia: la Cité du Soleil de Georges Candilis. Mediante este recorrido podremos ver cómo esas formas de vida que se pretendieron aniquilar en primera instancia con los campos de concentración y exterminio se intentan más tarde reencauzar, a través de los proyectos de integración, hacia modos de vida hegemónicos.
El pueblo gitano ha escapado constantemente a las capturas del capital y del Estado y, por eso, precisamente, ha sido perseguido.2 Su historia es una historia de encierros y desplazamientos constantes. Y la historia de sus resistencias es, antes que ideológica, vital. Aquí se pretende tratar un pequeño episodio de esa controvertida historia en relación con el movimiento y la sujeción, a fin de revelar, a su vez, que en esos años sesenta se instaura una concepción del espacio contemporáneo basada en el control de los cuerpos que se extiende hasta el día de hoy.
Los conflictos de la población romaní con el espacio hegemónico han sido estudiados desde los campos de la antropología,3 el trabajo social y el activismo.4 En este artículo se aborda la cuestión específicamente desde el pensamiento arquitectónico, haciendo hincapié en las disposiciones territoriales y urbanas y cuestionando las lógicas espaciales contemporáneas a través de su disputada relación con esas comunidades en movimiento.
1.
La pertinencia de los términos gitano/romaní en diversos idiomas (gypsy, tzigane, cingaro, cigano, zigauner / Rom, roma, Rrom) es un tema de discusión y debate abierto. En este artículo se ha optado por utilizar ambos indistintamente, ya que su uso es ampliamente aceptado en lengua castellana.
2.
Filigrana, El pueblo gitano contra el sistema-mundo.
3.
A este respecto, véanse los trabajos de Teresa San Román y Leonardo Piasere, así como la recopilación que la antropóloga Alexandra Castro hace en la publicación de su tesis, cuya referencia se encuentra en la bibliografía de este artículo.
4.
La revista francesa Études Tsiganes hace desde 1955 un seguimiento exhaustivo de estos temas, especialmente en Francia, pero también en toda Europa. Está editada por la Fédération Nationale des Associations Solidaires d’Action avec les Tsiganes et les Gens du voyage.
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5.
Agamben, Medios sin fin: Notas sobre la política, 37-43.
6.
Foucault, Vigilar y castigar.
7.
Hailey, Camps: A Guide to 21st-Century Space, 1 y 2.
8.
Véase, por ejemplo, AA. VV., Territories: Islands, Camps and Other States of Utopia, y en general todos los trabajo del grupo Forensic Architecture.
9.
Herscher, Desplazamientos: Arquitectura y refugiados.
la lógica del campo
¿Qué es un campo? Para Giorgio Agamben, el campo de concentración tiene una consideración especial, ya que, aparte de ser un hecho histórico considerable, representa la matriz que articula la lógica del espacio político moderno en el que aún hoy estamos inmersos.5 Un campo es, además, un hecho arquitectónico: una serie de gestos que tienen que ver con la disposición del espacio, que articulan unos objetivos concretos respecto a la ordenación y a la habitación de los cuerpos en comunidad. El campo es la configuración especial de esas relaciones cuando se desarrollan en espacios de excepción.
Notemos, además, cómo el modelo de campo propuesto por Agamben para pensar las relaciones de poder conlleva cierta dimensión urbana más allá de la lógica arquitectónica del edificio, que se podía vislumbrar en la propuesta disciplinaria de Michel Foucault.6 Si para ilustrar una cierta disciplina del espacio que surge en el siglo XVIII Foucault proponía como modelo de las relaciones de poder el espacio panóptico de Jeremy Benthan, en el que, debido a la disposición espacial, cada usuario se convertía en vigilante de sí mismo —modelo que aparece en cárceles, escuelas, fábricas y en todas las arquitecturas institucionales surgidas en el siglo XVIII—, el modelo de campo de Agamben incorpora la dimensión urbana: los diversos elementos arquitectónicos o pabellones incluyen “calles” y “equipamientos”, y cierta variedad de usos que propicia el desarrollo de la vida en su totalidad, y que, por lo tanto, requieren otro tipo de cercamiento. Si la vida puede desarrollarse completamente dentro del campo, y no solo de una parte de ella —como puede ser reformarse, estudiar o trabajar—, entonces lo que se pretende establecer es un control absoluto de todas las facetas de la vida, incluyendo el desplazamiento entre ellas.
Para algunos autores la problemática del campo define la cuestión central del espacio contemporáneo:
"Camps result from the excepcional circumstances of conflict, natural disaster, displacement, and marginality with increasing frequency and ever-greater facility. How and why these camps are made, where they are located, and how long they endure reveal problems and possibilities associated with our built environment—a context being radically transformed by globalization, mobility, and political flux. Because of their rapid deployement and temporal nature, camps register these forces at their earliest stages and thus provide important gauge of local and global situations. To understand a camp’s paradoxes is to begin to comprehend our current spaces, inexorably affected by militaristic, political, and romantic extremes."7
En este trabajo Charlie Hailey analiza diferentes “tipologías” de campo: detenidos, refugiados, migrantes, peregrinos, activistas, turistas, hedonistas, avatares, etc., y da cuenta de la ambivalencia —tanto política como funcional— de estos lugares. También, de la pertinencia del concepto "campo" a la hora de entender las paradojas que recorren el espacio contemporáneo.
Sobre la capacidad para generar territorio según la lógica del campo, hay muchos trabajos significativos en torno al territorio palestino,8 y en cuanto a genealogías, podríamos destacar el trabajo de Andrew Herscher sobre los campos de refugiados.9 En este artículo, nos centraremos en cómo los campos y sus lógicas han afectado (y, de algún modo, siguen afectando) a la población romaní, tomando algunos casos de estudio significativos en los que se basan estas argumentaciones, establecidas desde el pensamiento arquitectónico, desde la arqueología de las formas y desde los gestos de ordenación urbana.
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La historia del pueblo gitano es una historia de encierros y desplazamientos constantes. La historia de sus resistencias es, antes que ideológica, vital.
sujeción de los romaníes
El considerado primer campo de concentración específico para gitanos se instituyó a las afueras de Berlín, en Marzahn (fig. 1). Poco antes de los Juegos Olímpicos de 1936, se arrestó y se confinó a la población berlinesa sinti y rom en un terreno pantanoso. En esa llamada cínicamente "área de descanso" fueron colocados en filas los carromatos de los gitanos y cercados por la policía. Allí mismo se les aplicaron las leyes de Núremberg y comenzaron con experimentos eugenésicos antes de que fueran trasladados forzosamente a los campos de concentración de Sachsenhausen y Auschwitz-Birkenau, donde fueron exterminados.
Más allá de la trágica realidad de este campo, como la de tantos otros, podemos reconocer en esta disposición espacial los gestos de ordenación territorial y de los cuerpos que se fueron repitiendo más adelante. En primer lugar, se sacaba a un grupo de población de la trama urbana o del lugar donde habitaban o transitaban habitualmente. No se trataba de una expulsión, sino más bien de situar y fijar en el exterior, en las afueras de la ciudad, a una población que resultaba conflictiva por diversos motivos. Y, en segundo lugar, se restringían y hasta prohibían los movimientos de estas comunidades, estableciendo sobre ellas un control absoluto. Este proyecto de vida aislada y controlada funcionó como antesala al genocidio sobre esas poblaciones. Pero, además de las cuestiones raciales impuestas a esas personas, lo que se pretendía aniquilar era una forma de vida que mantenía una relación orgánica (lúdica, productiva y, en muchos casos, conflictiva) con el espacio, que se escapaba constantemente de la estricta correspondencia Estado-nación-territorio. Por lo tanto, la transición al sedentarismo de esas poblaciones nómadas no puede entenderse sin la extrema represión y la dura disciplina aplicada sobre los cuerpos en los campos de concentración. Parece que para el establecimiento definitivo del espacio moderno, con su voluntad homogeneizadora de las formas de vida, fue necesario el trauma de los campos sobre los cuerpos disidentes.
Fig. 1_ Campo de concentración Marzahn en Berlín, ca. 1936. Fuente: Enciclopedia del Holocausto, https://tinyurl.com/yyzhlqwh
Fig. 1
10.
Véase AA. VV., Ceija Stojka: Esto ha pasado.
11.
Respecto a los campos de concentración para nómadas en Francia, véase Filhol, Le contrôle des Tsiganes en France (1912-1969), y Filhol y Hubert, Les tsiganes en France. Un sort à part 1939-1946.
12.
Esa violencia y el abandono de la vida nómada están muy bien reflejados en la obra de la artista romaní Ceija Stojka.10 En el reverso de su pintura Sin título (1995) ella escribe un poema, cuyo fragmento: “Los caballos de los gitanos no terminaron en el campo de concentración / Pero ¿qué fue de ellos? ¿Y de los carromatos que dejaron vacíos?” da cuenta de ese final suspendido de la vida nómada que después de la Segunda Guerra Mundial ya no tendría nunca el mismo sentido que antaño.
Otro ejemplo de la singularidad espacial de los campos de concentración destinada a restringir y, en último caso, a eliminar las formas de vida asociadas a la movilidad espacial, sobre todo de la población romaní, lo podemos encontrar en Francia durante los años 1939-1946. Allí se crearon varios campos específicos para gitanos y nómadas, una categoría más o menos arbitraria que en la práctica comprendía a los gitanos —tanto nómadas como sedentarios—, a diversas poblaciones nómadas o itinerantes (gens du voyage), así como a gente que vivía en una precaria situación de movilidad.11 Debido a la compleja situación en la Francia de entonces, todas estas comunidades estaban bajo sospecha de espionaje y contrabando.
De entre todos esos campos específicos para gitanos y nómadas, podemos destacar el campo de Saliers, en La Camarga, un campo llamado Village de gitanes (Pueblo de Gitanos) (figs. 2 y 3). El hecho de otorgar al campo la denominación de pueblo era importante para establecer una visión progresista que encubriera las prácticas totalitarias llevadas a cabo dentro de él:
"Ante todo, el campo de Saliers debe ser un argumento de propaganda gubernamental. Este argumento consiste en dar al campo de concentración el aspecto de un pueblo y de permitir allí la vida familiar y el respeto de las costumbres y creencias de los internos. El arquitecto del campo, 8 de octubre de 1942."12
Pernot, Un camp pour les bohémiens, 5. Traducción de la autora.
Fig. 2
Fig. 3
Fig. 2_ Plano del campo de concentración de Saliers en la Camarga francesa. Fuente: Archives départementales Bouches du Rhône / Tous droits réservés.
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Fig. 3_ El campo de Saliers durante su construcción en 1942 (fragmento). Colección Francis Bertrand. Fuente: Pernot, Un camp pour les bohémiens.
En este caso, la arquitectura funciona como elemento bisagra que articula discursos humanitarios con prácticas totalitarias. Se producen en esa operación toda una serie de dislocaciones entre elementos dispares: los conceptos de pueblo y de encerramiento, el respeto por las costumbres culturales y las prácticas represivas de control, la argumentación propagandística y el aislamiento del campo de concentración. Dislocaciones, desplazamientos de significados que se dan entre el orden establecido y la suspensión de la norma, propiciados por el umbral que dispone el estado de excepción propio del campo. Las lógicas urbanas se traman y se entremezclan con las lógicas del campo, se contaminan mutuamente. Veremos más adelante hasta qué punto esta peligrosa mezcla se mantiene en el proyecto de integración de las poblaciones romaníes después de la Segunda Guerra Mundial.
un lugar en las afueras
En casi todas las ciudades del mundo hay una zona en las afueras que resulta especialmente conflictiva. Esos lugares, habitados por población marginalizada —en muchos casos población romaní—, reflejan una grieta en el sistema, una falla de la ciudad, el fracaso de las políticas denominadas de “integración”. Esas políticas, también llamadas de “inclusión”, se articulan a través de prácticas sociales, pero también a través de prácticas espaciales, y han sido cuestionadas desde múltiples flancos:
"Otra estrategia del Poder para justificar la persecución al pueblo gitano ha sido colocar la responsabilidad de su exclusión en su propia idiosincrasia: “Son ellos los que no se quieren integrar”. Este discurso se fundamenta en la creencia supremacista de que existen unos modos de vida ideales, asociados a las formas blancas y occidentales, y todo lo que queda en los márgenes es inferior y subdesarrollado. Tal creencia mantiene que los grupos con formas culturales “subdesarrolladas” deberán abandonarlas y adoptar las hegemónicas para poder ser sujetos de derechos. Al fin y al cabo, tendrán que integrarse para gozar de la universalidad de los derechos fundamentales."13
Esa dificultad que tiene el sistema hegemónico para lidiar con la diferencia hace que una forma de vida (la occidental), asociada con una manera de entender y proyectar el espacio, se haya constituido como dominante y se haya impuesto a las demás. Y dentro de esos complejos modos de opresión podemos distinguir algunos gestos en relación con las formas y con el espacio.
Como hemos visto en el caso de los campos, una de las primeras acciones para ejercer la dominación sobre los cuerpos de los romaníes fue el aislamiento y la fijación de la población en un lugar que se entiende como exterior al espacio de la ciudad. Esa operación está íntimamente relacionada con la lógica del espacio de excepción:
"No es la excepción la que se sustrae a la regla, sino que es la regla la que, suspendiéndose, da lugar a la excepción y, solo de este modo, se constituye como regla, manteniéndose en relación con aquella. El particular “vigor” de la ley consiste en esta capacidad de mantenerse en relación con una exterioridad. Llamamos relación de excepción a esta forma extrema de la relación que solo incluye algo a través de su exclusión."14
En este caso, podemos aplicar la argumentación que expone Agamben (la estrecha relación que existe entre norma y excepción) al espacio hegemónico y los lugares de las afueras. El primer término, el espacio normativo, se define como tal cuando asume como parte instituyente su propia suspensión: el espacio de las afueras, regido por la lógica del campo. Este hecho marca un tipo de relación con la diferencia, una operación que la incluye a través de su exclusión. Esta es una operación sumamenvte significativa en el tema que nos ocupa, ya que las poblaciones romaníes siempre se han construido como una suerte de exterioridad respecto al espacio político de las ciudades, y cuando
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13. Filigrana, El pueblo gitano contra el sistema mundo, 59. 14. Agamben, Homo sacer, 31.
han sido incluidas, lo han hecho a través de su exclusión, lo que espacialmente supone la fijación en lugares marginalizados en las afueras. Esta relación de excepción ha marcado históricamente la pauta de inscripción de las poblaciones gitanas en Europa.
poblados para gitanos
Como ejemplo de esas operaciones espaciales que han posibilitado la fijación de las poblaciones gitanas en los márgenes de las ciudades, tomamos dos casos de estudio del Estado español, que representan dos tipologías significativas de este tipo de poblados. Por un lado, la tipología circular, en la que la arquitectura intenta representar la idea de una comunidad más o menos cerrada sobre sí misma; por otro, la tipología de pabellones, en la que se acumulan de manera ordenada elementos cuadrangulares. Ambos tipos proyectuales contienen en sí mismos cierto carácter utópico, ya que pretendían un funcionamiento pacífico y autónomo de las comunidades a los que iban destinados.
En primer lugar, tenemos el caso de Gao Lacho Drom (Pueblo del Buen Camino, en romaní) construido a las afueras de Vitoria-Gasteiz, en 1969, y proyectado por el arquitecto Enrique Marimón (fig. 4). Se trata de dos grandes construcciones circulares de viviendas que conforman un conjunto autónomo. La fotografía aérea (fig. 5) permite apreciar la condición extraurbana de este tipo de proyectos: conectados con la ciudad, pero lejos de ella, instalados en medio de un campo sin cualidades. Esta imagen sugiere una implantación territorial similar a la de los campos de concentración y resulta especialmente efectiva para pensar el espacio de excepción que inauguran este tipo de lugares.
En este caso, el control del movimiento sobre los cuerpos ya no lo efectúa de manera total un cuerpo policial, como vimos en el caso de los campos; pero sí una disposición territorial que condiciona un movimiento restringido a través de pocas conexiones, que son a su vez fáciles de vigilar.
El proyecto de Marimón está claramente influido por la Cité du Soleil del arquitecto Georges Candilis, proclamada como la “primera ciudad de los gitanos” en Francia (figs. 6 y 7). Fue construida en 1961 a las afueras de Aviñón y, al igual que más tarde con Gao Lacho Drom, las viviendas son agrupadas en unas rotundas construcciones circulares con un gran patio interior que formaliza una idea muy primaria de comunidad. La tipología del círculo también nos remite al movimiento, concretamente a la rueda (recordemos que más tarde la comunidad gitana adoptó la rueda como símbolo de su bandera). Toda esta simbología ligada al movimiento aparece en estos proyectos como elemento formal que sujeta a unas poblaciones que ya nunca se desplazarán como antes.
Fig. 4
Fig. 5
Fig. 4_ Maqueta del poblado Gao Lacho Drom, por Mediomundo arquitectos, exposición Máquinas de vivir. Flamenco y Arquitectura en la ocupaicón y desocupación de espacios. CentroCentro Madrid, 20.10.2017 –04.02.2018. Fotografía de la autora.
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Fig. 5_ Fragmento de foto aérea sobre el área de Gao Lacho Drom (Vitoria-Gasteiz), ca. 1970. Fuente: GeoEuskadi.
En sus memorias, Georges Candilis describió cómo el proyecto inicial estaba planteado como una construcción temporal, para más tarde alojar a las familias en unas viviendas de alquiler moderado que se construirían en un terreno próximo. Pero esas viviendas nunca llegaron a construirse y, además, la convivencia se complicó en el lugar, por la llegada de poblaciones migrantes procedentes del norte de África:
"Entonces, las autoridades no encontraron nada mejor que rodear las casas gitanas con una alambrada, aislarlas. En lugar de ofrecer un hábitat a estas gentes, se las encerró en una reserva, en un campo de concentración. Hoy la Cité du Soleil está destruida.¡Una obra por la que había consagrado tanto amor y entusiasmo!"15
Con ese gesto (rodear las viviendas con una alambrada), la Cité du Soleil se convirtió en “campo de concentración”. Pero hay que tener en cuenta que tenía una forma y una disposición territorial propicia para que eso pasara. El proyecto estaba atravesado por la lógica del campo y eso se hizo especialmente evidente en su último estadio.
Tanto Gao Lacho Drom como la Cité du Soleil fueron demolidos. Ambos proyectos estaban pensados como soluciones temporales; pero, además, fallaron en cuanto experimentos habitacionales que buscaban alcanzar la integración en la sociedad moderna de esas poblaciones. Las comunidades que los habitaban fueron trasladas a diversos polígonos de vivienda y allí, aún más, el peso homogeneizador de la arquitectura colisionó de nuevo con unas formas de vida que se resistían a ser anuladas.
Como segundo caso particular en el Estado español, tenemos las viviendas para una comunidad de gitanos en O Vao (Pontevedra), proyectadas por los arquitectos Pascuala Campos y César Portela, y construidas en 1972 (figs. 8 y 9). Ellos se inspiraron formalmente tanto en la tipología del horreo16 gallego típico de la región como en los vagones de tren o en las caravanas gitanas (fig. 10):
"Después de varios intentos de agrupación de las viviendas en un único edificio y de escuchar a los futuros usuarios, se optó por pequeñas construcciones aisladas de tipología muy definida, con antecedentes en el carro gitano, el hórreo y el vagón de literas, lo que dio como imagen resultante la de un campamento gitano integrado por carros que también recuerda, por el tipo de asentamiento sobre una topografía accidentada, a un campo de hórreos. Las viviendas, de pequeña superficie y bajísimo costo, debían albergar familias numerosas de entre siete y trece miembros cada una, lo cual aconsejaba una disposición de dormitorios y camas análoga a la de un vagón de literas."17
20.10.2017 – 04.02.2018. Fotografía de la autora.
15.
Candilis, Bâtir la vie, 209.
16.
Tipo de construcción destinada a guardar y conservar los alimentos, levantado por pilares para mantenerlos alejados de la humedad y los animales, consultado en Fuente Wikipedia, en https://es.wikipedia.org/wiki/ H%C3%B3rreo
17.
Texto del proyecto. Campos y Portela, Viviendas para una comunidad de gitanos, 1970-1972.
Fig. 6
Fig. 7
Fig. 6_ Maqueta de la Cité du Soleil, por Mediomundo arquitectos, exposición Máquinas de vivir.Flamenco y Arquitectura en la ocupaicón y desocupación de espacios. CentroCentro Madrid,
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Fig. 7_ Autor desconocido, Cité du Soleil, ca. 1965.
del proyecto de Pascuala Campos y César Portela, Viviendas para una comunidad de gitanos en O Vao, Pontevedra, 1975. Fuente: Estudio César Portela.
Campos y César Portela, planos de las Viviendas para una comunidad de gitanos en O Vao, Pontevedra, 1972. Fuente: Estudio César Portela.
Turbau, fotografía del proyecto de Pascuala Campos y César Portela Viviendas para una comunidad de gitanos en O Vao, Pontevedra, 1975. Fuente: Estudio César Portela.
Fig. 8
Fig. 9
Fig. 8_ Anna Turbau, fotografía
Fig. 9_ Pascuala
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Fig. 10_ Anna
Igual que en los casos anteriores, aquí también aparece una clara referencia formal a elementos ligados al movimiento para sujetar a estas poblaciones. El carromato gitano o el vagón de tren ahora están anclados al suelo, fijados ya para siempre, dando la sensación de haber alcanzado su destino final, remarcando con su presencia el relato de una ausencia: la del desplazamiento que ya no existirá más, al menos tal y como se entendía hasta ese momento.
Una vez más, el experimento falló, aun cuando hay que reconocer la intención de los arquitectos de escuchar las necesidades de sus habitantes y proyectar unas viviendas singulares para esos modos de vida singulares, al igual que ocurría con los casos anteriores. Estas arquitecturas particulares intentaban resistirse a la lógica del campo que las atravesaba. Pero las dinámicas de transformación de los modos de producción eran muy fuertes y esas poblaciones se vieron abogadas a un terrible proceso de marginalización. Actualmente, el poblado de O Vao es uno de los principales polos de venta de droga de Pontevedra, y ha sido transformado ampliamente a lo largo de los años por sus sucesivos moradores (figs. 11 y 12).
conclusiones
Los proyectos aquí presentados, como puede ocurrir con muchos otros realizados en los años sesenta y setenta —pequeños proyectos para comunidades romaníes previos a los polígonos de vivienda—, evidencian una paradoja interesante: están recorridos por la lógica del campo, a la vez que se resisten a ella. Gracias a su reducida escala, o al carácter experimental de aquellos años, asumen en su diseño el reconocimiento explícito de una cierta singularidad en cuanto a la forma de vida de las comunidades a los que iban dirigidos; algo que más tarde no ocurrió, por ejemplo, con los grandes proyectos homogeneizadores de los bloques en los polígonos de vivienda, que han conllevado, como bien sabemos, grandes problemas de deshumanización de los hábitats y múltiples problemas de convivencia. Pero, a su vez, esos proyectos de arquitectura pequeños y aislados fueron cómplices y mediadores de la inscripción, bajo la lógica del campo, de las poblaciones romaníes en el espacio físico y político de las ciudades contemporáneas. El análisis comparativo nos ha permitido ver cómo en el caso de los campos o en el caso de los proyectos de vivienda se mantenían ciertos gestos relativos a las disposiciones espaciales que siguieron haciendo posible la sujeción y el control de los cuerpos que los habitaban. Entre las prácticas totalitarias de los campos y las prácticas supuestamente emancipadoras de los proyectos de integración, la arquitectura ha funcionado como bisagra, como elemento puente que ha permitido la circulación del poder. No hay duda que la voluntad que recorría los proyectos era claramente progresista: Lo que se pretendía era mejorar las condiciones de vida de esas comunidades. Pero esa voluntad progresista tenía un marcado carácter paternalista: Se intentaba
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Fig. 11_ Poblado de O Vao, captura de pantalla de Google Street View, en abril de 2016.
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Fig. 12_ Poblado de O Vao, captura de pantalla de Google Street View, en abril de 2016.
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7. Agamben, Giorgio. Homo sacer: El poder soberano y la nuda vida. Valencia: Pre-textos, 2016.
integrar a esas comunidades en los usos y modos de producción de la sociedad mayoritaria, entendiéndolos como mejores, más evolucionados. Así mismo, hay que tener en cuenta que la disciplina arquitectónica se debate siempre entre la emancipación y el poder: Puede mejorar las condiciones de vida de las personas, pero también puede someterlas, a veces incluso estas dos condiciones se dan a la vez.
En este sentido, una posible conclusión es que en toda operación de emancipación existe implícita, en mayor o menor grado, una práctica de sujeción, de control. Del mismo modo que la excepción está incluida en la norma, el campo está incluido en el espacio hegemónico contemporáneo, reforzando, mediante su suspensión, las normas y protocolos que rigen en él. Por otro lado, a través de este breve estudio comparativo, también hemos podido remarcar cómo la lógica civilizadora occidental ha pretendido (y pretende) imponerse a través de las formas, y cómo hay formas de vida que se resisten a ello insistiendo precisamente en su forma. Las resistencias a esos intentos de dominación de los cuerpos se dan muchas veces a través del uso intensivo —incluso muchas veces destructivo— de los espacios. El conflicto con el espacio va apareciendo y reapareciendo constantemente en las ciudades, signo de la insistencia de unas formas de vida que, como una suerte de desvío vital respecto a la voluntad homogeneizadora de la modernidad, se resisten a ser aniquiladas.
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Artículo de Reflexión
Estrategias espaciales de movilidad transfronteriza de los migrantes en la zona fronteriza España-Marruecos
The Territory of Transit. Migrants’ Spatial Strategies of Cross-Border Mobility in the Spain-Morocco Borderzone
El artículo se basa en un trabajo de campo en la zona fronteriza España-Marruecos, para analizar la interacción entre las tácticas creativas de los migrantes en movimiento y las herramientas gubernamentales implementadas por la Unión Europea para filtrar el flujo de personas hacia su territorio. Se analiza cómo la externalización de la frontera afecta la ordenación territorial del área y cómo los migrantes la confrontan y la transforman activamente. El espacio confinado se convierte, entonces, en un lugar de lucha, resistencia y contestación por parte de sujetos que alteran ese orden a través de su movimiento.
Palabras clave: zona fronteriza; externalización de fronteras; migración indocumentada; migración de tránsito; asentamientos informales; campamentos
This paper explores how “irregular migrants,” by negotiating and eluding borders, challenge our common understanding of territoriality and trigger socio-political transformation. I draw on a fieldwork in the Spain-Morocco borderzone to analyze the interaction between the creative tactics of migrants on the move and the governmental tools put in place by EU to filter the flow of people towards its territory. I discuss how border externalization affects the territorial arrangement of the area and how migrants confront and actively transform it. Bordered space becomes a site of struggle, resistance and contestation by subjects who trouble such order through their movement.
Keywords: borderzone; border externalization; undocumented migration; transit migration; informal settlements; camps
Aceptado: 5 febrero 2021
Recibido: 16 julio de 2020
Cómo citar: Rocco, Maria. "El territorio del tránsito. Estrategias espaciales de movilidad transfronteriza de los migrantes en la zona fronteriza España-Marruecos". Dearq no. 30 (2021): 24-36. DOI:
Maria Rocco
Marimaria.rocco@gmail.com
Department of Architecture
Roma Tre Unverstity
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.04
El territorio del tránsito.
https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.04 Dearq 30
Desde la ciudad de Tánger es posible ver la costa de la ciudad española de Tarifa, conectada diariamente por ferris y, por eso, los marroquíes la llaman Bab Europa, la puerta de entrada a Europa. En sentido contrario, a través de los dos promontorios que una vez se conocieron como Columnas de Hércules, el estrecho es la entrada al mar Mediterráneo, atravesado cada año por miles de barcos. La corta distancia entre Tánger y el litoral español permite organizar el paso fronterizo por mar casi sin la ayuda de traficantes.
Con la adhesión de España a los acuerdos de Schengen, la zona del estrecho de Gibraltar se constituye como frontera de la Unión Europea, y los enclaves de Ceuta y Melilla, legado del pasado colonial español, se transforman en un trozo de espacio Schengen en el continente africano. Esta paradoja geopolítica constituye la única frontera terrestre de la Unión Europea en la costa meridional del Mediterráneo. Debido a estas peculiaridades específicas, el territorio del norte de Marruecos siempre ha sido un punto de paso, desde el cual Marruecos ha sido un país principal de emigración. Todavía atrae a muchos inmigrantes indocumentados del centro-oeste de África y se ha convertido en uno de los partner favoritos para cooperar en el control de las fronteras exteriores de la Unión Europea.
El contexto de la frontera sur europea es un sitio paradigmático para observar cómo las políticas regionales producidas en el marco del desarrollo transfronterizo contribuyen a la reordenación de la zona fronteriza en un espacio diseñado para estratificar y regular la movilidad. Las fronteras exteriores de la Unión Europea influyen cada vez más en la territorialización de los procesos políticos y económicos estratégicos en las afueras de Europa. Las políticas concebidas para su control no solo están diseñadas para limitar el acceso al territorio europeo de todas las personas “indeseables”, sino para obtener ventajas económicas a través de la cooperación internacional. Las ayudas al desarrollo están condicionadas y se negocian a cambio de acuerdos de control migratorio; pero también generan beneficios para las empresas europeas contratadas para proyectos de desarrollo, mediante la externalización de la producción, trabajadores de bajo coste, zonas especiales e inversiones favorables. Como observa Francesco Vacchiano, “El transporte internacional, la deslocalización de la producción, el tránsito de personas y mercancías son ejemplos de la relación productiva entre circulación y frontera en la zona”.1
La externalización de las prácticas de control fronterizo —desde las embajadas en los países de origen de los migrantes hasta los acuerdos de cooperación y readmisión con los países de tránsito— ha provocado una concentración de migrantes en los países vecinos de la Unión Europea. Marruecos se ha convertido, como otros países de la costa sur del Mediterráneo, en un punto de parada obligado para los migrantes que viajan hacia Europa.
Este artículo se centra en el movimiento de migrantes irregulares subsaharianos y, más precisamente, en los espacios por medio de los cuales organizan su movilidad transfronteriza. Tales espacios se distribuyen alrededor de cada punto de cruce a lo largo de las rutas de tránsito, en las zonas fronterizas, pero también lejos de ellas, en las ciudades de los países de tránsito y a lo largo de otros puntos de cruce de difícil acceso, incluso dentro del espacio Schengen, ya que las estrategias de control siguen el movimiento de migrantes. El régimen fronterizo es, de hecho, uno de los resultados de este movimiento, cuyas prácticas impulsan la implementación de medios para su control y articulación, así como las propias fronteras para materializarse. Las prácticas de autorganización de los migrantes y de los espacios que los sustentan desencadenan el proceso de transformación fronteriza.
“frontera sur”: la fabricación de la frontera meridional de la unión europea en el continente africano
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1. Vacchiano, “Fencing in the South”, 348.
Me baso en un trabajo de campo realizado entre marzo y noviembre de 2015. La investigación se nutrió de la interacción con diferentes entornos, desde el mundo del activismo, más comprometido con prácticas de ayuda y del lado de la comunidad en tránsito, hasta el mundo académico, en particular mediante encuentros con investigadores españoles y marroquíes. Contacté algunas asociaciones y trabajadores de servicios sociales, que proporcionaron datos y análisis sobre la evolución a largo plazo de los fenómenos que monitoreaban. La investigación también tomó en cuenta la relación con las instituciones, que completaban el cuadro con informaciones que no podían provenir del mundo académico, ni del activismo, ni de la comunidad subsahariana, al comparar la narrativa entre los diferentes niveles, respecto a los diferentes sujetos, papeles, cargos y poderes.
Comencé mi viaje desde la ciudad fronteriza de Tánger donde, gracias al grupo No Border —una red de activistas europeos—, me puse en contacto con los primeros migrantes subsaharianos. El grupo No Border también señaló la ocupación de Boukhalef, en las afueras de la ciudad, como un contexto interesante respecto a mis intereses de investigación. Algunas personas con las que me hice amiga me invitaron a algunos de los apartamentos ocupados del barrio. La interacción verbal se desarrolló principalmente a modo de entrevista informal, a excepción de algunas personas con quienes había desarrollado una relación de confianza sobre mi trabajo de investigación y sus objetivos y con quienes pude programar entrevistas estructuradas. Con algunos otros, simplemente, aproveché las oportunidades para ponerme en contacto e iniciar conversaciones sin querer que, sin embargo, revelaron elementos o puntos de vista importantes para mi trabajo.
La investigación se enriqueció principalmente con este tipo de conversación, activada a través del intercambio de actividades diarias. Al pasar la mayor parte de mi tiempo con la comunidad subsahariana de Tánger, conseguí los contactos que me permitieron, en la segunda parte de mi trabajo de campo, visitar dos pequeños asentamientos en los bosques de la zona fronteriza: el llamado petit
Fig. 1
Fig. 1_ Un mapa de la región fronteriza de Ceuta.
fôret de Cassiago, cerca de Ceuta, y Bolingo, en las afueras de Nador, en el límite con Melilla. Durante los meses de mi estadía en Melilla, visité Bolingo varias veces y apoyé a los habitantes en nombre de la red No Border, llevándoles alimentos, ropa recolectada en Melilla, medicamentos y materiales de construcción para los búnkeres, luego de las redadas de desalojo.
Mi investigación, entonces, compara los asentamientos urbanos informales con los campamentos en los bosques cercanos a las vallas que rodean los dos enclaves españoles. Esta comparación entre los diferentes tipos de asentamientos explica las diferentes estrategias de cruce de fronteras: desde los pasos marítimos con pequeñas lanchas de caucho, denominadas pateras, posibilitadas por la corta extensión del estrecho que une Tánger con la anhelada costa europea, hasta el asalto de las vallas que rodean los enclaves por parte de personas que viven en campamentos en las montañas.
asentamientos informales de migrantes en tránsito en marruecos
Según encuestas no oficiales de organizaciones de apoyo a los migrantes, aproximadamente 30.000 migrantes subsaharianos pasaron por Marruecos de camino a Europa en 2015. La mayoría de estos migrantes indocumentados, que no pueden acceder al país a través de un puesto de control fronterizo o un aeropuerto, entraron a territorio marroquí ilegalmente, cruzando la frontera con Argelia o Mauritania. Aquellos quienes cruzan la frontera argelina saben que cerca de la ciudad fronteriza de Oujda hay otros migrantes que pueden ofrecer información y consejos sobre cómo continuar el viaje a Tánger o hacia los enclaves españoles. Después de cruzar la frontera, los migrantes se dirigen a La Fac, un asentamiento informal cerca de la Facultad Mohammed I de Oujda, que alberga una población fluctuante de unos 200 migrantes subsaharianos. Los que vienen del sur, cruzando la frontera con Mauritania, atraviesan el país por la costa atlántica, de Laâyoune a Agadir, hacia Casablanca y Rabat, en dirección a la zona fronteriza de la Unión Europea.
Fig. 2
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Fig. 2_ La costa española de Tarifa desde Tánger.
Por lo general, aquellos quienes quieren saltar la valla que rodea los enclaves se esconden en los asentamientos del bosque; mientras que quienes no pueden enfrentar la valla o tienen miedo de fallar, o ya no pueden aguantar las condiciones en el bosque, se dirigen hacia Tánger para intentar cruzar el estrecho de Gibraltar con una patera. Así, la población migrante a lo largo de la costa mediterránea de Marruecos está en constante cambio y en continua circulación entre esos lugares: algunos se van para cruzar la frontera, llegan nuevas personas, y otros se trasladan a otros lugares con la esperanza de aumentar sus posibilidades de éxito. Alain Tarrius define estos espacios como territorios circulatorios, construidos mediante una historia común de migración, a través de lazos sociales que sustentan la movilidad.2
En Tánger, cada uno construye su propio entorno de vida en el espacio urbano, según sus posibilidades. Aquellos que pueden pagar un alquiler viven en apartamentos ruinosos en la Medina, abandonados cuando la clase media se mudó a los suburbios modernos. Alternativamente, comparten habitaciones con compatriotas o apartamentos en los barrios de Hama Chouck o Mesnana. Aquellos que no pueden pagar el alquiler viven en asentamientos informales, como los campamentos en el bosque cerca del Cap Spartel, donde se organizan los barcos a Europa, o en el asentamiento de Boukhalef. Este suburbio de Tánger alberga un enorme complejo de viviendas que fue construido originalmente para trabajadores industriales, pero que permaneció vacío. Aquí, inicialmente, los migrantes subsaharianos pasaron inadvertidos y luego negociaron su presencia, y algunos finalmente pagaron alquileres regulares por sus apartamentos. Durante algunos años, Boukhalef fue uno de los barrios de Tánger con mayor número de residentes migrantes subsaharianos (aproximadamente entre 800 y 2000), originarios de países de África central y occidental.
Las condiciones de vida de la comunidad subsahariana dentro del barrio, a pesar de la serialidad de los pisos, son bastante variables según las diferentes estrategias y necesidades de asentamiento. Los varones más jóvenes suelen optar por la convivencia en grupo: de diez a veinte personas comparten un apartamento de 60 metros cuadrados, preparan comidas comunes en la pequeña cocina y comen juntos en el salón, que por la noche se convierte en un dormitorio colectivo. Si, por un lado, viven en condiciones de hacinamiento y muy poca intimidad; por otro, los grandes grupos impiden el desalojo y permiten que sus miembros se vayan y regresen periódicamente.
Algunos otros ocupan un apartamento en grupos de dos o tres y tienen mayor intimidad; pero, ante la imposibilidad de defender sus espacios comunes por la noche, se ven obligados a concentrar el espacio para cocinar, comer y dormir, así como todas sus pertenencias en una habitación. Sin embargo, estas ocupaciones a pequeña escala negocian su presencia y consiguen relaciones pacíficas con los vecinos marroquíes. Algunos propietarios —generalmente, inversionistas que viven en el extranjero— permiten que los ocupantes se queden, siempre que sean pocos, para asegurarse de que su propiedad no sufra daños.
De todos modos, no todos los habitantes subsaharianos que viven en Boukhalef son ocupantes; algunos alquilan apartamentos con regularidad, porque han decidido instalarse en Tánger. Eligen el barrio por motivos de proximidad a su comunidad de origen, pero también porque es más fácil encontrar propietarios dispuestos a alquilar a negros a un precio razonable. Incluso los apartamentos en alquiler acogen a más personas de las esperadas: en cada habitación suele vivir una pareja o una familia, separadas por cortinas. En comparación con los ocupantes, se encuentran en una condición menos precaria, ya que no están sujetos a desalojo y tienen agua y electricidad, pero aún viven en una situación marginal. La retórica del tránsito relega a los subsaharianos a la imposibilidad de integrarse en la sociedad marroquí. No existen políticas de vivienda, ni de ningún otro tipo, para los subsaharianos en Marruecos, porque su estancia en el país se considera y gestiona como un efecto colateral temporal de las políticas de control de fronteras.
2.
Tarrius, “Spazi ‘circolatori’ e spazi urbani”.
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Fig. 3_ Un mapa de la zona de Boukhalef.
Fig. 4_ El barrio de Boukhalef, en las afueras de Tánger.
Fig. 3
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Fig. 4
En las zonas fronterizas con los enclaves españoles, los migrantes subsaharianos se instalan en campamentos efímeros escondidos en el bosque cerca de la frontera y meramente funcionales al intento de cruzar las vallas. Hay principalmente dos tipos de campamentos: el petit fôret y el grand fôret. El llamado grand fôret es un tipo de campamento escondido en los bosques de altura, con una población promedio de 700-800 personas que, en algunos periodos, acogió hasta 2000 personas. El campamento cercano al enclave de Ceuta se encuentra en el bosque de Jbel Moussa; mientras que el campamento cercano a Melilla está situado en las laderas del monte Gourougou, que da nombre al campamento. Ambos asentamientos están lejos de la ciudad marroquí más cercana, que está a una hora a pie. Esto hace que sea extremadamente difícil obtener alimentos y agua y acceder a los servicios básicos. Los asentamientos petit fôret se crearon cuando algunas de las personas que vivían en el grand fôret decidieron escapar de las difíciles condiciones de vida y el rígido sistema de reglas y jerarquías necesarios para sobrevivir. Se trasladaron a una altitud menor, en bosques más pequeños, junto a pueblos marroquíes y más cerca de la zona fronteriza. Estos campamentos se benefician de un acceso más fácil y rápido al mercado y las comunicaciones; pero también a la frontera, y suelen albergar entre 50 y 200 personas.
Los asentamientos en los bosques están formados por grupos de refugios llamados bunkers, construidos por los propios migrantes a su llegada al campamento. Los refugios se suelen construir con estructura de caña, cubiertos con unas mantas contra el frío y una capa de láminas plásticas para protegerse de la lluvia. Aunque esta técnica es común, los bunkers difieren según los materiales disponibles, el número de personas y la ubicación. Cada uno asume un carácter específico como resultado de limitaciones prácticas y también de criterios estéticos. Además de los bunkers que brindan espacios privados a los migrantes,
Fig. 5
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Fig. 5_ La valla fronteriza de Melilla y el monte Gourougou.
en cada campamento también hay servicios comunes y otros espacios que tienen diferentes funciones, como lugares de encuentro comunitarios. En estos espacios colectivos, los migrantes organizan “ataques conjuntos” a las vallas, eligiendo el momento más adecuado y elaborando estrategias para confrontar a las autoridades de control.
En los asentamientos más numerosos se organizan grupos para preparar comidas, luego de recolectar dinero común y con lo que se encuentra. En general, la comida se obtiene a partir de restos de verduras en el mercado donde, pidiendo dinero de caridad, compran algo de harina, arroz, leche, té, galletas o carne de segunda. El agua se recoge una vez al día en contenedores, dirigiéndose en columna a las fuentes públicas de los pueblos marroquíes más cercanos. Las tareas se dividen de acuerdo con las habilidades de cada uno, tratando de compartir en la mayor medida posible los recursos con los que cuenta. La comunidad no está exenta de conflictos internos, pero siempre prevalece un sentido de solidaridad mutua, que permite a los que tienen dificultades sobrevivir con la ayuda de otros.
Las parejas y las personas con niños, generalmente, establecen un lugar para cocinar separado cerca de su bunker pero, aunque no comparten la comida, se unen a otros para pasar el tiempo, sobre todo por la noche. En muchos casos, la estancia en el bosque se extiende más allá del tiempo esperado, lo que provoca frustración e incertidumbre; por ello, compartir tiempo con otros miembros de su propria comunidad es fundamental para el ánimo mutuo, para distraerse y para llenar el vacío de la espera. Las noches se pasan charlando, bebiendo, escuchando música, cantando y bailando juntos.
Vivir en campamentos en el bosque es muy agotador y, a veces, arriesgado; pero es más barato que vivir en la ciudad, donde es difícil pagar el alquiler, especialmente sin trabajo. Por ello, algunas personas, especialmente los machos jóvenes, se instalan en los bosques; mientras que otras prefieren vivir en la ciudad y llegar al bosque solo cuando deciden intentar cruzar.
Fig. 6
La retórica del tránsito relega a los subsaharianos a la imposibilidad de integrarse en la sociedad marroquí; su estancia en el país se considera y gestiona como un efecto colateral temporal.
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Fig. 6_ El Campamento de Bolingo en el Monte Gourougou.
Vivir en asentamientos informales es una opción estratégica para los migrantes, ya que los planes migratorios a menudo cambian según las circunstancias. El viaje está marcado por contingencias, adaptaciones continuas a nuevas oportunidades, obstáculos y cambios rápidos en el programa. Los migrantes tienen que tomar decisiones difíciles a medida que avanzan en su viaje y, a menudo, se ven obligados a detenerse, incluso durante largos periodos, para juntar los recursos necesarios para continuar. En ocasiones, vuelven a etapas anteriores del viaje, lejos de la frontera, donde pueden trabajar para recolectar algo de dinero o descansar y buscar tratamiento luego de una violenta redada policial. Los espacios autorganizados son un referente imprescindible para los recién llegados, pero fundamentales también para aquellos que, por distintas contingencias, se vieron atrapados en un país de tránsito durante mucho tiempo. Alessandra Sciurba describe esos espacios como “zonas informales de concentración”,3 sin barreras físicas, reconocimiento y control oficial, pero generadas como efecto directo de la interacción entre políticas de control fronterizo y estrategias de movilidad. Aquí los migrantes descansan después de una etapa del viaje, desarrollan una estrategia para cruzar la frontera y recolectar los recursos para ponerla en acción, antes de emprender el viaje nuevamente.
las zonas informales de concentración como espacios grises
Las zonas informales de concentración pueden concebirse como resultado de diferentes razones estratégicas: por un lado, las tácticas autónomas de los migrantes y, por otro, las técnicas de control de fronteras de las autoridades nacionales. A medida que estos últimos intentan obstaculizar, seleccionar y canalizar los flujos migratorios, de acuerdo con múltiples fines e intereses, los migrantes desarrollaron estrategias para negociar con estas prácticas de control fronterizo.
A pesar de su falta de visibilidad y reconocimiento oficial, las autoridades son conscientes de la existencia de estos asentamientos y, en ocasiones, toleran su presencia mientras que otras los explotan. De hecho, la informalidad permite que las instituciones no sean responsables de los migrantes en tránsito, sino que los identifiquen y persigan un control sobre ellos. Esas zonas pueden ser consideradas espacios grises, 4 que no se integran ni se eliminan, pero que existen parcialmente fuera de la vista de las autoridades. Como argumenta Oren Yiftachel, “En el ámbito de la política urbana, estos espacios suelen ser tolerados en silencio, a menudo incluso fomentados, mientras están encerrados en discursos de ‘contaminación’, ‘criminalidad’ y ‘peligro público’ para el deseado ‘orden de las cosas’”.5 El discurso que enmarca estos lugares fluctúa entre la retórica del tránsito, que justifica la ausencia de políticas públicas dirigidas a la presencia subsahariana en territorio marroquí, y el de la irregularidad, plenamente acogido por Marruecos con los acuerdos de cooperación, que criminaliza a los migrantes.
Las autoridades marroquíes hicieron demostraciones de fuerza para sus partners de la Unión Europea a través de la acción directa en el espacio de los migrantes. En la zona fronteriza del norte de Marruecos, los campamentos son evacuados y demolidos de forma violenta y las áreas donde estaban ubicados son patrulladas de modo constante para evitar que la gente regrese. Cuando no están completamente despejadas, las zonas informales son “asediadas” por restricciones de acceso a los recursos y puntos de entrada/salida, lo que dificulta la supervivencia allí. Los habitantes de los campos son objeto de continuas redadas por parte de las autoridades marroquíes, llamadas boumbla, con el fin de mantenerlos bajo presión. Lo mismo ocurre en las zonas de ciudades fronterizas con alta presencia de migrantes, que son periódicamente sujetas a búsquedas de inmigrantes ilegales para ser devueltos, lejos de las zonas fronterizas con la Unión Europea. Algunos testimonios informan de un aumento de las redadas policiales y la limpieza de asentamientos informales durante las visitas y summits de autoridades políticas en las zonas fronterizas cuando, a través de la mayor cobertura mediática del tema, Marruecos puede mostrar su compromiso con la seguridad fronteriza y la gestión de flujos migratorios, a fin de fortalecer así su posición en la alianza.6
3. Sciurba, Campi di forza.
4. Yiftachel, “Theoretical Notes On ‘Gray Cities’”.
5. Ibid., 90. Traducción del autor.
6. Migreurop, “The Black Book of Ceuta and Melilla”.
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Fig. 7_ Fronteras y redes de tránsito.
En algunos momentos de inestabilidad entre gobiernos, hubo muchos intentos exitosos de cruzar la frontera, debido a la falta de coordinación policial entre los dos lados. Esto muestra cómo el control policial marroquí es fundamental para prevenir la entrada de migrantes en el territorio español, y para el proceso de seguridad de las fronteras de la Unión Europea. Las autoridades marroquíes vigilan a la población migrante en su territorio, no solo para bloquear los cruces, sino para desgastar a la gente en los bosques y hacer que se rinda. La limpieza masiva de todos los asentamientos informales ocurre periódicamente en la zona fronteriza, con la posterior deportación de migrantes a la frontera con Argelia y a las ciudades del sur de Marruecos. El surgimiento de la informalidad persistente se maneja “no a través de políticas de corrección e igualación, sino a través de una serie de discursos deslegitimadores y criminalizadores”.7
Después de ser inspeccionados o despejados, los campamentos vuelven a surgir, fragmentados en asentamientos más pequeños que pueden ser menos visibles. El asentamiento en lugares ocultos es el componente espacial de una estrategia más general de imperceptibilidad y desidentificación.8 Los migrantes también asumen diferentes identidades personales cuando cambian las condiciones de control. Estas estrategias de autoinvisibilización son parte de un círculo vicioso en el que cuanto más se intensifica el control de fronteras, más migrantes (y traficantes) encuentran nuevas estrategias para sortearlos.9 Los migrantes, con el temor constante de ser detenidos, arrestados y deportados, actúan principalmente en la esfera informal. Esto es especialmente cierto para algunas categorías con estatus legal incierto, como los migrantes en tránsito indocumentados que intentan irse lo más rápido posible, los que llegaron con la intención de pasar pero terminaron varados y los que voluntariamente eligieron un lugar como destino final pero aún no han podido formalizar su presencia.
Los migrantes desarrollan estrategias para hacerles frente a las limitaciones impuestas por el endurecimiento de los dispositivos de control, que ralentizan sus movimientos o los obligan a elegir direcciones más peligrosas. La imposibilidad de asaltar las vallas de los enclaves y la continua violencia que se sufre en los campamentos empujan a algunos a la ciudad de Tánger y a intentar cruzar el estrecho en patera; mientras que otros simplemente desalojan. Los que permanecen en el bosque se organizan colectivamente para cruzar la frontera por mar. Algunos intentan entrar en los enclaves sorteando la valla en barco y otros organizan los llamados grand convoi, lanchas a motor más grandes proporcionadas por contrabandistas, para llegar a las costas españolas.
A pesar del endurecimiento del control y el aumento de los riesgos, los migrantes no renuncian a su lucha por continuar el viaje. Sus estrategias evolucionan continuamente para superar todos los obstáculos nuevos y provocaron cambios no solo en las políticas de control, sino también en los dispositivos físicos. Tras observar varias veces sus tácticas, el Gobierno español ha decidido transformar de manera estratégica las vallas fronterizas de los enclaves. Al principio, por ejemplo, los migrantes solían trepar la valla con las manos desnudas pero, para evitar esta posibilidad, las cercas se cubrieron con una malla metálica más delgada con agujeros demasiado pequeños para que los dedos humanos pudieran agarrarse. Luego, los subsaharianos crearon ganchos de metal, que se insertaron entre los dedos y pusieron clavos en las suelas de sus zapatos para agarrar la valla con más firmeza. Los migrantes revelan una creatividad impresionante en sus luchas por superar los obstáculos, lo que a su vez hace que la infraestructura fronteriza evolucione para obstaculizar sus movimientos.
7. Yiftachel, “Theoretical Notes On ‘Gray Cities’”, 89. Traducción del autor.
8. Papadopoulos y Tsianos, “The Autonomy of Migration”.
9. Marconi, “Not Just Passing Through”.
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las redes de migrantes y el territorio de tránsito
Los migrantes no son meras víctimas sometidas a control fronterizo, sino que a través de redes translocales crean canales de movilidad que desafían dicho control y permiten el apoyo mutuo en el camino. Estas redes son tanto formales como informales y se desarrollan en el territorio de los llamados países de tránsito, dentro de Europa y fuera de ella. “Se superponen, se cruzan y se estratifican, ofreciendo condiciones extremadamente favorables a aquellos [migrantes] que llegan, salen, pasan o se quedan”.10 Esta red variable y estratificada, además de estructurar los flujos migratorios, orienta el camino de cada migrante en función de los obstáculos y oportunidades que se presentan en el camino, configurando así un plan que tiene una clara intencionalidad (en este caso, llegar a Europa); pero que permanece indeterminado en el tiempo, la modalidad y los resultados. Las rutas migratorias no son los caminos directos que llevan a un migrante directamente desde un punto de partida a un destino, sino que se estructuran como líneas discontinuas que conectan espacios donde los migrantes se detienen a lo largo de su viaje, por lo general cerca de un punto de cruce, sea una frontera geográfica o no.
Estos espacios funcionan como ejes de redes autorganizadas que sostienen a los migrantes en tránsito durante su movimiento. Las redes de migrantes facilitan los contactos, la orientación al espacio urbano y crean un entorno de vida que apoya la práctica del cruce de fronteras. Sin embargo, también funcionan como comunidades que brindan apoyo y aliento vitales, y dan consuelo cuando falla un intento de cruzar, cuando se experimentan tratamientos discriminatorios o cuando alguien necesita consejo. Desarrollan un verdadero sentimiento de pertenencia, basado en el apoyo mutuo y la solidaridad.
Los migrantes subsaharianos en Marruecos viven agrupados en comunidades nacionales, lo que facilita la inclusión de los recién llegados. La presencia de compatriotas es, a menudo, un aspecto importante que empuja a nuevas personas a salir de su país, unirse a un grupo e intentar cruzar la frontera. En las ciudades, cada comunidad tiene una persona de referencia, por lo general alguien que ha estado allí durante mucho tiempo, que conoce el lugar y que tiene contactos con la comunidad local. Se consulta a estas personas profundamente respetadas para resolver conflictos y ponerse en contacto con un chairman, que ayuda a los inmigrantes a comprar un barco.
Una organización similar estructura la vida en los campamentos en el bosque cercano a los enclaves españoles. Cada comunidad tiene sus propios representantes, que interactúan con los de otras comunidades para gestionar la vida en el bosque y organizar ataques conjuntos a las vallas fronterizas.
Las redes de migrantes son imperceptibles o apenas visibles, pero estructuran una práctica colectiva considerable, sumamente disruptiva para las dinámicas de confinamiento globales. A nivel translocal, crean una nueva forma de territorialidad, que es transversal a las fronteras del Estado nación y que se extiende más allá y a través de su territorio. Además, a nivel micro, estos espacios crean ambientes de vida local donde se moldean las prácticas y estrategias del cruce de fronteras. “La geografía de las rutas hacia Europa […] está conformada por estos nodos que las determinan, siendo su causa y efecto al mismo tiempo”.11
Alessandro Petti, al discutir su experiencia de la frontera entre Israel y Palestina, muestra cómo sirve para diferenciar y estratificar el derecho a la circulación de diferentes categorías de individuos:
"La máquina de fronteras es una arquitectura interactiva. Cambia según la nacionalidad de la persona que cruza. [...] Se construye y deconstruye en función de la relación que el individuo tiene con el Estado [...] Tantas veces he escuchado que el problema real es no saber cuáles son las reglas [...] entonces yo descubrió que este vacío es una forma de gobierno."12
Marconi, “Divieto di transito!”, 70. Traducción del autor.
Marconi, “Divieto di transito!”, 70. Traducción del autor.
Petti, Arcipelaghi e enclave, 6. Traducción del autor.
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El espacio autónomo desempeña un papel clave en las luchas de los migrantes en tránsito; produce espacios alternativos al del espacio territorializado centrado en el Estado al que suele estar ligada la comprensión de la ciudadanía.
Sin embargo, también enfatiza cómo cruzar los vacíos de las formas de gobierno, y las “grietas y lagunas del sistema”13 abren un espacio para nuevos imaginarios alternativos. El espacio autónomo desempeña un papel clave en las luchas de los migrantes en tránsito, que los emancipa tanto de la narrativa de criminalización avalada por las autoridades como de la lógica de victimización del discurso humanitario, que los relega en un limbo de excepcionalidad, y les permite dinámicas de autodeterminación. Ello produce espacios alternativos al del espacio territorializado centrado en el Estado al que suele estar ligada la comprensión de la ciudadanía. Como sostiene Saskia Sassen, los movimientos estratégicos de migrantes forzosos a través de las fronteras y dentro de los campamentos de desplazados y fuera de estos señalan una nueva frontera informal y emergente a lo largo de líneas de redes complejas de apoyo y medios de vida, en lugar de líneas tradicionales de soberanía territorial nacional. Entonces, podemos ver en este movimiento —el territorio de tránsito— una nueva forma de ordenamiento territorial, “un confinamiento emergente, informal de un espacio que atraviesa territorios nacionales y elude la autoridad soberana”.14
bibliografía
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3. Migreurop. “The Black Book of Ceuta and Melilla”, 2006. http://www.migreurop.org/ article983.html?lang=en
4. Papadopoulos, Dimitris y Vassilis Tsianos.
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5. Papadopoulos, Dimitris, Niamh Stephenson y Vassilis Tsianos. Escape Routes: Control and Subversion in the TwentyFirst Century. London: Pluto Press, 2008.
6. Petti, Alessandro. Arcipelaghi e enclave: Architettura dell’ordinamento spaziale contemporaneo. Milano: Bruno Mondadori, 2007.
7. Sassen, Saskia. “When Territory Deborders Territoriality”. Territory, Politics, Governance 1, n.º 1 (2013): 21-45. https://doi. org/10.1080/21622671.201
3.769895
8. Sciurba, Alessandra. Campi di forza: Percorsi confinati di migranti in Europa Verona: Ombre Corte, 2009.
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10. Vacchiano, Francesco. “Fencing in the South: The Strait of Gibraltar as a Paradigm of the New Border Regime in the Mediterranean”. Journal of Mediterranean Studies 22, n.º 2 (2013): 337-364.
11. Yiftachel, Oren. “Theoretical Notes On ‘Gray Cities’: The Coming of Urban Apartheid?”. Planning Theory 8, n.º 1 (2009): 87-99. https://doi.org/10.1177/ 1473095208099300
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13. Ibid., 7. 14. Sassen, “When Territory Deborders Territoriality”, 34 y 35. Traducción del autor.
Aceptado: 9 de marzo del 2021
Recibido: 30 de junio del 2020
Cómo citar: Lasso Imbachi, Jheisson
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.05
"Habitar tras el destierro. Desplazamiento forzado y retorno como configurador de nuevos hábitats en el Putumayo". Dearq no. 30 (2021): 37-48.
Habitar tras el destierro. Desplazamiento forzado y retorno como configurador de nuevos hábitats en el Putumayo
Live After Exile: Forced Displacement and Return as a Configurator of New Habitats in Putumayo
Este artículo explora los procesos migratorios en el sur del país, consecuencia de las economías extractivas que han determinado la organización territorial y ocasionado destierros, desplazamientos forzados y dos fenómenos menos atendidos: el establecimiento y la permanencia de la población en un territorio de acogida y el retorno a su lugar de origen. Con este propósito, se estudiaron, analizaron e interpretaron fuentes documentales y testimoniales que permiten la aproximación directa a la comunidad desplazada por la violencia, a fin de analizar las diversas formas de habitar tras el desplazamiento y cerrar con algunas consideraciones para futuras propuestas de vivienda rural, de fácil acceso a población víctima. Palabras clave: destierro; hábitat; migración; conflicto armado; Putumayo; vivienda
Jheisson Joseph Lasso Imbachi lassojheison@gmail.com Facultad de Ingeniería
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.05
Article derived from the research on the incidence of the armed conflict in the territorial and habitat configurations in the population of Putumayo, Colombia, exploring the migratory processes, a consequence of the extractive economies that have determined the territorial organization, caused exiles, forced displacements and two less-attended phenomena: the establishment and permanence of the population in a host territory and the return to their place of origin. The study, analysis and interpretation of documentary and testimonial sources that allow a direct approach to the community displaced by violence have been used as a research method for analysing the different ways of living after displacement, thus obtaining some considerations for future rural housing proposals, easily accessible to the victim population
Keywords: exile; habitat; migration; armed conflict; Putumayo; housing
y Ciencias Básicas Instituto Tecnológico del Putumayo (ITP)
Artículo
de Reflexión
Joseph.
investigación 36 – 37
introducción
Los procesos migratorios en el sur colombiano han trascendido en el tiempo y las fronteras políticas; el desplazamiento forzado es un fenómeno atemporal que sigue establecido en el mundo y, particularmente, en Colombia. Las pasadas cinco décadas de conflicto armado en el país han dejado más de 7,7 millones de desplazados; tan solo en el 2018 la cifra fue de 30.517 personas desplazadas, sin contar la población migrante venezolana que, en cifras de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), en el 2019 sumaba más 1,2 millones.1
En la primera década del siglo XXI, la población víctima del conflicto armado, generalmente, se ha desplazado y permanece en ciudades principales, y ello ha dado paso a precarios hábitats urbanos, desarticulados ambientalmente con el resto del territorio. Sin embargo, otro hecho menos frecuente y menos documentado ha sido el retorno de esta población víctima a sus lugares de origen, en el que los procesos de restitución de tierras y reparación a las víctimas han representado un papel importante. La Ley 1448 de 2011,2 llamada Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, abrió una puerta para el acompañamiento a la población víctima y su acceso a la reparación, por los hechos victimizantes.
Estos procesos de restitución y retorno, no necesariamente están enfocados en que las familias retornen a su territorio de origen; de hecho, los acompañamientos también son realizados a comunidades que se han establecido en terrenos invadidos (públicos o particulares), lo cual constituye una tendencia mayor, que el retorno a los lugares de origen. El retorno al lugar del hecho victimizante es menor, dado que la mayor parte de la población desplazada se encuentra en ciudades principales e intermedias, donde encuentran, comparativamente, mejores servicios básicos, así como un mejor acceso a programas de reinserción social y, relativamente, mejores ingresos. A esto se suma que retornar a territorios de origen se ve condicionado por la capacidad del Estado de brindar seguridad a la población; es decir, si la población víctima se reconoce como población no amenazada, procede a su retorno, aunque esto no implica, precisamente, a su vivienda de origen, dado que, en la mayoría de casos, lo hacen a otras viviendas y, con ello, a diversas formas de habitar y ocupar un territorio ajeno a su regreso.
El análisis de los dos fenómenos, tanto el establecerse como el retornar, determinan que, tras el destierro, son originadas diversas formas de habitar que, después de la violencia y el destierro, confluyen en la resiliencia y arraigos a
2.
1.
Rolón Salazar, “Hay más víctimas de desplazamiento forzado”.
Dearq 30
Ley 1448 de 2011.
3.
En 1904, la sociedad cauchera que fundó la compañía Casa Arana obtuvo la titulación de más de cinco millones de hectáreas cuadradas, ubicadas en las dos márgenes del río Putumayo. La titulación realizada por el Ministerio de Fomento peruano en 1922 violaba la concesión de tierras en Perú y Colombia. La explotación cauchera necesitó de la mano de obra indígena, lo que originó el desplazamiento y esclavitud de las poblaciones originarias en una amplia región de la Amazonía.
4.
La explotación cauchera y la deficiente presencia del Estado colombiano originaron el conflicto colomboperuano de finales de 1932, que buscaba retomar el control de los territorios despojados por comerciantes peruanos apoyados por las autoridades de su país. El resultado del conflicto llevó al establecimiento de las fronteras con Perú, Ecuador y Brasil. El final de la guerra conllevó que muchos soldados se establecieran en los poblados nacientes del Putumayo.
nuevos territorios, los cuales son adaptados a las necesidades vitales. Esta adaptación de los territorios y viviendas constituye una dificultad para la calidad de vida de la población rural, que visibiliza la necesidad de plantear estrategias y lineamientos que orienten la formulación de políticas públicas encaminadas al diseño de prototipos y acceso a vivienda digna de la población víctima y vulnerable en la zona rural del país.
Este artículo se centra en identificar las situaciones del espacio físico que ocupa la población víctima del conflicto, una vez se establece en un territorio, tras el desplazamiento y el retorno, haciendo un recorrido por los distintos procesos migratorios que existen en el Putumayo (Colombia), a fin de brindar una aproximación a las nuevas formas de habitar presentes cuando termina el desplazamiento, en ocasiones en los lugares donde se establecen, así como cuando retornan al lugar de origen. Las situaciones expuestas permiten determinar pautas o directrices para futuras propuestas de vivienda rural, vivienda de interés social y prioritario, de fácil acceso a población víctima y vulnerable.
metodología
Inicialmente, con el fin de aproximarse a las fuentes testimoniales y contrastar las fuentes documentales recopiladas, se recurrió a la observación directa, que permite ver, escuchar, palpar y vivenciar el contexto o el caso observado y, luego, narrar el hecho. Se hizo una participación moderada con la comunidad, mediante la elaboración de entrevistas abiertas e historias de vida, conversaciones, notas de campo y descripciones espaciales, junto con un registro fotográfico, con el fin de dar cuenta de las condiciones cambiantes de las situaciones de hábitat. La digitalización de los planos e imágenes permite la descripción, el análisis y la interpretación de los estudios de caso.
El tipo de investigación es de naturaleza deductiva, porque permite al investigador realizar inferencias, con base en las observaciones directas, con el propósito de describir las principales características de esta población, sin manipular la situación.
Destierro, desplazamiento y despojo
Los procesos migratorios en el sur del país han respondido a distintos factores ocurridos en una extensa escala de tiempo. Los desplazamientos más documentados fueron los ocurridos por la violencia del conflicto armado en la lucha por el control del territorio, a partir de los años ochenta, por parte de distintos grupos armados; pero también distintos sucesos de migración fueron producto de invasiones y despojos, entre ellos de los que fueron objeto las poblaciones originarias indígenas por parte de las compañías extractivas de caucho y quina y, posteriormente, la población colona, a causa de las compañías petroleras extranjeras, a partir de 1950.3
Documentar la historia de los procesos migratorios en Putumayo puede equivaler a escribir la historia misma del departamento y del sur del país. El piedemonte amazónico putumayense ha sido una región de distintas bonanzas y economías extractivas, como el caucho, la quina, las pieles exóticas, el petróleo, la madera y, la más lucrativa, la coca, que han hecho que, en distintas épocas, llegara población en busca de tierras y oportunidades. Adicionalmente, su posición estratégica de frontera hizo que desde inicios del siglo XX el Estado promoviera la colonización de ese territorio. Para ello, las misiones capuchinas en el departamento tuvieron como fin integrar los pueblos indígenas al resto del país, estableciendo colonias agrícolas y ganaderas que fomentaron la llegada de población colona de los departamentos cercanos de Nariño, Cauca y Huila. Con lo anterior y con la apertura de las principales carreteras como Pasto-Mocoa, en 1912, y Mocoa-Puerto Asís, construida en parte por el conflicto colombo-peruano, en 1932, detonaron que la población del centro del país se estableciera en los baldíos cercanos a las carreteras.4
investigación 38 – 39
Otro actor determinante en las configuraciones territoriales del sur del país fue la Texaco Company, con la exploración del llamado Distrito Sur Putumayo. A medida que la exploración petrolera continuaba, demandaba gran cantidad de mano de obra no calificada que fue suplida por población migrante del centro del país.5 Estos colonos se establecieron próximos a las carreteras que la compañía construyó hacia la frontera, para conectar con los pozos que tenía en Ecuador.6
Aunque la industria petrolera protagonizó distintos episodios de disputas de tierras a indígenas y colonos, la explotación petrolera produjo una simbiosis entre una economía extractiva y una economía productiva, de la cual surgen los mayores desarrollos para la Amazonía suroccidental colombiana y en la consolidación del Putumayo como departamento fronterizo y conexión con el resto del continente. Este mismo hecho convirtió al departamento en un eje estratégico, primero, para la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (FARC) y los cárteles del narcotráfico y, posteriormente, para las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que hacen presencia a partir de 1980, con la idea de ‘liberar’ el territorio de las FARC y lograrse el control del tráfico de la pasta base de coca, el eslabón más lucrativo de la economía del narcotráfico.
La presencia de grupos armados ilegales en zonas rurales del país sigue dejando consecuencias devastadoras. En el caso específico del Putumayo, los informes del Centro Nacional de Memoria Histórica dejan constancia detallada de los hechos violentos que originan los procesos migratorios. Estos informes dan una vista real sobre cómo los sucesos del conflicto armado han configurado la realidad socioespacial y dejado en evidencia la crisis de la sociedad rural de Colombia.
5. CNMH, Petróleo, coca, despojo territorial, 102-107. 6. Mendoza, Historia de una epopeya.
Fig. 1_ Vivienda abandonada en El Placer, Putumayo. Fuente: Germán Arenas Usme.
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Fig. 1
Vacíos tras el destierro: El Placer, Putumayo
El Placer es una inspección de Policía que se localiza a diez kilómetros de La Hormiga, cabecera municipal del Valle del Guamuez, Putumayo (fig. 1). Es amplia la documentación de la violencia y la crisis social que el conflicto armado ha generado en este lugar. Muchas de las referencias provienen de los habitantes que sobrevivieron y aún permanecen en el lugar; pero, igualmente, “muchos testimonios hoy, son tangibles y visibles en los vacíos físicos que dejó la violencia, haciendo eco de los testimonios olvidados en el silencio del tiempo”.7
La ubicación estratégica de este poblado lo constituyó rápidamente en un sitio en el que las FARC implantaron un centro de operaciones que controlaba la producción y distribución de la pasta base de coca. La incursión del cartel de Cali y, posteriormente, el cartel de Medellín y las AUC dio paso a la lucha por el control de este territorio y dejó algunos de los episodios más recordados en la memoria histórica del conflicto, como la masacre ocurrida en noviembre de 1999 por parte del Bloque Sur Putumayo de las AUC, cuando el territorio, momentáneamente, pasó a ser controlado por las AUC, que consolidaron una base paramilitar en ese poblado.
Los procesos migratorios, acrecentados en mayor medida por el abandono y el destierro, han configurado vacíos y discontinuidades en la trama urbana, aún presentes en los asentamientos del departamento. En el caso específico de El Placer, muchos habitantes fueron desterrados, obligados a dejar sus casas y pertenencias y marcharse.8
Las viviendas despojadas las usaron los grupos armados ilegales para atender distintas actividades como alojamiento, torturas, violaciones, así como para el centro de control y distribución de sustancias ilícitas. Tiempo después, y tras los continuos enfrentamientos, estas casas fueron expoliadas con tal de extraer las puertas, las ventanas o los techos, en ocasiones por personas que buscaban encontrar dinero o joyas escondidas. Algunas de las viviendas fueron prestadas por sus dueños desterrados a otras familias, con tal de mantenerlas conservadas; sin embargo, otras no se han ocupado, en gran parte por la superstición de ‘ver’ o ‘escuchar’ los sucesos violentos ocurridos. Actualmente, muchas continúan desmanteladas, como testigos de la bonanza, ascenso y decadencia del narcotráfico. El hecho de que no fuesen ocupadas de nuevo llevó a su deterioro y constituyó una discontinuidad en los centros poblados golpeados por la violencia.
Asentamientos espontáneos tras el destierro
Las ciudades intermedias del Putumayo y de otros departamentos de Colombia han sido ciudades receptoras de población víctima, con urgencias reales de establecer un nuevo lugar donde vivir. En este escenario, al factor social se le ha sumado el agravante de que estas ciudades cuentan con menor capacidad para gestionar de modo adecuado los asentamientos de esta nueva población, formada en su mayoría, por familias de bajos recursos.
Estos asentamientos irregulares, por lo general fuera del perímetro de los servicios de la ciudad, se han ido consolidando y, con el tiempo, los gobiernos locales han ajustado las infraestructuras de los servicios, supliendo las necesidades y mejorando el hábitat precario de estas poblaciones; no obstante, muchos de estos nuevos barrios se establecieron en zonas de riesgo de desastres: laderas y riveras de ríos, las cuales no se han tenido en cuenta en el momento de integrarlas en el diseño e implementación de las políticas de planificación urbana y de ordenamiento del suelo, lo que ha dejado casos fatales, como el ocurrido en la Avenida Torrencial de Mocoa, capital de Putumayo, en 2017, o las inundaciones en la ribera del río Caquetá, en Puerto Guzmán, Putumayo, que amenazan a la población víctima del barrio Jairo Casanova, población que actualmente se encuentra ejecutando su plan de reubicación y retorno.
7. CNMH, Petróleo, coca, despojo territorial, 30.
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8. Capítulo IV, “Los impactos y los daños causados por el conflicto armado en Colombia”, en Culma, “La presencia de las AUC en Putumayo”.
Asentamientos como Jairo Casanova, en Puerto Guzmán, o Nueva Esperanza, en Mocoa, han sido resultado de invasiones a terrenos estatales, con viviendas realizadas por autoconstrucción que usaron materiales transitorios como lonas plásticas, maderas, mallas, láminas metálicas y que se ubicaron en terrenos inestables o inundables que carecen de servicios básicos. El desconocimiento técnico en el uso de materiales o en los sistemas de construcción y la mala calidad de los materiales, sumados a las limitaciones económicas de esa población, aumentan la vulnerabilidad y el proceso destructivo de las instalaciones frente a cualquier desastre. Mocoa tiene 45.589 habitantes y más del 50 % de ellos es población víctima, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística.9
Dado que Mocoa se ha caracterizado como una ciudad receptora de población víctima, muchas familias —como las 40 del 2001— han buscado nuevos terrenos donde establecerse, como es el caso de la comunidad de Nueva Esperanza, la cual fue resultado de una invasión a terrenos del Instituto de Promoción de Soluciones Energéticas, después de llegar desplazados de otras regiones de Putumayo, Cauca y Caquetá. El asentamiento cuenta con una zona de viviendas y equipamientos, así como una zona productiva para cultivos y sostenimiento de cada familia (fig. 2).
El impacto del desplazamiento10 en Colombia ha causado que tanto el Estado como las organizaciones no gubernamentales acudan a resarcir los derechos de la comunidad víctima. En el caso de Nueva Esperanza, el asentamiento ha pasado por distintas etapas, entre ellas lograr el reconocimiento de su posición en el territorio para, posteriormente, conformar la asociación de víctimas que les permitió acceder al apoyo de entidades tanto gubernamentales como no gubernamentales. Con el apoyo de entidades como la Acnur, este y otros asentamientos vecinos en iguales condiciones han podido conformar el plan de retorno y reubicación para la consecución de infraestructura educativa y comunitaria, al igual que el acceso a servicios públicos y, primordialmente, conseguir la legalización de sus predios. De esta manera, y gracias a la gestión interinstitucional, el proceso de legalización y titulación de predios para Nueva Esperanza culminó dieciséis años después de ocupar las tierras, en 2017, cuando sus habitantes recibieron los títulos que los acreditaban como dueños: 266 títulos de propiedad, siendo la primera titulación de predios rurales en el Putumayo.11
Ficha de caracterización Ciudad Capital elaborado el 5 de junio de 2019. https://www.funcionpublica.gov. co/documents/418537/1205912/2017_04_27_Mocoa. pdf/40b6071d-af3a-4128-886d-a64daf22c48
10.
La Corte Constitucional, a través del Auto 373 de 2016, ordenó al Estado “una mayor presencia en los asentamientos, a través de: a) la identificación de los mismos; b) su inclusión en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), para reconocer sus vulnerabilidad y necesidades; c) el desarrollo de reubicaciones con plenas garantías en casos en los que estos asentamientos se encuentren en zonas de riesgo; y d) la garantía de servicios públicos básicos o un mínimo de sociales, económicos y culturales a la población allí asentada, especialmente, en lo concerniente a la seguridad jurídica sobre los predios y bienes que han venido siendo objeto de posesión y ocupación”.
11. Ávila, “De desplazados a propietarios en Putumayo”.
9.
Fig. 2_ Aerofotografía del asentamiento Nueva Esperanza, donde se visibiliza al norte, el área de viviendas, y hacia el sur, la zona productiva. Fuente: elaboración propia a partir de la imagen de Google Earth y el Mapa del Sistema Nacional Catastral, Geoportal IGAC.
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Fig. 2
Este caso de restitución de predios no implicó el retorno al lugar de origen, sino permanecer legalmente en el lugar que los acogió después del desplazamiento. Es importante resaltar que estos procesos de restitución son posibles gracias a los acompañamientos de organizaciones como Acnur, Opción Legal, Unidad de Víctimas, Alcaldía municipal, entre otras, que coordinan sus acciones; pero, fundamentalmente, la estructuración de la comunidad es vital para lograr un acceso real a la exigibilidad de derechos.12
Habitar el retorno
El análisis del siguiente caso expone la tendencia de habitar un territorio rural por parte de la población víctima, una vez que retorna a su territorio de origen; permite entrever las dificultades antes del retorno, durante y después, exponiendo las dinámicas familiares que configuran las nuevas formas de habitar, lo que deja en evidencia la problemática de la vivienda rural y los vacíos en los prototipos de vivienda, así como la dificultad para acceder a estos.
Este caso refiere las vivencias de la familia Gómez que durante diez años se enfrentó al destierro y al desplazamiento forzado para, posteriormente, retornar a su lugar de origen en una vivienda que se transformó acorde a su nuevo modo de vida. La familia, inicialmente, adquirió su vivienda a través del Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana, en 1998, año en el que iniciaron los mayores enfrentamientos por el control del territorio. Muchas familias como la de este caso se acoplaron y convivieron con la situación; no obstante, las presiones ejercidas a los líderes sociales agudizaron, y este fue el caso de la familia Gómez, en la cual el padre de familia era un líder social, lo que profundizó las diferencias con los dirigentes de las fuerzas paramilitares y ocasionó el destierro que llevó a la familia, de seis integrantes, a desplazarse al departamento de Nariño, en el 2000.
En el momento del desplazamiento, la vivienda y pertenencias quedaron abandonadas; en consecuencia, al retorno, ocho años después, la familia no contaba con una vivienda ni con un terreno propio, por lo que su asentamiento se dio en una vivienda prestada que en 2018 lograron adquirir, gracias a recursos propios y a los subsidios del Programa de Restitución de Tierras de la Unidad para Atención y Reparación Integral de Víctimas (fig. 3).
Fig. 3
12. UNHCR, “Colombia: Displaced Community”.
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Fig. 3_ Línea de tiempo con los sucesos de desplazamiento y retorno de la familia y sus repercusiones en la transformación de la vivienda. Fuente: elaboración propia.
Análisis físico-espacial de la vivienda original
La vivienda parte de un esquema conformado por tres franjas; dos de ellas, de habitaciones separadas por una franja central, que cumple el papel articulador y social de la vivienda, la cual es construida siguiendo un esquema tradicional de la región, en el que se utiliza el porche no solo al frente de la casa, sino que se extiende también al interior, en la parte central; a su vez, este espacio relaciona el interior y el exterior de la vivienda. En esta zona se desarrolla la vida social de la familia, en la que localizan los muebles de la sala, un comedor y zona de hamacas. Las dos franjas restantes conforman las habitaciones, que son dejadas como salones abiertos para que sus habitantes las dispongan según los miembros de la familia (figs. 4-7).
La
vivienda
después del retorno: Adaptación a nuevas formas de vida familiar
La evolución de la vivienda rural, como el caso presentado, no es un hecho aislado y constituye un fenómeno extendido en la zona rural del Putumayo.13 Así, es posible observar dos tipos generales de transformaciones: unas internas y otras externas, donde las primeras responden a pequeñas remodelaciones, mantenimientos y adecuaciones en materiales flexibles, como madera o textiles, para dividir espacios, crear una nueva habitación o una zona de trabajo.
Las transformaciones externas son hechas en distintos aspectos. Como primer paso, se busca ganar espacios para la vivienda y, como tal, se crea un nuevo porche en el frente. Sin embargo, las transformaciones externas más particulares son los espacios adosados a la vivienda original, lo que visualiza la necesidad de mayor densidad, producto del tiempo, conforme a las dinámicas de la familia: los hijos crecen y conforman nuevos núcleos familiares, que habitan próximos a la vivienda de los padres, debido a la imposibilidad económica de acceder a terrenos propios. Estas nuevas habitaciones aprovechan la estructura de la casa original, donde los muros de cerramiento pasan a ser muros divisorios entre las viviendas.
Las transformaciones morfológicas de las viviendas también son hechas por etapas: una primera construcción adosada se hace en estructura y cerramiento
De acuerdo con Digiacomo y Palermo Szücs en “Flexibilidad: requisito fundamental en el proyecto de habitación de interés social”, los problemas de la vivienda social derivan de un desconocimiento del usuario y sus necesidades futuras, sumados a la estandarización de las viviendas, debido a la reducción de los costos de producción. Ello resulta en viviendas inadecuadas que generan modificaciones realizadas por los habitantes, que producen efectos negativos como la densificación del hábitat existente y la desarticulación espacial de la vivienda con la ciudad o su contexto cercano.
“Es un hecho, que los habitantes de una vivienda la transforman, para adaptarla a sus necesidades” (236).
Fig. 4_ Vivienda original. Fuente: Elaboración propia.
Fig. 5_ Ampliación del porche y construcción de la cocina. Fuente: Elaboración propia.
Fig. 4
Fig. 5
13.
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de madera con techo metálico de zinc, a fin de delimitar y establecer rápidamente una habitación. Con el tiempo, la estructura de madera se remplaza por una construcción en columnas de concreto reforzado y cerramiento en bloque o ladrillo; los materiales de la cubierta permanecen en teja de zinc y, pocas veces, se hace la transición hacia teja de fibrocemento. Es característico que las nuevas viviendas adosadas establezcan con el tiempo un lenguaje similar a las viviendas originales, tanto en materialidad como en continuidad de colores y acabados; no obstante, en la mayoría de los casos, la vivienda original sigue siendo reconocible. De esta manera, pasa a ser una vivienda base, donde convergen un núcleo familiar y nuevas personas que integran la familia.
El caso de la familia Gómez no es un caso aislado, sino una constante en las familias que retornan o se establecen en un territorio, después de un hecho victimizante. Generalmente, las viviendas rurales sufren de constantes transformaciones; pero, en el caso de una familia que retorna, el hecho toma más notoriedad, dado que la vivienda base se constituye en un núcleo en el que orbita el resto del núcleo familiar que ha retornado: los miembros anteriores, que eran seis cuando sufrieron el desplazamiento, y los nuevos, para un total de nueve personas. Esto podría deberse a un comportamiento en el que (según testimonio de los mismos integrantes de la familia) no se ven capaces de establecerse en otro lugar, dejando a sus familiares con quienes sufrieron el hecho victimizante y, sumando a ello, su incapacidad económica para acceder a terrenos y viviendas propias (fig. 8).
Con lo anterior, quedaron visibilizadas las transformaciones de la vivienda al habitar tras el destierro. Aspectos como la flexibilidad, la adaptabilidad y el crecimiento en el tiempo deben tomarse en cuenta en los prototipos de vivienda que le presenten a la población víctima y rural. Estas particularidades se han planteado en distintos estudios de vivienda urbana, en los cuales se han establecido hipótesis y caminos para nuevas unidades; sin embargo, en el caso de la vivienda rural, los estudios han sido mínimos y, en general, hace falta un enfoque claro para el desarrollo de vivienda rural nacional. Actualmente, los prototipos de vivienda rural instaurados por el Estado están centrados en resolver la necesidad básica de acceso a vivienda y, con unas pautas básicas, intentan resolver su construcción en cualquier zona del país.
Fig. 6 Fig. 7
Fig. 6_ Construcción de vivienda adosada permanente, provisional. Fuente: Elaboración propia.
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Fig. 7_ Construcción de vivienda adosada permanente, provisional con nueva unidad sanitaria. Fuente: Elaboración propia.
Ha quedado en evidencia la necesidad de que la academia continúe estudiando las posibilidades de la vivienda rural, a fin de determinar sus particularidades físicas espaciales y socioeconómicas.
Fig. 8_ Estado actual de la vivienda. Fuente: Elaboración propia.
En Colombia, algunos concursos públicos han explorado estas posibilidades; entre ellos, el realizado por la Sociedad Colombiana de Arquitectos en el 2019, para un prototipo de vivienda rural productiva para la zona sur de Bogotá, el cual dejó entre sus resultados propuestas tangibles que demuestran el interés por plantear y aportar soluciones reales a la problemática de la vivienda rural. Así mismo, estas propuestas optimizadas a una región y un usuario han visibilizado que un solo prototipo sería insuficiente y no abarcaría completamente la variada geografía, cultura y sociedad del territorio colombiano.
Por tanto, ha quedado en evidencia la necesidad de que la academia continúe estudiando las posibilidades de la vivienda rural, a fin de determinar sus particularidades físicas, espaciales y socioeconómicas, en aras de integrar los conocimientos de adaptación al lugar de las comunidades con una retroalimentación técnica, para incentivar políticas públicas que permitan acceder a viviendas rurales de interés social a la población víctima y vulnerable de las zonas del conflicto en Colombia.
conclusiones
Aunque han pasado dos décadas del inclemente conflicto armado en el Putumayo, los habitantes aún no se recuperan de las secuelas causadas. La resiliencia y actitud de silencio han sido forjadores de nuevos inicios y arraigos en medio del conflicto armado.14 Después de la relativa calma que trajeron los acuerdos de paz, poblaciones como El Placer viven una nueva ola de violencia y las configuraciones territoriales han vuelto a responder a dinámicas planteadas por la economía de los cultivos ilícitos, lo que también conlleva una migración espontánea de la población urbana a zonas rurales apartadas, con el fin de cultivar la hoja de coca, y conforma así hábitats provisionales con servicios precarios o construcciones adosadas que aumentan la densidad de viviendas existentes.
Los avances en la consecución de títulos de propiedad para asentamientos como Nueva Esperanza han abierto el camino para una reparación integral, colectiva, eficiente y visible a las comunidades víctimas del resto del país. La legalización de predios avanza en el Putumayo y revela la incidencia de entidades internacionales en los territorios afectados por la violencia, y con ello han demostrado que el empoderamiento de las propias comunidades es fundamental para la consecución de derechos y la integración digna de la comunidad desplazada a las nuevas realidades de los territorios que habitan.
La creación de espacios adosados a una vivienda existente no es exclusiva de la zona rural del sur del país; este hecho es similar a las transformaciones morfológicas de las viviendas urbanas. Esta búsqueda de densidad en las viviendas, ya sea en altura o en ocupación completa del lote, acrecienta las dificultades y vulnerabilidad de la población, tanto víctima como receptora. Si bien en el ámbito rural este fenómeno es similar, aunque no se reconoce como un problema (debido a un mayor espacio en la parcela), el caso estudiado se ubica próximo a centros poblados y, con el tiempo, formará parte de barrios periféricos, sin establecer un contacto adecuado con la ciudad.
Aunque los planes y programas del Gobierno apuntan a establecer pautas para la construcción de la vivienda rural, es evidente que los prototipos no dan una respuesta arquitectónica apropiada en su totalidad al lugar. De la misma forma, la ruta de las políticas públicas que permiten acceder a viviendas rurales de interés social no es clara y, en ocasiones, inexistente para la mayoría de población rural víctima y vulnerable. Por lo tanto, es necesario el análisis de las viviendas actuales y de las formas de vida para obtener las pautas para posteriores diseños de viviendas adaptadas y conscientes a los distintos factores de las regiones del país, que confluyan en hábitats de calidad, derivados de una condición histórica y poética de la vivienda rural eficiente y accesible.
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Cancimance López, Echar raíces en medio del conflicto armado, 90.
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15. Torres Bustamante, María Clara. Estado y coca en la frontera colombiana: El caso de Putumayo. Bogotá: Cinep, Odecofi, Colciencias, 2011.
16. UN Refugee Agency (UNHCR). “Colombia: Displaced Community wins Rights to Land”, 6 de mayo e 2020. https://www.unhcr. org/dach/ch-fr/colombiadisplaced-communitywins-rights-to-land-2
Dearq 30
Aceptado: 25 de febrero del 2021
Recibido: 4 de agosto del 2020
Cómo citar: López-Ortego, Ana María. "Transformaciones territoriales y desbordes en la zona rurbana de la localidad de Bosa (Bogotá) desde la perspectiva de movimientos urbanos de base". Dearq no. 30 (2021): 49-59.
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.06
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.06
Artículo de Reflexión
base
Territorial Transformations and “Citizen Overspill Areas” in the Rural-Urban Locality of Bosa (Bogota) from a Grassroots Approach
Este artículo gira en torno a los conflictos entre la cultura urbanística y la cultura urbana en las áreas rurbanas de la Localidad de Bosa (Bogotá, Colombia), donde se está reproduciendo un modelo urbanístico alejado de la condición territorial de borde y de las identidades culturales de los pobladores (migrantes del campo, población indígena y colectivos de jóvenes vinculados a la cultura urbana, al deporte y al hip-hop). Del análisis bottom-up de las transformaciones de la zona se desprenden percepciones de segregación urbana y pérdida de mecanismos de gobernanza, aunque se reconocen procesos de apropiación y resignificación espacial por parte de movimientos de base de carácter rururbano, colectivo e independiente. Palabras claves: transformaciones territoriales; gobernanza; urbano-rural; cartografía colectiva; grassroot aproach; movimientos urbanos
In this paper, we look at the results of a collective research focused on the conflicts between urban culture and top-down urban planning in the locality of Bosa in Bogota. A model of urban development is being implemented in this zone, which is largely incompatible with the living conditions around the outskirts of the city and the cultural identities of the citizens, among whom are migrants from the Colombian countryside, indigenous population and diverse groups of youths linked to urban culture, sport, and hip hop. Through the bottom-up analysis of the urban, ecological, and patrimonial transformation in the area, we can see that there is notable urban segregation and loss of government mechanisms, although there are also processes of appropriation and spatial redefinition by independent and collective grassroots urban movements.
Keywords: Land transformations; governance; rural-urban areas; collective cartography; grassroots associations
Ana María López-Ortego alopez3341@alumno.uned.es Universidad Nacional de Educación a Distancia
investigación 48 – 49
Transformaciones territoriales y desbordes en la zona rurbana de la localidad de Bosa (Bogotá) desde la perspectiva de movimientos urbanos de
introducción
El urbanismo que se está diseñando en las áreas de borde de Bogotá (Colombia) para suplir el déficit de vivienda, similar al modelo de los grandes conjuntos de vivienda desarrollados en el norte global durante la segunda mitad el siglo XX,1 no está explorando un modelo de borde híbrido urbano-rural-ambiental, que sería pertinente desde tres perspectivas: 1) la indagación en torno a un urbanismo rururbano de borde; 2) las relaciones entre la estructura urbana y la ecosistémica, que pueden abrir la puerta a la exploración de modelos de ciudad más sostenibles, y 3) la identidad cultural de la población, mayoritariamente migrante de origen rural, que puede ser un insumo para el diseño de ciudades menos segregadas.
Este proyecto reconoce los principios de la producción y gestión social del hábitat, al considerarlo “un producto social y cultural [no una mercancía] que implica la participación activa, informada y organizada en los habitantes en su gestión y desarrollo”;2 pero no parte de la producción de vivienda ni de los mecanismos institucionales de la participación formulados desde una óptica estatal,3 sino en una aproximación grassroot a movimientos sociales de base caracterizados por tener su propia identidad, agenda, objetivos y repertorios de acción, enfocados en la sostenibilidad y justicia social, desde valores sociales y culturales propios, aportando soluciones de abajo a arriba de forma táctica, autogestionada
y en red.4
A través de una metodología de investigación-acción5 y del mapeo participativo mediado digitalmente entre colectivos de arquitectura y de hip-hop,6 nos enfocamos en identificar cuáles son las principales tensiones entre este modelo urbanístico desarrollista y las prácticas cotidianas de autogestión colectiva.
2. Ortiz Flores, El camino posible, 15.
3. Schneider y Welp, “¿Transformación democrática o control político?”.
4. Hossain, “Grassroots Innovation”.
5. Park, “Que es la investigación-acción participativa”.
6. Nicolosi et al., “Add to the Map!”.
Fig. 1_ Imágenes del proyecto “Negociaciones urbanas” en Parque de Bogotá, 2019. Fuente: elaboración propia.
1. Solá Morales Rubió, La producción de los “grands ensembles”.
Fig. 1
7.
Proyecto ganador de la beca estímulo Barrios Creativos: Participando en Comunidad-Fortalecimiento Comunitario en Espacios Culturales y Zonas Comunes de las VIPS, del programa Distrital de Estímulos de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, en convenio con la Secretaría del Hábitat, 2019. Cada movimiento de base recibe financiación para el fortalecimiento de sus actividades.
8. Grupo de estudios de iniciativa independiente, sin financiación, en el que se comparte material que la comunidad hip-hop y que integra en su discurso y en el desarrollo del proyecto “Mapeo al pedazo”, el concepto de TAZ-Zona Autónoma Temporal (véase Bey, T.A.Z.: The Temporary Autonomous Zone) o de vulnerabilidad corporal en la calle (véase Butler, “Corporeal Vulnerability, Coalition and Street Policy”).
9.
Proyecto financiado por el programa de Concertación Cultural del Ministerio de Cultura y por la becaestímulo Proyectos Museográficos para Vivir Juntos, del Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, 2020. Todos los participantes del proyecto tienen una asignación presupuestal y responsabilidades específicas con respecto a los productos, que se recogen en http:// mapeoalpedazo.wordpress.com/
10.
GIS en línea, “Mapeo al pedazo: Arquitectura expandida”. https://arquitecturaexpandida.org/mapeo-al-pedazo/
metodología
El proceso metodológico se desarrolló durante un año y se estructura en tres tiempos:
El proyecto “Negociaciones urbanas”,7 de cocreación y coconstrucción de mobiliarios móviles en el barrio Parques de Bogotá, durante dos meses de residencia in situ, con talleres en el espacio público cuatro días a la semana y centrado en tres organizaciones de base: de fútbol (30 jóvenes menores de 18 años), huertas (15 adultos mayores, mayoritariamente mujeres) y hip-hop (30 personas entre 16 y 33 años). Estos colectivos hip-hop lideraron un recorrido para estudiantes de arquitectura en el que exponían los principales conceptos aquí presentados, dinámica que despertó su interés por cartografiar el contexto. A partir de ahí se propuso un “grupo de estudios” a través de redes sociales para compartir textos, canciones o películas que hagan referencia a las contradicciones territoriales abordadas.8
El proyecto “Mapeo al pedazo”:9 se desarrolló durante ocho meses en formato virtual-presencial con 25 jóvenes de entre 20 y 33 años vinculados al colectivo hip-hop Golpe de Barrio (GdB). Se propuso una cartografía colectiva que integrara el lenguaje hip-hop y el de la arquitectura y que el GdB diseñó en torno a tres recorridos relacionados con tres escalas de vulnerabilidad que identifican en el territorio: la animal, la humana y la ambiental.
GdB documentó los recorridos a través de piezas audiovisuales cortas y compone y produce la canción y videoclip “Jauría”. Las situaciones urbanas que se remarcan en los recorridos son la base de la cartografía en línea sobre Google Maps,10 en la que se integran capas relativas a las dinámicas ciudadanas con capas que hacen referencia a los procesos urbanísticos.
Las narraciones de los colectivos que aquí se encuentran corresponden a los espacios de socialización en línea del proyecto.
50 – 51
contexto
Bosa es una localidad del suroccidente de Bogotá que cuenta con 776.363 habitantes, la mayoría de estratos socioeconómicos 1 (13 %) y 2 (85 %). Tiene la mayor densidad poblacional de la ciudad11 y una alta deficiencia de zonas verdes.12 Está situada en una zona con una vasta estructura hídrica entre el río Bogotá, el río Tunjuelo y áreas de humedales, que fue construida a través de procesos informales basados en el relleno, la desecación de los suelos y el urbanismo pirata, durante la segunda mitad del siglo XX.
Tras la recalificación de suelos y usos que propuso la revisión del Plan de Ordenamiento Territorial del 2004, se están produciendo profundas transformaciones territoriales en las zonas de borde (fig. 2), donde se están construyendo miles de viviendas de interés social y prioritario (tabla 1), aunque sus indicadores de desarrollo social están por debajo de la media de la localidad y de la ciudad (tabla 2).
desarrollo
Del proceso metodológico se han depurado cuatro conceptos que aluden a las tensiones entre las transformaciones territoriales y las prácticas cotidianas de autogestión urbana: 1) las cicatrices, 2) la repetición y el aislamiento, 3) las fronteras y 4) los desbordes.
11.
La densidad poblacional de Bosa es de 402 hab./ha frente a una media de 215 hab./ha en Bogotá. 12.
Bosa tiene 2,2 m² de parques por habitante, frente a 4,4 de media en Bogotá, y 12,2 árboles por hectárea frente a una media de 30,5 en la ciudad.
Fig. 2_ Cartografía de trasformaciones urbanísticas en desarrollo en Bosa, Bogotá (UPZ Tintal Sur y Porvenir) desde el 2004. Fuente: proyecto “Mapeo al pedazo”, 2020.
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Fig. 2
Las cicatrices: El valor cultural y patrimonial agrícola
En las antiguas veredas rurales de San Bernardino y de San José se reconoció, en 1999, el Cabildo Indígena Muisca de Bosa, basándose en la herencia del resguardo indígena que fue abolido en 1951. Actualmente cuenta con unas 1000 familias y 3800 miembros. Las repercusiones en las formas de vida de la comunidad indígena se hicieron evidentes desde el momento de la recalificación de suelos de rurales a áreas de expansión urbana. El comunero J. S. N. lo explica así:
Entrevista
de este.
Tabla 1_ Datos de los planes parciales de desarrollo de vivienda en la UPZ Tintal Sur, Bosa
Tabla 2_ Datos generales de la UPZ Tintal Sur en comparativa con los de Bosa y los de la ciudad de Bogotá, 2019. Fuente: elaboración propia a partir de datos de la veeduría distrital y el DANE (2018).
"Tras la modificación del POT en 2004 se produce una incertidumbre al entrar la zona en desarrollo. Comenzaron a llegar lo que llamaron los tierreros y a través de formas jurídicas y otras violencias empezaron a hacer despojo de tierras de los comuneros. La incertidumbre inmobiliaria provocó que muchos de los comuneros frenasen sus actividades de agricultura y ganadería y tuvieran que mutilar su desarrollo productivo como indígenas. Adicional a esto le subieron a la gente los impuestos de forma muy criminal, motivando a los comuneros a vender su tierra, porque los impuestos eran muy altos, no podían trabajar la tierra y no tenían como pagar los impuestos."13
En el 2005, el comunero José Armando Chiguazuque interpuso una acción popular contra la Alcaldía de Bogotá en la que solicitaba la paralización de obras, con el fin de proteger ecosistemas estratégicos, y reclamaba medidas de protección que fueron avaladas judicialmente. Ello dio lugar al reconocimiento del humedal La Isla.
* Sin contar con la construcción de los planes parciales en desarrollo.
13.
plan parcial no vis 2.441 2.736 4.610 5.998 13.081 10.588 39.454 9.182 0 7.360 0 3.058 2.180 21.780 11.623 2.736 11.970 5.998 16.139 12.768 61.234 Construido 2005-2008 Construido 2010-2012 Construido 2013-2017 En modi cación En adopsción En formulación no vip no total de viviendas etapa Recreo Pradera Campo Verde Edén - El Descanso La Marlene Bosa 37 totales indicador upz tintal sur 333 hab/ha.* 3,3 $441.806 12,01% 8,3% 9402 hab/h. 3,2 $539.580 10,96% 8% localidad bosa 215 hab/ha. 2,9 $1.063.144 9,89% 7% bogotá Densidad de
con J. S. N. comunero del cabildo indígena de Bosa, 20 febrero de 2020. Se preserva la identidad del entrevistado por solicitud explícita
población Número de personas por hogar Ingreso mensual promedio por hogar Tasa de desempleo Porcentaje de personas sin ningún seguro de salud
Tabla 1
investigación 52 – 53
Tabla 2
Posteriormente, el cabildo interpuso varias acciones de tutela para participar como terceros intervinientes en las consultas previas de los planes parciales de vivienda previstos para la zona. Tras varias negativas judiciales, se viabilizó su participación en el Plan Parcial Edén-Descanso, donde se llegó al acuerdo de que 3,1 hectáreas estarían dedicadas a 500 “viviendas de interés social diferencial” para la población indígena, aunque hoy día no hay criterios para saber qué significa esta “diferenciabilidad”.
Estos acuerdos han supuesto fricciones en el interior del cabildo, pues para algunos comuneros la participación en este espacio ha permitido la perversión de los principios culturales que caracterizan las reivindicaciones del pueblo muisca:
"Muchas de estas personas ni siquiera se consideran indígenas, pero se adhieren al cabildo porque consideran que es la mejor forma para poder conseguir un mejor precio de la tierra. Aunque tengan apellidos y sus abuelos… Les importa un bledo. Hay unas lógicas muy capitalistas dentro de estos comuneros y el error fue haber centrado toda la discusión en torno al precio de la tierra y no haber construido unos valores culturales de territorio ancestral, de territorio sagrado, de lo que realmente era importante de comunidad indígena."14
Otros modelos territoriales rurubanos se implementaron en 1948,15 cuando se creó el Instituto de Parcelaciones, Colonización y Defensa Forestal, que tenía como principal objetivo:
Realizar la parcelación de las tierras incultas o insuficientes explotadas, consultando las necesidades económicas y sociales del país y de cada región, dando preferencia a las zonas rurales próximas a los centros de consumo y a las vías de comunicación y procurando que las condiciones locales del respectivo predio permitan a los parcelarios vivir en las parcelas con sus familias.
En Bosa, actual zona de El Porvenir, se desarrolló uno de estos modelos de vivienda rurbana productiva (fig. 3).
Ibid.
14.
15.
Decreto 1483 del 11 de mayo de 1948, por el cual se crea el Instituto de Parcelaciones, Colonización y Defensa Forestal. Congreso de la República de Colombia. Diario Oficial 26.725, 22 de mayo de 1948.
16.
Parques de Bogotá es parte del Plan Parcial Campo verde y está compuesto por unas 2500 viviendas de interés prioritario en el régimen de propiedad horizontal en conjuntos cerrados.
17.
Socialización del proyecto “Toque madera por golpe de barrio”, en el evento Prácticas Incómodas, convocado por el colectivo público Cajicá, el 28 de noviembre de 2020. Disponible en https://www.youtube.com/ watch?v=NnlHGgML0ho&t=1969s
Fig. 3_ Proyecto de viviendas productivas por el Instituto de Parcelaciones, Colonos y Defensa Forestal en Bosa, Bogotá, 1949. Fuente: proyecto “Mapeo al pedazo”, a partir de ortofotos de Catastro de Bogotá, 1998 y 2020.
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Fig.. 3
18.
Resolución 2712 del 6 de diciembre de 2019, por la cual se adopta el Plan de Implantación del Centro Integral de Justicia -CIJ- y Centro de Atención Especializada -CAECampo Verde, ubicada en la localidad de Bosa. Secretaría Distrital de Planeación.
19.
Socialización del proyecto “Toque madera por golpe de barrio”.
20.
Ibid. 21.
Ibid. 22.
Resolución 0497 de 2019 de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), por la cual se adopta la variación del ancho de la franja de la Zona de Manejo y Preservación Ambiental del Río Bogotá (ZMPA) para el área correspondiente al borde occidental de la ciudad de Bogotá. Diario Oficial 50.886 del 5 de marzo de 2019.
23.
Resolución 2688 de 2018 de la CAR, por medio de la cual se adopta la variación del ancho de la franja de Manejo y preservación Ambiental del río Bogotá (ZMPA) para el predio el Corzo y áreas continuas, ubicado en la ciudad de Bogotá. Diario Oficial 50.755 del 23 de octubre de 2018.
La repetición y el aislamiento: Punto Muerto
Los colectivos de hip-hop han rebautizado al barrio Parques de Bogotá:16
“Lo llamamos Punto Muerto porque es un lugar donde no llega el transporte, donde no hay buena señal telefónica, donde no llega el internet, donde no hay un centro de salud, donde no hay nada más que la repetición de estas viviendas separadas, divididas por caños”.17 (fig.4)
Por un lado, se cuestiona la falta de equipamientos y espacios verdes y recreativos, lo que favorece un paisaje monofuncional de vivienda de bajo estrato socioeconómico. El equipamiento de mayor escala diseñado para la zona es un complejo penitenciario para jóvenes y adolescentes en conflicto con la ley:18
“De entrada, lo único que nos están diciendo es que ustedes son unos zampones […] es que ustedes lo que necesitan son jaulas y domadores para que haya convivencia y tejido social”.19
Por otro lado, se remarca la homogeneización del entorno urbano, porque se repiten códigos de diseño y de distribución del espacio que no se adaptan a las dinámicas sociales y económicas de la población:
[…] lo que debería ser un parqueadero de carros es algo más aterrizado a lo que es la realidad de la comunidad que son sus puestos ambulantes para generar una economía o un sustento […] además hay miles de viviendas allí y no hay ninguna fuente de empleo, entonces todas las personas terminan apropiándose del espacio público para generar su subsistencia. 20 (fig.5)
Una percepción recurrente es el desinterés de este urbanismo desarrollista con el contexto físico, social y ambiental:
[…] hacia el lado derecho es Parques de Bogotá y a la izquierda Bosa San Bernardino y lo que hay en medio es como un vacío, como la huella que deja la nueva forma de hacer gueto y la forma antigua de hacer frente al desarrollo comunitario. Y la misma imagen lo evidencia: un desinterés total con lo que ya está preexistente con lo que ya hay como comunidad y lo que ya hay con lo antiguo. 21 (fig.6)
La construcción de estos conjuntos se ha dado en detrimento de los mecanismos de protección ambiental existentes, como la reducción de la Zona de Manejo y Preservación Ambiental del Río Bogotá de 300 a 75 metros, con el fin de habilitar suelos para la construcción de vivienda vinculada al proyecto “Ciudad río”,22 o para habilitar la construcción de los patios logísticos del Metro de Bogotá.23
4
Fig.
investigación 54 – 55
Fig. 4_ Intervenciones gráficas en Parques de Bogotá, 2019. Fuente: Elaboración propia.
Fig. 5
Fig. 6
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Fig. 7
Fig. 5_ Carros de ventas ambulantes en parqueaderos de vivienda y en el espacio público, 2019. Fuente: elaboración propia.
Fig. 6_ Límite entre conjuntos de vivienda de interés social del plan parcial “Campo verde” y el barrio popular-antigua vereda San Bernardino, 2020. Fuente: cartografía de “Mapeo al pedazo”.
Fig. 7_ Pistas de dirt jump BMX autoconstruidas y autogestionadas, 2020. Fuente: elaboración propia.
Las fronteras: Mitigación del riesgo y autogestión deportiva
Las obras de mitigación del riesgo de inundación han compartimentado la vida urbana:
"El caño es lo que separa lo que es Bosa —con sus centros de salud, sus colegios o sus centros comerciales— de estas nuevas viviendas. Una de las cosas que tienes que aprender en Punto Muerto es a c ómo pasarte el caño para no tener que caminar 20 o 30 minutos más para lo que tienes que hacer. Es la forma en la que la gente busca o autogestiona su conexión rápida con la ciudad. La idea de frontera está muy marcada."24
Son espacios que no solo limitan la permeabilidad entre sectores, tampoco están diseñados como espacios públicos recreacionales o de valor medioambiental. La experiencia del colectivo BMX Campo Alegre, junto al canal Santa Isabel en la zona rurbana de El Recreo, evidencia la capacidad de autogestión deportiva de estos espacios a través de la autoconstrucción y mantenimiento del dirt jump homónimo. Se ha desarrollado desde hace doce años sin apoyos externos, lo cual es viable al no requerir de más material que la propia tierra, agua y el esfuerzo de los participantes acomodándola en montículos. (fig.7)
En el 2020, este espacio fue demolido por la Alcaldía Local de Bosa, bajo criterio del Consejo Local del Riesgo, sin aviso ni concertación previa con el colectivo BMX, que ya había expresado su percepción de falta de apoyo institucional:
"El agua para hacer estas rampas es lo más denso. Aquí es donde nos damos cuenta de que no nos apoya nadie. Literalmente nadie, nadie, porque el agua la tenemos que sacar el río y del canal […] y no es que sea un agua muy agradable que digamos, pero ahí le damos con esfuerzo y de corazón, porque es lo que a nosotros nos trama."25
Esta rigurosidad puntual en la aplicación de los mecanismos de gestión de riesgo contrasta con el estado de acumulación de escombros y basuras en los canales y con la variabilidad en la definición técnica de zonas de amenaza por riesgo, que se mueve en función de los proyectos urbanísticos que se van a desarrollar: en el 2013 aumentó el grado de amenaza alta de inundación en la zona, que pasó a ser del 70 % del área total,26 lo cual impediría los usos urbanos. En el 2016 se anunció la construcción de 6000 viviendas de interés prioritario de iniciativa nacional —para víctimas del conflicto y desmovilizados—, para lo cual el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos actualizó los estudios disminuyendo27 el área de suelo en alto riesgo al 1,9 %, lo que permite, por tanto, la edificación en el 98 % de la zona.
Desbordes: Apropiaciones ciudadanas
"En las fisuras de este modelo urbanístico hemos encontrados múltiples desbordes, apropiaciones y resignificaciones espaciales: “Desde el mismo POT, se te mete en unos marcos rígidos, pero sin saber cuáles matices tienes como comunidad. Y al presionarla y llevarla a arrinconarla tanto, la comunidad comienza a desbordarse, bien sea por la necesidad o por identidad cultural.”28
24.
Socialización del proyecto “Toque madera por golpe de barrio”.
Ibid.
25.
26.
Conceptos técnicos CT6649 y CT7085 de 2013 del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos.
27.
Concepto técnico CT8068-2016 del Instituto Distrital de Gestión de Riesgos.
28.
Socialización del proyecto “Toque madera por golpe de barrio”.
En algunos parques lineales se han habilitado infraestructuras de espacio público, pero se ha privilegiado la construcción de canchas deportivas cerradas y que implican cierta burocracia para su uso, situación que contrasta con el uso deportivo de zona de borde denominada Fostra del Porvenir (que se corresponde con la afectación vial de la Avenida Longitudinal del Occidente), que no tiene más acondicionamiento que el propio césped natural y cuyas “reglas de uso” de basan en acuerdos comunitarios ad hoc. También se han encontrado apropiaciones ciudadanas de la zona de afectación predial de la Avenida Longitudinal del Occidente en zonas rurales accesibles a pie en los límites administrativos del municipio de Mosquera: (fig.8)
investigación 56 – 57
bibliografía
1. Bey, Hakim. T.A.Z.: The Temporary Autonomous Zone, Ontological Anarchy, Poetic Terrorism. Brooklyn, NY: Autonomedia, 2003.
2. Butler, Judith. “Corporeal Vulnerability, Coalition and Street Policy”. Nómadas, n.o 46 (junio de 2017): 13-29.
3. Decreto 1483 del 11 de mayo de 1948, por el cual se crea el Instituto de Parcelaciones, Colonización y Defensa Forestal. Congreso de la República de Colombia. Diario Oficial 26.725, 22 de mayo de 1948.
4. Hossain, Mokter. “Grassroots Innovation: The State of the Art and Future Perspectives”. Technology in Society 55 (1 de noviembre de 2018): 63-69. https:// doi.org/10.1016/j. techsoc.2018.06.008
5. Nicolosi, Emily, Jim French y Richard Medina. “Add to the Map! Evaluating Digitally Mediated Participatory Mapping for Grassroots Sustainabilities”. The Geographical Journal 186, n.o 2 (2020): 142-155. https://doi.org/10.1111/ geoj.12315
6. Ortiz Flores, Enrique. El camino posible: Producción social del hábitat en América Latina. San José de Costa Rica: Trilce, 2011. https:// hic-al.org/wp-content/ uploads/2019/01/el_ camino_posible.pdf
Fig. 8_ Apropiaciones ciudadanas en zonas de afectación vial de la Avenida Longitudinal de Occidente sin desarrollar, 2020. Fuente: Elaboración propia.
Fig. 9_ Huerta comunitaria Herederas y Herederos del Saber, Parques de Bogotá, 2019. Fuente: Elaboración propia.
Fig. 8
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Fig. 9
29.
Zonas autónomas temporales (TAZ), que Hakim Bey define en su libro T.A.Z.: The Temporary Autonomous Zone, Ontological Anarchy como la táctica sociopolítica de crear espacios temporales que eluden las estructuras formales de control social y se convierten en espacios del común y de autogestión.
30.
Socialización del proyecto “Toque madera por golpe de barrio”.
31.
Esta huerta comunitaria ha sido respaldada por el programa Barrios Creativos, implementado como programa de acompañamiento cultural a las comunidades en convenio entre la Secretaría de Cultura y la del Hábitat del Distrito de Bogotá desde el 2017, pero que desde el 2018 no recibe financiación directa y sobrevive con los esfuerzos y aportes de sus participantes.
32.
Socialización del proyecto “Toque madera por golpe de barrio”.
Por la ausencia misma de estos espacios se ha convertido en una TAZ, 29 en un sitio de cultura, de mercadeo ambulante, de bicicletas, de acrobacias en motos. En un sitio de bikers, skaters. La misma comunidad se ha desbordado de los límites de la localidad a reclamar espacios que son indispensables para el desarrollo como comunidad. 30
Se han reconocido varios procesos de huertas comunitarias en el interior de los conjuntos, como la desarrollada por el grupo Herederas y Herederos del Saber en el conjunto de vivienda de interés prioritario Senderos de Campo Verde. Suelen ser procesos intergeneracionales, mayoritariamente liderados por mujeres y fuertemente arraigados a tradiciones rurales de la población migrante. Son procesos frágiles que no gozan de mucho respaldo en sus comunidades y en los administradores de los conjuntos, y que posiblemente sobreviven al haber sido apoyados en su nacimiento por programas públicos.31 (fig.9)
conclusiones
El urbanismo desarrollista que se está implementando en las zonas de expansión urbana del borde suroccidental de Bogotá puede abordar algunos de los problemas cuantitativos de la ciudad; pero aún tiene un gran reto por delante en la mitigación de la segregación socioespacial y la pérdida de mecanismos de gobernanza barrial. Algunas voces son muy críticas con el futuro de estos barrios: “de alguna forma en todos los barrios aledaños a estas grandes construcciones el Estado tiene una deuda gigantesca y en vez de pagar la deuda comienza a crear nuevos territorios y a crear una nueva deuda”.32
Pero los desbordes ciudadanos que aparecen en las fisuras de este urbanismo desarrollista muestran interesantes formas de autogestión territorial que tienen en común cierta identidad rurbana como las huertas, el dirt jump o las actividades recreativas en las zonas de afectación predial que aún no han sido urbanizadas y que pueden dar pistas para un urbanismo de borde más incluyente y sostenible ambiental y socialmente.
7. Park, Peter. “Que es la investigación-acción participativa: Perspectivas teóricas y metodológicas”. En La investigación-acción participativa: Inicios y desarrollos, 135-174.
Madrid: Editorial Popular, Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Sociedad Estatal Quinto Centenario, 1992.
8. Resolución 0497 de 2019 de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), por la cual se adopta la variación del ancho de la franja de la Zona de Manejo y Preservación Ambiental del Río Bogotá (ZMPA) para el área correspondiente al borde occidental de la ciudad de Bogotá. Diario Oficial 50.886 del 5 de marzo de 2019.
9. Resolución 2688 de 2018 de la CAR, por medio de la cual se adopta la variación del ancho de la franja de Manejo y preservación Ambiental del río Bogotá (ZMPA) para el predio el Corzo y áreas continuas, ubicado en la ciudad de Bogotá. Diario Oficial 50.755 del 23 de octubre de 2018.
10. Resolución 2712 del 6 de diciembre de 2019, por la cual se adopta el Plan de Implantación del Centro Integral de Justicia -CIJ- y Centro de Atención Especializada -CAECampo Verde, ubicada en la localidad de Bosa. Secretaría Distrital de Planeación.
11. Secchi, Bernardo. la ciudad de los ricos y la ciudad de los pobres. Madrid: Los Libros de la Catarata, 2015.
12. Schneider, Cecilia y Yanina Welp. “¿Transformación democrática o control político?: Análisis comparado de la participación ciudadana institucional en América del Sur”. Iconos. Revista de Ciencias Sociales, n.o 40 (2011): 21-39.
13. Soja, Edward W. En busca de la justicia espacial. Barcelona: Tirant Humanidades, 1996.
14. Solá Morales Rubió, Manuel de. La producción de los “grands ensembles” Barcelona: Gustavo Gili, 1976.
15. Wacquant, Loïc. Los condenados de la ciudad: Gueto, periferias y Estado París: Revan, 2007.
investigación 58 – 59
Artículo de Reflexión
Infraestructuras de arribo:
Aceptado: 15 de marzo del 2021
como Bogotá
Arrival Infrastructures, an Approach to the Migrant Space in Bogotá as a Destination City
En el marco de estudios recientes sobre flujos migratorios, se han identificado dinámicas y conceptos que ayudan a entender su relación en el espacio urbano y la ciudad, útil para arquitectos, urbanistas y diseñadores. A partir de un repaso de los conceptos, el artículo se cuestiona la relación con el caso latinoamericano y se reflexiona sobre la utilidad de la definición de los términos ciudad arribo, infraestructuras de arribo y porosidad, para una posible investigación en Bogotá.
Palabras claves: ciudad arribo; infraestructuras de arribo; ciudades destino; porosidad; migración; espacio urbano; urbanismo
Within the framework of recent studies on migratory dynamics in the city, researchers have identified the concepts of arrival city, arrival infrastructures and porosity. These concepts are of great value for architects, urban planners and designers to help understand the incidence of migration in the urban space. By reviewing these concepts through examples, we address their relevance in the Latin American context and reflect on the usefulness of these notions to highlight possible paths for further research in Bogotá.
Keywords: arrival city; arrival infrastructures; destination cities; porosity; migration; urban space; urbanism
Camila Pinzón camila@urbanos.nl
URBANOS, The Netherlands
Recibido: 19 de enero del 2021
Cómo citar: Pinzón, Camila y Juanita Fonseca. "Infraestructuras de arribo: Una aproximación al espacio migrante en ciudades destino como Bogotá". Dearq no. 30 (2021): 60-69. DOI:
Juanita
Fonseca j.fonseca33@uniandes.edu.co
Universidad de los Andes, Colombia
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.07
una aproximación al espacio migrante en ciudades destino
Dearq 30
https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.07
1.
En el mundo “un 20 % de los migrantes se concentra en las 20 áreas metropolitanas más grandes”. Vera y Adler, Inmigrando: Fortalecer ciudades destino, 24.
2.
Ibid., 60 y 61.
introducción
Presentamos un artículo de reflexión enfocado en las posibilidades para acercarse al tema de la migración en Latinoamérica desde lo espacial. En este artículo nos interesa reflexionar sobre el rol que arquitectos y diseñadores puedan asumir para aproximarse a la espacialidad de la migración en nuestras ciudades y agendar posibles direcciones de profundización.
Para hacerlo, estudiamos los conceptos de ciudad arribo, infraestructura de arribo y porosidad. Este repaso nos permite ejemplificar la relación entre el espacio y el proceso social de llegada que los autores reclaman. Luego confrontamos los conceptos para investigar la utilidad de incorporarlos a estudios y posibles escenarios de actuación en el espacio urbano.
Esto nos lleva a describir algunos aspectos de Bogotá en el contexto de estos conceptos e identificar puntos de partida para un futuro estudio sobre infraestructuras de arribo, y nos permite concluir sobre la importancia de la relación entre redes, espacios y actores que el concepto nos aporta.
la migración en las ciudades
Las dinámicas más recientes evidencian que las ciudades en el mundo están bajo presión de dinámicas de migración.1 Los estudios y los informes sobre migración coinciden en anotar que las ciudades son las que absorben los flujos y, por lo tanto, son los lugares con mayor exposición a cambios. La publicación Inmigrando: fortalecer ciudades destino muestra cómo de la población que migra, el 25 % lo hace fuera de su país de origen y el 75 % lo hace internamente. Debido a la importancia en la relación entre el desarrollo social y económico, la migración se ha convertido en especial foco de atención como eje de políticas de apoyo por parte de organismos internacionales. Han identificado que hoy su aporte al desarrollo económico de las ciudades representa una contribución del 9,4 % del producto interno bruto mundial.2
El espacio del migrante está intrínsecamente atado a su trayectoria; de donde viene, por donde pasa, hacia donde va, adonde llega y si se queda, cómo lo hace y cómo se conecta y adapta en el tiempo. La última parte del trayecto es pertinente al espacio urbano. En este escenario se desarrollan los conceptos objeto de este artículo. Estos contribuyen a entender el lugar adonde llegan los migrantes y los factores de los cuales dependen para integrarse y permanecer, así como prosperar desde la movilidad social. A partir de la ciudad arribo y las infraestructuras de arribo, se describen los aspectos que influyen en la llegada y las implicaciones sobre el espacio del migrante para el diseño urbano y el urbanismo.
investigación 60 – 61
estrategias espaciales para convertir un área monofuncional en un barrio con oportunidades
spatial strategies transforming a monofunctional area into a vibrant neighbourhood
la ciudad arribo
nueva vivienda, comercio en primer piso new housing, ground floor commercial use espacios adaptados para trabajo adapted spaces for work locales comerciales hacia la calle shops along the main road
Aunque no es el primero en explorar la migración desde la espacialidad, Doug Saunders identifica características en los procesos de llegada e integración en su libro Arrival City, 3 acuñando el término que aquí nos referimos como la ciudad arribo. Saunders define la ciudad arribo como el espacio de transición que aparece en la ciudad producido por la migración del campo a las ciudades. El contacto del migrante con la ciudad se forma por la incidencia de circunstancias institucionales, sociales, económicas, entre otras, en el espacio. Esto determinará la posibilidad del migrante de acceder a oportunidades y de su subsecuente movilidad social. Este lugar de llegada y los procesos sociales que se dan ahí es el espacio que el autor nos invita a estudiar.
Saunders describe lugares de llegada con historias personales de migrantes circunscritas a barrios en diversas ciudades del mundo. La migración se manifiesta en un tipo especial de espacio urbano, similar en los distintos casos por las redes de relaciones humanas y las funciones que se establecen en el espacio, independientemente de sus diferentes características físicas y espaciales.
En Los Ángeles, Saunders narra la forma como migrantes centroamericanos transforman un barrio, del cual sus antiguos habitantes buscaban escapar hacia los suburbios, en un barrio pujante. Aquí locales y bodegas en abandono se utilizan para actividades económicas y de emprendimiento, enriqueciendo la vida pública y ofreciendo redes de llegada a nuevos migrantes.4 Otro caso de ciudad arribo con características físicas muy diferentes es Slotervaart, en Ámsterdam. Slotervaart es un vecindario de periferia esencialmente residencial y monofuncional, con edificios en barra aislados y “planeado desde un escritorio municipal”. Slotervaart, un área en la que en la década de 1990 aproximadamente la mitad de su población era originaria de Marruecos, fue objeto de un proceso de renovación urbana ilustrado en la figura 1. En este proceso se generaron espacios en los primeros pisos y nuevas tipologías que, junto con mecanismos jurídicos, dieron oportunidad a los residentes de desarrollar negocios y nuevos emprendimientos en el barrio.5 El rol de la economía local en la integración y adaptación de migrantes y la incidencia en el espacio para lograrlo es similar a la de Los Ángeles.
En ambos ejemplos, las oportunidades para la comunidad de origen migrante se generan por el tipo de espacio adaptado para los emprendimientos y la reglamentación que facilita su gestión. A medida que los migrantes estabilizan su negocio, no prosperan solos, se deriva en mayor oferta de empleo para habitantes locales y también se convierten en referentes para los familiares y conocidos que llegan a las ciudades.6
3.
Saunders, Arrival City.
4.
Ibid., 81-94.
5.
Ibid., 289-300.
6.
Zukin et al., Global Cities, Local Streets, 4-8.
Fig. 1_ La ciudad arribo en Slotervaart. Fuente: Elaboración propia.
Fig. 1
Amsterdam
City Center Slotervaart Dearq 30
7.
Meeus et al., “Migration and the Infrastructural Politics”, 1-32.
8.
Hanhörster y Wessendorf, “The Role of Arrival Areas”, 1.
9.
Los autores retoman el concepto de infraestructuras de las ciencias sociales, que propone el reconocimiento de la vida social, redes, conexiones, intercambios, lo cotidiano, como componentes que hacen parte del acceso a la ciudad.
10. Hall y Datta, “The Translocal Street”.
11.
Cruz y Forman, “Unwalling Citizenship”.
la calle como sumatoria de redes locales, translocales y transnacionales the street as the sum ofo local, translocal, and transnational networks escalas superpuestas overlapping scales zona para negocios business area oferta de productos importados importes products display ofeta de productos locales local product display señalización signage
las infraestructuras de arribo
Lo planteado provoca la profundización y subsecuente contestación sobre la ciudad arribo por parte de Meeus, van Heur y Arnaut.7 Su principal crítica a Saunders es que circunscribe el proceso atado a un determinado espacio o áreas urbanas delimitadas. Para estos investigadores, si bien es cierto que los procesos en el espacio determinan el acceso a oportunidades para el migrante, la trayectoria hacia la estabilidad es diversa, incluye diferentes sistemas urbanos que transcienden el límite geográfico del barrio, hacen parte de otras escalas y son de carácter cambiante y temporal. Lo que los autores denominan infraestructuras de arribo son las estructuras que hacen posible la producción y negociación de las relaciones y soportes para acceder a recursos funcionales, simbólicos y sociales,8 donde el migrante se puede mover para encontrar estabilidad. Estas estructuras se construyen a partir de interacciones que toman diversas formas, por ejemplo, contactos familiares y agentes de información, mediadores y facilitadores, redes sociales en internet, colectivos activistas y fundaciones, y los espacios donde las conexiones suceden, como el espacio público, un café internet, un templo religioso, un centro de idiomas, refugios, etc.9 El ensamble no planeado de estas estructuras genera posibilidades para que el migrante pueda establecerse en el tiempo.
La investigación de Suzanne Hall y Ayona Datta reconoce lo anterior en las calles comerciales, cotidianas, en zonas multiculturales de ciudades del Reino Unido.10 La ubicación en la confluencia de escalas mantiene negocios que atienden la demanda local y que propician la aparición de emprendimientos de diferentes generaciones de migrantes que aluden a una escala translocal y a una escala transnacional. Las calles del estudio acogen múltiples soportes de arribo e intercambios. La figura 2 ilustra una tipología del local comercial que constata la diversidad: se atrae clientela con un aviso bilingüe, a la entrada el local ofrece productos ingleses, luego se organiza la mercancía importada y al fondo hay espacio para pequeños emprendimientos (remesas, internet o peluquerías). Tales emprendimientos impulsados por migrantes se convierten en lugares para ayudar a compatriotas y, a veces, suple necesidades de otros migrantes. Además, los casos que explora Suzanne Hall evidencian cómo la conexión con los lugares en los países de origen, o la escala transnacional permite a los migrantes acceso a la movilidad social en el lugar de llegada.
La organización social local y translocal guía el análisis e intervención de los espacios de migración se observa en el trabajo del Estudio Teddy Cruz y Fonna Forman. En la región fronteriza de Tijuana-San Diego se concreta el proyecto Estaciones comunitarias UCSD 11 El proyecto inicia con el desarrollo de casa familiar en la periferia de San Diego, liderado por la organización que ayuda
Fig. 2
Fig. 2_ Infraestructuras de arribo en la calle. Fuente: elaboración propia, basado en Hall y Datta, “The Translocal Street”.
investigación 62 – 63
*esquema con base en / scheme based on Hall & Datta
a la integración de migrantes ofreciendo asistencia legal y actividades comunitarias. El Estudio gestiona el espacio como mediador entre comunidades e instituciones con un programa creado desde la participación que propone: vivienda, salón cívico, teatro y servicio social. A partir de esta experiencia, la articulación entre diferentes actores se convierte en un componente protagónico en las estaciones comunitarias. Las estaciones son cuatro centros localizados en zonas periféricas de ambas ciudades. En estas participan los migrantes, la universidad, las fábricas (maquilas) y organizaciones no gubernamentales. La figura 3 muestra las redes e interacciones en estos espacios colectivos de pequeña escala que cambian según el lugar donde se interviene. En el proceso de definición, construcción, culminación y puesta en marcha de los centros, el espacio representa la oportunidad para que el migrante establezca relaciones o conexiones con el lugar a través del trabajo.
Ambos casos demuestran una aproximación al espacio donde se ensamblan las redes de conocimiento e información, vinculadas al proceso de acomodación, y la forma como trayectorias locales y translocales interactúan en el espacio asimilando situaciones cambiantes y temporales.
vivienda, servicio social, teatro, centro cívico housing, social services, theater, civic center
migrantes/refugiados migrants/refugees
actores actors estaciones comunitarias community stations interacciones interactions
colaboraciones/institutos collaborations/institutes maquilas/recursos factories/resources
la ciudad destino y porosidad
refugio, incubadoras, talleres, guardería, cocina shelter, economic incubators, workshops, nursery, kitchen
En el contexto de Latinoamérica, donde las dinámicas migratorias se definen por su condición intrarregional, Felipe Vera y Verónica Adler proponen que la función de la ciudad, a una mayor escala, está definida por su rol en el proceso de migración.12 Dentro de las diferentes etapas de la trayectoria migrante, los autores identifican el rol de la ciudad en el proceso de llegada como ciudades destino. Estas son atractivas por ofrecer oportunidades para la llegada, la integración y la adaptación.
La ciudad destino atrae no solo por las oportunidades que ofrece, sino por lo que los autores describen como porosidad. La porosidad de una ciudad destino se define a partir de las posibilidades institucionales y jurídicas, de redes sociales y espacio urbano, que ofrece al migrante para conectarse a su llegada.13 Al igual que en los conceptos anteriores, se reconoce el rol de las redes, actores y plataformas en la llegada del migrante a la ciudad. La porosidad
12.
Proponen ciudades origen, frontera, de tránsito y destino. Vera y Adler, Inmigrando: Fortalecer ciudades destino, 303. 13. Ibid., 318.
Fig. 3_ Estaciones comunitarias en la región fronteriza. Fuente: elaboración propia, basado en Teddy Cruz y Fonna Forman, “Unwalling Citizenship”.
*esquema con base en / scheme based on Estudio Teddy Cruz + Fonna Forman (TC+FF)
ONG NGO
Tijuana - San Diego región fronteriza cross-border region
Estudio TC+FF UCSD
Dearq 30
14.
Zambrano y Bernard, en Ciudad y territorio, el proceso de poblamiento en Colombia; Aprile-Gniset, en La ciudad colombiana, y Sánchez Steiner, en su artículo “Migración forzada y urbanización en Colombia”, caracterizan la urbanización causada por industrialización, manufactura y exportación como procesos de colonización que generaron desplazamientos.
15.
En el 2011, Bogotá presenta el mayor producto interno bruto per cápita en Colombia, según el Departamento Nacional de Planeación, Misión del Sistema de Ciudades.
16.
Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación, SDARIV, Plan de Acción Distrital Plurianual, 37.
17.
Proyecto Migración Venezuela, “Caracterización demográfica de la población migrante venezolana”.
18.
No incluye inmigrantes irregulares ni personas que llegan por educación o empleo de manera formal.
19.
El Estatuto Temporal de Protección emitido desde Migración Colombia en febrero del 2021 es una medida que contribuye a mejorar las condiciones de porosidad y posiblemente evitar infraestructuras precarias.
20.
La estratificación socioeconómica es una clasificación de los inmuebles residenciales para el cobro diferencial de los servicios públicos.
21.
Proyecto Migración Venezuela, “¿Más integrados de lo que creemos?”.
22.
Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, SDARIV, Plan de Acción Distrital Plurianual, 41.
equivale a la forma en que la comunidad migrante accede a los recursos a través de distintas estrategias.
El concepto de porosidad hace hincapié en la recepción de la migración desde un ámbito institucional sin considerar explícitamente la relación con la espacialidad y otras formas de organización. Un ejemplo de espacialización del concepto de porosidad se observa en la estrategia que propone el Centro Integral de Atención al Migrante en Bogotá, que concentra varias entidades estatales para la consulta de diferentes servicios como estatus de migración, empleo, vivienda y salud. Una sucursal de este centro en la Terminal de Buses de Bogotá apoya a los migrantes a su llegada, facilitándoles consultas de carácter transitorio.
Considerando que nuestra intención es abordar el espacio de la migración desde la arquitectura y el urbanismo, en las ciudades destino de Latinoamérica es relevante estudiar los procesos que informan el espacio urbano. En el marco de este objetivo, los estudios que trabajan el concepto de infraestructuras de arribo proveen herramientas para profundizar en los ensamblajes de redes y espacios en el momento de llegada y de adaptación. A continuación, hacemos una aproximación a la posible influencia que los términos discutidos pueden tener en una futura profundización en el caso de Bogotá.
la mirada al espacio migrante en bogotá
En la historia de la conformación y crecimiento de Bogotá como ciudad capital han participado los migrantes que provienen de otras regiones del país por oportunidades laborales y comerciales, educación o violencia.14 Su primacía económica ha atraído la migración rural-urbana.15 En su historia reciente, la dinámica se ha caracterizado por la llegada de personas desplazadas, desde 1985, y por la llegada de venezolanos, desde el 2003. De la población en Bogotá, hoy viven 354.633 personas que representan casi el 4 % de las víctimas de desplazamiento16 y 393.351 venezolanos, que constituyen el 20 % de los inmigrantes en Colombia.17 Sin estimar a otros migrantes,18 estos datos en su conjunto representan del 10 % de los habitantes de Bogotá y ello indica la relevancia de la dinámica migratoria para la ciudad. Además de la clasificación que Vera y Adler le atribuyen por su rol en la recepción de migrantes venezolanos, la dinámica regional que presenta hoy Bogotá y sus alrededores ratifica su lectura como una ciudad destino.
De manera especulativa, en Bogotá reconocemos varios procesos que hacen parte de las infraestructuras de arribo. Programas públicos como el Centro Integral de Atención al Migrante, el permiso especial de permanencia,19 el derecho a educación y a la atención a mujeres embarazadas son formas institucionales asociadas a la idea de porosidad. Las agencias de envío de remesas, las plataformas digitales y las redes sociales en internet la mediación en la consecución de vivienda y de empleo que aparece de manera local o remota, en áreas formales o de manera emergente influyen en el ámbito urbano, ampliando el espectro hacia lo discutido en las infraestructuras de arribo. Exploramos tres escenarios donde suceden dinámicas entre el espacio y las redes y que proponen un punto de partida para indagar y aplicar el concepto de infraestructuras de arribo: los lugares de llegada en la periferia, Cedrezuela y el Madrugón.
En un estudio realizado por el Observatorio Proyecto Migración Venezuela, Diva Marcela García y José Mario Mayorga mapearon las tendencias de asentamiento de los venezolanos en Bogotá y municipios adyacentes.20 La investigación indica que la ubicación coincide con condiciones socioeconómicas desde la ciudad origen y que generan unas “zonas de concentración” en los niveles bajos de la estratificación socioeconómica. En el caso de Bogotá, esta distribución se localiza en áreas periféricas de las localidades Suba, Engativá, Kennedy y Bosa.21 De las víctimas del conflicto armado que viven en Bogotá, el 50 % se localiza también en localidades al occidente y sur de la ciudad, Suba, Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar y Usme.22 La opción de alojamiento está circunscrita a una condición socioeconómica que ahonda las dinámicas de segregación.
investigación 64 – 65
municipios vecinos surrounding municipalities
Bogotá
Centro Urbano
Urban Center
asentamientos de arribo arrival center altas densidades influyen la forma de estructuras de ariibo high densities influence the form of arrival structures
En estas zonas alejadas del centro urbano se encuentran las mayores densidades en baja altura, visible en la figura 4.
El lugar de llegada en la periferia genera preguntas sobre patrones de asentamiento y acceso y proximidad a un medio de sustento. Mapear las redes por las cuales se produce la oferta de vivienda y empleo en estas zonas permitiría observar y visibilizar condiciones que, como nos muestra el caso de centros comunitarios en Tijuana-San Diego, pueden focalizar intervenciones sobre espacios de interacción con diferentes actores (organizacionales, empresariales, emergentes, etc.) y en la oferta de vivienda.
El caso del sector alrededor de la calle 140, conocido bajo el apodo de Cedrezuela, gira en torno a la oferta gastronómica. Este es un espacio con potencial de estudio sobre la relación entre la llegada y la adaptación afín a lo que Hall y Ayatta estudian en el Reino Unido. La zona es popular por la comida venezolana impulsada por la llegada de migrantes venezolanos a la ciudad y al sector. Estudios desde otras disciplinas reconocen patrones de llegada y el rol de las redes sociales de apoyo asociados a oportunidades de adaptación, como el grupo en Facebook que lleva el mismo nombre creado por venezolanos para connacionales.23 La estructura urbana del sector organizado alrededor de supermanzanas y conjuntos cerrados es poco permeable, como se ve en la figura 5. Un estudio con componentes morfológicos y etnográficos24 sería útil para identificar la relación entre la dinámica espacial, las redes de apoyo y la evolución hacia la estabilidad en los patrones de asentamiento, en este caso.
El espacio de negociación, entendido como el espacio no definido formalmente,25 es también un lugar donde se propician interacciones, de utilidad para la aproximación desde las infraestructuras de arribo. El Madrugón en el sector de San Victorino es un ejemplo de dichos espacios. Este sector comercial nace de una dinámica de migración histórica como un cruce de caminos en la zona céntrica de la ciudad. Hoy en día, los grandes comerciantes y los mayoristas se organizan en bodegas bajo un esquema de asociación tipo “centro comercial”. La asociación lleva a cabo el Madrugón, en el cual los días miércoles y sábados de 4:00 a 10:00 a. m. se alquilan “puestos” o “catres” en los pasillos con un arriendo semanal, y en época de Navidad, un arriendo mensual.26 La temporalidad de este alquiler les permite a los emprendimientos sin suficiente capital acceder a una red de contacto con clientes y proveedores, un sistema que eventualmente les permite lograr mejores condiciones comerciales. Los espacios de negociación en la figura 6 ilustran condiciones flexibles y temporales en relación con las
23.
Ayala
Meeus
Muñoz Unceta et al., “Socio-Spatial Segregation”, 305. 26.
Prieto,
27.
Hanhörster y Wessendorf, “The Role of Arrival Areas”, 7.
Fig. 4_ La periferia de arribo en Bogotá. Fuente: Elaboración propia con base en cartografía del Proyecto Migración Venezuela, “¿Más integrados de lo que creemos?”
Veloza, “Propuesta de lineamientos para un plan de acción”. 24.
et al., “Broadening the Urban Planning Repertoire”, 15. 25.
El Madrugón de San Victorino, 71-85.
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*localización de asentamientos con base en / settlement locations based on García & Mayorga * PAD
tipologías diversas diverse typlologies
escenario probable para el estudio del espacio relacionado a las redes probable scenario tu study relationships between space and networks
morfología y supermanzana morphology and superblocks
centro comercial o zonas de comida street mall or food court
local de comida venezolana Venezuelan food stall
Fig. 5_ La calle 140 como lugar de arribo. Fuente: Elaboración propia.
Fig. 6_ El Madrugón como ejemplo de espacios de negociación y movilidad social. Fuente: Elaboración propia.
investigación 66 – 67
Bogotá Cedritos / Cedrezuela
redes sociales, como aspectos para tener en cuenta en la movilidad social. Por otro lado, si este tipo de condición emerge en situaciones de precariedad, se corre el riesgo de tener efectos negativos personificados por intermediarios que se aprovechan de vacíos institucionales y personas en situación de vulnerabilidad.27
Aquí la labor consiste en rescatar aprendizajes y preguntar ¿cómo y dónde es replicable un esquema de espacios de negociación en los cuales se propicien intercambios que apoyan la autoorganización de migrantes para ejercer agencia?
conclusiones
Los conceptos, en su conjunto, nos permiten entender que el espacio de la migración no es uno definido, designado o permanente. Explican que la llegada a una ciudad implica una aproximación desde el proceso de acomodación por medio del ensamblaje de redes, espacios y agentes. La definición del concepto de infraestructuras de arribo nos aclara la relación entre espacio y migración, al tiempo que sugiere los aspectos que se deben estudiar o intervenir desde la arquitectura y el urbanismo, para los procesos de llegada y asentamiento en la ciudad. Los casos de Bogotá apoyan la idea que, desde la arquitectura y el urbanismo, podemos ampliar nuestro ámbito y apoyar estudios transdisciplinares.
En el contexto latinoamericano aún está por estudiar este espacio desde preguntas como: ¿cuáles son las redes y estructuras de arribo?, ¿cómo son los lugares de arribo?, y ¿cómo se entrelazan? El rol de los arquitectos y diseñadores consiste tanto en reconocer estrategias y establecer en ellas la relación entre las redes y los espacios como en participar en la producción de los espacios que propicien intercambios. Los espacios relacionados con la calle y con el espacio público en primeros pisos, centros que ofrecen diversas funciones y que sean flexibles en carácter, y el fortalecimiento en el reconocimiento de procesos y gestión social son el ámbito donde, desde lo arquitectónico y lo urbano, podemos investigar y proponer.
Una vez se comprendan los procesos, la precariedad y los vacíos institucionales son el lugar de trabajo para aportar a la atención a los grupos migrantes en nuestras ciudades destino. El real desafío consiste en proporcionar condiciones para que aparezcan infraestructuras de arribo desde abajo, sin predeterminarlas. La movilidad social desde el arribo hacia la estabilización y luego la integración y permanencia requieren intervenciones simultáneas que propicien múltiples infraestructuras de arribo cuyo ensamble sea flexible y plural.
Dearq 30
bibliografía
1. Alta Consejería para los Derechos de las Víctimas, la Paz y la Reconciliación. Sistema Distrital de Asistencia, Atención y Reparación Integral a las Víctimas del Conflicto Armado Residentes en Bogotá (SDARIV): Plan de Acción Distrital Plurianual 2020-2024. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá, 2020.
2. Aprile-Gniset, Jacques. La ciudad colombiana, tomo II. Bogotá: Biblioteca Banco Popular, 1992.
3. Ayala Veloza, Milton Eduardo. “Propuesta de lineamientos para un plan de acción para la inclusión socio-económica de la población venezolana migrante: El caso de la población venezolana ubicada en el barrio Cedritos en Bogotá D. C.”. Tesis de maestría, Pontificia Universidad Javeriana, 2019.
4. Cruz, Teddy y Fonna Forman. “Unwalling Citizenship”. e-flux, 3 de noviembre de 2020. https://www.e-flux.com/ architecture/at-theborder/358908/unwallingcitizenship/
5. Departamento Nacional de Planeación. Misión Sistema de Ciudades: Una política nacional para el sistema de ciudades colombiano con visión a largo plazo. Bogotá, 2014. https://colaboracion.dnp. gov.co/CDT/Vivienda%20 Agua%20y%20 Desarrollo%20Urbano/ Sistema%20Ciudades/ Libro-Misi%C3%B3n%20 Sistema%20Ciudades.pdf?
6. Hall, Suzanne y Ayona Datta. “The Translocal Street: Shop Signs and Local Multi-Culture along the Walworth Road, South London”. City, Culture and Society 1, n.° 2 (2010): 69-77. https://doi.org/10.1016/j. ccs.2010.08.001
7. Hanhörster, Heike y Susanne Wessendorf. “The Role of Arrival Areas for Migrant Integration and Resource Access”. Urban Planning 5, n.° 3 (2020): 1-10. https://doi. org/10.17645/up.v5i3.2891
8. Meeus, Bruno, Bas van Heur y Karel Arnaut. “Migration and the Infrastructural Politics of Urban Arrival”. En Arrival Infrastructures: Migration and Urban Social Mobilities, editado porBruno Meeus, Karel Arnaut y Bas van Heur, 1-32. Cham: Palgrave Macmillan, 2019. https:// doi.org/10.1007/978-3319-91167-0_1
9. Meeus, Bruno, Luce Beeckmans, Bas van Heur y Karel Arnaut. “Broadening the Urban Planning Repertoire with an ‘Arrival Infrastructures’ Perspective”. Urban Planning 5, n.° 3 (2020): 11-22. https://doi. org/10.17645/up.v5i3.3116
10. Muñoz Unceta, Pablo, Birgit Hausleitner y Marcin Dąbrowski. “Socio-Spatial Segregation and the Spatial Structure of ‘Ordinary’ Activities in the Global South”. Urban Planning 5, n.° 3 (2020): 303-318. https://doi.org/10.17645/ up.v5i3.3047
11. Prieto, Bernardo Alfredo. El Madrugón de San Victorino: Una exploración a los órdenes sociales asociados a este mercado textil popular. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2011.
12. Proyecto Migración Venezuela. “Caracterización demográfica de la población migrante venezolana en Colombia”, 22 de abril de 2020. https://migravenezuela. com/web/articulo/ cuantos-son-y-dondeestan-los-venezolanos-encolombia-/1636
13. Proyecto Migración Venezuela. “¿Más integrados de lo que creemos? Migración venezolana en Bogotá y municipios vecinos” 2 de septiembre de 2020, https://migravenezuela. com/web/articulo/ mas-integrados-de-loque-creemos-migracionvenezolana-en-bogota-ycundinamarca/2125
14. Sánchez Steiner, Lina María. “Migración forzada y urbanización en Colombia”. En Memorias del Seminario Internacional Procesos Urbanos Informales, Universidad Nacional de Colombia, 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre del 2007.
15. Saunders, Doug. Arrival City: How the Largest Migration in History is Reshaping our World. London: Windmill Books, 2011.
16. Vera, Felipe y Verónica Adler. Inmigrando: Fortalecer ciudades destino, tomo 1. Washington: Banco Interamericano de Desarrollo, 2020.
17. Zukin, Sharon, Philip Kasinitz y Xiangming Chen. Global Cities, Local Streets, Everyday Diversity from New York to Shangai. New York: Routledge, 2016.
18. Zambrano, Fabio y Olivier Bernard. Ciudad y territorio: El proceso de poblamiento en Colombia. Bogotá: Academia de Historia de Bogotá-Instituto Francés de Estudios Andinos, 1993. http://ieu.unal.edu. co/nuevas-adq/item/141ciudad-territorio-procesopoblamiento-colombia
investigación 68 – 69
Chinatown 2.0:
Chinatown 2.0: The Difficult Flowering of an Ethnically Themed Shopping Area
En la pintoresca zona de canales de Ámsterdam, Zeedijk y sus alrededores, los empresarios chinos han estampado su presencia en lo que parece el Chinatown local. Desde principios de los 90´s, los empresarios y sus organizaciones hicieron campaña por el reconocimiento oficial de Zeedijk como un distrito solo étnico y por el apoyo gubernamental a la mejora de “lo chino”. En contraste con la ortodoxia actual, nos hemos acercado ante todo al Chinatown de Ámsterdam como un espacio económico temático. Aquí chinos y otros empresarios compiten por una parte del mercado y por el derecho a reivindicar la identidad de la zona. ¿Cuál es el desarrollo histórico de Zeedijk, cómo los empresarios chinos y sus asociaciones impulsaron el Chinatown y negociaron “lo chino” públicamente, y cómo respondieron los actores institucionales gubernamentales y no gubernamentales a esos intentos?
Palabras claves: emprendimiento étnico; enclaves étnicos; economía urbana; gentrificación comercial; política urbana; inserción mixta
Right in Amsterdam’s picturesque canal zone, on and around Zeedijk, Chinese entrepreneurs have carved out a presence in what seems like the local Chinatown. Since the early 1990s, individual entrepreneurs and their business organizations have campaigned for official acknowledgement of Zeedijk as an ethnic-only district and for governmental support of the enhancement of Chineseness. In sharp contrast to the current orthodoxy, we have approached Amsterdam’s Chinatown first and foremost as a themed economic space: Chinese and other entrepreneurs compete for a share of the market and in doing also for the right to claim the identity of the area. What is the historical development of the Zeedijk area, how did Chinese entrepreneurs and their associations try to boost Chinatown and negotiate public Chineseness, and how did governmental and non-governmental institutional actors respond to those attempts?
Keywords: ethnic entrepreneurship; ethnic enclaves; urban economy; commercial gentrification; urban politics; mixed embeddedness
Jan Rath rath@uva.nl
University of Amsterdam
Center for Urban Studies (CUS)
Institute for Migration and Ethnic Studies (IMES)
Annemarie Bodaar annemarie.bodaar@denhaag.nl City of The Hague
Thomas Wagemaakers
Thomas.Wagemaakers@portofamsterdam.co
Port of Amsterdam
Pui Yan Wu alexiawpy@yahoo.com.hk
University of Amsterdam
DOI: https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.08
* El artículo fue previamente publicado en inglés en la revista Journal of Ethnic and Migration Studies (2018) Vol. 44, No. 1, 81-98.
DOI: 10.1080/1369183X.2017.1332521
Artículo Invitado
El difícil florecimiento de una zona comercial de temática étnica*
Cómo citar: Jan Rath, Annemarie Bodaar, Thomas Wagemaakers y Pui Yan Wu "Chinatown 2.0: El difícil florecimiento de una zona comercial de temática étnica". Dearq no. 30 (2021): 70-86. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq30.2021.08 Dearq 30
1.
Algunos restaurantes no chinos tienen propietarios étnicos chinos, pero aquí hacemos hincapié en la representación de la etnia en lugar de la propiedad per se.
introducción
Cualquiera que camine desde la estación central de Ámsterdam a lo largo de la franja comercial de Zeedijk hasta la plaza Nieuwmarkt no puede dejar de notar la presencia de tiendas asiáticas. Zeedijk, un dique serpenteante —una vez fue parte del malecón que protegía la ciudad de las aguas del IJ y el Zuiderzee— que ahora es un lago artificial de agua dulce. Hoy Zeedijk es una calle peatonal estrecha de 500 metros con pintorescas casas de 350 años de antigüedad. A nivel del suelo abundan las tiendas, muchas de ellas con nombre, propiedad y explotación de asiáticos. Estas empresas ofrecen bienes y servicios asociados con Asia (China en particular) y se dirigen a una clientela de lugareños, turistas y viajeros de un día, tanto asiáticos como no asiáticos.
Los restaurantes y puntos de venta de comida tienen una fuerte presencia, ofreciendo un banquete de los sentidos y representando varios tipos de cocina de la china, y en menor medida, de Tailandia, Malasia, y Surinam entre otros países. Hay tiendas “orientales” de muebles para el hogar (“chinoiserie”), tiendas de utensilios de cocina (venta de woks, vaporeras para arroz, palillos, tazas, etc.), tiendas de aparatos, agencias de viajes, peluquerías, salas de masajes, tiendas de cuidado de uñas, acupunturistas, herbolarios, tiendas de ropa, etc., a menudo mostrando caracteres chinos o símbolos asiáticos en sus ventanas. Algunos negocios como Hoi Tin y Toko Dun Yong incluso han añadido elementos arquitectónicos similares a la pagoda a su escaparate. A mitad de camino por Zeedijk se encuentra un templo budista llamado Fo Guang Shan He Hua que fue inaugurado oficialmente por la reina Beatrix en 2000. El templo matiza la calle de un color amarillento y es una declaración arquitectónica muy visible, interrumpiendo en “voz alta” el ritmo histórico de las fachadas de ladrillo rojo de los edificios adyacentes.
Curiosamente, Zeedijk hasta hace poco tenía una muy mala reputación como el skid row local. A finales de las décadas de 1970 y 1980 era el territorio de los drogadictos y las personas sin hogar. Las personas “respetables” corrían el riesgo de ser asaltados y, por lo tanto, se les recomendaba evitar la zona. Pero ahora, guías turísticos, guías de compras y páginas de internet describen y promueven la zona como el Chinatown de Ámsterdam. Proporcionan información sobre las particularidades de la zona, y dan la bienvenida a los visitantes para inscribirse en un recorrido de hora y media a pie por el Chinatown.
Aunque la zona es ahora mucho más segura, su carácter chino es menos evidente. La entrada de Zeedijk se encuentra en Nieuwmarkt, una plaza donde los inmigrantes chinos celebran el Año Nuevo chino con fuegos artificiales ensordecedores. Pero no hay arcos, leones de piedra, pagodas, cabinas de teléfonos rojos, contenedores de basura, faroles callejeros, u otro tipo de artículos decorativos orientales para marcar esta entrada. En comparación, con las entradas de los Chinatowns en ciudades como San Francisco, Nueva York (Manhattan), Vancouver, Toronto, Sídney o Melbourne, los elementos chinos en esta zona solo se destacan ligeramente. Aparte de la falta de “molestos” marcadores simbólicos del espacio chino u otra etnia oriental, cabe notar, que también están representadas etnias asiáticas distintas de las chinas.1 Además, hay muchas tiendas no asiáticas ubicadas en la zona, incluyendo una serie de cafés
investigación 70 – 71
marrones holandeses (bruine cafes), un par de bares gay, un mercado de pescado holandés, un restaurante portugués, y una gran cantidad de cafeterías y boutiques especializadas. En este contexto, la etiqueta ‘Chinatown’ puede incluso presentarse como una exageración grosera. Sin embargo, la zona tiene un sabor asiático distinto, también porque los empresarios chinos y sus asociaciones han sido más ansiosos (o más inteligentes) para hacer que la zona tenga un marcado carácter “chino”. De hecho, el estatus especial de Zeedijk está subrayado por carteles callejeros en caracteres holandeses y chinos. Ninguna otra zona de la ciudad de Ámsterdam está oficialmente reconocida y marcada de una manera tan “étnica”.
Los autores que teorizan sobre los distritos étnicos en general o los barrios chinos en particular tienden a concebir la proliferación de “lo chino” o “lo asiático” en términos de desarrollo de enclaves étnicos.2 Según estos autores, la función del Chinatown como centro de migración y manifestación espacial de identidad étnica y vinculante se debe en parte a la exclusión racista y la marginalidad social, y también a la movilización de las redes etno-sociales (transnacionales) y el auge de los sistemas de apoyo mutuo. El desarrollo de “enclaves étnicos” normalmente comenzaría con la apropiación de lugares urbanos poco atractivos. Esos se inscribirían étnicamente, de manera gradual, debido al impulso empresarial de los migrantes, y evolucionarían hacia lo residencial y comercial de la comunidad en cuestión. Teóricamente, la aparición de tales espacios se concibió en términos de la relación mayoría-minoría y como un importante paso en una especie de trayectoria de asimilación.
Sin embargo, hoy en día el Chinatown en Ámsterdam no es un centro de migración o una zona donde reside una gran proporción de la comunidad china, tampoco un espacio de marginación, o un lugar donde “lo chino” es evidente. Los inmigrantes chinos que se han mudado recientemente a los Países Bajos han tenido la tendencia de gravitar hacia Ámsterdam, así como las otras grandes ciudades, pero muy pocos han encontrado su camino a Zeedijk. De hecho, menos de 100.000 chinos residen actualmente en la zona, es decir, menos del uno por ciento de las poblaciones chinas y taiwanesas de la ciudad (Tabla 1).
Entonces, ¿cómo se puede entender esta situación? Los autores argumentamos que el Chinatown de Ámsterdam es en primer lugar un espacio económico, una zona comercial de temática ligera, en el que los empresarios chinos y otros compiten entre sí por un “pedazo del pastel” y por el derecho a dejar una marca en esta área. Nuestra orientación teórica se basa en el enfoque de inserción mixta que enfatiza la interacción entre los empresarios (étnicos) y sus recursos, el desarrollo de los mercados económicos y la aparición (o desaparición) concomitante de oportunidades; especialmente en la forma en que las fuerzas reguladoras estatales y no estatales afectan el acceso a estos mercados.3 Las oportunidades de negocio, incluida la proliferación de una zona comercial de temática étnica, deben explicarse por la interacción de estos componentes.
Estos procesos no solo involucran a otros pequeños empresarios —empresarios de minorías convencionales y étnicas por igual—, sino también a la ciudad, asociaciones de vivienda y otros actores institucionales. Igualmente, tienen aspectos como la diversidad étnica, el desarrollo económico y la regeneración urbana articulados en un área confinada espacialmente. En este caso, se aplican condiciones institucionales locales específicas: la gentrificación comercial es de rigueur [estricta] La ciudad y sus socios están reestructurando activamente el área de código postal de 1012 que incluye el Chinatown y la zona roja [o de tolerancia] del distrito adyacente,4 y promoviendo tiendas tipo boutique. Estas instituciones, sin duda, son ingeniosas y capaces de movilizar serias fuerzas
2.
Por ejemplo, Anderson, Chinatown Re-oriented: A Critical Analysis of Recent Redevelopment Schemes in a Melbourne and Sydney Enclave; Christiansen, Chinatown, Europe. Identity of the European Chinese towards the beginning of the 21st century; Künnemann y Mayer, Chinatowns in a Transnational World. Myths and Realities of an Urban Phenomenon; Li, Anatomy of a new ethnic settlement. The Chinese Ethnoburb in Los Angeles; Wong, Chinatown. Conflicting images contested terrain; Zhou, Chinatown: The Socioeconomic Potential of an Urban Enclave. Sin embargo, no es el caso de Hackworth y Rekers, Ethnic packaging and gentrification. The case of four neighborhoods in Toronto.
3.
Véase, entre otros, Kloosterman et al. Matching opportunities with resources: A framework for analysing (migrant) entrepreneurship from a mixed embeddedness perspective; Kloosterman, van der Leun y Rath, Mixed Embeddedness; Rath, Unraveling the Rag Trade. Immigrant Entrepreneurship in Seven World Citie; Kloosterman y Rath, Immigrant Entrepreneurs. Venturing abroad in the Age of Globalization; Kloosterman y Rath, Immigrant entrepreneurship; Schutjens, Etnisch Ondernemerschap: Blijf Kijken.
4.
Este es el llamado programa 1012, ver Aalbers y Sabat, Re-making a landscape of prostitution. The Amsterdam Red Light District.
Dearq 30
ciudadanos chinos, taiwaneses y otros asiáticos en ámsterdam y zeedijk* (1983-2012)
políticas, por lo que es evidente que no hay una igualdad de condiciones. Teóricamente, por lo tanto, no basta con analizar la aparición de este espacio en términos de relaciones de mayoría-minoría, ya que se trata ante todo del desarrollo económico urbano. Los desarrollos siempre se integran a relaciones sociales, políticas y económicas más amplias.
En este artículo exploramos el difícil florecimiento de una zona comercial de temática étnica describiendo y analizando el caso del Chinatown de Ámsterdam. ¿Cuál es el desarrollo histórico de la zona de Zeedijk, cómo trataron los empresarios chinos y sus asociaciones de impulsar el Chinatown y negociar “lo chino” públicamente, y cómo respondieron los actores institucionales gubernamentales y no gubernamentales a estos intentos? Particularmente, ¿a qué nivel y en qué condiciones se dio espacio para la proliferación de un Chinatown? Empíricamente, abordamos estos temas estudiando numerosos documentos políticos y datos estadísticos, y realizando cincuenta entrevistas en profundidad con empresarios (chinos)5, funcionarios gubernamentales y otros informantes claves.
En la siguiente parte del artículo, primero discutimos el contexto político, luego presentamos los antecedentes históricos incluyendo el deterioro de Zeedijk, y una descripción de la forma en que el municipio y sus asociados trataron de recuperar y reurbanizar la zona. Prestamos especial atención a los argumentos que se intercambiaron durante las negociaciones y ofrecemos información sobre los últimos acontecimientos. En la parte final del artículo, reflexionamos sobre este caso y nuestras suposiciones teóricas.
nacionalidad** ámsterdam
zeedijk 1983 1990 Población total de los cuales son asiáticos Chino 951 522 542 1.835 452 395 337 349 8 21 36 119 3 4 9 41 35 16 11 12 51 29 30 37 42 22 15 16 82 76 50 43 7 6 2 3 0 0 2 1 0 0 0 0 0 2 1 4 0 0 4 3 5 3 1 1 1 0 3 2 3 0 0 2 0 0 4 9 0 2 2 0 687.499 695.221 731.289 790.044 1.414 942 924 2.344 4,70 2,51 1,66 1,61 0,21 0,14 0,13 0,30 Chino + holandés Taiwanés Taiwanés + holandés Japonés Surcoreano Singapur Malasia Indonesio Tailandés Filipino Asiáticos subtotales Chino/taiwanés subtotal % chino/taiwanés entre los asiáticos % chino/taiwanés entre la población local
Incluye Zeedijk, Binnenbantammerstraat, Geldersekade,
Nieuwmarkt ** Incluye personas con
2000 2012 1983 1990 2000 2012 893 875 905 994
*
Stormsteeg,
doble nacionalidad
5. Las entrevistas se realizaron en idioma holandés, inglés o cantonés.
investigación 72 – 73
Tabla 1_ Ciudadanos chinos, taiwaneses y otros asiáticos en Ámsterdam y Zeedijk* (1983-2012)
diversidad étnica y regeneración urbana: ¿extraños compañeros de cama?
En la Europa de hoy, pocos pueden imaginar que la diversidad étnica, la prosperidad económica y la regeneración urbana pueden ir de la mano. La diversidad étnica y la concentración espacial en los barrios del centro de la ciudad han llegado a ser percibidas como signos de privación e integración deficiente y, lo que es peor, signos de la falta de voluntad de los inmigrantes para formar parte de una corriente principal. La prolongada e instituida existencia del particularismo étnico y religioso y la concentración espacial se consideran especialmente problemáticas.6
En este contexto, las palabras de moda son “integración”, es decir (en el lenguaje popular) la desaparición o dilución de la diferencia étnica y todos los demás elementos que supuestamente afectan negativamente la habitabilidad de las ciudades, y “reestructuración” que se refiere a los procesos de revitalización urbana top-down o descendente. La integración de los inmigrantes nacidos en el extranjero y sus descendientes se aborda de manera sólida con la educación obligatoria y la adaptación e integración impuestas. Además, se están realizando inversiones adicionales en los barrios más deteriorados para reestructurar el sector de la vivienda, revitalizar los espacios públicos, mejorar la cohesión social y fortalecer la economía del barrio. El énfasis en los vecindarios se basa en la idea que escalar niveles es lo más importante.
Estas políticas también tienen como objetivo alentar a las personas de clase media a mudarse a esos barrios donde pueden diluir la demografía “sesgada” y promover la “integración social”.7 La desegregación étnica no es un objetivo “explícito” —eso sería inconstitucional—, pero en la realidad las clases sociales inferiores suelen abarcar un gran número de minorías étnicas inmigrantes y las clases medias típicamente muchos holandeses blancos nativos, la integración social se reduce a una “segregación oculta”.
Además, se da por hecho que el municipio y el sector privado trabajan en conjunto para promover la integración de los inmigrantes y la revitalización de vecinos. Los frenéticos intentos de involucrar a asociaciones de vivienda (privadas) en los programas de regeneración urbana desde mediados de la década de 2000 son un ejemplo. Estas asociaciones de vivienda poseen un buen comportamiento en el mercado de la vivienda de interés social8 y, antes de la reciente crisis económica, también contaban con el capital financiero y el espíritu emprendedor para apoyar la implementación de los planes gubernamentales. Pequeños empresarios (étnicos), los dramatis personae del sector privado, también están involucrados, aunque como veremos de una manera específica.
Los empresarios étnicos han cambiado los paisajes urbanos locales, los paisajes sonoros y los paisajes olfativos. Esto es especialmente cierto para las empresas que manifiestan la diversidad étnica de una manera particularmente visible: mercados de verduras y supermercados que muestran sus productos “exóticos” en las calles; tiendas de ropa y cortinas que ofrecen productos coloridos; peluquerías, cafeterías y otros establecimientos que complacen a sus clientes (y a veces también a sus vecinos) con los sonidos melodiosos de la música “tropical”; puntos de venta de kebab y faláfel que extienden los olores aromáticos del cordero tostado; y así sucesivamente.9 Estos empresarios étnicos son proveedores de bienes y otros servicios, facilitadores de un ambiente particular en la calle, todos los aspectos que potencialmente mejoran la habitabilidad de un vecindario. Además, los empresarios son los proveedores de empleo, desde la perspectiva de Jane Jacobs, pueden ser líderes de las comunidades locales, como cuidadores de la cohesión social y como guardianes de la seguridad en lugares públicos.
Sin embargo, en un contexto de gentrificación comercial dirigida por el estado, estos empresarios no reciben automáticamente una cálida bienvenida.
6. Rath, Debating multiculturalism. Europe’s Reaction in Context.
7.
Uitermark, Duyvendak y Kleinhans. Gentrification as a governmental strategy: social control and social cohesion in Hoogvliet, Rotterdam; Veldboer, Afstand en Betrokkenheid in de Gemengde Wijk. Over Afwijzende en Loyale Groepen bij Stedelijke Vernieuwing.
8.
Este es especialmente el caso en Ámsterdam, ver Van Amersfoort y Cortie, Housing and population: spatial mobility in twentieth-century Amsterdam.
9.
Aytar and Rath, Selling Ethnic Neighborhoods. The Rise of Neighborhoods as Places of Leisure and Consumption.
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10.
Zukin, Naked City: The Death and Life of Authentic Urban Places; Hagemans, Hendriks, Rath y Zukin, From greengrocers to cafés: Producing social diversity in Amsterdam.
11.
Rath and Gelmers, Coffee in the City, véase también Atkinson, Domestication by cappuccino or a revenge on urban space? Control and empowerment in the management of public spaces.
12.
Para simplificar, nos referimos a este grupo de calles como Zeedijk.
13.
Van Heek, Chineesche Immigranten in Nederland; Wubben, Chineezen en andere Aziatisch ongedierte. Lotgevallen van Chinese immigranten in Nederland; Chong, De Chinezen van de Binnen Bantammerstraat: Een Geschiedenis van Drie Generaties.
14.
Van Heek, Chineesche Immigranten in Nederland.
15.
Chong, De Chinezen van de Binnen Bantammerstraat: Een Geschiedenis van Drie Generaties.
Los políticos y profesionales del gobierno tienden a ser escépticos sobre las cualidades de los empresarios étnicos y su influencia en la revitalización del vecindario. Es usual que, en las conversaciones con asesores políticos sobre el emprendimiento, rápidamente se ponen sobre la mesa los “problemas” de hacinamiento, abandono o prácticas informales. Se da por sentado que la agrupación de establecimientos étnicos de venta de verduras, carne halal y mini-mercados en un pequeño espacio comercial es económicamente suicida. En los mercados sobresaturados, por lo que se argumenta, es difícil o imposible obtener ganancias financieras, mientras que la autoexploración y la dilapidación se incrementa, por no hablar de los riesgos del fraude y la delincuencia. Por regla general, las tiendas que ofrecen servicios telefónicos, internet y transferencia de dinero están etiquetadas como tiendas tóxicas por excelencia y signos de decadencia urbana. El municipio y sus asociados han respondido introduciendo una amplia gama de planes de apoyo empresarial para impulsar la economía del barrio. Entre ellos la renovación de tiendas y espacios de oficinas, y la introducción de “gestores de las calles” para mediar entre las pequeñas empresas y los agentes institucionales (como el propio municipio y los promotores y asociaciones de vivienda). Si bien la presencia de “empresas indeseables” se evita activamente, se promueven las empresas del “sector creativo”, aunque sean económicamente marginales —lo que Sharon Zukin llamaría “boutiques geniales”.10 Mientras que la aparición de una “bodega” turca o una tienda de telefonía marroquí es vista como un signo de demografía “desequilibrada” y degradación urbana, la aparición de una panadería, una fábrica de muebles artesanales, o una cafetería especializada es vista como un signo positivos de mejora, popularidad y prueba de gentrificación comercial exitosa.11
Con este contexto político en mente, a continuación, examinaremos el desarrollo del Chinatown en Ámsterdam.
una breve historia
Zeedijk, Nieuwmarkt y las calles adyacentes, en particular Geldersekade, Stormsteeg y Binnenbantammerstraat, están asociadas con inmigrantes chinos desde 1911.12 En ese año, marinos chinos fueron reclutados sin representación sindical en barcos de vapor y a pesar de la feroz oposición de los sindicatos continuaron siendo empleados.13 Estos marinos, cuando estaban en tierra, se hospedaban en pequeñas pensiones hasta que podían inscribirse de nuevo. Lentamente surgió una pequeña comunidad de trabajadores inmigrantes predominantemente masculinos. No tardaron en aparecer algunos establecimientos y microempresas al margen de la ley. Después de un tiempo, estos comenzaron también a servir a los clientes holandeses blancos y pronto la zona fue conocida como la “colonia china”14 (ver Mapa 1).
Por la proximidad de Zeedijk y Nieuwmarkt a los muelles, esta zona había sido durante mucho tiempo un imán para los marinos, los trabajadores portuarios y los viajeros, así como los buscadores de entretenimiento “barato”. El hecho que estas calles estuvieran en cercanías del Wallen, es decir del barrio rojo, las hacia más atractivas. La vida nocturna, especialmente después del horario oficial, era próspera y legendaria, y los negocios chinos formaban parte de ella.
Aparte de eso, las condiciones eran desfavorables. Las redadas policiales durante el interbellum [periodo entre guerras], la crisis económica de la década de 1930 y la Segunda Guerra Mundial frustraron la sostenibilidad económica de esta “colonia”, y solo unos pocos negocios que se encontraban en Binnenbantammerstraat y sus alrededores permanecieron vivos. Chong15, descendiente de uno de los primeros residentes, descubrió que lo que solía ser una estrecha y concentrada red de empresarios y sus familias se había evaporado: la mayoría de la tercera generación china se había mudado a mejores sitios y asimilado a la corriente principal.
investigación 74 – 75
En la década de 1950, nuevos inmigrantes chinos que se mudaron a la zona establecieron restaurantes, sirviendo lo que se conoce comúnmente como comida chin.Ind. (de China e Indonesia), siguiendo los gustos de una clientela de holandeses blancos principalmente nativos, a menudo personas conocedoras de la antigua colonia holandesa de las Indias Orientales Neerlandesas.
En la década de 1960, cuando la economía se expandió y comer fuera se convirtió en un pasatiempo asequible entre las clases medias y bajas, los restaurantes chinos se multiplicaron, al igual que el número de panaderías, agencias de viajes, tiendas minoristas y negocios al por mayor. En aquellos días, la mayoría de los empresarios y trabajadores eran cantoneses de Hong Kong —a menudo pertenecientes al linaje Man16— que disfrutaban de mejores oportunidades para emigrar en comparación con sus pares de China continental, pero también había pequeños grupos de chinos provenientes de Surinam, Indonesia y Vietnam.17
A finales de la década de 1980, el número de empresas chinas estaba alrededor de 25,18 un número relativamente modesto (un tercio) en comparación con lo que pasaría más tarde (véase la Tabla 2 para obtener una visión general del desarrollo empresarial en Zeedijk).
En la década de 1970, Ámsterdam (al igual que muchos otros centros urbanos) fue testigo de una degradación económica, situación que continuó hasta la década de 1990. A pesar de esto, la inmigración siguió siendo sustancial, como parte de la reunificación familiar de antiguos trabajadores invitados, y por la migración poscolonial, en particular de Surinam. Zeedijk se convirtió en un lugar de reunión popular para los jóvenes afro-surinamés que visitaban los bares, hacían trabajos temporales, y desfilaban por la calle al estilo al que estaban acostumbrados en Paramaribo, la capital de Surinam.19 Al mismo tiempo, se introdujeron la heroína y otras drogas, y las cosas rápidamente se descontrolaron. Drogadictos, carteristas, asaltantes, ladrones de autos y otras personas “ásperas” merodeaban y hacían de Zeedijk un lugar inseguro. No hace falta decir que esto era malo para los negocios. Por ejemplo, el propietario del negocio Toko Dun Yong manifestó que su familia siempre guardaba un par de radios de automóvil de repuesto para mantener satisfechos a los clientes cuyos autos habían sido asaltados. La construcción de una línea de metro bajo Nieuwmarkt y la demolición de edificios empeoraron aún más las cosas.
16.
Blom y Romijn, De kracht van traditie; Hoe Chinezen succesvol opereren in het restaurantwezen.
17.
Chong, De Chinezen van de Binnen Bantammerstraat: Een Geschiedenis van Drie Generaties.
18.
Brilleman, De Zeedijk.
19.
Müller, Ethnic groups in Amsterdam’s public spaces.
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Fig. 1_ Área del Chinatown en Ámsterdam. Mapa © diseñado por Ana Sala.
empresas chinas y otras empresas asiáticas en zeedijk* (1983-2012)
tema del negocio o nacionalidad del propietario
Chino
Otros asiáticos**
Total asiático
Número total de negocios en la zona
* Incluye Zeedijk, Binnenbantammerstraat, Geldersekade, Stormsteeg, Nieuwmarkt
** Aquí: este y sureste de Asia
Incluye todos los restaurantes
precios promedios de los bienes raíces en zeedijk* como % de la media de ámsterdam (1980-2010)
valores woz
En general
Residencial
Hoteles, restaurantes y bares
Tiendas
* Incluye Zeedijk, Binnenbantammerstraat, Geldersekade, Stormsteeg, Nieuwmarkt
Tabla 3
recuperando zeedijk
Tabla 2_ Empresas chinas y otras empresas asiáticas en Zeedijk* (1983-2012)
Tabla 3_ Precios promedios de los bienes raíces en Zeedijk* como % de la media de Ámsterdam (1980-2010)
Durante mucho tiempo, la respuesta de las autoridades fue vaga, lo que sin duda contribuyó a una mayor decadencia de la zona. Sin embargo, a mediados de la década de 1980, poco después del nombramiento de Ed van Thijn como nuevo alcalde (Labor, PvdA, 1983-1994), el municipio decidió limpiar la zona. Esto fue parte de una campaña más amplia para recuperar la ciudad, en la que el sector privado se involucró activamente.
Una cadena hotelera estaba desarrollando planes para hacer nuevas inversiones en el extremo norte de Zeedijk (frente a la Estación Central) y pidió al municipio limpiar la zona y contrarrestar las prácticas informales e ilegales. Ambas partes entablaron discusiones junto con una asociación de vivienda (Stadgenoot) y una serie de organizaciones locales más pequeñas. De aquí nació una asociación público-privada, llamada N.V. Zeedijk, que tenía como objetivo convertir Zeedijk en un espacio residencial y zona comercial atractiva para la clase media. Los empresarios chinos y sus asociaciones no fueron involucrados en este proyecto, ni su presencia o intereses específicos fueron prioridad de la agenda del N.V. Zeedijk.
De todos modos, se intensificó la seguridad, se introdujeron sistemas de cámaras, se limpiaron y sanearon las calles, y se mejoró la accesibilidad. El N.V. Zeedijk también compró propiedades en la zona a gran escala y renovó tiendas, apartamentos, y más de 70 locales de negocios. Además, se introdujo un nuevo régimen de gestión de la propiedad en donde los locales comerciales solo se alquilaban a inquilinos kosher que coincidían con el nuevo perfil de las calles.
Todo esto tuvo un profundo impacto en la zona. De ser el skid row local, Zeedijk pronto se convirtió en un lugar atractivo para comprar, cenar y vivir. Esto tal vez esté mejor ilustrado por los precios promedio de los bienes raíces (VALOR WOZs) —proveniente del censo nacional de precios inmobiliarios —que han aumentado sustancialmente desde la década de 1980 (particularmente durante la década de 1990), haciendo de Zeedijk una de las partes más caras de la ciudad.20 Los precios residenciales globales disminuyeron a finales de la última década, pero esto se debe principalmente a la crisis financiera del 2007 (Tabla 3).
A pesar de estos logros, los deseados empresarios “de moda” tardaron en mudarse. En cambio, los empresarios asiáticos llenaron rápidamente las instalaciones comerciales vacantes. El dueño de un restaurante chino explicó que los
1975 1980 1990 2000 25 2 27 22 21 3 24 27 50 11 61 55 10 21 24 24 50 61 11 61 2010
1979-81 1990 2001 2010 75,72% 82,78% 107,24% 95,99% 80,40% No disponible No disponible No disponible 104,39% 102,52% 38,85% 68,83% 78,23% 41,24% 56,69% 73,53%
Tabla 2
20. O+S Ámsterdam, Massagesalons in Amsterdam. investigación 76 – 77
chinos estaban más familiarizados con la zona y menos preocupados por su mala reputación. La mayoría de los negocios chinos eran restaurantes relativamente sencillos y tradicionales, pero los chefs se alejaron de la insípida comida chin.Ind. y se especializaron en otras cocinas con las que el público en general estaba menos familiarizado.21 Esto llamó la atención de los visitantes asiáticos y no asiáticos que querían probar y experimentar algo diferente. Los visitantes internacionales y locales empezaron a caminar por estas calles con curiosidad —una actividad anteriormente conocida como slumming22— transformándose en consumidores de las tiendas y restaurantes.
negociación de “lo chino”
La agrupación de empresas chinas/asiáticas no condujo automáticamente al desarrollo de una franja comercial de temática étnica. Al contrario, ni N.V. Zeedijk ni el municipio tenían en mente tal temática.
En la década de 1990, las asociaciones chinas lograron crear algo de influencia. No siempre se establecieron como propias asociaciones empresariales, pero como los empresarios estaban poniendo las condiciones y muchos miembros ya eran emprendedores, los temas relevantes para la comunidad empresarial fueron naturalmente defendidos.23 Esta asociaciones pronto se conectaron con el municipio en un intento de consolidar y promover el carácter chino de la zona. Las discusiones giraban en torno a cuestiones tales como el apoyo político y financiero a los desfiles y festivales, el establecimiento de una puerta china, la construcción de letreros callejeros chinos, así como la construcción de una estructura de estacionamiento.
Se dio permiso para construir el templo Fo Guang Shan He Hua en 1994. Los planes se ajustaban al plan de zonificación que permitía el desarrollo de un Chinatown, y el municipio incluso proporcionó medio millón de florines en subsidios (unos 225.000 euros) para construir el templo en un estilo arquitectónico tradicional chino.24 En una reunión pública celebrada poco después de su lanzamiento, los residentes locales apoyaron el plan con la esperanza que el templo contribuyera a atraer menos crimen y más turistas.
Contrariamente a la recepción positiva del templo, todas las demás propuestas provocaron una respuesta vaga o una oposición rotunda. Si bien las empresas chinas y otras empresas asiáticas tenían fundamentos solidos, los funcionarios gubernamentales y otros se negaron a consentir o aceptar la introducción de elementos chinos. El Vrienden van de Ámsterdamse Binnenstad (un organismo de protección del patrimonio) fue uno de los opositores más activos. Un funcionario gubernamental explicó: ”Son bastante poderosos en este distrito. Estas personas conocen los procedimientos [burocráticos] y promueven la arquitectura del patrimonio de Ámsterdam. No simpatizan mucho con la comunidad china. La falta de apoyo y, en algunos casos, la resistencia a reconocer y mejorar aún más “lo chino” en la zona se basa en diversas consideraciones, que varían de las nociones sobre (i) urbanismo, (ii) desempeño empresarial, (iii) Integración de inmigrantes e igualdad de trato, y (iv) derecho a la ciudad. Examinemos estos aspectos con mayor detalle.
Urbanismo
Una primera consideración está relacionada con que Zeedijk/Nieuwmarkt es una parte inseparable del famoso “conjunto urbano histórico del distrito de canales de Ámsterdam”. La arquitectura patrimonial de 350 años de antigüedad atrae a millones de turistas y visitantes a la ciudad cada año y, por lo tanto, es de gran importancia para la economía de Ámsterdam. Este conjunto urbano fue incluido en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2010.25 Un funcionario explicó que, por lo tanto, es inapropiado o incluso irresponsable añadir una puerta u otro elemento “exótico” a este precioso paisaje. Así lo mencionó un empresario chino: “Habíamos propuesto utilizar azulejos de diferente color en la zona de Zeedijk y añadir una puerta china en la entrada, etcétera, pero el
21.
Rijkschroeff, Etnisch Ondernemerschap. De Chinese Horecasector in Nederland en in de Verenigde Staten van Amerika.
22.
Lin, Reconstructing Chinatown: Ethnic Enclave, Global Change.
23.
Li, We Need Two Worlds’: Chinese Immigrant Associations in a Western Society.
24.
http://retro.nrc.nl/W2/Lab/Profiel/Boeddhisme/tempel. html, consultado el 8 de junio de 2015.
25.
http://whc.unesco.org/en/news/643/, véase también http://whc.unesco.org/en/list/1349, ambos consultados el 5 de marzo de 2015.
Dearq 30
26.
http://www.simplyÁmsterdam.nl/Finally_Ámsterdam_ has_a beach_and_a_medieval_castle.html, consultado el 5 de marzo de 2015.
municipio nos rechazó por motivos de conservación”. A excepción del templo, las decoraciones “habituales” del Chinatown, como puertas, leones, cabinas telefónicas de color rojo, contenedores de basura, faroles callejeros, nunca se han establecido. Además, no se ha considerado seriamente una exploración de formas más sutiles de marcar la zona. Curiosamente, nunca ha habido ninguna objeción contra la exhibición de cuerdas de luces eléctricas y otras “decoraciones de invierno” durante la temporada de navidad, un hecho que sugiere un doble criterio. Finalmente, el municipio cedió e instaló carteles callejeros escritos en caracteres tradicionales chinos en el 2005: Un reconocimiento oficial de la presencia china. Posteriormente, la expresidenta del Distrito Municipal — Anne Lize van der Stoel (Conservative Liberal, VVD, 2002–2006)— dijo: “Tenía la solemne intención de materializar el plan para poner esas señales. Hacen que el vecindario sea más atractivo y reconocible para los visitantes chinos. (...) Y es de nuestro interés económico tener un Chinatown reconocible”.
Una segunda consideración se refiere a los valores del transporte verde. La posición del municipio es que el centro de Ámsterdam debe estar lo más libre posible de automóviles, una posición firmemente respaldada por un sustancial electorado verde. Por lo tanto, la afirmación que el Zeedijk solo podía prosperar si se ampliaban los espacios de parqueo fue políticamente sensible desde el principio. El área del centro de la ciudad contiene una serie de pequeños canales y callejones estrechos llenos de cientos de ciclistas ligeramente anarquistas, por lo que la conducción y el estacionamiento en esta área son una pesadilla para el conductor. En parte por esa razón, el municipio ha desarrollado un excelente sistema de transporte público. Una nueva estructura de estacionamiento estaría totalmente en desacuerdo con esta política. A algunos les podría resultar difícil imaginar una conexión entre una estructura de estacionamiento y el Chinatown, pero en este caso en particular fueron las asociaciones empresariales chinas —y estas asociaciones solamente— las que una y otra vez enfatizaron la importancia de tal disposición. El propietario de un restaurante chino mencionó: ”En el pasado, la mayoría de los autobuses turísticos paraban en la plaza Nieuwmarkt mientras los turistas visitaban el barrio rojo y cenaban en Zeedijk. Nuestro restaurante estaba lleno todas las noches durante ese tiempo. Después de que se modificaron los paisajes urbanos, se prohibió parar grandes vehículos aquí y perdimos todos estos grupos turísticos”. Otra persona aseguro que “muchos clientes solían venir con sus furgonetas todos los días. Dado que las calles de Zeedijk fueron rediseñadas, la que está fuera de mi tienda (en Geldersekade) se vuelve mucho más estrecha y casi imposible incluso para la entrada de un automóvil. Ahora estos clientes ya no vienen aquí”. Por lo tanto, la accesibilidad vehicular se consideró extremadamente importante, especialmente para los empresarios que atendían a una clientela no local: mayoristas, y negocios que dependían de clientes chinos de fuera de la ciudad y a veces de fuera del país. Para ellos, la estructura de estacionamiento era una parte esencial del desarrollo del Chinatown, y tomaron la falta de apoyo para este plan como rechazo a su presencia.
Una tercera consideración se relaciona con la popularidad de la zona de canales de Ámsterdam. Turistas y visitantes acuden a la zona de canales con sus numerosos museos, tiendas y cafés callejeros hasta el punto de que el hacinamiento se ha convertido en un problema serio. Hacer Zeedijk más festivo y mejorar su carácter chino probablemente atraería a más visitantes a la zona, pero eso plantearía preocupaciones de habitabilidad. Por lo tanto, las políticas municipales se han orientado a acercar a los visitantes a lugares menos concurridos fuera de la zona de canales y cada vez más fuera de la ciudad. Esta política de dispersión se impulsó recientemente cuando Amsterdam Marketing lanzó una campaña para promover una gran parte de la provincia de Holanda del Norte como parte de Ámsterdam. Los lugareños estaban perplejos, ya que los campos de tulipanes que de repente se anunciaron como la Franja de las Flores de Ámsterdam, el pueblo sobre la playa de Zandvoort como la Playa de Ámsterdam, y el Muiderslot del siglo quince como el Castillo de Ámsterdam.26 El punto es que cualquier intento de promover un barrio del centro de la ciudad como una nueva atracción no se ajusta a este objetivo.
investigación 78 – 79
Empresarios chinos y de otros orígenes compiten por una parte del mercado y también por el derecho a reclamar la identidad de la zona. Este proceso involucra no solo a los empresarios chinos y a la “comunidad” china sino también a otros actores institucionales.
Desempeño empresarial
Una cuarta consideración se refiere a las expectativas del desempeño empresarial chino en Ámsterdam. Varios funcionarios gubernamentales sembraron dudas sobre la viabilidad económica del Chinatown. Por esa razón, también respondieron vacilantemente a los planes de un consorcio chino de invertir en un rascacielos de oficinas en el Oosterdok (este de la estación central) bajo la etiqueta de el “nuevo Chinatown”, temiendo que las empresas económicamente más exitosas dejaran de invertir en el “viejo Chinatown” en Zeedijk. Un portavoz del Amsterdam Tourism & Convention Board (ATCB) comentó: “Jordaan y De Pijp [dos barrios gentrificados populares—autores] son llamativos. Son grandes, pequeñas, áreas completas. Pero el Chinatown es en realidad... um ... bueno, no se supone que lo diga, pero por supuesto es solo Zeedijk”. Las dudas parecían confirmarse en 2007, cuando la Asociación Empresarial China lamentó la “feroz” competencia del recién establecido Chinatown en el Bazar de Beverwijk, un popular encuentro de intercambio en una pequeña ciudad industrial a 30k al oeste de Ámsterdam. El presidente del distrito municipal decidió realizar una visita personal a esta nueva bonanza de compras baratas solo para ver un triste conjunto de pequeñas tiendas. A su regreso exclamó que no daría ni un céntimo por la calidad empresarial de aquellos que temen esta triste competencia, un comentario que evidentemente desafió las cualidades empresariales de quienes se lamentaron.
Integración de inmigrantes e igualdad de trato
Una quinta consideración se refiere a las nociones ideológicas sobre la unidad real o supuesta de la nación holandesa y la incorporación de los recién llegados. Un alto funcionario del Ministerio del Interior una vez le mencionó al primer autor que el desarrollo del Chinatown estaba en contra de los objetivos centrales de la política de integración holandesa. Dijo que sancionaría la segregación étnica y que la segregación es exactamente lo que el gobierno holandés está tratando de prevenir. Al parecer, el funcionario hizo eco de su maestría con su sesgada interpretación de la “integración” y la “ciudadanía”. La integración fue vista como un proceso que se refiere a individuos que se dispersan espacialmente, y como un proceso que eventualmente conduce a la evaporación de identidades colectivas y límites de grupo. Formas de incorporación más colectivas y espacialmente agrupadas, como es común en los países clásicos de la inmigración, no encajarían en el proyecto de ley.27 El desarrollo de las prácticas de ciudadanía se considera en la misma línea. Se podría argumentar, sin embargo, que los empresarios chinos en Zeedijk están mostrando habilidades avanzadas de ciudadanía: han establecido negocios (en algunos casos una serie de negocios), proporcionando puestos de trabajo para otros. Estos se vuelven económicamente independientes, desarrollando relaciones con la comunidad local, interconectado con el gobierno local y con los políticos locales, contribuyendo a al revitalización de Zeedijk, y así sucesivamente. Pero estos logros aparentemente tienden a ser descartados. El punto es que algunos administradores han optado por no apoyar las reivindicaciones de los empresarios chinos sobre la base de nociones particulares de diversidad étnica e integración.
Una sexta consideración está relacionada con la anterior, pero se refiere a otros recién llegados. Acomodar los deseos y demandas de la comunidad empresarial china en este caso se presenta como “no totalmente irracional”, pero sin embargo se rechaza como políticamente no conveniente. Sería más complicado rechazar demandas similares de otros grupos étnicos inmigrantes, como los turcos, marroquíes o de origen surinamés. Los inmigrantes chinos y otros asiáticos recibieron históricamente una bienvenida mixta, pero hoy, comparados con los inmigrantes más recientes, alcanzaron una posición más alta en la jerarquía social imaginaria. Las respuestas incómodas y en casos incluso abiertamente hostiles a los planes de un grupo de musulmanes ortodoxos turcos de construir un complejo con una gran mezquita, una escuela, un centro comunitario, casas y tiendas en la parte occidental de la ciudad —digamos, una especie de enclave
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27. Alba y Nee, Remaking the American Mainstream. Assimilation and Contemporary Immigration.
28.
Finalmente, se dio permiso para construir una versión considerablemente reducida del plan objetado. Véase Lindo, Heilige wijsheid in Amsterdam. Ayasofia, Stadsdeel De Baarsjes en de Strijd om het Riva-terrein.; Rijken, De Westermoskee en de Geschiedenis van de Nederlandse Godsdienstvrijheid.
29.
Alba y Nee, Remaking the American Mainstream. Assimilation and Contemporary Immigration.
30.
Véase también Anderson, Chinatown Re-oriented: A Critical Analysis of Recent Redevelopment Schemes in a Melbourne and Sydney Enclave.
étnico y religioso— son un ejemplo.28 Un propietario chino de una empresa de TIC se refirió a una carta en el Het Parool [un periódico local—autores] sobre los letreros callejeros chinos: “El autor dijo que no tendría sentido poner esos letreros. Usted está integrado, ¿no es así, y, además, ahora espera que hagamos lo mismo en un barrio turco o marroquí?“. El propietario chino mencionó que ellos merecían un trato diferente. Los entes oficiales, sin embargo, consideraron mejor mantenerse alejados del tema, independientemente de la categoría en cuestión.
Una séptima consideración se basa en una visión a largo plazo. ¿Durante cuántos años existiría un Chinatown festivo, si se le apoyara? ¿Durante tres años, diez años, o tal vez la eternidad? Las probabilidades están en contra de esto último. El gobierno holandés ha estado llevando a cabo una política de inmigración restrictiva durante varios años, lo que resulta en menos llegadas de China u otros países asiáticos. Sin el flujo continuo de recién llegados, los límites étnicos se pueden desdibujar, o cambiar de curso más fácilmente.29 Con esto en mente, algunos funcionarios de Ámsterdam argumentaron que cualquier inversión en lo que parece ser un esfuerzo a corto plazo sería una pérdida de tiempo y dinero. Es cierto que las dinámicas de asimilación a menudo se subestiman. El hecho es que hace treinta años Zeedijk era asociado con Surinam, hoy en día la zona está asociada con los chinos, pero con que etnia, si la hubiese, se asociará en una o dos décadas es difícil de decir. Legalizar y proteger oficialmente su carácter chino podría fosilizar este proceso dinámico.30
Derecho a la ciudad
Una octava consideración se encuentra en las impugnaciones sobre el derecho a determinar la identidad del lugar. Los empresarios chinos contribuyeron al renacimiento de Zeedijk y sí dejaron su huella en ese espacio público, pero el derecho a afirmar que la zona era en primer lugar china no fue dado por sentado por todos los residentes o sus organizaciones. Uno de los propietarios de tienda más influyentes se quejó: “Mi familia ha hecho mucho por este vecindario, o su mejora y por construir puentes entre las comunidades china y holandesa. (...) Pero tengo la sensación de que todos esos esfuerzos están siendo frustrados. Estoy siendo castigado por tratar de levantar el vecindario. Eso es muy frustrante”. Algunos de los anteriores residentes (holandeses), por ejemplo, alegarían que tienen derechos más antiguos. Lo que importa no es solo la legitimidad de tales afirmaciones, sino también la capacidad de movilizar las redes sociales y las fuerzas políticas pertinentes. Los anteriores residentes habían desarrollado múltiples relaciones, a menudo informales, con diferentes actores institucionales. Promover sus reclamos (y resistirse a los de los empresarios chinos) resultó ser un pedazo de pastel. Es cierto que uno de los principales empresarios chinos se unió al Partido Liberal (VVD) e incluso fue elegido concejal de distrito, aparentemente con la esperanza de cambiar el estado de ánimo político, pero nunca fue capaz de crear suficiente influencia, supuestamente debido a su participación casual en la toma de decisiones políticas. En parte por esta razón, los empresarios chinos no lograron realmente presentar su caso. El hecho que la comunidad empresarial china fuera pequeña tampoco fue útil.
Una consideración final se basa en una interpretación específica de la diversidad. La “diversidad” es un concepto difuso, con la “diversidad étnica” como una sola interpretación. El N.V. Zeedijk, sin embargo, protege un tipo diferente de diversidad. Aquí la mayoría de los negocios chinos en realidad son solo restaurantes “regulares” que operan principalmente por la noche. La calle, sin embargo, necesita tiendas que atraigan a los visitantes durante el día también. Por un lado, hubo una falta de aprecio por lo que los empresarios chinos ofrecían, también en términos de la introducción de conceptos de compras innovadoras de Asia. Por otro lado, hubo una falta de confianza en su capacidad para desarrollar una gama de productos diferente que haría de Zeedijk una zona comercial diversa y de alta calidad para los consumidores de clase media durante todo el día.
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Estas consideraciones juntas, en parte superpuestas, y mutuamente vinculantes interfirieron en los intentos de satisfacer los deseos de la comunidad empresarial china. En varias ocasiones, los lugareños apoyaron activamente la mejora de “lo chino”. Sin embargo, esto fue en excepciones, ya que la mayoría de las veces la communidad china obtuvo respuestas a medias. Inicialmente las consideraciones giraban en torno a cuestiones de integración de inmigrantes y diversidad étnica, pero con el paso de los tiempos los problemas o el urbanismo y el desarrollo económico salieron a flote.
la transformación selectiva de zeedijk
Desde 2007, el municipio ha estado reestructurando el llamado distrito de código postal 1012, es decir, la zona que abarca tanto el barrio rojo como Zeedijk, con el fin de reprimir una serie de prácticas criminales (lavado de dinero, tráfico, evasión de impuestos), limitar la prostitución (en sí misma una actividad legal) a una zona más pequeña, y crear un ambiente que fomente las compras y la vida más exclusiva. El objetivo es “transformar la estructura económica unilateral, con relativamente muchos elementos de baja calidad y causantes de molestias, en una oferta más diversa y de alto valor”.31 Este último en sí mismo podría hacer Zeedijk más propicio para nuevas boutiques; de hecho, recientemente un tipo diferente de empresarios se aventuraron en Zeedijk con tiendas de ropa de calzado y diseño, así como varias cafeterías especializadas y panaderías.
A valor nominal, un modesto reconocimiento de la presencia china de repente parece estar a punto de salir a flote. En esto fue central la decisión de seleccionar el Chinatown como uno de los diez proyectos clave del Proyecto 1012 en Basisrapportage Coalitieproject 1012, y el compromiso oficial de “cooperar en el desarrollo del Chinatown a través de la facilitación y estimulación”.32 En su Strategienota Coalitieproject 1012, el municipio dejó muy claro lo que tenía en mente:
“En cuanto al mercado emergente en China, pero también porque el Chinatown da sentido a la diversidad tan característica de Ámsterdam, apoyamos los planes que deberían conducir a un Chinatown saludable. En el sentido programático, el Chinatown corre el riesgo de caer por debajo de la masa crítica. Facilitaremos iniciativas que contribuyan a una buena interpretación programática, y que se ajusten a los objetivos fijados por la junta diaria de Stadsdeel Centrum”33 (uso de itálicas por autores).
La categoría de negocios inoportunos en la zona de 1012 abarcaba tiendas de recuerdos y mini-supermercados, incluyendo los asiáticos, así como salas de masajes chinos. En cuanto a este último, la redada policial realizada en 2012 reveló que más de la mitad de las salas de masajes chinas tenían “problemas con su administración” y que muchas ofrecían actividades sexuales ilegales de “final feliz”.34 Además, había indicios de trata de personas y contratación de trabajadores inmigrantes indocumentados.35
En tales casos, el municipio interfirió activamente acercándose a los propietarios y gerentes de negocios con la solicitud (es decir la orden) de actualizar el negocio. Se utilizaron palos y zanahorias. Tras una respuesta voluntaria, el municipio y/o las asociaciones de vivienda ofrecerían apoyo y subvenciones. Pero en todos los demás casos, la propiedad sería expropiada para reemplazar el tipo de negocio, el empresario, o ambos. Se podría decir que fueron medidas drásticas que afectaron dramáticamente las oportunidades empresariales, así como a la identidad del lugar.
Muchas de las empresas asiáticas operaban en el sector de la comida, pero con esto el municipio se opuso a la verdadera o supuesta falta de calidad. Un funcionario escribió: “A pesar de la cantidad sustancial de restaurantes [en Zeedijk y sus alrededores], solo hay unos pocos de alta calidad”.36 Las medidas se tomaron como parte del Proyecto 1012. A los restaurantes existentes se les pidió cambiar su perfil o correr el riesgo de ser reemplazados, además, a nuevos restaurantes (asiáticos) no se les permitió establecerse en Zeedijk.
31
Municipality of Amsterdam and Stadsdeel Centrum, Hart van Amsterdam. Strategienota Coalitieproject 1012, 4.
32.
Bijlmer Basisrapportage Coalitieproject 1012. Basisrapportage in het kader risicovolle projecten, 11-12.
33.
Municipality of Amsterdam and Stadsdeel Centrum, Hart van Amsterdam. Strategienota Coalitieproject 1012, 19.
34.
Bottenberg y Janssen, Janssen. De Positie van Chinese Masseuses in de Chinese Beautybranche in Nederland.
35
O+S Ámsterdam, Massagesalons in Amsterdam.
36.
Avis et al., Nota Beleidsaanpassingen Bestemmingsplangebied 1012, 30.
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Durante un tiempo, el municipio parecía dispuesto a acomodar uno de los deseos más específicos de la comunidad empresarial china: la creación de un espacio de parqueo muy debatido, otro “proyecto clave” del Proyecto 1012. Sin embargo, en octubre de 2012 el municipio decidió en su contra, una decisión basada en un conjunto complejo y burocrático de cálculos, señalando que había suficiente capacidad de estacionamiento bajo las normas actuales.
En definitiva, ha quedado claro que las intervenciones del Proyecto 1012 han afectado gravemente el paisaje, olores y sabores “tradicionales” del Chinatown, y surge la pregunta de si realmente logran lo contrario del objetivo de mantener el Chinatown por encima de “la masa crítica”. Las autoridades sostienen que sus intervenciones no son perjudiciales para el Chinatown, ya que ayudan a fomentar las empresas chinas (y otras asiáticas). Este último es cierto, pero este apoyo está explícitamente limitado a los esfuerzos que promueven una experiencia de compra para la clase media. Un ejemplo es Asia Station, que se presenta como la “primera tienda de tendencias asiática en los Países Bajos con una galería de arte y una barra de café”, estableciéndose en 2011 con el apoyo financiero de N.V. Zeedijk.37 Otros esfuerzos incluyen el desarrollo de talleres de bajo alquiler para artistas chinos en el centro del Chinatown y un hotel chino al que se permitió operar solo bajo la condición de crear espacios para “actividades culturales asiáticas”, por ejemplo, talleres de artistas. Evidentemente, estos esfuerzos intentan transformar el Chinatown en un paisaje boutique menos específico étnicamente.
conclusiones
Justo en la pintoresca zona de canales de Ámsterdam, en Zeedijk y sus alrededores, los empresarios chinos han esculpido una presencia en lo que se parece al Chinatown local. Los empresarios se han dirigido a clientes asiáticos y no asiáticos ofreciendo productos que, en cierta medida, pueden asociarse con Asia (China en particular). Desde principios de la década de 1990, los empresarios individuales y sus organizaciones empresariales han hecho campaña por el reconocimiento oficial de Zeedijk como un distrito solo étnico y por el apoyo gubernamental a la mejora de “lo chino”. Este artículo describe y analiza el ascenso del Chinatown y las negociaciones sobre la identidad de la zona. En concordancia con Hackworth y Rekers,38 los autores argumentamos que este caso desafía la comprensión tradicional de los paisajes comerciales étnicos. En marcado contraste con la ortodoxia actual, que concibería la proliferación de un “enclave étnico” como parte de un proceso de asimilación más amplio, nos hemos acercado en primer lugar al Chinatown de Ámsterdam como un espacio económico temático. Empresarios chinos y de otros orígenes compiten por una parte del mercado y también por el derecho a reclamar la identidad de la zona. Este proceso involucra no solo a los empresarios chinos y a la “comunidad” china (si tal cosa existe en absoluto) sino también a otros actores institucionales (el municipio en particular).
Hoy en día, la zona ya no es el skid row local que alguna vez fue, debido a una serie de intervenciones de largo alcance por parte del municipio, en conjunto con un consorcio de instituciones semiprivadas, como asociaciones de vivienda. Los precios de los bienes raíces han subido, y Zeedijk se ha convertido en una agradable calle de tugurios que ya no está dominada por drogadictos y personas sin hogar. En las dos y media décadas de “reestructuración”, las autoridades nunca acogieron a los empresarios chinos como agentes de cambio, a pesar de sus inversiones y contribuciones al revuelo local. De la misma forma, las autoridades solo ofrecieron respuestas lentas y silenciadas a las reiteradas peticiones de la comunidad empresarial china (relativamente pequeña) de reconocer su presencia y contribuciones y de mejorar “lo chino”. Los empresarios chinos no han podido acumular suficiente influencia política para revertir esta fragilidad. Por lo tanto, el Chinatown de Ámsterdam no posee la tradición antigua china que se encuentra en otras ciudades del mundo. Además, las expectativas a partir de lo que está sucediendo son desalentadoras, ya que ya no hay aperturas de mercado para este tipo de negocios. El municipio no permite
37. http://www.asiastation.nl/,
el 8 de junio de 2015. 38.
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consultado
Hackworth y Rekers. Ethnic packaging and gentrification. The case of four neighborhoods in Toronto.
nuevos restaurantes, a menos que sean de primera clase, ni tiendas de recuerdos o mini-supermercados, que caracterizan los Chinatowns en otros lugares. Zeedijk es una zona comercial de temática étnica, es el Chinatown 2.0: un paisaje boutique más lujoso con un ligero sabor asiático.
En términos teóricos, estos hallazgos están en consonancia con el enfoque de inserción mixta, que argumenta que las oportunidades de uso, incluyendo la proliferación de una zona comercial de temática étnica, están sujetas (entre otras cosas) a la forma en que las fuerzas reguladoras estatales y no estatales interfieren en el desarrollo de los mercados. En el caso de Zeedijk, esta interferencia está profundamente relacionada con el objetivo de gentrificar fundamentalmente la zona.
Slater39 argumenta que la gentrificación ocurre comúnmente en áreas donde la falta de inversión previa en la infraestructura urbana crea oportunidades para la reurbanización rentable, y donde un aumento en el empleo de servicios ha llevado a un número creciente de profesionales de clase media con una disposición hacia la vida en el centro de la ciudad y el rechazo asociado de los suburbios. Pero en este caso, son las inversiones públicas las que han dado impulso a este desarrollo. Autores académicos de todos los rincones del mundo han detallado los efectos nocivos de la gentrificación, especialmente para los socialmente débiles, y han subrayado las consecuencias negativas para el desarrollo de una ciudad justa.40 Smith incluso afirma que los desarrolladores, políticos y financieros se alejan de usar el “sucio” término de “gentrificación”, porque tan dolorosamente “dice la verdad sobre el cambio de clase involucrado en la ´regeneración´ de la ciudad”.41 Aunque esto es absolutamente cierto, definitivamente no es el caso en Ámsterdam: el municipio y las instituciones conectadas adoptan la “gentrificación” como una solución inteligente para una serie de problemas urbanos, incluso cuando la actualización conduce a la sustitución de otras cosas.
39. Slater, Gentrification of the city, 571-572.
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El municipio ha estado favoreciendo la creación de un entorno comercial particular al servicio de las necesidades de determinados empresarios y clientes particulares. Al hacerlo, se ha vuelto más difícil para los pequeños empresarios étnicos “tradicionales”, en el extremo inferior del mercado, mantener su negocio o abrir uno nuevo. Además, son vistos como obstáculos para la embellecimiento del vecindario y para el desarrollo de un paisaje minorista por lo demás maravilloso. Es cierto que los empresarios étnicos que logran jugar el juego y entrar en los mercados de clase media son vistos como participantes legítimos en el proceso de reestructuración del vecindario y, en consecuencia, son elegibles para recibir apoyo. Pero, como se ha dicho antes, a menudo se da por sentado que los empresarios étnicos carecen de las habilidades y competencias o representan el tipo equivocado de capital cultural para embarcarse en tal trayectoria.
reconocimiento
Este artículo se basa en parte en un proyecto de varios empleados financiado por la Netherlands Organization for Scientific Research (NWO) y el Netherlands Institute for City Innovation Studies NICIS (recientemente nombrado Platform31) en el marco del Urban Innovation Program (StIP), número de proyecto 473-04-317. Los autores desean expresar su gratitud a NWO y Platform31, así como a Ilse van Liempt y Lex Veldboer quienes se asociaron al proyecto en ese momento. También reconocemos al Netherlands Institute en Turquía, al Department of Sociology en Koç University en Estambul y a la School of Humanities and Social Sciences en Massey University, Auckland, por dar al primer autor la oportunidad de trabajar en este artículo mientras era miembro visitante (201516). La responsabilidad por el contenido del artículo sigue siendo totalmente con los autores.
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